-Dame un momento, iré por una cartilla para dártela y que me des tus datos. Estamos obligados a hacer un estudio socioeconómico antes de vender un perro o cualquier animal, sólo para saber que sí puedes mantenerlo.- asentí porque sucede lo mismo cuando adoptas un perro o un gato.
-Está bien.- contesté caminando hacia sus repisas en donde estaban artículos para el perro, había pelotas de goma, simulación de huesos de gomas, correas, pecheras, ¡suéteres! ¡Tiene ropa también! No~ el colmo fueron los zapatitos.
-¿A qué nombre estará el perro?- me giré para verla, noté que tenía puesta una bata blanca con el logotipo de la tienda, debajo parece un vestido no tan corto y zapatitos de piso. Su cabello negro recogido en una coleta, todo bien menos los labios rojos.
-Lee Taemin.- contesté. Ella se rió leve mientras anotaba el nombre.
-No tienes cara de Taemin.- reí también, no de hecho no la tengo. –¿En dónde vives?- tuve que guardar la calma para contestar los datos de mi Muñeco, sus datos personales por ciertos como número de teléfono, número de casa, si trabajaba o no, cuánto ganaban sus padres entre otras. –Listo. Ya está desparasitado, pero le toca la siguiente en tres días.- me entregó la cartilla de vacunas del perro, luego se fue por una pechera de mi color favorito, sacó a Sin Nombre y se la puso.
-Gracias.- el perro se levantó en sus dos patas, apenas me llegaba un poco más arriba a las rodillas. –¿Qué cosas me recomiendas comprarle para que tenga una vida saludable?- ¡bom! Salí de la Tienda con juguetes, jabones insecticidas, un muy bonito cobertor, un plato de comida, uno de agua que realmente no vi la diferencia, huesos de carnaza, galletas “de premio” talco anti pulgas y un montón de cosas que vi regadas por la casa de Taemin cuando Jocker aun movía su cola.
Llegué a un parque a sentarme en una banca mientras pensaba en algo para decirle a mi mamá por la baja en la tarjeta de crédito. Ella dijo que la usara sólo para emergencias.
¡Claro que lo era!
Si no compraba a Sin Nombre lo iban a “dormir” y todo ser vivo merece vivir. Menos las cucarachas a esas desgraciadas nos las hubieran subido al Arca de Noé.
La cartilla tenía todos los datos llenos, menos el nombre el can.
-Sin Nombre.- susurré mientras lo miraba, estaba acostado a un lado de mí, podría apostar que estaba dormido. –¡Hey! ¡Sin Nombre!- jalé la correa para que se despertara, me miró y le mostré una pelota de goma. –Ve por ella.- la lancé.
El perro salió corriendo en dirección a la pelota, o de menos eso quería porque olvidé que su correa estaba fija a la banca, se me empezó a partir el corazón cuando lloraba y miraba la pelota. Me apresuré a desatarlo y se fue corriendo.
-Qué divertido.- susurré mientras Sin Nombre tomaba la pelota con el hocico y la traía de regreso. –Hyuna tenía razón, ya sabes un par de trucos.- le quité la pelota, quedó toda babeada que sentí asco momentáneo.
Lancé la pelota y miré la hora en mi celular, las 7 en punto. Tengo una hora más para la cena. Pero me siento abrumado, le diré a Taemin que llegaré a las 9 por un contratiempo, los contratiempos siempre funcionan.
Entré a mi Splash por el celular de ChangMin, cerré su sesión para abrir la mía, estos táctiles aun no son lo mío. Tomé el celular con la mano izquierda y con la derecha con el índice comencé a bajar. Esto también es divertido.
-Bajo, bajo reblogueo, bajo bajo reblogueo, bajo bajo oh.- “Kim Kibum cambió su estado de Saliendo con Kim Jonghyun a Soltero” vi los “Me Gusta” que habían llegado y los comentarios, todos le preguntaban qué ocurrió y él no contestó nada... creo que está mal dicho. Total, no respondió.
Me fui al Splash de Jonghyun “Kim Jonghyun está Saliendo con Kim Kibum” ¿será sólo capricho de Key? Cerré Splash para marcarle a Key, espero que me contesté porque es el número de ChangMin.
De un momento a otro, Sin Nombre pasó a ser Fósforo, del suelo a estar sentado en la banca a mi lado, y Key de tener una relación estable con Jonghyun, a que todo pendiera de un hilo.
Pero la puesta de sol se ve hermosa.
-Lo mejor será… ¡mira qué perro!- dos chicos se detuvieron enfrente de mi banca.
-HanSol. ¿Me estás poniendo atención?- miré a fósforo porque este chico de cabello rubio lo estaba consintiendo como yo en la Tienda de mascotas.
-¿Ya lo viste? Es hermoso.-
-Soy Minho.- dije llamando su atención.
-Nakta.- me dio la mano el pelinegro. –Él es Hansol.- también estreché su mano.
-¿Cómo se llama el perro?- ¿Fósforo? ¿Sin Nombre?
-Aun no tiene uno.- dije riendo apenado. –Recién lo compré.- ahora que lo recuerdo, los mejores consejos vienen de personas extrañas porque no conocen el drama en el que estoy. Pero cómo les podría preguntar.
-¿En dónde lo compraste? Es hermoso.- volvió a decir Hansol, ¡hey! Ya lo ubico. –¿Come chocolate?-
-No, el chocolate es como veneno para los perros porque su hígado no lo puede metabolizar.- terminé sonriendo nervioso.
-Ya veo.- susurró.