Hice un puchero mientras lo miraba.
-¿“Lo atractivo que es Yifan”?- pregunté tonteando mientras secaba mis lágrimas con los dorsos de mis manos. –Lo hablas como si tú…-
-Como si yo hubiera estado cerca de una hora con Tao, presumiendo lo asombroso que es Kris. Tuve que decirle que sí, que Kris sí estaba guapo para cambiar de tema.- alcé una ceja divertido, luego me agaché para que mis manos tocaran su pecho.
Es más, mis manos eran la base de mi además de mi cadera en su pelvis, él seguía totalmente acostado en el colchón inflable, eso me recuerda… revisé si había rastros de quererse desinflar pero no, la caja en la que venía el colchón decía que soportaba hasta 170 kilos así que no hay por qué preocuparnos.
-Minho.- lo llamé serio. –Tú no has eyaculado, ¿cierto?-
-No.- contestó ¡hasta sonriendo!
-¿Es que ya no soy tan excitante para qué lo hagas?- pregunté un poco dramático, sí.
-Prefiero ir de postre en postre y guardar el plato fuerte al final.- tonto.
Flexioné los codos para acercarme a su pecho y poderle dar un beso más. Elevé mis caderas y bajé la espalda, así sólo mis pompis estaban levantadas, mis labios fueron hasta su pezón derecho y lo mordí, escuché que se quejó jeje entonces me erguí sin soltar su piel.
-Ahh…- solté su pezón para terminar de erguirme.
-Me encantas.- susurré moviendo mi cadera para que se friccionara con su miembro.
-A mí me encantan tus colores.- dijo poniendo sus manos en mis rodillas a los lados de sus muslos.
-A mí tu sonrisa.- dije haciendo que sus comisuras se estiraran aun más, incluso se cubriera la sonrisa con el dorso de su mano. –Rawwrrr.-
Moví más fuerte mi cadera, pero marcaba sólo un vaivén que pronto me cansó en los muslos, haré mejor lo que dice Jonghyun para poder tener el cuerpo más marcado, tres días iré al gym y dos haré el amor con Minho, igual quemaré las calorías indicadas.
-Ahh… Taemin.- suspiró, moví mi cadera ahora de izquierda a derecha para sentir bien su miembro, se había posado entre mis pompis eso me dio más morbo.
Contraje mis músculos en las pompis para atrapar su miembro entre ellas luego empecé a menear mis caderas. Quité mis manos de su cuerpo para llevarlas a mi entrada, tuve que apoyar mi mejilla contra su pecho, las manos de Minho estaba ahora en mi cadera no van más allá porque tendría que flexionarse y estoy sobre su pecho muajaja.
Relamí mis labios cuando toqué mi anillo muscular, no pude evitar soltar un gemido al delinearle con mi índice.
-Oh…- gemí y fruncí el entrecejo al penetrarme con la yema de mi dedo, con la izquierda intentaba mantener separadas mis pompis mientras la derecha se encargaba de dilatarme. –Ahh…-
-¿Te estás dilatando?- asentí lento. –Delinea con tus deditos tu esfínter.- tragué saliva mientras asentí y lo hacía como me lo pidió Minho. –¿Cómo se siente?-
-Ahh… rico.- sólo marcaba el contorno de mi entrada, sentía las grietas que se hacían cuando contraía mis músculos.
-Intenta introducir la yema de su dedo.- ohh… la voz con la que me habla. –¿Cómo se siente?-
-Ahh… caliente.-
-Introduce otro dedo.- comprimí los ojos, a este pasó voy a eyacular otra vez. –Marca un vaivén.-
-Oh Minho~ es tan rico.-
-Hazlo más fuerte.- asentí efusivo al momento de incrementaba el vaivén en mi cuerpo, tuve el impulso de alzar más mis pompis pero apenas lo hice todo fue tan rápido que terminé bajo el cuerpo de Minho y él entre mis piernas, mi pecho estaba subiendo y bajando que no me di cuenta de cuando fue que su glande tocó mi cuerpo, sólo reaccioné al momento de sentirlo dentro de mí.
-Ahh…- gemí cuando sus testículos chocaron contra mi piel. –Oh Minho, me encanta.- comenzó a marca un vaivén lento, sentía su pene entrar en mi cuerpo, sus venitas que se hacían contraste con el resto de su falo, contraría mi esfínter inconscientemente sacándole gemidos.
Minho buscó mis manos con las suyas y al entregárselas entrelazó nuestros dedos, las dejó a los costados de de mi rostro, abrí mis piernas para dejarlo ponerse entre ellas con más comodidad y al hacerlo el vaivén que mantenía lo incrementaba y luego se relajaba.
Lo miré a los ojos pero cada que me embestía tendía a entrecerrarlos.
-¿Cómo se siente?- preguntó sin dejar de embestirme, negué e intenté soltar sus manos para tapar mi boca pero presionó sus dedos, no me dejaba hacerlo.
-Se siente…- me embistió más fuerte cortándome la voz, incluso sacándome un hipido. –Ah, es cómo.- presioné sus manos porque no me dejaba hablar. –Siento que ah, ya sabes… ¡Minho!- grité dejando caer mi cabeza al colchón.
-¿Mmm?-
-Deja de penetrarme cuando quiero hablar contigo.- terminé llenando de aire mis pulmones.
-No lo creo.- reanudó las embestidas, soltó nuestras manos, las mías fueron hacia mis muslos para separarlos más y entregarme mejor a él, las suyas se pusieron de base sobre mis hombros. –No me has dicho… cómo se siente.-
-Deja, deja que mis gemidos… te lo digan.-