-Jeje un momento más.- me miró sonriendo. Bajó su ventana para asomar su cabeza y ver las llantas traseras. Sonreí se ve tan sensual. –Creo que ya.- apagó el motor para regresar a su asiento y abrir la puerta. –¿Estás listo, PinKey?- salió del auto y caminó hacia mí.
Asentí mientras le tendí la mano para que la tomara, una vez hecho caminamos hacia mi casa.
-¿Ya le avisaste a tu mamá?- me preguntó mirando las maletas y prácticamente la casa ya está lista para estar vacía algunos días.
-Ya, dijo que me cuidara y también de ti, sobre todo en el lago que si entramos nos aseguremos de no tener heridas abiertas por las infecciones.- aunque no sé si me quiero meter el lago, si bien ya sé nadar no me gusta mojarme en agua que se purifica naturalmente.
-Bien lo tomaremos en cuenta. Pero quiero más tiempo en la cabaña que en el lago aunque eso no dice que no lo haremos. El lago se ve muy bonito lo viste en la mañana.- asentí mientras me le servía un vaso de agua y posteriormente se lo tendía.
-Sí, era hermoso.- abrimos dos sillas para sentarnos en el comedor.
-Kibum sobre la conversación de la mañana… hay algo que me agobia. No eres tú para que no lo pienses, es un cazatalentos.- alcé las cejas por la sorpresa, antes me había mencionado algo al respecto pero fue casi hace seis meses.
-¿El de la fiesta de KwangMin?-según recuerdo le habían dado una tarjeta para que se comunicara.
-Sí, el mismo.- contestó mientras miraba el agua dentro de su vaso de cristal.
-¿Pasó algo malo?- a lo mejor ya fue y le dijeron que no. –¿Jonghyun?- se levantó de la silla e hizo que me levantara también para abrazarme. Me presionaba fuerte así que le correspondí de la misma manera, pero comenzó a lastimarme que aflojé mi abrazo, sin embargo él no.
-Te amo, ¿verdad? lo sabes. Iré a ver al cazatalentos el lunes en la noche.- susurró contra mi cuello aunque me dio cosquillas pero ¿por qué en la noche?
-Suerte.- contesté. Él aflojó a momento el abrazo. –Espero que todo salga bien, mereces la oportunidad.- se separó de mi cuerpo por ende yo también lo hice. -¿Estás llorando?- pregunté con un hilito de voz, no me gusta verlo así porque también me contagia. –Eres muy bueno, Jonghyun, seguro lo consigues.- le sonreí mientras ponía mis manos en sus mejillas para limpiarle las lágrimas con los pulgares.
-No sé que vaya a pasar el lunes en la noche, pero quiero que sepas que te amo.- susurró abrazándome e nuevo. Junto su frente con la mía y al verlo a los ojos sentí una opresión en el pecho, seguía llorando.
-Todo va a salir bien.- susurré sonriéndole. Lo volví a abrazar y él correspondió mi gesto.
End Pov’s Key
Las horas pasaron hasta que se llegó la hora de la merienda, cerca de las 6pm, entonces en Jeju…
Pov’s Taemin
-Wow~ ¿está es tu casa?- pregunté quedando asombrado con la sola entrada, un pórtico muy elegante y de estructura clásica de color marfil.
-Sí, por favor recuerden las reglas.- contestó Donghyun a mi lado, en todo el día a estado a mi lado izquierdo cerca de Minwoo. Antes de llegar a su casa nos llevaron a comer a uno de los restaurantes de sus padres ¡y la comida estuvo deliciosa!
-Joven Kim, qué alegría verlo de nuevo.- apenas iba a abrir las puertas otra persona lo hizo, me siento un poco tonto, no puedo dejar de ver su enorme jardín o las estatuas que hay en él o en el mismo pórtico.
Minwoo jaló mi mano para caminar, entonces giré mi cara… ¡me siento en una película! La casa de Donghyun en Seúl era genial ¡pero esta es asombrosa! Todo tan elegante y costoso se ve costoso. El color marfil de su casa la hace ver más de pudiente.
-Por favor, las habitaciones ya están listas, Joven Kim, en unos minutos los dirigirán a ellas.- ¡hasta mayordomo! Un señor de no más 30 años con traje elegante negro, en su mano tenía una bandeja con algo sobre ella pero no pude ver qué era pues Minwoo seguía jalándome.
-No me dejas admirar su casa.- le susurré haciendo que riera.
-Yo tampoco la he podido admirar. La última vez que vine era de noche y no veía nada.-me susurró así que asentí aun mirando toda la estructura. Me siento como en casa de rico, pero rico de dorama.
-Por favor, ¿un chocolate?- nos dijo el mayordomo pasando la bandeja cerca de nosotros, todos tomaron uno pero cuando llegó a mi recordé a Minho pidiéndome que no comiera chocolates.
-No gracias.- contesté negando con las manos, un poco apenado.
-Usted debe ser el Joven Lee, los gastrónomos sabían que es intolerante a la sacarosa, por eso usaron un sacarina.- que atención, sí me mudaba.
-Gracias pero el chocolate…- me estoy viendo como el difícil.
-No es chocolate, es jarabe de maíz sabor chocolate. Joven.- alcé una ceja y vi la cara de todos que tenían el chocolate impostor en sus manos ya a la mitad.
-Pero sabe a chocolate.- dijo Kai mirándolo.
-Así es.- contestó el mayordomo. –Todo el personal sabe que usted no tolera la sacarosa, la cafeína y el chocolate, por eso se han tomado medidas culinarias. Si aun niega el chocolate lo entendemos.- iba a retirar la bandeja pero estiré mi mano y lo tomé.
Digo, después de todas esas atenciones no me puedo negar.