-…- Kai pensaba en nada realmente, solo su mirada yacía perdida en algún lado del pizzero.
-…- Niel moría de la risa contenida que en ese momento intentaba seguir reprimiendo. ¡La cara de Kai decía que algo estaba pasando en su cerebro! O corazón.
-¿Una hawaiana y una de pepperoni?- volvió a preguntar el pizzero.
-Sí gracias, disculpa por esos momentos.- dijo Niel rompiendo el silencio. Caminando para ponerse frente a Kai, quitándole la tarjeta de su mano que aun no se movía. –Cobra de aquí, por favor.- se la entregó al pizzero. Él sacó su aparato para pasar la tarjeta, lo hacia nervioso pues el otro chico aun no se movía.
Parecía que había visto un fantasma.
-Necesito que firme aquí.- dijo el pizzero llamando la atención de Niel que había abierto una de las cajas con pizza.
-Oh un momento, espera por favor.- cerró la caja de pizza de nuevo, se giró para entrar a la casa de Donghyun.
-No~- susurró el pizzero, Niel se volteó extrañado. Por la lectura de los labios interpretó “No me dejes solo” pero igual Niel se giró y caminando dentro.
Lo malo de ser pizzero es que te encuentras con cada loco o loca, que hace más difícil la tarea de solo entregar las pizzas.
Eso lo sabía KyungSoo.
Mientras tanto en Seúl, en el café nocturno Clandestino, L. Joe ya estaba en la barra sentado esperando el café, conversando con JR respecto algunas rimas que habían compuesto en esos últimos días.
Miraba ocasionalmente a la puerta del lugar, esperando que ella llegara o encontrarla, se empezaba a hacer tarde y tendría que regresar al departamento.
-¿Sabes de alguna palabra que rime con naranja?- le preguntó JR caminando hacia él con su café en la mano, sirviéndoselo. L. Joe lo tomó entre ambas para mirarlo. Su cabello oscuro ahora, se veía bien.
-¿Naranja?- preguntó para reafirmar.
-Sí, naranja. He buscando hasta en diccionarios pero no encuentro algo.- después de conversar un poco con él se fue para atender otras órdenes más.
-¿Byunghun?- por fin escuchó la voz de ella, giró su cuerpo sobre el asiento para encontrarla.
-Hyuna.- susurró levantándose de la silla para saludarla.
-Siento si te hice esperar, pero no te encontraba, estaba buscando tu cabellera rubia pero como no te vi vine a la barra a comprar un café, pero qué bueno que ya te vi.- se sentó a su lado, L. Joe deslizó su taza de café por la barra para dejarlo con Hyuna.
-Toma el mío.- le dijo subiendo sus codos a la barra. –¿Qué ibas a decirme?- le preguntó pero se extrañó cuando ella lo empezó a despeinar.
-¿Por qué tu cabello es suave? Cada que publicas una foto en Splash tienes un tinte diferente, era para que fuera pastoso.- comentó retirando su mano de la caballera negra de L. Joe, él se acomodó el cabello.
-Tratamientos, luego te paso el nombre de los que uso. Son muy buenos.- asintió mientras lo decía. –¿Entonces qué pasó?- le recordó el tema que fue lo que lo citó.
-Oh sí, tu gatito.- Hyuna era la ayudante en una veterinaria, era a quien había encargado el gato que recogió de la calle tiempo atrás. –No es gatito sino gatita, ya tuvo su primer celo y el segundo. Pero en este tercero se escapó de mis manos.- rió al recordar cómo fue el la gata se fue mientras la sacaba a pasear junto con Hyunseung y todo el circo que hicieron para volver a tomarla y ponerle la correa, además de la risa que soltó él, cuando Hyuns le dijo que estaba preñada.
-¿Está embarazada?- preguntó sino afirmó L. Joe.
-Sí, seguramente son 4 gatitos. Pero aun se puede interrumpir el embarazo. ¿Quieres que los gatitos nazcan?- Le preguntó directa. Haciendo que L. Joe frunciera el entrecejo, tener los gatitos sería un carga más económico para él, después de todo tener a la gata en la veterinaria no era gratis.
…
-Gracias por traerme.- dijo Hyuna quitándose el cinturón de seguridad. L. Joe no permitió que ella se fuera sola del café a esas horas de la noche, además llevaba auto, lo mejor sería llevarla.
-De nada.- contestó mirando como su amiga salía del auto. Cerró la puerta pero por la ventana baja se asomó.
-Entonces haré eso. Luego te aviso cómo resultó todo. Buenas noches.- sonrío y retrocedió para que L. Joe saliera en dirección de su edificio.
Las 2am y KwangMin parecía no notarlo, llevaba más de una hora hablando con su hermano por celular. Se sentía emocionado de escuchar su voz de nuevo.
-Ellos no se enojaron, ¿cierto?- volvió a preguntar por su padres.
Niel que le tocaba compartir habitación con él, estaba tapándose la cara con la almohada. Creyó que sería una llamada corta como la que él había tenido con L. Joe pero se equivocó por mucho.
-Menos mal. También quiero verlos pero será para la siguiente, les llevaré recuerdos y todo, espero que para la siguiente sí quieras venir.- lo malo era que KwangMin ni susurraba.