-Mmm… ¿y qué desayuno yo?- susurró ladeando su cabeza para permitirme más acceso a su piel.
-A mí.- le contesté. Lo giré para que me mirara a los ojos, sus manos fueron hasta mis mejillas de nuevo, sonreí mientras me agachaba lentamente, sus manos no se despegaron de mis mejillas, sino hasta que quede hincado frente a él, fue entonces cuando quitó sus manos.
Me acerqué un poco más. él comenzó a desabrocharse la bata que trae puesta, jalando sensualmente el cordón en su cintura hasta deshacer el nudo, haciendo que los listones que antes la sujetaban cayeran al suelo.
Lentamente deslizó sus manos por su pecho hasta tomar los extremos de la bata de baño. Lo miré atentamente mientras la abría y dejaba su cuerpo desnudo ante mi vista.
-Kibum.- susurré acercándome un poco más a su cuerpo. Él tuvo que recargarse contra una de las barras de la cocina. Deslicé mis manos por el largo de sus piernas, temblé al solo sentir la suavidad de ellas.
Escuché claramente el suspiro que salió de sus labios entreabiertos. Me deleité acariciando más sus muslos. Dejé de hacerlo para ponerme de pie.
-Me estaba gustando lo que hacías.- se quejó mirándome a los ojos, con un leve puchero en sus labios. Pasó sus brazos por mi cuello quedando en una especie de abrazo. Con mis manos en su cadera lo elevé para sentarlo sobre la barra.
Noté que aun estaba encendida la estufa así que sin que él lo notara pues tenía los ojos cerrados disfrutando de las caricias que reanudé en sus muslos, giré la perilla de la estufa hasta que al llama se apagó. Divisé un frasco de chocolate líquido, el que usamos ayer en el helado que comimos. Lo tomé y acerqué.
-Mmm Jonghyun~- susurró ladeando su cabeza, notaba claramente le gustaba y disfrutaba de esto. Abrí sus piernas para situarme entre ellas, él lo permitió incluso las separó más hasta que estuve cómodo.
Busqué sus labios con los míos hasta que topamos en un suave y lento beso. Sus labios se movían despacio y tímidos. Los míos seguían su ritmo, por un momento uno perturbador y tétrico, degusté el sabor del gloss que miré en los labios de Sunny la noche del ensayo de bodas.
Me separé rápido incluso brusco.
-¿Me huele la boca?- preguntó Kibum tapándose los labios.
-No, no. Nada de eso.- reí bajito. –Me quemé poquito al intentar apagar la estufa, solo eso.- él volteó a verla.
-Se me olvidó girar la perilla. Déjame ver tu mano.- intentó cerrar sus piernas para bajarse pero se lo impedí.
-Estoy bien.- le susurré. Puse mi mano en su mejilla él ladeó para incrementar el contacto.
-Déjame ver.- tomó mi mano que yacía en su mejilla aun, la miró y alzó una ceja, probablemente se dé cuenta de que no hay nada malo con ella. –¿Fue en esta?- preguntó.
-Solo fue un chispazo.- contraje mi mano. –Nada grave.- susurré sonriéndole. Creí que ya tenía clara mi decisión, vamos subconsciente, no me traiciones, no con él.
-¿Seguro? Puedo revisar tu otra mano también, sé primero auxilios.- habló preocupado pero negué sonriendo.
-De verdad, todo bien.- susurré para volver a acercarme a su rostro y así poder besarlo. Aunque tardó en responder lo hizo, volvimos a ese beso lento y tímido. Solo que esta vez su lengua se asomó buscando la mía, lo que no negué ni por un segundo.
Las rozábamos, me gusta jugar así con él.
Mis manos volvieron a sus piernas, repartiendo caricias a lo largo de ellas. Él suspiraba pero no dejaba de mover su lengua o sus labios. Sus manos fueron de nuevo a mi cuello, despeinaba el cabello de mi nuca o enredaba sus dedos en él.
-¿Entonces todo está bien?- susurró cortando la fricción entre nuestras lenguas.
-Todo está bien.- contesté intentando unir de nuevo mis labios con los suyos pero corté antes de iniciar.
-¿Seguro?- preguntó riéndose, mirándome divertido. –Lo has vuelto a hacer.-
-Tengo aun excusa.- le mostré el chocolate o jarabe. –Una deliciosa excusa, diría yo.- sonreí a la vez que le quitaba la tapa. Deslicé la bata de baño de uno de los hombros de Key hasta que se descubrió su clavícula derecha, él cerró los ojos esperando y no me hice del rogar sino que de inmediato tracé la silueta de su clavícula con el jarabe.
Dejé pasar uno o dos segundos en lo que el jarabe caía de su cuerpo, formando gotas. Pasé la salvia que se había acumulado en mi boca y me acerqué lentamente a su cuerpo. Entonces comencé a besarlo, con mis labios borraba el chocolate.
Deslicé mi lengua por el contorno de su clavícula retirando gran cantidad del chocolate con ella, lo degusté para volver a hacerlo. Escuchaba sus suspiros.
-Jonggie~- enredó sus dedos en mi cabello marcándome el camino que debería de seguir en su cuerpo.