Nicky, según la última conversación que tuvo con Yuri, había sido la mitad de su relación hasta el final, un desobligado. Al inicio le bajó las nubes y estrellas, pero antes de que bajara la luna y rotulara su nombre cambió.
No respondía sus mensajes, no le regresaba las llamadas, nunca llegó a golpearla pero sí miraba intenciones en sus ojos, la trataba como un amigo, uno al que podría ofender sin pena ni tregua, uno al que el saludo era una golpe en el hombro, un amigo con el que quería tomar hasta perder la conciencia.
Estaba seguro de que eso no era lo que Taemin quería, pero entonces ¿por qué fijarse en él?
¿Qué había hecho mal para que de la nada, sus sentimientos cambiaran?
-Hace frio allá afuera, ¿estás seguro de que no quieres tu gabardina?- Taemin ya estaba en el asiento del copiloto poniéndose el cinturón de seguridad para finalizar con una mirada preocupada en su rostro.
-…- ¿por qué tratarlo así? ¿Preocupándose por él si ya quería a otra persona? –Estoy bien.- sonrió intentando alejar ese pensamiento de su cabeza.
Antes de salir por completo del edificio Taemin sacó su celular que aun tenían puestos los auriculares, atravesando su asiento le colocó el otro audífono a Minho, acomodando también su cabello rojo regresando a su asiento con una sonrisa de felicidad. Sin duda se estaba esforzando por hacer de esa noche la mejor.
Si a Minho le gustaban esas canciones estaba bien, pero estaba mucho mejor que él también las escuchara y disfrutara. ¿Qué mejor que volviendo a compartirlos?
El camino fue silencio. Uno cómodo para Taemin en el que pensaba en qué más podría hacer para su aniversario, Minho había propuesto el paseo por la playa, pero él tendría que hacer algo mejor. ¿Juntar conchitas? ¿Escribir sus nombres juntos? Dos…Min había dicho Onew.
¡Eso! ¡No había nada más romance que escribir el nombre de pareja en la arena!
Sonrío ante esa idea. Cuando menos espero ya estaban estacionados cerca de la costa, en donde aun había pavimento para evitar atascarse con el auto. Volteó a ver travieso a Minho, él miraba la luna y las estrellas, se venía tan, tan hermoso.
Suspiró feliz mirándola también. La luna a cuarto menguante era hermosa y desde hace dos segundos era la que quería para su aniversario. Se quitó el cinturón de seguridad para acercarse a Minho y poder recargarse de nuevo en su brazo.
Una estrella fugaz pasó y ambos la miraron hasta que desapareció.
-Pide un deseo.- susurró Taemin.
-Deseo darte la mejor noche.- contestó Minho en el mismo tono, lo que hizo pensar a Taemin ¡que tal vez sí recordaba la fecha! Tal vez sí había anotado en su agenda el aniversario y había ido a Jeju a buscarlo para celebrar juntos.
-Yo también lo deseo.- contestó feliz.
…
Ambos se encontraban caminando por la orilla del mar, los zapatos de Taemin como los suyos los cargaba Minho con en su mano izquierda, la otra la tenía entrelazada.
-A Kai le gustó un pizzero, desde que llegamos aquí él nos ha llevado pizzas porque la mamá de Donghyun no sabe cómo lidiar con tanto muchacho jejeje encarga pizzas para nosotros.- contaba Taemin animado imitando la marcha de los militares para sentir la arena bajo sus pies.
-¿Entonces ya tengo cuñado?- preguntó Minho riendo pero paró de inmediato, ¿cuñado? Si terminaba con Taemin dejaría de serlo, bueno, de menos por esa noche ya tendría uno.
-Algo así, Kai dijo que aun no intercambian Splash pero espera hacerlo mañana. El chico parece tímido o lo asustó demasiado que se cohíbe cuando lo ve.- dijo soltando la mano de Minho. –Vamos a la orilla.- le propuso emocionado.
En la mañana jugó con sus hermanos pero no se sentía lo que esperaba, ahora con Minho quizás sí llegaría a sentir ese hormigueo en el estomago.
-¿No crees que será peligroso? Ya no hay guardavidas.- “ni en la mañana había” pensó Taemin recordando su conversación con Niel.
-Confía en mí.- le contestó sonriendo tirando de su mano para acercarlo al agua. Las olas eran tranquilas o ahora que no estaba en una situación peligrosa así que las miraba.
Minho no fue capaz de contestar, ¿confiar en él? Lo había hecho desde el momento el que recibió el avión de papel en las canchas recostado en la sombra de aquel árbol, cuando preguntó quién era y volvió a cerrar los ojos.
Despertó al sentir el agua tibia de las olas chocar contra sus pies. Ni siquiera sintió cuando le quitó los zapatos de las manos o mucho menos prestó atención cuando Taemin se había quitado la gabardina. Sólo lo miraba riendo jugando en las olas pequeñas que se deformaban en la orilla, llegando hasta sus talones.
-Vamos Minho, las sirenas solo salen en Luna Llena.- sonrío Taemin con las manos llenas de arena, el nombrado asintió y despejó su mente, una buena noche no podía ser arruinada por su pensamiento distante.
-Sólo no hay que mojarnos demasiado, el auto puede quedar húmedo y le dirán a mi mamá “YoungMi, ¿en dónde te metiste?” entonces tendrá que contestar “El auto lavado” jejeje.- bromeó lanzando pequeños chorros de agua presionado su mano a la altura de la misma, de esta manera la presión hacia que saliera disparada y con dirección.
-¡Oye! No es justo, ¿cómo haces eso?- preguntó Taemin caminando entre las olitas para ponerse a un costado de Minho.