-¿Me quieres embarazar?- preguntó con un tono de voz que simplemente mató a Minho. Tan inocente y pervertido. –Me gustaría que me embarazaras Oppa.- ¡diablos! Taemin sí que sabía cómo provocar que su flujo sanguíneo incrementara en todo su cuerpo, en especial en esa parte sobre la que ahora estaba sentado. –Pero también me gustaría que me marcaras.- aflojó su corbata y jaló la camisa para mostrar su cuello junto con la clavícula.
-Te encanta torturarme, ¿verdad Muñeco?- preguntó Minho sonriendo, llevando su mano hasta la clavícula de Taemin en donde masajeó levemente. Seguramente su piel tostada sabría mejor que cuando era nívea.
-Me encanta sentir como creces bajo mi cuerpo.- sí, le encantaba provocarlo.
-Travieso.- susurró Minho acercándose a la piel de Taemin, abrió sus labios para aprensar un poco, ¿qué le gustaba más, morder o succionar?
La mejor pregunta sería qué más disfrutaba hacerle a Taemin, ¿morderlo o succionarlo?
Definitivamente le encantaba hacerlo disfrutar.
Succionó la piel tostada de Taemin provocando que jadeara, succionó hasta que la misma tocó su paladar, entonces la soltó separándose; emitiendo ese gracioso sonido húmedo.
-¿No me vas a morder?- preguntó excitado.
-Sí, pero no el cuello.- ante la repuesta de Minho, el pequeño contrajo sus piernas ansioso. –Me gustó la corbata, pero ahora me estorba.- empezó a desatarla para dejarla caer en el otro asiento, desabrochó los botones de su camisa hasta ver la musculosa que llevaba debajo.
Levantó esta prenda con su mano derecha hasta dejar ver su pezón del mismo lado, estaba erecto seguro por el frio. Seguía siendo pequeño y ligeramente marrón, pero se erguía con firmeza, sintió saliva en su boca la cual pasó para inclinarse y comenzar a saborear esa pequeña parte del cuerpo de Taemin.
Este cerró los ojos disfrutándolo. Pero al echar la cabeza hacia atrás en un nuevo jadeo se golpeó, estaba en un auto uno que ni siquiera era de Minho. No quería dejar muchos Taeminicitos regados por ahí, su suegra se podría meter en problemas.
Además, súper además era su aniversario y si Minho quería tomarlo ¡que fuera en una cama!
-No…- susurró Taemin pero la lengua caliente de Minho hizo que toda su reflexión se fuera al diablo, se sentía tan delicioso el roce que le estaba dando, comprimía los ojos cada que la lengua mágica y maravillosa de Mniho simulaba embestidas en él. –No.- repitió porque los dientes del contrario se sintieron más cerca de su piel, le asustaba ser mordido ahí.
-Creí que querías que te mordiera.- susurró divertido.
-Sí quiero pero no ahí, me dolerá mucho.- se quejó cuan niño pequeño.
-¿Prefieres que te muerda el glande?- un sonrojo intenso atacó la cara del menor. Se cubrió su rostro avergonzado, ¡cómo podía hablar de eso tan a la ligera!
-No aquí en el auto.- contestó apenado. Eso trajo a la realidad a Minho, seguramente mancharían un poco y eso su madre lo tendría que explicar de menos a quien le lavara ale auto, oh no señor, pensándolo bien, la idea de hacerlo en el auto no era tan buena. De menos no en uno que no fuera el suyo.
-¿Qué sugieres?- podrían ir al departamento de su madre, pero ahí estaría ella y tendría baño de nuevo algo que dijo no volver a usar para calmar sus erecciones.
-La casa de Donghyun.- contestó a prisa Taemin.
-Él podría matarme si se entera de lo que estamos haciendo.-
-Probablemente él también esté haciendo algo así, no está en casa, me lo dijo Kai. Dijo que dejó la puerta abierta y que quitó todo lo que se pudiera caer además de que me dejó su habitación vacía.- entonces sí quería continuar pero no sabía que tan seguro era.
-No me quiero arriesgar.- ¡pero a quién engañaba! Había descubierto tras analizar algunas escenas en que al hacer el amor con Taemin estando en cierto punto de peligro le eran más excitantes.
-Vamos, será divertido.- el pequeño se había bajado del cuerpo de Minho, estaba en el asiento de al lado abrochándose de nuevo la camisa. –Además sé que se te ocurrirán algunas buenas ideas, si sabes a lo que me refiero.- lo miró pícaro haciendo que las mejillas de Minho se tornaran rositas.
-Soy un pervertido.- contestó riendo. –Vamos.- abrió la puerta para entrar por la del piloto, Taemin también se cambió al asiento delantero, ya no sentía frio.
-Ahora sí que tienes una idea.- dijo Taemin acomodándose en su asiento pero sin ponerse el cinturón de seguridad.
-Cuando la tenga te la diré.- Minho por su lado sí se lo colocó, pero se sentía incomodo por la erección entre sus pantalones. Su libido aun no estaba tan fuerte como para decirle a Taemin lo que tenía en mente, tendría que esperar y relajarse hasta que llegaran a la casa de Donghyun.
Demonios, ¿estaba llevando a Taemin a casa de uno de sus amigos para hacerle el amor? ¿En qué clase de mundo se vive hoy en día? Oh sí, en uno en donde complacer el Muñeco es la prioridad.
Salieron de la playa rumbo al centro de la cuidad, a decir verdad Minho conducía sin destino aparente, ¡no tenía idea de donde estaba la casa de Donghyun! Pero quería mantenerse sereno. Escuchó los labios de Taemin separarse, como cuando succionó su cuello minutos atrás.
Lo miró por el rabillo de sus ojos notando como jugaba con sus labios, los abría y cerraba, se los relamía, delineaba el contorno del superior tan lento que su erección dolía. Pasó saliva nervioso. De la nada Taemin estaba jugando con uno de sus dedos, fingía morderse la cutícula, ¡tenía que provocar a Minho a como diera lugar! Y si tenía que lamer su dedo con tal de que captara el mensaje, lo haría.