Puse mi mano sobre su cadera para acercarlo a mí. Sentí la fricción de su miembro contra el mío además de su pierna alrededor de mi cadera, pasé mi brazo por debajo de su mulso, así su pierna quedó alzada y su entrada más accesible.
-No fuiste el único que no se concentró.- contesté pasando mi mano por su abdomen plano hasta llegar al ombligo en donde simulé un par de embestidas que lo hicieron gemir, deslicé más mi mano hasta dar con su miembro, lo tomé y comencé a masturbar a velocidad media.
-Ahh~- gimió echando su cabeza hacia atrás. Moviendo mi cadera logré acomodar mi miembro cerca de su entrada.
-Dilátate Keybum, que yo no puedo hacerlo.- susurré sobre sus labios consiguiendo que asintiera efusivamente, sus manos nerviosas fueron hasta su entrada en donde rozaba sus yemas con mi glande, por lo que sentía como intentaba dilatarse.
Su entrecejo se fruncía cada cierto tiempo, supuse que era cuando se penetraba con sus dedos, tenía sus ojos cerrados y las mejillas rojizas, pero suspiraba casi gemía. Sentí que tomó mi miembro y lo dirigió a su cuerpo.
Empecé a presionar mi glande contra su piel, con un poco de dificultad logré entrar en él, sacándole un gemido que fue cayado por su mano derecha. Seguí empujando hasta que entró por completo.
-Oh~- susurró. –No… no te detengaahs~- entreabrió sus dedos para decirme eso, me afirmé mejor en el suelo mojado y le embestí para entrar por completo, esto le sacó un hipeo.
-Te amo.- susurré presionando más su mulso para que no cayera al suelo, se siente más ajustada una parte de su cuerpo pues su otra pierna sigue en el suelo.
-Ah… lo sé.- susurró así que empecé a moverme, sentía como su cuerpo se volvía a cerrar cuando salía pero igualmente se abría al entrar. –Digo ah… yo tambi-bien.- se aferró más a mi cuello mientras incrementaba el movimiento de mi cadera.
Impuse un vaivén lento pero constante, uno en el que presionaba sus ojos para contener los gemidos. Sentía como el cuerpo de Keybum se abría para mí, llegando un poco más dentro que la embestida anterior.
Su cabello plateando con tonos lilas se le pegaba a la frente y los mechones más secos rebataban.
-Ah, ah~ Jong…- solté su pierna que mantenía en el aire pero no la bajó, sino que la enroscó contra mi cadera. Tomé su miembro y lo estimulé con más fuerza. –Ah no… me voy, no quiero.- presionó sus ojos y la fuerza en su pierna se incremento igual que la de su entrada.
Sus pliegues abrazaron tan fuerte mi miembro que terminé eyaculando dentro de su cuerpo, pero también logré frustrarlo a medio orgasmo poniendo mi pulgar sobre su glande para que no expulsara más semen. Por esto me rasguñó la espalda.
Lo embestí una vez más, con fuerza y firmeza para que mi esencia quedara dentro suyo, después salí de su cuerpo. Bajó su pierna cansado.
-Por qué… tú, arg.- pegó su cabeza contra la pared, mantenía sus ojos cerrados y su pecho aun subía y bajaba.
-Porque quería hacer esto.- susurré besando sus labios, luego me separé de él para hincarme y empezar a lamer su miembro, sentí que se tensó, puso su mano sobre mi cabello y enredó sus dedos en él.
-Ah Jonggie~ me encanta.- comenzó a marcarme un vaivén lento, seguro algo como le gusta a él. –Mmm…-
Intenté hacer más profunda mi mamada hasta que logró tocar mi garganta, hice un vibrato y esas ondas se trasmitieron por su glande hasta que terminó eyaculando dentro de mi boca. Retuve todo su semen para posteriormente tragármelo y retirarme de su cuerpo.
Antes de levantarme noté que un hilo blanco escurría de entre sus piernas, eso me dio morbo.
-Bañémonos.- susurró cansado. Con ese orgasmo se quedó exhausto por lo que terminé bañándolo y poniéndole la ropa, eso me encantó como dijo él. Al terminar de bañarme salí y él aun estaba recostado en su cama en donde lo dejé.
Lo cargué y así bajamos hasta la primera planta, a la cocina. Después de tomarme el licuado vi que faltan 30 minutos para la hora en la que me vería con Sunny, pero ya es momento de que salga.
-¿Quieres que te lleve a la cama?- le pregunté levantándome de la silla del comedor, llevándome mi taza vacía a la cocina.
-No; yo puedo ir solo, será mejor que ya vayas a ver al cazatalentos.- me dijo levantándose. –Mañana me va a doler todo.- susurró apenado. –Cuando llegues a tu casa me avisas cómo te fue.- me sonrió tan feliz que solo pude asentir.
-Yo te aviso.- dije caminando hacia la puerta principal. –¿Estás seguro de que puedes ir solo a la cama?- me puse la chaqueta negra mientras lo miraba.
-No te preocupes por eso, solo enfócate en la cita con él, todo tiene que salir bien.- asentí efusivamente.
-Entonces nos vemos.- me acerqué a él para darle un beso en la mejilla. –Cuídate por favor, cuando esté en casa te aviso.- lo miré a los ojos, él sonrió asintiendo.
-Cuídate también.- y Minho y su condón llegaron a mi mente, tuve que sacudir mi cabeza para evadir ese pensamiento. Reí nervioso mientras caminaba hacia su puerta, tomé la perilla y la giré para abrirla. –Y Jonghyun.- me llamó así que lo volteé a ver. –Te deseo mucha suerte.- sonrió desde el comedor que me hizo sentir un nudo en el pecho.
-Gr-Gracias.- susurré sonriendo tenso. –Nos vemos.- después de salir de su casa miré el reloj de mi celular y noté que tenía algunas llamadas perdidas, todas de Sunny, le regresé la llamada mientras caminaba en dirección a su dichoso hotel, me contestó molesta diciendo que ya tenía rato esperando y que no se me ocurriera dejarla plantada como ayer.
Por fin llegué al hotel y me registré al entrar, pedí la llave de la habitación de Sunny y al conseguirla caminé hacia el elevador, entré y marqué el piso 10, mientras las puertas se cerraban repasé el plan.