Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Crossroad por gaaranosabaku

[Reviews - 135]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bien mañana entro a la escuela, pero antes de abandonarlos por un buen tiempo les dejo otro capitulo más. Espero que lo disfruten.

“Él merece ser feliz”; esa frase seguía rodando mi mente, ¿tanto había sufrido en estos años?, la verdad es que nunca le pregunte a Luis como había sido su vida ese tiempo, aparte claro, de la muerte de su padre, para mí fue un tormento vivir alejado de él, pero me mantenía fuerte creyendo que él era feliz, que mi decisión había sido la correcta, por eso no tenía el valor de preguntarle, porque si él decía que no había sido ni medianamente feliz lejos de mí, yo me arrepentiría de todo, de mi carrera, de mi nueva vida y de la estupidez que cometí al alejarme sin dar la cara, opacado por la sombra del apellido Taylor.

-Por fin tenemos el día libre.- Sonrió Luis acercándose a mí. Era cierto por fin después de que supe que era él Luis teníamos nuestro primer día libre, si necesidad de regresar al hospital.

-Cierto.- Sonreí dejando de lado la pregunta que azotaba mi cabeza.- ¿Todo está bien con tu mama?

-Ella estará bien…-Hizo una pausa.- Con el tiempo ella estará bien ¿Cierto?- Volteó a verme, era un mirada triste, como si supiera que nada estaría bien, pero aun así dándose ánimos para soportar la difícil carga de ver morir a su madre.

Mis padres siempre dicen: “Los padres nunca debería enterrar a sus hijos”, era el ciclo de vida, era lo natural y, hasta cierto punto, lo normal.

-Todo estará bien.- Dije más como médico, entrenado, frio y sin involucrarme emocionalmente como dice la ética.- El hospital hace cuanto hace posible para que tu mamá este bien.

Por un instante de su boca salió un sonido que no escuchaba hacia años, era algo similar a una risa.

-Mentiroso.- Sonrió.- Eso se lo dices a todos los familiares de tus pacientes.

Era cierto, era lo que yo siempre decía, aun cuando sabía la terrible verdad que le esperaba a los familiares.

-Yo quiero a tu mamá, le agradezco muchas cosas que hizo en el pasado, es obvio que estoy igual que tú, digo lo que se porque para eso me “entrenaron”.-respondí aun sentado en la banca y con la cabeza viendo al cielo.

-Tu… ¿Crees que el cielo existe?- Iba a contestar pero no me dio tiempo.- Bueno, eso no importa, creo que cuando uno muere no hay nada más, todo termina, la muerte es solo dolor para aquellos que quedan vivos.

-Luis…-Murmure su nombre volteándolo a ver. No sabía que decir, como médico si sabía que decir, como su novio no tenía ni idea de que era lo correcto.

-No hay que ponernos sentimentales.- Sonrió dándome un pequeño beso en los labios, era un simple rose que me tranquilizaba.

-Tienes que tomar más agua.- Le hice una broma.

-¿Mis labios resecos te molestan?- Estaba serio, como si mi comentario le hubiera afectado.

-No, yo…- Me quede callado, no pensé que un simple comentario pudiera afectarle tanto.

-Broma.- Me contesto sacándome la lengua.- Es para que nunca más vuelvas a quejarte de mis labios.

-Jamás me quejaría de tus labios, no sabes cómo los extrañe todo este tiempo.- Lo abrace tan fuerte como pude, note que su complexión era bastante delgada, no lo había notado porque vestía ropa holgada que lo hacía ver ligeramente más robusto de lo que en realidad era.

Era extraño, a decir verdad cuando era un niño creí que sería alguien fornido, su papa era alto y de complexión robusta, como si hiciera ejercicio, cosa que no hacia porque por su oficio no le daba tiempo. Así que siempre creí que sería algo hereditario.

-¿Pasa algo?- Pregunto Luis cuando noto que más que abrazarlo le hacía un examen físico.

-Nada, es solo que siempre creí que serias alguien igual de robusto que tu papa.

Suspiro, saco su celular y me mostro una foto.

-¿Así?- Me mostro una fotografía tomada en la Ciudad de México en Bellas Artes.

Observe la fotografía por algún par de segundos, en ella había un chico alto y robusto, tenía el cuerpo marcado apenas lo suficiente, era un cuerpo delicado sin ser delgado y afeminado. Tenía un par de ojos brillosos, esos ojos jóvenes que tiene un futuro por delante y una sonrisa tan ancha que contagiaba, sonreí.

-Sí, algo así, pero por favor no me digas que eres tu.- Le suplique.

-Ese soy yo hace un año.- Contesto mirando la foto, como extrañando el pasado.

Por un momento me sentí alegre, era él, hacia tan solo un año, se veía feliz y sin preocupaciones, esa foto era una respuesta a la pregunta que se formulaba en mi cabeza, el sí había sido feliz sin mí, él había tenido una vida plena y eso me alegraba; después de alegrarme me preocupe…

-¿Qué fue lo que paso?- Pregunte groseramente, sin intención alguna.

-¿Qué le paso a ese joven, fuerte, sano y feliz?- Pregunto irónicamente.- ¿Enserio no lo sabes?

Su respuesta había sido hostil y de cierta forma lo sentí molesto, sabía que era lo que había pasado ahí.

-El cáncer.- Dijo robándome  la palabra de la boca.

-Lo siento.- Fue lo único que atine a decir.

-No tienes por qué.- Se encogió de hombros.- No es tu culpa y la verdad no quiero desperdiciar nuestro día libre aquí, no sé cuándo…

-¿Cuándo qué?- Pregunte luego de unos segundos porque se había detenido, no había concluido esa frase.

-Cuando tendremos otro día libre.- Se levantó de la banca dándome la espalda y caminando al estacionamiento. Avanzo un par de paso y volteo con una sonrisa hermosa que no me gustaba.- ¿Vienes?

Me levante de la banca, lo alcance y lo tome por la mano, al principio se sorprendió, pero después el sostuvo con fuerza mi mano. Caminamos hasta el estacionamiento y me pare junto a la puerta del piloto, Luis no se subía, está seguro que no quería que le abriera la puerta así que le hable para sacarlo del trance en el que estaba.

-¿Luis?- Dije su nombre como diez veces, pero no conseguía llamar su atención, así que tuve que ir hasta donde él estaba y tomarlo por el brazo.

-¿Eh? ¿Qué pasa?- Pregunto mirándome sorprendido.

-Eso es lo que yo te estaba preguntando.

-Es que…-Tartamudeo desviando su vista a mi hombro.- Es hermosa.- Me quede callado ¿Quién era hermosa? Volteé a buscar a esa chica tan hermosa que tenía embobado a mi novio.- ¿A quién buscas?- Pregunto confundido.

-A la chica hermosa.- Le conteste con un tono ligeramente celoso.

Una risa alta y estruendosa resonó por todo el estacionamiento que por fortuna estaba solo.

-¿Te burlas de mí?- Pregunte enojado.

-Por supuesto.- Contesto aun riendo.

-Estas embobado viendo a alguien hermosa, como no quieres que este celoso.- Lo solté, porque aun lo tenía tomado del brazo.

-¿Estas celoso de una moto?- Pero claro que estaba celoso, no importaba quien fuera… un segundo, él había dicho…

-¿Una moto?- Pregunte sin entender lo que pasaba.

-Si.- Respondí aun riendo.- Esa.- Señalo con la cabeza.

Esa era la BMW de Kyu, azul con blanco. Ciertamente era hermosa.

-Es la BMW r 1200 rs.- Suspiro.-Quisiera viajar por lo menos una vez en ella.

-¿Sabes manejar motos?- Pregunte asombrado

-Las amo.- Contesto.- Obviamente se manejarlas.

-¿Desde cuándo las amas?- Hasta donde yo sabía el solo amaba la galaxia.

-Desde los 15-16 años.- Contesto como si nada.

-Déjame hacer una llamada.- Esa cara de emoción no se la había visto nunca, así que tenía que hacer algo.

Me aleje de el para hacer una llamada, al principio Kyu se mostró sorprendió y después cauteloso.

-Podemos llevarla si quieres.- Le dije. Él se abalanzo y me dio el abrazo más fuerte del mundo.- “Si algo le pasa a mi moto te mato y te doy de alimento a las pirañas de algún recóndito lugar”

Se me quedo viendo como si no comprendiera lo que decía.

-Eso dijo el dueño, así que por favor, quiero seguir vivo mucho tiempo más.- Le dije

-Yo también.- Suspiro.

Fue directo a la moto.- En la chamarra están las llaves.- Le dije y él las tomo.

Me puse la chamarra de Kyu y me monte atrás de la moto. Les tenía pavor pero por Luis podía hacer cualquier cosa o eso creía hasta que la encendió. Me agarre fuertemente de su cintura.

-¿No te gustan las motos?- Pregunto como si no fuera lógico lo que acaba de hacer, la verdad es que no lo era.

-Vámonos.- Le dije evadiendo su pregunta.

El transcurso en moto fue muy malo para mí, Luis manejaba rápido y desprecabido contrario a Kyu que manejaba con calma y con toda precaución. Después de pensarlo un largo rato llegue a la conclusión de que a Kyu probablemente le gustara manejar como a mí, solo que él sabía que le tenía miedo a las motos y por eso se contenía, es más, creo que en la universidad él participaba en carreras o algo así.

En ciertos momento sentí como Luis perdía el control de la maquina pero lo recuperaba de inmediato.

La primer parada que hicimos fue en un restaurant, ambos elegimos un desayuno ligero.

-Deberías comer.- Le dije.- No es que no me gustes ahora, me encantas.- Dije antes de que pasara lo mismo que con lo de sus labios resecos.

-¿Me quieres para navidad?- Pregunto sonriendo e ignorando mi sugerencia sobre la comida.

-No.- Le conteste.- Te quiero para toda la vida.- Su mano se posó sobre la mía.

El resto del desayuno lo pasamos hablando de lo mucho que había cambiado en el tiempo que estuvimos separado.

-Fui el mejor promedio de mi clase.- Estaba orgulloso, se le notaba cuando hablaba.- Ambicionaba entrar a Harvard al igual que tu.- Mordía pequeños pedazos de fruta.- Siempre creí que tendríamos una oportunidad, por eso me esforcé.

-La tenemos.- Le afirme.- Aun puedes entrar a Harvard, incluso yo podría ayudarte en eso.

-Si bueno, no era lo que estaba en mis planes.- Soplaba su taza de café.

-Lo planes no siempre se cumplen, pero hay manera de llegar a la meta… SIEMPRE- Enfatice.

-Bueno, siguiendo con mi vida.- Cambió de tema, lo deje pero en algún momento lo retomaría.- Hice buenas amistades, había un par de chicos que querían salir conmigo.- Sonrió petulante.- Después de la muerte de mi papá intente salir con chicas, pero no funcionaba. Así que al final renuncié a eso, no podía, aunque quisiera, complacer a mí papá.

-No era tu obligación complacer a tu padre.- Aunque me caía bien el señor, no fue justo que Luis se presionara así.

-No creo que mi orientación sexual fuera el problema, déjame ser más específico.- Suspiro.- Yo no podía salir con nadie, hombre o mujer. Nunca conseguí sacarte de mi cabeza y mucho menos de mi corazón.- Hizo una pausa para beber más café.- Agustín, yo te amo.

-Y yo te amo a ti.- Le conteste con una sonrisa.

Habíamos terminado el desayuno, así que pague la cuenta y salimos de ese lugar. Eran alrededor de medio día. Y no había planeado como tal un itinerario.

-¿A dónde quieres ir?- Le pregunte.

-No lo sé.- Respondió encogiéndose de hombros.- Yo soy el turista aquí

Reí un poquito exagerado.- ¿Tú crees que yo conozco la ciudad?- Le pregunte irónicamente.- Por favor, soy doctor, lo único que conozco de pies a cabeza es el hospital.

-¿Qué hacías en tus días libre antes de que yo llegara?- Me pregunto serio, muy serio.

-Nada.- Le conteste, esa era la verdad, mis días libres normalmente los pasaba en casa de Kyu acostado, sin hacer nada, o leyendo un libro o escribiendo algún reporte, leyendo artículos médicos, estudiando.- Me has venido a salvar.- Sonreí aunque eso parecía no agradarle.

-Veamos una película.- Me pidió.- En tu casa.- Esa idea me gustaba y me ponía nervioso.

-Bien, pero primero creo que deberíamos comprarla.- Le comente casualmente mientras caminábamos a la moto.

-¿No tienes películas en tu casa?- De verdad lucía sorprendido.

-No.- Conteste.- Pero aquí hay un centro comercial y podemos comprar alguna.

Y así lo hicimos, fuimos al centro comercial y él eligió cinco títulos diferentes que iban desde extraterrestres, guerras, nazis, amor y desamor. Fuimos directo a mi casa.

-Adelante.- Le ofrecí el paso luego de abrir la puerta.

-No has cambiado.- Me dijo con una sonrisa melancólica.- Todo tan elegante, formal, ordenado. ¿Sabes que tu cuarto en México sigue intacto?

-No.- Realmente no lo sabía.- No pensé que mi papá tuviera esperanzas ni ganas de que yo regresara.

-Él te extraña demasiado.- Me confeso.- Pero mejor pongamos la película. ¿Cuál quieres ver?

-Los amantes del círculo polar.- Escogí al azar.

Pusimos la película, era una historia de amor prohibido de dos hermanastros, ambos se separan y al final uno de ellos fallece. Hasta cierto punto era lindo para Ana la chica esa muerte era como volver a reunirse con su amor, mientras que para Otto era solo una muerte.

Abrace a Luis tan fuerte como pude. Me da miedo perderlo. ¿El cielo existe? Me había preguntado Luis y Jimena, yo no creía en el cielo, ni en la vida después de la muerte, definitivamente yo sería Otto.

-Ellos definitivamente se reunirán.- Dijo Luis de repente.- Yo sí creo en eso, tú deberías hacer lo mismo.

No dije nada. No iba a cambiar de idea de una segundo a otro, había visto morir a tanta gente en el hospital, tantos familiares sufriendo que había negado la posibilidad de un cielo misericordioso. ¿Qué tan misericordioso es algo o alguien que mata después de tanto sufrimiento? ¿Cómo podría yo creer en eso? Creer en algo que yo luchaba por desaparecer de la vida de mis pacientes y de sus familiares, la muerte era solo muerte no había nada más.

-Quiero hacer el amor contigo Agustín.- Me pidió Luis aun recostado en mis brazos.- Vamos a tu cuarto.- La película la habíamos visto en la sala.

No dije nada, estaba nervioso, hacia tanto tiempo que él y yo no estábamos juntos. Lo tome de la mano y caminamos a mi alcoba, lo recosté en la cama y empecé a besarlo, sus labios estaban un poco ásperos pero seguían siendo dulces, su cuerpo era delgado pero encajaba a la perfección en mis manos, los besos eran dulces, después de extrañarlo tanto quería hacerle el amor así que estaba tomando todo mi tiempo. Las manos de él recorrían mi espalda un poco temblorosas y continuamente teníamos que separarnos porque se le dificultaba respirar.

-Espera.- Comentó luego de que nuevamente le faltara el aire, estaba acostado y con los ojos fuertemente cerrados.- Lo siento.- Balbuceó mientras se sentaba al borde de la cama.

¿Qué sentía? – No te preocupes no hay…- Mi frase se vio opacada cuando una arcada hizo que Luis se doblara y vomitara. ¿Le había caído mal el desayuno?

Una nueva arqueada, Luis estaba vomitando. Yo baje de la cama para ponerme frente a él y ayudarlo, pero no pude, mi cuerpo se quedó inmóvil, Luis volteo a verme y tenía sangre en su mano y en las comisuras de sus labios. El suelo… el suelo estaba bañado en sangre, bastante sangre.

Notas finales:

Bueno no es tan largo pero es bastante agradable el capitulo y supongo que prefieren leer algo corto en poco tiempo que mil hojas en bastante tiempo. Como ven la historia esta llegando a un punto crucial. Tengo que decirles que tal vez la historia ya llegue a su final en no mas de 3 o 4 capitulos, asi que espero que sigan conmigo un poquito mas, su espera se recompensada con un final digno de ustedes y digno de tanto tiempo de espera. Han sido al parecer 3 años y quiero agradecerles por todo, a los que platican conmigo en FB a los que no conosco como tal, a los que dejan rw para apoyarme y alentarme. A todo ustedes gracias!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).