Despues de pasar todo el dia con mis visitantes festejando mi cumpleaños, decidí que no podía seguir dandole vueltas al asunto, era necesario que viera a Kyuhyun, evadirlo no iba a cambiar las cosas, yo lo había tratado mal, muy mal, todo por una persona que acaba de conocer, en cambio Kyu había estado conmigo desde hace años y siempre me ha apoyado.
-En serio ¿no les molesta que los deje solo un momento?- Les pregunté por compromiso, sabía que ellos no pondrían objeción, pero aun así debía ser cortes.
-Ve con él.- Me dijó Citla
-¿Con él?- Pregunte alzando una ceja.
-Es obvio que vas ir a donde tu amigo el coreano, o ¿me equivoco?- sonreí, era obvio que no se equivocaba.
-Ayer se veía muy mal…- Me dijo Feernz.- ¿Algo paso?
-Digamos que no he estado en mis mejores dias, y me he desquitado un poco con él, y aparte ayer no se cuanto tiempo me estuvo esperando para festejar mi cumpleaños.
-¿Por qué no estabas? ¿Por qué no festejaste tu cumpleaños con él?- Cuestiono Citla.- Hasta donde yo le entendí, él dijo que cada año pasaban juntos tu cumpleaños, de hecho estaba algo preocupado por ti.
-Como ya les dije.- Intente explicarles un poco a ellos y de paso intente calmar a mi conciencia que no dejaba de recriminarme.- Estos días no he estado bien, y había peleado con Kyu, así que pense que él no quería pasar tiempo conmigo, asi que solo tome el auto y me fui a dar un paseo.
-¿Solo verdad?- Pregunto Fernando, su rostro me decia que no creía en mis palabras.
-Si, solo yo.- Conteste guiñándole un ojo.
-Hey, sin coquetearle a mi novio por favor.- Dijo Citla agarrando del brazo a Fer de una manera muy infantil, pero celosa.
-Dale chiquilla, que no te voy a quitar a tu novio.- Le saque la lengua y ella correspondio a mi acto infantil de igual manera.
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Despues de haber dejado a Citla y a Fer en un restaurant me fui a donde esperaba encontrar a Kyu.
Conduje como treinta minutos antes de llegar a su casa. La casa del coreano era algo mas acogedor que mi departamento.
Estacio el auto en la acera de enfrente, saque las llaves de mi apartamento y las llaves de la casa de Kyu.
Camine a donde estaba la puerta y dude un segundo, ¿debia o no debia de usar la llave?, no era la primera vez que estaba en esa casa, ni era tampoco la primera vez que usaba la llave, pero Kyu me habia regresado mi llave, eso significaba que el no queria que yo entrara en su casa.
Al final opte por tocar el timbre, ya despues de aclarar las cosas podria o no podria seguir usando la llave.
La puerta se abrio dejándome ver a un coreano con piel blanca solo en boxer y camiseta.
-Pense que no vendrías.- Dijo en un tono medio arisco
-Me importas y te debo mil disculpas… asi que aquí estoy.- Le conteste.- ¿Puedo pasar?
-Adelante.- Se quito de la puerta para darme paso y entre.- ¿Por qué no usaste la llave?
-Tu me regresaste la mía, no sabía si era o no correcto usarla.
-Me hubieras evitado la molestia de pararme.- Sonrio, pero era ese tipo de sonrisas que no alcanza los ojos, que no alcanza el alma.
Me senti la peor mierda del mundo, yo había provocado eso, yo habia provocado que la luz de mi vida se apagara.
-Kyu… yo…-
-No digas lo siento.- Me interrumpio Kyu.- No hay algo mas patetico y doloroso que una disculpa que no se siente.
-Pero yo de verdad lo siento.- Me defendi.
-Dime una cosa…- Se detuvo, dio media vuelta y me miro directo a los ojos, con una mirada que no supe descifrar.- La disculpa me la pides para que yo me sienta mejor o para que tu te sientas mejor.
-Kyu sabes que yo no soy asi…- Aunque tenia algo de razon, ¿Por qué le pedia disculpas, por el o por mi?
-Es que yo ya no se que esperar de ti.
Llegamos a la sala y el se dejo caer en el sillon individual y yo me sente frente a el, en el sillon de dos personas.
-¿Por qué dices eso?- Me incline y recargue mis codos sobre mis rodillas.- Yo soy la misma persona que conoces desde hace tiempo.
-No Agustín tu no eres esa persona, la persona que yo conocí era respetuosa, trabajaba arduamente, y tenia ética.- Suspiro, guardo silencio un segundo y despues continuo.- ¿Qué fue esa mierda de estar en tus rodilla para darme nalgadas?
-Yo…-
-Tu nada, eso es lo mas ofensivo que me has dicho, y no solo me lo dijiste a mi, se lo dijiste tambien a un paciente… ¿En que carajos pensabas?
Le iba a explicar que Joshua no era ningun paciente, pero era innecesario, entendia el punto de Kyu y sabía que estaba mal, pero ¿Qué podía hacer?
-Kyu… se que esta no es la persona que conociste.- El coreano se limpiaba algunas lagrimas con el dorso de su mano.- La persona que tu conociste estaba hecha pedazos, la persona que tu conociste estaba incompleta, era un muerto en vida, yo respiraba por que morir se me hacia una cobardía, yo tenia que pagar mis deudas en vida, no hay nada mas cobarde que matarse.
-¿Quién te armo de nuevo? ¿Quién recogio esos pedazos? ¿Quién vino a acompletarte?- Pregunto con las lagrimas ya mas fluidas
La respuesta a esa pregunta era “Joshua” pero no podía quitarle meritos a él coreano que estuvo conmigo por años.
-Tú estuviste en ese proceso, Kyu, tu me ayudaste a levantar cada pedazo de mi vida, me ayudaste a reconstruirla y nada me hubiera dado mas gusto que fueras tu mi complemento…
-Pero no lo soy cierto.- Pregunto intentando normalizar su respiración.
-No, no eres tú.- Conteste con toda la sinceridad del mundo.
-¿Es el paciente?- Preguntó con algo de miedo, sabia que la respuesta no le gustaria.
-No tampoco es él.- La verdad es que la unica persona que iba a arreglar mi vida era Luis, pero él no estaba y no iba a regresar.
-Agustín… te odio irremediablemente, se que es patetico, pero no entiendo como pudiste ofenderme de esa manera.
-Lo siento, lo siento mucho…- Es solo que no han sido mis mejores días, es como si la vida me quisiera ver de nuevo hecho pedazos
-¿Por qué lo dices?- Se calmo un poco y mostro algo de preocupación por mi.- Es claro que no se la historia, pero sea cual sea la razon por la que llegaste aquí destrozado, no se repitira
Sonrei, me encantaba la seguridad con la que hablaba
-¿Cómo puedes estar tan seguro?- Pregunte escondiendo mi cara con mis manos.
Note que el se levanto, pero no queria descubrir mi rostro.
Una mano se poso en mi espalda y de repente un abrazo empezo a calmar mi ansiedad.
-Estoy seguro, porque en ese entonces no me tenias a mi.- Susurro en mi oido, su voz me erizo la piel.- Pase lo que pase, nunca te abandonare