Definitivamente podemos decir que los primeros momentos, días e incluso semanas luego de conocer a alguien, son algo incomodas. Bueno no siempre… hay casos especiales, como por ejemplo el de estas dos extrañas, dos mujeres que no sabían nada sobre quien estaba allí a su lado haciéndole compañía.
Hyomin no podía entender como es que estaba en los brazos de Qri con tanta calma pero eso no era lo más raro, sino aquella extraña sensación que había nacido en su pecho cuando sintió el calor del cuerpo de la pelirroja. No había incomodidad, no había temor, ni algún sentimiento de rechazo, solo ese irrevocable deseo de tenerla mas cerca, de permanecer así hasta que el Sol las bañara con su luz.
Por su parte Qri se sentía en un dilema, no podía negar que tener a Hyomin en ese estado la entristecía mucho, por extraño que pareciera, le afectaba verla llorar, no quería que siguiera así, deseaba poder parar esa situación y hacerla sonreír pero no sabia como, solo podía quedarse así, ofreciéndole su presencia y su hombro. El otro punto que la tenia pensativa era ese gusto que sentía al tenerla en sus brazos, sencillamente algo en ella se volvía mas tibio, su corazón latía más rápido, su respiración estaba acelerada y su cuerpo no quería romper aquella posición, pero… tenía que hacerlo. Lentamente se separó, Hyomin tenía el rostro gacho, aun estaba llorando pero con menos fuerza, sus frentes estaban a punto de tocarse mientras Qri intentaba verla a los ojos. Quería limpiar aquellas lágrimas pero no tenia pañuelo así que optó por secarlas con sus manos. Levantó el rostro de la otra mujer y comenzó a pasar sus dedos con mucho cuidado, con toda la delicadeza del mundo, concentrada en lo que hacia y no notando como Hyomin le clavaba la mirada.
-Gracias- pronunció levemente sin dejar de verla a los ojos.
-No hay de que- respondió sosteniéndole la mirada y ofreciéndole una sonrisa- No me gusta verte así- dijo acariciando su mejilla con ternura- No quiero volver a verte en este estado- confesó sin pensar.
-¿Por qué? Apenas me conoces- ya a este punto Hyomin estaba demasiado cansada de llorar así que se acercó un poco más para poder recargar su frente del hombro de Qri- No tenias que venir, no tienes ninguna obligación conmigo, sin embargo aquí estas.
-Ni yo misma lo se- dijo con una risita- Simplemente me importas.
-Eres rara- comentó Hyomin riendo también- Estas aquí consolando a una desconocida.
-Entonces tú también lo eres, estas aquí apoyándote en una extraña- ambas sonrieron- Hyomin- le llamó.
-¿Si?- dijo acurrucándose más a Qri.
-¿Me puedes decir que te ha pasado?- preguntó con inseguridad, temiendo que la chica comenzara a llorar de nuevo o peor, que se enojara.
La castaña suspiró pesadamente para luego separarse con mucha desgana, le dedicó una corta mirada antes de cambiar su atención al cielo. Pasaron unos segundos en los que parecía que Min ordenaba sus pensamientos y pensaba como contar lo que le había ocurrido y cuando se sintió lista comenzó a hablar, sin verla.
-Hoy vi a mi esposa salir del restaurante, no supe si estaba acompañada o no, Jessica me dijo que no le diera vueltas a eso y que disfrutara de nuestra tarde juntas y asi lo hice. Cuando llegué a la casa ella estaba en la ducha, vi su abrigo en la cama, lo tomé para colgarlo y calló la factura de la comida…- volvió a mirar a Qri con esa tristeza y decepción que tanto le partían el corazón- La cuenta era algo larga, no le di importancia creí que tal vez había tenido una reunión de negocios o se habría reunido con algún amigo, así que la guardé. Cuando salió le pregunté que había hecho en el día…- quizás era algo malo, pero el numero de risas alegres de Hyomin habían disminuido y sido reemplazadas por aquellas risas amargas- ¿Sabes lo que me dijo? Que solo había trabajado y que había ido a almorzar a casa de su Abuela… es que es tan… no se porque me hace esto Qri, no lo se, le he dado todo de mi ¿y esto es lo que me da?
La pelirroja pensó su respuesta no queriendo decir las palabras incorrectas, lo menos que quería era destruir un matrimonio, bueno eso ya lo estaba haciendo la esposa de Hyomin, pero ella no quería ser una razón extra. Además este tema le traía recuerdos y no eran para nada buenos. Respiró profundo antes de hablar.
-No soy quien para meterme en esto, lo se, pero creo que debes darle la cara a esta situación Hyomin, se que ya te lo han dicho, pero es que eso es lo correcto. No puedes dejar que ella te siga humillando de esa forma. Es tu esposa y te debe respeto, pero no lo tendrás si la dejas seguir con su juego… o termina lo que esta haciendo, te pide perdón y hace hasta lo imposible por reparar el daño que ha hecho o se va con su amante. Te dolerá, yo se que sí, pero tiene que decidir y no lo hará si no la obligas, seguirá engañándote, hiriéndote, jugando contigo y con ella. No la dejes, no dejes tu dignidad en sus manos.
La sinceridad no siempre es apreciada, pero este no era el caso. Hyomin sabia a la perfección que lo que le decían sus amigas, su hermana y Qri era cierto, pero ¿Cómo lo hacia? Tenía tanto miedo de enfrentar a Eunjung, de exigirle que eligiera y que esta terminara marchándose con su amante. Si, el miedo era grande, su dependencia sentimental también y su debilidad… su debilidad hacia aquellos ojos, a esos labios y esa voz era inmensa, no, no podía dejarla, Eunjung era su mundo, su todo, su único amor.
-Se lo que estas pensando- interrumpió sus pensamientos- Pero no es así, si te deja, estoy segura de que en algún lado habrá alguien que podrá amarte más, alguien para quien tu podrías significar todo, solo es cuestión de tener valor.
Valor, esa palabra la hacia sentir como una idiota.
-Soy una cobarde, tengo miedo, Qri, yo… no quiero perderla- admitió con los ojos llorosos.
-Te entiendo, pero si no haces nada la perderás a manos de esa otra mujer.
Qri no sabia porque, pero decir esas palabras le estaba costando, incluso, llegaban a crear un nudo en su garganta “¿Por qué? Solo hago lo correcto, solo digo lo que pienso” se decía internamente, y era cierto, pero lo que ella aun no sabia era que su corazón estaba comenzando a desear la separación de aquel matrimonio, sonaba egoísta, pero así era.
**********
Ya era tarde, no, corrección, ya era MUUUY tarde según Soyeon, que estaba cansada de esperar a sus hermanas. Una que debía de estar en casa desde hace rato y otra que había salido corriendo como una delincuente escapando de la escena del crimen. Miró el reloj de pared y suspiró ante la hora, se estiró sobre el sofá y dejó el bol con palomitas frente a su pecho luego observó al perro que estaba echado sobre el tapete de la sala, a pocos metros de ella.
-Hey, tu- nada, el animal solo la ignoró- ¡Oye, te estoy hablando animal!- intenta de nuevo para obtener un simple movimiento de oreja- Ok, seré mas sutil- se sienta de nuevo para poder mirarlo mejor- Tu, despreciable ser de cuatro patas, hocico de hiena y ojos de demonio ¿Podrías dejar de estar ahí tirado? Estoy harta de tanta calma ¿Sabes, me aburro?
-Unnie, deja de hablarle así a Maru, sabes que a Qri no le gusta- dice Jiyeon entrando a la sala.
-Ni siquiera oí cuando abriste la puerta ¿Eres un fantasma o que?- pregunta en broma, Jiyeon solo le dio una fugaz mirada y se lanzó sobre otro sofá. La mayor la miró con perspicacia y en segundos tuvo una idea de lo que le pasaba a la siempre alegre joven-Tienes una cara… y diría que es peor que la de esa cosa- comenta señalando al perro.
-Oh, gracias unnie eso me hace sentir mucho mejor- replica la menor con sarcasmo.
Las cosas tenían que estar mal, porque Jiyeon nunca respondía así a sus unnies.
-¿Problemas en el paraíso?- inicia tomando un puñado de palomitas- No me digas que discutiste con tu novia- inquiere para luego comerlas.
Un largo suspiro se escuchó en la sala, Maru, se levantó de su lugar para acercarse a la castaña y posó su cabeza sobre las piernas de esta, en seguida Jiyeon comenzó a acariciarlo con mirada perdida.
-Si… hoy fue nuestra primera discusión- dice.
-¿Puedo saber la causa?
-Es que fuimos a almorzar al restaurante donde trabaja unnie y pues te imaginaras lo incomoda que estaba con la idea, no quería que esas dos se encontraran y comenzaran a echar chispas como siempre- Soyeon asintió demostrándole a su hermanita que le estaba prestando atención- Me preguntó que tenia y en vez de decirle lo que me pasaba le hablé acerca de su relación con Qri, le dije que ella no la soportaba y se enojó ¿Puedes creerlo? Por eso se arruinó todo el almuerzo- la castaña hizo un puchero ante los recuerdos.
-Es entendible, supongo que Eunjung nos ve a Qri y a mí como a las suegras que debe de conquistar para poder estar contigo y con eso de que Qri anda terca pues es normal que se estrese ¿No?
-Eso lo entiendo, pero no es necesario que se pusiera así… luego apareció Sehun…
-¿Tu ex? Vaya eso fue drama seguro- interrumpe.
-Si, hablamos un poco y los presente, le dije que el era mi ex novio y cuando se fue me reclamó porque no la había presentado como mi novia- termina con un tono lleno de frustración.
Soyeon no terminaba de entender porque su hermana nunca presentaba a Eunjung como su novia, sin embargo no había preguntado creyendo que esta tendría sus razones.
-Seguro se sintió amenazada, conocer al ex de tu pareja siempre es algo incomodo y hasta puede desmotivar un poco, yo también me habría sentido así si hubiera estado en su lugar, Sehun es un hombre muy guapo, claro no digo que ella no sea bonita, de hecho es muy hermosa… bueno tu me entendiste- termina agitando la cabeza por su enredo.
-No es como que la voy a dejar para volver con el.
-Como sea, creo que el máximo error fue no decir que era tu novia y a todas estas ¿Por qué nunca lo haces?
Al fin se atrevió a preguntar, pero la reacción de su hermana no fue la que esperaba. Jiyeon solo guardó silencio y se concentró en el perro de nuevo, Soyeon no era tonta, sabia muy bien que la menor se estaba tomando su tiempo para elaborar una respuesta, pero ¿Por qué tardaba tanto? Era como si estuviera haciendo un plan, como si buscara las palabras adecuadas, como si no quisiera cometer un error.
-No me siento cómoda llamándola así- dijo levantando la cabeza para mirar a su hermana y se notaba que no tenia intenciones de alargar su respuesta.
Soyeon no preguntó más, sabia que ahí había algo y que tarde o temprano la otra terminaría diciéndolo, todo era cuestión de tener paciencia y no presionarla.
**********
El silencio la recibió, escena que pocas veces presenciaba, normalmente Hyomin siempre estaba en casa antes que ella para recibirla con un beso, una gran sonrisa y la cena lista, pero hoy, no había nada de eso. Pensó que por ser pasadas las once era algo tonto esperar ser bienvenida de esa forma, su esposa debía de estar rendida en los brazos de Morfeo, así que subió las escaleras con mucho cuidado, de igual forma entró en la oscura habitación no queriendo despertarla. Caminó a paso ligero, dejó su maletín y su abrigo .
Era tiempo de buscar su pijama pero con aquella oscuridad no podría encontrar nada, encendió la luz y para su sorpresa… la cama estaba vacía.
-¿Hyomin?- su rostro de sorpresa fue épico- ¿Dónde estará?- se preguntaba.
Su esposa no acostumbraba a estar fuera a esas horas, muy pocas veces lo hacia y cuando eso pasaba siempre le dejaba algún mensaje o la llamaba, por eso le parecía bastante extraño. Volvió hacia el perchero y sacó su celular del abrigo, cuando encontró el número que quería presionó la tecla de llamada. Espera y espera, y esa espera siguió por un buen rato, la llamó veinte veces y ninguna de sus llamadas habían sido contestadas. Ya se estaba asustando, eso no era normal, bueno Hyomin ya lo había hecho un mes atrás, pero en esa ocasión si contestó el celular.
-¡Diablos!- se pasó la mano por el cabello un gesto evidente de tensión y llamó a alguien más.
-Buenas noches ¿Qué sucede Eunjung? ¿Por qué llamas a estas horas?- una vos respondió de forma cortante y gruñona.
-Jessica Hyomin no está- contó con un poco de desesperación.
-Ok ¿Qué con eso? Es una mujer adulta puede llegar a casa a la hora que quiera ¿No?- respondió.
-Hey, hey ¿Por qué tan agresiva?- pregunto sintiéndose atacada- Además eso no es lo que me preocupa, no ha contestado ninguna de mis llamadas ¿Y si le sucedió algo?
-No lo se, quizás este con alguna de las chicas o tal vez aun esta en la oficina ¿Has intentado llamarlas?- dijo esta vez con mas suavidad.
-No- respondió sintiéndose un poco tonta por eso.
-De acuerdo, yo las llamo y te aviso ¿Esta bien?- sugirió.
En otro lugar una pareja se hallaba sentada sobre su cama, con rostros algo soñolientos pues su descanso había sido interrumpido. La chica de las sonrisas observó como su esposa marcaba los números con suma tranquilidad.
-¿No te preocupa que le pase algo?- preguntó sintiéndose un poco enojada por la tranquilidad de su compañera.
-No- contestó la otra con desinterés- Yo se donde y con quien esta- confiesa, esta vez una enorme sonrisa se posó en sus labios- La llamé hace rato porque vi varias llamadas perdidas de su parte y me dijo que hablaríamos luego que debía ir a verse con Qri en el parque- continuó y en ningún momento borró su sonrisa.
-Oh, ya veo.
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La noche no tenia piedad de los corazones rotos, a ella no le importaba que Hyomin estuviera destrozada sentimentalmente, así que seguía bajando la temperatura, casi le hacia creer que buscaba ahuyentarla o… ¿Buscaba otra cosa?
Su abrigo no le brindaba suficiente calor, ya estaba comenzando a temblar. A su lado caminaba una distraída Qri, observando las estrellas con mucha concentración, parecía buscar algo.
-¿Qué buscas?- preguntó mientras caminaban, la mayor bajó la mirada y sonrió.
-Mi madre solía hablarme mucho de las estrellas, todas las noches me contaba alguna de las historias que habían detrás de cada constelación- comenzó con un rostro risueño- Recuerdo que muchos de los niños que conocía me decían que odiaban la hora de dormir porque significaba el final de la diversión, pero yo no era así, a mi me gustaba, para mi, era el momento mas cómodo y relajante de todo el día. Era el único momento en que podía pasar tiempo con ella y escuchar su voz- poco a poco su rostro se fue apagando- Ahora no logro recordar la mayoría de las constelaciones… he olvidado casi todo lo que me enseñó, aun así, cuando las miró puedo sentir que la estoy mirando a ella- confesó con algo de tristeza.
Hyomin había escuchado todo con mucha atención, dirigió la mirada a las estrellas, intentando sentir esa conexión que parecía tener la otra chica.
-¿Tu madre está lejos?- preguntó.
-Si, murió hace diez años- contestó mirándola a los ojos, Hyomin se sintió mal, como todos cuando pasamos por ese tipo de situaciones.
-Yo… yo lo siento… no quería…- la sonrisa de Qri se hizo mas grande acción que confundió a la menor.
-No tienes porque ponerte así, no lo sabias, además ya lo he superado- le asegura deseando hacerla sentir mejor, pero la castaña solo estaba mas sonrojada, mordiendo su labio inferior- Pensé que era imposible- comentó con una extraña mirada.
-¿Qué cosa?- preguntó Hyomin con inocencia.
-Que fueras más tierna, pero me equivoque, porque así…- se acercó a ella y enmarcó el rostro sonrojado entre sus manos, con cariño- Toda roja y con esos ojos de cachorro, te vez mucho mas hermosa.
Ese fue un extraño acto impulsivo por parte de Qri, ella no era del tipo de mujer que andaba por ahí diciendo cosas bonitas o dando demostraciones de afecto pero ahí estaba, tan cerca de otra mujer, sintiendo como su corazón golpeaba su pecho con fuerza y mirando esos hermosos y tentadores labios.
-Gra-gracias- respondió Hyomin sin saber que estaba pasando, pero sin buscar la manera de apartarse- la pelirroja apartó su mano lentamente y las bajó para luego tomar las manos descubiertas de la menor.
-Tu rostro esta ardiendo…- comenta con una risa- Pero tus manos están heladas, deberíamos irnos ya- sugirió sin soltar las manos que ahora también sujetaban las de ella- Vamos- dijo dando un sutil jalón a la mano ajena para hacerla caminar.
-No- estaba rojísima pero la determinación de su voz era grande- Quedémonos por aquí, quédate conmigo un rato más, quiero estar contigo, por favor.
Hasta ahora Qri había estado actuando por impulsos y no planeaba parar de hacerlo, ¿Por qué? Quizás era un efecto de Hyomin o quizás se había acostumbrado demasiado rápido a estar con ella, no lo sabia, lo que si sabia era que aquellas palabras habían movido algo en ella y que aunque no supiera porque estaba dispuesta a hacer todo lo que la castaña le pidiera. Sonrió y apretó suavemente la mano de Hyomin.
-Esta bien pero no podemos quedarnos afuera, enfermaras- dijo quitándose la bufanda con la mano libre, no queriendo soltar la de Hyomin, pero para arreglar la prenda tenia que hacerlo. La acomodó ante los ojos sorprendidos de la castaña- Oh y deberías de ponerte esto también- dijo quitándose los guantes para comenzar a ponérselos a su acompañante.
-Qri ¿Qué haces? Esto no es necesario, luego tú tendrás frio- increíblemente sonrojada, intentó quitarse para evitarlo pero Jihyun era demasiado terca.
-No, estaré bien, tranquila- dijo y terminó de poner las prendas en su lugar- Listo, ahora vámonos- con una amplia sonrisa ofreció su mano derecha, como cuando se conocieron. Pero esta vez Hyomin la tomó con rapidez, esta vez ese tacto significaba algo mucho mas fuerte, no era solo un “Hola mucho gusto” era mas como una muestra de confianza, comodidad y hasta necesidad.
Aunque tenia el recuerdo de su primer encuentro en mente, Qri decidió llevarla a una cafetería, soltó una risita al ver la mala cara que había puesto Hyomin, quien solo se limitó a mover la cabeza y darle un golpecito en el brazo.
-Sabes que odio estos lugares- dijo ubicándose en una mesa- Me traen malos recuerdos.
-Si, pero eso comenzará a cambiar desde hoy- dice con convicción.
-¿Por qué lo crees?- el rostro dudoso y curioso de la castaña era simplemente demasiado adorable, eso pensaba Qri.
-Porque yo me encargaré de suplantar ese mal recuerdo con muchos nuevos.
-¿Y que tendrán de especial que me harán olvidar al otro?- Hyomin estaba cada vez mas confundida y la sonrisa de su amiga no le ayudaba en nada.
-En que estaré yo para hacerte feliz, así cuando pienses en un café no tendrás que llorar o deprimirte, podrás sonreír- explicó la pelirroja con una expresión amable y cariñosa.
Lo que ella no sabia era que cada uno de sus actos, cada una de sus palabras hacían que algo dentro de Hyomin se encendiera, que no solo la hacían enrojecer sino que lograban darle una inmensa felicidad. La hacían sentirse querida como hace mucho tiempo no la hacia sentir Eunjung, y hablando de la esposa infiel, cada minuto con Qri parecían ir borrando parte del dolor que la primera nombrada había causado.
-¿Te gustaría una taza de chocolate caliente?- la pregunta de la pelirroja la sacó de sus pensamientos “¿Cuánto tiempo duré en ese estado de ensoñación?” se preguntó- ¿Hyomin?
-¿Ah? Si, si, que digo no, no me gustan las bebidas calientes- dijo ante la mirada extrañada de la otra mujer.
-¿En serio?- preguntó llena de sorpresa, Min asintió- Ok, entonces ¿Una malteada?- preguntó dubitativa.
-Si, eso es perfecto- contestó con una sonrisa.
Jihyun pidió las bebidas mas algunas galletas y un trozo de pastel, ya que Hyomin adoraba ingerir dulces, en realidad adoraba comer.
-Definitivamente eres rara- comienza, la otra le dedicó una mirada interrogativa- Eres la única que prefiere comer helado o beber una malteada en un clima casi antártico.
-¿En serio soy rara?- preguntó mas para si misma, sintiendo aquello como una especie de defecto.
-Si, pero eso no esta mal, raro no significa malo, sino poco usual, tu eres una persona poco usual, Hyomin- y ahí iba de nuevo, haciéndola sonrojar como si de eso dependiera su vida- Eres única- y le salía tan fácil, pero para Hyomin no era fácil mantener la compostura ante esas palabras.
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Cuando nos acostumbramos a tener a alguien a nuestro lado nos sentimos extraños y hasta vacios al no los tenerlos cerca, así que imagínense la sorpresa y la decepción de Eunjung cuando despertó en el sofá, cubierta por una manta. Al pararse para buscar a su esposa solo encontró una cama vacía, otra vez. Hyomin había venido, y la manta sobre sus hombros lo decía, pero ya no estaba. Luego de asearse fue a la cocina y en el refrigerador había una nota.
-“Lo siento, llegué muy tarde anoche, lamento haberte preocupado. Hoy salí más temprano de casa para ejercitarme, hablamos luego. Te amo” ¿Eso es todo?- se preguntó a si misma con molestia- Como se atreve a dejarme así a… ¡Agh!
Si, le había dolido, le había dolido y mucho que su esposa desapareciera y la ignorara por completo, le había dolido también que no le diera las razones, le había dolido que no se quedara para explicarle porque no había llegado a la casa, si, eso le molestó, pero ya luego hablaría con ella y le diría que no estaba complacida con sus acciones.
-Maldito dolor de cabeza- se quejó mientras preparaba el desayuno.
Había tenido un mal día, primero las discusiones con Jiyeon, los celos, el estrés. Luego se desaparece su esposa, no da señales de vi, se quedó dormida en el sofá, despertó con el cuerpo hecho trizas, una cabeza palpitante y de nuevo sin ver a su esposa.
-Jiyeon- el nombre vino a su mente- Debería de llamarla, no soporto estar así con ella.
-Hola, Jungie ¿Ya no estas enojada?- la aniñada y tierna voz de su amante fue suficiente para desvanecer gran parte de su mal humor, con una sonrisa respondió.
-No puedo estar molesta contigo por mucho tiempo, amor, es una tortura- risitas de felicidad se escucharon- ¿Qué te parece si nos vemos para desayunar?- pregunta al ver que su intento de desayuno estaba resultando en un total desastre.
-¡Me parece una gran idea!
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La casa de las hermanas Park es muy acogedora, realmente un lugar donde te puedes sentir a gusto, el ambiente entre las hermanas es siempre ameno, pero en las mañanas es otra historia. Qri y Jiyeon se levantan siempre con el pie izquierdo, en la primera hora se comportan como ancianas zombis que andan repartiendo gruñidos y quejas de porque se tienen que levantar tan temprano, pero hoy era una excepción. Soyeon veía como Qri caminaba de un lado a otro en la cocina preparando un GRAN desayuno, muy variado y con el estilo profesional de su hermana. Y eso era raro, porque la pelirroja odiaba hacer el desayuno por la sencilla razón de que odiaba estar despierta a esas horas, pero hela allí, cocinando alegremente incluso tarareando una canción “Esto es extraño” pensaba mirándola con el ceño fruncido.
-¡BUENOS DIAS, UNNIES!- saludó Jiyeon en voz alta entrando a la cocina de un salto- ¿Qué tenemos para desayunar hoy? Oh y wow unnie que hermosa te ves hoy, estas radiante.
“Ok, esto no es extraño, esto es jodidamente extraño” pensó ahora mas asombrada por la escena.
-¿Qué es lo que están fumando? Miren que eso no es bueno- dice en broma mirando toda la comida que Qri estaba colocando en el mesón.
-¿Qué? ¿De que hablas, tonta? Yo solo estoy feliz, eso es todo- responde Jihyun.
-Si, eso puedo verlo ¿Qué hiciste anoche? No llegaste, bueno al menos no te sentí llegar- preguntó picando sus panqueques y metiendo un pedazo en su boca. Qri no le había respondido así que alzo la vista y la encontró sonrojada, tragó y abrió los ojos como un ciervo- ¡No me digas que tuviste sexo anoche! ¿Es pos eso que estas así?
-¡¿Qué?! No, no, no que cosas dices, por Dios- la mayor comenzó a mover sus manos desesperadamente ante tal comentario sintiéndose muy avergonzada.
-¡Aish! Que aburrida, te dije que no me lo dijeras- Soyeon resopló sintiéndose decepcionada. Jiyeon reía con la boca llena de panqueques.
-Que pervertida eres, unnie- dijo cuando al fin logró tragar la comida.
La hermana del medió le dio una de sus miradas escrutiñadoras y luego comenzó a olfatearla, las otras dos observaron aquello con un rostro extrañado.
-Usted no se salva, señorita, huelo una gran cantidad de perfume, y creo que es de la marca “MevoyaencontrarconEunjung” ¿Cierto? Por eso estas tan contenta- después de mencionar aquel nombre miró de reojo a la mayor para saber cual seria su reacción ante aquel nombre pero para su sorpresa Qri aun estaba comiendo y sonriendo- Les juro que parecen otras personas- dijo metiendo otro poco de comida a su boca.
Sus hermanas no le prestaron atención y siguieron comiendo. La primera en levantarse fue la mayor.
-¿Eso es todo lo que vas a comer?- Jiyeon miró estupefacta como su hermana dejaba la mitad de la comida.
-Si, es que voy a ejercitarme y no puedo ir muy llena- contestó antes de dejar la cocina- ¡Ustedes limpian!- gritó
-No, Jiyeon limpia.
-Como sea, solo limpien- desapareció escaleras arriba para volver a bajar un rato después. Iba corriendo como la noche anterior.
Las otras dos se levantaron para despedirla pero esta solo pasó rápidamente abanicando sus manos como despedida, con el cabello recogido en una coleta, ropa, zapatos deportivos y una notable emoción.
-Creo que tiene novio- comenta Jiyeon mientras veía como el auto se alejaba.
-Yo creo que es NOVIA o por lo menos lo será.