Siempre decimos mentiras, quien diga que nunca lo ha hecho, miente, tan sencillo como eso. Lo hacemos desde pequeños, cuando hacemos algo mal y tememos el castigo que podamos recibir si decimos la verdad, cuando estamos más grandes lo hacemos por conveniencia, las mentiras inocentes se pierden y son reemplazadas por las mentiras manipuladoras, aquellas de las que sabemos que al ser dichas podremos obtener algo, y cuando somos adultos mayormente mentimos por cinismo, astucia, cobardía y por miedo a dañar o perder a los demás.
Hyomin sabía que cada una de las palabras que salían de la boca de Eunjung no eran más que puras mentiras, grandes, descaradas y cínicas mentiras ¿Por qué le parecía un descaro? Simple, si Jessica había hablado con la muchacha o jovencita, entonces seguramente esta le habría contado a Eunjung y si al saber que había sido descubierta en el acto aun seguía haciéndolo pues no había otra palabra más adecuada para nombrar sus acciones, aquello era descaro y del grande.
-Estoy en una reunión muy importante, no me esperes, llegaré tarde.
-Ok- fue lo único que logró decir.
Sus lágrimas amenazaban con salir en cualquier momento, era claro que su esposa no tenía ninguna reunión, bueno sí tenía una, pero no era de trabajo, ero de puro placer.
-Nos vemos pronto, cariño, te amo- mintió, de nuevo.
-Yo también te amo- respondió, deseando que sus palabras fueran tan falsas como las de Eunjung, pero no, su amor sí era verdadero.
Aquel desagradable sonido de los teléfonos se hizo presente, indicándole que ya la otra mujer había colgado, pero aun así ella mantenía el teléfono en su lugar, incapaz de moverse debido a que sus pensamientos eran demasiados, tantos que no notaba que su posición no había cambiado. Jessica que estaba a su lado, tomo con suavidad su mano, quitó el celular e hizo que Hyomin pusiera su mano sobre sus piernas.
-Min… ¿quieres hablarlo?- la voz de Boram era tan suave que si no fuera porque la habitación estaba en total silencio, nadie la habría escuchado, pero sus amigas no podían criticarla, todas estaban igual que ella, preocupadas.
-Está con ella, han estado juntas todo el día, las vi en un café en la tarde y ahora me llama para decirme que tiene una reunión… yo se que es mentira, escuché como esta mañana hablaban y pactaban su encuentro, cuando terminó de hablar con ella, llamó a su secretaria y le dijo que cancelara todas sus citas porque planeaba pasar el día conmigo- el descaro del momento la hizo reír con amargura- Miente, me ha estado mintiendo desde hace meses, pero yo fui tan ciega. No dudé en ningún momento de sus palabras, hasta que las vi… y todas las reuniones de último momento, todos los desplantes, todos aquellos momentos en los que me ignoraba y aquel olor en su ropa que me parecía desconocido, tomaron sentido.
Observar a un ser querido llorar es algo que nos duele, sus amigas le miraban con dolor, sintiendo lo que ella sentía y Qri la observaba con pena, no hacia ella, sino hacia la esposa que causaba este dolor y tenia el corazón tan frio como para dañar a quien había jurado amar hasta la muerte.
-¿Desde cuando, Minnie?- se atrevió a preguntar Sunny.
-Quizás unos seis o siete meses.
-No quiero herirte, pero eso no es una simple infidelidad… bueno nada en este tema es simple, pero, creo que si ha mantenido esto por tanto tiempo, es porque esa mujer no es solo un juego, Min- esta vez era Yuri- Debe estar enamorada o por lo menos siente algo por ella.
-Lo sé, pero…- soltó un gran y pesado suspiro- pero me estoy aferrando a sus palabras aunque sé que son mentiras quiero creerlas, así como quiero creer que la dejará, para que podamos continuar y olvidar todo esto… para seguir con nuestro matrimonio y…
-No.
La atención cayó en Jessica, que la miraba con firmeza.
-No puedes seguir e ignorar esto como si fuera algo sin importancia, te ha sido infiel, ahora debes enfrentarla y decirle todo lo que sientes, no te aferres a la idea de un matrimonio que esta muriendo, no te aferres porque ella ya aflojó su agarre desde hace mucho.
Por más que sonara duro, todas incluyendo a Hyomin sabían que aquella era la verdad. Y a Jessica le dolía hablarle así a su hermana, pero en el tema del amor a veces se debe aplicar fuerza en vez de comprensión. Sonaba duro, ella lo sabía, sabía muy bien que estaba hiriendo a quien llevaba su misma sangre, pero no tenía opción. Si le hablaba con dulzura Hyomin no caería en cuenta, no pisaría la realidad y seguiría con aquella ingenua ilusión de que todo sería como antes.
Sí, era difícil, se sentía casi más difícil hablarle de la separación que del engaño. Pero tenía que hacerlo, así como tuvo el coraje de llamarla semanas antes para decirle que había visto a Eunjung charlando coquetamente con una de sus empleadas y que unos días después al salir a comer con su esposa, había visto a su cuñada con Jiyeon, tomadas de la mano como una pareja y compartiendo besos cuando creían que nadie las miraba.
-Jessica- el tono de Taeyeon era reprobatorio.
-No, Tae, ella tiene que saberlo, tiene que tener las cosas claras- dijo mirando con alteración a la chica de corta estatura- Tienes que saber que te falló y ya que probó lo bueno de la infidelidad lo seguirá haciendo, con la chica de este turno y la del siguiente hasta que le pongas un fin a esto- pronunció con severidad mirando directamente a los ojos llorosos de su hermana- Lo siento, pero es la verdad.
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Cuando estamos con nuestros amigos nos sentimos bien, de hecho a veces mejor que con nuestra propia familia, y eso tiene una razón, tus amigos casi siempre tienen una o muchas cosas en común contigo, piensan parecido, actúan de forma parecida y lo mas importante te entienden mejor que nadie, además de que te sientes con toda la libertad de ser tu misma, quizás por eso dicen que los amigos son la familia que escogemos. Por eso cuando Hyomin se despedía de sus amigas sentía que una parte de ella se dormía y ahora despertaba aquella parte que parecía haber construido para complacer tanto a sus padres, tíos y abuelos, como a su esposa, irónico ¿cierto?
-No te preocupes, te visitaré en pocos días- decía Yoona.
-No digas eso, con todo lo que trabajas, maknae, no tienes tiempo ni de ver a tu sombra- comenta Sunny rompiendo el abrazo entre Yoona y Hyomin, para abrazar ella a la triste chica- Pronto te llamaré y nos vamos a vivir la vida loca- comenta haciendo reír a su amiga.
Poco a poco se despidieron y se retiraron de la casa del matrimonio JeTi, dejando a la pareja, a Hyomin y a Qri, que había sido arrastrada por Fany.
-Yo también me voy- anunció sintiéndose incomoda de nuevo, y comenzando a girarse para irse, pero Hyomin la detuvo, tomándola del antebrazo.
-No, espera, es muy tarde para que te vallas sola.
-No te preocupes, tomaré un taxi- responde con un sonrisa y un guiño de ojo que hizo sonrojar a la otra.
-Yo las llevo- anunció Jessica colocándose su abrigo y encendiendo el auto.
-No es nece…
-Sí lo es- cortó Sica a Qri, quitando el seguro de las demás puertas para que las dos se subieran- Súbanse ¿Qué esperan?
Las dos obedecieron sin decir una palabra.
-Parece que tu carácter está influenciando a Tiffany- comentó la hermana menor.
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¿Alguna vez has sentido que eres demasiado buena para merecerte cosas malas? Probablemente lo hayas hecho y luego por modestia y quizás culpabilidad, te retractas, pero, la verdad es que en algunos casos hay personas demasiado buenas, que no han hecho ni merecen nada malo, pero ¿Quién dijo que la vida es justa? O quizás deberíamos decir ¿Quién dijo que los seres humanos son justos?
Jessica observaba la foto en su mesita de noche, ella y Hyomin lucían tan felices en esa época, la verdad es que aun lo era, y gran parte de su felicidad era gracias a su esposa, por eso ver como su hermana que siempre había sido mucho mas amable, paciente y bondadosa, sufría, le causaba rabia. Su pequeña no se merecía aquello.
-Injusto ¿Cierto?- preguntó Tiffany, acomodándose a su lado en la cama, abrazándola por la cintura y recostando su cabeza sobre el hombro de su esposa.
-Lo es, Hyomin es tan buena, tan ingenua, me molesta tanto que esto le esté sucediendo, me molesta que sea ella quien le cause este dolor- Fany la abrazó más fuerte.
-Lo sé, amor, pero no podemos hacer mas nada, sé que te enfada que tu mejor amiga le haga daño a tu hermana.
Mejores amigos, son un regalo, son prácticamente tu otra mitad, te comprenden al máximo y parecen estar en sincronía con tus pensamientos, les entregamos toda nuestra confianza, nuestro cariño, apoyo y en el caso de Jessica le entregó el mayor de sus tesoros. Eunjung y Jessica eran como hermanas, hacían todo juntas, y aunque todos creyeron que Jessica se enojaría al enterarse de la relación entre su mejor amiga y su hermana, eso no pasó, de hecho las apoyó, porque estaba demasiado feliz. Pensaba que no había nadie mejor para cuidar y amar a su hermana, y cuando se la entregó en el altar, no se imaginó que esto pasaría, porque su mejor amiga, no haría esas cosas.
Amigos ¿Dónde había quedado su amiga? ¿Qué había cambiado en ella? ¿Era la misma persona en la que confiaba a muerte?
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Claro que las mejores amigas son una bendición, y eso lo podía decir Hyomin, ahora que había sido rescatada de su asfixiante casa, guiada a un sencillo lugar como lo era el bar a donde acostumbraba ir con sus amigas en su época universitaria, para solo verlas tomar mientras ella se negaba a cualquier bebida porque sabía que sería la conductora designada. Y allí estaba de nuevo, entrando al sitio de la mano de Sunny, quien recorría el lugar con la mirada para ubicar a las demás hasta que estas alzaron las manos para llamar su atención.
-Esta noche será diferente Min- comenta Boram.
-¿Eh? ¿Por qué?- pregunta extrañada- ¿No me digan que habrá una stripper? Porque eso no esta bien- las demás rieron ante su reacción.
-No, aunque ya quisiera Taeyeon- responde Sunny- esta noche la conductora designada es Icy Icy girl- dice señalando a Jessica- y Tiffany conducirá mi auto porque mi intención es pasarme de copas.
-¿Yo?
-Uh hu, sí querida, así que suelta ese vaso de vodka que para ti no hay.
-Ok, ok, como quieran- responde Sica con desgana- Mi hermana se lo merece.
-¡Así se habla! Ahora a divertirnos.
Poco a poco los vasos se fueron acumulando en la mesa y también los platos de aperitivos, pero Hyomin aun estaba en sus cinco sentidos y es que solo había tomado un trago, en cambio sus amigas, a excepción de Jessica y Tiffany, estaban un poco más animadas.
-Esto no puede seguir así- Yoona paseaba su mirada sobre los rostros de sus amigas, con un sonrojo muy visible y una mirada soñolienta- Hyomin está haciendo trampa- delató y todas miraron a la acusada, segundos después una macabra sonrisa se cruzó en sus labios.
-Eso no será por mucho.
Las personas ebrias siempre hacen estupideces, y aunque Hyomin estuviera en perfecto estado, las demás estaban demasiado alocadas. Jessica solo sonreía ante las estupideces y sonreía mas ampliamente cuando su esposa se ubicaba a su lado en la vía, conduciendo el auto de Sunny.
-¡Es aquí!- Anunció Hyoyeon, tapando los ojos de Hyomin- ¡Salgan, salgan!- las risitas tontas se hacían escuchar.
-¿Qué haces?- preguntó la muchacha cegada.
-Dah, es obvio, te tapo los ojos- contestó la otra para luego reírse con fuerza junto a las demás, Min no le prestó mucha atención y se dejó llevar.
Pronto entraron al local, y pudo escuchar la fuerte y sensual música, el olor a cigarro y alcohol y los gritos entusiasmados de las personas. Mmm, tenía un mal presentimiento. Su amiga solo apartó sus manos cuando estuvieron ubicadas en una amplia mesa. Al abrir sus ojos la sorpresa fue demasiada. Frente a ella un amplio escenario, a sus lados dos mas pequeños y en las esquinas del local otros, sobre ellos estaban los tradicionales tubos y en el más grande también habían muebles, de lo que parecía ser terciopelo rojo, y claro lo mas importante, mujeres, chicas semidesnudas bailando provocativamente para el publico presente.
-Por Dios… ¿Qué han hecho?- logró pronunciar con un rostro indescifrable, tal vez de terror.
-Que preguntas tan tontas haces, Minnie ¿que no ves que es un club desnudista?- respondió Yuri que intentaba dar un vistazo a las chicas sobre el escenario, pero su novia, Yoona, no se lo permitía colocándose frente a ella con mala cara- ¡Aish! Esta bien, esta bien ya entendí- contestó sentándose un poco decepcionada.
-Solo espera aquí, iremos a pedirte un show privado- Anunciaron Sunny y Hyoyeon.
-¡¿Qué?!- se le subieron los colores- Eso no es correcto- dijo horrorizada.
-Sí bueno, la homosexualidad es considerada por muchos como algo incorrecto y henos aquí- dice Jessica como si nada para luego mirar a Boram y Taeyeon- ¿No se sienten incomodas?- pregunta.
-¿Por qué?
-Se supone que ustedes dos, Sunny y Hyoyeon son las heterosexuales ¿No les molesta estar aquí?- las dos negaron con una sonrisa, Jessica se encogió de hombros.
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Ya estaba comenzando a sudar, y la chica aun no salía. Hyomin estaba sentada en una silla, en una habitación diseñada, al parecer, para el erotismo, pero a ella aquello solo le parecía extremadamente vulgar. Miró todo con desagrado, antes de soltar el aire que tenía retenido.
Una puerta comenzó a abrirse y con ello su corazón comenzó a palpitar mas rápido “Dios, que vergüenza” pensaba. Una alta, delgada y esbelta joven mujer apareció, utilizando un traje totalmente negro, sensual, muy sensual. Comenzó a caminar hacia su victima, con paso decidido. Hyomin la observaba y sin poder evitarlo recorrió su cuerpo de pies a cabeza, la extraña sonrió.
-Luces asustada- habló, con una ronca y deliciosa voz- No tienes porqué estarlo, no voy a dañarte- ahora estaba a solo unos pasos- Todo lo contrario.
No era miedo, eran nervios, esta era la primera vez que hacía tal cosa, y no ayudaba en nada que la chica luciera como una modelo, con aquellas curvas tan sensuales y armónicas, nada exagerado y todo bien puesto. La castaña no pudo evitar mirar de nuevo aquel perfecto cuerpo, esta vez observando algunos detalles más, como el color azabache de su cabello, los picaros y a la vez angelicales ojos marrones, sus labios, delicados y rosados, y su rostro tan hermoso.
De una sacudida sacó los lujuriosos pensamientos de su cabeza, sintiéndose apenada por osar mirar así a alguien, ni siquiera a su esposa le había mirada de aquella forma. La extraña soltó una pequeña y entretenida risa, se acercó a ella, se dobló un poco y con un dedo bajo la quijada hizo que Hyomin levantara el rostro para encontrarse cara a cara y con una distancia de centímetros.
-Puedes ver todo lo que quieras- ronroneó y miró con deseo los labios de su cliente- Tienes hermosos labios…- Hyomin estaba aguantando la respiración- Relájate- dijo moviendo su dedo hacia los labios de la otra- Empezaré con tu show.
Con sutiliza se alejó, quitando la parte superior de su traje, para iniciar su danza insinuante.
Decir que no le gustaba seria una tremenda mentira, porque ahora se sentía más cómoda y estaba comenzando a disfrutar de aquello. Disfrutar de los movimientos, de la sensualidad y la elegancia de aquel baile y más importante aun, estaba disfrutando realmente viendo aquel cuerpo. ¿Sentía culpa? Un poco, pero cada vez que recordaba a Eunjung con aquella mujer, la culpa parecía convertirse en una vocecita que iba perdiendo fuerza con cada minuto.
-¿Cuál es tu nombre?- preguntó la bailarina acercándose de nuevo, ya con solo la ropa interior y los tacones.
Hundió sus dedos en su cabello para peinarlo un poco y con aquella descuidada y natural acción, Hyomin se encontró deseando con más fuerza tener más que un baile. “No, no, no eso esta mal” se decía mientras observaba a la chica pararse frente a ella con una sonrisa confiada “No puedes hacer esto”.
-Tus amigas pagaron por más que un simple striptease - dice la mujer sentándose sobre el regazo de Hyomin.
“¡Oh mi Dios, oh mi Dios, ayúdame!” rogaba internamente por alguna interrupción, no sintiéndose con la fuerza necesaria para rechazar a la despampanante dama sobre sus piernas “Es tan alta y tan… perfecta” sí, lo era.
-Yo...yo no puedo hacer esto- dijo con voz insegura.
-Bueno, no tienes que hacer nada- ríe para luego acercarse al cuello de la mujer casada y comenzar a besarlo- Yo hare todo el trabajo- la miró directamente a los ojos antes de besarla en los labios.
Y si aquel era un pecado, pues el infierno podía esperarla con los brazos abiertos, porque no planeaba apartarse de ese beso ¿O si? “¿Qué? Claro que puedo apartarme”
-En serio, no creo que esto… no puedo hacerlo, lo siento.
Una breve pausa, un corto silencio donde los ojos de la seductora buscaban algún punto débil para terminar de quebrar la resistencia de su presa.
-¿Culpa? ¿Es eso lo que te detiene?- pregunta, bajando su mirada hacia la mano izquierda de su clienta y encontrando lo que buscaba, la argolla de casada- Tu, esposo o esposa no se enterará.
-No es eso…
-¿Entonces?- mas besos fueron plantados sobre la piel del cuello y los hombros- Puedes decírmelo, seré como un sacerdote… lo que digas se quedará entre nosotras.
Hyomin la miró vacilando un poco, giró su rostro hacia la derecha y comenzó a hablar.
-No te conozco y la idea de involucrarme íntimamente con una extraña no se me hace correcta- soltó temiendo que sus palabras ofendieran a la chica, pero en vez de indignación escuchó un risita.
-En ese caso, conozcámonos…- se levantó y extendió su mano- Ven conmigo- dijo y la guió hacia la cama, ya sentadas inició- Mi nombre es Lee Sam- volvió a extender su mano.
Por extraño que parezca esa acción le trajo un recuerdo. “Qri” ya habían pasado dos semanas desde que había cruzado caminos con aquella peculiar mujer y ahora que la recordaba, la extrañaba.
-¿Cómo te llamas?- siguió esperando la respuesta.
-Jung Hyomin.
-Ahora ya no somos desconocidas- la castaña guardó silencio, la situación tenía cierto parecido, pera no la persona- Piensas demasiado, ese es tu problema- al instante volvió a la tierra al sentir sobre su muslo unas atrevidas caricias- Pero yo terminaré con eso- anunció antes de lanzarse sobre su clienta.
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La vida siempre nos da muchas oportunidades, claro que no todas nos convienen o son buenas, sin embargo nosotros decidimos si las tomamos o no y Eunjung era una mujer demasiado decidida, si se le presentaba una oportunidad, la aprovechaba al máximo y ahora que su esposa había salido era la oportunidad perfecta para escaparse y pasar tiempo con su amante.
-¿Eunjung?- la sorpresa en la voz de Jiyeon era notoria, pero no se le podía culpar, no esperaba la visita- ¿Qué haces aquí?- sí, podía sonar muy cliché, pero ¿Qué mas podía decir?
-Hyomin salió con sus amigas, estaba sola en casa y decidí venir a verte- responde la mayor con una amplia sonrisa.
-Oh, jejeje, está bien- responde la chica con una sonrisa no tan alegre.
-¿Qué sucede?- la de cabello corto percibió algo raro- ¿Estas ocupada? ¿Interrumpo algo?
-No, no, no es solo que… mis hermanas están aquí- respondió con nervios- Ellas no saben nada de ti.
-Ah, ya veo- trató de disimular su decepción, pero en eso se quedó, en un intento- Entonces te veré otro día.
Pero la vida le dio otra oportunidad, y era la de conocer a sus cuñadas, si es que las hermanas de tu amante se pueden llamar así. Claro que, como ya lo saben no todas las oportunidades deben ser tomadas porque hay personas que luego deseas no haber conocido.
-Jiyeon, la cena está lista- una mujer de cabello castaño oscuro y expresiones de muñeca apareció- ¿Quién es tu amiga?- pregunta curiosa, observando a la extraña.
-Eh… ella es Eunjung, una amiga- responde dudosa.
-¿Tu amiga? No me mientas, te escuché hablar con una “Eunjung” hace unos días y no le hablabas como a una amiga- responde inclinando un poco su cabeza hacia adelante y alzando una ceja- Bueno, como sea, yo soy Park Soyeon, una de las hermanas mayores de esta chiquilla- extiende su mano y Eunjung la recibe con cordialidad- Pasa no te quedes ahí, acompáñanos en la cena.
No era la primera vez que estaba en aquella casa, pero sí era la primera vez que vería a la familia de su novia. Sentada en el sofá, con una taza de té, platicaba amenamente sintiéndose cómoda con su cuñada y conociéndola poco a poco. No era una mujer fría como su rostro decía, por el contrario, era muy amable y bromista.
-Y Jiyeon se molestó tanto con su profesor de taekwondo, le indignaba que el hombre dijera que por ser mujer no podía romper las tablas, eso hirió su orgullo y frente a todos los estudiantes se acercó al profesor lo miró directo a los ojos y sin previo aviso lo golpeó en el estomago, cuando se quejó del dolor le dio otro golpe en los testículos y luego comenzó a caminar hacia mi pasando por al lado del hombre y diciéndole “Sí, quizás no puedo romper los listones de madera, aun, pero sí puedo romper tus bolas”- Eunjung se carcajeó a causa de la anécdota que les estaba contando Soyeon mientras Jiyeon sonreía con vergüenza- Mi hermana es una chica ruda.
-Sí, eso parece- la pelicorta dio un vistazo al lugar y luego centró su atención en una foto ubicada en el mesón del frente. En ella estaba el núcleo familiar de Jiyeon, todos se veían tan felices, desde los padres hasta las tres hermanas- Es una linda foto- comenta con sinceridad.
-Lo es, fue tomada hace quince años- Soyeon tomó la foto y la miró con ternura- Jiyeon solo tenía cuatro años.
-¿Y su hermana mayor?- preguntó la de cabello corto.
-¡Oh! Está paseando al perro, no debe de tardar mucho…- se detuvo al escuchar ruido en la puerta principal- Es ella, ha llegado. Vas a conocer a tu otra cuñada.
Por alguna razón Eunjung sintió nervios. No, era más bien como un presentimiento y esto no había pasado con Soyeon. Las tres se levantaron para recibir a la hermana mayor, pero el primero en entrar fue un adorable lobo siberiano, color café rojizo con blanco y ojos grises azulados. Al instante se fue encima de Jiyeon saludando a su segunda dueña preferida he ignorando por completo a Soyeon.
-Estúpido perro- murmuró y luego levantó la mirada para ver a su hermana, que caminaba hacia ellas con ojos extrañados, seguro por ver a aquella mujer- Hoy has tardado más que de costumbre.
-Lo sé, pero es que la tarde estaba excelente- ya frente a ellas observó a la de cabellos negros.
-¡Ah! Ella es Eunjung la novia de Jiyeon o algo así- presentó Soyeon prestando mucha atención a la interacción de las dos chicas, parecía que rayos saltaban entre ellas.
-¿Novia? No sabía que mi hermanita tenía novia- dijo mirando con reproche a su hermana menor y acercándose a Eunjung, no con la mejor cara.
-Mucho gusto, Ham Eunjung- se presentó inclinándose un poco.
-Park Jihyun - hizo lo mismo y no supo porqué no utilizó su apodo, siempre se presentaba así. Notó que sus hermanas la veían raro, a ella no le gustaba decir su verdadero nombre- Pero puedes llamarme Qri- añadió esta vez con una sonrisa que se encargó de hacerla pasar por amable y encantadora, pero la verdad por alguna extraña razón, aquella pelicorta, no le había caído bien “Apenas la conoces, Qri, ya se te quitará la incomodidad”.