Ciertas personas entran en nuestra vida por un corto periodo de tiempo, pasando a ser una amistad olvidada, un conocido o un compañero, muchas veces solo llegando a ser alguien a quien vemos una vez y luego no sabemos más de ellas. Qri estaba pensando mucho en aquella persona que al parecer había sido solo un tropezón o el objeto de su buena acción del día. Aquello la tenia algo fastidiada, no podía evitar pensar en ella y desear volver a verla, pero ¿Cómo contactarla? Ni siquiera tenía su número, menos su dirección, lo único que sabía era donde vivía su hermana y obviamente no iría a molestar y preguntar “¿Puedes decirme el número de Hyomin?” no, eso la haría quedar como una acosadora o una demente.
-Unnie…- sin respuesta- Unnie- nada- ¡UNNIE!- el gritó de Jiyeon logró sacarla de sus pensamientos.
-¡Ah! ¿Qué sucede?- la pobre Qri tenía los ojos abiertos, asustada por el repentino ruido, su hermana comenzó a reír al verla así- No es gracioso… ahora dime que deseas- dijo con una voz no muy amable.
-Mmm ¿Qué te tiene de mal humor?- preguntó la mas joven sentándose junto a ella, y afincándose del mesón de la cocina.
-No tengo nada ¿De que hablas?- respondió un poco a la defensiva- ¿Eso es todo lo que querías?
-Oye, tranquila leona, Jiyeonnie no tiene la culpa de tus problemas amorosos- interviene Soyeon, preparando el desayuno- No descargues tu mal humor en ella- continuó hablándole como si ambas fueran de la misma edad y es que así era Soyeon ella no le diría “Unnie” nunca, simplemente porque no iba con ella.
La menor observó la reacción de su hermana pero no vio nada fuera de lo normal, solo que no estaba de humor.
-¿Estas saliendo con alguien?- pregunta ignorando el mal humor de la otra y volviendo a su habitual y jovial ser- ¡Cuéntamelo todo!
La pelirroja se sonrojó, ella solo estaba pensando en su… ¿Amiga? Bueno habían dicho que eran amigas ¿No? Así que… ¿Por qué asumían que estaba pensando en un asunto amoroso? ¿Por qué se sonrojaba?
-¿Quién dice que tengo problemas amorosos? Estoy soltera- aclara para luego beber de su jugo de naranja.
-Ajá, y precisamente por eso estas así, porque aun ESTAS soltera- replica Soyeon con una risita sacando las tostadas. Jiyeon se unió a las risas.
-Ok, suficiente con molestarme, métanse en sus asuntos- las hermanas solo reían ante la escena, era muy extraño ver a la mayor en ese estado tan hostil.
-Yo creo que aquella mujer de la que me hablaste hace unas semanas, te ha gustado- inquiere la hermana del medio captando la atención de la menor.
-¿Cuál mujer? ¿Por qué a mí nunca me cuentan nada? Y ¿Desde cuando te gustan las mujeres, unnie?- se quejó la pequeña.
-Porque tu nunca estas en casa, si no estas en la universidad, estas trabajando y sino con aquella mujer- contesta Qri, levantándose para retirarse- Nos vemos luego.
Desapareció sin responder dos de las preguntas, dejando a Soyeon con una expresión de incredulidad y a Jiyeon con un rostro confundido.
-¿Qué tiene en contra de Eunjung?- pregunta con algo de dolor.
Era normal que deseara una buena relación entre su familia y su novia ¿Cierto?
-No lo sé, cada vez que se la nombran parece tensarse- dice Soyeon con ese toquecito de medio en broma y medio en serio- Ya se le pasará- agrega para hacer sentir mejor a la joven.
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La tarde era perfecta para un almuerzo al aire libre y Jessica había escuchado de una nueva chef en la ciudad que estaba causando sensación en el restaurante más famoso de Seul, así que decidió ir a comprobar que tan buena era la mujer en el arte culinario. Tomó su celular y marcó el número de su esposa, esperando a que esta contestará comenzó a revisar sus uñas.
-¡Hola, bebe!- saludó Fany con alegría.
-Hola, querida ¿Estas ocupada? Porque quería invitarte a almorzar- el tono tierno de Jessica hizo que Tiffany sonriera al otro lado de la línea.
-Oww, cielo, lo siento, pero ya he quedado con mis padres, necesitamos arreglar los últimos detalles para la boda de mi hermana- declinó la propuesta con el corazón pesado- Pero sabes que me hubiera encantado.
-Ah…- obviamente se sentía decepcionada, pero no podía hacer nada, los compromisos son compromisos- Entiendo, entonces nos veremos luego.
-Esta bien, ¡te amo mucho!- se despidió con energía, haciendo sonreír a su pareja.
Así era Tiffany siempre pronunciaba esas palabras con tanto amor, tanta energía y alegría, demostrándole cuanto la quería.
-Yo también te amo- respondió dulcemente y luego colgó- Que pena, en verdad quería ir a ese lugar- se dijo a si misma.
Puso el teléfono en su lugar y luego comenzó a jugar con los bolígrafos sobre su escritorio, estaba muy aburrida, fue entonces cuando vio la foto de su hermana y su brillante cerebro comenzó a funcionar, tomó el teléfono e hizo su llamada. Esperó de nuevo “¿Por qué todo el mundo tarda tanto en contestar?” pensó mientras tamborileaba un bolígrafo sobre el escritorio.
-Hola - se escuchó la ya no tan alegre voz de su hermana.
-¿Mal día?- pregunta ya sabiendo lo que la otra diría.
-Algo así, lo mismo de siempre…- un suspiro con resoplo al final le decían a Jessica que Hyomin no estaba para nada bien- ¿Hoy ha ido a trabajar?
-¿Ah? ¿Quién?- se perdió por un momento.
-Jiyeon, ¿Está ahí?- pregunto esta vez con claridad.
-No, trabaja medio turno, en la tarde, ahora debe estar en clases- respondió sintiéndose extraña al hablar de la más joven, bueno más bien sintiendo pena por ambas mujeres, una estaba siendo engañada y la otra, quizás iba a terminar peor, porque quien sabe y al final Eunjung se corrige, pide perdón y la abandona.
-O está con Eunjung en algún hotel- suelta con un tono áspero.
-Hyomin… sé que esto es difícil pero ¿Qué tal si salimos un rato para que te distraigas?
Eso habían estado haciendo todas, ya que la engañada se negaba a afrontar la situación y terminar con aquello de una vez, sus amigas se encargaban de mantenerla ocupada, claro cuando esta no tuviera trabajo.
-Mmm, claro ¿Qué tienes en mente?
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A puesto a que seria divertido tener una especie de cámara que pudiera ir a todas partes sin ser notada y espiar a quien queramos ¿Cierto? Eso desearía Hyomin y si la hubiera tenido, sabría que sus suposiciones eran ciertas. Eunjung no estaba trabajando y es que ser la heredera de la empresa tiene sus beneficios, justamente ahora estaba con Jiyeon, llevándola a almorzar.
-¿A dónde vamos?- preguntó su amante tomando su mano derecha y entrelazando sus dedos, Eunjung sonrió al tacto.
-Me han hablado muy bien del nuevo restaurant, ese que está de moda y que aparentemente es el mejor, así que pensé en llevarte a comer ahí- dijo desviando la mirada de la vía por un segundo para observar a Jiyeon.
-Oh ¿El nuevo dices?- la otra asintió sintiendo que la menor se tensaba un poco.
-¿Qué sucede? ¿No te agrada la idea?- preguntó con algo de preocupación- Podemos ir a otro lado si eso quieres- ofreció con amabilidad.
-No, no, está bien, me gusta la idea- dijo pero había algo raro en ella.
Eunjung decidió ignorar el raro comportamiento de la menor y siguió conduciendo.
El sitio era elegante sí, pero no excesivamente, se veía muy cómodo y tenía el ambiente propicio para todo tipo de encuentro.
La mayor bajó del auto y caminó rápidamente para abrir la puerta de la otra, esta le sonrió con dulzura y un leve sonrojo en las mejillas. Siempre era así, cada vez que Eunjung la trataba de esa forma tan atenta no podía evitar sonrojarse.
Un mesero los guió hacia la mesa reservada y les entregó el menú, tomando nota de los aperitivos y bebidas para luego dejarlas decidir que querrían de plato principal. Eunjung observaba con bastante concentración el elegante libro alargado que tenia en sus manos preguntándose que sería lo mejor, luego alzó la mirada y notó que Jiyeon no le daba importancia a la cartilla, más bien observaba la puerta que daba a la cocina con mucha frecuencia.
-¿Todo bien?- pregunta dejando a un lado el objeto.
-¿Ah?... sí, sí solo que no se que elegir- mentía, su novia lo sabía.
-No tienes que mentirme, desde que entramos has estado tan rara, pensando en Dios sabe que y sin dejar de mirar hacia todas partes- dijo con cierta molestia, no le gustaba que le mintieran, a que es irónico eso.
-Está bien…- la menor dio un ultimo vistazo a la puerta antes de hablar- Mi hermana, Qri, no sé porque pero… parece que no le has caído bien- suelta con toda la delicadeza que pudo, no queriendo hacer enojar a su pareja.
-¿En serio? No lo entiendo, apenas me conoce- Eunjung se sintió sorprendida.
-Lo sé y no lo comprendo, ella es una mujer sumamente dulce, es muy rara la reacción que tuvo al verte.
-Sí, pero ¿A que viene eso ahora? ¿Qué tiene que ver con tu comportamiento desde que supiste a donde vendríamos?- la impaciencia ya estaba comenzando a aparecer- Pareces nerviosa- y nuestra querida infiel se estaba irritando.
-Es que ella….
-No, no importa, ya no deseo hablar de ella si sigo, perderé el apetito- cortó con algo de rudeza y desviando la mirada hacia el mesero que venía hacia ellas.
Si hay algo que puede llegar a ser bastante frustrante y desgastante, es ese tipo de situaciones donde dos personas que son de gran importancia en tu vida no se soportan. Era algo bastante molesto y tonto, porque no había razón para que ellas tuvieran ese tipo de reacciones cuando escuchaban el nombre de la otra, porque, aunque Eunjung no lo hubiera dicho, era obvio que tampoco disfrutaba de la compañía de Qri y Jiyeon lo sabía. Solo bastó con que las cuatro salieran a pasar un rato juntas, idea de Soyeon, para conocer mejor a su cuñada y por supuesto para que Eunjung las conociera a ellas. En todo el día hubo una incomodidad presente, que solo empeoraba con el interminable silencio de ambas.
El resto del almuerzo fue bastante tranquilo para no decir incomodo. La de cabello oscuro no había pronunciado muchas palabras, estaba muy concentrada en su comida y en evitar otra conversación que tuviera como punto central a su “Adorable cuñada”
-Eunjung- le llamó ya cansada de su comportamiento- Ya es suficiente, no tienes porque ponerte así.
-Dije que no quería hablar de eso, Jiyeon- respondió la otra mirándola con seriedad- Tu hermana no me soporta ¿Y que? No me voy a morir de preocupación por eso.
-Deberías- pronunció sin pensar.
-¿Qué? Yo no debo nada- respondió con molestia.
-Es lo mínimo que puedes hacer ¿Sabes como se pondrán cuando se enteren de que eres casada?
-No y tampoco lo sabré, porque ellas no se enteraran de eso ¿O es que planeas contárselo?- ya a ese punto la pelicorta había subido el tono de voz.
-Ese no es el punto…
-¡¿Entonces cual?!- aquello no sonó muy alto pero si fue lo suficientemente fuerte como para llamar la atención del chef que pasaba junto a su mesa para recibir los halagos de los de la siguiente mesa.
-¿Jiyeon?- una ronca y encantadora voz masculina llamó su atención, Jiyeon le miró con algo de incomodidad y Eunjung con fastidio- ¿Cómo estas? Hace mucho tiempo que no te veía.
-Hola, Sehun… eh… yo estoy muy bien y ¿Tú?- la más joven respondió tratando de lucir relajada.
-Estoy excelente- respondió con una sonrisa, lo cual no era muy común en aquel hombre, pero Jiyeon siempre era la excepción- ¿Tu hermana sabe que estas aquí? ¿Quieres que le avise?- propuso el chico de forma amable.
-¡No, no, no! No es necesario.
Y es que ¿Para qué? Si Qri se encontraba con Eunjung aquel almuerzo sería peor.
La pelicorta observó al joven hombre, no pasaba de los veintiséis o veintiocho, era bastante alto y apuesto, pero el detalle mas importante eran sus ojos, sí, aquellos ojos que miraban con MUCHO cariño a su novia. De inmediato algo hizo click en su cabeza. Entre esos dos hubo algo y Jiyeon no parecía muy cómoda con tenerlo cerca. Bufó para si misma y luego se aclaró la garganta para llamar la atención de los dos, mirando con intensidad al chico que hasta ahora no le había dado importancia. Jiyeon sintió la molestia y los celos crecer en Eunjung y es que esa mujer podía ser toda una ternura, pero tenía su carácter, y cuando se molestaba así fuera por cualquier tontería, pues conseguía ser bastante grosera y pesada sin intentarlo.
-Eunjung el es Sehun, mi ex novio- dijo de forma corta en un intento de hacer que sus palabras no tuvieran tanto peso.
-¿Tu ex?- el joven tenia su mano extendida con una sonrisa, Eunjung la tomó solo por educación- Ham Eunjung- dijo con firmeza lanzándole una mirada a Jiyeon, enojada por no haber sido presentada. La más joven solo pudo suspirar.
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La cocina de aquel restaurant estaba llena de actividad, los cocineros de apoyo, lavaplatos y chef principales trabajaban sin parar preparando todos los platillos que ordenaban los clientes del lugar. Los meseros entraban y salían con órdenes poniendo algo de presión sobre estos para que se apuraran en su labor. La chef principal cortaba con facilidad ciertos ingredientes clave para una receta mientras daba órdenes a los demás.
-El día de hoy parece haber más clientela- comenta un chef terminando una orden- Lista la orden de la mesa treinta- anuncia y en seguida un hombre estuvo allí para llevarla- Todo esto es por tu presencia- añade situándose al lado de su jefa.
-No digas eso- la mujer dejó lo que hacía para mirarlo- Todos nos esforzamos en hacer la mejor comida de la ciudad, Kyungsoo- dice con una adorable sonrisa, esa que podía encantar a todos y todas.
-Oh vamos Qri, no seas tan modesta- Agrega una joven y alta mujer- Si no fuera por ti este sitio seria igual a los demás restaurantes, tus nuevas recetas son la causa de nuestra popularidad, acéptalo- insistió dándole un guiño de ojo a la mas baja.
-Sooyoung tiene razón- concuerda un nuevo integrante de la conversación- Eres nuestra arma secreta.
-Sehun… no es secreta, ya toda la ciudad sabe que nuestra chef es la mejor- aclara Kyungsoo- Hey ¿Por qué tardaste tanto allá afuera?- pregunta cambiando de tema.
-Ellos querían ver a Qri para halagarla y todas esas cosas innecesarias pero me tuvieron a mi así que se decepcionaron un poco, por eso tuve que hablar más de la cuenta para no dejar una mala impresión… Para la próxima vas a aceptar tus cumplidos- dice lo ultimo dirigiéndose a Qri, esta solo asintió para volver a cocinar- Por cierto… Jiyeon estaba aquí- comenta y todos incluyendo a Qri voltearon a verlo sin dejar de hacer lo suyo.
-¿Jiyeon? ¿Con quien?- pregunta extrañada.
-Con una mujer…mmm piel pálida, cabello corto y negro, muy hermosa- Sehun notó como el rostro de su jefa cambiaba- ¿Sabes quien es?
-Sí, por desgracia.
-Huy parece que no te cae muy bien- Sooyoung estaba frente a ellos preparando una salsa- Y eso es MUY raro.
-Es la novia de mi hermana, pero no sé… algo en ella me da mala espina- responde con sinceridad sin despegar la vista del plato que estaba preparando.
-¿Novia? Ella no me dijo que era su novia- dijo Sehun que quería ahondar en el tema.
-A de ser porque estaba incomoda- dice la mujer alta- Ya sabes, eso de tener a tu ex y a tu pareja actual en el mismo lugar no es nada cómodo- explicó moviendo la cabeza en negativa con algo de exageración- Además, la pequeña Park no tiene porque darte detalles de su vida... aunque diré que me sorprende un poco saber que juega para los dos lados- agregó.
-Lo sé, solo pienso que es raro y lo de su sexualidad no es secreto- replicó no dándole mucha importancia a eso.
-No eres el único, Soyeon me dijo que a ella tampoco se la había presentado como su pareja sino como una amiga, pero ya conocen a Soyeon, no le puedes esconder nada, siempre lo descubrirá.
-Quizás no sea algo serio- añadió Kyungsoo.
-O Jiyeon no siente nada por ella- dice Sooyoung.
-No, mi hermana se ve muy enamorada de Eunjun- dijo pensándolo por un momento- Bueno no importa, todos a trabajar- ordena ya cansada de hablar sobre su familia.
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Hay personas que en verdad tienen buena suerte y Eunjung era una de ellas o quizás no, porque justo cuando su auto estaba arrancando para abandonar su actual locación, otro auto venia y en el estaban su esposa y su cuñada. Suertuda que ninguna pudo ver si iba o no acompañada, y pues no tan suertuda porque ambas lograron reconocer aquel auto.
Jessica quería que su hermana se relajara un poco, ella sabia muy bien que lo que estaba pasando era algo complicado, que era una situación desgastante tanto emocional como físicamente, podía notarlo, solo le bastaba con ver las marcas oscuras debajo de los ojos de Hyomin para saber que la pobre no estaba durmiendo bien, y aunque trataba de tapar eso con el maquillaje siempre quedaba algún pequeño rastro.
Hyomin no paraba de pensar en Eunjung. Miles de preguntas bombardeaban su cabeza y miles de dudas rebotaban constantemente. ¿Qué hacia Eunjung en ese lugar? ¿Estaba con alguien? ¿Estaba con aquella muchacha? O ¿Estaría en una reunión de trabajo? Preguntas, preguntas y mas preguntas, sin duda alguna podía decir que su cabeza era un total desastre en esos momentos. No podía concentrarse en nada, ni siquiera en la cartilla que tenía en sus manos, solo estaba allí, observándola con una mirada vacía.
-Ya decidí que es lo que quiero ¿y tu?- preguntó la mayor mirando a su hermana, pero no obtuvo respuesta- Min, se lo que estas pensando, pero por favor, déjalo ya- pidió o mas bien suplicó, sintiéndose agotada también por aquella situación.
Lo que vio no se lo esperaba. Hyomin le clavó la mirada, una mirada rabiosa y dolida, el resto de su rostro parecía muerto.
-¿Cómo me pides que deje esto pasar? Tú misma me dijiste que no podía hacer como si nada hubiera sucedido – murmuró entre dientes con molestia.
-No me refiero a eso- Jessica podía percibir la tensión.
¿Qué tenía aquel restaurante que todos parecían terminar discutiendo allí?
-Lo que quiero es que te relajes un poco, estas conmigo para pasar un buen rato y no para pensar en todos tus problemas… quiero que dejes de sentir ese dolor aunque sea por un momento. Yo sé que no la dejaras, sé a la perfección que no planeas divorciarte y sé que no puedo hacer nada porque es tu decisión, por eso hacemos esto, por eso decidimos entretenerte hasta que todo acabe, no queremos verte llorar todo el tiempo, no queremos que desgracies tu vida por ella.
Hyomin sabía que su hermana la amaba y que hacía todo por su bien, por eso guardó silencio y se calmó.
-Lo siento, yo… lo siento, últimamente tengo muchos cambios de humor.
-No te preocupes, te entiendo- le dijo con una sonrisa- Ahora, es tiempo de ordenar.
Hacia mucho tiempo que las hermanas Jung no salían a fraternizar solo ellas dos y ahora se arrepentían porque habían olvidado lo bien que era pasar tiempo entre hermanas. Luego de ese momento incomodo todo se volvió risas, no paraban de hablar y de bromear era una vista que podría enternecer a sus padres si estos estuvieran viéndolas.
-Mmm esto estuvo increíble- gimió Hyomin ante la exquisitez que había degustado.
-Absolutamente, creo que es lo mejor que he comido- concuerda su hermana- Sabes me han hablado tanto de la chef.
-¿Sí? ¿Qué te han dicho?- pregunta la menor dando un sorbo a su copa de vino.
-Que estudió en el extranjero, trabajó en Francia durante dos años, que tiene una sonrisa encantadora que puede dejarte medio boba en un segundo ¡Ah! Y por supuesto, que posee una hermosa personalidad y un rostro que puede ser envidiado por lo ángeles- termina levantando una ceja ante la duda- Yo creo que exageran con lo ultimo.
-Quizás tengas razón.
-Ajá, pero no me quedaré con la duda por mucho tiempo- dijo sonriente dejando a Hyomin con el ceño fruncido. Levantó la mano y llamó la atención de una mesera, esta estuvo junto a ella rápidamente.
-¿Desea algo mas, señorita?- preguntó la mujer con educación.
-Sí, quisiera ver a la chef, por favor ¿Podría decirle que quiero felicitarla personalmente?- pidió Jessica con formalidad y la mesera asintió para luego marcharse- Ya la veremos, te apuesto mi reloj nuevo a que no es tan hermosa.
-Sabes que odio apostar.
Fue lo único que dijo Hyomin. Durante unos minutos se dedicaron a comer su postre, también hecho por la misma chef que tanto deseaban ver, tan sumergidas estaban en su dulce y en la platica que no notaron la presciencia de otra mujer junto a ellas.
-Le diré a Fanny que me haga esto todas las semanas- dijo Jessica sabiendo que las artes culinarias no eran lo suyo.
-Tendrás que pedir la receta y dudo que te la den- dice Hyomin con una risita.
-No tengo problema en dársela- añadió una voz.
Puede que solo la hubiera visto por un día, puede que no hayan hablado tanto, pero Hyomin sabía muy bien de quien era esa voz, y no necesitaba verla. Lentamente giró el rostro para encontrarse con una sonriente y angelical pelirroja observándola. Sin poder evitarlo una sonrisa se plasmó en sus labios y aunque ella no lo notara, su acompañante sí pudo ver ese brillo que nació en sus ojos al ver a la chef. Ese brillo que en algún tiempo su hermana tenía solo cuando Eunjung estaba cerca o cuando era nombrada. La rubia observó aquello con algo de curiosidad.
-¿Qri?- al fin había pronunciado palabra.
-Hola, Hyomin, me alegra mucho volver a verte- contestó sin despegar la mirada de la castaña para luego darse cuenta de lo grosera que estaba siendo al ignorar a la otra hermana- Y por supuesto es un gusto volver a verla, Jessica-ssi- dijo haciendo una pequeña reverencia.
-El gusto es mío… así que tu eres la famosa chef- Jessica sonrió- La verdad es que no me lo esperaba, aunque creo que mi hermana deseaba verte, ya ves como está de feliz- dijo con divertida malicia al ver la enorme sonrisa en Hyomin, sonrisa que desapareció de repente para darle paso a la vergüenza.
-Eh… yo, estoy muy contenta de verte- dice toda sonrojada.
-Yo igual.
Pocas palabras, sí, pero las miradas que se lanzaban esas dos tenían algo extraño y eso lo podía asegurar la Jung mayor, que estaba de espectadora ante ese momento tan intimo entre las dos chicas. Tan raro fue aquello que tuvo que aplaudir una vez para llamar la atención de las otras dos.
-Debo decir, Qri-ssi que sus habilidades culinarias no son solamente buenas, son increíbles- halagó.
-Muchas gracias, de verdad me alegra que les haya gustado- responde con una amplia sonrisa para luego volver a mirar a Hyomin- Ahora si me disculpan, debo volver a mis labores.
Dio una pequeña reverencia para marcharse pero Jessica no la dejaría ir así de fácil, no ahora que sabía el efecto que tenía sobre su hermana. Quizás estaba sacando conclusiones apresuradas, pero esa mujer había hecho que ese vacío en los ojos de su hermana se fuera con solo una sonrisa. Así que rápidamente la detuvo.
-Espera- dijo para llamar su atención- Se que tienes trabajo así que no te quitaré mucho tiempo- continuó sacando su tarjeta de presentación y escribiendo algo ante la mirada extrañada de Qri y Hyomin- Mi cuñada pronto se casará y aun no tiene quien se encargue del cáterin ¿Aceptaría tomar ese trabajo? Será una gran boda y me gustaría que este restaurante se encargara, si cubre este tipo de eventos- dijo extendiendo la tarjeta- Aquí tienes mi numero.
-Me parece una excelente idea, Jessica-ssi la llamaré para confirmar.
-Perfecto… solo una cosa más- levantó su dedo deteniendo de nuevo a la pelirroja- Ya deja de decirme así, solo dime Jessica.
Qri asintió, dedicó una última mirada a Hyomin para luego seguir. Cuando se dio el tiempo de ver la tarjeta descubrió que esta no solo tenia el número de Jessica, también tenía escrito el número de la castaña. Soltó una risita, aquella mujer se traía algo entre manos.
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Sí, la mayoría de las personas que entran en nuestra vida se irán en algún momento, pero… no todas. Siempre está ese pequeño número de individuos con los que formaras tu grupo de amigos, siempre tendrás a tu familia y si tienes suerte de encontrarlo, allí estará el amor de tu vida, claro, si sabes como cuidarlo.
Había sido un día agotador, Qri amaba su trabajo pero no cabía duda de que era muy estresante. Llegó a su casa a las nueve de la noche, no había nadie, quizás Soyeon estaría con sus amigos o en una cita y Jiyeon podía estar estudiando en casa de alguna amiga o… con Ham. Se dirigió a su cuarto y sin esperar comenzó a quitarse la ropa, iniciando por el abrigo, luego la camisa, los zapatos y por ultimo el pantalón.
-¿Mmm?- algo había caído de la ultima prenda- ¿Qué es esto?- tomó la pequeña pieza de cartón y una sonrisa se posó en sus labios- Hyomin… ¿Debería llamarla? Bueno si su hermana me dio su número es por algo ¿No?- y así comenzó a hablar sola- Pero puede que ya esté dormida. También debo llamar a Jessica y decirle que el restaurante se hará cargo del cáterin.
Se lo pensó durante un buen rato, considerando los posibles escenarios, tirada sobre su cama con solo la ropa interior puesta.
-Ya qué- marcó el número de Jessica.
-¿Bueno?- la voz fría y cortante de Jung la hicieron dudar- ¿Quién habla?
-Buenas noches, Jessica, soy yo, Qri… quería informarte que aceptamos tu propuesta ¿Cuándo y donde nos reuniremos para hablar del menú?
-¡Oh, grandioso! La semana que viene, te reunirás con Tiffany y las demás, ellas son las madrinas.
-De acuerdo, hasta luego entonces.
-Hasta luego y muchas gracias.
-No hay de que- cortó la llamada, ahora le faltaba otra.
Quería hablar con Hyomin, estar a solas con ella, la primera vez fueron interrumpidas por la cuñada de la castaña y ahora se encontraban en un mal momento. Marcó los números sin presionar la tecla de llamada, su dedo estaba justo sobre esa tecla aun dudando si era una buena idea, pero al final no pudo resistirse. Tardó mucho para contestar, es más estuvo a punto de cancelar la llamada, pero no lo hizo solo esperó con una sonrisa nerviosa.
-¿Sí, quien habla?- al fin contestó y la sonrisa de Qri desapareció al escuchar un suave y casi inaudible sollozo.
-¿Hyomin estas bien?- preguntó con verdadera preocupación- Soy Qri- pasaron unos segundos en completo silencio- Oye, cariño puedes hablarme, dime que te pasa- pidió sentándose sobre la cama cuando al fin escuchó sonido- No, no, no llores, por favor- sí, Hyomin estaba llorando, a juzgar por los sonidos producidos se podía decir que estaba en verdad afectada por algo.
-Te necesito- dijo en voz baja y solo eso hizo falta para que la pelirroja se levantara- ¿Podemos vernos en el parque donde nos conocimos?- pidió de forma ronca.
Era tarde y estar a esas horas por ese tipo de lugar no era buena idea, pero simplemente no podía decirle que no.
-Te veré allí en cuarenta minutos- dijo antes de colgar para tomar el baño mas rápido de su vida y luego vestirse de forma sencilla.
Soyeon entró a la casa justo cuando su hermana pasó volando por su lado, corriendo directo al auto y arrancando sin decir palabra alguna. Miró hacia el interior de la casa y luego hacia el lugar donde estaba el auto para luego alzarse de hombros.
-Sí, definitivamente tiene que estar enamorada- se dijo con una sonrisa- Ya es tiempo de que lo supere.
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Hay algo que nunca le ha gustado a la pelirroja, y es ver a las personas llorar, simplemente no le gusta pero cuando llegó a aquella banca donde la había visto por primera vez se sintió mal, muy mal. Sentía una extraña punzada en su pecho al ver las lágrimas caer de aquellos hermosos ojos. Rápidamente se sentó a su lado, esperando que la otra levantara el rostro pero nunca lo hizo.
-Hyomin- le llamó con la mayor ternura posible y la otra no respondió solo se lanzó a sus brazos, apretando sus brazos contra su pecho y hundiendo el rostro en el cuello de la pelirroja, quien no supo que hacer.
Su corazón comenzó a latir con fuerza, sorprendida por el repentino contacto físico. Miró a los alrededores mientras tragaba saliva y pensaba desesperadamente en que podía hacer, pero luego se relajó, sintió la respiración entrecortada de la menor, escuchó el dolor que había en su llanto y supo lo que tenia que hacer. La envolvió en sus brazos intentando hacerla sentir mejor, acariciando su espalda con cariño, susurrando palabras reconfortantes tratando de hacerla olvidar lo que la hubiera dejado en ese estado.
-Shu shu, tranquila… ya me tienes aquí- susurró para luego depositar un beso puro sobre la cabeza de la desdichada mujer- Estoy aquí y no te dejaré sola.