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El Viaje para Encontrarte por ZuminoeRiriko

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Espero que les guste n.n

El lugar estaba completamente a oscuras, sin ninguna luz que pudiese dar la señal de que era de día o de noche.

El alquimista se movía un poco, tratando de desatar las cuerdas que lo rodeaban y buscar al pequeño oji-miel por el que estaba muy preocupado, pero solo pudo escuchar una risa tétrica, de una vos que extrañamente, se le hizo familiar, provocándole un ligero sentimiento de nerviosismo y sobresalto.

-Vaya, vaya este pequeño ratoncito ya despertó- decía de forma burlona.

-King Bradley…- dijo el oji-dorado, mientras luces del todo el lugar se encendían, mostrado a un hombre con parche y ropa elegante, sentado en un trono muy alto, mientras bebía una copa de vino, y a cada uno de sus lados, se encontraba bastardo 1 y bastardo 2.

De igual forma pudo ver al pequeño oji-miel desmayado a un lado suyo, lo cual le provoco un efímero sentimiento de alivio, ya que la cosa no acababa ahí.

-En persona- respondía el otro con una sonrisa grotesca en su rostro.

-¿Qué es lo que quieres?- preguntaba el alquimista mientras se arrastraba para quedar aun lado del lastimado cuerpo del décimo Vongola.

“Solo son golpes…” pensaba este aliviado al ver que su amado solo tenía hematomas, pero el alivio se fue al sentir el inmenso dolor en su abdomen, miro hacia abajo…

Estaba sobre un charco de sangre, pero no sentía que la herida sangrara.

-Te arreglamos un poquito, no me sirves muerto- dijo Bradley para luego mirar con desagrado al oji-miel- ¿Qué hace él aquí?, les dije que lo mataran- rugía el del parche molesto.

-Ese no es mi problema- decía el de traje blanco mientras abandonaba la sala, dejando solo a la pobre parca.

-E…Es que jefecito, él no se iba a dejar traer por las buenas, así que tuvimos pues….- decía el de la máscara tratando de justificarse, provocando la ira del de parche.

-¡Silencio!, no quiero oír ni una palabra más, llévalos a la celda.

-Sí señor- decía el otro con un saludo militar, mientras se encaminaba al oji-miel y alquimista del suelo.

-No me has respondido- insistía el peli-dorado, provocando una sonrisa arrogante en Bradley.

-Pues veras…- decía King mientras jugaba con el líquido de su copa- Me han dicho que tiene un poder peculiar, que es capaz de crear lo que tú quieras y también… que vienes de otro mundo- decía con un rostro severo.

Cosa que hizo que Ed se relajara, pues se había dejado atrapar para poder arrancar la maleza de raíz, y al ver que la mala hierba era ese hijo de puta, no pudo evitar ponerse en guardia, pero luego de notar que ese tipo no le llegaba ni a los talones al verdadero King Bradley, se relajó.

Pues este solo tenía el rostro, pero por su cuerpo delgado, poco ejercitado y un tanto viejo, muy diferente a alguien que lidera el ejército y estuvo al frente en el campo de batalla, de modo, que el tipo frente a él, era alguien con aires de grandeza que seguramente, no podía hacer nada solo.

-Te acabo de preguntar algo- decía este con vos mortal, causándole un poco de gracia a Ed, por su intento de intimidación fallido.

-Es cierto, vengo de otro mundo- le respondía este, causando una mueca de satisfacción en el de parche- ¿por qué estas interesado en otros mundos?

-¿Por qué?, Es simple- le respondía el otro con burla, mientras arrojaba la copa aun lado y se levantaba alzado las manos, mientras gritaba…- ¡POR QUE YO SOY UN REY, Y GOBERNARE TODO EL UNIVERSO!... Y…

Ed mantuvo su rostro serio ante esto, pero la verdad es que se quería tirar a reír hasta que la herida se le abriera.

“Jajajajaja es como ver al Coronel en el cuerpo de Ira” pensó con gracia, pero manteniendo una expresión inmutable, pues si se llegaba a reír, el bastardo de King seguro mataba al menor.

-Para eso te necesito a ti, para que crees mi castillo, y armas para someter a todo aquel que se imponga, y por supuesto, abras esa puerta para mí- mostrando una sonrisa grotesca.

Ahí fue cuando Ed se dio cuenta de que no había puesto atención.

“Opss” pensó.

-Lo haré con una condición- dijo Ed, pues había visto volver al tipo de blanco, el cual miraba con expresión lasciva a SU Tsuna, y eso no era buena señal, debía de actuar rápido.

-¿Una condición?, ¿crees que estas en posición de condicionarme?- pregunto el bastardo principal, con una ceja arqueada.

“Tiene razón” pensó el rubio al verse en aquella situación tan problemática, tal vez debió de pensar más su plan de secuestro y rescate, pero no se iba a rendir.

-Ve este chico de aquí- le dijo el oji-dorado apuntando a su amado con la mirada.

-¿Qué con él?

-YO LO AMO- dijo seguro el alquimista, provocando una sonrisa socarrona en Kimblee.

“Lo violare frente a sus ojos” era el plan que maquinaba en el de blanco.

-¿Y a mí qué me importa?- dijo el “Rey” con desagrado, a él no le interesaban los amoríos de otros, y menos entre dos hombres.

-Debería importarte mucho, porque yo lo amo, lo quiero más que a nada y todo en este mundo, tanto que dejaría que me apuñalasen tantas veces como fuera necesario para protegerlo, incluso daría mi vida para que conservara esa hermosa sonrisa en su rostro, él es el amor de mi vida, y sin él, yo no tengo razón para vivir, y si tú lo matas, me suicidare para estar con él, y si a uno de tus subordinados se le ocurre mancillar su cuerpo, terminare con mi vida por ser incapaz de protegerlo, y sí lo vuelven a golpear, buscare la forma de desatarme y aunque me esté muriendo, TE MATARE – decía asustando un poco al bastardo principal, y causando una mueca de disgusto en el bastardo 2, ya que sabía para donde iba el alquimista.

-¿Y qué propones?- dijo el otro escondiendo un poco su nerviosismo, en definitiva no era el King Bradley que conocía.

-Que el Décimo Vongola este conmigo, no lo dañen, no lo toquen y no le hablen, a cambio de que cumplas con ello, yo hare un castillo digno de un rey como tú, armas que no se comparan a ninguna, te llevare a que domines todos los mundos que quieras, solo si cumples no acordado, un alquimista se rige por la equivalencia de intercambio.

Bradley pareció pensárselo un poco, pero al final, termino cediendo a las demandas de sus víctimas.

-Me parece justo- decía convencido el bastardo principal, causando que el bastardo 2 se molestara por no tener a su putita- Kimblee.

-Si- dijo el otro hastiado.

-Llévalos a una celda, y no se te ocurra hacer nada- amenazaba el otro, pues sabía de las intenciones poco sanas de su subordinado.

-Claro- dijo acercándose a Ed- que tengas una “linda noche”- dijo de forma burlona.

Para que luego Ed sintiera una fuerte patada en su estómago, la cual le provoco el dolor que una persona con el abdomen perforado debía de sentir ante tal impacto.

Después de eso…

Se desmayó, pero mientras caía a la inconciencia, le mando una última mirada a su ángel…

“Te sacare de aquí, no te preocupes…” le dijo a su amado en su mente, esperando, que este le pudiese escuchar.

Luego de eso, solo hubo oscuridad…

_ A La Mañana Siguiente _

/// POV de Tsuna ///

Mmm… es cálido… pensé al sentir una cosa que me emitía un calorcito agradable, me removí un poco, hasta acercarme un poco más a esa cosa que me daba una sensación de comodidad.

No me quiero levantar, pensé al recordar que pronto vendría Gokudera a despertarme con uno de sus escandalosos gritos y llevarme a mi oficina para leer y firmar montañas de papeles, que mal~~~, nadie me dijo que ser el jefe de una familia mafiosa sería tan aburrido.

Pude percibir el olor que Elric-san… lo más seguro es que me lo esté imaginando, sería genial poder estar abrazado a él, juntos… en mi cama… esos pensamientos me hicieron sacudir mi cabeza en forma negativa, la cara me ardía, lo más seguro es que tenía el rostro sonrojado.

Sentí una pequeña caricia en mi mejilla, también mis cabellos eran levemente removidos, lo más seguro es que Natsu haya salido se su anillo, pero sería genial que el responsable de esta calidez sea…

-Elric-san…

Dije en un leve susurro.

-Dime.

Me respondió la voz de mi amado, lo más seguro es que me lo esté imaginando, me acurruque más en eso que me daba calor, era tan suave, y con un aroma que me encantaba, ojala estuviera en mi cama…

-Elric-san…

Volví a pronunciar.

-¿Qué pasa?- escuche que me decía la vos de esa persona que tanto anhelaba, sin duda el amor hace que las personas desvaríen.

-Elric-san- pronuncie de nuevo, para ver si mi mente quería seguir jugando a ese juego cruel.

Pero luego escuche una leve risa…

Eso me sobresalto…

-¿Me dirás ya que pasa?- dijo aquella vos, y abrí mis ojos de golpe.

Fue ahí cuando me di cuenta, Elric-san…

¡Estaba acostado en mi cama!

No espera… no es mi cama, mire alrededor, ah… ya lo recuerdo, pensé más tranquilo al recordar todo lo ocurrido, la habitación en la que estábamos era toda blanca, con una pequeña ventana con barrotes que dejaba ver que aún era de noche o madrugada, después vi donde me encontraba, y era una cama de madera, pero estaba un poco mullida, tal vez Elric-san la hizo más cómoda, la gabardina roja me cubría totalmente, haciendo de sabana, mientras que el chico que amo me abrazaba de la cintura y….

-¡¿Elric-san?!- le dije totalmente sonrojado, mientras me levantaba, pero un fuerte dolor en mi cuerpo me lo impidió y regresé a acostarme…. Me dolía a horrores…

-¿Estas bien?- me pregunto la persona junto a mí con una expresión preocupada, se recargo sobre sus codos para elevarse un poco, solo para verme bien, cosa que me dejo como un jitomate, ya que él aun no soltaba mi cintura… no es que me molestara…. Pero…

-S…si… Elric-san… esto… ¿podría… soltarme?- le pregunte, él pareció pensárselo y luego se volvió a recostar.

-No- fue la simple respuesta que me dio, mientras me estrechaba más contra su cuerpo… esto era vergonzoso…

-¿p…por qué?- le pregunte… ¡uwaaaa!, estaba temblando como gelatina entre sus brazos.

-Hace frío- me dijo, mientras me pegaba más a su cuerpo, y yo sin poder evitarlo, me acurruque en su cuello, y creó que le dio gracia, porque mi intuición me decía que quería reírse.

-No hace frio- lo contradije, pues era cierto, la habitación era pequeña y la ventana tenía un vidrio, por lo cual la habitación estaba a una temperatura agradable.

-¿Quieres que te suelte?- me pregunto, eso era… ¿una sonrisa burlona?

¡¿Acaso sabe que lo quiero y se está burlando?!

El me miro con el ceño fruncido, creó que lo hice enojar.

-No me estoy burlando.

Brujo.

-No soy un brujo.

¡Uwaaa!, ¡lee el pensamiento!

-No lo leo, eres un libro abierto- me dijo con un suspiro cansado, solo pude sentirme un poco mal ante eso, al parecer en verdad no le agradó…

/// Fin del POV de Tsuna ///

Las dos personas en la cama se quedaron en un silencio incomodo, que empezaba a fastidiar al oji-dorado.

/// POV de Ed///

Me pregunto si en verdad no se ha dado cuenta…

Bueno, es un despistado, pensé al ver como se estrechaba más a mí, con una expresión triste, lo más seguro en que piense que no me agrada, aun cuando la situación es totalmente distinta.

Recargue mi rostro sobre su cabeza, oliendo el rico aroma de su cabello.

Fresas.

Era a lo que olía… emanaba un exquisito aroma, tanto que si fuera unos cuantos años menor, lo más seguro es que ya lo hubiera violado aquí mismo.

Rápidamente me di una bofetada mental al pensar eso, nunca me atrevería hacerle algo tan cruel y vil a una personita tan linda y maravillosa como lo es él.

Quite una de mis manos de su cintura y la lleve hasta su cabello…

Suave…

Era como el pelo de un conejo, esponjoso y agradable al tacto, a pesar de que se ve picudo.

Pude sentir que temblaba un poco, ¿tendrá frío? o ¿Estoy siendo muy descarado con él?

Lo más seguro es que era la última, así que lo solté de todos lados y me aleje un poco de su cuerpo, tal vez unos 5 centímetros, la cama era muy pequeña, de modo que si me alejaba más podría caerme.

Ya un poco alejado, el pareció verme con una cara confusa y ¿decepcionada?

Jajajajaja

-¿Pasa algo?- le pregunte con el tono más amable y sexy que pude, él solo se sonrojo y poco a poco se acercó de nuevo a mí, provocando una sonrisa tierna en mi rostro.

-Tengo frio- me respondió.

-Creí que no hacía frio- le dije mientras tomaba la postura que tenía antes con él.

Se sonrojo, se sonrojo hasta las orejas, era tan tierno, joder, estoy seguro que si me pide que me lance de un barranco con esa cara lo hare sin dudarlo, pensé al ver esas suaves mejillas teñidas de rojo, las puntas de sus orejas estaban igual, y de sus hermosos unas lindas lagrimitas a causa de la vergüenza, lo mejor era detenerme ya.

-¿Por qué?- me pregunto, ¿por qué?, ¿A qué se refería con eso?, enarque una ceja.

-¿Qué cosa?- le pregunte, él se encogió más entre mis brazos, como queriéndose desaparecer.

-¿por qué dejaste que te apuñalaran por….?- al parecer el pequeño recordó que me habían herido, ya que intento levantarse de golpe, pero lo sujete firmemente para que no hiciera un movimiento brusco que nos lastimara a los dos.

-Espera- le dije al ver que me iba a reclamar algo- Me atravesaron por cada lado y tú tienes muchos daños en tu cuerpo, si te mueves muy brusco mis heridas y las tuyas se abrirán, así que relájate.

Me pareció ver que se tranquilizaba un poco y me miro con preocupación.

-¿Estas bien?

Me pregunto, cosa que me hizo soltar una leve risa, ¿desde cuando una persona con una herida mal tratada como la mía está bien?, aunque, pensándolo bien, si quisiera podría arreglarme solo, pero quiero ver que hace.

-Me duele- era cierto, no mentía, vi que hizo una expresión de tristeza- pero no tanto- me sentí culpable después de decirlo.

-¿por qué lo hiciste?- me pregunto otra vez, con un ligero tono rosa en sus mejillas y con unos ojos esperanzados- ¿qué razón tienes para arriesgar la vida por mí?

-La razón es simple, las razones siempre son simples - le dije mientras me acercaba más a él y cerraba los ojos- Te Amo, he ahí la razón- le solté sin más. Mientras abría ligeramente un ojo para ver su reacción.

Reacción que no pude ver, ya que al instante que dije eso, él se soltó de mis brazos y brinco en la cama, cayendo con el rostro.

-Itetete.

-Ten más cuidado- le dije en tono de regaño, mientras me inclinaba hacía él y lo tomaba de su camisa, alzándolo y poniéndolo otra vez en la cama.

El pequeño estaba ahora sentado en la cama, no hacía ni me decía nada, solo estaba cruzado de piernas y tapando sus lindos ojos miel con su flequillo.

¿Me dirá que no?, lo dudo, él me quiere, lo sé y se le nota.

¿Qué debería hacer?, no me responde…

Estuvimos en la misma posición por 4 minutos, tal vez debería besarlo… no… si se sobresalta y hace otro movimiento brusco se lastimara.

¿Le digo otra vez que lo amo?, no… en una declaración basta con que se diga una vez.

Entonces… suspire, y él me miro, para luego bajar la vista de nuevo, no había remedio, ¿eh?

O hacía algo yo o lo hacía él.

Metí mi mano a mi bolsillo y saque el reloj de plata que tengo desde que me convertí en alquimista estatal, lo abrí y mire la hora, eran las 5 y cuarto, muy temprano para mi gusto, después de ello lo guarde y mire otra vez al chico junto a mí, estaba totalmente rojo.

Bien, esperaría otros 4 minutos más, y si no me responde… mmm… ¿qué estaría bien?, bueno, improvisaría, ahora, a tratar mi heridas.

Hice un circulo de transmutación de alkaestría con mi propia sangre en mi cuerpo, justo donde aquel bastardo me atravesó, y otra en mi mano, pero aparte de ser la alquimia de Xing, le puse unos símbolos de la alquimia normal, hace tiempo que había investigado todo lo que podía de ambas, trate de juntarlas, y lo logre, con la sorpresa de que cuando ambas se combinaban, ya no emitían rayos, recuerdo que esa ves hice un gran alarde de ello y Alphonse me golpeo, jajaja.

Empecé a curarme en silencio, la sensación de sentir como tus órganos se regeneraban era tan graciosa, no es que fuera masoquista, es solo que la sensación era de un cosquilleo ligero.

Cuando termine de “curarme”, ya que en si solo había arreglado la parte interna y por fuera seguía sangrando, vi como el oji-miel a un lado mío se acercó, hasta casi juntar nuestras frentes, al parecer se había decidido a contestar.

Entre sus manos me tomo por el cuello, y fue acortando la distancia entre nosotros, tenía los ojos arrugados por cerrarlos con mucha fuerza, y temblaba…

Creó que está bien de rodeos.

Lo tome de la cintura y rápidamente lo subí a mi regazo, esto pareció sorprenderlo, pero él fue quien me quiso besar primero, así que no se podía quejar.

Junte mi frente con la suya, pero antes de besarlo, me tenía que asegurar.

-¿Tú respuesta?- no se lo estaba preguntando, exigía por ella.

-T…ta..m..bien….- tartamudeaba, así no lo quería oír, yo quiero que con su bella y perfecta vos lo diga claramente.

-Habla bien, porque quiero escuchar claramente ese “Te Amo” que hoy saldrá de tus labios- le dije de forma sexy, mientras rozaba mis labios con su mejilla, MI bello niño ladeo un poco la cabeza para besarme, pero me aparte.

Lo siento mi amor, pero hasta que me digas que me amas correctamente, no intentare ni dejare que hagas algo.

Se lo pensó por un momento, creó que había captado la indirecta, jajaja es tan mono.

-Yo… -empezó a decirme mientras se escondía en mi cuello- Te…. Amo….- me dijo en un débil susurro…. Tan lindo…tan tierno… como una joya…. Si… eso es… es la más bella joya que pueda existir.

-No te escuche- mentí, quería que lo volviera a repetir.

-Te Amo…- me dijo ya más decidido, o al menos eso quería aparentar, sus ojos estaban llorosos, temblaba más que antes y apretaba mi cuello con fuerza, supongo que ya había sido lo suficientemente cruel con él.

Me aparte un poco de su cuerpo, aunque mi bello ángel no quería ceder, pero al final logre soltarme, escondió su mirada bajo su flequillo, pero quitando una de mis manos de su cintura, lo tome del mentón y lo hice mirarme.

-Y yo a ti, Te Amo- le dije de nuevo, para luego acercarme poco a poco a, ese rostro sonrojado, acortando la distancia entre nosotros dos, mientras miraba sus hermosos ojos miel acuosos por las lágrimas.

Ya cercas de sus labios, rozándolos con suavidad, susurre…

-Ahora eres mío- y al instante el respondió…

-E…está bien…

Para que luego lo besara dulcemente…, solo superficialmente, no quería que el primer beso que me diera con MI bella joya, fuera en una celda oscura y sucia.

Bien, la verdad es que sonaba tentador hacerle muchas cosas a ese delicioso cuerpo, pero sería en una ocasión, en la que en lugar en el que estemos sea digno de mi niño.

/// Fin del POV de Ed ///

Después de aquel inocente beso, que en realidad fue un simple rose de labios por parte del alquimista, Ed miraba con atención el cuerpo de Tsuna, haciendo que este se preguntara, si iban a llegar más lejos ese día.

-Tsuna- dijo el rubio llamándolo por su diminutivo, haciendo que en su rostro apareciera un nuevo tono color rojo.

-Sí….- le respondía el otro muy nervioso, esperando a que su ahora novio, lo “atacara”, cosa que el otro noto y se causó un poco de gracia, pero se abstuvo de hacer algún comentario que incomodara más a su tímida pareja.

-Tenemos que salir de aquí- le dijo el rubio mientras se levantaba de la cama con una expresión seria, arrastrando con él, al pequeño niño que estaba en su regazo y ahora, se encontraba abrazado al mayor con las piernas enroscadas en su cintura y abrazándolo por el cuello, mientras el otro lo sostenía para que callera al suelo.

-¡Ah!, cierto- decía el oji-miel mientras trataba de bajarse del mayor, pero no alcanzaba el suelo con sus pies, ya que el otro era muy alto- Elric-san… ¿Me puede bajar?...

Preguntaba avergonzado el menor, sacando una sonrisa sin malicia en el mayor.

-No- fue su respuesta tajante.

-¿Por qué?- decía el otro con un rostro de confusión.

-No me digas “Elric-san” con tanto respeto, puedes llamarme Ed o Ed, son las únicas opciones, Tsuna- decía el otro con un rostro serio y ligeramente feliz, pero la verdad, es que estaba completamente feliz y quería actuar serio.

Al menor solo le cayó una gota de sudor estilo anime por la cien, pues, solo le estaba dando una opción, claro, no es que le molestara.

-Esta...bien… ammm… Ed-sa…

-Mal, no agregues nada, solo dime Ed.

-Ed…. ¿Puedes bajarme?

-No.

-¡¿Por qué?!- preguntaba ya muy avergonzado el oji-miel, pues la forma en la que estaba abrazado al alquimista era un poco comprometedora.

-Porque no quiero, ahora vamos, que tus amigos ya llegaron- le decía el peli-dorado avanzando hacia la puerta de metal, la única que estaba en la pequeña habitación, tomando con firmeza el cuerpo del menor.

-¿Mis amigos?- decía el menor muy emocionado- ¿cómo sabes?

-Soy un vidente y puedo ver el futuro - dijo el mayor bromeando, en realidad, había visto al pequeño Hibird asomarse por la ventana, y sabía que este le pertenecía al tipo que quería a su Leoncito, pero lastima para él, porque este era de nada más y nada menos, que del famosísimo e increíble Edward Elric, el alquimista estatal de Acero.

-¿En serio?- preguntaba maravillado en menor.

Haciendo que ahora le brotara a Ed una gota de sudor, por la inocencia de su amado.

-Venga, agárrate bien, vamos a salir- le decía el mayor ignorando la anterior pregunta.

El menor obedeció, y se sujetó más a su amante, mientras que Ed, con su alquimia abría la puerta y hacía una cuchilla con su automail.

“Esta vez no será tan fácil” pensaba con una mirada determinada el frio acero, mientras caminaba a paso firme y cauteloso por esos pasillos aun oscuros.

_ Afuera de la Mansión Corvo Sanguinosa _

-¿Todos listos?, en 1 minuto más iniciamos con la misión, bien ya paso el minuto, ¡inicien!- decía un hitman muy molesto.

Continuara…
Notas finales:

Byeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

 

Yo espero sus RW jeje

ya saben que así me animan n.n


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