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El Viaje para Encontrarte por ZuminoeRiriko

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Notas del capitulo:

¬¬

Había pasado 2 meses con 2 semanas, 3 días, 13 horas, 37 minutos y 19 segundos desde que se dio la noticia del embarazo de Tsuna…

Si…

2 meses con 2 semanas, 3 días, 13 horas, 37 minutos y 19 segundos… eso Ed lo sabía muy bien… ya que hace poco habían empezado los síntomas del embarazo de su niño…

Si…

Al inicio era muy fácil soportarlos, es primero síntomas, fue algo que le causó mucha gracia… si… era gracioso… antes de que se agravara…

-Reboooooornnn~~~~- decía con voz melosa el oji-miel.

-¿Qué?- le respondía secamente el hitman, ya que no le importaba en lo absoluto lo que estaba diciendo su Dame-Alumno, solo quería comer tranquilamente su comida al igual que el resto.

-No quiero comer esto…- decía el menor haciendo morritos en su carita, señalando que no le agradaba para nada la comida de ese día y, provocando que con eso, todos en la mesa lo miraran con ternura.

-No me interesa- le volvía a decir en azabache con el mismo tono, provocando que el menor inflara los cachetes en son de disgusto.

Pero el hitman simplemente pasaba de él, al final, no era su problema.

-Jajaja ¿Qué quieres comer Tsuna?- le preguntaba un muy feliz Yamamoto.

-Así es Décimo, pida lo que quiera, nosotros se lo daremos- decía una fiel tormenta, haciendo que los demás asintieran dándole la razón. Ya que nadie podría negarse a nada que su cielo pidiera.

-Si… Boss… yo le….

-NO- dijo molesto un hitman. Y todos lo miraron con confusión.

-¿No?, Mi hermanito esta embarazado y ¿dices que no Reborn?, ¡Que cruel eres!, mi hermanito debería- alegaba molesto el potro, pero un disparo que hirió levemente su mejilla lo hizo callar.

Al igual que los demás ocupantes de la mesa, que solo se quedaron calladitos en su lugar, evitando así, que alguna de esas balas se incrustaran en su cráneo.

-“Debe ser consentido por su embarazo”, es lo que ibas a decir, ¿no?, Cavallone…- decía un tranquilo hitman, dejando a su gran amigo león de nuevo en su fedora y retomando la tarea de consumir sus alimentos.

-…..Si…..- decía un asustado potro, escondiéndose detrás de SU nube, quien simplemente lo ignoro.

Causando que los demás mafiosos los miraran asombrados, pues la nube nunca había dejado que nadie lo tocara, nadie excepto Tsuna. Tomando eso en cuenta, fácilmente ataron cabos sueltos, y sonrieron.

Más Tsuna, quien estaba feliz de que su amigo encontrara la persona que amaba.

Muchos se vieron tentados a fastidiarlos, pero tomando en cuenta el carácter de la avecita, nadie se atrevió a hacerlo.

-Sé que se lo merece- decía el hitman, desviando la atención de la pareja recién descubierta a él, nuevamente- pero a nosotros no nos toca malcriar a Dame-Tsuna.

-Cierto, ¿dónde está Edward-Kora?- preguntaba un militar, mirando a todos lados en busca del alquimista y el resto hizo lo mismo. Pues cada uno estaba en su mundo de felicidad, que habían pasado por alto la ausencia de ambos alquimistas.

-Los mande a una misión por la madrugada, ya deben de estar de regreso.

-¡¿Qué?! , ¿Reborn… los mandaste a una misión?, ¿por qué yo no sabía nada?- reprochaba un molesto cielo.

-Por inútil- fue la áspera respuesta del hitman.

-Oya oya, ¿Y a donde los mandaste Ex -Arcobaleno?

-Nufufufu, comparto la curiosidad de mi piñita, pero lo que más me interesa es, ¿por qué mandaste a su hermanito con él?, ¿Qué no ves que si lo matan nuestra Nagi se queda sin novio?- decía el amante de los bombones, haciendo que una niebla se sonrojara y otra se cabreara a más no poder.

-Kufufufu, Byaku-chan~, no tientes tu suerte amor, que te puedo matar cuando yo quiera ¬¬#- decía el bicolor, apareciendo su tridente y apuntando con este el oji-violeta.

-Nufufufu era broma Muku-chan ^^U- le respondía el peli-blanco, apartando el tridente lejos de él y buscando los labios de su amado para calmarlo un poquito.

Cosa que logro exitosamente… o bueno… en lo que cabe, ya que nadie se salva de un castigo impuesto por uno de los más fuertes guardianes de Tsuna.

Sip.

Así es, luego de ese beso, Mukuro se apodero de un “pequeño” cacho de carne del labio de su amante, y dejando al peli-blanco, con una “pequeña” herida en la boca.

-Reborn, ¿A dónde mandaste a Otto-san?- preguntaba educadamente la vaquita, sorprendiendo un poco a todos.

Pero solo un poco, ya que desde que había llegado Ed, la vaquita se había vuelto un poco más educada y confiable, pues se pasaba la mayor parte del tiempo con el alquimista, alegando que tenía derecho porque era su papá.

Cosa que nadie se atrevió a contradecir puesto que Lambo no conocía a sus papás en persona, ni siquiera en una foto, incluso sus nombres eran ignorantes para el pequeño bovino. Cosa que a la gran mayoría, les causo algo de lastima, y se lo dejaron pasar. Claro, pues a Ed tampoco parecía que le molestara en lo absoluto, pues luego de unos días de que dieron la noticia del embarazo de Tsuna, había ocurrido algo que les enterneció el corazón a todos.

/// Flash Back ///

Todos estaban relajados en el jardín de la mansión, comiendo tranquilamente el desayuno en una de las mesas del patio… bueno… eso era hasta que una vaquita entro llorando a todo lo que daba, asustando con eso a los más apegados al bovino.

Provocando que estos se acercaran a consolar al menor, el cual era seguido por una niña chinita que lo veía con preocupación. Pues ella ya había intentado calmar a su amigo y no lo había logrado.

-¡Waaaa!- lloraba el menor con la cabeza gacha y escondiendo su cara con sus manitas.

-Chiquitín, ¿qué pasa?, ¿te duele algo?- decía la lluvia, pero la vaquita simplemente lo ignoro y siguió caminando.

-Lambo-chan, ¿Quieres dulces?- le preguntaba la niebla, regalándole una tierna sonrisa y mostrándole varios dulces de uva en su mano. Pero de nueva cuenta el niño hizo caso omiso.

-¡Ya sé!, ¡El poderoso Lambo quiere helado!- decía ahora Al, tendiéndole un pequeño vaso con helado de fresa al menor, pero este solo lo paso de largo.

-No, no, no… seguro que este lindo niño quiere un divertido paseo a caballo- decía ahora el potro, sacando se su anillo a su fiel compañero y caja arma… pero el joven bovino lo dejo pasar…

Para esas alturas todos ya estaban muy preocupados, fuera lo que tuviera el niño con traje de vaca, seguro que era muy serio.

-Lambo… ¿Qué paso?- ahora fue el turno de Tsuna… quien… para sorpresa de todos… también fue ignorado…

El menor solo caminaba y caminaba a paso lento, arrastrando los pies como si tuviera algo atado a ellos de gran peso, pero… hubo un momento en el que se detuvo… si…

Se detuvo frente a Ed, quien lo miraba de forma insistente, ya que si el menor había detenido su caminata con él, quería decir que él era la causa del llanto. Y no solo lo supuso, sabía que esa era la causa y lo comprobó cuando el menor dijo…

-Si Otto-san tiene un hijo con Tsuna-nii… ¿Ya no seré tu hijo?- dictaba por fin su duda, mirando a Ed y mostrando por primera vez su cara, la cual, estaba roja y en la parte de los ojos, hinchada por el llanto.

Fue ahí donde todos comprendieron la actitud del menor, y miraron a Ed en busca de una respuesta para el infante.

Ed lo miro y Lambo también lo hizo, ambos se miraban. El primero con una expresión dura en su rostro y el segundo con un gran dolor y ojos anhelantes.

-Ven aquí- le ordeno el oji-dorado señalando sus piernas.

El menor sin rechistar acepto, tomo de la gabardina al alquimista y jalo para poder subirse, una vez ahí, se sentó educadamente, como un buen niño japonés, esperando su castigo.

-Tú piensas que porque Tsuna tendrá un bebe ya no podrás decirme “papá”- afirmaba el mayor y el menor asintió- piensas que solo por ese hecho ya no jugare, te daré dulces o te leeré cuentos en la noche hasta que te duermas- muchos se quedaron con la boca abierta ante aquella declaración, pues no pensaban que el alquimista que se veía tan malote hiciera aquello con “la vaca estúpida”; y el pequeño asintió de nueva cuenta- crees que te olvidare e ignorare como la mayoría de aquí lo hace- el menor volvió a darle la razón y ante aquello, todos se sintieron mal.

Ninguno se esperaba que el menor se sintiera de aquella forma, más nadie dijo nada.

-*sniff *sniff ¿m..me.. dej..aras de… qu..querer? *sniff *sniff- preguntaba preocupado el menor.

-No- respondía el mayor, sorprendiendo al menor, quien lo miro de forma interrogativa.

-¿No?

-No. Es cierto que el tiempo se reducirá, Pero no dejare de pasar el tiempo contigo. Ni tampoco dejaras de ser mi hijo. Serás mi hijo, mi hijo mayor, y como serás el mayor, tu deber será proteger a tu hermano, porque el bebe que espera Tsuna, es TU hermano.

Al menor se le iluminaron los ojos y… lloro, pero esta vez de felicidad.

/// Fin Del Flash Back ///

-Lo mande a San Severo, se rumorea que un tal Leonarde di Livertine. También conocido como “La Scoiattolo”, el cual está metido con el contrabando de armas capaces de absorber las llamas de última voluntad.

-¿Armas capaces de absorber las llamas de última voluntad-Kora?

-Así es, tienen la misma capacidad del cero avanzado personalizado de Tsuna.

-¡¿Y por qué no nos mandó a nosotros Reborn-san?!- alegaba una muy molesta Tormenta, por la falta de confianza del tutor de su jefe.

Pero solo logro ganarse el rose de una bala con su cabello.

-¿Qué no estas escuchando Hayato?, ¿Así te haces llamar la mano derecha de Dame-Tsuna?- rugía un molesto hitman.

-Si tiene la misma habilidad de Sawada, la mejor opción era mandar a Elric-san, ya que él no tiene llamas- deducía Kusakabe, quien salió de quien-sabe-donde.

-¿Y cuándo volverán?- preguntaba el Cielo ya harto de no ver a su amado.

-Justo ahora- decía un muy alegre alquimista de ojos-pardo, el cual entro rápidamente y de la misma forma se acercó Chrome, a la cual tomo de la mano con delicadeza y con mucho amor, la beso…

Provocando la ira de la piña, quien se apareció a lado del oji-pardo e intento golpearlo, pero fue fácilmente detenido por la mano de…

-Kufufufu Alquimista de cuarta, suélteme.

-Lo hare si no golpeas a mi hermano, pero como se te ocurra tocar un solo de sus cabellos, TE LA CORTO- amenazaba el oji-dorado.

-Oya oya, pero si tu hermano fue quien ataco primero.

-¿Atacar?, ¿un beso en la mano es atacar?, entonces ¿lo que Byakuran te hace es violencia digna de un asesino a sangre fría y brutal?- la piña se sonrojo hasta las orejas.

-Muku-chan~ ya déjalo~~~

-Tsk…- “decía” la niebla, regresando a su lugar.

-¡Ed!- gritaba alegremente el castaño, mientras que se levantaba y corría a abrazarlo. Cosa que el alquimista acepto y lo apretujo en sus brazos, con cariño y protección.

-¿Cómo estas amor?, ¿Me extrañaste?- le preguntaba el peli-dorado, acercándose peligrosamente a sus labios y con ojos seductores, era la clara su intención de besarlo.

Pero lo único que salió de la tierna y linda boquita del menor fue…

-¡¿Dónde demonios estabas?!- grito el menor empujándolo de forma brusca. Dejando al mayor con cara atónita.

-Reborn me mand…- intento excusarse el alquimista, pero fue silenciado por el castaño a causa de un beso.

-No importa amor, de igual forma te amo- le decía besándolo de nueva cuenta, de una forma tierna y cariñosa, demostrándole todo el profundo amor que le tenía.

Dejándolo de nueva cuenta estupefacto, pero recordó lo dicho por Shamal…

“Las primeras semanas todo estará bien, pero después de los dos meses, empezaran los síntomas, el primero es bipolaridad EXCESIVA”

Recordando eso, se relajó.

“Esto será problemático” pensaba el alquimista, pues nunca le habían agradado las personas que cambian de humor tan fácilmente.

-¿Ya comiste?- preguntaba tiernamente el menor.

-Si, Al y yo pasamos a un re…

-¡¿Cómo que ya comiste?!, ¡¿Por qué no esperaste a llegar aquí?!, ¡¿Eh?!, ¡Responde y mírame a la cara cuando lo hagas!- gritaba colérico el menor.

Los guardianes solo miraban con burla y un poco de lastima al alquimista.

-Es que en la mañana no desayunamos y tenía….

-¡Ah!, ahora resulta que yo soy el monstruo- decía con un tono ofendido- si *sniff *sniff ya sé que no me amas- decía con tono triste.

-No mi vida, Te Amo mucho y lo sabes- le decía el mayor abrazándolo y besándolo de nueva cuenta, cosa que el menor acepto.

-Es cierto, perdóname por desconfiar- decía el menor ahora alegre y con ojos soñadores.

-No te preocupes, es normal por el….

-¡Ah!, ¡¿Dices que es normal que yo sea así?! , pues ¡perdóname!- decía molesto el menor, liberándose de su abrazo y soltándole a la vez una bofetada a su amado.

Quien, al igual que los demás ocupantes de la cocina, se quedó con esta cara: O.O

-¡Lo siento!- grito el menor después de la nada, mientras se cruzaba una expresión de arrepentimiento en su rostro, el cual empezaba a ser mojado por sus finas lágrimas.

-No te preocupes- le respondía el mayor abrazándolo y besándolo de nueva cuenta, pero en lugar de alegrar al menor, este solo mostro una cara de frustración

-Yo… yo…- el castaño trataba de articular alguna frase, más nada salía de esos bellos labios.

-Está bien, te digo que n…- intento hablar de nueva cuenta el alquimista, pero el menor otra vez se soltó y con una pose melodramática, digna de una telenovela protagonizada por “Gaviota”.

-¡No!- dijo haciendo un ademan con el brazo, cubriendo sus ojos con el mismo- ¡YO!- decía ahora lanzando los brazos hacia atrás- creó que deberíamos darnos un tiempo… mi amor…- mientras unos reflectores lo enfocaban. Al final el menor termino huyendo de la cocina, con unas pequeñas lágrimas corriendo por sus mejillas.

Una vez que el joven capo salió, solo pudieron escucharse los aplausos y risas provenientes de los mafiosos. Quienes alababan a su jefe por su gran actuación y se burlaban de Ed por su mala suerte.

Más a ninguno le hizo caso, solo salió en busca de su amado con el pensamiento de…

“Puta madre… estoy jodido… ¬¬U”

Continuara…
Notas finales:

¬¬


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