-es suficiente… deténganse…
Dijo el pequeño Tsuna en su forma de pelea, después de todo no podría arreglar las cosas de otra manera, ya que hablando fue imposible con su tutor y amigos.
///Flash Back//
-está aquí- susurro Tsuna.
Todos escucharon sus palabras y Reborn dijo:
-todos prepárense, este tipo no saldrá de aquí vivo- dijo convirtiendo a León en su arma favorita.
-¡NO Reborn!- le dijo el pequeño castaño, tomando la atención de todos los presentes.
-¿Qué pasa Decimo?, si está preocupado por nosotros no debe de hacerlo, nosotros nos encargaremos- decía la Tormenta muy segura y con una sonrisa amable.
-sip, es cierto Tsuna, acabaremos con esto rápido y luego podremos seguir con la fiesta- corroboraba la Lluvia con una sonrisa típica de él.
-No es eso…- decía no muy seguro el castaño.
Ya que lo que sus guardianes decían si era cierto, estaba muy preocupado por ellos, tenía ese sentimiento de que podrían pasarles algo malo si peleaban con el tipo desconocido que acababa de llegar.
Pero tampoco quería que dañaran al extraño, aunque no estaba muy seguro de eso… tenía la misma sensación de perder, como cuando se enfrentaron a el Byakuran del futuro en ese mundo alterno.
Se preguntaba si se llevarían bien.
¡PERO ESE NO ERA EL PUNTO AHORA!
Primero tenía que evitar esa batalla.
-Reborn… por favor…- suplicaba el castaño a su tutor.
-tranquilo Dame-Tsuna, que tu Sexy Profesor y tus inútiles guardianes, no encargaremos- decía muy seguro el de patillas rizadas.
-pero… es que no entiendes- le decía desesperado el menor.
-Tsu-kun- le decía una voz amable detrás de él, al darse la vuelta, pudo ver que quien le hablaba era una mujer de cabello grafilado hasta los hombros, color negro, ojos azules oscuro, ligeramente sujeto por las esquinas, piel bronceada, camisa de vestir roja, junto a una corbata, pantalones y zapatos negros.
-Aria-san- dijo dirigiéndose a la mujer.
-deja que haga lo que quiera- le dijo la mujer sonriendo.
-pero…- estaba a punto de reclamar…si apunto- ¡REBORN!- grito al ver como el mencionado y sus guardianes aterrizaban en el jardín con una pose de batalla.
-cálmate Tsuna-nii- loe dijo una niña con fracciones iguales a la mujer.
-pero Yuni, Aria-san… ustedes también lo sienten ¿verdad?- pregunto esperanzado de que ellas lo ayudaran a detener esa locura.
-sí, lo sentimos- afirmo la mujer mayor.
Ya que ella desde hace tiempo tenía el mismo presentimiento del castaño, sabía que la persona que llegaba no era mala, bueno… no mientras no lo provocaran, era lo que le decía su intuición.
-entonces Aria-san deben…- trato de convencer a la mujer para que lo ayudara, pero solo consiguió que esta lo callara.
-Tsuna… no podemos hacer nada- le dijo la mujer de forma amable.
Pero… ¿Cómo que no se podía hacer nada?, ¡por favor!, tenía a varios de los más fuertes ahí con él, y… ¡¿dice que no se puede hacer nada?! En verdad no comprendía a lo que se refería Aria, cuando se dispuso a replicarle, esta volvió a hablar.
-a lo que me refiero con que no se puede hacer nada Tsuna- comenzó a explicar- es que cuando a Reborn se le mete algo a la cabeza- dijo entre una risilla contenida- es que no hay quien lo saque de eso, a menos que quieras que te mate.
Termino por decir, ante tales palabras al pequeño castaño se le erizo la piel, era cierto, todavía recuerda cuando le pidió a Coronello ver una película con él, cuando este tenía “planes “con Reborn… por poco queda como esos quesos llenos de agujeros…
La mujer al ver que el menor ya no replicaría, se fue a otro lugar, para poder ver de un mejor ángulo la pelea que acababa de comenzar.
Los demás invitados, imitaron a la mujer, habían escuchado toda la conversación y si su Cielo decía que ellos no eran malos no interferirían en la batalla que se estaba dando, aunque… tampoco es como si quisieran… era tan divertido ver como aquel hombre rubio ponía en su lugar a Reborn.
Tanto se divertían que Mammom (una mujer con una gabardina de negro y morado que tenía los ojos cubiertos) y Belphegor (un chico rubio con un fleco que tapaba sus ojos, corona de princesa y ropa estilo punk) habían iniciado sus apuestas y casi todos, a excepción de Mamma, Yuni, Ipin, Soichi, Fon y Fuuta, se encontraban apostando.
Y vaya que todos querían a su amigos (jajaja no vaya a ser XD), todos se encontraban apostando al rubio.
Por otro lado Tsuna estaba que no lo aguantaba, ¿Por qué nunca le hacen caso?, siempre hacen lo que quieren y ahora, la mayoría (por no decir todos), sus guardianes estarían un buen rato en la enfermería.
Aunque le parecía increíble, ¿cómo era posible que aquel chico pudiera manejar tan fácilmente a sus guardianes y tutor?, si de por si con Hibari es suficiente para todo un ejército, ahora con Mukuro y Reborn juntos, claro no excluyendo a los demás, pero… que le aguantara a ellos era sorprendente y más, porque a pesar de pelear con todos ellos, pudo ver como protegía a un niño escondido detrás de él.
Se parecían un poco, a excepción de que el más pequeño, tenía el cabello rubio oscuro y sus ojos no eran dorados, sino color pardo.
“¿me pregunto si son hermanos?” pensaba.
Pero no tuvo tiempo de pensar más, ya que escucho un gran estruendo acompañado de un temblor, que lo saco de sus pensamientos.
Estaba tan entretenido pensando, que no vio cuando lanzaron a Hibari contra el muro, pero lo que lo hizo espabilar realmente, fue el grito de su madre… la estructura se había venido abajo a sus pies… y ella se encontraba del otro lado de la terraza ¡DIABLOS!
No les daría tiempo de salvarla.
-¡MAMMA! -gritaba un hermoso castaño de ojos color miel llenos de miedo, al ver a su querida madre colgando y tratando de sujetarse lo mejor que podía para salvar su vida.
- ¡TSU-KUN AYUDA!- gritaba la mujer por auxilio, al saber que no resistiría mucho, pues del lugar de donde estaba agarrada se iba rompiendo poco a poco.
-¡mamma resiste!- gritaba esta vez el niño con ropa de vaquita (que se encontraba escondido detrás de un árbol por la gran batalla) con lágrimas en los ojos, al pensar que su “mamma” podría morir.
-yo… no…- intentaba decir que no aguantaría más, pero no pudo, ya que el pedazo de metal al que se encontraba agarrada se terminó por partir, e hizo lo que toda mujer ama de casa en una situación como esa haría- ¡¡¡GYAAAAAAAAAAAA!!!- grito.
-¡¡¡MAMMA!!!- gritaron todos, ya que los que la conocían la llamaban así a petición de ella.
Pudo ver como su madre cerraba los ojos para recibir el impacto, pero grande fue su alivio, al ver como aquel rubio, el cual usaba una tecina extraña para pelear, había salvado a su madre.
-gracias…- escucho el susurro de su madre.
Acompañado de un grito de su Tormenta.
-maldito… no creas que te lo agradeceremos, más te vale que te prepares- amenazo para luego sacar más dinamita y atacarlo.
Pero no lo iba a permitir, NO, claro que no, ya era suficiente.
Antes de que iniciara nuevamente, encendió sus llamas y voló en modo híper al jardín.
Golpeándolo un poco con el puño para lograr captar la atención de todos y decir:
-es suficiente… deténganse…- con voz autoritaria.
///Fin del Flash Back///
Todos se encontraban en silencio esperando el veredicto que daría el castaño.
-bien- hablo este aúnen su modo híper- aquí termina esto- dijo.
-pero Dec…- iba a reclamarle su Tormenta, pero el castaño le mando una mirada afilada, a lo cual este se quedó en silencio.
-Dame-Tsuna, ¿Qué significa esto?- regañaba el Hitman bastante molesto y… lastimado, tenía un ego muy grande como para dejar una pelea en la que se encontraba perdiendo.
-dije que esto quedaba aquí- dijo este de forma altiva y tono amenazante, por lo que el Hitman solo chasqueo la lengua y se dirigió al interior de la mansión.
Después de todo eso, el lugar quedo en silencio, todos esperaban…
Tsuna salió de su forma Híper y se encamino con paso dudoso al rubio.
Este al ver el acercamiento se puso en guardia, a lo que Tsuna se detuvo y con la voz más controlada y amable que tenía dijo:
-¿p-p-po-d-pode-m-mos a ha-b-bl-blar?
Pregunto.
-por fin, alguien con cerebro- dijo el rubio.
A lo que Tsuna solo atino a sonrojarse, el hombre rubio tenía una voz muy varonil, ¡ESPERA!, ¿Qué demonios estaba pensando?
-b-bien, e-entre-mos- dijo amable y el rubio lo siguió adentro de la mansión, abrazando a su pequeño hermano y bajo la mirada atenta de todos.
--5 minutos después—
Edward se cuestionaba varias cosas, en orden serian:
Primero- ¿Cómo ese chico le mandaba a todos si tartamudeaba a cada que hablaba?, aunque debía admitir que su entrada fue genial.
Segundo- ¿Quién era y el porqué de la mansión?, ¿entro acaso a la casa de un rico?, ¡ah!, cierto, el tipo de cabello chisto dijo que eran mafiosos ¿no?
Y la tercera y más importante…
¡¿COMO HABIA ACABADO METIDO EN UNA FIESTA DE CUMPLEAÑOS CON TODOS LOS DEMAS, COMO SI SE CONOCIERAN DE AÑOS PARTIENDO EL PASTEL?!
Seguro los tipos eran bipolares, pasar de una batalla a muerte a cantar las mañanitas sí que era lo más extraño que le había pasado.
Pero que más le daba, ya vería que pasaría a partir de ahora.
-¿Cómo llegaron aquí?- le pregunto el de patillas.
Perfecto, lo que le faltaba, preguntas tontas, ni siquiera la sabia.
-no se- le contesto con sinceridad, pero el azabache pareció enojarse… esa sería una tarde larga o noche, apenas comenzaba a ponerse el sol.
Continuara…
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