Capítulo L: Voluntad Vongola
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Templo de la familia Giglio Nero. 10 años en el futuro.
“ Para heredar Vongola, debes matar”.
Los pensamientos de Sawada Tsunayoshi estaban comenzando a tornarse en caos. MATAR, era una responsabilidad demasiado grande, pero. Era la mafia, el aun no daba o no se quería dar cuenta de lo que implicaba el dichoso asunto de convertirse en el “Décimo Vongola”.
La sola palabra le causaba una sensación atemorizante.
Yuni y los demás miraban a Tsuna expectantes. De pronto la voz de Gamma interrumpió.
— Se está quebrando —menciono el rubio, era la segunda vez que veía la prueba, pero el otro Sawada Tsunayoshi ya tenía una mentalidad firme acerca de la mafia.
— Esto es malo —confirmó Colonello—. El aún no puede cargar con la responsabilidad de Vongola.
— Es lógico —habló por primera vez Hibari Kyoya, mientras miraba la situación con total calma—. Es por eso que cada líder de Vongola es probado.
— ¿A qué se refieren? —cuestiono Irie.
—La mafia. No es un juego, Sawada Tsunayoshi me comento esto “algunas veces me gustaría que las cosas fueran tan simples como Yamamoto las hace sonar”.
— El guardián de la lluvia —comentó Colonello.
— Es lógico, que todo depende del punto de vista de cada quien —comentó la nube—. “La voluntad de cada líder de Vongola no es la misma, puede que sean los mismos ideales pero cada quien ha actuado de acuerdo a su propia voluntad”.
— En otras palabras —musitó Irie pensativo.
— Todo depende de él.
“Tú eres débil, no eres capaz de proteger a tu familia”
“Admitelo siempre has sido un cobarde”
Tsuna escuchó aquellas palabras, quería salir del lugar correr. Gritar hasta que la voz se le quebrara.
— No pienses en huir herbívoro.
— Tsunayoshi-kun —hablo Yuni—. No se puede abandonar este lugar hasta que la prueba esté terminada, en este momento este sitio está sellado por las llamas del cielo.
— Además. Herbívoro no va a ganar nada huyendo. En este momento la cacería Vongola debe estar en su apogeo —comentó Kyoya.
— ¿Cacería Vongola? —pronunció algo confundido Tsuna.
— Si. Prácticamente Byakuran está matando a cada miembro, incluso civiles relacionados con la familia Vongola. Quieres huir… huye, pero recuerda las vidas que se perderán por tu cobardía —gruño Hibari.
— Pero.
— Hibari-san tiene razón —confirmó Irie— los miembros de Millefiore se dedican a cazar a tus familiares, amigos.
— La hermana de tu guardián de la tormenta está en gravemente herida, el padre del guardián de la lluvia está muerto.
— Debes…
— También la hermana menor del guardián del sol. Son personas que han muerto. No solo es Genkishi, yo tambien soy responsable —comento el rubio—. Termina con esto de una buena vez.
Tsuna miraba dubitativo al rubio. Quería…
“El tiene razon, no puedes dejar que dañen a tu familia”
“Vida por vida”
— Yo…
— Decídete Sawada Tsunayoshi —hablo Yuni—. Cumple con tu deber.
« Deber… esto comienza a sonar absurdo» —pensaba Sawada Tsunayoshi.
Si Reborn, o por lo menos alguno de sus amigos estuviera… NO, era ABSURDO pensar en eso, la decisión recaía completamente en él. Observó el arma que le entregó en Vicepresidente del consejo estudiantil. Era como… si…
— No soy capaz de robar su futuro —comentó Sawada Tsunayoshi.
“Deja de perder el tiempo y cumple con tu deber”
“Es tu obligación como miembro de Vongola”
Tsuna tomó el arma. El disparo retumbó en el lugar. Los presentes solo podían ver el rostro sereno de Sawada Tsunayoshi.
— Yo no necesito esa clase de Voluntad —hablo Sawada Tsunayoshi—. De qué sirve aumentar el número de muertes, si no se puede resucitar a los muertos.
De pronto la habitación se vio envuelta en una luz extremadamente brillante y cálida.
— De acuerdo… Escucho tu respuesta.
Tsuna abrió los ojos, ya no estaba Yuni, ni los demás. Pero en frente él estaba un hombre rubio de ojos azules. Su mirada era serena.
— Giotto —musito Tsuna, era la voz.
El hombre sólo le devolvió una mirada.
— ¿Qué es lo que respondes Sawada Tsunayoshi?... ¿Por qué rechazas la voluntad de Vongola?
— Por que no es la mía.
— ¿Que opinas de Vongola?
— No puedo opinar mucho. Ya que no se lo suficiente para darte una respuesta.
— ¿Cual es tu voluntad? —preguntó el líder fundador de Vongola.
— Quiero ser capaz de proteger a mis amigos…
Giotto lo observo y una ligera sonrisa se curvo en sus labios.
— Supongamos que uno de tus amigos te traiciona. Aun así ¿lo ayudarías?.
— Si.
— De acuerdo. Apruebo tu propia Voluntad. Cada líder de Vongola debe tener su propias creencias. Si no fuera, tu propia fuerza no tiene caso. Pero eso también significa que debes enfrentar los errores de los anteriores jefes. Vongola está teñida por la sangre de sus enemigos.
— Por la ira —escucho la voz de un hombre de aspecto similar a Xanxus, Vongola Secondo Ricardo—,es capaz de destruirte —hablo mientras su mano se iluminaba con la llama del cielo.
— Tus propias decisiones —comentó Vongola Terzo mientras el cuchillo se era rodeado por la llama del cielo—. Es algo con lo que debes vivir dia a dia.
— Debes lidiar con tus propios demonios —musitó la voz de Vongola Quarto mientras su tenedor era envuelto por la llama del cielo.
— Debes considerar de vez en cuando las sugerencias de tu familia —hablo Vongola Quinto mientras su Gancho V era envuelto por la llama del cielo.
— Recuerda que no tienes tiempo para dudas —dijo Vongola Sesto, Simora. Su boomerang era cubierto por la llama del cielo
— Tu fuerza depende de ti —apareció Vongola Settimo, Fabio.
Su pistola se vio envuelta de inmediato por la llama del cielo. Y después Tsuna observó a una mujer, que sostenía una ballesta.
— A veces debemos sacrificar todo por la familia —comentó Vongola Ottavo, Daniela mientras su llama del cielo danzaba en su arma.
— Sigue siendo tu mismo —comentó Vongola Nono, con aquella sonrisa familiar y sincera mientras su bastón se iluminaba con su llama.
— Recuerdalo Vongola Decimo —interrumpió Giotto— tu voluntad debe ser fuerte.
Los guantes de Giotto se iluminaron con la llama del cielo, era una flama de color anaranjado, pero al igual que la llama de los otros jefes de Vongola era una llama tan clara que le transmitía un sentimiento de tranquilidad.
— De acuerdo a las reglas establecidas por el líder fundador de Vongola, Vongola Primo, Giotto. Y por común acuerdo de los nueve jefes de Vongola, queda aprobada la voluntad de Sawada Tsunayoshi para que herede la Voluntad de Vongola. Tomando en cuenta que la voluntad depende de cada jefe de Vongola.
El anillo del cielo comenzó a iluminarse al igual que las armas de los jefes, era la primera que que Tsuna conservaba su propia llama.
— Yo, Vongola Nono, Timoteo te apruebo como siguiente sucesor. Vongola no necesita más sangre enemiga, Tsunayoshi-kun.
— Lo sé —respondió el castaño.
Y de pronto, todos los jefes de Vongola desaparecieron del lugar. Tsuna aun no estaba muy seguro de si lo que había ocurrido era una simple ilusión, no.
«Ellos en verdad estuvieron aquí».
Miro a Yuni, quien sonreía. Gamma permanecía en espera del veredicto de Sawada Tsunayoshi.
— Gamma-san, Genkishi-san —hablo Tsuna mientras los observaba a ambos.
El color de los ojos de Tsuna había adquirido el tono anaranjado de la llama del cielo, y en su frente estaba la llama de la última voluntad.
— No tiene sentido matarlos —confirmó el castaño—. Por lo tanto, tendrán que proteger tantas vidas como aquellas que quitaron —comento el castaño antes de caer profundamente dormido.
Yuni acomodo a Tsuna sobre su regazo.
— Prácticamente es una prueba de psicológica —comentó la arcobaleno del cielo—. Hibari-san. Si, Sawada Tsunayoshi hubiera huido.
— Lo hubiera mordido hasta la muerte. Existe esa regla, que en caso de que el candidato a jefe de Vongola intente huir, el guardián que esté presente durante la prueba, tiene la obligación de matarlo.
— Por qué llegar a esos extremos —inquirió Irie.
— Vongola no necesita una voluntad débil —mencionó de forma concisa Kyoya.
— Pero. Hibari-san. Tu no lo hubieras matado —comentó Yuni.
Una sonrisa enigmática se dibujo en los labios del guardián de la nube.