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KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

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Notas del capitulo:

Disclaimer: KHR! no es mío es de Akira Amano-sensei (sería hermoso que tuviera los derechos de autor, pero me conformo con poder escribir este humilde fic).

Nota de la autora:  Hola, aqui con la continuación. Perdon por el aparente retraso, y eso que no tengo dia de actualización, perdon por ese detalle pero cuando manejaba fechas me bloqueaba más y simplemente no escribía, por eso trato de que haya una actualización cuando menos una vez por semana.

Por cierto, recientemente comencé a publicar en mi cuenta de Fanfiction, pero aviso que Amor Yaoi tiene la delantera. Y yo diría que por mucho.

Advertencias:  Ya saben como siempre, perdon por mi errores de dedo, intento releer  con cuidado, per simplemente se esconden. y no podía faltar como  siempre mi título (spoiler) del capítulo, sin más que decir a disfrutar el capítulo...

 

 Capítulo LI: Equipo

***

 

Ciudad de Kokuyo, en un terreno baldío.

 

 

 

Nagi, Hayato y Lambo se encontraban enfrascados en una plática.

 

 

 

— Estúpida mujer, si sabias que Juudaime... iba a hacer algo asi debiste avisarnos — la voz de Hayato sonaba completamente furiosa.

 

— Boss, es capaz de tomar sus propias decisiones —le respondió calmadamente.

 

— Ahodera, tranquilizate. Tsuna, no hace las cosas sin ningún motivo. Es más, tampoco involucró a Mukuro —dijo Bovino.

 

— Pero…

 

— Una de las principales razones para no involucrar a los guardianes, principalmente es que…

 

— Juudaime, no tiene la suficiente confianza en nosotros —murmuró cabizbajo el guardián de la tormenta.

 

— No es eso —aseguró Chrome—. Boss, sabía lo que conllevaba este plan, solo lo sabíamos Hibari-san, algunos miembros de Giglio Nero, Irie Shoichi y yo.

 

— Irie Shoichi, pero ese sujeto. Lo que dices no tiene sentido. Giglio Nero es parte de Millefiore —gruño Hayato.

 

— El plan fue obra de Irie-san, Aria-sama, anterior líder de Giglio Nero y Boss. Si, alguien más se llegaba a enterar de ese plan —Nagi apretó los labios—. Si ustedes se llegaban a enterar irremediablemente morirían —aseguro Nagi mientras los miraba a los ojos.

 

Hayato y Lambo miraron atónitos a la mujer.

 

 

 

— Debes…

 

— Tsunayoshi, no es un niño. Es el jefe de una familia mafiosa —le espetó Nagi—. El toma sus decisiones en pro de la familia. Por ello, debemos preparar a los jóvenes guardianes para la batalla.

 

— Nagi tiene razón —comentó Lambo—. Tsuna. Sin importar sus decisiones debemos creer en él, no solo como nuestro jefe, sino también como nuestra familia.

 

 

 

***

 

Mukuro miraba a Hibari, la tensión era palpable para los presentes.

 

 

 

— Oya, Ave-kun. Luces muy tranquilo.

 

— Ya quisieras, Piña —aseguró Hibari mientras sacaba sus tonfas.

 

— Kufufu…

 

— Vamos, Mukuro, Hibari —hablo Yamamoto tratando de sonar conciliador—. No es el momento para estar peleando, aun no llegan Gokudera, Lambo y Nagi.

 

— No te metas —le lanzaron una mirada intimidadora al guardián de la lluvia.

 

— Ahora que lo pienso, Sawada es más fuerte que ustedes —comentó Ryohei sin ninguna doble intención.

 

— A mi no me ha derrotado —añadió Mukuro con una sonrisa ladina.

 

— Tsuna, es… como decirlo —comenzó a hablar Yamamoto.

 

— Ya dejen de perder el tiempo —gruño Hayato—, y para que se lo sepan. Juudaime está a la par en fuerza con Reborn-san.

 

— Y de hecho, Mukuro-kun. El Sawada Tsunayoshi, de esta época aun no despierta todo su potencial, ya que el noveno selló su llama, por lo que me dijo Reborn, el solo liberó una pequeña fracción de su poder, ya que liberar tanto poder de golpe haría que Boss, perdiera el control.

 

 

 

La niebla y la nube, miraron incrédulos a la mujer.

 

 

 

— Oe, Nagi. Por qué no dejamos que se enfrenten —comentó Lambo.

 

— Uh, no es una mala idea. Pero esos dos no son precisamente amigos —comentó la niebla de Varia.

 

— Pero, les falta el trabajo en equipo —hablo Hayato.

 

 

 

La sonrisa de los tres adultos se ensanchó, claramente tenían en la mente la idea “esto va ha ser divertido”.

 

 

 

— ¿Cómo organizamos los equipos? —preguntó Nagi.

 

— Al azar —respondió Hayato

 

— No —dijo Lambo—. Lo mejor será que Hibari y Mukuro sean un equipo. Ambos son muy individualistas.

 

— Chaos —saludo el arcobaleno del sol al ver que no se ponían de acuerdoa—. Por qué no hacemos una apuesta —sonrió el hombre de fedora.

 

— ¿Cual es el premio? —pregunto Yamamoto.

 

— No lo sé, cualquier cosa que esté a mi alcance —aseguró el hitman—. Solo si son capaces de ganar.

 

 

 

Nagi, Hayato y Lambo lo observaron. Ciertamente el arcobaleno del sol seguía siendo el mismo apostador, lo peor del caso es que sabían que aquellos incautos pensaban que podían ganar. Pero era Reborn de quien hablaban, y lo mejor era no hacer apuestas con el.

 

 

 

Hibari sonrió.

 

 

 

— Reborn-san —hablo Hayato—. Tiene alguna sugerencia.

 

— De hecho, si —comento el hombre de las patillas rizadas—. Quiero ver que tan fuertes son si es que se enfrentan a ustedes, me intriga saber como se las ingenian en contra de las personas del futuro —comentó Reborn.

 

— En ese caso, solo es necesario que uno de nosotros se enfrente a ellos cuatro —comento Hayato.

 

— Pero, quiero ver su trabajo en equipo.

 

— En todo caso —hablo Nagi—. Por que no se enfrentan en contra de Lambo y Hayato-san, su trabajo en equipo es impecable —aseguró la mujer.

 

 

 

Yamamoto miro a Lambo y a Gokudera.

 

 

 

— Nagi —gruño Gokudera—. En todo caso participa tu, prefiero ver sus reacciones.

 

— Yo —se señaló la ilusionista con el dedo—. Lo siento Hayato-san, pero…  No creo ser de mucha ayuda para Lambo, en todo caso.

 

— No pueden estar tan mal, además.... Eres parte de.

 

— Decidamos esto de la forma más seria posible —comentó Lambo—. No pueden estar discutiendo como niños, Hayato, se que estas ciertamente enojado en este momento, pero esa no es la solución. Nagi, haremos equipo, Ya… ya que Gokudera no está bien —sentenció el guardian del trueno.

 

— De acuerdo, dejen de parlotear —hablo Reborn—. Nagi, ¿a que facción perteneces de Vongola? —preguntó el hitman.

 

— Reborn-san, no haga preguntas de las que ya sabe sus respuestas —hablo la ilusionista.

 

— De acuerdo. Vaca, Nagi hagan un equipo. Supongo que es lo justo, ya que ellos nunca han trabajado en equipo.

 

— De acuerdo, Nagi. Hagamos un plan —suspiro Lambo.

 

 

 

La ilusionista y el guardian del trueno, discutieron brevemente. Por su parte, los jóvenes guardianes los miraban.

 

 

 

— Deberíamos planear algo —comentó Yamamoto.

 

— No es necesario —comentó Mukuro con aire de autosuficiencia.

 

— Yo no trabajo con herbívoros —gruño Hibari.

 

— Yamamoto. Tiene razón. Ellos, se ven fuertes. Incluso a la piña le causó problemas Nagi-san, sin contar con que Lambo los dejó aturdido a Hibari y a Mukuro.

 

 

 

Hibari y Mukuro miraron con odio al guardián del sol.

 

 

 

— De todos modos debemos ponernos de acuerdo, senpai —agregó Yamamoto.

 

 

 

Debido a la situación, solo Yamamoto y Ryohei planificaron un estrategia sencilla.

 

 

 

Reborn, miró su reloj. Habían pasado cerca de diez minutos, cuando considero que este tiempo de espera era suficiente.

 

 

 

— De acuerdo —comunicó Reborn—. No hay reglas en esta pelea. Perderán si es que considero que no son capaces de seguir luchando. Recuerden que les guste o no están en un equipo.

 

 

 

El hitman aseveró su mirada mientras observaba a la niebla y a la nube.

 

 

 

Hibari, ni lento ni perezoso sacó sus tonfas. Solo tenía que morder hasta la muerte a esos dos. Mukuro por su parte prefirió observar, después de todo, ese par tenía experiencia.

 

 

 

Nagi y Lambo de inmediato se posicionaron juntos, de antemano ya sabían que tanto Hibari como Mukuro eran individualistas y por lo tanto eso les facilitaba las cosas.

 

 

 

Nagi interceptó el ataque de Hibari con su Naginata, Hibari sonrió ante esto. Por su parte Ryohei se estaba acercando a Lambo, el mayor de inmediato se dio cuenta de que era justo como esperaban que pasaran las cosas, Ryohei prefería atacar de frente. En ese aspecto tanto el guardián del sol, como el de la nube eran bastante impacientes.

 

 

 

Hayato observaba la situación, por un momento pensó en gritarles a los menores. Era más que obvio que ninguno de ellos pensó verdaderamente en lo que significaba la palabra “EQUIPO”. Y eso que Lambo y Nagi, nunca habían trabajado juntos, se notaba la experiencia de los mayores. Practicamente habia leido cada ataque estaban planificando en su contra.

 

 

 

Lambo, sin aviso previo golpeó al guardián del sol en el estómago, lo suficientemente duro, para dejar al mayor de los Sasagawa sin aire.

 

 

 

— Takeshi —musito Lambo—. No no están tomando en serio —aseguró Bovino—. Tal vez hubieran tenido  más suerte si hubieran atacado en conjunto.  

 

 

 

La sonrisa de Lambo era sardónica.

 

 

 

— Desde un principio, a pesar de que se pusieron de acuerdo en quién atacará primero. Eso no es trabajo en equipo —le refuto el mayor.

 

 

 

Sin previo aviso, Nagi y Lambo cambiaron de posiciones. La ilusionista intercepto la katana de Yamamoto y a la par Lambo le lanzaba un trueno a Hibari, el cual esquivo por un par de centímetros.

 

 

 

Reborn miró a los menores. En definitiva aun les faltaba experiencia. Su nivel de pelea aun seguía siendo pobre.

 

 

 

— ¿Que opinas Gokudera? —inquirió el hitman.

 

— Solo están atacando sin sentido —respondió Hayato—. Desde el principio, su plan carece de lógica. Y es obvio, que solo lo estan tomando como un juego. Después de todo… No se están concentrando. Hibari ataca por su cuenta, y Yamamoto no tiene ni un plan en mente. Lo mismo, va para Ryohei. En cuanto a Mukuro, él siempre ha sido prudente, pero no está trabajando en equipo.

 

 

 

Ambos adultos continuaron observando el combate.

 

 

 

Ryohei, se había recuperado, pero aún así respiraba de forma dificultosa, su respiración aun no se normalizaba. El anillo de Hibari comenzó a adquirir el color de la llama de la nube, un espectacular color púrpura rodeaba su anillo, por su parte Lambo solo observo, para después hacer lo propio con su anillo. La caja arma de Hibari apuntaba en dirección a Lambo, paro antes de que el ataque alcanza a Lambo, este liberó a animal de su caja arma.

 

 

 

— Al parecer ya puedes abrir tu caja arma —comentó Lambo al ver al pequeño erizo—. Gyuudon —nombro Bovino a su caja, el animal era gran toro negro de largos cuernos cubierto con una armadura con el símbolo Vongola en su frente.

 

 

 

Lambo, se subió arriba del toro.

 

 

 

— Es hora del rodeo —dijo el guardián de trueno, de pronto el cuerpo del toro estaba cubierto por las llamas de color verde, características del atributo del trueno.

 

 

 

Hayato, chasqueo la lengua, “¡¿Que diablos se supone que hace esa vaca idiota?!”, era lo que pensaba.

 

 

 

Gyuudon corría de forma fiera, y Lambo parecía un niño pequeño. Hibari, preparó sus tonfas dispuesto a derribar a esa imitación de vaquero. Nagi, observó de reojo a Hibari y después miró en dirección a Rokudo, el seguía quieto.  Yamamoto libera su caja arma, y de inmediato vio a Kojirou y Jirou aun lado de Yamamoto.  La pequeños golondrina de inmediato salió en dirección a Lambo, Nagi se dio cuenta de las intenciones del joven guardián de la lluvia, mientras por su parte Jirou, el pequeño perro de raza akita, estaba más que dispuesto a enfrentarse a ella.

 

 

 

Kojirou, estaba a punto de posicionarse sobre Gyuudon para poder debilitar las llamas del trueno, al mismo tiempo el erizo de Hibari estaba por salir en su contra. Lambo sonrió, típico de esos dos, para empezar la característica de las llamas de la niebla era el de absorber las llamas y propagarse, mientras que la llama de la lluvia era capaz de debilitar a las demás llamas.

 

 

 

Antes de que Roll, atacará de frente a Lambo este fue capaz de usar la fortaleza fe Gyuudon para lanzarlo contra Kojirou. Ambos animales habían terminado neutralizarse entre sí.  

 

 

 

— Dejemos, esto asi —ordenó Reborn—. No tiene caso, ni sentido si ninguno de ustedes cuatro está cooperando, en este momento se están estorbando en lugar de apoyarse. Para empezar, Mukuro solo está observando, seguro estabas sacrificarlos como peones —el hitman lo miro seriamente—. Hibari, es necesario que aprendan cooperación. Ryohei, Yamamoto, dos personas no cuentan como un equipo de cuatro personas, y así se hubieran enfrentado solo a uno de ellos, hubieran perdido.


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