Capítulo XLII: Caja arma
Base de la familia Millefiore, 10 años en el futuro.
La puerta que estaba enfrente de él con el símbolo de la flor de caléndula se abrió frente a él.
— Pase, Tsunayoshi-sama —pidió una de las mujeres.
Tsuna no contesto nada, solo entro y contemplo el lugar, era una decoración solitaria, en donde dominaba el color blanco, desde los muebles, cortinas, aquello le estremeció pero a la vez se sentía en un ambiente completamente solitario. De pronto ubico a una persona, posiblemente de su misma edad, la miro por unos segundos, sería “Yuni”, la persona a la que le mencionaron las mujeres de Cervello.
— Tsunayoshi-sama, ella es Yuni-sama, líder de Black Spell —presentó la mujer de cabello rosa.
El menor observó a Yuni, ella permanecía inamovible sentada en una silla, sus manos estaban afianzados sobre los brazos de la silla, su cabello era de color verde oscuro, y esos ojos de un color azul parecían perdidos y carentes de vida. Bajo su mejilla izquierda observó un símbolo en color amarillo, vestía ropa negras a excepción del gran sombrero que coronaba su cabeza y la chaqueta de color larga de un color blanco. Parecía una muñeca sin vida, observó sus pies estaban firmemente colocados en el piso, observó que están usando unas botas negras.
— Hola —intento saludar Tsuna.
Pero Yuni no se movió en lo absoluto. Tenía una sensación inquietante que no sabia como describir.
— Mi nombre es Sawada Tsunayoshi —se presentó el castaño.
— Usualmente, Yuni-sama solo intercambia palabras con Byakuran-sama —informó una de las mujeres.
— Tsunayoshi-sama, espere en lo que traemos el té —dijo la otra mujer antes de que abandonaran la habitación.
Yuni y Tsuna se quedaron solos.
Tsuna no sabía cómo actuar, en verdad era tan difícil iniciar una conversación.
— ¿Podemos ser amigos? —pregunto el castaño.
Por un momento le pareció ver la mirada de Yuni iluminarse, y entonces se abrió la puerta y por ella entró Byakuran.
— Lamento ser descortés —dijo el albino—, tenía que arreglar unos asuntos antes de poder venir a tomar el té con ustedes dos.
— No hay problema —respondió el castaño.
— Veo que ya conociste a Yuni, casi nunca habla —dijo Byakuran.
— ¿Que estaba haciendo mi yo del futuro en este lugar?
— Es muy simple, estábamos haciendo una alianza.
No le gustaba estar en este lugar, pero sobre todo no confiaba en Byakuran.
***
Base de la familia Vongola, 10 años en el futuro.
Yamamoto había tenido prácticamente atar a Gokudera, en verdad aun recordaba cuando Hayato era tan necio.
— Gokudera, cálmate —pidió Yamamoto—, este es el futuro no es como el pasado.
— Pero, debemos ir por Juudaime.
— Todos pensamos lo mismo, pero no puedes simplemente lanzarse a ciegas a atacar la base enemiga —lo reprendió Yamamoto.
— Escucha, chico Punk —dijo Mukuro—, no podemos confiar en ese sujeto.
— En este momento estamos en desventaja —aseguro Ryohei.
— Iré a investigar —dijo Hibari antes de abandonar el lugar.
— Debemos hacer algo —dijo Yamamoto—, por cierto Mukuro, sabías lo del bebé.
— Me lo dijo hace unos días Tsunayoshi, por eso no quería que regresara a Italia. Pero hay algo raro, ¿como sabían que Tsunayoshi-kun saldría de la base hoy?
— ¿Crees que alguien está filtrando información? —inquirió Yamamoto.
— Eso es lo más obvio, Nagi… Explica por qué encubriste a Tsunayoshi-kun —pregunto Mukuro.
Nagi, debía ser el nombre de aquella mujer. Pensaron Gokudera y Lambo.
— Boss, no me dio los detalles.
— No mientas, debes saber algo para apoyarlo en esta locura, incluso Ave-kun parecía saber algo, ¿que carajos ocultan?
— Nada.
— Mukuro, cálmate —pidió Ryohei—, debemos buscar una solución.
— Bueno yo me retiro —dijo Nagi mientras se ponía de pie.
— Tu no te mueves de este lugar, hasta que esté solucionado lo de Tsunayoshi —le advirtió Mukuro.
— Boss, me dijo que me quedara hasta que ustedes lo consideran necesario, solo tengo que avisarle a Squalo-boss.
Nagi permaneció en silencio, Tsunayoshi-saan, le había pedido un último favor antes de partir.
— Boss, me dio esto —dijo Nagi mientras le entregaba una llave a Mukuro.
Un recuerdo de pronto acudió a la mente de Mukuro. Hacía un par de meses Tsunayoshi-kun estaba remodelando una habitación en la casa de ambos, no lo dejó entrar alegando que era una sorpresa.
— Espera, Mukuro —debes calmarte —dijo Yamamoto mientras lo sostenía del brazo.
Pero Mukuro parecía como si no escuchara nada de lo que le decían, se liberó del agarre de Yamamoto y salió del lugar. Iba a darle alcance cuando Nadie lo detuvo.
— Nagi, en que diablos pensaste cuando le diste esa llave —le reclamó Yamamoto.
— Mukuro-san tiene que meditar Takeshi-san, además esa llave me dijo Boss, que era algo que solo Mukuro-san podría saber.
***
Mukuro condujo hasta su casa, no era un lugar muy grande, a comparación de las habituales mansiones de la familia Vongola.
« Si fuera por tí,viviriamos en Kokuyo Land», recordó la voz de Tsunayoshi-kun.
Por lo que ambos, se habían dado a la tarea de buscar una casa, no demasiado grande pero sí lo suficiente espaciosa para recibir invitados. Buscarón casas por casi un mes.
— Pensé que nos iríamos a vivir a Italia —dedujo Mukuro.
— Es algo lejos —le había contestado Tsunayoshi—, además. Ambos preferimos la cuidad de Kokuyo.
— Es cierto.
Bajo del auto, ni siquiera se preocupo por cerrarlo, la zona donde vivían era muy pacífica. El lugar lo habían encontrado después de buscar por casi un mes, era una casa de dos piso de color azul, de inmediato subió las escaleras y busco la llave. De inmediato abrió la puerta de aquella habitación. Su mirada permaneció atónita y sus pies permanecieron inmóviles.
***
Cuidad de Kokuyo, Kokuyo Land, tiempo presente.
El arcobaleno los había citado en sus dominios, de pronto sintió la presencia de los intrusos que se acercaban. Reconoció al instante a todos, pero había algo raro en la presencia del chico punk y la vaca.
De inmediato clavó su mirada heterocromática en la vaca y el punk, ellos lucían como adultos, debía suponer que se debía a la bazooka de la familia Bovino.
El chico punk, le dirigió una breve mirada a Mukuro, mientras Lambo permanecía en silencio.
— ¿problemas con la bazooka?
— Esperaremos a que lleguen los demás —aseguro Reborn.
Mukuro no dijo nada, pero. Se dio cuenta de que no estaba Tsunayoshi-kun. De pronto Mukuro sintió el aura asesina de Hibari Kyoya y esquivo el ataque de la agresiva nube.
— Oya, Kyoya-kun que saludo tan afectuoso —aseguro Mukuro mientras sacaba su tridente.
Gokudera, suspiro. Esos dos no cambiaban.
— Lambo encargate —pidió la tormenta adulta.
Sin aviso ni nada, la nube y la niebla fueron electrocutados con una descarga lo suficientemente fuerte para dejarlos aturdidos.
— Ustedes dos, dejen de pelearse —añadió Hayato mientras suspiraba.
— Oya, o vamos punk adulto —soltó Mukuro—, solo era un saludo.
— No estoy para cuidar a niños pequeños —aseguro Gokudera—, pero ustedes no son tan fuertes para enfrentarse Lambo o a mí en este momento.
— ¿Pareces muy seguro herbívoro? —gruño Hibari.
— Lo estoy —aseguró el mayor mientras sacaba un par de bombas—, ustedes solo deberían limitarse a escuchar de vez en cuando.
— Calmate, Yam… Hayato —se corrigió Lambo, después de todo ya no molestaba a Gokudera diciéndolo Ahodera, en cambio era divertido decirle por su actual nombre Yamamoto Hayato—, sabes que les darías la paliza de sus vidas. Además, debemos regresar a nuestra época —aseguro Bovino.
De pronto se escuchó la voz de Ryohei acompañada de Yamamoto.
— Oh, justo a tiempo, Ryohei, Takeshi —dijo Lambo—, mano derecha te escuchamos.
— Esto es extremo, ustedes se ven algo mayores —aseguro Ryohei.
— Sí, somos del futuro —asintió Lambo.
— Se ven, bien —dijo Yamamoto.
Gokudera casi quería golpearlo, aun recordaba cuando “su idiota”, fingía que todo era un juego, a lo que en su defensa les había dicho “era para no preocuparlos”, pero claro que Yamamoto solo había logrado lo contrario, llegando a preguntarse en ocasiones por la salud mental del guardián de la lluvia.
— Bueno, ya que estamos todos comenzaré a hablar —dijo Gokudera.
— ¡No falta alguien? —inquirió Mukuro.
— Juudaime, esta… Bueno, no sabemos la ubicación de ninguno de los dos Ro… Dijo Sawada Tsunayoshi, (Simplemente no podía decirles, el actual nombre de su jefe, Rokudo Tsunayoshi).
— Reborn —continuo Lambo—, nos dijo que fueron atacados por Genkishi, ese sujeto pertenece actualmente a la familia Millefiore.
— Una nueva familia mafiosa —dedujo de inmediato Rokudo.
— Algo así —contestó Hayato—, la familia Millefiore, está formada por las familias Gesso y Giglio Nero, la cual está dividida en dos facciones, “Black Spell” y “White Spell”.
— Pero, Giglio Nero es una familia neutral —comentó Mukuro.
— No sabemos mucho, del décimo líder de Giglio Nero, pero… Byakuran Gesso, es otra historia.
— ¿Que pasa exactamente en el futuro, Gokudera? —pregunto Reborn.
— Estamos en una guerra.
— Es lógico si sin mafiosos —bufo Mukuro.
Por un momento Hayato iba a perder los estribos, pero intento controlarme, este Mukuro aún no era el Mukuro del futuro, suspiro. No podía llegar y decirle, oye piña, no me lo vas a creer pero en el futuro estas casado con Juudaime, aunque jurabas y perjurabas que odiabas a la mafia.
— Bueno, Millefiore apareció con armas nunca antes vistas lo que les dio cierta ventaja, comenzaron a cazar a los aliados de Vongola, los miembros de Millefiore y su líder Byakuran Gesso, lo toman como juego y lo nombraron “Cacería Vongola”. No sabemos muy bien sus objetivos, pero se aseguro de eliminar a los “SELECTIVE SEVEN*1”.
— ¿Es tan fuerte para matar a un arcobaleno? —pregunto Reborn.
— Antes de que se iniciara una guerra, Reborn-san fue a pactar con Millefiore un cese al fuego, pero el cobarde de Byakuran liberó una especie de atmósfera tóxica que solo afecta a los arcobalenos. Reborn-san, en el futuro usted murió.
Todos se quedaron en silencio, nadie dijo absolutamente nada. El hitman, siempre les había parecido alguien imponente y sumamente fuerte.
El hitman no dijo nada.
— El tiene, dos partes de Tri-ni-sette, en su poder —comunicó Hayato—, los anillos Mare y los pacificadores de los arcobalenos. No sé, a ciencia cierta cual sea el objetivo de Byakuran, pero Juudaime parecía saber algo. Por eso, Juudaime tomó la decisión de destruir los anillos Vongola. Y por lo que me dijo, Reborn-san, la única forma para que Byakuran consiga su objetivo es, posiblemente está intentando tomar los anillos del pasado.
Reborn, solo escuchaba atentamente la situación de la familia Vongola en el futuro.
— Gokudera, ¿que clase de armas utilizaron? —pregunto Yamamoto.
— Cajas arma —dijo el adulto mientras sacaba de su pantalón un cubo y se los mostraba—, tienen un mecanismo que les permite alimentarse llamas.
Gokudera se colocó un anillo y lo insertó en la ranura de pequeño cubo, de inmediato apareció un leopardo con llamas rojas de la tormenta.El animal era ciertamente majestuoso, se acomodo al lado del Gokudera adulto mientras Hayato le acariciaba la cabeza.
— Es el mismo tipo de arma que utilizó ese sujeto —comentó Mukuro.
—Wow, es un leopardo —dijo Yamamoto.
— Uri, regresa a la caja —pidió Hayato.
El leopardo ronroneo antes de desaparecer.
— Posiblemente, Millefiore intente ir tras ustedes.
Reborn suspiro, mientras leía el papel que había dejado caer el Tsuna adulto.
Reborn, en verdad me hubiera gustado poder hablar contigo, pero posiblemente yo desaparezca. Ya se que estas pensando que soy un dame, pero tu me enseñaste que la familia es primero, te dejo una serie de especificaciones, primero pidele a Hayato y a Lambo que le enseñen a usar las cajas arma, deje una maleta en tu cuarto.
Decimo Vongola.
SELECTIVE SEVEN*1: el grupo formado por los 7 mas fuertes del mundo (Arcobalenos).
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Bonus Chapter.
Cuidad de Namimori.
Tsuna se encontraba en casa de su yo del mundo paralelo. De pronto vio a su padre. El hombre no dejaba de verlo fijamente, tal vez se dio cuenta de que no era el Tsuna.
— Oe, Tsuna ¿por qué no salimos a pescar?
— Seguro.
Iemitsu se quedó congelado, era la primera vez que Tsuna aceptaba salir con él. Debe capturar el momento iria por la cámara de fotos.
***
Cuidad de Kokuyo.
Tsuna, vio a Iemitsu, de inmediato se dio la vuelta, pero Iemitsu lo alcanzó.
— Oe, Tsuna ¿por qué no salimos a pescar?
— No.
— Claro, como ahora sales con Mukuro, cambias a tu padre por el novio —dijo Iemitsu mientras lo miraba seriamente—. Nunca pensé que me cambiarias —agregó Iemitsu dolido.
— ¿Eh? —Tsuna enarcó la ceja derecha.
“¿Qué tan seria era la relación de su yo de este mundo con Mukuro?”.