Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Golden Milk por Satory

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! (^v^)/ Ya estoy aquí de vuelta!!! D: 2630 visitas!!!! Las amo!!!! :’D Y las extraño~~


:) Bueno chicas ahora sí, me gustaría decirles que eh estado esperando llegar a este capítulo desde que empecé el fiqui~

El plan siempre fue que está historia fuera un oneshot, pero una vez que me alargué, lo dividí en tres partes... Este debía ser el capítulo 3!!! (*0*) Pero desde que empecé el 2 no pude parar de escribir momentos estúpidos que me hicieron tomarles cariño a los personajes.

Como saben seguí diciendo que no podía parar de escribir así que se fue hasta 7 capítulos, luego seguí escribiendo y ahora que por fin pude llegar a este punto estoy muy feliz.

Gracias a todas por leer!!! Yo les agradezco desde el fondo de mi corazón!!! (*0*)/

Sé que tuve muchos retrasos que parecía que había botado el fic, pero no! :D tuve de repente pequeñas ideas que ahora están en borradores, por eso de repente me perdía y no sabía cómo continuar contando está historia, así que me bloqueaba y avanzaba en algún borrador... Ahora estoy feliz pues por fin ha salido de los borradores una historia (sí le echan un ojito a mi perfil, se llama Express Edition), seguiré trabajando para traerles más historias que las hagan emocionarse, con respecto a "EE" me siento como madre primeriza (;v;) (Mi bebe) Así que me gustaría que pasen a verla! :)

Las  viejas ideas que tuve...  Siguen en proceso y espero terminar alguna pronto... Quién sabe y a lo mejor salen otras nuevas! (*0*)

Bueno~ Sé que es tonto porque va en auto y según otro capítulo tardaron 30 minutos o algo así, ignore la lógica el día de hoy y también para el capítulo que sigue xDDD

Ya dejó de quitarles tiempo y ahí va!!!! :3

 

 


Capítulo 14 ~Un hombre lleno de ira~



§                  ~   °   ~                  § 



La brisa invernal hacía estragos en la ciudad de New York, a pesar de esto, los neoyorquinos bajo el cobijo de gruesos abrigos apresuraban sus pasos para adelantarse y ganar la carrera llamada "Hora pico".

—¿Y bien?— Decía el moreno mientras conducía con tranquilidad saliendo de lo que era el jardín del edificio donde vivía.

—¿Qué?— Se limitó a preguntar al terminar el otro su pregunta.

—Accediste a contarme sobre ti sí preparaba algo de comer y te llevaba al lugar que tú pidieras, y eso estoy haciendo— Sonrió cuando llegó al primer semáforo a penas una calle avanzada.

—Déjame en la entrada del subterráneo donde nos conocimos y ya— Contestó con calma, pero en tono tajante dejando claro que no tenía intención de charlar.

—De acuerdo, como tú quieras— Sonrió para sí, y giró para ver al joven que mantenía fija la mirada al frente, después de unos momentos pensándolo se dio cuenta que no se conformaba con su hermetismo, quería saber más sobre el joven rubio y no tenía forma de calmar su inquietud —¿Y bien?— Insistió intentado mirarle con mayor ímpetu.

—¿Bien qué?— Parpadeó lentamente «Me estas obligando a gritarte que dejes de una vez el puto tema de mi vida» y suspiró pesadamente.

—¿Por qué no quieres contarme nada?— Se animó a preguntar suponiendo que tal vez algo quería ocultar.

—No veo la razón para contarte algo— Giró para terminar enfrentando sus miradas.

—Bueno, de aquí al centro hay un largo camino, a menos de que quieras aburrirte mientras estamos atrapados en el tráfico, te sugiero que cuentes algo— Le sostuvo la mirada, el rubio desvió un segundo su vista para después fijarla nuevamente al frente.

—Ya veremos. Ahora conduce— Indicó cortante. Jean llevó su mano a la palanca del auto con un rápido y brusco movimiento cambiando su posición, la actitud hermética del más bajo le empezaba a irritar; y en consecuencia, el logo de su auto que reposaba grabado en la cubierta de piel de la palanca terminó marcando la piel de la palma de Jean, se arrepentía y se sentía como un tonto de arremeter contra ella con tanta fuerza, pero fue un acto reflejo producto de la molestia instantánea que le producía la negativa a sus preguntas.

—Como te dije me llamo Jean, Jean L'Cierm— Nuevamente se miraron fijamente durante unos segundos lo suficiente para que los cristalinos ojos azules le inspiraran calma —Y se me da muy mal mantenerme callado— La risa escapó de sus labios y Adam bufó.

—Ya lo noté, gracias— Su cabeza hizo un movimiento de negación, sabiendo que no podría hacer algo para acallarlo.

—De nada— Sonrió para sí —Entonces, sí tú no quieres hablar lo haré yo— Adam hizo un ademan con su mano para indicarle que continuara, completamente indiferente a lo que llegara a salir de la boca del mayor que respondió con un suspiro —Antes vivía en Francia, y vine a New York por trabajo— La vista de Adam fue directo a buscar la de Jean.

—Hablando de eso, trabajas en la torre L'C, ¿Cierto? ¿Es tuya? ¿Por qué se parece a tú apellido?— Sin quererlo ni planearlo su curiosidad salió a flote, al darse cuenta giró su avergonzado rostro escondiéndolo del moreno «¡Genial Adam! Ahora pensará que te interesa su apellido porque podría ser dueño del edificio» suspiró viendo por la ventana sin ser verdadero observador.

—Ohhhhhhh, así que lo sabías— De reojo alcanzó a ver algo de rubor en las mejillas del pequeño, lo que en realidad le conmovió, Adam, en primera instancia le pareció un chico rudo, pero era fácil cohibirlo, de cierta forma era como un pequeño niño avergonzado por un adulto rico y elegante, aunque sabía que sólo su apariencia era la de un muchacho joven e inocente, Adam era a sus ojos más como un adulto con muy buenos genes, a eso atribuía su rostro juvenil, un "Traga años", como se decía popularmente; agradecía que fuera inocente, aunque aparentara ser más joven y fuese como una estafa.

—No... Es sólo que escuché tú apellido varias veces y noté la similitud en el nombre... Aunque tú lo pronuncias diferente— Dijo con sinceridad, aunque no esperaba que le creyera; él mismo no lo creería sí estuviera en el lugar del moreno.

—Eso es porque todos aquí hablan inglés y no es un idioma muy melódico por decirlo de algún modo— Aclaró con tranquilidad, feliz de saber que Adam era inocente como un jovenzuelo común, algo raro en los neoyorquinos que siempre estaban veinte pasos sobre él... O al menos las chicas neoyorquinas sí, ellas parecían recordar los apellidos en orden descendente según el peso de su cuenta bancaria, y apenas escuchaban el suyo le asediaban hasta asfixiarlo.

—Supongo— Dijo sin mirarle, al menos no había hecho énfasis en tomarlo como un "Interesado" y esto lo reconfortó.

Estos dos no se lo imaginaban, cada uno estaba tan sumido en sus propios pensamientos, que nunca sabrían lo curiosamente sincronizadas que estaban sus mentes tratando de enfocarse en los aspectos más dulces que el otro les mostraba.

—Tú en cambio, pareces tener un acento muy fuerte... Aunque no logro ubicar su origen. ¿Has estado en alguna parte de Gran Bretaña?— Preguntó por curiosidad una vez que su mente dejó de divagar.

—¿Qué te hace pensar que un chico que se prostituye ha ido a otro país?— Soltó con sorna, esto en lugar de ofenderlo le causó gracia, lo que a él mismo le extrañó.

—Lo siento, es sólo que hablas diferente— Se disculpó inmediatamente, confundido por el tono del rubio.

—Eso es porque tengo mal carácter, todo el mundo dice que hablo como si mi cabeza hirviera a cada segundo en furia— Explicó con más detalle, era la verdad, desde pequeño tenía una curiosa forma de pronunciar, inclusive cuando decía su propio nombre sonaba más a un "Adámm" que un "Ádam", definitivamente sonaba con mayor fuerza de la necesaria, por ello lo atribuía a estar enojado o algo parecido.

—Ahora que lo dices... ¿Siempre estás molesto? Porque estoy seguro de haberte visto sonreír mucho durante la cena y en el desayuno— Su pregunta salió de sus labios y llegó al joven rubio sin el mínimo rastro de queja o burla, lo que sorprendió al ojiazul que no se esperaba eso; siempre se quejaban de su mal carácter pero nunca le mencionaban sí reía o no aunque fuera mínimo, haciéndole creer que era realmente un amargado.

—No siempre— «Crédulo tarado, te estoy mintiendo; pero es que me haces reír sin quererlo» ¡Sí! Terminó por aceptar, él era un amargado, un rápido recuento de su vida lo dejaba en claro, pero ese idiota lo hacía reír sin esforzarse, lo hacía sin intenciones de provocar una risa, él no tenía ganas de reír, y aun así, terminaba logrando «¡Aghhhh! Deja de atormentarme tú... ¡Idiota!» gritaba en su mente tratando de alejar al moreno de sus pensamientos —Me dirás entonces que hay contigo y ese edificio— Intentó concentrarse en la plática. Plática que no había querido iniciar, ni ser partícipe, ni siquiera pretendió escuchar, y aun así él fue el primero en preguntar para saciar su curiosidad; ya después se haría un chequeo mental, porque terminaba haciendo cosas que no quería... Y todo era culpa del idiota sentado a su lado.

—Mi padre es el dueño, y también es dueño de Bienes raíces L'C y de la inmobiliaria L'Cierm— Contestó la pregunta sin siquiera pestañear, pero Adam podría jurar que su entrecejo se frunció con fuerza por unos instantes.

—Ya veo, suena importante y rico— Mencionó sólo por decir.

—¡Ja! No sólo eso, el maldito es dueño de la mitad de edificios de departamentos en Manhattan— Soltó con ira mal contenida.

—¿Lo dices en serio?— Preguntó sorprendido.

—Así es, incluso ese edificio en el que vivo, es casi suyo, comparte la posesión con un buen amigo mío— Ahora estaba seguro, pues nuevamente el ceño de Jean tomó un aspecto amenazador.

—Wow— Soltó por la impresión —Debe ser genial tener una familia rica y un padre así de poderoso— Se dejó llevar por esa misma impresión, pero...

—Para nada— Rápidamente el mayor se encargó de cortar el hilo de pensamiento del jovencito.

—¿Eh?— Buscó su mirada, le parecía, al menos lo que decía, genial, pero la actitud de Jean le decía que estaba a punto de cambiar a algo no muy bueno.

—Ese hombre... Debería morir pronto— Le dijo en un tono tan escalofriante que una corriente eléctrica subió por su espalda —Pero, como dicen ¡Hierba mala nunca muere!... ¡Cómo me gustaría asegurar su muerte lo más pronto posible!— Soltó con rabia.

No supo que decir, su actitud, su voz; él cambió por completo cuando habló de su padre; pero ahora podía decirse que era otro hombre, y uno con muy malas intenciones.

—Su-supongo que hay más de lo que parece...— Suspiró —Siempre pensé que la gente rica da asco, aunque no conocía a nadie rico para poder asegurarlo— Le importaba poco con quién se hubiera metido, sólo quería sincerarse —Pero tú no me provocas lo mismo, supuse que tu padre sería como tú, algo idiota, amable, atento, sencillo, buen cocinero...— Se detuvo al darse cuenta de que lo elogió sin pretenderlo.

—No podías estar más equivocado— Fue lo único que respondió, ni siquiera notó el elogio desmedido de Adam.

—¿Cómo es eso?, algo de él debes tener por ser tu padre y viceversa— Rápidamente la mirada de Jean se topó con la suya y sintió un escalofrío recorrerle la espalda al darse cuenta de la ira con la que estaba cargada. El estremecimiento no pasó desapercibido para el mayor, una punzada se atravesó en su corazón y se sintió mal desquitándose con Adam, él no tenía nada que ver en ese asunto y no había razón para mirarlo con tanta dureza aunque lo que había dicho le dolió profundamente.

—Eso es porque nunca eh vivido con él. Yo no aprendí nada de él— Su voz ya sonaba más tranquila, aunque todavía había algo de coraje en ella.

—Quieres decir que nunca conociste a tu padre— Sacudió rápidamente su cabeza —¡Perdón! Quiero decir, ¿De pequeño no estuvo contigo?—

—No. Tenía trece años cuando me enteré de que estaba vivo, y de que era rico— Miró al frente mientras detenía el auto frente a un nuevo semáforo. Ya estaban en la zona conflictiva... De aquí en adelante el centro se volvía un caos vial, y la velocidad máxima se volvía un número de risa.

—Así que tampoco sabías nada de tu propio padre— «También» resonó en su mente, aunque prefería pensar que no podía ser tan malo...

—Sabía que tenía un padre, pero lo daba por muerto; mi madre nunca me hablaba de él, aunque en ocasiones podía escucharla hablando sobre él con otras personas; cuando era pequeño, entendí que el tema era doloroso para ella, y que sí no quería verla llorar era mejor no mencionarlo, por eso yo creía que él había muerto; en ese entonces yo me preguntaba ¿De qué otra forma podría causarle tanto dolor, más que siendo por su muerte?— Lo vio levantar una ceja, como sí de vuelta esa duda reviviera.

—Entonces debió ser una sorpresa saber que estaba vivo— Concluyó esperando que el ojiverde continuara su hablar.

—No del todo, él no me interesaba para nada, y saber que estaba vivo tampoco lo volvió importante para mí, al contrario— Cambió la velocidad del auto, y avanzó a penas lo suficiente para cruzar la intersección y volver a detenerse junto a los muchos autos a su alrededor —Empecé a odiarlo, por permitir que mi madre sufriera su ausencia, ella decía que al final de cuentas, sin él, yo no existiría; por eso no debía odiarlo— Adam lo examinaba con escrutinio, y lo que encontraba le parecía cruel, se veía claramente el dolor cuando sus labios mencionaban a su madre y la furia que sorpresivamente aparecía cuando era a su padre a quien nombraba.

—Sí lo dices así, parece que tu madre realmente te ama a ti— Dudó unos instantes en sí debía decir lo que su mente tenía ganas de soltar...—Y a él— Terminó completando.

—Lo sé— Sus ojos se cerraron dolorosamente —Cuando me gradúe de la preparatoria, él de repente apareció en mi vida— Los abrió de golpe, como sí reviviera la sorpresa que una vez le causó —Llegué una noche, como cualquier otra, del trabajo...— La mente de Adam pareció encenderse con esta palabra «¿Trabajo?, ¿Jean...»

—...En qué trabajabas?— Terminó preguntando en voz alta.

—¿Eh?— Soltó con sorpresa, y volteó buscando la azul mirada de Adam, quien se encontraba completamente abochornado.

—Me dio curiosidad— Dijo a modo de disculpa, completamente sonrojado.

—Trabajaba— Suspiró —En una cantina en el pueblito donde vivía, era un buen trabajo, podía ver a todos por las noches, platicar con ellos, y sobre todo asegurarme de que llegaran enteros a sus casas; amigos o conocidos, todos pasaban por ahí aunque fuese un rato, y al terminar mi turno, me devolvía a casa con algunos amigos, eran tiempos geniales, mi mayor preocupación era saber sí tendría que cortar el césped por la mañana— Ahora se daba cuenta... De que una simple pregunta lo llevó a recordar algo que ya había olvidado... «Gracias Adam» se limitó a agradecerle en su mente.

—Suena bien, muy diferente a vivir en este lugar— Le dijo despreocupadamente con sinceridad.

—Lo es, sinceramente extraño todo lo que dejé atrás— Le respondió, pero fue la sonrisa que dejó escapar la que le confirmó al rubio que Jean no podía expresar en palabras lo mucho que significaba ese lugar.

—¡Oh, cierto! Cuéntame, ¿Qué pasó cuando lo conociste?— Su mente volvió a traicionarlo, no estaba dentro de sus planes volver al tema anterior, pero ya lo había hecho...

—Cuando llegué del trabajo, él estaba ahí, esperándome junto con mi madre— Continuó el moreno sin darle tiempo para retractarse —El muy hijo de perra me chantajeó— Adam se maldijo por volver a ver la ira de Jean, él y su gran bocota ahora habían traído de vuelta ese aspecto al rostro del pelinegro —Él sabía de mí, y que mi madre tuvo que arreglárselas ella sola para que viviéramos decentemente, y nunca le preocupamos— Su voz se estaba llenando de esa ira que le erizaba la nuca al rubio —Pero él llegó a mi casa a proponerme "Un buen negocio"— Se rió de forma extraña, había odio y sarcasmo, al jovencito a su lado no le agradaba nadita verlo sonreír así —Ser su hijo legalmente y trabajar para él— Soltó una carcajada al más puro estilo de un villano maniático.

—Am... No lo hizo por compensar los años que no estuvo con ustedes, ¿Verdad?— Se aventuró a indagar; quería saber, estar seguro que ese odio era por una gran razón, aún a pesar de que sabía que no sería buena, Adam sólo quería que ese odio no fuera en vano; ¡No quería que Jean llegara a ese extremo de odio por una tontería!

—No. El infeliz sólo quería alguien que se ocupara de su dinero al morir, resulta que fui el único hijo que tuvo en sus aventuras; en ese momento estaba tan furioso, había llamado a mi madre "Aventura". Lo eché a patadas de ahí, y le dije que nunca volviera— Golpeó con fuerza sus manos contra el volante y el chico de ojos azules podía jurar que lo escucho gruñir.

Hubo un largo silencio que pesaba en ambos.

—Pero obviamente estás aquí con él— Rompió el pequeño el denso ambiente.

—... Cuando lo conocí me di cuenta de cuanto lo amaba mi madre, él y yo, somos iguales, al menos físicamente... Supongo que ella siempre lo vio en mí, y no es vanidad, pero entiendo porque se enamoró de él— Soltó un bufido seco —Mi madre decayó mucho después de ese día, y pensé que se debía a él; así que me tragué todo mi coraje y orgullo, fui a verlo, le dije que aceptaría sí también le daba su lugar a mi madre; se negó; y luego dijo que ella era una de tantas, una simple muchachita sin nada especial y que no era nadie para merecer algo de él, lo golpee, y me largué dejándolo tirado en el suelo; nunca más quería volver a verle la cara— Su respiración era tan pesada —Incluso, cuando me veía en los espejos, me daba la impresión de estarlo viendo a él, nuestros rostros son tan parecidos... Que no me causa rencor... Si no miedo— Jadeó sin poderlo evitar.

—Él no sabe valorar a las personas, es justamente la clase de ricos que odio— Dijo intentado omitir la confesión del moreno; éste sólo suspiro agradecido de que el pequeño pensara así y tomó aire para proseguir.

—Poco después entré a la universidad, soy bastante imbécil pero los negocios se me dan muy bien— Bufó «Puede que lo tenga en los genes» paso por la mente del más grande —Así que un amigo me insistió que tomara alguna carrera, y pusiera un restaurant, él sería mi abogado y mi madre la chef principal; así que ella y yo nos mudamos a París, incluso ahí la vida era amena aunque mi madre había tenido problemas al encontrar trabajo pues hacía mucho que no trabajaba, por suerte nos topamos con un viejo compañero suyo, él la acordaba como un prodigio escolar, e inmediatamente le dio un puesto en la cocina y a mí me ofreció ser uno de sus meseros; así que deje mi otro trabajo, que por cierto pagaba muy bien; pero trabajar en el mismo lugar que mi madre me parecía un sueño— Le explicó ya con su rostro relajado —Fue la primera vez que vi a mi madre trabajar en su mundo— Mencionó con simpleza, pero cada palabra estaba cargada de orgullo.

—¿Su mundo?— Preguntó el rubio con curiosidad, sin reparar en el otro trabajo mencionado.

—Ella estudio gastronomía, y algunos de sus conocidos 
me dijeron que era una genio; pero cometió un error, se topó con mi padre y bueno... Se perdió mucho de lo que amaba por él— Se mordió el labio inferior y sus cejas se fruncieron con algo de molestia.

—Lo siento— Se disculpó.

—Un mal día, mi madre empeoró, había estado mal desde que ese tipo estuvo en nuestra casa, pero nunca así, la hospitalizaron y sus exámenes fueron muy claros... Tenía cáncer— El moreno calló y los ojos azules del jovencito a su lado se abrieron con sorpresa —Estaba tan asustado, no quería perderla y el señor Ferret, su viejo amigo, él, se hizo cargo de los gastos... Aun así era aterrador para mí pensar que mi madre se muriera por no darle lo mejor en su tratamiento... Volví a ver a mi padre, le rogué que me hiciera su hijo, que haría todo lo que pidiera, y que me diera dinero... Lo que él quería era que me arrastrara por sus migajas... Lo hice y no me arrepiento; le pagué cada centavo al señor Ferret, pagué los mejores doctores para mi madre, me esforcé cada maldito día en la escuela, era un tonto y lo sabía por eso tenía que hacer más que cualquier otro, nunca tuve tiempo para otras cosas, no me importaba hacer amistades, noviazgos o contactos, sólo quería ser el mejor, a media universidad les parecía engreído y más cuando legalmente obtuve su apellido, nunca odie a nadie en la escuela por tratarme así, pero tampoco hice algo para convivir con ellos, sé que les parecía un desgraciado que los menospreció pero no me importó, no tenía tiempo, y menos para perderlo... Al graduarme todo rindió frutos, fui el mejor de mi clase a pesar de ser un negado natural, inmediatamente vine a New York— Adam no podía creerlo, nunca imaginó tal pasado para "El idiota de esa noche" incluso ahora se preguntaba, ¿Cómo hacía para ser tan amable? Estaba completamente impactado —Y él maldito infeliz me dio un puesto como conserje, en toda mi vida a nadie le bese los zapatos más que a él, y eso fue lo que obtuve por rebajarme a ayudarlo en sus planes— De repente Jean volvió golpear el volante; Adam brincó en su asiento. Por un tiempo, el que le permitió un nuevo semáforo, se miraron intensamente; la verde mirada no terminaba de pedir disculpas al joven que le veía fijamente.

—¿Cómo te fue después de eso?— Preguntó siguiendo la conversación restándole importancia al incidente, comprendiendo, que nunca más quería saber de ese hombre.

—Mi buen amigo, que vivía ya aquí, se hizo cargo de ayudarme, y esperé a que el viejo me diera un puesto al menos como vendedor, cuando lo hizo... Todo fue más fácil— Retomó su atención al camino bloqueado por autos, en su mayoría taxis —Ahora cinco años después aquí estoy, completamente instalado en un buen departamento, con buen auto y en la vicepresidencia, inclusive gané buenas amistades entre algunos ricos, que no son cono mi padre, la señora Epheegine es un ejemplo impresionante de ello— Suspiró ya tranquilamente.

—Ya veo... ¿Y tú madre, se quedó en Francia?— Le preguntó inocentemente.

—Sí, ella está ahí... Murió este año y está en Francia, descansando en su pequeño pueblito del que nunca debió salir— Su semblante era lúgubre, y su voz apagada, Adam podía sentir su pecho oprimirse sin ser su pena.

—Jean, lo lamento tanto— Quiso, en un arrebato sin sentido ni lógica, tomar su mano y abrazarlo...

—No eres tú quién debe sentirlo— Le dijo refiriéndose a su padre... Pero por la rubia cabecita eso ni siquiera se asomó.

—Cierto— Contuvo cada músculo en su cuerpo y se mantuvo inmóvil mirando por el costado —Eso hay que dejarlo a otras personas, como tu novia, o prometida, lo que sea— Dijo con molestia.

—¿Te refieres a Amanda?— Miró al más bajo con la duda en la cara pero este miraba en dirección opuesta así que sólo continuó —Ella no es de mi nada— Terminó con simpleza.

—Pero...— Iba a recordarle la escenita de la madrugada cuando el francés lo interrumpió.

—Pero... Estábamos comprometidos, la conocí hace dos años, y como toda pareja decidimos casarnos, lo hubiéramos hecho si mi mejor amigo no fuera un maníaco que fuma cuando está nervioso— Unas carcajadas divertidas escaparon al momento.

—¿Cómo?— Preguntó con prontitud mientras buscaba su rostro.

—Estábamos en el altar y él como padrino estaba obviamente más nervioso que yo, siempre dijo que era un error pero Amanda tiene su lado bueno, y yo no soy bueno recordando defectos. Bien, él decidió salir a fumar un poco, pero también es flojo, así que se escabulló para fumar a gusto sin tener que salir hasta el jardín, cuando lo vi entrar de vuelta supe que algo realmente malo había pasado... Estaba tan tranquilo, sus nervios habían desaparecido y empecé a tener verdadero miedo cuando me dijo al oído "Te lo dije"— Jean miró al chico rubio lleno de confusión —Me llevó con él hasta el otro lado de la catedral... ¡Oh, Amanda quería su boda en la iglesia más importante de la maldita ciudad!, esa mujer es como una adolescente "Jean, hay mucha diferencia entre una iglechusa y una catedral", me repito hasta el cansancio, yo creo que siendo iglesia o catedral sirven para lo mismo— Se rió con gracia, la risa del hombre era contagiosa tanto que Adam casi olvida su curiosidad para reír junto a él —Entramos a una pequeña capilla, y Arthur pateó uno de los concesionarios con todas sus fuerzas, una y otra vez hasta que la puerta se venció, del interior salió... Mejor dicho cayó un cura, seguido de Amanda, los dos con la ropa mal acomodada... Nunca olvidaré los rostros de ninguno, creo que fue el mejor día de mi vida, comprobé que mi amigo es mi más fiel amigo, y lo que lo hace más feliz es poder decirme "Te lo dije", mi prometida era el peor error de mi vida, y que los curas no tienen un trabajo seguro, están expuestos a palizas de padrinos de casi dos metros— De un momento a otro el de ojos azules convirtió la tensión en su interior en risas, los dos reían abiertamente con entusiasmo —Y de eso ha pasado un mes— Terminó diciendo entra risas el moreno.

—¿No sientes feo?— Se limpió una pequeña lagrimilla que inventaba escapar por su mejilla —Debiste amarla, ¿No te dolió?— Preguntó mirándolo conducir con tranquilidad cuando doblaban por una calle, encontrándose más autos atascados en el tráfico.

—Claro que me sentí mal porque en verdad la quería, pero no la amé, como decirlo, la pasamos muy bien juntos y la quería tanto como pude, era magnífico pasar cada momento libre con ella, pero no había amor, era más bien acompañamiento, ninguno estaba solo sí nos teníamos el uno para el otro— Soltó con tranquilidad.

—Ya veo— «Así que después de todo no eres un príncipe, eres sólo un humano que se siente solo» su interior se alegró al saber que Amanda era un "Nada" y retomó su actitud hermética.

Ya había saciado su curiosidad así que ya no pensaba entablar conversación... Por muy egoísta que sonara.

Estaba seguro que Jean era un buen hombre; pensándolo bien el hecho de seguir siendo amable y divertido, por no decir estúpido, le decía que era una gran persona. El hombre estaba lleno de ira contra su padre, pero mantenía un buen corazón, un corazón que no era capaz de amar, ni tampoco de estar solo... Era complicado, y aun así, una parte de él quería ser capaz de aliviar esa furia y convertirla en algo mejor, una risilla escapó, en realidad no, Jean con todo y su ira, ya era increíblemente bueno, no había necesidad de cambiarla, porque...

«Tal vez esa es la razón por la que es así de amable».




§                  ~   °   ~                  § 


Notas finales:

Les gusto? :D Digan que sí!!! :) Porque realmente estos capítulos han sido difíciles xDDD tarde mucho en hacer que me convencieran xD pero en realidad no cambiaron mucho desde el borrador xDDD

Espero que les gustara! :D por favor pasen a dejar sus comentarios sí tienen tiempo :)

En el próximo capítulo hay una sorpresa! :) Como ha pasado últimamente, se alargó y tuve que cortarlo, así que la parte que viene es muy importante!!!

:D Nos vemos!!!!

P.D.: El próximo miércoles actualizo Golden Milk... (La que no terminó el segundo capítulo de Express Edition xD)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).