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Golden Milk por Satory

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Notas del capitulo:

2866!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! (*3*)/ Las amooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Bueno~ Mis queridas mentes perturbadas para ustedes desde el fondo de mi corazón~ Ahí va...

(*w*)/ El capítulo final de Golden Milk!!!!! <3

 

Capítulo 15 ~Adam Campbell~



§                  ~   °   ~                  §



—¡Hey!— Llamó su atención —Ahora que sabes de mí, ¿No quieres contarme algo de ti?; ¡Vamos tengo curiosidad!— Lo animó.

—Lo haré— Contestó firmemente suspirando con fuerza —Pero sólo porque ya no te considero un pobre niño rico— Se lo dijo con la misma firmeza en la voz.

—Hey, el único que está cerca de ser un niño eres tú, con esa cara tan joven que engatusaría a cualquiera; para que lo sepas tengo treinta— Dijo con gracia haciendo dudar a Adam.

—Estás mintiendo— Afirmó con sequedad.

—Nop; el viejo tenía más o menos 20 cuando conoció a mi madre y ella estaba en su segundo año de universidad... Por eso entiendo porque se enamoró, el viejo debió ser muy atractivo a esa edad, porque yo lo fui y nos parecemos bastante... Creo que me veré igual a él cuando tenga cincuenta, aunque yo no tengo ni una cana... Supongo que yo saqué el cabello de mi madre— Dedujo el moreno mientras divagaba en voz alta.

—¡Carajo! Me metí con un vejete— De repente se sentía mal «Eso estaba mal, debía ser ilegal aparentar cinco años menos» pensaba con coraje el menor. 

—¡Oye, tampoco estoy tan viejo!— Le gritó molesto, eso había sonado a insulto.

—El problema es que te ves más joven, pensé que tendrías a lo mucho veinticinco— Explicó con más calma.

—Mira quien lo dice, tú pareces un niño— Adam se sonrojó, el mayor temió lo que venía.

—Yo... Tengo dieciséis— Soltó un poco incómodo, acto seguido el auto se frenó con fuerza, que no importaba mucho pues los autos seguían como estacionados.

—¡Merde! ¡Dieu! Ya la prostitución es suficientemente ilegal y ahora sobre eso soy hasta pedófilo— Dejó caer pesadamente su rostro en el volante provocado que su claxon se uniera al coro matutino de New York.

—¿De haberlo sabido nada habría pasado? Porque dijiste que no querías sexo, ni eras gay... Pero anoche...— Cuestionó con calma, esperanzado... Él no se arrepentía de nada y esperaba que el moreno tampoco lo hiciera.

—¡Calla!— Habló con fuerza, voz grave y siguió con un suspiro —Lo lamento, no sé cómo llegamos a eso, si te soy sincero... El masaje fue el culpable, yo no tenía esa intención pero...—

—Sí, bien; después de todo, eso es a lo que me dedico— «De seguir así este idiota descubrirá que lo seduje» —Así que no es como sí me hubieses tomado en contra de mi voluntad— Concluyó y ambos guardaron silencio unos segundos.

—¿Por qué Adam? ¿Por qué te vendes así? Eres muy joven y pareces listo, además eres fuerte, me refiero a que no pareces fácil de pisotear; y aun así...— Lo miraba atentamente, esperando encontrar una razón válida que pudiera calmar la inquietud de su pecho...

Porque sí, Jean estaba inquieto, sentía miedo y preocupación por el jovencito, más ahora que lo veía como un verdadero niño, imaginarlo cada noche, parado en medio del frío esperando un cliente sin saber que porquerías tendría que cumplirle, ¿Por qué?; ¿Cuál era la gran razón de una vida siendo el muñeco de otros?

—Di-ne-ro— Pronunció con lentitud y calma, pues para él no había nada de qué avergonzarse; había tomado una decisión y a partir de ahí no se arrepentía de nada.

—¿Dinero?— Le contesto en un jadeo y miró incrédulo.

—En este mundo no puedes ser nada sin el... Tú lo entiendes...— Fijó su vista al frente, pero en realidad no podía observar nada, su cabeza era un caos tratando de acomodar sus recuerdos... Jean entendía, la vida era difícil sin el, pero tampoco se arreglaba teniéndolo, él lo sabía mejor que nadie, pues el dinero que ahora tenía no lo había cambiado ni vuelto más feliz.

—"No puedes ser nada" ¿Nada? ¿Te refieres a ser rico y poderoso?— Igualmente perdió su vista en algún punto frente a sus ojos —Ser así no te garantizará felicidad, o el éxito. En mi experiencia, eso te pudre el alma— Sintió una punzada, en su corazón tenía esperanzas de que su propia alma se mantuviera intacta, como la últimas vez que cenó con sus amigos, madre y el señor Ferret, cuando su mundo era hermoso.

—No, te equivocas— Jean salió de su ensimismamiento —Yo sólo quiero ser yo, me importa poco sí me vuelvo rico, poderoso, o un desgraciado, sólo quiero una vida, entre más pacífica sea, mejor para mí, sí es rutinaria estaré contento, sí es ajetreada también, sí es triste o solitaria lo aceptaré, cualquier cosa la aceptaré con felicidad... Sólo quiero una vida para ser yo, y vivirla— Giró para ver a Jean, y soltó una carcajada al ver su rostro descompuesto por la incertidumbre.

—Escuchaste cuando te dije que soy medio idiota ¿Verdad?, ¿Por qué me lo pones tan difícil? Así nunca voy a entender— Las risas de ambos no se hicieron esperar.

—Es que yo no era nadie...— Entrelazo los dedos de sus manos alzándolas al cielo, estiradolas lo más posible, haciendo que cada músculo y vertebra crujiera —Lo primero que recuerdo de este mundo es dolor, todo en mi dolía; luego miedo y tristeza que me hicieron llorar sin parar, sin saber a qué se debían y luego más dolor, estaba realmente aterrado— Se recargó en la puerta y se acomodó lo suficiente para sentado poder ver a Jean sin estar girando tan seguido.

—¿Por qué?— Le miró de reojo mientras conducía.

—Desperté en un hospital cuando tenía cinco años; no sabía cómo llegue ahí ni cuándo; como te dije sentía dolor por todo el cuerpo, entendí el porqué cuando quise levantarme, sólo veía bandas y agujas en mis brazos, alrededor no había nadie, estaba solo en un cubículo. El pánico me invadió y terminé haciendo un desastre, la alarma sonó al quitarme algo en mi dedo y ahí fue cuando la vi, la primer persona que recuerdo, fue una enfermera, ella brincó a la camilla y me abrazó fuertemente, intentó consolarme y repetía que todo estaría bien; cuando al fin dejé de llorar me dijo... "Tuviste un accidente, ¿Puedes decirme tu nombre?"... No pude... No lo sabía, entonces el pánico volvió, y ella estuvo ahí todo el tiempo, en ocasiones preguntaba "¿Y tus padres?", "¿Recuerdas algo?"... Pero en mi cabeza no había nada... Me quedé dormido, y cuando desperté, ella todavía estaba ahí, pero sin uniforme, me dijo que ella ya se tenía que ir y me presentó a otro chico; él se quedó conmigo y cuando ya estaba tranquilo dijo "Hey chico, yo sé que encontrarán a tu familia, no te asustes, todo va a estar bien"— Adam no movió ni un músculo al contar su historia, pero no dejó de ver hacia Jean, buscando cada vez que podía sus verdes ojos —Por extraño que parezca, eso sirvió, después de todo ni sabía si tenía familia o si alguien sabía de mí, no tenía caso asustarme porque no tenía nada... Y yo, no era nadie— El moreno conducía con tranquilidad, aunque su rostro se contraía en preocupación y molestia cada tanto, no sabía qué hacer, pensó detener el auto y abrazar al jovencito... Pero viéndolo de reojo, no parecía necesitarlo, sus ojos azules se encontraban secos, su rostro calmado, su respiración tranquila... No había ni pisca de tristeza en el pequeño —Un rato después llegó una mujer y algunos policías, ellos querían saber si recordaba algo pero era inútil, ni siquiera era capaz de recordar mi nombre aunque me esforzaba de verdad; el chico que me cuidaba entraba a verme cada que podía; me traía agua y hasta dulces; siempre que salía me hacía la misma pregunta "¿Recordaste algo?" para poder irse después de que contestaba un simple "No"— No se dio cuenta cuando pero se había abrazado a sí mismo, y ahora se encontraba hecho un ovillo en el asiento.

—¿Perdiste la memoria?— Le miró con angustia cuando pudo detener el auto.

—Algo así, supongo que también era muy pequeño para saber algo— Dedujo mucho tiempo después «Los niños pequeños debería tener un carnet de identidad o un chip como las mascotas» mentalmente empezó a reír, su mente ya no sentía dolor por el pasado... Lo que venía después, su presente... Era lo que le causaba escalofrios —Dijeron que me ayudarían y que mientras me recuperara en el hospital— Despegó su espalda de la puerta para recargar su costado en el respaldo del asiento —Después entendí, con algunas pláticas de los policías y las enfermeras; mis padres y yo viajábamos en auto por la autopista, cuando una camioneta descarriló en el segundo piso y cayó sobre nosotros; mi familia murió, y yo salí bastante lastimado, pero vivo— Jean sintió una punzada atravesar su corazón —Mientras estaba en el hospital recordé a mi mamá y papá, al menos sus rostros, inclusive recordé mi propio rostro, yo ni quiera sabía cómo era, hasta hoy creo que tengo los ojos de mi madre aunque el color es herencia de mi padre... Creo que él era pelirrojo, pero mis recuerdos son borrosos... También recordé que me llamaba Adam. No pude recordar el de mi padre, pero sé que mi mamá se llamaba Megan, luego algunas cosas como la casita en la que vivíamos, algunos vecinos, que todos los días mamá hacía el desayuno y me llevaba a la escuela, luego me recogía y llevaba a otra escuela, supe que era listo, porque los niños normales sólo van a una escuela y yo iba a dos— Soltó algunas risillas.

—Tal vez eras tonto e ibas a recursamiento, así era conmigo— Sin quererlo informó al pequeño de su pésimo rendimiento escolar.

—¡Tarado!— Le golpeó el hombro con su puño —Resulta que sí, soy muy listo— Se cruzó de brazos y le miró con suficiencia.

—¡Lo sabía!— Dijo para sí mismo pero salió en voz alta, causando un bufido divertido en el rubio.

—Pase tres lindos meses rodeado de más niños, ellos si tenían padres y abuelos que los visitaban, pero yo, yo tenía a todos los que trabajaban en el hospital y también a los que estaban internados y a los policías; tal vez no lo creas, pero aprendí mucho ahí, lo más importante fue que, sin importar si eres malo, bueno, pobre, rico, si tienes familia o estas solo, igual te mueres— Dijo con tranquilidad.

—¡Hey!— Llamó la atención del menor con algo de molestia, le parecía mal que Adam tomara con tanta tranquilidad algo que lo había marcado a tan tierna edad.

—Aprendí también que nada de lo que tienes se va contigo, las personas o cosas que quieres, aquí se quedan— Alzó los hombros restándole importancia —Así que me dije, viviré y algún día tendré algo que extrañar cuando me llegue la hora, no quería vivir vacío— Su mirada cambió, en ella se veía la decisión de lograrlo —Cuando me recuperé lo suficiente para moverme por mí mismo, me llevaron a un orfanato, era cómodo, lleno de niños como yo, sin nada, y aunque no lo creas, hay buenos lugares; ahí también aprendí mucho; el sistema es un asco, y todos los niños mayores habían sufrido más dentro de el que con la pérdida de sus familias; la verdad es que tenía miedo, si me llevaban a otro lugar podría pasarme lo que a los otros, yo tenía miedo de ser violado en cualquier momento— A pesar de que su mirada era fuerte y decidida había también algo de miedo en ella —Yo sólo me tenía a mi— Uno de sus puños se cerró con fuerza —No quería terminar como los demás niños, completamente vacíos en cuerpo y alma— Bajó la mirada y antes de perderla de vista el mayor alcanzó a ver un estibo de odio.

—Adam...— Jean quería decirle que estaba bien tener miedo, que incluso él, un adulto tenía miedo de eso.

—En ese entonces pasó algo— Se apresuró a continuar —Encontraron a mis tíos, yo estaba feliz, había alguien de mi familia, alguien que me protegería y me amaría. Mi tía era la hermana gemela de mi madre, yo...— Su mirada fue directo al piso, y aunque mencionó algo que lo había hecho feliz, en su rostro y voz no había la menor muestra de ello —Fui muy feliz, pensaba que podría ver a mi madre en ella, y todo sería igual a mis recuerdos... Hasta que los conocí—

—Ellos no eran lo que esperabas, ¿Verdad?— Giró para verlo a la cara.

—No— Contestó a secas —Mi tía no se parece a la mujer de mis recuerdos...— «Ni físicamente, no me parezco en nada... A veces pienso que esa no es mi familia y hubo algún error» Aclaró su garganta y se dispuso a continuar —Los dos son alcohólicos, desde que empecé a vivir con ellos aprendí más; cuando los alcohólicos están borrachos es fácil manejarlos, sólo tengo que desaparecer— Jean lo miró incrédulo —Hace unos años mi tío empezó a obligarme a hacer cosas que no estaban bien... Al principio yo quería que fuera así... Fue extraño, siempre me detestó, me hacía cosas crueles, me empujaba porque le estorbaba, aunque yo estuviera a metros de él, me insultaba y cada día me dejó claro lo inútil que le parecía...— Soltó un bufido de rabia — Pero de buenas a primeras cambió, empezó diciendo que lo trataba muy feo que fuera más cariñoso, ya no me empujaba sin razón y estúpidamente estaba feliz, pensé que había empezado a quererme, me abrazaba y besaba, a veces me daba una que otra caricia en el rostro, decía que tenía ojos bonitos y que era más lindo que todos los niños que conocía, y luego cuando llegaba ebrio era demasiado rudo, las caricias eran toscas, cuando quería alejarme me sujetaba con más fuerza y llegaba a asustarme... Me acostumbré a ese trato, porque quería que ya no me lastimaran o al menos que me dieran un poquito de cariño, soportaba cuando era un bruto, porque no era igual de doloroso que una patada, me deshacía de gusto cuando me abrazaba aunque me daba nauseas su olor, y la forma en que me tocaba me revolvía el estómago, pero en el fondo lo necesitaba...— Su mirada lo decía todo: Se sentía un estúpido por dejarse llevar ha aceptar todo eso —Yo pensaba que podía llegar a quererme... Hasta... Como tú dijiste... "Hasta un mal día" que me dio un verdadero susto. Hace tres meses un amigo me invito a beber, yo... No me gusta beber, lo odio, pero siempre desprecio a mis compañeros, algunos inclusive me entienden, y yo no los odio, los aprecio en verdad, así que ese día me sentí mal por cada vez que los rechacé... Fui a beber con ellos, mi amigo se preocupó de llevarme hasta mi casa y asegurarse de que llegara con bien... Llegué realmente tarde, lo usual es que a esa hora estuviera encerrado en mi cuarto para evitar toparme con ellos... Pero tomé de más y me volví torpe, tropecé al entrar y provoque su ira, los dos me dieron una golpiza, nada grave— Aclaró —Estaban muy ebrios para hacerme daño... Pero mi tío increíblemente sacó fuerza de algún lado, me arrastró a su cuarto y me gritó exigiendo que le pagara todo lo que gastaba en mí, que lo compensara y que más me valía ser bueno o me botaría a la calle— Adam había estado mirando al hombre a su lado sin despegar su vista, hasta ese momento, la desvío para ocultarla —No sabía qué hacer, quería huir, y tenía miedo; ahí tenía un techo y comida, en la calle no tendría nada, mi escuela, mi futuro... Los perdería; yo sólo me quedé quieto, ya sabía yo que algún día algo así me pasaría, así que simplemente no me opuse—

—Yo lamento haber preguntado tanto, no sabía... No debí insistir— Soltó con pesar.

Adam estaba absorto en sus pensamientos... «Debería haberlos odiado desde el principio... Y no esperar por alguna migaja de cariño, soy un imbécil» Así se perdía entre sus propios errores... Mientras Jean se culpaba «No debí preguntar... Tal vez debí quedarme callado... Yo sólo quería conocerlo un poco más»

Hacia poco más de 10 minutos que estaban a un costado de la plazuela donde se conocieron, justo a unos pasos estaba la entrada al subterráneo y al otro lado, la esquina donde cruzaron sus miradas por primera vez.

Jean no había querido interrumpir al rubio cuando se estacionó, lo dejó seguir contando sobre su pasado, y ahora lo último que pasaba por su mente era avisarle que estaban en el lugar que el jovencito había pedido, y que era momento de despedirse...

—No pasó nada...— Dijo de repente rompiendo el silencio —Mi tío estaba tan borracho que cayó inconsciente— Jean sintió su cuerpo tan ligero al saber que Adam no había sido violado —Pero el miedo se quedó aquí— La mano derecha del jovencito se estampó en su pecho con un poco de fuerza —En las noches procuraba quedarme encerrado o en casa de algún amigo, estaba desesperado por encontrar un trabajo— Continuó —Como te dije, soy muy listo, tengo apenas 16 y estoy becado, estudio enfermería, por eso sé curar heridas— Terminó señalando la gasa en la frente del hombre.

—Así que es por los trabajadores del hospital ¿No?, los que cuidaron de ti cuando no sabías nada— Lo miró fijamente con tranquilidad y calma, su voz también lo era, e hizo sentir al de ojos azules más relajado.

—Sí, justo por eso— Sonrió «Que rápido llegó a esa conclusión, es idiota, pero sabe leer correctamente a las personas»

—Comprendo eso, pero todavía no sé porque tienes este trabajo— Le dijo —¿No es lo mismo a que tu tío te violara, le das tu cuerpo a cualquier hombre que quiera usarte?— Terminó por preguntar aún sin ser consciente de eso, en realidad él no quería preguntarlo en voz alta, pero ya lo había hecho...

«¡Tarado, no metas a otros hombres aquí, tú eres el único al que acepté, por eso te cobré el doble!» Alegó en su mente «Pero tampoco es como si fuera igual a que mi tío me violara... Porque tú fuiste muy amable y te di mi permiso... Yo también soy bastante amable con mis clientas... No confío en nadie y siempre pienso mal de todos... Por eso busco clientas novatas... Porque ellas también buscan un poco de cariño, por más que Tyler diga que eso no es cosa nuestra. La verdad es que soy un pésimo empleado, actúo como un acompañante, paseo con ellas como si fuésemos novios, soy atento, encantador y hago lo que pidan para complacerlas, y ellas saben que todo es una actuación... Y sigo siendo barato y accesible; los chicos de Tyler son excelentes actores, por eso son caros y exclusivos, sus clientes viven un mentira como si fuera realidad; yo no podría mentir así» Se rió para sus adentros. Miró al hombre que le observaba expectante.

—Bueno... Para preservar mi integridad y evitar ser violado sin compasión, pensé que lo mejor era irme a vivir a otro lado— Le explicó.

—Por qué no los demandas— Interrumpió al jovenzuelo.

—Jean, te dije que conozco el sistema, no harán nada a tiempo— Aseguró —Pensé en buscar un trabajo, pero es difícil encontrar uno de pocas horas con pago suficiente para solventar la renta y comida; y si tomo uno con buen sueldo, no tendré tiempo suficiente para mantener mi promedio... Por accidente me topé con este empleo, trabajo una o dos noches y voy ahorrando lo suficiente para el depósito de un departamento, algo sencillo cerca de la universidad— Terminó por explicar —Es un plan simple, y sí me apego a el todo saldrá bien— Finalizó con confianza en sus palabras.

—¿Estás seguro de eso?— Preguntó con curiosidad y preocupación en su voz.

—Ya te he dicho que soy listo, además he empezado a hacer ejercicio, si algún día mi tío me toca le arrancaré los brazos— Aseguró con confianza y los dos explotaron en risas.

Después de un rato ya cuando Adam recobró la compostura se percató del lugar en el que se encontraban, su mente le dijo que era momento de acabar de una vez por todas su pequeña aventura.

Con tranquilidad se desabrochó el cinturón de seguridad, al hacerlo Jean comprendió que había terminado su "Trato" seguido de eso el joven rubio empezó a desabrochar los botones del abrigo que Jean le ofreciera al salir del edificio donde vivía.

—¡Bien!— Se apresuró a salir del auto, Adam se le quedó mirando y su vista lo siguió hasta ver que fue directo a la puerta del copiloto para abrirla —Jovencito, fue un verdadero placer para mí que me hiciera compañía— Le sonrió parado frente a él —¡Hemos llegado a su destino!— Afirmó haciendo una reverencia.

El pequeño rubio sintió como sus mejillas se volvían rojas y se sentían calientes cuando la gente que pasaba por ahí se les quedaba viendo y murmurando. Rápidamente terminó con los botones y mientras se levantaba se quitó el abrigo.

—Muchas gracias por el— se lo extendió.

—Todavía hace frío, ¿No gustas llevártelo?— Le dijo con tranquilidad, sin hacer el intento de recibirlo.

—No gracias— Dijo tajantemente y el otro contestó con una risa.

—Llévatelo, te sienta bien, tómalo como un agradecimiento por tantas cajas que cargaste ésta mañana— Y en un impulso de honesta amabilidad, dejó salir torpemente lo que su corazón sentía —Yo creo que te hace lucir muy bien, es un abrigo fino... Y está... Está bien para ti, te mereces algo lindo— Dijo y su rostro enrojeció con brutalidad y su vista se fue directo al suelo —No digo que no tengas cosas lindas o caras... Sólo que... Es un regalo, y está casi nuevo; sólo quédatelo— Dijo subiendo un poco la voz, Adam se quedó estático, miró el abrigo, luego al moreno totalmente sonrojado, y de vuelta al abrigo.

— Después de todo es invierno... Ammm— Se lo colocó —Gracias Jean— Le sonrió y se movió lo suficiente para dejar libre el camino a la puerta.

—De nada— Empujó la puerta y ésta se cerró.

—Entonces... Adiós, y gracias por el aventón— Le dijo dándole la espalda yendo a la entrada del subterráneo.

—¡Adam!— Le gritó de repente el ojiverde.

—Sí— Se giró y el otro ya estaba a su lado.

—¿Me darías tú número celular?— Murmuró con cautela, no sabía sí eso era adecuado, y esperaba no causar molestia en el pequeño.

—Supongo que está bien, un cliente frecuente nunca cae mal, y menos si es rico— Rió por lo bajo, él tenía las tarjetas que Tyler le dio, pero ni de broma permitía que ese idiota llamara a la oficina de ese otro idiota; lo vio sacar su celular y tuvo un arranque de egoísmo —Dame tú teléfono— Le arrebató de las manos el aparato y marcó su propio número.

—Gracias— Dijo el hombre, mientras el chico sacaba de su pantalón su propio celular —Sí algún día tú tío se pone pesado te ayudaré, tú le arrancas los brazos y yo las piernas— Bromeó intentando hacer reír al rubio; y lo logró.

—¡Claro, claro! Y tú llámame cuando te sientas solo o cuando necesites un cuidador nocturno, te haré un descuento— Terminó de teclear en el teléfono del mayor —Toma, ya copié el tuyo— Le sonrió.

—De acuerdo— Después de recibir el aparato lo guardó en su abrigo mientras el chico se alejaba con tranquilidad.

—Adiós Jean— De espaldas levantó la mano en señal de despedida «No importa que tan amable hayas sido... Yo no volveré a dejarme llevar por la migajas de cariño que alguien me pueda dar... De verdad, hasta nunca Jean L'Cierm» se giró para dar una pequeña vuelta en la entrada, al pisar el primer escalón, alzó la vista y vio por última vez al francés.

Au revoir— Murmuro cuando lo vio ser tragado por la multitud que bajaba con prisa, fue apenas unos segundos cuando sus ojos se conectaron que sintió un dolor en su pecho; el verlo partir le dejó un sabor amargo, dio la vuelta para ir a su auto.

Ya cuando estaba listo para encender el motor se dio tiempo de observar su celular, así lo tomó del bolsillo y buscó entre sus contactos... No tardó en encontrar el más nuevo que llevaba por título "Adam Campbell" «Así que eres Campbell... Tiene fuerza, así como tú».

 

 

§                  ~   °   ~                  §



* Merde - Mierda
* Dieu - Dios
* Au revoir - Adiós

Notas finales:

(*w*)/ Gracias a todas y todos por leer!! Agradezco de corazón el que me permitieran disfrutar de leer sus comentarios!!!

Les amo desde el fondo de mi corazón!!! :3

Y por último! Una confesión!!!

XD Mentí! Todavía tengo mucho que contar de estos dos! XD

Cuando leía el borrador me di cuenta que sonaba como un capítulo final xD y no pude evitar andar de bromista xDDD

Ya que están aquí, la preguntas que también me carcomen siempre~ XD

Les gusto? Que sienten de saber sus pasados? Como lo tomaron? Ahora entienden más a los personajes? Cofcofesperoqueningunasesientaidentificadaconpasadostanfeoscofcof 

Ahora me pregunto yop~ Alguna piensa que habrá más de las chicas de la historia? :) Porque sé que amor yaoi es 100% gay~ Pero amo a todos los personajes y quiero que los amen... Aunque no tengan pene (?) xD

A lo que voy es que, la historia va a volver a moverse, y me intriga saber si ustedes quieren saber más sobre un personaje en específico, el que sea, aunque sé que por ser chicas no tendrán fans pero son geniales! :D Ámenlas!

Ahora sí por último (*0*)/ Por desgracia tengo un bloqueo y no termine los capítulos 2 de EE y 16 de esta, Lamento decirles que me tomaré una o dos semanitas, no pienso tardar más que eso... Ya saben si gustan interactuar con la historia~~ Yo estoy absolutamente abierta a escucharlas ;) y a lo mejor así me quito el bloqueo :D

Las amo!!! <3
 


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