Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Golden Milk por Satory

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:


Hey!!!!!!!!!!!!! Qué onda???!!!!!!!!!!!!!!!

Tremendo retraso el mío, no? xD

Mil disculpas, mi vida y la de m beta se complicaron y pues... Se fregó todo xD Hace poco nos dimos cuenta que ya pasaron 4 mecesotes, y estamos muy apenas... Pueden enviar quejas y tomatazos... Los merezco (;__;)

Por otro lado... La actualización será cada dos semana :S y la verdad no se cual fic actualizare, tendrá que ser el mas próximo a salir del horno... Y es que, verán, soy fan de Shingeki no Kyojin... Y me encanta shippear a Levi con Eren xD entonces voy a adaptar mi otra historia para esta pareja :3 aunque no es un trabajo muy pesado... La trama si va a cambiar algo

En fin por si gustan pasar a leer Edición Expres en versión riren o normal, ahí las estaré esperando xD

Por lo tanto en las notas finales ya les diré la fecha de actualización, vale? :D

Las dejo de entretener!!! (*v*)/ a leer!!!!!!!

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

Por diossssssssssssssssssssssssssss no vi la tremenda cantidad de lecturas que tiene el fic!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Son demasiadas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Mil gracias por esas 4246!!!!!!!!!!!!!!! Dios!!!!!!!!!!!!!!! Son como 2000 más de las que recuerdo del capítulo 15 D: Debe ser por los 4 meses de ausencia, pero aun así, les agradezco desde el fondo de mi corazón!!!!!!! Las amo, y espero les guste esta historia, que la neta esta chafa, pero se las escribo con amor!!!!!!!!!!!!!

:’D Las amo!!!!!!!!!!!!!! 




Capítulo 16 ~El té para un inglés es ley~



§                  ~   °   ~                  §



La luz de un nuevo día daba de golpe sobre el cristal de L'CTower, uno de los edificios más altos de la ciudad y también uno de los más extravagantes, con su forma de espiral terminada en cono ya cuando rozaba las nubes, que daba la impresión de ser un cilindro retorcido recubierto de otro únicamente de cristal. En una ocasión cuando su padre le mostró el lugar no pudo contener sus palabras: "¡Hey viejo, a tu edificio se lo tragó otro!". Obviamente después de esto a Jean le fue asignada una oficina del edificio "Devorado" y no del "Tragón" como los llamaba, así que en ocasiones se lamentaba haber abierto su bocota. Las oficinas en la sección de cristal eran grandes, tranquilas y magníficas. Aunque a veces parecía que todo el mundo podría verte, la verdad era que el cristal sólo era transparente en los primeros diez pisos pues no había oficinas, era simple presunción para mostrar que el viejo podía tener un edificio futurista, a partir del onceavo piso ya con oficinas el cristal era transparente de adentro hacia fuera, y los pisos y techos estaba construidos de forma tradicional revestidos de diferentes materiales dependiendo del cargo del ocupante; las personas podían pensar que todo era cristal real porque esa era la intención al construirlo. Pura presunción.

Nuestro querido Jean estaba en uno de los ascensores completamente transparentes, subiendo tan rápido como era permitido. Su oficina se encontraba ya casi en los últimos pisos, para ser exactos en el setenta y siete de ochenta... Aquí ya sólo podían verse unas cuantas oficinas tradicionales destinadas a secretarias y bodegas, pues estábamos hablando de la sección importante, los accionistas e integrantes de la mesa directiva, "Bandidos" y "Cerdos" abundan entre ellos.

Jean hizo una mueca de asco... Muchos de los causantes de la depresión económica en la que entraba su, ahora nación, estaban aquí: Todas esas "Ratas" a las que se les habían besado los pies hace unos años; eran jodidamente listos; inflando números y calificaciones estaban llevando todo a un punto en que el país trabajaría con números ficticios, cuando ya de por sí era dura la vida en números rojos... ¿Qué pasaría con todas esas personas con créditos imposibles de pagar, ahora que los números ni siquiera fueran reales?.

Estaba harto del mundo al que había entrado por propia voluntad, Adam tenía razón en decir que los ricos daban asco... Y también había dicho que él no le provocaba eso, ahora tenía su número celular, rápidamente tomó su móvil entre sus mano y por un rato sopesó la idea de mandarle un mensaje reiterando lo mucho que le agradecía su compañía. Había sido una noche realmente agradable para él, sobre todo aquel desayuno que compartieron juntos y trajo a su mente los mejores días de su vida... Y realmente le agradecía... Incluso... El tenerlo entre sus brazos siendo uno... Nunca había sentido algo así; el aroma de Adam era como el de la miel, pero tenía algo más, como a libro viejo... Miel y viejos libros...




Una mujer en el rincón de una biblioteca ojeaba un libro en una de las largas mesas con un enorme ventanal a su espalada, dejando entrar el rojizo resplandor del atardecer, creaba la más encantadora escena que había visto.

Un joven alto de largo cabello negro reluciente atado en una simple coleta y sosteniendo algunos libros, contemplaba a la mujer desde uno de los pasillos, suspiró pesadamente y se acercó a ella con lentitud.

Mère! Que lisez-vous?— Dijo el joven dejando los libros a un costado de la mesa y se dispuso a tomar asiento a su lado.

Ma chére, Es un recetario Hindú, me gustaría llevarlo— Respondió mientras cerraba el libro.

Bien sûr, mère— Tomó nuevamente su libros y se dispuso a levantarse, ofreciéndole su brazo a la mujer.

Merci beaucoup, chére— Rodeó con su propio brazo el del joven y se impulsó para ponerse en marcha —¡Ah!— Soltó un leve quejido al estar ya en pie.

Mère?!— Le miró completamente consternado.

—Estoy bien cariño, pásame mi bastón— Le señaló el bastón que reposaba apoyado en la mesa.

—Claro...— Extendió su brazo libre y se lo entregó, ya una vez con mayor confianza, la morena tomó el libro que antes había estado ojeando —Mère, ¿Qué te parece sí hoy hago la cena yo?— Propuso ya estando en marcha camino hacia la recepción —Podría intentar algo del libro, revisemos si hay especias suficientes— Le sonrió con gusto, a lo que su madre respondió con una amplia sonrisa.

—Me gusta la idea, pero me prepararas una miel dorada muy dulce— Levantó su bastón en clara amenaza.

Mère!— Su madre le vio inquisitiva y golpeó levemente su frente con la empuñadura del bastón —Sí, la más dulce que hayas probado— Lamentó no poder hacer algo con la obsesión de su madre por el azúcar, pero estaba claro que esa era una batalla perdida hacía tanto tiempo atrás.

—Invitemos a Renaud— Le dijo con entusiasmo —Háblale ahora mismo, y no cuelgues hasta sacarle un vino tinto de 70 años— Nuevamente alzó su bastón.

Mère, ¿Por qué siempre abusas de señor Ferret?— Le dijo entre pequeñas risillas, ésta también era batalla perdida.

—Porque siempre me hace cocinar cosas saladas— Mantuvo una cara seria tanto como pudo para después dejar salir una risilla que ocultó rápidamente pues ya estaban frente a la recepción.

La bibliotecaria les miró de forma inquisitiva, y después de escanear los libros se los entregó devuelta para que llenaran las fichas pegadas en la contra portada del libro.

Cuando su madre abrió el libro y se agachó para anotar su nombre, sus largas hebras oscuras ondearon con gracia... Y ahí estaba; el olor de libros viejos con el aroma tan característico de la miel, algo natural en su madre.

En ese entonces él pensó «Sí sigues comiendo tanta azúcar, terminaré con un tarro de miel por madre» La mujer a su lado alzó la vista para encontrarla con la suya y entonces las risas se hicieron escuchar en el viejo edificio seguido de un ronco carraspeo proveniente de la garganta de la bibliotecaria.




Jean salió de su estupor al sentir el leve salto del ascensor una vez llegado a su piso; cuando las puertas se abrieron inició su marcha por el corredor circular hasta la sección oeste donde se encontraba su oficina. Apenas saludó con un movimiento de cabeza al hombre que cada día montaba guardia en el piso, dio vuelta y siguió de frente todavía rememorando el aroma ya conocido y gustosamente re-descubierto gracias a Adam. Entonces lo vio, saliendo de su oficina venía el rubio que lo había dejado botado ayer... Pero hoy no podría quejarse.

Bonne jour mon Lord!— Saludó Arthur con una reverencia desde la sección de cubículos, sostenía algunas carpetas, las cuales entregó a la chica de uno de ellos y se dispuso a encontrarse con el moreno.

S'il vous plaît, Arthur! Ne m'appelle pas comme il— Le dijo no con enfado pues hoy nada podía hacerlo enojar.

Je suis désolé, y bien ¿Cómo te fue ayer? Debiste quedar hecho pedazos ¿Te perdiste en algún bar o... ¡Espera! ¡No me digas que terminaste en una sala de urgencias!— Rápidamente rompió en sonoras carcajadas riendo sin parar y llamando la atención de sus compañeros.

—¡Claro que no! ¿Acaso no me ves entero?— Prosiguió su camino a su propia oficina, a un par de la del rubio.

—De hecho. Yo estaba seguro de que recibiría pronto la llamada del hospital o del bar en el que caíste— Le respondió con sus dedos en el mentón, claro signo de lo confundido que estaba.

—¿Por qué tendría que terminar en alguno de ellos?— La duda impregnaba por completo su voz.

—Porque dijiste que querías beber, supuse que fuiste a otro bar y el cantinero te cuidó... Pero viendo tú frente, creo que el pobre cantinero llamó al 911— Le señaló la gasa en su frente y con su mano trató de cubrirse la boca para evitar reír sin pena —¿Qué fue? ¿Alguna de tus épicas batallas contra el escusado o alucinaste a tú padre en algún mamarracho de dos metros?— El intento fue en vano, terminó riéndose sin reparos.

—Hey, hay quienes lo pasan mal bebiendo— Jean giró sobre sí mismo y le contestó con calma.

—Pero nadie tan patético como tú— Soltó con gracia, afirmando sin duda.

—Vamos que no estoy tan mal— Le miró con suplica esperando que su buen amigo terminara por fin de reírse de él.

—Entonces cuéntame por qué tienes un parche en la frente y porqué el hijo de Lord L'Cierm llegó 20 minutos tarde— Le dio como respuesta callando en seco sus risas.

—No puede ser— Murmuro —¡Estás bromeando!— Le dijo con genuina sorpresa.

—Claro que no, mira bien el reloj— Señaló, más allá del corredor circular, suspendido entre los ascensores se alcanzaba a ver por los cristales que hacían de muros, un reloj digital que mostraba en grandes números las ocho veintinueve de la mañana.

—No puede ser, tenía suficiente tiempo, incluyendo el desvío al subterráneo, debí llegar puntual... Yo sólo tardé un poquito charlando con Adam— Cruzó los brazos y se mordió el labio inferior mientras calculaba mentalmente cuanto había demorado en realidad.

—Mmm ¿Quién es Adam?— Preguntó sin mucho interés.

—¿Eh?, Él... Adam, es,.. Él es un amigo... Un buen amigo... El amigo que me cuidó, es enfermero... Y pues él me cuidó anoche... Tú sabes, a veces me va muy mal y así— Soltó con prisa un poco atropellado intentando ordenar lo que quería decir.

—¡Hey! Estás hablando mucho— Le puso una de sus grandes manos en el hombro —¡Carol!, puedes llevarnos té a la oficina de Jean— Dijo mirando a la mujer de cabellos castaños muy claros que se mantenían trenzados a ras de su nuca y adornados con un listón color dorado con diminutos puntillos blancos que hacía juego con su traje marrón y resaltaba sus ojos azules, que estaba detrás de ellos hundida en papeleo, ésta sólo movió su cabeza para asentir y se levantó rápidamente —Vamos y me cuentas con calma— Le dio vuelta por los hombros a su amigo e intentó empujarlo al interior de la oficina.

—Yo no tomo tecito en la oficina mientras charlo con mi abogado sobre alguna borrachera— Dijo evitando ser arrastrado a una charla que sabía, sería un problema.

—Hace un momento parecía que tenías mucho que decir, además, eres más puntual que el tren de Japón y aun así llegaste tarde hoy— Debatió esperando que el moreno cediera a saciar la curiosidad que había despertado.

—En ese caso debo compensar el tiempo perdido, y no ponerme a jugar al té— Objetó con determinación.

—Ya amigo, si quieres me quedo una hora más después, ahora cuéntame— De reojo alcanzó a ver a la castaña que venía con charola en mano, se apresuró a alcanzarla —Gracias Carol, te quiero— Le dio un beso en la mejilla y se volteó a ver a su amigo, el francés no pudo hacer más que suspirar.

§                  ~   °   ~                  §



—Cuéntame qué pasó después de que te fuiste— Los dos hombres ya se encontraban en la oficina del moreno, que únicamente tenía cristal a su espada dándole una de las mejores vistas de la ciudad, por decirlo de algún modo, pues estaba orientada a la zona de edificios; los dos mantenían ocupadas sus manos sosteniendo las tazas de té, del cual su querido Arthur era adicto: té de azares.

—Querrás decir, después de que me abandonaste, traidor— Le dijo con reproche, sólo en automático, pues su mente desvariaba intentando acomodar la historia que le contaría sobre la noche pasada, giró un par de veces la pieza de porcelana entre sus manos, para dejarla de lado sin siquiera servirla.

—Sí, bueno, eso. Tú cuéntame y ya. ¡Hombre me muero por saber cómo estás de pie aquí, casi entero!— Señaló la gasa pegada a su frente entre sorbos a su taza.

—Es porque no bebí— Dijo tranquilamente intentando mostrar la calma que le hacía falta en el interior, porque sí, estaba al borde de lo que sus nervios soportaban. Nunca se había visto en una situación similar, ya antes había hecho una que otra "Maldad", pero nunca algo ilegal. Arthur no tardaría en intentar sacarle información y no tenía idea de cómo abordar el tema...

Decir la verdad era lo más razonable tratándose de Arthur.

—¡Wow, como si te fuera a creer eso!— Le miró con tenacidad —Tú eres más terco que una cabra cuando llevas un solo trago, y esperas que te crea que no debiste más después de que te dejé— Lo conocía bien como para intentar engañarlo.

Ambos se conocían muy bien, era prácticamente imposible mentirse recíprocamente.

—Pues es la verdad— Contestó tajantemente siguiendo ese camino razonable cubierto de pulcritud.

—¿Cómo sucedió tal milagro?— Preguntó mientras servía más té en su taza.

—Bueno, al llegar a mi departamento, después de pasar por Adam...—

—¡Oh, cierto!— Interrumpió al moreno —¿Quién es él? No puedo recordarlo— Preguntó con tranquilidad mientras se acomodaba en el asiento para tomar su bebida.

—Es que no lo conoces— Dijo con simpleza... Actuando por completo.

—Ah, ¿Cómo es eso?— Sus cejas se levantaron con rapidez y entonces pasó por su cabeza «Yo conozco a todo tú mundo, Jean... —¿A quién me has estado ocultando?— Soltó ya en voz alta con su rostro lleno de incredulidad.

—¿Ehhhhh?— Ahí estaba, Arthur sabía que intentaría engañarlo, y esa mueca sólo era el "Segundo llamado" —A nadie— Contestó con calma y sin prisas.

—¡Oh Jean, vamos! ¿Quién es?— "Tercer llamado" era ahora o nunca; decir la verdad y enfrentarse a un sermón "Made in Arthur" o huir con la mentira más elaborada de su vida...

Pensando mejor... Si le mentía y su rubio amigo lo descubría; terminaría recibiendo aquel sermón... Y sería todavía más largo y pesado... «¡Ahí voy sermón de “Verdadlandia”!» gritó su mente con afán.

—Ya te dije— Empezó con calma mientras el hombre frente a él bebía la infusión —Es un amigo, que conocí por azar— Prosiguió con tranquilidad —Es enfermero y...—

—¡Ah claro!— Nuevamente interrumpió —Lo conociste en algún hospital durante una borrachera, ¿No?— Miró al ojiverde suavemente —Por eso sabías que te cuidaría— Agregó sosegando su propia inquietud.

—Sí, eso...—  Ahí estaba su salva vidas; Arthur se lo envió sin quererlo, y Jean no lo desaprovecho. ¿Por qué?, ¿Por qué de repente estaba tan tranquilo de mentirle a su mejor amigo?, ¿Qué pasaba con eso del camino razonable?, ¿Le era tan fácil engañar a su amigo más fiel?, ¿Estaba mal ocultar la verdadera forma en que se conocieron?... ¡Claro!, estaba mal, porque era ilegal; así también protegía a Adam, siendo menor estaba todavía en peor situación que él... «¡Momento!, yo sería acusado de pedofilia, Adam de prostitución siendo menor de edad... ¡Estamos igual de jodidos!» el nerviosismo volvió a atacar su mente, pero aún así se armó con parsimonia —Él trabaja el turno nocturno, y fue un alivio encontrarlo libre— Esto lo decía en verdad desde el fondo de su corazón...

«Al diablo la verdad, si Arthur así lo cree ¿Por qué corregirlo?. Él sólo y sin ayuda llegó a esa conclusión» Razonó su mente.

—Así que él también te curó— Afirmó y volvió a tomar de su taza.

—Exacto— Le sonrió, empezando a abrir la carpeta más próxima a su mano.

—¿De verdad atacaste al escusado?— Preguntó cuando vio que su amigo intentaba zanjar el tema.

—No, Amanda apareció e hizo un escándalo, en su enojo me arrojó algo, y así quedé— Le respondió, ya inmerso en su labor.

—¿Amanda?— Su cara mostraba verdadera confusión —¿Por qué se puso tan histérica como para atacarte?— Dejó de lado la porcelana vacía y se acercó al escritorio tanto como para ocupar sólo la esquina de su asiento.

—Creo que ahora está completamente segura de que lo nuestro terminó— Resolvió con calma mientras firmaba el reporte en sus manos.

—¿Y por eso te atacó?— Se levantó de prisa mostrado su inconformidad con los actos de la castaña, estaba de más, Jean sabía que la chica era todo lo que su buen amigo desdeñaba para él; y aunque nunca se lo dijo directamente, podía ver fácilmente por su lenguaje corporal que estaba muy en desacuerdo con cualquier cosa que la castaña hiciera.

—Sinceramente no fue la mejor forma de enterarla, pero sí que fue efectiva— Uso su rostro inmutable y su voz firme, lo que bajó rápidamente el ánimo de Arthur por replicar contra alguien no presente.

—¿Que esperaba?, ni a ella le gusta estar cerca cuando tomas— Dijo ya con desgano, sentándose nuevamente.

—¡Que no tomé, Arthur!— Se quejó olvidando, y tal vez mandando al diablo su estoica actuación.

—¿En serio?— Cruzó los brazos y una sonrisa socarrona se asomó en su rostro.

—Sí, olvide la subasta de la señora Epheegine, y bueno Adam y yo terminamos de acomodar todo ya muy noche, así que no tuve tiempo de beber más— Completó ya más relajado; ya siendo él mismo.

Oh, mon ami! Ya entiendo, por eso te ves tan relajado— Estiró sus brazos hasta la taza y la tetera, vaciando el resto de su contenido en la simpática tacita anaranjada con motas cafés... Carol era amante de las motas, en su ropa, uñas, zapatos, hasta en la vajilla las quería ver; y en combinaciones de colores excéntricos.

—¿Relajado?— Soltó como un comentario, terminando como pregunta y alzó la vista de los papeles que leía en el momento.

—Sí, como si regresaras de unas largas vacaciones; bebiste un poco, conviviste con gente real, fuera del señor clip y la señora grapa— Jean soltó un bufido por respuesta —Arreglaste las cosas con Amanda, ella te hirió, pero a cambio hiciste una buena obra de caridad, tú alma debe estar en paz ahora— Cruzaron miradas y los dos sonrieron con suavidad —Por eso esa expresión de tranquilidad, y esa sonrisa boba que traes— Concluyó.

—¿Ehhhhh?— Su rostro se descompuso. Todo el bendito mes su amigo no dejó de reclamarle por su terrible aspecto, culpando sin piedad a la infeliz de Amanda... ¿Cómo de repente podía haber cambiado tanto y para bien?.

—¡Oh amigo!— Se acercó a él y fuertemente lo abrazó desde el costado del moreno que seguía sentando y con algunos papeles entre sus manos —Me alegro, todavía te veía tan decaído ayer— Le dijo mientras los ojos verdes le observaban con fijeza al tiempo que las hojas se esparcían de las carpetas al suelo —Pero hoy te ves tan diferente, ¡Me alegro mucho por ti!— Lo tomó de los hombros y le giñó el ojo izquierdo.

—Arthur— Pronuncio a forma de respuesta.

—¡Oye!; la próxima vez lleva a Adam, le debo una por hacerse cargo de ti y darme una noche libre— Le palmeó fuertemente el hombro un par de veces.

—Claro, claro, ojalá se puedan conocer pronto, je je— Le dijo con una sonrisa nerviosa bailando entre sus labios.

La puerta se abrió dejando ver a la mujer castaña y un poco regordeta, asomándose lo más mínimo posible.

—Disculpe, señor L'Cierm, el presidente lo llamó a su oficina— Señaló hacia su espalda con su pulgar.

—Que querrá el Lord L'Cierm de nosotros los plebeyos— Preguntó con picardía el rubio.

—Seguro alguna estupidez— Se levantó con lentitud de su asiento y empezó a acomodar los papeles que antes dejó caer al ser abrazado con fuerza.

—¡Oye! ¿Será porque llegaste tarde?— Dedujo.

—¡Maldita sea!— Se detuvo en seco —Carol, ¿Sabes sí ya está enterado de eso?— Se giró a la mujer que todavía se encontraba en la puerta.

—Es posible señor, él mismo llamó a mi extensión apenas hace un instante— Expuso casi convencida de que así fuera.

Merde— Murmuró únicamente para él, sin embargo fue oído por los dos presentes —Ya voy ahora mismo— Terminó de acomodar las carpetas y al salir se las entregó a Carol —Archiva estos reportes— Indico —Arthur— Giró para despedirse y éste entendió rápidamente siguiéndole.

—Yo creo que hoy vamos a beber algo, ¿Verdad?— Lo acompaño hasta el pasillo de cubículos que daba a la oficina del presidente.

—Gracias— Mencionó mientras avanzaba dándole la espalda a su amigo.

Dos tazas quedaron en el escritorio tradicional de la única oficina tradicional de la sección directiva, una de ellas sin siquiera ser usada... Jean L'Cierm no jugaba al té... Menos aún a veinte metros de su padre, su jefe, su peor enemigo.

§                  ~   °   ~                  §



* Mère! Que lisez-vous? - ¡Madre! ¿Qué estás leyendo?
* Ma chére - Mi cariño
Bien sûr, mère - Por supuesto, madre
Merci beaucoup, chére - Muchas gracias, cariño
* Bonne jour mon Lord! - ¡Buen día mi señor!
* S'il vous plaît, Arthur! Ne m'appelle pas comme il - ¡Por favor, Arthur! No me llames así
* Je suis désolé! - Lo siento
* Lord - Señor, Arthur lo usa como apodo despectivo hacia el papá de Jean, pues es como un señor todo poderoso xD
* Merde - Mierda

§                  ~   °   ~                  §




Notas finales:

Fiu~ Hoy si que hubo traducciones xD Lamento mucho sí metí la pata, :D sí alguien sabe francés no dude en corregirme... Sé que en el francés se usa un solo signo y va separado por un espacio... Pero no me gusta el formato xD así que deje un solo signo pero junto xDDD

Pasando a otras cosas... Miles de millones de disculpas!!!!!!!!!!!!!!

Espero nunca volver a tardar tanto!!!!!!!!!!!!
Espero que me puedan perdonar y las amo!!! Ojalá se animen a dejarme un comentario después de semejante retraso :3

Actualizo antes de navidad! SE LOS JURO! Lo más seguro es que sea entre el 12 al 17, que tendré libres!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).