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Backstage por LadyScriptois

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Notas del capitulo:

07/02/2014

Capítulo 15

 

Tom no podía despegar sus ojos de la persona ante él y antes de poder evitarlo sus ojos estaban recorriéndolo completamente, sin ningún recato.

 

Enfundadas en unos pantalones rojos de estampado escoces se encontraban esas largas y delgadas piernas que lo habían rodeado miles de veces. Una camisa blanca bajo una chaqueta de cuero negro escondía ese níveo torso que él recorrió con sus labios. La última vez que lo vio usaba rastas, o al  menos eso pensó, así que se preguntó desde cuando Bill había dejado de usarlas; al observar su largo cabello que llegaba a su cintura, suavemente ondulado, negro, espeso, tan hermoso como ese rostro que enmarcaba. Níveo, suave, con pequeña nariz, lindos pómulos, ojos enormes, pestañas rizadas y labios esponjosos y rosados. Parecía un ángel, la encarnación de la fragilidad.

 

Todo se estaba mostrando en su mente, todo lo que sintió por esos meses se intensificaba hasta presionar con fuerza su pecho y esos ojos que los miraron con ira parecían materializarse ante él. Esas palabras, esa repulsión y rechazo. Todo. Bill lo estaba reviviendo en su ser y parecía ser demasiado para él.

 

Nuevamente, deseó salir corriendo del lugar, pero su cuerpo no respondía. Tampoco podía separar sus ojos de los de su hermano. Tenían ese mismo color que a él le fascinaba y que de alguna manera era diferente al suyo. Esos ojos que lo miraron con la mayor de las dulzuras, que le transmitieron paz y amor y que lo hicieron arder de deseo. Esos mismos ojos que le miraron cuando él dijo por primera vez un te amo, que le vieron llorar y que le consolaron; esos ojos que lo vieron tocar el cielo con las manos cuando agonizaba de placer. Esos ojos que de seguro no querían volver a verlo y que le miraron con firmeza cuando rechazó su amor.

 

Su corazón, aunque se paralizó por algún momento, parecía latir con la misma intensidad con la que siempre latió por Tom y Bill supo que realmente el amor por su hermano, ese sucio y enfermo amor, ese amor que a Tom le provocaba malestar y que no quería que sintiera por él, aún estaba allí. Era como una maldita enfermedad, y Bill sólo estuvo sintiendo ciertos síntomas cuando Anis empezó a ser el medicamento, pero en ese momento sólo estuvo intensificándose, ganando fuerzas para sobresalir e instalarse completamente en él.

 

Bill no lo había logrado. No le había ganado la batalla a ese amor, no logró dejar de ser asqueroso. Seguía siendo una molestia para su hermano y seguía siendo repulsivo ante él.

 

Sentía como su hermano lo examinaba, como observaba su cuerpo enfermo, como recorría sus facciones, su anatomía que albergaba amor en cada rincón de sí. Se sentía pequeño y la vergüenza era demasiada.  

 

El pelilargo no pudo mantener su mirada en alto. Sus ojos se dirigieron al piso de mármol rápidamente. Él se sentía demasiado asqueroso para poder devolverle la mirada a su hermano y había una fuerza invisible que le obligaba a mantenerla baja, escondida de Tom.

 

Todo sucedió como si se hubiese roto una burbuja. Bill se apoyó al tocador cuando su cuerpo perdió fuerzas y apretó su mandíbula, incapaz de alzar la mirada, mientras escuchaba los dudosos pasos de Tom acercarse a él.

 

Tom se sintió tan abofeteado por el deliciosos olor de Bill como Bill se sintió abrumado por la calidez del cuerpo de Tom. Los dedos del mayor se estaban moviendo solos, al igual a como lo hicieron sus pies, y parecían querer acariciar su terso rostro. Su cuerpo clamaba por sentir de nuevo a Bill entre sus brazos, por sentir su piel.

 

No supo que le hizo desistir, tal vez que los labios de Bill temblaban incontrolablemente, que su cuerpo vibraba por ligeros espasmos, o sus pestañas que se sacudían con temor. El menor parecía una especie de animalito asustado, pidiendo piedad, emanando temeridad. Tom nunca se sintió tan confundido como en esos momentos donde Bill parecía a punto de colapsar por su presencia.

 

— ¡Tom! ¡Anne te necesita! – escuchó que le llamaba Dan y rápidamente se alejó unos centímetros de Bill, enfocó su vista en el gemelo Caten que se asomaba a los servicios y sintió como una ráfaga de viento a su lado cuando su hermano reaccionó y se encerró en uno de los cubículos.  —Oh, aquí estás. Ven guapo. Anne está en crisis y quiere tu opinión. – informó, entrando y mirando hacia donde Tom lo hacía. — ¿Estás bien?

 

—No-no lo sé. – aclaró su garganta y respondió caminando hacia la salida, pero sin separar su vista de la puerta que escondía al cantante.

 

—Amor, ¿Dónde estabas? – le preguntó Anne a Tom apenas lo vio. — ¿Qué tal me queda este? – le sonrió, haciendo varias poses para que el trenzado le apreciara.

 

—Muy bien, cariño. – respondió por inercia. A duras penas y podía controlarse en ir a buscar a su hermano.

 

—Pasa mi tarjeta. – escuchó el trenzado que le decía Anis a Dean, mientras le tendía su tarjeta de crédito.

 

—Oh, un amigo regalón. – dijo suspirando. — ¿No quieres ser mi amigo? Yo también quiero que me regales cosas caras.  Que afortunado es Bill.

 

Tom le miró con rabia. ¿Acaso Bill ahora recibía regalos de ese tipo?

 

—Supongo que lo es. –  rio. — Ha tardado. – dijo observando su reloj.

 

Anis recordó que el día de ayer el pelilargo tuvo un pequeño periodo que pensó que terminaría en vómitos. Se preguntó si algo extraño sucedía.

 

—Voy por él. – informó y se retiró, ante un Tom que no sabía que pensar ante esa actitud tan preocupada del rapero. Luego recordó la reacción de Bill en el baño. ¿Su gemelo estaría bien?

 

:::

 

— ¿Bill? – escuchó que alguien le llamaba.

 

No podía responder. Sus labios aún temblaban incontrolables y sólo podía sostener con fuerza su estómago. No podía respirar, el dolor en su pecho le estaba impidiendo la entrada a sus pulmones.  Le molestaba lo que sentía, era demasiado intenso y le hacía contraer el vientre. Sus ojos estaban húmedos por las lágrimas acumuladas y él intentaba que el aire llegara a sus pulmones.

 

—Hermoso, ¿Estás bien? – preguntó un poco preocupado Anis, sabía que el menor estaba allí. Era el único cubículo ocupado y podía escuchar su respiración.

 

—No-no puedo respirar. – informó en un hilo de voz, sintiendo pánico. 

 

El mayor no dudo en abrir la puerta y sacar a Bill del pequeño espacio.

 

—Mírame, cariño. – le pidió, secando sus lágrimas.

 

—Anis.

 

—Respira conmigo. – indicó, sosteniendo sus hombros, sin soltarle la mirada. —Eso es, amor. – sonrió cuando el menor empezaba a respirar tranquilamente. — ¿Qué pasó, Bill?  – cuestionó preocupado.

 

—Yo-yo no lo sé. – mintió, sintiéndose agotado ante el dolor en su pecho, sin poder eliminar la imagen de Tom de su mente, sin poder dejar de sentir de nuevo esas sensaciones, luego de tanto tiempo. — Ya estoy bien, no te preocupes. – aseguró.

 

Anis sabía que Bill no estaba bien. Pero no entendía que pudo haber sucedido, si hace minutos se mostraba de maravilla.

 

— ¿Quieres ir a casa? – ofreció, abrazando su delgada cintura y besando con cariño su frente. Los ojos del menor se empañaron de inmediato y se apoyó en el pecho del mayor.

 

Sus emociones volvían a descontrolarse.

 

—Pero, ¿Y lo que querías hacer?

—Lo haré mañana. – le cortó. — No te preocupes por eso. – afirmó, depositando un casto besos en los labios de Bill.

 

—Gracias.

 

El rapero esta vez se preguntó seriamente si Tom tenía algo que ver con que Bill estuviese de esa manera. Lo cierto, es que en menos de un mes empezaría la gira por Alemania y luego por varios países. Él confió en poder dejar a Bill con la seguridad de que siempre lo cuidaría su hermano el tiempo que él no pudiese estar cerca, pero ahora empezaba a dudar.

 

—Me maquillaré y saldré. – le informó, cuando se sintió más calmado y queriendo aparentar normalidad ante Anis, pero lo cierto es que le daba igual como lucía en estos momentos, seguiría siendo repugnante. —Luzco horrible.

 

—A mí me encantas como sea. – admitió con una sonrisa y besó a Bill con ese amor que le hacía perder la cabeza.

 

:::

 

Anis le acompañó mientras se maquillaba y luego de un largo beso decidieron salir, su estómago estaba dándole batalla y no quería hacer una escena. Salieron de los servicios cuando una joven iba camino a entrar a los de chicas.

 

— ¡Bill! – dijo sonriente la chica al toparse y eso confundió un poco al aludido, quien miró interrogante a Anis. — ¡Oh, Dios! Que pequeño es el mundo. – dijo divertida.

 

— ¿Uhmm? – le miró interrogante y la chica entendió.

 

— ¡Oh, sí! Que despistada. No habíamos tenido el gusto de conocernos y creo que Tom no te ha hablado de mí. Soy Anne. – se presentó y Bill quedó sorprendido.

 

No la había reconocido, pues sólo había visto fotografías de ella y esta vez estaba muy natural. Su cabello era largo y rubio, delgada, unos centímetros más alta que él gracias a los tacones, de ojos chocolate y un cuerpo con curvas. 

 

—Anne, un placer. – respondió, tomando su mano y casi hablando entre dientes con una sonrisa que no le apetecía ofrecer.  Para ponerlo más incómodo, Anne le besó las mejillas.

 

—Eres tan adorable. – dijo sonriente. —Y realmente bonito. – comentó como si hablara de un secreto y luego dio otra de sus relucientes sonrisas. —De seguro Tom no te ha visto. Vamos. – dijo y tiró del menor. —Se sorprenderá mucho.

 

Bill quería desaparecer. Le hacía sentir como lo peor del mundo el querer alejarse de Anne, el que algo amargo se instalara en su ser al estar a su lado. Eso sólo le demostraba lo enfermo que aún estaba; porque si no lo estuviese podría sonreír al ver lo agradable que era la chica que escogió su hermano.

 

—Amor, mira a quién me encontré. – dijo, soltando a Bill y lanzándose a los brazos de Tom.

 

Bill le sonrió forzadamente a Anne y contempló con dolor cómo esta se apegaba tanto a su gemelo. Por unos segundos, sus ojos se encontraron con los de Tom e inmediatamente los esquivó.

 

—Ya-ya nos habíamos encontrado en los servicios. – comentó, al ver que todos parecían esperar alguna reacción por parte de ellos.

 

Tom aclaró su garganta cuando sintió ahogarse con el aire al escuchar la aterciopelada voz del menor. Hace tanto tiempo que no la oía. Incluso sonaba más suave, como una hermosa caricia, tan hermosa como él.

 

—Sí, ya lo habíamos hecho. – afirmó el mayor de los Kaulitz, incapaz de despegar sus ojos de Bill.

 

Tanta frialdad y tensión entre los gemelos músicos no era la esperada por Anis, quien una vez vio llorar a Bill porque extrañaba a Tom, o al menos eso creyó.

 

—Uhm... Nosotros debemos irnos. – dijo impaciente por marcharse Bill, a la vez que sacaba de su bolsa su tarjetero.

 

Tom captó que con nosotros se refería a él y a Anis.

 

— ¿No les gustaría ir a almorzar con nosotros? – ofreció Anne, sin soltarse de Tom, quien tenía su intensa mirada fija en su gemelo.

 

—Nos encantaría, pero tenemos algunas cosas por hacer. – respondió el rapero rápidamente. Extrañamente, se sentía muy protector hacia Bill en esos momentos. —Será para otra ocasión.

 

—Es un acuerdo. – sentenció la modelo sonriente.

 

—Oh, cariño, ya la cuenta fue cancelada. – dijo con picardía Dan, cuando Bill le tendió su tarjeta de crédito.

 

—Tómalo como un regalo. – dijo Anis desde su espalda y Bill se ruborizó ante los presentes, esta vez de total vergüenza. ¿Qué pensaría Tom? Luego dejó de pensar en eso, porque tal vez a él ni le importaba —Nunca me dejas regalarte algo.

 

—No es necesario. – dijo bajito.  

 

—Pero ya lo hice. – se encogió de hombros y tomó las bolsas con la compra de Bill.

 

¿Qué mierda estaba sucediendo? Que alguien le explicara a Tom que jodidos era Bushido en la vida de su gemelo, ¿Por qué Anis miraba a Bill de esa forma? ¿Por qué Bill parecía acostumbrado a las atenciones del rapero? ¿Acaso había sentimientos involucrados? ¿Acaso todo iba más allá de un beso?

 

 

Tom vio sonreír a Bill con sus mejillas rojas cuando Anis rozó sus dedos, ese gesto tan adorable que antes sólo era dirigido a él. Estaba que ardía en celos. Él lo sabía, maldición, siempre lo supo. Sabía que Anis intentaría hacer algo con Bill, lo que nunca pensó es que su hermano, aquel que lo amaba desde que nació, aquel que aseguraba que él era su mundo, se dejará engatusar por ese rapero.

 

Una vocecita dentro de él le recordó que él mismo destruyó ese amor, pero Tom no lo veía de esa manera. Tal vez Tom se acostó con miles de personas, mientras estaba con Bill y después de que terminaron. Y si, tal vez estuvo confundido y no quería el amor que le daba su gemelo, pero sabía que nunca dejó de amarlo, mientras que Bill parecía estar a punto de entregarle su amor a otro.  Había decidido alejarse para aclarar sus sentimientos, para ser capaz de amarlo completamente. Estaba con Anne, sí, pero eso sólo le hizo reafirmar que nunca podría enamorarse de alguien que no fuese su gemelo. Y Bill... Bill se estaba burlando de ese amor que juró sentir. Tom se sentía traicionado.

 

Él no era bueno con los sentimientos, no era bueno expresándose y su orgullo se anteponía ante lo que quería, así era él. Y en esos momentos solo podía sentirse molesto con su gemelo. Realmente enojado.

 

—Hasta luego, Tom. – dijo Anis, teniéndole la mano y Tom fue duro cuando apretó la del rapero entre la suya. Cuando el otro respondió con la misma fuerza que estaba empleando, se sintió retado y airoso.

 

—Fue un placer. – respondió el trenzado cuando liberaron sus manos y Bill, por el tono de voz que usó su hermano, supo que estaba molesto. Se preguntó si él le causaba tanto malestar.

 

Bill quiso pasar desapercibida la despedida con su gemelo, por un momento meditó la idea de hacerle un saludo con la mano, pero tal vez a Tom no le gustaría hacer algún contacto con él. Decidió hacer como si nada y siguió los pasos de Anis. Hasta que un:

 

—Hasta luego, Bill.

 

De un celoso Tom, llegó a sus oídos.

 

—A-adiós. – dijo con dificultad.

 

Esa sensación volvió a su estómago y tuvo que evitar llevar sus manos a su vientre cuando escuchó la voz de su gemelo dirigida a él. Quería que esas sensaciones se calmaran. Eran muy intensas. No podían compararse a sus náuseas. Era peor. Era la señal de una condena por vivir.

 

Bill se preguntó, si siempre que viese a su hermano, las mariposas en su estómago saldrían a jugar.

 

 

Notas finales:

Ask/EilW


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