¿Cómo se puede ignorar a una persona de la que estás enamorado? Kyungsoo estaba tumbado sobre su cama. Reflexionando. Él amaba profundamente a Suho pero, se había dado cuenta de la peor manera posible que sus sentimientos no eran correspondidos.
Siguió dándole vueltas al asunto varias veces hasta que, sin darse cuenta, rozó con la yema de sus dedos su labio inferior. Dando lugar en su mente a la imagen de aquel chico, a aquella sonrisa perfecta, a aquel beso que había depositado en sus labios.
Simplemente, no lo conocía. Nunca lo había visto y en tan solo un día, se convirtió en elemento principal de sus pensamientos. Dejó el recuerdo de Suho a un lado y se volcó completamente en él.
Durante las seis horas que tenía que permanecer en el instituto Kyungsoo intentó comportarse normal ante Suho. Fueron las horas más largas de su vida. El tiempo no daba avanzado. Las agujas del reloj parecían que no se movían de su lugar.
Aunque fue solo recordar de nuevo a aquel chico para que la mente de Kyungsoo se alejara del mundo real y se embarcara hacia otro lugar. Lay seguía haciendo sus bromas, como de costumbre, Suho se mantenía callado, como era habitual en él; pero aún así, sonreía ante las idioteces de su amigo. En cambio, Kyungsoo estaba ausente. En ningún momento les hizo caso. Él seguía en su propio mundo, pensando en determinada persona.
Cuando volvió al mundo real, se dio cuenta de que faltaban menos de dos minutos para que pudieran volver a casa. Aturdido por lo que le había pasado. Empezó a recoger sus cosas despacio haciendo tiempo para que tocara el timbre.
Cuando sonó, empezó a caminar entre la multitud de alumnos que al igual que él, tenían ganas de volver a sus casas, pero antes de salir por el portal, Kyungsoo sintió como le agarraban de un brazo.
Lentamente, la curva de sus labios se iba torciendo dando lugar a una tímida sonrisa. En su mente solo permanecía la imagen de una sola persona. La persona que había esperado a que todo el mundo se marchara para poder hablar con él. Aquella que solo Kyungsoo conocía.
Con la mirada posada en el suelo, se giró despacio. Primero observó sus zapatos, luego ascendió observando su uniforme que era idéntico al que él mismo llevaba puesto y, finalmente, lo observo llevándose una terrible decepción.
La curvatura de sus labios desapareció dejando su rostro inexpresivo. Kyungsoo no esperaba tener a Suho delante de él porque simplemente no quería verlo. Con tan solo observarlo le venía a la mente aquel amargo recuerdo que le revolvía el estómago.
-¿Podemos hablar?
Dolido, Kyungsoo afirmó con una inclinación de cabeza.
-Si estás enfadado porque no contesté a tus llamadas, lo siento. Ese día no estaba en casa. Salí a hacer unos recados.
En ningún momento Kyungsoo apartó su mirada del suelo. No era capaz de observar a Suho a los ojos. Simplemente, se limitó a escuchar y a asentir con la cabeza.
Una vez terminada la conversación, Kyungsoo se giró y volvió a retomar su camino pero, esta vez, con una opresión en el pecho.
No podía creerlo. Suho le había mentido, a él. Caminó tan rápido como pudo intentando no romper a llorar en medio de la calle. Otra vez. Cerró sus puños tan fuerte como podía al mismo tiempo que mordía su labio inferior para frenar las ganas que tenía de llorar.
Después de todo lo que había vivido junto a él. ¿Cómo le pudo haber mentido de esa manera?
Al llegar a su casa, observó la silueta de alguien apoyado en el muro. Alzó su mirada del suelo encontrándose con la mirada y la sonrisa de la persona que había invadido su mente durante toda la mañana.
Kyungsoo pudo observar como la sonrisa de aquella persona se fue desvaneciendo. Sus pasos se volvieron lentos, al contrario que los latidos de su corazón que se volvieron cada vez más rápidos.
De un momento a otro, Kyungsoo fue rodeado por los fuertes brazos del otro chico, quien posó una mano en su espalda al mismo tiempo que pasaba la otra por su cabello. Ante esto, Kyungsoo escondió su rostro en el pecho del otro. Evitando que lo viera llorar.
Este, intentó tranquilizarlo apretándolo más fuerte contra su cuerpo. Luego, le colocó un mechón de pelo detrás de la oreja y a continuación le susurró.
“Recuerda, respira hondo con todas tus fuerzas y suéltalo despacio”
Sin saber porqué, Kyungsoo hizo lo que le había susurrado hace tan solo uno segundos. Cogió todo el aire que pudo almacenar en sus pulmones y lo expulso de manera lenta. Dejando que todas sus preocupaciones huyeran con el aire que salía de sus labios.
Al terminar, Kyungsoo se alejó del cuerpo del otro. Ya se encontraba más tranquilo. Sus ganas de llorar habían desaparecido al igual que los restos de lágrimas que habían quedado en sus ojos que fueron retirados por las yemas de los dedos de la otra persona.
El chico se volvió a acercar a Kyungsoo envolviéndolo una vez más entre sus brazos. Ante esto, Kyungsoo no lo rechazó. Todo lo contrario. Abrió sus brazos recibiéndolo de nuevo.
Volvió a esconder su cabeza en su pecho mientras que la otra persona apoyaba la suya sobre la cabeza de Kyungsoo. Sus manos se posaron en su espalda agarrándolo de la chaqueta que llevaba. Como si tuviera miedo de que se fuera y lo dejara solo.
Se volvieron a separar y como la primera vez, no se hablaron. En ese momento, las palabras carecían de valor.
Kyungsoo sintió como los dedos ajenos se posaban en su mentón atrayéndolo hacia él. Robándole por segunda vez un beso. Fue cerrando sus ojos lentamente al mismo tiempo que iba inclinando su cabeza hacia el lado contrario que el otro para corresponder el beso.
Empezó entreabriendo un poco sus labios atrapando los del otro entre los suyos, los movió despacio y volvió a repetir el mismo movimiento pero esta vez, fue cambiando la posición de su cabeza hacia el lado contrario despacio, sin romper aquel cálido contacto.
Y una vez más, se perdió entre la presencia de aquel chico que olvidó preguntar su nombre. Nada más separarse de sus labios. Se despidió besándole la mejilla derecha. Dejando a un aturdido Kyungsoo parado en medio de la calle con una tonta sonrisa en la cara