Cap X. Answer ·:Solución:·
Después de la escuela, Yugi y sus amigos decidieron ir a comer algo juntos. Entraron a uno de los tantos establecimientos de la ciudad y se sentaron en una de las mesas. Esperaron cerca de 5 minutos antes de que la camarera les tomara la orden, y mientras esperaban comenzaron a platicar un poco.
- oye viejo, ¿Por qué aún andas trayendo esa cosa al cuello?- le preguntó Joey señalando el rompecabezas del milenio, que colgaba de una cadena ceñida a su cuello- digo, no creo que sea importante ya…
- Joey, no digas eso- intervino Tea- es un objeto muy valioso para Yugi porque le pertenecía al faraón ¿verdad?
- eh… sí, eso- dijo un poco nervioso el peque.
- pero insisto, tal vez deberías deshacerte de él- volvió a decir el rubio
- ¡no Joey!- contestó algo molesto el tricolor
- no te enojes Yugi. Yo sólo lo digo por tu bien, si te rehúsas a olvidar al faraón te dañarás tú solo… estarías mejor sin eso
- Joey, te agradezco que te preocupes por mí, pero estoy bien- trató de calmarse y hacer desistir al ojimiel, ya que su yami comenzaba a enfurecerse.
- no, no lo estás. Esa cosa te está afectando el cerebro… la cuidas como si fuera tu vida. Te voy a demostrar que no necesitas de ese rompecabezas- se paró y de un solo movimiento le quitó el rompecabezas
- ¡¡Joey, regrésamelo!!- profirió algo asustado el chibi mientras se levantaba, tenía un mal presentimiento
- Joey, no es gracioso. Regrésale el rompecabezas- le ordenó Tristán. En ese momento, la sonrisa burlona que el rubio tenía se desvaneció y su faz se puso más sería. Se colocó el rompecabezas al cuello y salió corriendo del sitio- ¿y ahora qué le sucede?- dijo confundido el castaño
- ¡¡¡JOEY!!!- Yugi salió corriendo tras su amigo, pero pronto le perdió de vista.
Siguió recorriendo cada calle de la ciudad para poder encontrar al ojimiel, no podía dejar que tuviera el rompecabezas en sus manos, el faraón podría hacerle algo terrible. Pasó por una casa que parecía abandonada, donde por un breve instante le pareció ver a Joey, así que se acercó al inmueble. La puerta crujió al ser abierta, se adentró en la casa y el peque cerró la misma tras él.
El lugar estaba casi en penumbras, no podía ver mucho de lo que tenía enfrente. Comenzó a tantear las paredes, buscando el interruptor de la luz. Cuando lo halló, cerró sus ojos un instante, y luego los abrió pausadamente para acostumbrarse a la luz. Al abrirlos completamente, vio a Atemu frente a él, con la ropa de Joey puesta (N/A aclaro que la ropa le quedaba grande, jeje ^-^)
- hola Yugi ^.^- dijo alegremente- ¿ves? Te dije que era una buena idea
- ¡¡¡¿faraón, qué hiciste?!!!- el chibi no pudo reprimir una pequeña lágrima, la cual rodó por sus mejillas.
- ahora sí vas a pertenecerme- su alegría se borró y fue reemplazada por la lujuria y malicia. Al verlo, el peque se asustó y retrocedió lentamente, pero Atemu lo cogió de los brazos- ¿qué pasa? Creí que querías que te hiciera mío- apresó los labios del menor y entró en su cavidad violentamente, lo que hizo que Yugi se asustara más y tratara de liberarse.
Pronto el faraón tumbó a su hikari en el piso, con una mano le sujetaba los brazos por encima de su cabeza y la otra comenzaba a despojarse de “el pantalón del rubio” y comenzaba a desnudar también al menor. Éste no pudo evitar llorar, su yami estaba cegado por el deseo e iba a tomarlo en ese lugar a la fuerza. No quería que eso pasara, por alguna razón, el faraón había cambiado ahora que tenía cuerpo.
- ¡¡no faraón, basta!!- comenzó a gritar mientras sentía que era penetrado sin piedad por el mayor- ¡¡no, así no!! ¡¡No me gusta así!! ¡¡Basta!! ¡¡nooo!!- Atemu comenzó a reír sádicamente mientras sus embestidas se hacían cada vez más crueles…
**************
Yugi despertó aterrado, con su respiración alterada, sus latidos acelerados y sus ojos abiertos a más no poder, obviamente muy confundido y atemorizado. (N/A jeje, los engañé)
- tranquilo Yugi, ya pasó- le dijo su yami mirándolo con preocupación. El peque sólo se abalanzó a los brazos de éste, buscando protección- fue sólo un sueño... tranquilo... tranquilo Yugi…
- un... sueño [[no, no fue sólo un sueño, fue una horrible pesadilla]]- pensó el menor mientras recordaba lo sucedido y hundía su rostro en el pecho de su yami
- yo nunca te haría eso pequeño- exclamó de pronto el faraón al mismo tiempo que besaba la cabellera de su hikari.
El chibi lo había olvidado, su yami podía saber lo que pensaba, no podía ocultarle nada. Era demasiado difícil burlar esa habilidad, Atemu podía saber qué era lo que pasaba por su mente casi al mismo tiempo que lo pensaba. A veces eso le hacía sentir miedo, cosa que fácilmente notaba el mayor. Mientras seguían abrazándose, el faraón sentía el pavor de Yugi, comenzaba a notar que el peque quería alejarse de él, cosa que no iba a permitir.
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Al otro día en la escuela, durante una de las clases, Yugi recibió un papelito con una nota:
Yugi, necesito hablar contigo, es muy urgente. Por favor, ven al parque después de clases.
Joey.
- *no Yugi, no vas a ir con ese perro*- le ordenó furioso Atemu
-*pero Yami, él sólo quiere hablar. Además, yo también necesito hablar con él... no va a pasar nada, lo juro*- dijo el menor
- *#¬¬ si ese perro te pone una mano encima se las verá conmigo*
- *ya te dije, no va a pasar nada, confía en mí*- el peque guardó la nota en su mochila y siguió atento a su clase.
*************
Cuando por fin terminó la escuela, el menor de los tricolores se dirigió al lugar citado. Al llegar ahí, se encontró con que el ojimiel ya había llegado, estaba esperándolo sentado sobre una de las bancas del sitio.
- ho... hola Yugi- dijo nervioso el rubio- me alegra que hayas decidido venir
- vine porque dijiste que era urgente- habló sereno el tricolor- y, ¿qué sucede, de qué querías hablar?- se sentó al lado de Joey
- Yugi yo... quería hablar sobre lo que sucedió el otro día- comenzó a jugar tímidamente con sus manos y se ruborizó a muchísimo- lo del beso…
- O///O...- el chibi se quedó sin habla al recordar lo sucedido y no pudo evitar arrebolarse también
- desde hace algún tiempo...- continuó diciendo el rubio- que siento algo más por ti, algo que va más allá de la amistad... y después del beso pensé que tú y yo...- pero sus palabras se vieron interrumpidas cuando el peque puso una de sus manos sobre sus labios
- Joey, escucha... sé lo que estás intentando decirme, pero... la respuesta es no- y luego el tricolor quitó su mano de los labios de Joey
- ¿por qué?
- porque... eres mi amigo, sólo eso. No puedo verte como algo más... lo que pasó entre nosotros fue una equivocación... no estaba pensando claramente... hagamos como si nada hubiera sucedido y volvamos a ser amigos ¿ne?
- a ti te gustaba el faraón, ¿verdad?- dijo en tono molesto el rubio bajó y la mirada al piso. Yugi se puso aún más rojo
- anno... yo...
- ya lo suponía... lo supe al notar la forma en que lo mirabas y te preocupabas por él... a decir verdad... me alegré mucho cuando se fue... pensé que tenía una oportunidad de que me quisieras... pero veo me equivoqué- algunas lágrimas comenzaron a derramarse sobre su rostro- cuando seas capaz de olvidar... no dudes en buscarme, yo te estaré esperando...- y diciendo esto último huyó a toda velocidad de ahí, dejando un camino de lágrimas por su rostro
- Joey...- murmuró Yugi al ver al ojimiel alejarse. No quería lastimarlo pero... era la única forma de mantenerlo a salvo- de verdad lo lamento...
****************
Ya por la tarde, cuando regresó a su hogar, se encontró con su abuelo en la sala.
- que bueno que llegas hijo. Hay algo de lo que necesito hablar contigo- dijo Salomon
- claro abuelito- se sentó junto a su tutor y dejó su mochila sobre el sofá
- Yugi... voy a salir una semana de la ciudad, debo ir con otros colegas arqueólogos a investigar un asunto, ¿estarás bien si te dejo solo en casa?
- claro abue, no te preocupes por mí... estaré bien n_n- respondió el chibi- ¿y cuándo te vas?
- en dos horas... me acaban de avisar por teléfono; fue algo demasiado repentino...
-ok, no importa.
***************
Un par de horas después...
- adiós abuelito, que tengas un buen viaje- decía el peque mientras se despedía de su abuelo, quien abordaba un taxi- ten cuidado- Salomon se despidió de su nieto con la mano y luego se fue.
Yugi entró a la casa a cenar. Después fue al baño, luego subió a su cuarto, se puso el pijama y se subió a su cama. Encendió el televisor y se quedó viéndola hasta ya entrada la media noche.
- *¿Yugi, a caso no piensas dormirte hoy? Ya es tarde*- le reprendió su yami
- *es que no tengo sueño. Pensaba en...*
- *#¬.¬ ya sé, estabas pensando en el perro ese*
- *no lo llames perro, no seas así. Y además, ¿por qué tanta urgencia en que me duerma?*
- *porque te tengo una sorpresa n.n*
- *¬¬ ¿no será otra habitación, verdad?*
- *no... bueno, sí... pero la sorpresa no es la habitación, sino lo que hay en ella. Venga, ya duérmete*
- *u.u vale, me duermo*- y diciendo esto apagó la tele y la lámpara que había junto a él y se acostó a dormir.
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Una vez que abrió los ojos, vio que Atemu estaba junto a él, mirándole atentamente, con una gran y linda sonrisa.
- ^-^ qué bueno que despiertas, ven- lo haló del brazo y la sacó de la cama, y consecutivamente de la alcoba
- ok, pero más despacio- decía el menor mientras se tallaba sus ojos para abrirlos en su totalidad.
Recorrieron una vez más los pasillos del rompecabezas, buscando aquella sorpresa que quería mostrarle el faraón. No pasó mucho tiempo antes de que se detuvieran frente a una puerta pequeña, muy parecida a las demás. El faraón abrió la puerta lentamente y después las antorchas del lugar se encendieron por sí solas, dejando ver una habitación vacía llena de jeroglíficos grabados en la pared.
- ¿y esto?- preguntó asombrado el peque, mirando hacia todos lados
- n.n esto es la sorpresa que quería mostrarte- dijo emocionado Atemu- es un antiguo conjuro egipcio.
- ¿un conjuro? ¿Y para qué sirve?
- con él… puedo obtener mi cuerpo- al oír eso, Yugi se asombró y lo miró desconcertado- pero… tiene varios inconvenientes… sólo puedo tener mi cuerpo por 24 horas, después… mi alma regresará al rompecabezas y el cuerpo temporal desaparecerá… también… durante el tiempo que tenga cuerpo no podré saber qué piensas o qué sientes, y nuestro vínculo se perderá… y perderé mis poderes por ese lapso de tiempo… además de que… sólo puede usarse una vez…
- ya veo… entonces tendremos que buscar otra forma de que…
- no Yugi- le interrumpió- quiero hacerlo
- pero faraón, vas a perder tus poderes durante todo un día y sólo podrás tener un cuerpo por un tiempo relativamente corto ¿no te importa?- Atemu abrazó cariñosamente a su hikari y puso un tierno beso en su frente.
- Yugi… daría mi vida sólo por estar un segundo contigo, por poder sentir tu piel sólo por un instante… por probar una vez tus labios…- el menor se sonrojó al escuchar las palabras de su yami- sólo quiero estar contigo, aunque sea por poco tiempo… y así demostrarte cuánto te amo…
Continued…