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Desire por carina_mew12

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Cap VI. Warning ·:Advertencia:·

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Por la noche…

- te vez algo molesto ¿pasa algo?- le preguntó Yugi a su yami mientras se metía en la cama

- nada, vamos a dormir- se recostó al lado del menor y lo abrazó. El faraón cerró sus ojos, tratando de que su hikari no siguiera preguntándole.

Ambos quedaron dormidos, pegados el uno al otro. Una luz cayó sobre el rostro del chibi, haciendo que despertase. Supuso que ya había amanecido y, sin abrir los ojos, estiró su mano para alcanzar el reloj, pero al no hallarlo y al sentir que su yami estaba aún con él abrió sus orbes, dándose cuenta de que seguía dentro del rompecabezas. Dirigió su mirada a aquella luz que lo había despertado. Era una pequeña esfera de luz, que estaba estática frente a la cama.

La luz comenzó a moverse, creando un caminito de luz que formó la palabra  “sígueme”. Por un momento el peque pensó en ignorarla, pero su curiosidad fue más fuerte que su intuición. Se zafó lentamente de los brazos de Atemu para no despertarle, se levantó de la cama, tocando con sus pies descalzos el suelo, sintiendo un leve escalofrío. Se puso de pie y caminó a la luz, ésta comenzó a avanzar, traspasó la puerta y salió del cuarto.    

Yugi abrió la enorme puerta y salió, encontrando a la esfera luminosa quieta, como esperando a que llegara. Siguió caminado, entonces la luz se puso de nuevo en marcha, guiando al peque por los interminables pasillos de aquel artículo. La siguió por largo rato hasta que se detuvo en una puerta e ingresó en ella. El chibi abrió la puerta, que estaba toda oscura a excepción de la parte donde se hallaba la esfera de luz. Ésta comenzó a “estirarse”, dando paso a la figura de un cuerpo humano; empezó a hacerse más definida hasta que tomó la forma de alguien que él conocía bien.

- hola pequeño Yugi- le habló el sujeto en tono áspero, mirándolo fijamente

- ¿Shadi, qué haces aquí?- le preguntó el chibi.

- he venido a prevenirte- dijo con voz misteriosa y algo escalofriante

- ¿prevenirme? ¿De qué?

- escucha Yugi, tú y tus seres queridos están en gran peligro. Debes evitar que el faraón lastime a alguien

- pero si Atemu es la persona más amable que conozco- su rostro se tiñó de carmín al decir lo último

- tal vez ahora, pero cuando tenga un motivo, va a intentar lastimar a otros. Desde que recuperó sus recuerdos su poderes también regresaron a él; puede parecer inofensivo ahora, pero tiene la capacidad de hacer cenizas al mundo entero. ¿Recuerdas a los tipos de aquel callejón? Él los mató con sus propias manos; no lo hizo sin querer, todo la hace para protegerte, eres lo único que tiene… si llega a enojarse…

- ¿si se enoja qué sucederá?

- él te quiere mucho y hará cualquier cosa para cuidarte, puede incluso destruir al mundo si eso te mantiene a salvo; pero por ahora no puede hacer eso, tiene miedo de hacerte daño; tu cuerpo ahora alberga a dos almas, y si libera todo su poder, su espíritu terminará por aniquilar al tuyo, incluso  puede destruir tu cuerpo, es por eso que se contiene. Atemu es un ser muy poderoso, pero carece de un cuerpo material. Lo que más desea es tener un cuerpo propio para poder estar contigo; como espíritu no puede sentir tu piel o aspirar tu aroma. Quiere que cuando te haga suyo le pertenezcas por completo, y tratará de eliminar a todo aquel que ose siquiera a tocarte,… no quiere que nadie más que él tenga el privilegio de estar contigo…

- …- Yugi se ruborizó al escuchar a Shadi, se sentía algo avergonzado (N/A ¬¬ parece que Shadi no tiene otra cosa mejor que hacer que espiar a los demás)- ¿hay alguna forma de que el faraón obtenga su propio cuerpo? Tal vez así ya no lastime a nadie

- hay dos; la primera consiste en introducir su alma en el vientre de una mujer embarazada. Mientras el bebé siga dentro de su madre carece de alma propia, ésta se le concede cuando llega a este mundo.

- pero así sería como una reencarnación ¿no? Y si él de verdad quiere estar conmigo no va a poder de esa forma…

- lo otra opción sería introducir su alma en el cuerpo de otra persona, al ser su espíritu más fuerte que el de cualquiera, fácilmente destruiría el alma de la otra persona y así se quedaría con su cuerpo; éste, al sentir una presencia diferente, se adaptaría al alma de Atemu, tomando la forma que tenía cuando vivía… aunque ese proceso es demasiado arriesgado, el cuerpo puede no soportar la poderosa alma del faraón y terminaría muriendo con él…

- ¿entonces para que él viva alguien debe morir?- preguntó Yugi, el egipcio le respondió asintiendo con la cabeza. El peque no pudo evitar sentirse aterrorizado, cualquiera de las opciones le parecía poco práctica; y la última sonaba muy aterradora.

- Yugi, debes cuidar que no se enfade, cualquier ataque de ira terminaría con una muerte. Yo trataré de buscar otra forma de controlar su espíritu; si necesitas de mí sólo llámame, estaré siempre para ayudarte… procura que no se entere de esto, si sabe lo que te he dicho me asesinaría - se escucharon unos pasos aproximándose- tengo que irme, se está acercando. Cuídate mucho pequeño Yugi…- Shadi caminó hacia la oscuridad, disolviéndose lentamente en ella

- [[¿será cierto lo que dijo?]]- se cuestionó a sí mismo- ahhh…- dio un suspiro y puso su mente en blanco antes de que la puerta se abriera

- ¿Yugi, qué haces aquí?- profirió su yami aproximándose a él

- yo… no podía dormir y salí a dar un paseo- explicó el menor

- ah, ok. Pero si quieres caminar estando aquí será mejor que me avises; puede que encuentres cosas desagradables- su tono de voz se hizo más serio

- ¿cosas desagradables? No creo, esta es tu mente después de todo ¿qué cosas malas puede haber aquí?

- créelo Yugi, hay cosas que es mejor que no sepas- cogió su mano- regresemos a la habitación.

El peque se fue con su yami, las palabras de Shadi y lo que Atemu acababa de decir lo habían intrigado, ¿de verdad su yami era tan malo como le había dicho el egipcio? No, no podía ser malo, la única razón por la que podría comportarse así sería para protegerlo, y eso no le parecía malo; pero de cierta forma le parecía aterrador el asunto en el que se encontraba.

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En la escuela…

El aula de Yugi estaba en clase de gimnasia. En el gimnasio, la profesora les hacía una prueba de resistencia física.

- ¡Yugi Motou, su turno!- le avisó la profesora

- hai- se levantó del suelo donde se hallaba sentado. Hizo un poco de calistenia antes de comenzar con su prueba

- *si quieres puedo hacer esto por ti*- le sugirió Atemu

- *no, yo lo hago. Después de todo es mi calificación*- respondió mientras terminaba sus ejercicios.

- muy bien Sr Motou, como supongo que no va a hacer la prueba de natación vayamos directo a lo que sigue. Va a dar 5 vueltas enteras al gimnasio, 50 lagartijas y 50 sentadillas ¿ok?- el tricolor asintió y comenzó su prueba.

Primero hizo las lagartijas y sentadillas, lo que le resultó muy fácil. Después dio las primeras 3 vueltas al gimnasio sin problemas, la cuarta le costó un poco más, pero al final de la quinta sintió que ya no podía, entonces oyó una voz:

- ¡vamos Yugi, tú puedes!- le gritó Ashley emocionada, haciendo que se distrajera y casi se cayera. Logró terminar su prueba a pesar de ser constantemente interrumpido por los gritos de la chica.

- Sr Motou- le habló la profesora mientras anotaba- por no haber hecho la prueba de natación y por distraerse con su “admiradora”, no tengo opción más que ponerle un 7 de calificación

- ok u.u- el peque caminó con desgane hasta sus amigos y se sentó a su lado- [[mejor sí hubiera dejado que el faraón hiciera esto por mí]]

- ¿Yugi, cómo le haces? Las tienes loquitas- le dijo en tono burlón Tristán, haciendo que el chibi bajara la mirada y se ruborizara

- sí, nos traes locos- le murmuró un chico al lado de él, poniendo su mano sobre su hombro. Atemu ya no pudo contenerse (N/A ya andaba enojado por lo de Ashley) y se apoderó del cuerpo de su hikari.

Tomó al chico por la muñeca y la torció hasta romperla. Cuando el chico trató de levantarse para huir, lo pateó en la espinilla y lo golpeó en el rostro. El chico quedó tendido sobre el piso, sosteniendo su muñeca y quejándose por el dolor; el chibi se le lanzó encima, pero varios de sus compañeros lo detuvieron por los brazos y lo alejaron de él. La profesora se acercó a la conmoción para ponerle fin.

- ¡¡¿¿SR YUGI QUÉ CREE QUE ESTÁ HACIENDO??!!- le gritó al verlo tan violento. En ese momento, Yugi volvió a tomar control de su cuerpo y se perturbó al ver qué había ocurrido       

- etto… yo- trató de disculparse, pero no supo cómo. Sabía que todo eso había sido causado por su yami y no podía argumentar nada para defenderse

- ¡¡usted y yo vamos a la dirección ahora!!- lo cogió del brazo y se dirigieron a la oficina del director

- *¿por qué hiciste eso?*- le reclamó al faraón, pero éste no le respondió. Ya no podía leer los pensamientos de su yami, él lograba bloquear su mente para que no lo hiciera; pero aún podía sentir sus emociones, parecía estar enojado, dando más crédito a lo que Shadi le había dicho.

*********************

La profesora le explicó al director lo sucedido y luego se retiró. Yugi estaba muy nervioso, no sabía qué iba a decir para defenderse.

- Sr Motou, me sorprende de usted- le dijo mirándolo fijamente- ¿me puede explicar qué sucedió?

- es que… él empezó- fue lo único que se le ocurrió

- si estaba siendo molestado debió decirle a su profesora; en un futuro evite hacer justicia por su cuenta.

- sí director

- y para que le quede bien claro, además de pagar los gastos médicos de su compañero también le avisaré a su abuelo lo que hizo; él deberá darle un castigo más apropiado- marcó el teléfono de la casa del peque, quien se puso aún más nervioso.

Mientras, Atemu se sentía algo culpable de causarle problemas a su hikari; pero estaba más que satisfecho, no sólo le había advertido a ese chico que no tocara a su Yugi, sino que tal vez evitaría que Yugi fuese a esa fiesta…

Continued…  

 


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