Cap VII. Misfortune ·:Desgracia:·
- y para que le quede bien claro, además de pagar los gastos médicos de su compañero también le avisaré a su abuelo lo que hizo; él deberá darle un castigo más apropiado- marcó el teléfono de la casa del peque, quien se puso aún más nervioso. Mientras, Atemu estaba más que satisfecho, no sólo le había advertido a ese chico que no tocara a su hikari, sino que tal vez evitaría que Yugi fuese a esa fiesta…- buenas tardes Sr Motou, ¿podría venir a la institución en este momento? Quiero hablarle sobre su nieto…
- [[estoy muerto, bien muerto]]- se decía Yugi a sí mismo al oír la conversación
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Una hora después, llegó el abuelo de Yugi y fue hacia la dirección del plantel. El director le invitó a tomar asiento al lado de su nieto, quien evitaba mirarlo y fijaba su vista en el suelo, como si fuera lo más importante en ese momento. Momentos después entró un joven con la muñeca enyesada y con el brazo alzado por una tela que atravesaba su torso hasta llegar al hombro; un golpe en la mejilla derecha y cojeando un poco.
Al explicarle a Salomon el por qué estaba ese muchacho tan lastimado se sorprendió mucho y miró al peque, quien seguía con la mirada clavada al suelo. El tricolor se disculpó infinitas veces con su compañero, éste le decía que no era necesario, que había sido su culpa por provocarlo. Salomon no entendía cómo su nieto, siendo tan pacífico, había dejado así a un chico más físicamente grande y fuerte que él. Los adultos llegaron a un acuerdo, sería Yugi quien pagaría con dinero propio los gastos médicos de su compañero, además de ayudarlo en horas de clase. En la tarde, el chibi se fue junto con su abuelo a casa.
- ¿y a qué hora pasarán tus amigos por ti?- le preguntó su abuelo camino a casa, dejando sorprendido al peque y haciendo que frenara en seco- hoy es esa fiesta que tanto mencionaste ¿no?- le habló sonriente
- pe… pero… después de lo que hice, ¿aún así vas a dejarme ir?- preguntó Yugi aún atónito
- no le veo el caso de castigarte sin salir, siempre estás en casa metido en tu cuarto; (N/A a mí tampoco me hace efecto ese castigo XD) además, tu compañero dijo que fue culpa suya desde un principio
- sí, pero… de todas formas, no quiero ir- dijo melancólico. Tenía una gran responsabilidad moral. Y sabía que si iba a esa fiesta, su yami terminaría causando un alboroto.
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Ya por la tarde, como a eso de las 7pm, Tristán y Tea llegaron a la casa de los Motou para recoger a su amigo, ir por Joey después y finalmente a casa de Ashley. Tocaron el timbre, y pocos momentos después, abrió la puerta el abuelo del chibi.
- hola muchachos- saludó- lo siento, pero Yugi no va a ir con ustedes- sentenció el Sr Motou sin dejar que ellos hablaran primero
- por favor Sr Motou, deje que nos acompañe- suplicó la castaña juntando sus manos
- Damián dijo que había sido su culpa por provocarlo- profirió Tristán mirando al abuelo
- lo sé, ya le dije que puede ir, pero él no quiere… no hay nada que ustedes o yo podamos hacer- ambos chicos se miraron entre sí
- oiga, ¿nos deja ir a verlo? ¿Y si logramos convencerlo, lo dejaría ir?- preguntó entusiasmada la ojiazul
- por mí no hay problema…- se quitó del paso para que ambos pudieran entrar. Subieron las escaleras y tocaron la puerta del chibi, mas al no encontrar respuesta, entraron sin permiso
- Yugi, mejor vámonos o llegaremos tarde- le dijo Tristán mirando al peque bocabajo sobre su cama
- no amigos, vayan ustedes- respondió Yugi sin siquiera mirarlos
- vamos Yugi, no te pongas así. Fue un accidente- trató de animarlo Tea. El mencionado no respondió- ya sé, sólo haznos compañía un rato, bebe algo y luego regresas a casa ¿ne?- como sabía que no lo iban a dejar en paz hasta que diera un “sí”, decidió acompañarlos aunque sea unos momentos.
En el trayecto a casa de Joey, el peque comenzó a pensar que ir era una terrible idea, podía sentir el enfado de su yami, él no quería que viera a esa chica; estaba celoso y si no tenía cuidado, la noche acabaría en desgracia.
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Llegaron por fin a la mansión de Ashley. Era grandísima, con un gigantesco patio, una gran cochera, y en el traspatio, estaba una enorme piscina. Todos saludaron contentos, mientras que el chibi evitaba a la chica, no quería que resultase lastimada. Pero fue en vano, ya que se tropezó con Ashley frente a frente; y ella al verlo ahí, lo abrazó eufóricamente, hundiendo su rostro en sus pechos y haciendo que se sonrojara. Atemu estaba inundado de ira, sólo esperaba cualquier descuido de su hikari para encargarse de ella.
Una música muy pegajosa empezó a oírse, a lo que todos respondieron y comenzaron a bailar. El tricolor, entre la confusión, se alejó de Ashley para que ésta no corriera peligro. Tea empezó a bailar con un chico; y al ver lo bien que lo hacían, los demás se apartaron y formaron un círculo alrededor de ellos mientras les aplaudían. El faraón aprovechó eso y tomó el control del cuerpo de Yugi, dejando su alma inconciente dentro del rompecabezas. Justo cuando iba a ir a buscar a Ashley, ésta le habló por la espalda
- toma Yugi, te traje algo de beber- le dijo entregándole un vaso
···Gracias- respondió falsamente alegre para después dejar caer intencionalmente la bebida- lo siento
- no importa, hay más en la cocina ¿me acompañas?- el chibi asintió y se fue con ella, asegurándose que nadie se diese cuenta.
Ya en la cocina, Ashley sirvió un poco más de la bebida en otro vaso, mientras que el peque tomaba un cuchillo y un trapo del lugar y los guardaba entre sus ropas. La anfitriona le ofreció el vaso a Yugi, algo sonrojada.
···Gracias- volvió a decir- ¿por qué mejor no vamos a caminar?
- claro ^///^- respondió alegre la chica saliendo de la cocina. Yugi destruyó el vaso con las manos, lo arrojó a la basura (N/A era de plástico) y limpió sus manos con el trapo que llevaba.
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Atemu, quien seguía controlando el cuerpo de Yugi, se puso exactamente en el mismo lugar antes de tomar el control del cuerpo de su hikari, esperó un momento a que la melodía que sonaba repitiera la parte de la canción donde Yugi se había “quedado” (N/A era música electrónica, y ya saben cómo se repite esa música) y después regresó al rompecabezas, haciendo que chibi regresara casi a la misma escena donde se había visto interrumpido.
- [[qué raro, juraría que esta canción era más larga]]- pensó cuando la música concluyó y comenzó otra. El círculo se fue deshaciendo, reduciéndose a Tea, Tristán, Joey y Yugi- bailas bien Tea- la felicitó el peque
- n///n no es nada- dijo ruborizada la castaña
- no seas modesta Tea, de verdad lo haces muy bien- le dijo el rubio mirándola sonriente. En eso, se oyó un fuerte grito proveniente del traspatio.
Todos los invitados corrieron a ver qué pasaba. El grupo de Yugi fue el primero en llegar, puesto que estaban cerca; encontraron a una chica de rodillas junto a la piscina gritando aterrada y casi llorando. Al acercarse a ver, encontraron el cuerpo de la anfitriona flotando sobre el agua teñida de rojo.
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El cuello de Ashley fue cortado por el cuchillo de cocina que encontraron al vaciar la piscina. Pero nadie notó el trapo bañado de sangre que estaba en el cesto de basura, ingeniosamente escondido dentro de uno de los vasos desechables.
La policía interrogó a todos los invitados, uno por uno, pensando que alguno fue el causante o que por lo menos alguno pudo ver algo. Pero al final, nadie vio nada y el culpable de la muerte de Ashley no había dejado ni una sola pista; no pudo haber sido algo de ellos, el trabajo había sido demasiado perfecto como para que un adolescente lo hiciera. Llegaron a la conclusión de que alguien se había infiltrado a la fiesta a robar, y al ser descubierto por la chica, la asesinó, sin lograr robar nada; ¿pero a quién se le ocurriría robar en una casa infestada de gente?
Toda la clase de Ashley asistió al funeral, y entre ellos, se hallaba un chico de cabellos tricolor en punta completamente devastado; odiaba el hecho de saber quién la había asesinado y no poder decirlo…. Pero odiaba más el hecho de que todo eso fuera su culpa…
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Yugi llegó a su casa por la noche. Su abuelo le ofreció algo de cenar, pero se negó, estaba muy decaído y su fue a su cuarto; el Sr Motou comprendió lo que podía estar sintiendo y decidió no intervenir y dejar que su nieto se desahogara solo. El peque se cambió de ropa y se recostó a dormir, aún con lágrimas en sus ojos.
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Despertó sobre la cama que compartía con su yami. Éste entró muy feliz al cuarto, y al verlo así, el peque se bajó de la cama y fue a su lado para encarar al mayor.
- hola Yugi, ¿pasa algo?- preguntó el faraón sin desvanecer su sonrisa
- no preguntes si pasa algo, sabes perfectamente lo que pasa- profirió el chibi con ira, viéndolo de forma desafiante- no tenías por qué haber lastimado a Damián, y lo que es más importante… no debiste matar a Ashley…
- lo siento…- dijo cabizbajo el mayor y en tono más serio
- un “lo siento” no basta, ¿estás consiente de lo que hiciste? Lastimaste personas inocentes
- no quería perderte- su voz se hizo más susurrante y triste, lo que sorprendió al menor. Se quedaron en silencio un rato antes de que Yugi abrazara a su yami
- tonto, no vas a perderme. Sabes que al único que amo eres tú… prométeme que no vas a lastimar a nadie otra vez
- sólo yo puedo estar contigo…- lo abrazó también, haciendo que un escalofrío recorriera al menor, como si tuviera miedo- eres mío… sólo mío…
- si sigues lastimando a otros… yo… voy a donar el rompecabezas al museo, ya no lo usaré más- esas palabras hicieron que el faraón quedara perplejo. Podría ser el espíritu más fuerte del mundo, podría destruir ciudades enteras, podía incluso desaparecer todo rastro de humanidad… pero sin cuerpo propio dependía de Yugi para seguir existiendo… y si su hikari no usaba el rompecabezas desaparecería, y además nunca lo volvería a ver y serían separados por siempre.
- no…- exclamó el mayor abrazándolo aún más
- vamos a hacer un trato. Tú no le haces nada malo a nadie y yo…
- sólo si tú prometes que no te vas a fijar en nadie más
- está bien, lo prometo. ¿Y tú, me das tu palabra?
- sí, te lo prometo Yugi. No voy a herir a nadie- siguieron abrazados largo tiempo antes de irse a dormir
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El día siguiente transcurrió sin novedades. Y el lunes, en la clase de historia, había varios chicos rezando para pasar la segunda oportunidad que les había dado su profesor. Al entrar éste, llegó con su lista en la mano y se sentó en la silla tras el escritorio.
- muy bien jóvenes. Sé que están esperando sus resultados. Felicidades, todos lograron pasar la prueba, a excepción del joven Wheeler. Temo que no me queda más que reprobarlo.
- no profesor- se levantó Joey rápidamente de su asiento y fue al escritorio donde estaba- no me repruebe- suplicó de rodillas y al borde de las lágrimas- mi padre me dijo que si reprobaba tan sólo una materia ya no me iba a dejar estudiar… y tendría que trabajar… por favor, no puede hacerme esto…
- mmhh…- su excusa y su forma de decirla habían terminado por conmover al profesor- ok, le daré sólo una oportunidad más. El jueves le hago otro examen, pero si no pasa por lo menos con seis, va a reprobar la materia…
- está bien, gracias. Muchas gracias- exclamó agradecido el rubio
- ah, le voy a dar una ayudadita más. Joven Motou, ya que usted obtuvo un 10 perfecto en el examen ¿le molestaría ayudar a su amigo?- el peque no supo qué decir, y es que él no había hecho tal prueba…
Continued…