Pareja 1
Anna tenía la costumbre de molestar a su hermano desde muy temprano... Y esta vez no era la excepción...
-¿Oye rojito? -Preguntó la chica mientras jugueteaba con las almohadas del otro.
-¿Ahora que Anna? -Preguntó un poco fastidiado.
-¿A Sora le gustan mucho los pasteles de mora no es así? -El pelirrojo la vio con molestia... Bueno harían lo mismo si mataran sus "5 min. Más antes de ir a la escuela."
-¿Enserio? ¿Me despertaste para eso? -La mayor puso cara de cachorro con frio... Y aunque Yuki le encantaría decir que ese rostro no le conmovía... Eso no era verdad- Si… Es adicto a esas cosas... ¿Por qué?
-No, por nada *Sonríe*... Sora debe saber muy dulce entonces -Eso provocó que el joven pelirrojo se sobresaltara bastante.
-¡¿Qué?!
-Si... Supongo que debe saber a eso... A moras... -Dijo la chica pensativamente.
Aún después de que la joven modelo saliera de su habitación esas palabras no salían de su cabeza... Y no sabía por qué (La verdad si sabía pero no quería decirlo)
Moras... ¿El sabor de Sora es de moras?... Seguramente era más dulce que eso... Se la pasaba comiendo pasteles rellenos de mora, pero el sabor de los panes era distinto... Tal vez sabía a pastel de moras... Recordó que cuando el pequeño le regalo uno era de chocolate... Y dijo que era su favorito… Tal vez sabía así de dulce...
-¡¡¡Ahhhh!!! *Sacude la cabeza* ¡¡Pero qué pasa contigo!! -Se gritó Yuki a sí mismo- ¡¡¡Qué cosas piensas!!! -Caminó lo que restaba para llegar al salón y abrió la puerta de este cansado- "¿Pero qué le pasa?”
Sora miraba la ventana de una forma extraña... Como cuando quieres ser discreto... Y no puedes...
-Buenos días lagartija -Saludó tratando de ver que le pasaba al moreno.
-Oh Yuki... ¡Pero que sorpresa! -Dijo el más bajo con una actuación peor a la de una actriz de novela barata.
-Estudio aquí genio...
-¡Oh, es cierto! *Risa nerviosa* -El más alto le lanzó una mirada entre asesina e impaciente que provocó que Sora tuviera que hablar- *Suspiro* Toma -El menor le había entregado un peluche de un tamaño pequeño.
-¿Y esto? -Preguntó Yuki sorprendido.
-Ehm... Pues... Es en agradecimiento por todo lo que gastaste en mi ayer... No tenía dinero...
-¿Y decidiste hacerme un peluche? -Le preguntó el pelirrojo divertido.
-Eh... Si~ -Yuki analizó el regalo detalladamente... Y nunca le encontró forma... Era como una fusión rara de ratón, dragón, rana, ave, oso... Algo que el mundo jamás debió haber visto...
-Y... *Sujetando el peluche* ¿Qué se supone que es? -Preguntó aguantándose la risa... Lo que traía en manos era fácilmente confundido con algo extraterrestre.
-Ah... No sé -Respondió apenado el moreno- Miyuki me dio indicaciones por teléfono y traté de seguirlas... Pero no sé qué pasó y salió eso -dijo señalando el "animal". Eso enterneció a Yuki, el menor había pasado la noche creando a ese ser tan raro para él.
-Gracias doctor Frankenstein- Le acarició la cabeza varias veces ganándose un tierno sonrojo por parte del menor.
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Y no podía concentrarse... El pelirrojo había intentado de todo para ver hacia enfrente y tratar de comprender lo que decía el profesor... Pero simplemente no podía... Anna sería la culpable de que reprobara ¿Por qué? Fácil... Moras... Solo podía pensar en ello, en dulces, dulces moras.
-"Estúpida Anna"-Yuki tamborileaba su pequeño escritorio con los dedos.
Lo peor del caso es que el otaku no ayudaba mucho a que esos pensamientos se borraran del otro, y menos cuando como si de contrabando se tratase comía un trozo de esos pasteles de los cuales era adicto, o peor aun cuando se vio descubierto por el pelirrojo y este solo le sonrió y colocó su dedo sobre sus propios labios.
Así que por su salud mental (Y su deteriorado autocontrol) salió huyendo del otro con la excusa que salva tantas personas como el botón de borrar historial... El baño.
……
Así que ahí se encontraba el moreno sentado en su asiento (Matt y Tomoyo tuvieron trabajo en el club de teatro) Y todo habría sido muy tranquilo hasta que...
-Oh.... Miren nada más.
-Miren quien se quedó solito -Dijo Aya acercándose con las otras.
-Oye Sora... -Dijo Kohana fingiendo interés- Estábamos preguntándonos... ¿Tu padre te abandono antes de morir no es verdad?
-¿Qué? -Esas payasas le molestaban bastante... Y ahora venían con esto.
-Bueno... Es que escuchamos por ahí que tu padre los dejo dos meses antes de morir...
-Eso… no… te… interesa… -Soltó Sora poco a poco y alargando las palabras.
-Tranquilo... Es decir... Yo no lo habría culpado, también habría huido si tuviera un hijo como tú -Dijo Aya con una enorme sonrisa en el rostro.
-"Vamos Sora, no les prestes atención"
-Estoy de acuerdo con Aya -Dijo Nina alegremente- ¿Quién quiere a un hijo tan extraño? ¡Seguramente ni le dolió dejarlo!
-"Sora... Tranquilo... Son solo palabras idiotas de chicas idiotas..." -El moreno apretaba sus puños mientras veía hacia la ventana.
-Tal vez... No eras un buen hijo... Por eso te dejo... -Ni siquiera supo quién de las tres hablaba... Lo que era evidente eran los nudillos blancos del pequeño de lo mucho que los apretaba.
-Un ser humano demasiado inútil -Ya soltaban las palabras con saña y burla... Ya no se detenían.
-¿Qué se siente que ni tu propio padre te quiera? Ni siquiera un ser que fue creado para amarte.
-Además... ¡¿Qué no volvió cuando estaba ya muy enfermo?! ¿Lo ves? No sirves a menos que alguien este agonizando.
-Pero siempre sonríes... ¿Por qué Sora? ¿Eres tan insensible? ¿No te dolió su partida?...
-Solo eres un miserable raro e insensible... No tienes nada especial... Eres una persona diseñada para que no te amen...
-O acaso... ¿Te alegro que muriera? ¿Es eso asquerosa lagartija?
-Basta -dijo el moreno tratando de no golpearlas.
-Oh... ¿El mocoso va a llorar? -Dijo Aya riendo fuertemente.
-¿No estás muy grande para eso?
-"¡¿Llorar?!" -No dijo nada más, solo abrió grande los ojos, ni siquiera había notado que de la rabia las lágrimas habían salido solas.
-Oh... Tal vez no sea un insensible... Pero si un debilucho...
-Un debilucho muy idiota...
………..
Pero cuando Yuki regreso al salón, no había otaku por quien distraerse.
-¡¡¡Yuki!!! -Lloriqueó Tomoyo al verlo entrar mientras corría hacia el desesperadamente junto a Matt.
-¿Qué? -Le preguntó un tanto temeroso (Eso pasa cuando eres fujoshi y traumas a todos).
-¡No encuentro a Sora! -Le decía impaciente la peliazul- ¡¿No estaba contigo?!
-¿Conmigo? No, no lo he visto desde que comenzó el almuerzo.
-Yuki, no lo encontramos por ningún lado -Decía Matt.
-Esperen... Ehm Tomoyo cuida mis cosas -El pelirrojo salió corriendo del aula buscando al más pequeño- "¡¿Lagartija donde rayos te metiste?!" -Recorrió toda la escuela y no había rastro alguno de Sora, ya se había olvidado de las clases y de que un tiempo atrás Wreack le había advertido que lo castigaría si faltaba a clases una vez más (Lograba evitar las sanciones debido a sus calificaciones tan altas), simplemente no estaba, lo peor fue que su esperanza había recaído en el techo de la escuela, subió apresuradamente las escaleras y sintió su corazón saltar cuando no lo encontró ahí.
-"Estúpido otaku... ¿Te tragó la tierra?" -Dijo mientras hacía su cabello hacia atrás en símbolo de nerviosismo.
Ya le había llamado 26 veces y seguía sin responder.
Decidió buscarlo fuera de la escuela y casi se rompe una pierna saltando el muro (todo por imprudente). Su plan era revisar el camino hacia su casa... Y pudo escuchar los ángeles cantar cuando diviso una pequeña figura sentada en una de las bancas del parque.
Tocó nervioso el hombro de la persona creyendo que tal vez se había equivocado.
-¡¿Yuki?! ¡¿Qué estás haciendo aquí?! -Parecían más reclamos que preguntas... Pero eso no le importo al otro al ver a Sora con las mejillas empapadas en lágrimas.
-¿Por qué lloras? -La voz de Yuki parecía molesta.
-¡¡No estoy llorando!! ¡¿Ahora déjame quieres?! -Se dispuso a caminar cuando notó que el pelirrojo lo tomaba de la manga del uniforme- ¡¿Qué haces?! ¡¡Suéltame!! -forrajeaba con el otro.
-Pregunté que por qué llorabas -Decía molesto el más alto, ya había descubierto algo que odiaba... Qué se metieran con Sora.
-¡¡Dije que me sueltes Yuki!! -El día no estaba apto para ir al parque en esa ocasión, el cielo estaba a punto de estallar en lluvia, por lo que no muchos contemplaron la escena.
-¡¿Qué carajo te sucede?! -gritó mientras tomaba al pequeño de los hombros.
Hasta que... Como si de lluvia se tratase... Sora estalló.
-Dime... -Susurró el moreno con la cabeza gacha.
-¿Qué? -Yuki ni siquiera había podido escuchar al pequeño de lo bajo de su voz.
-¡Dime! Yo... ¿Soy tan desagradable? -Las lágrimas apenas salían de los orbes grises de Sora.
-¿Por qué dices eso?
-Yo... Yo lo perdoné...Yuki, cuando mi padre enfermó yo lo perdone por abandonarme, ¿Por qué tenía que irse? -El pelirrojo no sabía qué hacer, tenía entre manos a un Sora que lloraba y comenzaba a temblar- Sé que no soy una persona magnifica... Pero... ¿No merezco algo? ¿Será mucho que se queden conmigo? Yo... No pido mucho... Pero ya no quiero que me abandonen -Sintió como el más alto lo sostenía entre sus brazos, con tanta fuerza que le estaba costando respirar.
-Eres... Eres un idiota -Yuki levantaba un poco al más bajo mientras lo acercaba más a él comprobando nuevamente que el otaku tenía uno de los aromas más dulces que había podido apreciar.
-¿Qué? Ehm... Yuki no puedo respirar -Intentó alejar al pelirrojo suavemente y solo logró que el otro reforzara el abrazo.
-Entonces no te dejare respirar... ¿Pides que no te abandonen no? Pues... Acabas de pedirlo a la persona equivocada grandísimo idiota... Así que te lo advierto... No podrás deshacerte de mi de ninguna manera... ¿Entiendes? -Notó como el pequeño debajo suyo agachaba la cabeza y respondía el abrazo de forma totalmente muda.
Tener a ese otaku en brazos era algo extraño, algo detonante, y Yuki podría jurar que en esos momentos arrebatar a el pequeño de él era algo imposible.
Acomodó su rostro en la curvatura del moreno notando como este se tensaba un poco y eso le había parecido demasiado adorable.
Se había repetido "Autocontrol" hasta el cansancio... Fue una lástima que esa simple palabra se nublara al notar lo suave que era ese chico... Es más... Si vendieran perfumes con el aroma de ese otaku seguramente Yuki los compraría todos.
En cuanto al menor... Él era un lio (Como siempre) Yuki tenía una respiración cálida y tranquila que chocaba con su cuello y ahora sus manos temblaban más que nunca.
-Estaba por infartarme cuando decidiste ser fugitivo -Dijo tranquilamente el pelirrojo.
-Yo... Ehm lamento eso... -Era una fortuna que el otro no viera su rostro en esos momentos... Pensaba intranquilamente Sora... Pero como siempre al destino le gusta llevarnos la contraria...
Aun con el otaku en brazos y la palabra "Autocontrol" desvanecida miró al otaku fijamente...Tenía los ojos acuosos y las mejillas totalmente sonrojadas...Era inevitable, además de que si aguantaba un poco más juraría que se convertiría en una bomba de tiempo.
A Sora no le dio tiempo de procesar lo que pasaba cuando Yuki acortó la distancia que quedaba y lo besó, solo percibió vagamente cuando su vista se nubló de pronto... Eso... No se lo esperaba para nada... Mientras el pelirrojo ya no estaba en el planeta Tierra, si hubiera apostado con Anna, con toda la alegría del universo pagaría cada centavo uno a uno, ella tenía razón... El chico sabía a moras, aún más dulces de lo que imaginaba, sin mencionar lo suaves que eran los labios del otaku... Aún así esperaba lo que sea... Golpes, gritos, insultos, incluso una demanda... Pero cuando sintió como unas manos se posaban sobre sus hombros tímidamente juró que estaba soñando. La respiración de Sora era por mucho más agitada que la de Yuki, pero aun así el momento era demasiado bueno como para que Sora se preocupara de su taquicardia repentina.
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Se encontraban a una distancia por demás prudente, ambos sentados en la misma banca donde el otaku había sido encontrado.
-Ehm... Y... ¿Las mochilas? -Preguntó Sora completamente rojo mientras veía lo que sea menos al chico junto a él.
-Ah... To... Tomoyo se encargara de eso... -dijo Yuki con voz perdida (Positivamente hablando).
-Oh... Genial... -Dijo el otro levantando el puño al aire- Ella es... Ehm... Bueno Matt es confiable –Mecía su cuerpo hacia adelante y atrás de forma cómica e inconsciente a la vez.
-Supongo... -Respondió el pelirrojo intentando distraerse con algo...- "Autocontrol autocontrol autocontrol"-Se repetía cuantiosas veces el pelirrojo a la vez que rogaba fuerzas sobrenaturales para no hacerle cosas pervertidas al pequeño otaku.
-¡¡¡Chicos!!! -Por primera vez la voz de Tomoyo se escuchó como la de un ser celestial- ¡¡Me alegra haberlos encontrado!! -Gritaba entusiasmadamente la fujoshi.
-Ah.... Gracias Tomoyo *Ríe nervioso* -Respondió Sora- Eh... Tu... ¿Tú tienes las mochilas?
-¡Por supuesto! Fue toda una odisea esconderlas del profesor *Les entrega las mochilas* Ehm... ¿Interrumpo? -Preguntó la peliazul con una enorme sonrisa.
-Na... Nada tú... Tú tranquila -Respondió nerviosamente el moreno.
-¡Ok! Uhm... ¿Sora te sientes bien? -Preguntó colocando una mano en la frente de Sora- Te ves muy rojo.
-Me siento bien... Gracias...
-Ahhh Sora -El menor giró hacia el mayor como si fuese un perrito ante su amo.
-Ahh... La foto... -La fujoshi sonreía grandemente ante la escena…
-¡Ahh que lindos!... Ne.. -Puso cara de súplica -¿Creen que yo pueda salir en la foto? -Sus nerviosismos eran adorables... Pero temía que se infartaran de último momento.
-Claro rarita... Tú también saldrás... -Dijo Yuki tratando de parecer tranquilo.
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Decidieron dejar a Sora en su casa y Yuki dejaría a Tomoyo de paso.
-¡Nos vemos mañana pequeño! -Se despedía la fujoshi mientras arreglaba la ropa de Sora.
-Sí, hasta mañana Nee-chan.
-Uhm... Me llamas por cualquier cosa... Eh bobo -Le dijo Yuki mientras acariciaba su cabello y acercaba el rostro al del menor.
-Cla... Claro -Temblaba al sentir el aliento del pelirrojo tan cerca.
-¡¡¡¡Ahhh!!!! –La fujoshi dio pequeños saltitos de alegría.
-Andando rara -Yuki tomó a una alegre Tomoyo del cuello de la blusa y la jaló como costal de papas.
........................(Comida para cachorros marca "Wan" Las Kukkis prefieren "Wan")………………
-Y.... ¡¡¡Aquí viene el beso!!! -Gritaba la psicóloga señalando la proyección en la pared.
-¡¡¡Ahhh!!! Oye Tomoyo... ¿No te castigarán por faltar a clases? -Preguntó la más pequeña a su hermana mayor.
-Vale la pena... Si no hubiera salido de clases nunca hubiera grabado el primer beso que se dan estos dos idiotas -Respondía alegremente la fujoshi- Además... Bien puedo justificar su falta. Ahora... ¡¡¡¡Pon de nuevo la grabación!!!!