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INTERNADO DE DONCELES por yesnightles

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Notas del capitulo:

Niñass lo siento tanto por no haber actualizado. T_T

Pero me fui de viaje y pareciera que me hubiera ido al polo sur. NO HABIA NADAAA DE INTERNET. T___T

En fin..aqui esta.. el cap. >.<

 

Lían había escuchado horrorizado las palabras de su maestro.

Sintió como Daniel se alejaba rápidamente de sus labios para mirar a la persona dueña de aquella voz mientras intentaba balbucear pequeñas excusas.

-¡Discúlpeme! Fue mi error. Pensé que estábamos solos – pudo por fin articular Daniel colocándose frente a aquel hombre que yacía mirándolo con el entrecejo fruncido.

-¡¿Cómo se atreve usted a besar los labios de un Doncel puro?! – grito Kira observándolo con aquellas irises grises que emanaban rabia.

-Maestro Kira discúlpeme. No sabía lo que estaba haciendo…fue...Yo – sollozaba Lían quien se había levantado y ahora se escondía tras la ancha espalda de su hombre.

-No lían. No te disculpo. Has profanado la única regla que debes cumplir en este internado. Me temo que tendré que hablar con el director sobre tu acción.

“internado” “regla” ¿Qué es este lugar? – pensaba cada vez mas confundido Daniel.

-No maestro Kira, se lo suplico. No diga nada. Ayúdeme por favor- Lían sollozaba bañando de lagrimas su hermoso rostro mientras se acercaba a Kira.

-Lían no llores, por favor – Daniel lo detuvo cogiéndolo de un brazo delicadamente – Aquí el único culpable soy yo y voy a tomar la responsabilidad de mi acción.

Daniel no sabía por que Lían se angustiaba tanto solo porque aquel hombre los había visto besarse. No lo entendía.

-Usted no entiende joven. Con el hecho de decir que va a tomar la responsabilidad de esto, no limpiara el cuerpo profanado de este Doncel. No es tan fácil como usted lo ve. – agrego Kira cruzándose de brazos mientras observaba al marino

-¿Cuerpo profanado? ¡Pero si yo solo lo bese! – Declaro exaltado – y lo bese porque lo amo.

 

Lían hipo reprimiendo un sollozo. ¿Había escuchado bien? Daniel había dicho… ¿Qué lo amaba?

Levanto aquellos ojos azules enjuagados de lágrimas para ver al marino y comprendió inmediatamente.

El también lo amaba.

No sabía como pero bastaba con el hecho de sentirse protegido a su lado. Sabía que mientras él este a su lado, no iba a dejar que nadie le  hiciera daño. Se sentía seguro y dispuesto a enfrentar al mundo si fuera necesario.

Daniel bajo la vista y vio aquellos grandes ojos azules mirándolo tiernamente.

Si, estaba seguro. Amaba a ese niño.

Delicadamente, Daniel bajo sus manos y buscando el calor de las de Lían las unió con las de él. El tener aquellas manos pequeñas de su amado lo hacían querer protegerlo hasta la muerte si fuera necesario.

 

Kira estaba observando todo ese accionar. Su corazón  ya no podía tolerar más y exploto de amor, literalmente.

-Mi niño, respóndeme ¿has encontrado el amor? – pregunto mirando fijamente a Lían. Quería estar seguro de su respuesta.

-No profesor. El amor me encontró a mí – susurro – ha sido un regalo de las diosas.

El maestro Kira no se contuvo mas y jalo a Lían entre sus brazos para estrujarlo fuertemente conmovido.

Daniel no podía entender lo que pasaba entre esos dos. De repente ¿aquel hombre abrazaba a su Lían luego de casi a verle causado la muerte de un susto?

-Lían mi niño tienes que volver. Si otro maestro te ve, créeme que no será tan comprensivo como este tonto – se señalo el mismo – Ve a tu dormitorio y espérame ahí. Tengo que tener una conversación con este jovencito – observo a Daniel.

-Pero…yo quiero estar con él… - balbució mirando a su maestro y luego a su amado – Daniel, dile que quieres que me quede…dile.

Daniel no sabía que responder. Miraba aquel rostro de su niño haciendo puchero para poder convencerlo.

-Lían entiende. Tengo que hablar a solas con el joven – ese fue Kira que alzo la voz  - Ve a tu dormitorio y espera – dicho esto ingreso a su estudio dispuesto a esperar a Daniel.

Lían no tuvo mas remedio que aceptar la orden y echando una mirada desolada a Daniel recogió su bolso y su muñeco dispuesto a  marcharse.

-Lían espera – Daniel corrió a lado de su amor y posicionándose atrás de él, abrasándolo, le susurro al oído – Te veré esta noche. Espérame despierto que voy a preguntar dónde queda tu dormitorio a aquel hombre. Te prometo que llegare por ti.

-Daniel, esperare por ti aunque no duerma en toda la noche – susurro. Las palabras que le había susurrado Daniel era música para sus oídos – Ven por mí.

-Iré. Lo prometo aunque busque por todo este catillo, llegare a ti – agrego cogiendo delicadamente aquel cabello rojizo de  su amado y llevándolo sobre el hombro de este para tener una vista de aquel hermoso perfil.

- Te esperare impaciente, mi amado – Lían giro su cabeza para ver aquellos ojos cafés y su vez entregándole sus labios.

Daniel los beso desde esa posición, encorvándose un poco para alcanzar a besarlos.

Lían se hundió de nuevo en aquella nube que lo transportaba a otra realidad cuando besaba a Daniel. Pego mas su cuerpo amoldándolo al de Daniel para tener mas contacto con este.

Daniel cogió su cintura con más ansias y lo estrujo para creerse el mismo que abrasaba a ese ser que tanto amaba. Podía oler con claridad el olor a rosas que desprendía Lían. Ese olor lo embargaba y lo emborrachaba de placer…

 

-¡Daniel hasta que hora quieres que espere aquí!

 

Aquel grito despertó de nuevo de su letargo a los dos amantes. Lían se separo rápidamente de su hombre.

-Vuelve, Daniel. Ya nos volveremos  a ver en la noche. – señalo alejándolo suavemente.

Daniel muy a su pesar dejo a su amante y cabizbajo ingreso al despacho de aquel hombre.

 

-----a88;-----

-Siéntate por favor y ponte cómodo – Kira yacía sentado en un sillón casi al ras del suelo que cabe señalar le quitaba seriedad al asunto.

Daniel observo su despacho y evito mostrar una sonrisa.

Su despacho era de un rosa pálido en todas las paredes. Tenía imágenes de bebes colgados a modo de cuadros en todas las paredes.

El joven se acerco lentamente a Kira que contenía el ceño fruncido mirándolo, nada acorde al ambiente en donde se encontraba. El maestro señalo que tome asiento en el sofá que yacía frente a él.

Tuvo que flexionar sus largas piernas para poder entrar en ese mueblecito que le fue indicado ya que era muy pequeño y  a su vez estaba muy al ras del suelo. Encogió sus piernas torpemente y se dispuso a escuchar a ese hombre.

-Bien. Te cite aquí porque el director me comunico que sea yo el que te diga las reglas de este lugar – aclaro en todo momento serio – Lo que yo te diga debes comunicar al resto de la tripulación ¿entendido?

Daniel asintió y Kira prosiguió.

-Ante todo este lugar no es un simple castillo, es un internado – hizo una pausa dramática – un internado para Donceles.

Daniel abrió los ojos sorprendido.

-He escuchado acerca de ellos pero en los  lugares  donde he estado, nunca había visto a uno.

-Bien pues ahora ya los viste y me atrevo a decir que incluso me dijiste que amas a uno – contraataco Kira a la defensiva.

- ¿¡Lían es un doncel!? – Pregunto agitadamente incapaz de realizar un movimiento brusco por la prisión de aquel mueblecito – No lo sabía.

-Ahora ya lo sabes. – Señalo – Tengo que decirte todo lo que concierne a un doncel ya que por lo visto no tienes ni idea de este tema – puso los ojos en blanco.

Daniel se acomodo en su sofá dispuesto a escuchar todo acerca de su amado.

-Para empezar un doncel es capaz de albergar vida en su interior – miro a Daniel y al ver la misma expresión de confusión dijo – Entiende, podemos tener hijos.

“hijos” es decir ¿pueden quedar embarazados? – pensó Daniel asombrado.

Al ver que Daniel no lo interrumpía, Kira prosiguió.

-Este internado esta para ese propósito. Evitar que tengan hijos a temprana edad. Le inculcamos a nuestros donceles el cuidar su virginidad, al menos hasta que sean maduros para poder elegir una pareja definitiva y por ende poder cuidar a sus niños hábilmente.

-Entiendo – Daniel lo entendía todo. No podía tener sexo con Lían al menos hasta que sea completamente maduro o eso pensaba.

-Me parece estupendo que lo entiendas porque eso también se aplica a Lían – aclaro alzando la voz – Lían es aun un niño ya que tiene 14 años, así que exijo que lo respetes. No voy a decir nada, solo por el hecho de que le tengo aprecio a él y no quiero problemas.

-No se preocupe. Voy a protegerlo y no me voy a sobrepasar con él – agrego alzando los hombros un poco decaído.

-Bien. Ahora exijo lo mismo para su tripulación. Quiero que respeten a los donceles del internado. Nada de observarlos, tocarlos o intentar hablar con ellos. Al primero que haga eso, todos ustedes pagaran la consecuencia que ya debe saber, sería el de desalojarlos del castillo – termino con severidad.

-Está bien. Me encargare de llevar su mensaje a mis compañeros. No se preocupe, seremos respetuosos en cuanto a sus alumnos – finalizo diciendo.

-Eso espero. Aunque no niego que estoy mas tranquilo con esa respuesta – dijo Kira esbozando una pequeña sonrisa – En cuanto a Lían, es un buen niño y si no digo nada es porque usted me brinda confianza. Solo espero que no lo haga sufrir, Daniel. Prométamelo – pidió Kira inclinándose hacia Daniel.

-No lo hare. Lo prometo por la memoria de mi sagrada madre. Lo amo y quiero vivir mi vida con el – Daniel nunca había estado tan seguro de decir aquellas palabras.

Kira sonrió cálidamente y ágilmente se puso de pie para despedirlo.

Daniel al ver tal acción intento hacer lo mismo pero no pudo. Había quedado atrapado en aquel mueblecito.

-Lo siento…no puedo parame – Daniel luchaba contra ese sofá – ayúdeme por favor.

-Valla es que eres un hombre enorme – Kira tomo uno de sus brazos para alzarlo – Listo.

 

Una vez liberado Daniel pudo por fin respirar tranquilo.

-Gracias. Este…yo quisiera hacerle una pregunta – buscaba las palabras adecuadas para conseguir su propósito - ¿Dónde nos quedaremos? Digo…la tripulación.

Era mejor despistarlo.

-¡Valla! Que tonto soy, no le dije donde se quedarían – Kira se llevo las manos al pecho asombrado de su despiste – Mire al pie de esta torre se encuentra un pasadizo por el lado izquierdo, camine por él y al finalizar llegara a un lugar donde se ubican varios cuartos, uno al lado del otro. Ese será su hogar temporal.

-Comprendo y dígame…los cuartos de los donceles están cerca de ellos – pregunto inocente – digo para advertir a mis compañeros que no vallan por esa ruta – se apresuro a agregar.

-Si se encuentran al lado derecho, pero por favor indíquele que no vallan por ahí ya que nuestros niños pueden asustarse de ver hombres caminar por sus ventanales.

Kira había caído en la trampa y había revelado la ubicación de los cuartos. Daniel estaba radiante pero se contuvo e intento despedirse de una manera formal.

-Está bien, yo les diré. Muchas gracias por confiar en mí y por su silencio en cuanto a Lían y yo. Me retiro – miro al doncel y se apresuro a caminar hacia la puerta del despacho.

-Cuídelo. Confió en usted.

 Una vez dicha estas palabras, Kira le correspondió el adiós que Daniel le hacía con la mano y prosiguió su su quehacer.

 

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Daniel llego apurado al lado de la tripulación y comunico todo lo dicho.

-¿Donceles? Y eso ¿Qué mierda es? – grito el capitán.

-Son hombres que pueden tener niños, señor – Daniel estaba un poco nervioso por contar aquello, ya que no sabía la reacción de su padre ante tan hecho.

-¿Niños? Pero ¡no son mujeres!…este mundo está cada vez mas loco – dijo restándole ya importancia y se dispuso a recoger sus objetos que habían sido desparramados en el césped – Bien señores, nos vamos.

Los tripulantes se dispusieron también recoger sus pertenencias y esperaron a que Daniel los guie al lugar en que dormirían.

-Es por aquí – Daniel iba a la cabeza de aquella tropa – Por favor no hagan ruido, no quieren que los donceles sepan que estamos aquí.

 

 

 

 

Caía el anochecer en el castillo. La penumbra nocturna bañaba de oscuridad los cielos de Markan. Era una noche propicia para ser testigo del amor de dos parejas ansiosas por encontrarse nuevamente.

Daniel yacía recostado en su lecho improvisado, rodeado de sus compañeros navegantes con quienes tenía que compartir ese lugar.

Estaba inquieto. Quería de una  vez salir a la oscuridad de la noche y encontrarse con su niño. Quería volver a tocarlo, a besarlo, contemplarlo.

Espero un tiempo mas, dando vueltas en sus sabanas, hasta que supo que todos ya estaban dormidos.

Daniel se irguió precavido de no causar ningún ruido, tomo su chaqueta y salió a la oscuridad en busca de su amado.

 

Ralá había escuchado todo el ruido ocasionado por Daniel. A decir verdad el también mantenía los ojos cerrados pero muy consiente de todo ruido a su alrededor.

El tonto de su amigo creía que no había ocasionado ruido alguno pero la verdad era lo contrario de ello.

Ralá con una leve sonrisa en sus labios se irguió de su lecho y emprendió él tambien la salida.

 

Notas finales:

ahoea si niñas creo que actualizare dentro de una semana quiza.! :)

dejenme saber si les gusto o no, ya saben por sus preciados reviews..(ayuda a motivar el corazon de esta pobre chica) xDDD

Saludos..<3


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