Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fuego redentor (Kaisoo) por KaisooShipperXo

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Me encanta este capítulo. Jongin es tan dulce asdfghjk :3

Como no actualizaba hace rato, hoy actualizo doble C= 

Jongin ya no se fue a verlo y Kyungsoo sentía la ausencia de su compañía, de su amistad. Darse cuenta de ello fue una sorpresa para él. No son muchas las personas que ayudan a alguien solo porque lo necesitan, sin que se lo hayan pedido. En los últimos tres días, cada vez que pensaba en Jongin, recordaba sus besos apasionados y la sensación de la piel del chico contra la suya además de sus grandes manos que lo habían acariciado con una perfecta combinación de fuerza y dulzura. El recuerdo lo excitaba cada vez que pensaba en ello a pesar de que no habían hecho otra cosa más que besarse y acariciarse un poco, pero había sido mucho más significativo que todas las mamadas y los manoseos anónimos puestos juntos. Sabía que lo mejor era mantenerse alejado de Jongin, sus sentimientos morirían con el tiempo y podría retornar a su vida de siempre. Pero, ¿Era eso lo que de verdad deseaba?

 

Kyungsoo era un buen bombero, esto lo sabía, pero no le agradaba a nadie en el escuadrón. Eso era poco más que seguro, y estaba claro por el hecho de que habían elegido enviar a Jongin para que lo visitara en el hospital. Los chicos siempre le habían cubierto la espalda durante las misiones, su apoyo no estaba en discusión, pero más allá de eso, no se habían hecho amigos y ahora comprendía por que mantenía a los otros a distancia. Era un idiota, justamente como Jongin había dicho. Había pasado los últimos tres días reflexionando y se había dado cuenta de que tenía mucho en común con su padre. Sentado en la sala de estar, Kyungsoo apagó la televisión y encendió la computadora y después de algunos intentos fallidos, logro averiguar donde vivía Jongin, decidió entonces tomar el coche e ir a ver si estaba en la casa.

 

Se detuvo a comprar algunas cervezas, siguió su camino, y una vez llegado a la calle principal de la ciudad, estacionó. Tocó el timbre de un apartamento situado encima de una tienda de antigüedades. Parecía que no había nadie en la casa y Kyungsoo se dispuso a marcharse cuando oyó el rumor de pasos que se acercaban a la puerta.

Jongin abrió la puerta y lo miró con el ceno fruncido antes de hacerse a un lado para dejarlo pasar.

 

-¿Qué estás haciendo aquí?

 

¿Qué estaba haciendo allí? ¿Qué pensaba que pasaría? Kyungsoo tragó saliva y Jongin empezó a subir las escaleras.

 

-Visto que ya estas aquí, ven arriba.- Kyungsoo lo siguió haciendo lo posible por no mirar el trasero de Jongin, pero no logró contenerse.

 

En la parte superior de las escaleras, abrió una puerta y Kyungsoo lo siguió hasta un pequeño apartamento que hacía parecer a Jongin aún más grande de lo que ya era, sobre todo cuando el chico tuvo que agachar la cabeza para pasar de una habitación a otra.

 

-Bonito lugar- dijo Kyungsoo, apoyando las cervezas sobre la pequeña mesa de la cocina.

 

-¿Qué es lo que quieres, Kyungsoo? Ahora ya te encuentras bien y en unos pocos días más podrás volver al trabajo. Ya no me necesitas.

 

-Yo...

 

-¿Qué pasa? ¿Tienes ropa para poner en la lavadora o necesitas que corte el césped? Es lo que yo era para ti, ¿no? El que te hacia los quehaceres. Está bien, te ayudé cuando tenías necesidad de ello, pero ya no más. La última vez que estuve en tu casa me hiciste entender perfectamente lo que sientes por mi.- Jongin se dirigió hacia la puerta y lo miró. -Justo a tiempo, ¿eh? Vi la forma en que me miraste cuando llegó tu padre. Como si yo no fuese siquiera una persona. ¿No pensaste en decirle a tu padre que era un amigo? ¡No! ¡Me miraste como si yo fuera mierda pegada a la suela de tu zapato! Bueno, no lo soy. Soy un ser humano como todos los demás. No debería haber esperado algo diferente, básicamente, tu tratas a todos como si fueran una mierda.

 

-No es cierto.

 

-Si, lo es. Eres un completo cretino. No me explico cómo he podido pensar otra cosa.- Jongin se acercó con pasos determinados al otro hombre que lo miraba.

 

De repente, para Kyungsoo fue importante comprender.

 

-¿Por qué te quedabas al principio?

 

-Por el bebé. Es a mí a quien le pasaste el niño. Pensé que aquel que pusiese en riesgo su propia vida para salvar a un niño no podía ser una mala persona. Pero estaba equivocado, eres un perfecto cretino. Ahora si no te importa, quisiera que te vayas del apartamento antes que deba desinfectar toda la casa.- Jongin abrió la puerta y Kyungsoo dio un paso hacia la salida, sintiéndose más miserable que nunca. Quizás su colega realmente había sentido simpatía por él y el había arruinado todo con una sola mirada.

 

-¡Ustedes, los que están bien metidos en el armario son todos iguales! Lo único que les preocupa es protegerse a ustedes mismos y a su precioso secreto- dijo Jongin con tono burlón y Kyungsoo sintió que empezaba a perder la paciencia. -No importa si para esconder lo que son, hacen daño a alguien.- Jongin se acercó a él, sus pasos pesados resonaron en la habitación; aferró a Kyungsoo por la camiseta. -¿Crees que ser gay te hace menos hombre? Bueno, te equivocas. ¡Ser honesto con uno mismo es lo que hace de ti un hombre! ¡Esconderte no hace otra cosa más que transformarte en un idiota!- Jongin soltó la presa y le dio un suave empujón, la irritación se había convertido en ira en Kyungsoo.

 

-No sabes lo que esto significa para mí, no sabes nada.- Kyungsoo le devolvió el empuje y se puso peligrosamente cerca de Jongin. -Tú crees que lo sabes todo, pero no sabes una mierda de mi o de mi vida.

 

-Oh no, ¿eh?- dijo el joven, y extendió un brazo hacia él. Kyungsoo se preparo para el golpe, en cambio, Jongin lo atrajo hacia él y lo besó con ímpetu. En un instante, la rabia se evaporó para dar paso a una ola de pasión y deseo que lo arrastró sin preaviso. Kyungsoo olvidó que estaban peleando mientras el otro hombre se abalanzaba sobre sus labios. Al igual que la ultima vez, el chico de inmediato tomo el control, pero esta vez el no permaneció pasivo y se puso a mordisquear el labio inferior de Jongin, quien hizo lo mismo antes de bloquear la cabeza de Kyungsoo con sus grandes manos y retomar la plena posesión de su boca. -Sé lo que quieres. Créeme, lo he leído en tus ojos y lo tienes escrito en todo el cuerpo.- Jongin volvió a besarlo con fuerza, casi como si estuviera desafiándolo a decir que no era así, que se equivocaba; y aunque Kyungsoo deseaba terriblemente que el otro se equivocara, sabía que no era así. El hombre de más edad ya

Estaba completamente erecto y vibrando en sus bóxers; le temblaban las piernas. Lo deseaba desesperadamente.

 

Jongin agarró el borde de la camiseta de Kyungsoo y se la sacó bruscamente, hizo lo mismo con la propia y la tiró al suelo antes de atraer sus cuerpos en un impetuoso abrazo. Kyungsoo nunca hubiera pensado que ser abrazado así lo pudiera excitar a tal punto. Jongin era tan grande y fuerte, se sentía seguro entre sus brazos, como si nada pudiera tocarlo. El más veterano esperaba que Jongin volviera a besarlo y lo hizo, pero no esperaba ciertamente ser levantado del suelo y ser llevado en brazos como un niño.

Había olvidado lo fuerte que era Jongin. El chico lo acostó en el sofá y Kyungsoo lo miró desde abajo mientras el otro deslizaba una pierna entre las suyas.

 

-¿Estás seguro de quererlo?- le preguntó. -Porque yo lo quiero.- Jongin parecía penetrar profundamente en su alma y Kyungsoo se movió avergonzado bajo su mirada ardiente. Asintió con la cabeza y los labios del chico volvieron a los suyos; el contacto le hizo arquear la espalda de placer y tuvo que aferrarse a los hombros de Jongin para mantener el equilibrio mientras este trataba de arrebatarle los pantalones, los botones saltaron por la presión de sus tirones. Sin muchos preliminares, el también se bajó los pantalones por las caderas y se puso en pie para quitarse los bóxers, permitiendo a Kyungsoo disfrutar de la vista de su pene largo y grueso.

 

El veterano se quedó sin palabras mientras veía al joven permanecer de pie frente a él.

 

-Te he imaginado desnudo muchas veces, pero no tenía idea de que fueras así- admitió y Jongin sonrió. Acabó de quitarse los pantalones mientras este permanecía mirándolo, sacudiendo la cabeza. De repente, Jongin lo agarró del brazo sano, e inclinándose hacia delante, cargo a Kyungsoo sobre sus hombros, en la posición de rescate.

 

-¿Qué estás haciendo?- Poco antes había sido levantado y tirado sobre un sofá y ahora que se encontraba boca abajo, con el trasero en el aire y una mano que lo acariciaba, su pene palpitaba por la excitación.

 

-Te llevo a la cama- explicó Jongin y poco después, Kyungsoo se encontró  sobre un colchón; el chico se le puso inmediatamente arriba, como había estado antes en el sofá, pero aquí era mucho mejor.

 

-¿Estuviste con muchos hombres?- le pregunto Jongin y Kyungsoo se encogió de hombros. Su colega pareció entender; su mirada se suavizo y acarició la frente del hombre que estaba debajo de él. Parecía tan dulce, sin embargo detrás de aquellos ojos rugía una fuerza que enloquecía a Kyungsoo. Abrió el cajón de la mesilla de noche y tomo aquello que necesitarían más tarde, luego volvió a la cama con un movimiento casi felino y Kyungsoo se preguntó como podía un hombre ser al mismo tiempo tan imponente y tan delicado.

 

El beso que Jongin le plantó sobre los labios fue tan intenso como para interrumpir cualquier pensamiento que tuviera en la cabeza y cuando se separaron para tomar aliento, afortunadamente Kyungsoo no fue presa de un ataque de tos. En lugar de eso, acarició el pecho de Jongin, bajo su piel suave y cálida sentía sacudirse músculos fuertes y definidos. Descendió lentamente con la mano acariciando el abdomen tan cincelado como para parecerse a un canon, hasta finalmente llegar a la meta, a lo que realmente deseaba: tomo entre sus manos el pene erecto de Jongin. Fue una sensación fantástica y Kyungsoo tuvo que tragar saliva, nervioso, asustado por su propio deseo. Su compañero se dio cuenta y se movió sobre la cama, acercando su erección a los labios de Kyungsoo.

 

-¿Es eso lo que quieres?- preguntó Jongin con voz ronca. Kyungsoo asintió con la cabeza, sus ojos desencajados mientras cerraba los labios para acoger al pene del otro. El primer sabor fue como ambrosia y quiso más de eso. Mientras succionaba, lo sintió deslizarse más profundo sobre su lengua; se quedó quieto cerrando los ojos y asintiendo con un movimiento arriba y abajo de la cabeza.

 

-Tan bueno, ahora succiona un poco- lo animaba Jongin y Kyungsoo trató de dar lo mejor. Le hubiera resultado imposible tomar el pene por completo, pero diablos, haría lo que fuera para tomar lo más posible.

 

Después de un tiempo, Jongin retiró suavemente su miembro de la boca de Kyungsoo y él se preguntó si había hecho algo mal. Sin embargo, Jongin se giró y se colocó sobre él, plantando sus rodillas a cada lado de la cabeza y bajo la cadera para permitir que lo recapturara en su boca. Mierda, Jongin era delicioso y, mientras lo chupaba, Kyungsoo le acaricio las nalgas, tan suaves como las de un niño. Jongin gemía en voz baja y había empezado a mover sus caderas en un ritmo lento.

 

-Tienes un buen sabor- murmuró Kyungsoo con el pene de Jongin en la boca y el chico gimió de placer antes de tomarlo a el también en la boca, succionando hasta la base en un movimiento fluido y decidido. Kyungsoo no tenía palabras para describir lo que le estaba haciendo ahí abajo. Sintió las manos de Jongin deslizarse por debajo hasta sus nalgas por lo que levanto sus caderas.

 

-Hace mucho que quería descubrir tu sabor- dijo Jongin antes de volver a succionar. Kyungsoo no estaba seguro de que pudiera durar mucho tiempo, sentir a Jongin en la boca, mientras este le hacía lo mismo, el contacto con su piel, su olor tan varonil y embriagador, su intenso sabor que escondía un ligero toque ahumado. Era demasiado, una sobrecarga sensorial que estaba por hacerlo entrar en cortocircuito; Kyungsoo sintió que estaba cerca del orgasmo. No quería venirse tan pronto, pero fue inevitable: lo que el chico le estaba haciendo no dejaba escapatoria.

Arqueándose en la cama, dejó que el pene de Jongin se le deslizara de la boca y se vino con un grito. Sintió que lo masturbaba con ritmo veloz, acompañando su orgasmo. Kyungsoo se derrumbó en la cama y sintió al otro cambiar de posición; cuando reabrió los ojos, Jongin estaba inclinado sobre él y le sonreía feliz.

 

-Lo lamento, me vine demasiado pronto.

 

Jongin sonrió con malicia.

 

-Eso fue solo el comienzo- dijo con una sonrisa antes de besarlo apasionadamente.

 

-Ah- dijo Kyungsoo, lleno de expectación.

 

-Si. Ahora te preparo y luego te follo hasta que no logres decir dos palabras seguidas.

 

Kyungsoo no estaba demasiado seguro de querer hacer eso pero antes de que pudiera decir nada, Jongin se colocó entre sus piernas y las levantó en el aire, dejando su culo a la vista. Kyungsoo se puso rígido ante la idea de que su compañero lo fuera a penetrar tan sin control, pero se equivoco; este enterró la cara entre sus nalgas y con su lengua fue a explorar la abertura del ano. El shock que la sorpresa le provoco lo llevó a tomar un respiro tan profundo que casi le provoco tos.

 

-¡Mierda!-  gritó y Jongin se rió entre dientes antes de mordisquearle la piel.

 

-¿Te gusta?- preguntó el más joven.

-Mierda, si. Dios, no te detengas, por favor- le suplicó Kyungsoo. Se había puesto duro otra vez y todo lo que Jongin le estaba haciendo allí abajo, le hacía girar la cabeza de placer. No había experimentado nada como eso en toda su vida. Antes, el sexo había sido simplemente una práctica anónima para obtener un poco de alivio. Pero ahora, con Jongin se sentía vivo y excitado, un sentimiento que había probado solamente cuando la adrenalina le fluía a lo loco por las venas durante una intervención para apagar un incendio.

 

Un dedo bien lubricado se abrió camino lentamente dentro de él y luego salió; Jongin, mientras tanto, nunca había parado de lamer. Luego, el dedo volvió a empujar contra su apertura y entro del todo. Inmediatamente después, un segundo dedo se unió al primero y Kyungsoo gimió:

 

-Me siento lleno.

 

-¿Quieres que me detenga?

 

-No, no, por favor no te detengas nunca.- Sollozó Kyungsoo mientras Jongin movía los dedos en su interior. Diablos, era una sensación increíble.

Finalmente, añadió un tercer dedo, extendiéndolo aun más.

 

-Respira regularmente- le sugirió con cuidado, casi con cariño. -Te haré sentir cosas fantásticas.- Kyungsoo murmuró un gruñido de asentimiento, mientras que Jongin abría y cerraba los dedos en su interior. -Voy a hacer que te sientas amado.- Por fin, retiro sus dedos y Kyungsoo dejó caer las piernas sobre la cama, tratando de no pensar en las últimas palabras que Jongin había pronunciado. -Date la vuelta, será más fácil de esa manera- dijo Jongin. Kyungsoo se extendió sobre su vientre ya sin aliento e inmediatamente después sintió el sonido de un envase de plástico que estaba siendo abierto. Jongin lo levanto suavemente por las caderas y coloco un almohadón debajo de él.

 

r13;Me detendré en cuanto me lo pidas- le susurró en su oreja antes de succionarla y Kyungsoo sintió la punta del pene de Jongin rozarle el ano.

 

Kyungsoo no estaba demasiado convencido, pero Jongin no se movió, permaneció inmóvil y continuo besándolo y acariciando su piel.

 

-¿Qué estás esperando?- le preguntó nervioso.

 

-Relájate- respondió Jongin contra sus labios. -A veces se necesita tiempo y paciencia para hacerlo bien.- Jongin le mordisqueó la oreja. -Siento la palpitación aquí detrás. Me desea y está esperando. Tú también lo sientes, ¿verdad? No ves la hora de tenerme dentro de ti, no puedes parar de estremecerte. Tienes la garganta seca y en cada respiración que das no puedes evitar gemir. Quieres que te folle, ¿verdad? Tu piel me dice eso- añadió Jongin mientras Kyungsoo arqueaba la espalda, el chico deslizó sus manos por el pecho de su amante, trazando pequeños círculos alrededor de sus pezones. -Incluso tus ojos me lo dicen.

 

Todo lo que Jongin había dicho era verdad. Kyungsoo sentía la adrenalina corriéndole por las venas. Todo su cuerpo anhelaba a Jongin y apenas podía contenerse de empujar contra él para instarlo a entrar.

 

-Te deseo- jadeó Kyungsoo fuera de control.

 

-¿Qué deseas? Dime que es lo que deseas- susurró Jongin, lamiendo la base de su cuello. -Dime todo lo que deseas.

 

-¿Todo?- preguntó Kyungsoo y sintió a Jongin moverse ligeramente hacia adelante, la presión sobre su apertura se hizo todavía más intensa pero aun no era suficiente. Su pene pulsaba y los músculos se tensaban en agitación.

 

-Si, todo. ¿Qué es lo que quieres realmente?

 

-No lo sé- admitió Kyungsoo, la voz se le atraganto en la garganta.

 

-¡Dilo!- Lo presiono Jongin. Su voz era baja, pero inmisericorde -¿Qué es realmente lo que deseas Do Kyungsoo?

 

-¿Ser amado? No lo sé.- Kyungsoo sacudió la cabeza sobre la almohada. -¡Fóllame! ¡Lo necesito!

 

Jongin empujó hacia adelante, la presión entre las nalgas de Kyungsoo se volvió insoportable y entonces, sintió a su cuerpo ceder y a Jongin entrar en él. La dilatación y el dolor eran bastante intensos, y no estaba seguro de poder soportarlos. Jongin lo llenaba hasta lo inverosímil. Después de un tiempo, sintió el glande dentro de sí y a Jongin que se detenía otra vez. Kyungsoo gritó debido al dolor que sus músculos estaban soportando; su cuerpo era presa de espasmos y la presión le estaba haciendo explotar la cabeza.

 

-Respira. Estoy dentro de ti, somos uno.

 

Los murmullos del tráfico fuera del apartamento se amortiguaron y desaparecieron a medida que Jongin se hundía en su interior. Realmente parecía que se hubiesen fusionado. Jongin empujaba cada vez más profundo hasta que Kyungsoo pudo sentir las caderas presionando contra sus nalgas. Entonces se detuvo y Kyungsoo enterró la cara en la almohada, mordiendo la tela mientras que las sensaciones de placer se abatían sobre él como en olas.

 

Finalmente, Jongin se movió y se deslizó lentamente hacia fuera; Kyungsoo gimió cuando el joven salió de el completamente, dejándolo con una extraña sensación de vacío y soledad.

 

-Por favor- fue todo lo que logro decir y Jongin lo apretó mas fuerte contra sí, rodeándolo en un abrazo mientras empujaba de nuevo, con una lentitud agonizante, en un solo movimiento. Cuando estuvo completamente dentro de él, Kyungsoo se estremeció.

 

-Estoy aquí- susurró Jongin en su oído. Kyungsoo podía sentir el enorme pecho presionar por detrás de él. Sentía el contacto de su piel a lo largo de la espalda y nalgas, hasta en las piernas. Kyungsoo estaba casi completamente cubierto por el cuerpo de Jongin, la sensación era increíble, se sentía como si nada ni nadie pudiera alcanzarlo.

 

-Estas a salvo. Puedes dejarte ir sin pensar demasiado en ello.- Entonces, Jongin salió de él y reingresó de una estocada profunda, la fuerza del golpe vibro en el interior de Kyungsoo.

 

-¡Jongin!- Kyungsoo grito cuando lo llenó; el pene del hombre se estaba frotando contra un punto dentro de él y la estimulación le hizo ver las estrellas.

 

-Lo sé. Esto es lo que te has estado perdiendo por no ser honesto contigo mismo.- Jongin continuó moviéndose hacia atrás y adelante, con empujes lentos pero profundos. -Es tu cuerpo diciéndote lo que desea.

 

Kyungsoo asintió y Jongin salió de él. Sintió el peso del hombre salirse de encima suyo. De pronto, Kyungsoo se encontró vuelto de espaldas contra el colchón, Jongin le levantó las rodillas y las empujó contra su pecho. Luego, entró en él otra vez de un solo golpe, con la mirada fija en sus ojos. Su expresión penetrante lo estremecía; Kyungsoo sentía una conmoción intensa cada vez que su amante empujaba en su interior.

 

-Puedo sentirte- murmuró Kyungsoo casi con un hilo de voz cuando Jongin, tras el enésimo empuje, se detuvo en su interior, inmóvil. Kyungsoo sintió el pene de Jongin palpitando dentro suyo.

 

-Yo también. Cada vez que tu corazón late, te siento pulsar a mi alrededor- dijo Jongin inclinándose hacia él para atrapar los labios de Kyungsoo en un beso tan intenso como para fundirle el alma. -Se siente maravilloso dentro de ti, ¿sabes? Cada vez que contraes los músculos, se hace un poco más difícil para mí el contenerme, pero no quiero hacerte daño.

 

-¿Esto es contenerse?- preguntó Kyungsoo casi sin aliento.

 

-Oh, sí.- Jongin comenzó a moverse nuevamente dentro de él pero ahora con embestidas profundas y fuertes. Con cada empuje, incrementaba la velocidad y la intensidad. La cama se balanceaba y Kyungsoo sentía la fuerza de su amante propagarse por todo su cuerpo.

Hasta ese momento Kyungsoo había mantenido los brazos extendidos a los costados de su cuerpo, pero pronto tuvo que aferrarse a los hombros de Jongin para mantenerse firme mientras salía y entraba de él a un ritmo cada vez mas sostenido, haciendo que el placer de Kyungsoo llegase a niveles sin precedentes. Jongin había cumplido realmente su promesa: ya no era capaz de formar un pensamiento coherente en su cabeza, solo estaba allí, con la boca abierta tratando de controlar su respiración, mientras las ondas de placer se abatían contra su cuerpo, haciéndole olvidar todo lo que no tuviera que ver con Jongin y con las increíbles sensaciones que estaba experimentando. A medida que su excitación crecía, Kyungsoo clavaba los dedos en los músculos del otro hombre para encontrar un punto de apoyo estable mientras sentía como se acercaba el orgasmo. En un primer momento, pensó que no iba a llegar nunca, pero justo en ese instante, las ondas de placer rompieron sobre ellos; Jongin echo la cabeza hacia atrás y se vino con un grito profundo que casi hizo temblar las paredes. Kyungsoo lo siguió, dejándose llevar completamente por su deseo hasta que ya no pudo contenerse.

 

 

 

 

 

 

                                                                               ***

 

 

 

 

 

Kyungsoo abrió los ojos y vio a Jongin inclinado sobre él.

 

-Hey, perdiste la conciencia durante unos segundos- le dijo el joven y Kyungsoo asintió lentamente. Jongin salió de él y ambos gimieron. -Vuelvo enseguida- dijo Jongin. Kyungsoo permaneció mirando el culo de Jongin balancearse mientras el chico iba hacia el baño. Regresó un momento más tarde con unas toallitas que uso para limpiar a Kyungsoo; luego las arrojo al suelo y volvió nuevamente a la cama, tumbándose detrás de Kyungsoo, abrazándolo.

 

-Wow. Nunca había...- comenzó Kyungsoo y Jongin lo acercó más a él, apoyando una mano en su vientre.

 

-Lo sé- dijo Jongin, y Kyungsoo sintió los labios del chico besarle el hombro. -Pero así es como debería ser siempre, y puedes hacerlo con alguien que te importe, tal vez con alguien que te guste y que sienta lo mismo por ti antes de que vayas a su cama.-  Jongin lo abrazó fuerte y Kyungsoo sintió que tenía razón. Cerró los ojos y se quedo dormido al instante, sintiéndose a gusto en el calor de los grandes brazos de Jongin.

 

 

 

 

                                                                           ***

 

 

 

No estaba seguro de cuánto tiempo había dormido, pero cuando se despertó, noto que la luz de la habitación era mucho menos intensa que antes. Una cosa que le golpeó casi de inmediato fue su erección. Estaba tan duro que casi le dolía, y Jongin detrás de él presionaba contra sus nalgas.

Volteando la cabeza hacia el otro lado, sintió como el muchacho se estiraba para que los dos se besaran larga y lentamente.

 

No existía ya la impaciencia y la fogosidad de antes, pero la intensidad era la misma. Jongin  jugueteaba con los labios de Kyungsoo, trazando perezosamente los contornos mientras con la otra mano tomaba un condón de la mesita de noche y se lo ponía para luego abrir las piernas de Kyungsoo y penetrarlo lentamente.

 

La sensación era familiar y placentera y Kyungsoo cerró los ojos. Jongin ingresó en su interior con facilidad, y luego deslizó la mano que había permanecido sobre el vientre mientras dormían, entre sus piernas, aferrando entre los dedos el miembro erecto de Kyungsoo.

 

-Así- dijo Jongin en voz baja. -Eres maravilloso.- Entonces comenzó a moverse lentamente hacia adelante y hacia atrás, mientras lo acariciaba al mismo ritmo y rozaba la punta de su pene con el pulgar. Kyungsoo comenzó inmediatamente a empujar contra su mano, usándolo como Jongin lo estaba usando a él. Las sensaciones que sentía eran abrumadoras y Kyungsoo gimió de placer.

 

-Despacio- dijo Jongin ralentizando el ritmo. -Quiero que sea verdaderamente especial para ti.

 

-Ya lo es- dijo Kyungsoo sin aliento.

 

-Lo sé, pero tenemos mucho tiempo. Ahora piensa en disfrutar el que estemos juntos. Hay algo intimo y especial en estar así, no es solo sexo, es el contacto, la cercanía.- Mantuvo sus embestidas en un ritmo lento y Kyungsoo sentía como el deseo crecía en el gradualmente y era una sensación maravillosa. De alguna manera, Jongin había entendido lo que deseaba y le daba justo lo suficiente para mantenerlo en el borde sin dejarlo nunca precipitarse. Mientras que entraba y salía del sin prisa, provocando que casi perdiera el sentido, el tiempo parecía tener vida propia. Jongin no aumentó la velocidad, pero lograba enloquecer Kyungsoo con su mano y su pene. Cada vez que Kyungsoo parecía acercarse al orgasmo, Jongin desaceleraba para luego retomar el ritmo. Kyungsoo mantuvo los ojos cerrados y dejó que Jongin tomara el control de todo, dejándose llevar por completo y confiándole su placer. Inmediatamente, el más veterano de los dos sintió como su excitación aumentaba por el simple hecho de que confiaba en el más joven.

 

-No resistiré mucho más tiempo- dijo Kyungsoo apretando los puños en las sábanas.

 

-Yo no quiero que lo hagas- le susurro Jongin al oído y estrechó con más fuerza la mano alrededor del pene de Kyungsoo. -Quiero que te vengas.- Intensificó el movimiento de la muñeca y Kyungsoo cerró los ojos mientras se venía, empujando contra Jongin para sentirlo mejor dentro de él; el movimiento sobresaltó al chico y sintió que se venía también el.

 

Cuando ambos se calmaron, Kyungsoo trató de recuperar el aliento mientras Jongin lo presionaba contra sí; sus cuerpos estaban todavía unidos.

Poco después, sintió el pene Jongin aflojarse y deslizarse fuera. Luego de haberse dado una limpieza rápidamente, Jongin mantuvo a Kyungsoo abrazado un poco más.

 

-Tengo que ir al cuartel en un par de horas- dijo Jongin, y Kyungsoo se sintió reconfortado por su tono triste. -Preferiría quedarme aquí contigo.- Permanecieron tumbados juntos un poco más, pero el joven bombero tenía que levantarse. Kyungsoo sabía que debía irse de allí, pero no era fácil. -Paso por tu casa después de mi turno, si te parece bien- dijo el chico sonriéndole.

 

-Sería fantástico- respondió Kyungsoo y él lo abrazó.

 

-Nos vemos mañana por la mañana.

 

Kyungsoo asintió con la cabeza y empezó a vestirse; se sentó en la cama mientras que Jongin se colocaba el uniforme después de haber limpiado todo.

 

-Te queda muy bien- dijo Kyungsoo, mientras que Jongin enlazaba los botones -¿Siempre has querido ser bombero?

 

-Desde que era un niño.

 

-Yo también. Mi padre no lo entiende y quiere que trabaje para él. -Odiaba incluso la sola idea de estar sentado en un escritorio todo el día.

 

-No sabe de ti, ¿verdad?- preguntó Jongin sentándose junto a él y Kyungsoo negó sacudió la cabeza.

 

-Trabaja en una agencia de intermediación cristiana. No sé si cree en algo más, aparte del dinero. Pero haría cualquier cosa para proteger su trabajo y tener un hijo gay no le haría ningún bien a su reputación.

 

-¿De qué tienes miedo?- preguntó Jongin dulcemente, tomándole de la mano.

 

-A que si se lo dijera, se negaría a tener nada que ver conmigo.- Kyungsoo miró a los ojos de Jongin. -No sabes lo que eso significa.- Kyungsoo se sintió infeliz solo con la idea de cómo su padre podría reaccionar. Sabía que lo excluiría de su vida para siempre si se enterara, y su padre era la única familia que tenía.

Notas finales:

Es la primera vez que leo en un fanfic que hagan el 69 xD 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).