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Fuego redentor (Kaisoo) por KaisooShipperXo

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El resto de la semana que precedió a la vuelta al trabajo de Kyungsoo fue un torbellino de sexo fabuloso, cenas juntos, veladas delante de la televisión y luego mas sexo. Ellos pasaron juntos cada minuto libre de Jongin. Lo que fue realmente una sorpresa para aquel, fue el hecho de que, aparte del sexo, el cual era genial, realmente le gustaba estar con Jongin y hablar de esto y aquello con él. Hacer las cosas más normales, como ver los partidos de futbol, tenía un sabor completamente diferente cuando podían hacerlas juntos; sentados en el sofá sin camisa, con Kyungsoo apoyando la cabeza sobre el hombro de Jongin. Por supuesto, nunca lograban terminar de ver todo el partido, pero eso no era problema realmente para ellos.

 

Ahora era el momento de que Kyungsoo volviera a la realidad. Se duchó, se vistió y preparo los medicamentos que debía llevar consigo, listo para ir a trabajar. No veía la hora, pero al mismo tiempo no sabía cómo seria. La experiencia en el hospital le había abierto los ojos sobre muchas cosas.

Una parte de él todavía estaba dolida y enojada por el comportamiento de sus compañeros, pero sabía que él también tenía mucha culpa. No sabía aun como lo haría, pero era algo que tendría que resolver. La semana pasada con Jongin le había hecho comprender que tan solitaria había sido su vida y ahora quería cambiar las cosas. Cerró la puerta con llave y respiró profundamente, poniendo a prueba sus pulmones, y estuvo feliz al constatar que su tos ahora ya había desaparecido casi por completo.

 

El viaje hasta la estación no era muy largo, pero Kyungsoo hizo una pausa en el camino, antes de llegar a su destino y aparcar el coche. Subió las escaleras que llevaban a la zona común y se preparó para afrontar lo que le esperase.

 

-Buen día, Chanyeol.- Kyungsoo sonrió al colega más veterano que él al encontrárselo en la escalera.

 

-Kyungsoo- saludó Chanyeol mientras continuaba bajando las escaleras. –Bienvenido- dijo sin demasiado entusiasmo.

 

-Gracias- respondió Kyungsoo fingiendo no notar el tono del otro. -¿Como esta tu hija? Se está haciendo más grande, apuesto.- Seis meses antes, Chanyeol y su esposa habían tenido una niña, un evento que Kyungsoo había prácticamente pasado por alto.

Chanyeol se detuvo y se dio la vuelta.

 

-Está bien. Gatea y ya está tratando de ponerse de pie, pero sin mucho éxito.- La sombra de una sonrisa se dibujo en el rostro de Chanyeol, luego el hombre se volvió y siguió su camino. Kyungsoo llegó a la sala y entró, la televisión ya estaba encendida y algunos de los muchachos estaban preparando el desayuno mientras otros charlaban. La conversación se interrumpió tan pronto como Kyungsoo puso los pies en la habitación y la tensión fue palpable. Alguien se negó a mirarlo a la cara.

 

-Buenos días- dijo Kyungsoo al pequeño grupo de hombres antes de depositar el paquete que tenía entre las manos sobre el mostrador. -Traje rollos de canela- Aquellos de la pastelería Jones Baker eran los mejores del mundo y nunca faltaban en la estación. Kyungsoo abrió el paquete y sacó la caja, acomodándola sobre la mesa antes de ir a la oficina del capitán. La puerta estaba abierta, pero Kyungsoo llamó de todos modos.

 

-Buenos días, capitán- dijo Kyungsoo, sonriendo. El capitán SooMan le sonrió a su vez he hizo una señal de asentimiento con la cabeza, sin dejar de hablar por teléfono. Seguramente hablarían mas tarde y Kyungsoo volvió a la sala común. -¿Necesitas una  mano?-  le preguntó a Kim Jongdae, el cocinero del grupo. Jongdae era bombero desde hacía una vida, había visto de todo y era también un fantástico cocinero.

 

Jongdae lo miró como si fuese un monstruo de tres cabezas; Kyungsoo nunca se había ofrecido para hacerse cargo de la cocina. Su padre siempre le decía que era un trabajo para mujeres, y después de la muerte de su madre, ninguno de los dos, rara vez había comido en casa, excepto cuando habían podido arreglarse con comida precocinada para calentar en el microondas. A Jongin, en cambio, le encantaba cocinar y junto a él, Kyungsoo había descubierto que estar en la cocina era divertido.

 

-Tengo que hacer huevos revueltos- dijo Jongdae. Kyungsoo pensó que era capaz de romper los huevos, por lo que tomo el bol que Jongdae estaba ofreciendo. Se las arregló para romper los primeros dos huevos sobre el borde, pero el contenido término más en el mostrador en el tazón.

Finalmente, en el tercer huevo Kyungsoo parecía haberle agarrado la mano y logró romper una veintena de huevos, Jongdae tomó el bol y le ofreció un trapo para limpiar el desastre sobre el mostrador.

 

-Ahora entiendo por qué ordenas siempre comida de fuera cuando es tu turno en la cocina- dijo Jongdae sonriendo.

 

-Lo lamento- respondió Kyungsoo.

 

-Tranquilo- replicó el otro, y comenzó a batir los huevos antes de verterlos en una sartén. Kyungsoo se giró y vio que todos los ojos que estaban sobre él, desviaron la vista y la fijaron en la televisión. Kyungsoo suspiró y salió de la habitación. Llegó al garaje para echar un vistazo a los vehículos.

 

Nada había cambiado, un grupo de hombres estaban extendiendo las mangueras de los hidrantes para permitir que se secaran. Kyungsoo tomó una de ellas y ayudo a Chanyeol a colgarla. No hablaron mucho y estaba bien así, ya que a Kyungsoo le bastaba con tener algo para hacer. Nunca había notado cuan desagradable era la situación. Antes del accidente todo le parecía normal, sabía que las cosas no siempre iban a estar bien en la

Estación, pero no había nunca pensado que tal vez el problema fuese el al exigir a los demás que se empeñaran mas.

 

-Gracias por la ayuda- dijo Chanyeol cuando terminaron mientras se encaminaba hacia el interior para desayunar. Kyungsoo se puso a vagar entre los vehículos.

 

-Ven a agarrar un rollo de canela antes de que se los terminen todos- le dijo Kim Minseok con la boca llena desde la entrada. -Se hace extraño volver al trabajo, ¿eh?- comentó Minseok mientras subían las escaleras.

 

-Un poco. Más que nada porque la ausencia fue larga y estuve mucho tiempo solo- respondió Kyungsoo y Minseok se detuvo, girándose hacia él, parecía que quisiera decir algo, pero luego negó con la cabeza y retomó el ascenso.

 

Kyungsoo llegó a la sala común y se sentó en su lugar habitual, pero todo le pareció diferente. Había estado esperando con ansias el momento de regresar a trabajar y ahora se sentía extraño e incomodo. La conversación alrededor de la mesa se llevaba adelante como siempre, pero Kyungsoo no se sentía parte del grupo. Siempre había creído que sus compañeros eran sus amigos, y cuando los sacaba de quicio y era estricto con ellos, creía de verdad estar dando lo mejor al grupo; pero ahora se daba cuenta de no había hecho otra cosa más que criticar y que a veces había sido injusto y cruel con ellos. No fue una sorpresa descubrir que a nadie le agradaba.

 

-Gracias de nuevo por lo de antes, Kyungsoo- dijo Chanyeol desde el otro lado de la mesa.

 

-Ni lo menciones- respondió Kyungsoo. Los hombres se pasaron la comida, Kyungsoo tomó un poco pero no tenía mucha hambre. Se preguntó si debía decir algo, pero luego decidió permanecer allí en silencio. Las acciones hablan más que las palabras, y el siempre había sido un hombre de acción, por lo que decidió ser paciente y esperar a que los demás se dieran cuenta de sus esfuerzos.

 

-¿Estas en servicio limitado?- preguntó Minseok y Kyungsoo asintió.

 

-Nada de incendios hasta que el doctor no me haya dado el permiso, por eso voy a tratar de ayudar en todo lo posible aquí sin crear problemas a nadie. Espero que no tome mucho tiempo el volver a la acción, incluso si el último incendio me jugó una mala broma a pesar del equipo de respiración autónomo.

 

-Fue uno de los incendios más grandes que he visto en los últimos tiempos; el que te las arreglaras para sacar fuera de allí al bebé con vida, fue un milagro- dijo Chanyeol antes de volver a comer. Después de haber tragado el bocado, Chanyeol dejó caer el tenedor en el plato. -Es ridículo-  Luego miró a Kyungsoo con una extraña expresión en los ojos. -Te debemos una disculpa. No deberíamos haber mandado al muchacho nuevo a verte al hospital después del accidente, deberíamos haber ido nosotros. Somos hermanos y debemos apoyarnos los unos a los otros, y no solo en el trabajo.- Los otros asintieron con la cabeza y tenían la misma expresión de embarazo en el rostro.

 

-Sé que he sido un dolor en el culo...- Kyungsoo comenzó.

 

-Sabes cómo ser un grandísimo imbécil cuando quieres- interrumpió el capitán sentándose a la mesa. -Pero no es excusa para nuestro comportamiento, incluido el mío. Somos un escuadrón y tenemos que comportarnos como tal.- El capitán SooMan miró a Kyungsoo directamente a los ojos. -Eso significa que tenemos que darnos ayuda recíproca y socorrernos mutuamente, pero significa también no mortificar a los otros, bromeando a su costa o compitiendo a “quien trabaja más duramente”. Todos aquí tenemos nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades; todos tenemos que estar del mismo lado. No es por casualidad que somos el escuadrón de bomberos más antiguo de Seoul. Ahora terminen de comer, tenemos trabajo que hacer.- El capitán salió y los hombres terminaron su desayuno a prisa antes de prepararse. Kyungsoo se quedó para ayudar a limpiar la cocina antes de bajar a la planta inferior.

Algunos colegas estaban lavando los vehículos y el se unió a ellos.

 

Uno de los voluntarios más jóvenes que estaba manejando la manguera golpeó a Kyungsoo en pleno culo con el chorro de agua y cuando este le dirigió una mirada feroz, el muchacho dio un paso atrás. La primera reacción de Kyungsoo fue gritar contra él y decirle que tuviera más cuidado, pero el chico no lo había hecho a propósito, así que Kyungsoo le

Sonrió y volvió a su trabajo.

 

-¿Es verdad lo que dicen, que estuviste a punto de morir por salvar a un niño?- preguntó el joven acercándose para lavar la parte trasera del camión.

 

-Creo que si- respondió a... Sehun. Le tomó unos segundos recordar el nombre del chico. -A decir verdad, no recuerdo mucho lo que pasó. Hacia el final no estaba muy lúcido, creo que actué por instinto. No soy un héroe si eso es lo que me estas preguntando. Solo he cumplido con mi deber.- Kyungsoo sonrió al chico y volvió a su trabajo.

 

La sirena comenzó a sonar y todo el mundo empezó a correr de aquí para allá, atareados. Los hidrantes se colocaron en los vehículos y los hombres se pusieron sus trajes llamándose unos a otros a voces, mientras los pesados pasos de las botas resonaban en la estación. Kyungsoo sintió como su corazón empezaba a golpear más fuerte hasta que recordó que no iba a reunirse con sus compañeros. El ruido de los portones que se abrían y cerraban, luego el rugido de los motores de las autobombas; una vez liberado el camino de los tanques de agua, era cuestión de unos pocos segundos antes de que los camiones partieran con las sirenas encendidas.

Kyungsoo había permanecido observando y deseaba más que ninguna otra cosa poder estar en el camión con sus compañeros. Espero hasta que los vehículos doblaran la esquina y a que el sonido de las sirenas empezase a disminuir, antes de volver a hacerse cargo de la limpieza del equipo. Lavó todo a fondo antes de ponerlo en orden.

 

Kyungsoo se mantuvo ocupado mientras sus compañeros estaban en misión. Escuchó la radio y preparo café. La llamada resulto ser una falsa alarma y pronto el escuadrón estaría de vuelta. Cuando sus compañeros regresaron, Kyungsoo ayudó a comprobar y lavar el camión. Después del almuerzo, llamó a la oficina del capitán quien le hizo un gesto para que entrara. Kyungsoo cerró la puerta.

 

-Antes del accidente yo estaba por denunciarte como un obstáculo para el equipo. Los chicos te aborrecían, y no te llevabas bien con ninguno.- El capitán le indicó con señas que se sentara. -Eres un excelente bombero, pero tratas a tus compañeros como si fueran

Insectos. Me he preguntado si debía darte la posibilidad de volver al escuadrón y he decidido darte una última oportunidad, y si lo que vi hoy es indicativo, entonces quiere decir que tome la decisión adecuada y quiero darte el beneficio de demostrarme que hice lo correcto.

 

-Gracias capitán, no lo decepcionaré

 

-Espero lo mejor.- Kyungsoo se puso de pie para abrir la puerta, pero el capitán continuó. -Siempre has tenido la actitud de alguien lleno de resentimiento. Ahora pareces cambiado, haz lo necesario para seguir siendo así.- La mirada del capitán era firme y decidida. Kyungsoo salió de la oficina; se merecía la reprimenda, ahora lo entendía. Solo esperaba poder cambiar realmente.

 

 

 

 

                                                                           ***

 

 

 

 

El resto del día, y de la semana, fueron largos, sobre todo porque Kyungsoo tenía que estar siempre muy atento a lo que hacía o decía. Era agotador, pero los chicos se estaban abriendo mas con él y el había llegado a conocer cosas a las que antes no había prestado ni siquiera la mínima atención. Con Jongin tenían turnos opuestos, nunca se veían, al final de cada jornada Kyungsoo se limitaba a cenar y a colapsar en la cama. En realidad, no se había dado cuenta de lo mucho que lo había dañado el accidente hasta que no regresó a trabajar. El viernes siguiente Kyungsoo fue gratamente sorprendido al ver que Jongin estaba entrando en la estación junto con él.

 

-Tenemos el mismo turno, ¿eh?-  dijo Jongin alegre y Kyungsoo sonrió a su vez. Mientras subían las escaleras, Kyungsoo se vio envuelto por su olor y sintió un estremecimiento de placer al recordar aquello que habían hecho la última vez que había percibido ese intenso aroma masculino, un segundo después se encontró con una erección en los pantalones que tenía que ocultar de alguna manera, antes de continuar.

 

-¿Cómo estuvo la semana?

 

-Fue agotadora, pero no estuvo mal- respondió Kyungsoo permaneciendo a distancia porque necesitaba algunos minutos para despejar la cabeza y mantener a raya a su pene. Diablos, aquel turno lo mataría.

 

-No demasiado fatigosa, espero- dijo Jongin, levantando una ceja y Kyungsoo gimió por dentro, pero mantuvo una sonrisa en su rostro. El estaba realmente muy feliz de verlo nuevamente; no se veían desde hacía una semana y lo había echado mucho de menos, pero al mismo tiempo, se preguntaba como haría para trabajar con él. Kyungsoo conocía ya la respuesta: seria una semana muy dura, en todos los sentidos.

 

El desayuno estaba casi listo cuando se unió a los otros, así que Kyungsoo se sentó a la mesa y, como se esperaba, Jongin se sentó junto a él. Kyungsoo se puso rígido al instante y su cuerpo reaccionó nuevamente a la proximidad con el chico. La comida fue traída a la mesa y los hombres se la pasaron unos a otros. Kyungsoo se concentró en la conversación para evitar tener pensamientos eróticos y, visto que el chico estaba justo a su lado, trató de sacarse de la cara esa sonrisa estúpida que amenazaba con aparecer.

Después del desayuno Kyungsoo le dio una mano para lavar los platos y luego se puso a trabajar. Más tarde, se sucedieron una serie de llamadas y Kyungsoo hizo lo que más odiaba de todo: quedarse atrás.

 

-¿Por cuánto tiempo más estarás en servicio limitado?- le pregunto Jongin cuando regresó de una misión. Kyungsoo tuvo que esforzarse para no reaccionar ante su aroma mezclado con un ligero toque de humo.

 

-Tengo un examen médico la próxima semana y espero que el doctor me dé el permiso. Respiro bien y he recuperado casi toda la movilidad del brazo.- Ese chico lo hacía enloquecer y Kyungsoo esperaba lograr contenerse, al menos en el trabajo. Como si eso no fuera suficiente, Jongin se había unido a él en la habitación de las literas en la que

Había unas seis disponibles. El muchacho se desvistió para ir a tomar una ducha e, incluso si estuvieran solos, cualquiera habría podido entrar.

Cuando se bajó los pantalones y agarró una toalla para envolvérsela en la cintura, Kyungsoo se sorprendió mirando la piel bronceada y el tatuaje que había acariciado con la lengua la última vez que habían estado juntos. Su mirada recorrió el pecho de Jongin y descendió hasta donde la piel desaparecía bajo la blanca toalla que cubría una evidente erección. Kyungsoo cerró los ojos, sintió su pene palpitar y los testículos se le apretaron casi dolorosamente. Cuando la puerta se abrió detrás del, Kyungsoo salió rápidamente de la habitación, tomando respiraciones profundas en silencio.

 

Kyungsoo pasó el resto del día haciendo todo lo posible por evitarlo.

Odiaba hacerlo porque había visto que Jongin se sintió herido por ello, pero con él al lado no era capaz de controlarse a sí mismo. No tenia deseos de trabajar ni de hacer cualquier otra cosa que no fuese arrastrar a Jongin a un lugar tranquilo, bajarse los pantalones y rogar a Jongin que lo follase sin piedad.

 

-Kyungsoo, ¿pasa algo malo?- le preguntó Chanyeol, notando la mirada ausente de Kyungsoo que observaba al vacio imaginando a Jongin. -Si yo no te conociera diría que estás loco por alguien.

 

-¿Sería tan extraño?- El tono desafiante de su respuesta salió más agresivo de lo previsto.

 

-No quise decir eso- dijo Chanyeol tranquilamente con dos tazas de café en la mano. Puso una de ellas en frente de Kyungsoo. -Siempre has trabajado mucho y eso no ayuda ciertamente a las relaciones, eso es lo que trataba de decir. ¿Quieres hablar de ello?- Chanyeol se sentó frente a él. -Veo que estás dando lo mejor de ti, todos lo vemos. Has tenido una experiencia que puede cambiarte la vida y tengo miedo de no haber hecho lo suficiente para ayudarte.

 

-Has hecho más de lo que te imaginas- murmuró Kyungsoo levantando su tasa, pensando en Jongin. -Pero no hay mucho que decir. Mientras estaba fuera tuve mucho tiempo para reflexionar y espero haber comprendido lo que es realmente importante.

 

-Pero estas cosas llevan su tiempo y no tienes que pensar en ellas demasiado. Yo era muy parecido a ti antes, decían que era un exaltado. Tuve mi encuentro cercano con la muerte en un incendio por la zona sur que casi acabó conmigo y con otros tres compañeros. Uno sobrevivió, pero nunca fue capaz de volver a trabajar. Fue muy duro. Después de aquella experiencia me di cuenta que debía calmarme y comencé a reflexionar sobre qué cosas eran realmente importantes. Tres meses más tarde, conocí a mi esposa.- Chanyeol tomó un sorbo de su café.- Creo firmemente que no vas a encontrar a la persona adecuada para ti hasta que no estés listo para ella.

 

Kyungsoo miró los ojos conocedores del otro hombre. Chanyeol tenía mucha más experiencia que él y, por primera vez, Kyungsoo se preguntó si no era eso justamente lo que le estaba pasando con Jongin.

 

-El peso que cargabas sobre tus hombros se cayó durante aquel incendio, tómalo como una señal. Yo así lo hice.- Chanyeol permaneció en silencio mientras ambos bebían de sus pocillos. Kyungsoo estaba preso de sus pensamientos. Cuando terminaron de beber, tomó las tazas para lavarlas antes de volver al trabajo.

Hacia el final del turno, Kyungsoo estaba muerto de cansancio y encendido como un conejo. Había pasado la mayor parte de la jornada tratando de evitar encontrarse con la causa de su excitación fallando miserablemente.

El día había sido muy caluroso y los hombres habían decidido lavar las autobombas. Kyungsoo había visto a Jongin entre los otros compañeros y se había mantenido al margen, pero alguien había decidido divertirse con las mangueras de agua y algunos de los muchachos del vecindario se habían unido al juego. Cuando Kyungsoo se decidió a poner nuevamente un pie fuera, se había encontrado frente a un Jongin completamente empapado, con las ropas totalmente pegadas destacando las curvas de sus músculos. Jongin estaba frente a él sonriendo como un niño demasiado grande y Kyungsoo tuvo

Que escapar nuevamente hacia dentro para ocultar su más que evidente erección.

 

-¿Te levantaste con el pie equivocado esta mañana?- pregunto Jongin cuando salieron al final de su turno.

 

-¿Qué? No, ¿Por qué?- Kyungsoo no comprendía.

 

-Me has estado evitando durante todo el día; ni siquiera lograbas mirarme. ¿Qué he hecho?- Jongin lo miró confundido y dolido.

 

-Tú no has hecho nada, aparte de mantenerme en un estado de excitación constante- respondió Kyungsoo en voz baja al llegar a su coche. -¿Quieres venir conmigo?

 

-Creo que no es la ocasión.- Jongin se alzó el bolso al hombro, suspirando. Kyungsoo lo vio dirigirse hacia su apartamento; hubiera querido llamarlo y disculparse por cualquier cosa que hubiera hecho, pero su orgullo, o su estupidez, se lo impidió y Kyungsoo permaneció observando a Jongin dar vuelta a la esquina antes de entrar en su automóvil e ir a casa.

 

 

 

                                                                                  ***

 

 

 

La casa le pareció vacía, como de costumbre, cuando regreso. Kyungsoo estaba tan cansado que se limitó a cenar y, cuando sonó el timbre, estuvo tentado de pretender que no había nadie en la casa, pero en definitiva fue a abrir de todos modos. No esperaba encontrar a Jongin en la galería.

Abrió la puerta para dejarlo pasar y el cansancio se desvaneció en un instante, reemplazado por la felicidad y el deseo.

 

-¿Quieres una cerveza?- Jongin se encogió de hombros y permaneció en la sala de estar. -Te ves como alguien que tiene algo que decir.

 

-¿Solo soy una buena follada para ti?- preguntó Jongin, había dolor y miedo en sus ojos. Eran tan evidentes que Kyungsoo podía sentirlos en el aire como a gases ácidos. -Porque si es así me lo dices y listo, pero necesito una razón. Pasamos una semana maravillosa juntos, pero necesito saber si para ti fue solamente sexo.

 

En realidad, Kyungsoo no tenía la menor idea de lo que fuera y se encogió de hombros.

 

-Voy a ser honesto, cada día siento que no puedo esperar para volver a verte. Así que no, no eres solamente alguien con quien ir a la cama. Eres un amigo. Espero- Kyungsoo sabía que estaba haciendo todo mal, pero no estaba seguro de una maldita cosa en ese momento. –No entiendo nada sobre relaciones y todo eso. No puedo explicar los sentimientos que experimento, aparte del hecho de que cuando no estás conmigo quisiera que lo estés ¿Esto tiene significa algo para ti?- Kyungsoo dio un paso hacia Jongin y se sintió aliviado al ver que este no retrocedió. -No quiero decirte palabras vanas o mentiras, pero te puedo decir que te quiero en mi vida más de lo que jamás había deseado a alguien, pero no sé lo que eso significa.

 

-Entonces, no es solo sexo.

 

-Nunca fue solo sexo. Lo supe desde la primera vez que estuvimos juntos.- Kyungsoo estaba siendo sincero. -No tuve intención de hacerte daño hoy, pero cada vez que te veía no lograba pensar en nada más. Cuando te vi todo empapado, quería arrastrarte a algún lugar, abrir tus pantalones y darte una mamada mientras llevabas puesto el uniforme. Imagine la expresión  en tu cara cuando te venías, tu polla en mi garganta y el uniforme que se te adhería al cuerpo. En el trabajo debemos ser profesionales y hoy me resultaba muy difícil controlarme, por eso traté de mantenerme a una distancia prudente de ti.

 

-Puedes actuar con normalidad conmigo y tratarme como a todos los demás muchachos- dijo Jongin con dulzura.

 

-Ese es el punto. No siento por los demás el deseo de que me follen y ciertamente, no miro a los demás como te miro a ti. Si te tuviera cerca todo el día, los otros notarían exactamente como me siento, pues podrían verlo.

 

Jongin puso sus brazos alrededor del cuello de Kyungsoo.

 

-¿Sería una cosa tan terrible?

 

-¿Andar por ahí con un bulto en los pantalones durante todo el santo día?- dijo Kyungsoo con sarcasmo.

 

-No, me refería a dejar que los demás supieran como te sientes- respondió Jongin, y Kyungsoo comprendió que estaban de nuevo en el mismo tema, solo que esta vez no estaba tan seguro de su respuesta.

 

-Dame un poco de tiempo. Por favor.- La boca de Kyungsoo estaba tan cercana a la de Jongin que podía sentir el calor de su aliento. Cuando Jongin lo besó, lo tomó como un sí, incluso aunque no estaba seguro de haber interpretado correctamente. -¿Vamos arriba?- Jongin asintió con la cabeza, así que Kyungsoo lo condujo arriba por las escaleras. Cuando se dirigió directamente hacia el dormitorio, Jongin tiró de él hacia el cuarto de baño: tenía otra cosa en mente.

 

-Desnúdate- dijo el muchacho mientras ponía a correr el agua, sacándose los zapatos con los pies antes de quitarse la ropa. Cuando Kyungsoo estuvo desnudo, su pene erecto se balanceaba mientras observaba a Jongin quitarse los pantalones. Kyungsoo tomó en una mano los testículos de Jongin mientras con la otra acariciaba la erección del chico y él lo dejo hacer antes de entrar en la ducha. Kyungsoo lo siguió y Jongin lo empujó contra la pared de azulejos. -No te vengas hasta que yo no te diga- dijo desalmadamente, y Kyungsoo asintió con la cabeza emitiendo un débil lamento que se convirtió en un gemido cuando Jongin pasó el pulgar sobre sus pezones duros.

 

-No te muevas- le susurró. Kyungsoo estaba ya sin aliento por la excitación. El agua caliente le corría encima, pero su espalda estaba presionada contra los fríos azulejos; el contraste era intenso y al mismo tiempo, excitante. Kyungsoo no estaba seguro de que era lo que tenía en mente su compañero, pero por el fuego que veía en sus ojos, sabía que lo

Disfrutaría.

 

Jongin tomó el jabón y lo frotó entre sus manos antes de enjabonar a Kyungsoo. Sus manos eran cálidas y la sensación sobre su piel era un sueño por lo que Kyungsoo apoyó la cabeza en la pared cerrando los ojos para disfrutar de ese toque atento. El chico deslizó las manos sobre sus hombros y luego sobre su pecho, deteniéndose en los pezones. Kyungsoo esperaba que las manos de Jongin descendieran todavía más abajo, sin embargo, las sentía regresar sobre su cuello y frotar la piel detrás de las orejas, haciéndolo

Estremecerse de anticipación.

 

-Oh si- gimió suavemente sin abrir los ojos.

 

-¿Te gusta, no es cierto?- le preguntó Jongin con esa voz profunda y sensual tan suya que se iba directamente al pene de Kyungsoo haciendo que se sobresaltase. Era evidente cuanto Kyungsoo estaba disfrutando con ello. -Mantén los ojos cerrados- le susurró Jongin mientras deslizaba sus manos enjabonándole el vientre. Cuando los dedos fueron a acariciar la piel alrededor de su erección, las rodillas de Kyungsoo se aflojaron. Estaba excitado, sin embargo, Jongin siguió de largo y descendió para frotarle las piernas, teniendo mucho cuidado de no darle aquello que más anhelaba.

 

-Por favor, Jongin...- le suplico Kyungsoo y lo sintió levantarse y presionar todo su cuerpo contra el suyo, la piel resbaladiza por la espuma favorecía el movimiento y restregó su vientre contra Kyungsoo, sus erecciones se frotaban una contra la otra.

 

-Sé lo que quieres, y lo tendrás, pero aun no es el momento. Ninguno de los dos podrá venirse hasta que no esté dentro de ti. Entonces, y solo entonces, te follare hasta que no puedas pensar en nada más. Ahora es la intimidad y el cuidarse el uno al otro lo que cuenta, no llegar al orgasmo; por eso relájate y disfruta de esto.- El joven se apartó de él y Kyungsoo se sintió extrañamente solo, la tentación de abrir los ojos y volver a conectarse con él al menos con la vista era fuerte.

 

Jongin le tocó las caderas y Kyungsoo se estremeció ligeramente. Entonces lo hizo girar para que apoyara las manos contra la pared de azulejos, mientras que Jongin le lavaba la espalda. Cuando el chico llego a los glúteos, instintivamente abrió las piernas y este hizo correr sus dedos enjabonados entre las nalgas antes de masajearlas suavemente.

 

-Es increíble- le susurro al oído, -la forma en que reaccionas cuando te toco.

 

Kyungsoo gimió e inclinó la cabeza hacia atrás. El nunca se había considerado un hedonista, pero desde que lo había conocido nunca tenía suficiente de ello. Cada contacto era gratificante y al mismo tiempo le hacía desear un poco más. Kyungsoo sintió un cambio en el flujo del agua y comprendió que Jongin estaba moviendo el brazo de la ducha. El agua golpeteaba sobre su piel y Kyungsoo movió las caderas por la placentera

Sensación. Su piel estaba ya sensible y el agua intensificaba la percepción de todo. Jongin le estrujó las nalgas con las manos antes de separarlas y gimió al sentir el calor de la joven lengua sobre su apertura.

 

-Esto me gusta- murmuró Kyungsoo.

 

-Lo sé- dijo Jongin mientras continuaba penetrándolo profundamente con la lengua. El bombero ronroneaba de placer y empujaba su trasero contra la lengua de Jongin, quien lo estaba, literalmente, llevando a la locura rozándolo con los dedos y la lengua como si fuese un instrumento musical.

 

-Jongin, ya estoy casi ahí.- Kyungsoo sintió temblar sus piernas y comenzó a mover sus caderas para frotar su erección contra la pared. El otro apartó las manos y la lengua, y cerró el grifo del agua. Kyungsoo se separó de la pared y abrió los ojos, intentando encontrar un poco de equilibrio. Estaba aturdido y sus pensamientos estaban todos concentrados en eso que acababa de hacerle unos minutos antes. Se secó rápidamente y espero a que Jongin también estuviera listo antes de dirigirse hacia la recámara.

 

Había perdido toda referencia relativa al espacio que los rodeaba algo que le pasaba cada vez que Jongin estaba cerca, pero mientras esperaba a su chico, los sonidos del afuera comenzaron a filtrarse en su cabeza y escucho el ruido de un automóvil. Mirando de reojo a través de la ventana, sintió como el corazón se le subía a la garganta al ver el

BMW de su padre detenerse frente a la casa. Ahí estaba la manera ideal de arruinar un momento perfecto.

 

-Mi padre está aquí- dijo Kyungsoo en voz baja mientras sentía como toda la felicidad y la excitación previas colapsaban en un instante.

 

-Te espero arriba- dijo, pero Kyungsoo vio que en sus ojos algo se había apagado. Sin pensarlo, abrazo fuerte a Jongin. Salieron del baño y se puso un par de pantalones de chándal y una camiseta antes de correr hacia la planta inferior, donde su padre ya estaba golpeando a la puerta. Abrió y el hombre se precipitó dentro.

 

-¿Qué está pasando?- Era extraño ver a su padre tan agitado, por lo general siempre se las arreglaba para mantener la calma y el control.

 

-Hay un maricón en la estación de bomberos en la que tú trabajas- dijo su padre con voz seca. -Hoy por la tarde hubo una reunión en la iglesia y uno de los consejeros propuso organizar una protesta frente al cuartel. Los niños admiran a los bomberos y creo que justamente se trata de un pedófilo. Quiero que dejes ese puesto y te vengas a trabajar conmigo. No quiero que mi hijo trabaje con maricones.- El hombre se estremeció y le tendió unas hojas a Kyungsoo.

 

-Espera un minuto, papá- dijo Kyungsoo con la garganta seca y un nudo en el estomago. Sabía que debería decirle a su padre que él era uno de los “maricones” del escuadrón, pero no pudo hacerlo. En su lugar tomó los papeles que su padre estaba forzando en su mano.

 

-Es nuestra obligación proteger a los niños, y tenemos la intención de hacer oír nuestras voces en la próxima junta de vecinos.

-Papá, ¿no te parece que estas exagerando un poco?- preguntó Kyungsoo asustado, tratando de hacer razonar a su interlocutor.

 

-No, no estoy exagerando para nada. Vi al maricón en tu casa hace un par de semanas atrás; ¿tienes idea de lo que significa para mí y mi reputación que te hagas ver por ahí... con... con ese tipo de gente? Podría perder mi trabajo.- Su padre parecía realmente ser presa del pánico.

 

La garganta de Kyungsoo estaba tan seca que no lograba tragar, ni pensar. ¿Ese tipo de gente? ¿Gente como yo? Hubiera querido preguntarle pero no fue capaz de ello. Su padre era un completo bastardo, pero aun así siempre seria su padre.

 

-Bueno, tendrás que hacerte a la idea, porque a mí me gusta mi trabajo y me gustan las personas con las que trabajo.

 

-¿Cómo puedes decir una cosa así? Ninguno de ellos ha venido jamás a visitarte al hospital a pesar de que tuviste un accidente en el trabajo. Ellos no se merecen tu tiempo y tu energía.

 

Kyungsoo devolvió las cartas a su padre, pero él se negó a tomarlas.

 

-No quiero trabajar contigo, papá. Seguiré mi propio camino.- ¿lo había dicho de verdad?  -Me gusta mi trabajo y quiero seguir haciéndolo.

 

-Si acaso piensas que...- empezó a decir su padre, pero Kyungsoo dio un paso hacia el.

 

-Esta es mi vida y quiero vivirla a mi manera. Y para ser honesto, yo apenas puedo tolerar los pocos momentos que pasamos juntos porque no haces otra cosa más que hablar de los títulos en los que este interesado últimamente, en cual ha sido la última acordada o de lo que planean esos entrometidos de la parroquia.- Kyungsoo forzó las cartas entre las manos de su padre. -Así que gracias, pero no.- Kyungsoo se sentía demasiado bien consigo mismo; por primera vez en su vida estaba enfrentando a su padre. En el pasado, se limitaba a escuchar y a hacer lo que le decían.

 

Su padre farfulló alguna cosa y Kyungsoo vio la ira crecer en él; creyó que rebatiría de alguna manera, pero el hombre permaneció inmóvil donde estaba, temblando de rabia.

 

-Esto no termina aquí- susurró entre dientes finalmente.

 

-Contrariamente a lo que crees, si. No quiero que volvamos a tocar este tema.

 

-Sin duda, lo tocaremos de nuevo

 

-No, por el contrario. No sé qué cosa te ha sucedido en estas últimas semanas y no quiero saberlo. Siempre has sido una persona entrometida pero ahora... yo...- Kyungsoo permaneció mirando a su padre; llevaba aún el traje a medida y la corbata impecable que usaba para ir a trabajar, y Kyungsoo se dio cuenta de que no era su padre el que había cambiado, sino él. Kyungsoo no veía las cosas de la misma manera en la que antes las veía. Ahora todo lo que deseaba era que su padre se fuera de allí para así poder correr hacia el piso superior con Jongin y decirle todo.

 

-¿Qué pasa?- dijo su padre bruscamente.

 

-Nada que te incumba. Ahora voy arriba, porque mañana temprano tengo que estar en el trabajo.- Kyungsoo miró las escaleras, pensando en quien lo estaba esperando en la planta superior. -Buenas noches, papá.

 

-Esta oportunidad no se volverá a presentar otra vez- le advirtió su padre, y Kyungsoo se contuvo a duras penas de agarrar a golpes todo aquello que le disgustaba, pero permaneció en silencio. Finalmente, su padre se dirigió hacia la puerta y le lanzó una última mirada antes de salir. Kyungsoo soltó un suspiro de alivio y esperó algunos segundos para calmarse antes de subir las escaleras. Había desafiado a su padre, pero ¿a qué precio? No sería poca cosa, Kyungsoo estaba seguro de eso.

 

Subiendo los escalones de dos en dos, casi chocó con Jongin que se disponía a descender al piso inferior.

 

-¿A dónde vas?

 

-A casa- respondió Jongin con tono grave, empujándolo a un lado y preparándose a descender. -Lo sabes- dijo girándose para mirar a Kyungsoo una vez que alcanzó el ultimo escalón, -era de mi de quien hablaba tu padre. Soy el maricón con quien trabajas, y tú ni siquiera me has defendido. No era necesario que le contaras lo que hay entre nosotros o que te gusta que te den por el culo, pero al menos podías haberme defendido. Ni siquiera has podido hacer eso. ¡Dejaste que hablase de mi como si fuera basura, y tu no abriste la boca!- Jongin fue hacia la puerta y Kyungsoo se precipitó tras él de modo que casi se cayó por las escaleras.- Al menos ahora sé lo que piensas de mi.

 

-No es así- dijo Kyungsoo mientras corría a detener a Jongin en la puerta. -No pienso eso de ti.- Sentía a su corazón latir enloquecido y al estomago encogérsele de ansiedad.

 

Jongin se detuvo y se giró hacia él.

 

-Y, sin embargo, lo es. Las acciones hablan más fuerte que las palabras y tu comportamiento habló claramente. No es tu culpa, yo debería haberlo sabido antes de intentar algo con alguien que no tiene el coraje de aceptarse.

 

-Tú no sabes lo que significa- Kyungsoo trató de explicar y Jongin se detuvo, retrocedió hacia él, sacando pecho y con fuego en los ojos.

 

-Y una mierda que no lo sé. Desde que les dije a mis padres que era gay no han vuelto a dirigirme la palabra. Tenía diecinueve años y me encontré solo, mientras la gente que más amaba, incluso se negaba a aceptar por lo menos mi existencia. Me dijeron que había muerto para ellos. Cambiaron la cerradura de la puerta de casa e incluso el número de

Teléfono. Sé donde viven, pero nunca mas seré bienvenido allí. ¿Pero sabes una cosa? De todos modos estoy mejor que tu, porque al menos yo no odio lo que soy. Puedo mirarme en el espejo por la mañana y estar orgulloso de lo que veo. Por lo tanto, si, te equivocas Kyungsoo, sé lo que eso significa.- Jongin  se volvió y caminó hacia su moto.

 

Kyungsoo sabía que tenía que correr detrás del, pero estaba como petrificado. Solo cuando el rugido de la motocicleta se difundió por el aire fue capaz de moverse y corrió fuera sobre la acera, pero lo único que vio fueron las luces traseras de la moto de Jongin alejándose del.

 

Kyungsoo hubiera querido maldecir todo, pero contuvo la rabia dentro, hasta que volvió a entrar a su casa. Entonces dejó perder en un rio de improperios las confrontaciones con Jongin. Eso no duró mucho tiempo, sobre todo cuando su cerebro recuperó el control sobre él y entonces dirigió los insultos contra sí mismo. Jongin tenía razón. Kyungsoo no lo había defendido ni siquiera cuando su padre lo había injuriado. Era verdad, se había enfrentado a su padre en la cuestión de aquel estúpido trabajo que no quería hacer, pero no había hecho lo mismo por la persona que le importaba. Una vez que la ira se desvaneció, Kyungsoo cerró la puerta y apagó las luces antes de ir a la cama. Quería llamar a Jongin y pedir disculpas, pero no lo hizo. Jongin había sido muy claro y Kyungsoo no tenía idea de que hacer para arreglar las cosas. Había arruinado todo, fin de la historia.


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