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Fuego redentor (Kaisoo) por KaisooShipperXo

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En las semanas que siguieron, Kyungsoo trabajó como un loco antes de regresar a casa y colapsar en la cama. Por suerte, él y Jongin no coincidían muy seguido en el mismo turno, pero las pocas veces que se encontraban trabajando juntos, Kyungsoo se sentía realmente muy desdichado. En realidad, se sentía así también cuando los turnos no coincidían. Jongin le hacía falta, pero las veces que había intentado hablar con él, había permanecido escuchando solo por unos pocos segundos para luego encerrarse en sí mismo. Una cosa buena había, sin embargo, Kyungsoo fue finalmente capaz de hacerse perdonar por sus compañeros de equipo, y estos lo habían incluso invitado a salir con ellos en varias ocasiones. Esto lo complacía, pero al mismo tiempo se sentía vacio. Hablaban de las muchachas que frecuentaban, de las esposas y de los hijos, mientras que el permanecía allí, escuchando, sentado en la cabecera de la mesa sin participar mucho más que de tanto en tanto en la conversación.

 

-¿Te pasa algo malo, Kyungsoo?- le preguntó Chanyeol una tarde, mientras estaban sentados a la mesa, y Kyungsoo casi había querido confesarlo todo. La tentación había sido fuerte, pero tuvo miedo. Otra cosa buena era que no había tenido mucho contacto con su padre y Kyungsoo estaba empezando a pensar que eso no le desagradaba tanto; su padre nunca le había servido particularmente de apoyo. Estaba convencido de que iba sentir su ausencia, pero no fue así; si su padre había decidido eliminarlo de su vida debido a una disputa sobre el trabajo, entonces quizá esto era lo mejor.

 

El otoño había llegado, el aire se había puesto más frio y llovía con más frecuencia. Al principio cayeron los acostumbrados temporales, pero luego se informó de un huracán a lo largo de la costa y todo el departamento tuvo que prepararse para enfrentar lo peor, sin embargo, solo fueron aguaceros más intensos. Al aviso de huracán siguió una

Tormenta tropical, que se posicionó sobre toda la zona durante días sin moverse ni un centímetro.

 

-No veo la hora que termine de pasar- dijo Chanyeol de pie junto a Kyungsoo mientras ambos observaban hacia fuera desde la puerta del garaje.

 

-¿Has visto las fotos en el noticiero?- preguntó Kyungsoo. -El nivel del agua ha crecido metros en pocos minutos.- Kyungsoo miró la lluvia que caía en forma incesante, tenían casi que gritar para hacerse oír por encima del estrepito del agua sobre el asfalto. Llegó una llamada y ambos se pusieron el equipamiento. Kyungsoo finalmente había regresado al servicio activo desde hacía una semana y estaba más que dispuesto a participar

En las misiones. Cuando fueron a la autobomba, sintieron el chasquido de un rayo inmediatamente seguido por el estruendo de un trueno que hizo temblar el vehículo.

 

-En un momento como este uno no se esperaría un incendio- dijo Chanyeol a lo que Kyungsoo asintió con la cabeza, pero el había visto muchas cosas extrañas y, en efecto, cuando llegaron al lugar, vieron que la casa en las afueras de la ciudad a la que habían arribado, había sido golpeada de pleno por un rayo. La lluvia estaba agravando las condiciones del incendio, pero los hombres se precipitaron al interior para asegurarse de que todos los habitantes se encontraran fuera a salvo, mientras que otros bomberos guiaban los cañones de agua contra las llamas. Tan pronto como estuvo dentro de la casa, Kyungsoo fue golpeado por el recuerdo de la última vez que había estado en el interior de un edificio en llamas, pero lo apartó de su memoria. El psiquiatra que lo había visitado en el hospital le había advertido de la posibilidad de que ocurriese una cosa de ese tipo.

Sabía que este no era el mismo incendio que la última vez y, desde luego que no se dejaría amedrentar por ese pensamiento cada vez que tuviera que afrontar una misión. Kyungsoo se negaba a dejarse atormentar por ese recuerdo, no podía permitírselo. Esta vez, en lugar de un niño, llevó a salvo al perro de la familia. El fuego fue extinguido, y al final, después de haber realizado las investigaciones de rutina, el escuadrón fue reclamado en su centro de operaciones.

 

Kyungsoo estaba ya muy cansado después de aquella misión y las dos anteriores que habían enfrentado durante la mañana; después de haberse liberado de los aparejos, Kyungsoo subió al piso superior del cuartel para descansar. Preparó el catre y se extendió, con la esperanza de poder tomarse una horita de sueño. Con ese clima, habría muchas más llamadas y poco tiempo para descansar.

 

Se durmió casi de inmediato, apenas consciente de la presencia de otras personas en la habitación. Apenas cerró los ojos sonó con Jongin; le sucedía a menudo últimamente, pero esta vez parecía tan real, como si pudiera tocarlo y sentirlo realmente. Kyungsoo se despertó sobresaltado y miró a su alrededor, esperando encontrarse con él, pero la dura realidad tomó el lugar de los sueños y Kyungsoo volvió a tumbarse sobre el colchón.

 

De repente la sirena comenzó a sonar y se puso de pie en un instante, se vistió otra vez y se colocó el equipamiento antes de salir corriendo hacia los vehículos.

 

-Rescate en el agua- informó el capitán a través de la radio mientras los camiones dejaban atrás el garaje.

 

Cuando llegaron, el arroyo que habitualmente discurría placido en el interior del parque, se había convertido en un torrente furioso y se había salido de su muro de contención inundando el terreno que lo rodeaba. Habían caído varios árboles, arrancados desde la raíz por las fuertes lluvias, y algunos estaban parcialmente sumergidos en el agua crecida.

Aferrada a una rama, había una niña que lloraba mientras su padre caminaba nervioso por el borde del rio.

 

-¡Aseguren una cuerda de una orilla a la otra!- gritó el capitán para hacerse oír por encima del estruendo ensordecedor del agua. Kyungsoo atravesó el puentecito que normalmente habría estado bien alto sobre el arroyo pero que ahora estaba casi intransitable, y llegó a la orilla opuesta.

Del otro lado vio a un hombre de una gran complexión que no podía ser otro más que Jongin, preparándose para lanzarle una cuerda. Kyungsoo la tomó y la fijó a un árbol robusto; del otro hizo lo mismo antes de lanzar una segunda cuerda. Kyungsoo aseguró esa también y vio a Jongin a hacer otro tanto mientras que el árbol al que se aferraba la niña empezaba a oscilar.

 

Kyungsoo saltó sin pensarlo dos veces y agarró una rama, metiéndose entre el árbol y el terreno. La presión era muy fuerte, pero el árbol dejó de moverse y vio a sus compañeros correr en su ayuda. Los otros hombres lo estaban alcanzando, Kyungsoo los oyó gritar intentando sobrepasar el rugido del agua.

 

-¡Tómala!- gritó Kyungsoo cuando Yixing, uno de sus compañeros, estuvo suficientemente cerca de él. Sintió a este trepar sobre el árbol y pocos segundos después oyó más claramente el llanto de la niña. Cuando vio que ambos estaban a salvo, Kyungsoo dio un ultimo empujón al tronco y se quitó de debajo de su trayectoria antes de que el árbol fuese arrastrado por la corriente. En su recorrido hacia el valle, una rama quedo enredada en una de las sogas y Kyungsoo sintió a la cuerda chillar por la presión del árbol y del agua que este último estaba conteniendo de fluir hacia el valle.

 

-¡Salgan de ahí!- gritó Kyungsoo en dirección de sus compañeros que todavía se encontraban en aquella área mientras el mismo se preparaba para retirarse. La presión sobre la cuerda se hizo cada vez más intensa, pero Kyungsoo fue capaz de regresar a la orilla.

 

La cuerda se sostuvo por un momento, luego se escuchó como un escopetazo, similar al golpe de un látigo, y el árbol continuó su recorrido hacia el valle. Kyungsoo soltó un suspiro de alivio al constatar que los demás estaban todos a salvo. Yixing llevó a la niña con sus padres y Kyungsoo sonrió cuando el padre la abrazo. Desde donde se encontraba, no podía ver el rostro del hombre, pero no necesitaba verlo para imaginar su expresión de alivio y gratitud, la había visto tantas veces en el curso de su carrera.

Era una de las cosas hermosas de su trabajo.

 

Volviendo hacia el puente, lo atravesó prestando mucha atención y se reunió con el resto del escuadrón.

 

 -No vuelvas a intentar algo así nunca más- le dijo el capitán SooMan con severidad y Kyungsoo asintió con la cabeza. Sabía que había corrido un gran riesgo, pero en aquel momento realmente no había pensado en eso. Kyungsoo se sobresaltó cuando escuchó un estruendo bajo sus pies.

Volteándose, vio como parte del muro de contención se había derrumbado y una figura, que parecía ser Jongin, descendía rápidamente. El torrente furioso lo arrastraba rio abajo y Kyungsoo sintió como el corazón se le subía a la garganta al ver como desaparecía entre los remolinos. Jongin regresó a la superficie y Kyungsoo ya no pudo quedarse quieto; el corazón se le salía del pecho. La lluvia había aflojado el agarre de los arboles en la tierra y Kyungsoo miró alrededor buscando algo que pudiera utilizar como poste.

 

-¡Jongin, ve si puedes venir de este lado!- le gritó, pero no estaba seguro de que pudiera oírlo. Otros hombres fueron capaces de ir más abajo en el valle, para anticipar su paso.

 

-¡Tengo una cuerda!- exclamo Minseok detrás de él.

 

Kyungsoo tomó un extremo de ella y se la ató a la cintura.

 

-¡Fíjala a un árbol!- dijo, y entró en el agua. Por suerte se había formado un pequeño remolino y esperaba poder arrastrar a Jongin a aguas más tranquilas. Con la vista fija en él, se dirigió hacia el centro del rio, sabiendo de que tenía solamente una posibilidad de éxito antes de que la corriente alcanzase un área de vegetación mas densa, llena de rocas y salientes. Kyungsoo tenía el corazón en la garganta y casi pierde el equilibrio, pero mantuvo su atención en Jongin. Minseok no lo hubiera dejado solo, Kyungsoo lo sabía sin que tuviera necesidad de preguntárselo y sintió que también los demás compañeros lo estaban alcanzando.

 

-Presta atención, Kyungsoo- dijo uno de los hombres. -Ahora ya lo tienes cerca.

 

Por un segundo, Kyungsoo creyó que la corriente lo había arrastrado lejos de él. Dio otro paso en el rio; el agua se le arremolinaba a la altura del pecho. Lanzándose hacia Jongin, lo aferró y luego sintió el tirón del retroceso hacia la ribera.

 

A medida que la corriente perdía intensidad, Kyungsoo fue capaz de apoyar los pies en el fondo y pudo observar a Jongin. El chico tenía los ojos cerrados y Kyungsoo lo guió hacia la orilla mientras le sostenía la cabeza fuera del agua.

Otros compañeros entraron en el rio para ayudar a transportarlo hacia lo seco. Kyungsoo se hizo a un lado, mientras Minseok y Chanyeol comenzaban a practicar en su pecho un masaje cardiaco, el agua le corría por el rostro, pero Kyungsoo apenas la sentía. Frotándose los ojos, caminaba nerviosamente hacia atrás y adelante. Llegaron otros hombres que traían sombrillas para proteger de la lluvia a Jongin.

 

Las sirenas sonaban a lo lejos, pero Kyungsoo no les hizo caso; en eso, escuchó una súbita tos y un regurgitar de agua. Luego vio a Jongin ponerse de lado e impulsivamente se abrió paso entre los compañeros reunidos a su alrededor, empujó a dos a un lado antes de arrodillarse junto a Jongin.

 

-Me has dado un susto de muerte- dijo en voz baja, y Jongin levantó sus ojos hacia él. Para Kyungsoo aquella era la cosa más hermosa que había visto en mucho tiempo. -Lo lamento- dijo antes de tomar la mano de Jongin. -Lo lamento por todo.- Kyungsoo no estaba seguro de si aquellas sobre su rostro eran lagrimas o solo gotas de lluvia, no tenía importancia, no en aquel momento. -Te amo, Jongin- susurró, tragando el nudo que tenía en la garganta.

 

Sintió que el chico le apretaba la mano; luego llegaron los paramédicos. Fue cuando Jongin fue cargado en la camilla que Kyungsoo apartó la mirada del hombre que amaba y vio las expresiones en las caras de los compañeros que no le quitaban los ojos de encima. Recién entonces se dio cuenta de la situación, de lo que había dicho, y se preparó para lo peor; acababa de salir frente a todo el escuadrón. Se preparó para hacer frente a lo que siempre había temido: los insultos y el rechazo. Kyungsoo los miró uno por uno, pero no hubo ninguna reacción. Luego sintió una palmadita sobre la espalda.

 

-Has hecho un buen trabajo, chico- dijo Chanyeol a sus espaldas, y uno por uno, todos los demás hombres asintieron con la cabeza antes de regresar a los vehículos.

 

Notas finales:

El siguiente capítulo es el final TT.TT

Si, una lástima, es muy corta la novela =( 


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