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He is always late por Brisa

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Notas del fanfic:

Brisa al teclado con un pequeño "One Shot" BangHim para pedir perdon por toda la espera.

Los problemas personales, la universidad, la familia... No me han permitido escribir tanto como me gustaría, pero he vuelto y espero que sea para quedarme, y mientras continuo escribiendo "Let the flames begin", os dejo esta historia, aunque sea cortita.

¡Espero que os guste!

Notas del capitulo:

Aqui lo tenéis, espero que os guste y que me deis vuetra opinión, y como siempre estoy en facebook si queréis hablar conmigo directamente :)

https://www.facebook.com/BrisaAmorYaoi

¡Nos leemos abajo!

  • ¿Dónde se habrá metido? - preguntó un muy ajetreado Yong Guk caminando de un lado para el otro de la estancia ante la mirada divertida del resto de los miembros.

  • Tranquilo, seguro que se ha retrasado arreglándose – contestó DaeHyun intentando contener la risa.

  • Esto es demasiado – el líder estaba al borde de un ataque de nervios - ¡Es muy tarde!

Himchan llegaba más de una hora tarde al estudio de grabación. Tenían el ensayo y la grabación de varias canciones para el próximo disco y todavía no se había dignado a aparecer. Bang Yong Guk estaba de los nervios, odiaba la manía de Himchan de dedicarle tanto tiempo a acicalarse, tardaba horas en intentar arreglar algo que no podía arreglarse. Kim Himchan era perfecto desde por la mañana, cuando se levantaba con el pelo alborotado, los ojos todavía cerrados y adornados por ojeras debido a la falta de sueño. Bang Yong Guk sabía eso, pero no entendía como Himchan no podía darse cuenta al mirarse al espejo, como no podía ver la perfección que representaba, no podía verse tal y como lo veía el líder, lanzándole miradas furtivas a cada momento, dejando heridas permanentes en su labio inferior, heridas como resultado de morderlo para controlar el deseo que sentía por su mejor amigo cada vez que lo veía, cada vez que se reía, cada vez que su mirada se fijaba en la suya, el deseo que Yong Guk sentía y parecía que todo el mundo era capaz de ver, menos Kim Himchan. 

Yong Guk se dejó caer en uno de los sofás frente al resto de miembros que seguían mirándolo intentando averiguar cual iba a ser su siguiente paso. Él echó la cabeza hacía atrás, no le gustaba no saber dónde estaba Himchan o que estaba haciendo. Le gustaba cuando estaba con él, cuando estaban juntos, los dos solos, aunque solo fuera como amigos, sabiendo que no podía pedirle nada más a su mejor amigo, si no quería que la relación que tenían cambiara radicalmente, y Bang Yong Guk podía soportar una vida sin el amor de Himchan, pero no sin su amistad.

Pasó las manos por su cabeza, echando el pelo despeinado hacía atrás, con los ojos cerrados, intentando recuperar la calma ante el ataque de nervios sin sentido que estaba sufriendo, relajándose, y evitando la mirada de todos los demás miembros de B.A.P, que todavía se reían ante la reacción desmesurada de su líder.

Estaba controlando su respiración, cogiendo y soltando aire lentamente, cuando el tono de su teléfono móvil le despertó de su ensoñación, haciendo que se abalanzara para coger la llamada tan rápido como fue capaz. En cuanto sacó el aparato de su bolsillo y comprobó de quien era la llamada le dio un vuelvo el corazón, el nombre de Himchan adornaba la pantalla mientras el teléfono no paraba de sonar.

  • ¡Himchan! - exclamó con rapidez - ¿Dónde estás?. Ha pasado más de una hora, ya deberías...

  • Yong Guk... - la voz de Himchan sonaba confusa.

  • ¿Ha pasado algo? - preguntó el mayor preocupado.

  • Yo... - titubeaba el menor – Alguien ha...

  • ¿Qué, Himchan? - Bang Yong Guk se levantó de un salto del sofá en el que estaba sentado – Me estas preocupado...

  • Un hombre ha entrado en casa...

  • ¿QUÉ? - gritó Yong Guk al tiempo que se levantaba de un salto de aquel cómodo sillón - ¡No te muevas, voy para allí! - gritó de nuevo comenzando a correr tan rápido como sus piernas le permitían ante la mirada atónita del resto del grupo - ¡Quedaos aquí! - les ordenó antes de desaparecer completamente de su vista.

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Se había quedado hasta tarde la noche anterior preparando algo de comer para que los pequeños pudieran llevarse a la grabación ya que normalmente a las dos horas, todos se morían de hambre y empezaban a volverse locos en busca de comida, así que por la mañana se había quedado dormido. Cuando se levantó todos estaban duchados y listos para marcharse, y como Yong Guk les había pedido que no le despertaran él iba tarde, y una vez en pie había pretendido que estuviera listo en diez minutos. Parecía que no supiera con quien estaba hablando.

Había pedido a los chicos que se marcharan ellos para ir ganando tiempo y no sentirse presionado, y aunque a Yong Guk no le había hecho mucha gracia, había conseguido quedarse solo para ducharse con tranquilidad, pero una vez en la ducha no quedaba agua caliente, por lo que había perdido más de una hora en conseguir ducharse sin morir de hipotermia.

Cuando por fin salió con la toalla rodeada en su cintura, la casa estaba totalmente vacía. Eran muy pocas las ocasiones en las que lograba estar a solas en el apartamento, disfrutando de un tiempo para si mismo, o para estar con Yong Guk, aunque no recordaba jamás haber tenido un poco de tiempo a solas con Yong Guk, tal vez si lo hubiera tenido, las cosas hubiesen sido de otra forma.

Solos..., esa palabra le rondaba la cabeza, una y otra vez. Solos. Solos. Solos. Yong Guk. Solos. Una y otra vez. Era demasiado responsable, jamás acudiría sin una razón y tenían que grabar, pero los pequeños podían demorarse una o dos horas grabando sus canciones, mientras él disfrutaba de su amigo. Era la única oportunidad que tenía, jamás tendría otra igual, pero necesitaba un cebo que hiciera a Yong Guk correr a casa y solo había una cosa que Yong Guk haría sin dudar, proteger a cualquier miembro del grupo, y a Himchan, el fingir estar en apuros para conseguir lo que quería, nunca se le había dado mal.

Se dirigió hacía la habitación para coger su teléfono móvil y marcó el número que ya conocía de memoria, con los dedos cruzados, esperando que su amigo corriera hacía casa para aprovechar ese escaso tiempo que había podido conseguir, tiempo que quería dedicar a confesarle todo lo que sentía y que llevaba guardándose tanto tiempo. Había intentado enterrar esos sentimientos durante mucho tiempo, pero no podía más. Necesitaba confesarlo, necesitaba una respuesta, fuera buena o mala, Yong Guk debía saber que le quería.

  • ¡Himchan! - escuchó la voz grave al otro lado del teléfono - ¿Dónde estás?. Ha pasado más de una hora, ya deberías...

  • Yong Guk... - no sabía muy bien que decir.

  • ¿Ha pasado algo? - Yong Guk sonaba preocupado.

  • Yo... - titubeó Himchan – Alguien ha...

  • ¿Qué, Himchan? - preguntaba el mayor – Me estas preocupado...

  • Un hombre ha entrado en casa...

  • ¿QUÉ? - gritó Yong Guk - ¡No te muevas, voy para allí! 

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Cuando Yong Guk por fin abrió la puerta del apartamento que todos compartían, Himchan todavía no se había vestido. El mayor corrió tan rápido como pudo hasta la habitación que ambos compartían y se encontró al pequeño, aún con la toalla alrededor de la cadera, sentado en la cama pensativo. Por un momento toda la preocupación que le había inundado desapareció de golpe ante la visión que se presentaba delante de él. Podía notar sus deseos más profundos aflorar y salir a la luz. Quería lanzarse contra Himchan y arrancarle aquella fina toalla que le separaba de aquello que tanto ansiaba, la desnudez de su amigo, sus gemidos, sus jadeos, esos perfectos labios pronunciando su nombre.

  • ¿Qué ha pasado? - consiguió pronunciar mientras se mojaba los labios ante la visión de Himchan.

  • Hey... - susurró el menor al darse cuenta de que el mayor había entrado a la habitación.

  • ¿Estás bien? - preguntó Yong Guk de nuevo - ¿Qué ha pasado?

  • Bueno... Yo...

  • ¿Sí?

  • Había alguien ahí, justo donde estás tu ahora... - afirmó Himchan – Y luego se acercó hasta mi – continuó haciendo un gesto para que Yong Guk se acercara.

  • ¿Y después? - habló Yong Guk mientras involuntariamente se acercaba más y más al cuerpo de su amigo.

  • Me agarro del cuello...

  • ¿Qué? - los ojos de Yong Guk se abrieron desmesuradamente.

  • Solo hazlo – pronunció Himchan mientras se humedecía los labios. 

Yong Guk, cerró los ojos durante un segundo, tomando aire, para después alzar su mano con cuidado, colocándola alrededor de la blanca piel del cuello de Himchan.

  • ¿Qué más? - preguntó de nuevo Yong Guk mientras ejercía una ligera presión con su mano.

  • Me ha besado... - susurró Himchan arriesgándose a la reacción de Yong Guk.

Durante un instante el mayor se quedo sin aire, ¿acaso Himchan estaba pidiéndole que lo besara?, ¿debía hacerlo?, ¿debía arriesgarse?. Himchan había cerrado los ojos y esperaba la respuesta del mayor, que había colocado de forma inconsciente las manos en la cintura del menor, y había unido aún más sus cuerpos. Acercó suavemente los labios a los del menor y podía notar su aliento caliente rozando el suyo propio, justo antes de unir sus bocas.

Solo el primer segundo en el cual sus labios se rozaron podría considerarse un roce suave, al instante en el que sus labios se unieron, ambos comenzaron un beso intenso y necesitado, un beso que los dos llevaban ansiando demasiado tiempo.

Sus manos comenzaron a seguir el ritmo de tan desesperado beso, arrancándose la ropa al instante, dejándose caer sobre la cama, intentando acariciar cada rincón del cuerpo ajeno. Los besos comenzaron a extenderse por cada trozo de piel, por cada músculo, mientras que las manos comenzaban a buscar la erección contraria. Pronto ambos estaban completamente excitados, sin pronunciar una sola palabra, solo gemidos y jadeos cortaban el silencio, mientras el sudor empezaba a mezclarse, cayendo por ambos cuerpos al tiempo que ambos buscaban el contacto con el otro.

Kim Himchan besaba el torso de su amigo, mientras acariciaba sus muslos, dejando un camino de besos a través de su abdomen, su ombligo, hasta llegar a su miembro, introduciéndoselo en la boca sin dudar. Yong Guk no pudo evitar soltar un ronco gemido mientras Himchan lamía y jugaba con la punta de su erección, haciendo que no tardara en correrse en la garganta de su mejor amigo.

Ninguno necesitaba pronunciar una palabra, ambos sabían lo que querían y cuando Himchan saco un pequeño tarro del cajón de su mesilla y se lo tendía a Yong Guk, adoptando una postura arrodillada, Yong Guk entendió exactamente lo que su amigo pedía, lo mismo que el tanto deseaba.

El mayor aplicó una abundante capa de lubricante sobre su miembro erecto, y se acercó cuidadosamente a la entrada de su compañero que esperaba ansioso, ejerciendo una ligera presión que le permitiera penetrarlo sin hacerle daño. Los jadeos se hacían cada vez más graves, más roncos y más frecuentes, hasta el punto en el que Yong Guk no pudo controlarse, moviéndose a la mayor velocidad de que su cuerpo le permitía, embistiendo a Himchan como una autentica bestia. Ambos se arañaban, intentando que sus cuerpos permanecieran juntos el mayor tiempo posible, hasta que los dos se corrieron al tiempo, cayendo rendidos en la cama, el uno al lado del otro.

  • No puedo creer que hayas fingido un ataque para esto – susurró el mayor tras varios minutos de silencio en los cuales ambos intentaban recuperar la respiración.

  • ¿Hubieras venido de otra manera? - preguntó Himchan riendo.

  • Si me hubieras dicho que querías que te follara – continuó Yong Guk – hubiera venido sin duda – Himchan rió.

  • Yong Guk yo... - intento hablar Himchan.

  • ¿Si? - preguntó el mayor.

  • Te quiero... - susurró el menor.

  • ¿Qué?

  • Que estoy enamorado de ti...

  • Himchan tu y yo, somos... - habló Yong Guk.

  • Lo sé – la mirada de Himchan se ensombreció mientras apartaba la mirada – Olvidalo.

  • Himchan... - pronunció el líder mientras apoyaba su mano en la barbilla de Himchan, obligándole a mirarle de nuevo – Yo también te quiero, siempre lo he hecho.

  • ¿De verdad?

  • Si – sonrió el mayor – Y ahora... Deberíamos ir a grabar, ¿no crees?

  • Si – contesto Himchan riendo – Mantendremos esta conversación más tarde – dijo mientras se levantaba sonriente y comenzaba a vestirse, con la sonrisa más bonita que Bang Yong Guk había visto jamás.

Notas finales:

Espero que os haya gustado, y seguid esperando "Let the flames begin", intentaré volver a escribirlo cuanto antes :)

¡Brisa se despide!

¡Os quiero y espero vuestros comentarios! <3


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