Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Que paso ayer? por Caperusita Kiryuu

[Reviews - 326]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aqui les traigo otro capi de esta loca histori mia...

Espero que lo disfruten porque cada vez estamos mas cerca de la verdad...

Disfruten...

Capitulo 10: mientras algunos disfrutan románticas citas otros se acercan un poco más a la verdad.

 

Kisa entraba al edificio contento y confundido.

Subió por el ascensor, llego a su piso y se adentro al departamento de Shinobu. Abrió la puerta e ingreso al departamento.

-llegas temprano- dijo una voz muy conocida para él.

-Hiroki hoy no estoy de humor- dijo Kisa dejándose caer sobre el sillón.

-¿Qué paso?- pregunto Hiroki acercándosele.

-Muchas cosas- dijo Kisa.

-Eso no me dice nada- dijo Hiroki dejándose caer sobre el sillón con el seño fruncido.

-Encontré a Yukina- dijo Kisa soltando un suspiro.

-¿Y ese quién es?- pregunto Hiroki.

-No lo sé, creo que alguien con quien me acosté- dijo Kisa.

Hiroki se volteo de golpe.

-Eso no tiene sentido, dime como llegaste a todo esto.

-Recuerdas cuando te conté acerca del juego de verdad o reto y un ángel en la fiesta de Ijuuin- dijo Kisa.

Hiroki solo asintió.

-Bueno veras el ángel se llama Ritsu Onodera- dijo Kisa.

-Ritsu Onodera es compañero mío, el sale con Takano Masamune quien es uno de los mejores amigos de Ijuuin- dijo Hiroki sorprendido.

-Resulta que este tal Yukina es del grupito de los populares y creo que tuvimos algo- dijo Kisa.

-¿Y que mas?- preguntó Hiroki ansioso.

-Parece que me lo va a contar todo- dijo Kisa.

-Eso es bueno, supongo- dijo Hiroki.

-Solo espero que de esto salga algo bueno- dijo Kisa soltando suspiros.

-¿Entonces te anotas para una noche de pelis?- pregunto Hiroki.

-¿Quién está con los ánimos por los pisos?- pregunto Kisa preocupado.

-Miyagi descubrió el embarazo de Shinobu y al parecer tuvieron una discusión… y Shinobu cree que él es el padre- dijo Hiroki dejándose caer hacia atrás.

-Pobre, debe estar destruido- dijo Kisa.

-Si… Además para cerrar con broche de oro se entero de que su hermana y Miyagi se van a casar- dijo Hiroki con tristeza.

-Golpe bajo- susurro Kisa.

Hiroki se paro del sofá y camino hasta el refrigerador para sacar un poco de jugo.

-¿Misaki a qué hora llega?- pregunto Kisa recostándose en el sofá.

-El no viene- dijo Hiroki con el seño fruncido mientras bebía un poco de jugo.

-¿Dónde está?- pregunto Kisa algo dudoso.

-Salió con ese maldito y pervertido escritor- dijo Hiroki con ira.

-¿Te refieres a ese que tú dices que extorsiona a Misaki?- pregunto Kisa con malicia solo para hacer enojar al castaño.

-El mismo,  y si lo extorsiona- dijo Hiroki molesto.

Esto hizo reír al pelinegro logrando así desatar la furia del demonio Kamijou.

 

 

La cena había terminado rápido, ya eran como las 10:00 p.m.

Misaki y Usami habían llegado al departamento del segundo. El castaño esperaba el regreso del escritor sentado en el sillón.

-¿Por qué me trajiste a tu casa? ¿No me dijiste que iríamos al cine?- Misaki bombardeo a preguntas al escritor cuando lo vio aparecer frente a él con el móvil en mano.

-¿Dije que iríamos al cine?... En realidad tenía planeado que veamos una película pero seria acá en mi casa- dijo Usami despreocupadamente mientras se sentaba en el sillón junto al castaño.

-Eres un mentiroso- dijo Misaki molesto.

-Si te hubiera dicho que veníamos a mi departamento te hubieras negado incluso si eso te costaba la vida- dijo Usami soltando una risilla burlona.

-Entonces estas aceptando que eres un mentiroso- dijo Misaki volteándose a ver a los ojos del escritor.

-No mentí, simplemente exagere la realidad- dijo Usami.

-Es lo mismo- dijo Misaki.

-No lo es. Si te hubiera mentido no estaríamos por ver una película- dijo Usami.

-¿Veremos una película?- pregunto Misaki.

-Veremos el titanic, pero primero debemos esperar a que llegue el helado- dijo Usami.

-¿Veremos el titanic comiendo helado?- pregunto Misaki asombrado.

-Si… pedí un kilo de arándanos y chocolate irlandés, tus favoritos- dijo Usami con una sensual sonrisa.

-¿Cómo sabes que amo ver el titanic comiendo helado de arándanos y chocolate irlandés?- pregunto Misaki incrédulo.

-Tú me lo dijiste- dijo Usami despreocupadamente.

-Yo recién te conozco, no pude contarte algo así- dijo Misaki molesto.

-No es mi problema si no lo recuerdas- dijo Usami.

-Nada tiene sentido, tu sabes todo acerca de mi pero yo solo conozco de ti tu nombre- dijo Misaki cruzándose del brazos.

Akihiko lo tomo de la cintura y lo jalo para que se sentara en su regazo.

-Tengo una propuesta para ti- dijo Usami mientras pegaba el cuerpo del castaño a su pecho.

-¿Cuál?- pregunto Misaki con voz temblorosa por la incómoda situación.

-Por cada cita que tengamos yo responderé a alguna de tus preguntas, pero recuerda que solo será una- dijo Usami serio.

-¿Por cada cita?- pregunto Misaki dudoso.

-Sí, será el costo por saber la verdad- dijo Akihiko con una sonrisa.

-¿No hay otra forma?- preguntó Misaki con inocencia.

La mano de Akihiko que estaba posada sobre la cintura del castaño se deslizo hasta el trasero de este, lo cual hizo estremecer a Misaki.

-Tengo otra propuesta, a cambio de una apasionada noche te diré todo lo que quieres saber- susurro Akihiko al oído del castaño haciéndolo sonrojarse completamente.

Misaki con sus manos alejo el rostro del escritor.

-Esto es chantaje- dijo Misaki molesto y totalmente sonrojado.

-No lo creo. Además todo en la vida tiene un precio y no me refiero precisamente a dinero- dijo Usami serio.

 

 

Hiroki entraba al departamento con tres tachos de helado de ½ k.

Kisa y Shinobu habían acomodado un colchón, frente al sillón del living, listos para ver el titanic.

El castaño le entrego a cada uno un tacho. Kisa había elegido banana Split y dulce de leche con nuez. Por otro lado Shinobu opto por turrón y cerezas al marraschino. Por último Hiroki prefirió Almendrado y crema de higo con nuez.

Allí estaban los tres llorando a moco tendido viendo la película, Shinobu estaba recostado en el sillón mientras Hiroki y Kisa se habían acomodado en el colchón.

La escena era la de Jack (Leonardo DiCaprio) y su amigo jugando a las cartas por ver quién gana los boletos para abordar el titanic.

-¿Por qué lloran idiotas si recién comienza?- se quejo Hiroki que ya había sido contagio del llanto.

-Tu estas igual- le reclamo Shinobu.

-Ustedes me contagiaron- dijo Hiroki mientras secaba las lagrimas con su mano.

-Es que no lo puedo evitar, todo comienza tan feliz pero sé que terminara con la muerte de Jack al tratar de salvar a su amada Rouse- decía Shinobu mientras llegaba a el otro mar de lágrimas.

-Idiota- musito Hiroki molesto.

 

 

Toda la sala estaba a oscuras.

Allí sobre el sillón estaban ambos viendo la película. Misaki estaba recostado sobre el fuerte pecho del escritor que lo sostenía por la cintura, el castaño no paraba de llorar.

-Jack, Jack no te quedes en el agua o morirás- decía Misaki mientras lloraba.

 La escena era donde Jack estaba en el agua mientras su amada se recostaba sobre un fragmento del barco.

-Has llorado toda la película, desde el momento en que Rouse baja del auto para abordar el barco- susurro Akihiko.

-Es que es realmente triste ver que el amor no triunfo, duele saber que después de todo lo que sufre Jack termina muriendo- dijo Misaki entre lagrimas.

El escritor rodeo la cintura del castaño con ambos brazos.

-Sabes si estuviéramos en la misma situación que los protagonistas yo también haría lo mismo que Jack… Nada vale más en esta vida que ver a la persona que amas sonreír, saber que estará bien y que será feliz. Si tú estuvieras en el lugar de Rouse yo daría una y mil veces mi vida por la tuya- dijo Akihiko con dulzura.

Misaki desvió su mirada al televisor, estaba sonrojado.

 

 

La película había terminado pero ellos seguían allí recostados.

-Quiero un hombre como Jack- dijo Kisa.

-Yo me conformo con DiCaprio- dijo Shinobu con una risilla.

-Que fácil eres de complacer- dijo Kisa con sarcasmo.

-Yo seré difícil pero tú eres fácil- dijo Shinobu sacándole la lengua.

-Te pegaría pero estas embarazado- dijo Kisa abrazando su almohada, conteniéndose las ganas de darle un almohadazo al rubio.

-Hablando de eso, ¿Hiroki te conto lo de Miyagi?- pregunto Shinobu con tristeza.

Kisa solo asintió, el ambiente comenzaba a ponerse pesado.

-¿Tu qué opinas sobre todo esto?- pregunto Shinobu temeroso.

-Que estamos en un jodido lio, no puedo creer todo lo que estamos pasando- dijo Kisa soltando un suspiro.

-No puedo creer que voy a ser papa- dijo Shinobu.

-Mama- lo corrigió Kisa.

-Si no aparece el padre lo seré yo, el no tiene que cargar con las culpas mías- dijo Shinobu.

-¿Si tanto te avergüenza tu condición por qué no abortaste?- pregunto Kisa con algo de rabio.

-Eso jamás, el bebe no tiene la culpa de nada- dijo Shinobu molesto casi gritando.

-¡¡Entonces no me vengas con esa mierda de la sociedad!!... A mí una persona que juzga a los demás por sus elecciones sexuales o por gustos superficiales como los estilos musicales no va a venir a darme clases de moral a mí ni a ninguno de mis amigos- grito Kisa molesto mientras se ponía de pie.

Shinobu se sentó en el sillón y le arrojo una almohada.

-¿Y qué quieres que le diga a mi hijo? ¿Acaso pretendes que le diga algo como que la sociedad lo va a juzgar por mi culpa pero el debe continuar igual con su vida?... No seas ignorante, la multitud no va a cambiar por uno. Hay cosas en la vida que deben seguir como son para mantener el orden de la vida- dijo Shinobu preso del dolor.

-Es verdad que hay que tener un cierto perfil para realizar cierto puesto en la sociedad pero una elección sexual diferente a la de los demás no tienes porque ser un crimen- dijo Kisa.

-Soy hombre, estoy embarazado y solo- susurro Shinobu mientras las lagrimas comenzaban a rodar por su mejilla.

Kisa y Hiroki se acercaron a él y lo abrazaron con todo el cariño del mundo.

-No estas solo, no tienes a nosotros los tíos de bebe- dijo Kisa con una sonrisa mientras se contagiaba del llanto de Shinobu.

 

 

El deportivo rojo del escritor estaba estacionado frente al edificio donde vive Misaki. Ambos estaban de pie frente a la puerta principal.

-Misaki hoy me divertí mucho- dijo el escritor con sinceridad mientras fumaba.

Misaki se acerco a él, le quito el cigarrillo y lo arrojo al piso. El escritor lo miraba incrédulo.

-Cuida tu salud- dijo Misaki con dulzura.

-No puedes pretender que abandone el vicio de la noche a la mañana- dijo Usami divertido.

-Pues busca con que remplazarlo- dijo Misaki con cierta molestia.

En un rápido movimiento el escritor había tomado al castaño por la cintura y se había apoderado de esos apetitosos labios en un romántico pero apasionado beso. La lengua del mayor exploraba ansioso la boca del castaño. Las manos de Misaki se aferraron al fuerte pecho del escritor. La falta de aire se hizo presente y tuvieron que separarse.

El escritor pudo notar la inocente mirada de Misaki prendida de la suya y noto por el rabillo del ojo el sonrojo del muchacho.

-¿De dónde nos conocemos?- pregunto Misaki confundido.

-Nos conocimos en la fiesta de mi primo- dijo Usami con tranquilidad.

El castaño se separo del escritor con algo de molestia.

-Eso no me dice nada, quiero saber quién es tu primo y de cual fiesta me hablas porque yo no comprendo nada- dijo Misaki asiendo un tierno puchero.

-Recuerda que te dije una sola pregunta a la vez- dijo Usami divertido.

-Tramposo- dijo Misaki cruzándose de brazos.

El escritor le robo un fugaz beso al castaño haciendo que este se sonrojara.

-Tonto no hagas eso- dijo Misaki apenado mientras cubría su boca con ambas manos.

-Si yo te dijera todo de una vez no tendría ninguna escusa para invitarte a salir- dijo Usami con una sensual sonrisa.

Los ojos del castaño se abrieron de asombro y su sonrojo aumento.

-No digas cosas tan vergonzosas- dijo Misaki.

El escritor poso una de sus manos en el mentón del castaño obligando a que sus miradas se unieran.

-Misaki desde el primer momento en que te vi me hechizaste con tus encantos- dijo Usami con voz gruesa y seductora que enamoraría a cualquiera.

-Por favor no digas esas cosas- dijo Misaki quitando la mano del escritor sin poder romper la conexión entre sus miradas.

-Por ahora me iré pero te prometo que regresare para nuestra siguiente cita- dijo Usami despidiéndose del castaño.

Misaki saco las llaves y abrió la puerta, rápidamente se metió al edificio y observo por la puerta de cristal como se alejaba el deportivo rojo.

Soltó un suspiro que no sabía definir si era de alivio o de nervios por lo que le espera en su siguiente cita. Negó con la cabeza y subió al ascensor.

Abrió la puerta de su departamento y se adentro.

-Llegas tarde- dijo la severa voz de su primo que lo observaba desde el sillón.

-E… e… es… es que… fu… fu… es que fuimos al cine- dijo Misaki nervioso tratando de adentrarse a su habitación e intentando no ser interceptado por su primo.

-Mientes- dijo Hiroki con el seño fruncido.

-No miento, vimos una película- dijo Misaki nervioso mientras jugaba con sus dedos.

-Dilo todo ahora- exigió Hiroki poniéndose de pie a punto de estallar.

Misaki agacho la cabeza resignado.

-Me llevo a su casa y vimos el titanic comiendo helado de chocolate irlandes y arándanos.

Hiroki estaba a punto de gritarle acerca de lo imprudente que era al meterse al departamento de un desconocido pero lo dicho por el castaño lo perturbo.

-¿Acaso oí bien? ¿Dijiste el titanic con helado de arándanos y chocolate irlandés?- pregunto Hiroki perturbado.

-Si- dijo Misaki algo temeroso.

-¿Y desde cuando él sabe de nuestros rituales?... No, no mejor dicho ¿Desde cuándo él sabe tantas cosas intimas sobre ti?- pregunto Hiroki frustrado.

-No lo sé- dijo Misaki incomodo.

-Hay muchas cosas que no encajan en la relación tuya con el escritor pervertido- dijo Hiroki pensativo.

-Es lo mismo que pensé yo- dijo Misaki sentándose en el sillón junto a su primo.

-Entonces supongo que lo acribillaste a preguntas- dijo Hiroki volteándolo a ver fijamente.

Misaki soltó una risilla nerviosa y se rasco la cabeza.

-¿Misaki?- pregunto Hiroki sintiendo como la poca paciencia que tenia se esfumaba.

-La verdad es que por más que intente no obtuve más que una propuesta-dijo Misaki con algo de desesperación.

-¿Una propuesta?- pregunto Hiroki masajeándose la sien.

-El dijo que por cada cita respondería una pregunta mía- dijo Misaki jugando con sus dedos.

-¿Por cada cita?- dijo Hiroki a punto de explotar.

Misaki solo pudo asentir con la cabeza.

-¡¡¡ESE MALDITO QUIERE TU VIRGINIDAD!!!- grito Hiroki furioso.

 

 

Un nuevo día comenzaba.

Kisa camino algo somnoliento hasta la cocina donde se encontró a un pensativo Shinobu que jugaba con el vaso de jugo que tenía entre manos.

-Algo te tiene muy alterado desde ayer y estoy seguro que no es por embarazo- dijo Kisa acercándose al rubio.

Shinobu se volteo con una sonrisa torcida e los labios.

-Supongo que hay temas que tengo que aclarar en mi cabeza.

-Pensé que lo que te tenia triste era el tema de tu hermana- dijo Kisa algo inseguro.

-Ella es una maldita bruja egoísta que jamás se preocupo por mí, si Miyagi fuera el padre no puedo pretender que ella me lo seda- dijo Shinobu frustrado.

-Tenemos que llegar al fondo de esto- dijo Kisa soltando un suspiro.

-ES lo que me gustaría- dijo Shinobu recostándose sobre el desayunador.

Kisa estaba a punto de contestar cuando sintió que su teléfono vibraba. Le había llegado un mensaje.

“Te espero Hoy en la entrada de la universidad, espero que no te hayas olvidado de que tendríamos una cita. Yukina”

Se mordió el labio ansioso y deseoso por lo que le pasaría este día.

-Shinobu ve a molestar a Misaki y Hiroki. Asegúrate que te alimenten bien para que el bebe no pase hambre- dijo Kisa mientras corría a su habitación.

-¿Y tú qué?- pregunto Shinobu con curiosidad.

Kisa asomo su cabeza por la puerta de su cuarto.

-Yo me iré a recolectar información- dijo el pelinegro para luego volverse a encerrar en su pieza.

Shinobu se paró de la baqueta sobre la que estaba sentado y rodo los ojos. Tomo sus llaves y se adentro en el departamento contiguo.

Al adentrarse en el departamento se encontró una imagen bastante interesante. Sobre el sillón se encontraba un Misaki recostada notando por las ojeras que tenía en el rostro que se había desvelado.

-Parece que el escritor te tuvo a full- dijo Shinobu con picardía.

Misaki levanto la mirada exaltado al oír la voz de su amigo.

-¿Eh?... ah hola Shinobu… no, nada de eso. Es solo que Hiroki no me dejo dormir- dijo Misaki refregándose los ojos.

-¿Te tuvo de interrogatorio toda la noche?- pregunto Shinobu con curiosidad mientras se acomodaba en el sillón frente al del castaño.

-Si te callas sabrás el porque- dijo Misaki rascándose la cabeza.

Shinobu estaba totalmente desorientado con la respuesta pero no tuvo que esperar mucho para que sus dudas fueran disipadas.

-Ahhh… Ahhh, ahhh… Mas, mas… Mas fuerteee… Sigue asi… Ahhhhhhhh… Mas fuerte… Mas, ahhhhh, mas…- gemía descontroladamente Hiroki.

-¿Estás seguro de que no hay alguien más en esa piesa?- pregunto Shinobu algo desconcertado.

Misaki negó con la cabeza.

-Mi primo se la ha pasado así toda la noche.

-Parece que su sueño está muy caliente- dijo Shinobu con burla.

Después de dos horas Shinobu y Misaki ya estaban listos con el desayuno preparado. De pronto la puerta del dormitorio de Hiroki se abrió y apareció un malhumorado castaño.

-¿Cómo puedes llevar esa cara después de un sueño interesante?- pregunto Shinobu con una sonrisa gatuna.

Hiroki se paralizo en su lugar y sintió como los colores subían a su rostro.

-No entiendo lo que dices- dijo Hiroki tratando de mostrarse indiferente.

-Conmino no juegues, tuviste un sueño húmedo. Misaki no pudo dormir por culpa de tus gemidos- dijo Shinobu tratando de contener la risa.

Si hubiera sido por Hiroki se arrojaba por la ventana del departamento para ocultar su vergüenza pero el problema era que ellos tenían balcón y estaba al otro lado de la habitación.

-Creo que soñé con aquella noche- dijo Hiroki acercándose  sus amigos resignado a ocultar la verdad.

-¿Hablas de la fiesta de Ijuuin?- pregunto Shinobu asiéndose el tonto solo para molestar a su amigo.

Para suerte del rubio del demonio Kamijou no tenía nada a mano para arrojarle.

-¿Pero por el sueño que tuviste no sería fácil deducir que perdiste la virginidad?- pregunto Misaki con inocencia.

Hiroki palideció a tal punto de casi perder el equilibrio y quedar inconsciente en el suelo, por otro lado Shinobu se mordía la lengua para no soltar una sonora carcajada que despertara todo el edificio.

-Ahora que lo pienso si recuerdas con quien estuviste esa noche podríamos debelar algunos misterios- dijo Misaki mas para sí mismo que para el resto, si el castaño tenía el mal habito de pensar en voz alta.

El castaño y el rubio pusieron mucha atención a las palabras dichas por Misaki.

-Es cierto, Hiroki debes decirnos todo lo que recuerdas- dijo Shinobu con cierta suplica en su tono de voz.

El castaño soltó un suspiro y masajeo su sien.

-Para serte sincero los recuerdos son confusos, lo único que puedo asegurarte es que era un indio… recuerdo el azul de las plumas, la piel del traje y creo que tenía una larga peluca. La verdad no estoy muy seguro de mis recuerdos- dijo Hiroki con cansancio en la voz.

-Pero bien que recuerdas como te metió su p***- dio Shinobu, pero antes de terminar la frase Misaki le tapo la boca con su mano.

-Así calladito eres más bonito, no sé cómo pretendes que con esa actitud y esa boquita un profesor como Miyagi se fije en ti- dijo Hiroki con un tono de voz despectivo.

Misaki por un momento pensó que Shinobu derramarías lagrimas, pero lo que hizo el rubio lo sorprendió.

Shinobu se paró de su asiento y le proporciono una fuerte cachetada a Hiroki dejando su mano marcada en la mejilla del castaño. Tomo sus cosas y salió del departamento tras un fuerte portazo.

Misaki miraba molesto a Hiroki el cual se sentí culpable después de lo dicho.

-Sí que tienes tacto- dijo Misaki molesto.

Hiroki soltó un suspiro frustrado.

 

 

Kisa llego a paso tranquilo a la universidad con un look sensual. Llevaba unos jeans azul oscuros súper ajustado, unas zapatillas blancas y una remera negra con cuello en v pegada a su pequeño torso. Más de uno se le quedaba mirando sin importar si eran  heterosexuales u homosexuales.

Allí en la entrada de la universidad, apoyado sobre una hermosa moto, se encontraba Yukina que lo miraba con una deslumbrante sonrisa. Llevaba puesto unos jeans gastados, unos zapatos negros y una camisa azul rey con los dos botones del pecho desprendidos y las mangas arremangadas.

-Hola, perdón por la demora- dijo Kisa con una encantadora sonrisa.

-No te preocupes Kisa por ti esperaría meses si fuera necesario- dijo Yukina con una sonrisa de príncipe de cuento.

El pelinegro se sonrojo, tuvo que morderse el labio para poder controlar esas ganas de arrojarse a los brazos de aquel apuesto príncipe, su príncipe.

Yukina se subió a la moto, Kisa lo imito y se aferro con fuerza a la cintura del castaño.

-Demos comienzo a nuestra cita- dijo Yukina y arranco la moto a toda velocidad.

 

 

Era la séptima colilla que caía al cenicero y ya se encontraba prendiendo otro cigarrillo.

Miyagi no le daba tregua a su cabeza, desde ayer no dejaba de pensar en las ridículas palabras de Nowaki. Se sentía un completo idiota después de lo que le había dicho al pequeño rubio, pero sabía que ante ese terrorista no podía ceder pues podría caer en sus trampas.

-Llevo 10 minutos al lado tuyo y ni has notado mi presencia, Nowaki tiene razón has quedado es shock con su planteamiento- dijo una voz que él conocía de memoria.

-Akihiko hace mucho que no te pasabas por la oficina- dijo Miyagi volteándose a ver con una sonrisa a su amigo.

El escritor tomo una silla y la acomodo frente al profesor para luego sentarse el.

-A mi no me cambies de tema, te conozco Miyagi- dijo Usami con una mezcla de severidad y burla en su voz.

-Pues parece que yo no conozco a Nowaki, nunca imagine que él era de los que le iban con los chisme a los otros- dijo Miyagi con cierta frustración.

-En este caso has metido la pata muy feo y es algo que no podemos omitir- dijo Usami serio.

-¿Ahora vas a darme clases de moral?- pregunto Miyagi con el seño fruncido.

-No exactamente pero vamos por ese camino- dijo Usami encendiendo un cigarrillo.

-Akihiko tú no estás en posición de darme lecciones acerca del buen padre- dijo Miyagi con severidad.

-Quizás, yo no soy padre y aun así pienso ensañarte tus responsabilidad- dijo Usami dejando escapar el humo de sus labios.

-Y que me dices de Elizabeth- dijo Miyagi casi escupiendo ese nombre.

El escritor quedo paralizado al oír esas palabras de su amigo y dejo caer el cigarrillo al suelo.

-Lo que ella hizo no tiene nombre- dijo Usami con un tono de voz lúgubre.

-¿Acaso no es lo mismo que lo  que me está pasando?- pregunto Miyagi de manera desafiante.

El escritor se paro y arrojo con fuerza la silla contra la pared.

-Elizabeth no estaba embarazada de mí porque jamás me interesaron las mujeres y nunca me había acostado con una, ella estaba desesperada y necesitaba el dinero. Jamás la toque y siempre la cuide, aun así ella me traiciono- dijo Akihiko ardiendo en llamas.

-Pero la abandonaste aun siendo su única mano amiga- dijo Miyagi agachando la mirada.

-Como esperabas que la ayudara cuando yo también me había quedado en la calle con las manos vacías, ¿Te olvidas que tú me acogiste durante un mes antes de convertirme en un escritor de renombre?- dijo Usami sintiendo como se quebraba todo en su interior.

Un silencio incomodo se formo entre ambos hombres.

-Fue mi error mencionarla, pero simplemente no puedo aceptar una idea tan descabellada como la de ser padre de un hijo del chico que me ha acosado desde el primer día de clases- dijo Miyagi revolviendo su cabello.

-¿A que le temes?- le pregunto Usami con seriedad.

El maestro elevo su mirada y vio la seriedad de su amigo.

-No sé a qué te refieres- dijo Miyagi sin tener muy claro a donde quería llegar su amigo.

-¿A que le temes? ¿Qué es lo que realmente quieres? ¿Acaso esperas regresas al lado de aquella egocéntrica y egoísta mujerzuela o es quizás que te asusta saber que el muchachito que te ha enamorado en tan solo una noche es aquel que ha rogado por migajas de tu amor todo este tiempo?- pregunto Usami con astucia.

Miyagi se dejo caer hacia atrás soltando un suspiro.

-Eso es algo en lo que deberías pensar- dijo Usami dándose media vuelta para abandonar la oficina.

-Me hablas de sinceridad cuando tu le ocultas a aquel muchachito la verdad- dijo Miyagi casi de manera automática mientras divagaba en los recientes hechos.

-Cada uno con su juego, la diferencia es que tú fuiste muy duro con la persona que te ha profesado un amor puro y sincero, y quizás quien engendra a tu hijo en su vientre- dijo Usami para luego abandonar la oficina.

El profesor ahora no solo se encontraba en el dilema de que había pasado aquella noche de la que no recordaba nada si no que también se encontraba preguntándose a si mismo que es lo que realmente deseaba.

 

 

Hiroki se había salteado la primera clase pues debía pasarse por el hospital kusama a recoger algunos complementos para Shinobu. La recepcionista lo reconoció enseguida y lo guio a la oficina del hijo del jefe.

Entro al despacho y se encontró con el joven sonriéndole como era habitual en él.

-Vine por las medicina- fue lo único que dijo Hiroki.

Pero la mirada del joven estudiante de medicina estaba posada en la marca de una mano en la mejilla izquierda del castaño.

-¿Qué te paso en el rostro?- pregunto Nowaki preocupado.

-Tuve una discusión con Shinobu y termine recibiendo una paliza- dijo Hiroki soltando un suspiro.

-No es fácil para ninguno de ustedes- dijo Nowaki con dulzura.

-Pero Shinobu es el que peor la está pasando- dijo Hiroki con tristeza.

-Sal conmigo esta noche-dijo Nowaki con dulzura.

Hiroki enrojeció como un semáforo y comenzó a arrojarle cosas al médico.

-¡¡¡Como tienes tal descaro!!!- grito Hiroki totalmente abochornado.

Kusama rio divertido ante la actitud del castaño.

-No lo decía en un sentido romántico- dijo Nowaki relajado.

Hiroki detuvo su ataque y le prestó atención  al joven frente a él.

-Pensé en invitarte a comer y así poder charlar con calma esta situación. He notado que actúas como el padre de todos y he creído conveniente tener una seria charla contigo- dijo Nowaki.

-Podría ser- dijo Hiroki algo apenado por creer que lo invitaba en plano romántico.

-Entonces pasare por ti a las 8- dijo Nowaki con alegría.

-Dije podría- dijo Hiroki molesto.

-Si es por aquellos jóvenes se que siempre será un sí- dijo Nowaki con dulzura.

Parecía que podía ver en lo más profundo de su corazón y eso no le gusto al castaño. Así comenzaba una nueva oleada de objetos voladores.

 

 

Llegaron a un hermoso bar oculto entre tantas casas. El local por dentro era elegante y con un toque hogareño. Tomaron asiento en una de las mesas y cada uno hizo su pedido.

-¿Kisa por donde quieres comenzar?- pregunto Yukina animado.

-Vayamos desde el principio- dijo Kisa algo nervioso de descubrir lo que aquel joven diría.

-Bien, pero debo advertirte que mis recuerdos son algo borrosos- dijo Yukina con una sonrisa falsa, algo nervioso de que el pelinegro se enojara.

Kisa sonrió con dulzura y negó con la cabeza.

-No importa que recuerdes, solo necesito saber que paso aquella noche… La verdad es que muchas cosas maravillosas y confusas han ocurrido desde aquel momento, no me desagradan pero me preocupan-dijo Kisa con una mescla de dulzura y tristeza en su voz.

No supo en qué momento los labios de Yukina se posaron sobre los suyos mientras nadie veía.

-Kisa yo cuidare de ti- susurro Yukina con dulzura logrando estremecer a Kisa.

 

 

Shinobu con mucha suerte había logrado llegar a su clase antes que el profesor. Se sentó a medio del salón, inmediatamente que se había acomodado los que estaban a su alrededor se pararon y cambiaron de lugar. Shinobu no le dio importancia y se dedico a sacar sus cuadernos.

De entre sus apuntes cayo un sobre rosa.

-Risako- fue lo único que pronunciaron sus labios.

La clase había finalizado y ahora el rubio se encaminaba a aquella oficina donde parecía que todos sus sueños e ilusiones morirían en segundos.

Si tocar abrió la puerta decidido a acabar con todo su dolor de una sola puñalada.

Ver a aquel hombre de pie lo destruyo por completo, ¿Por qué no podía ser suyo? ¿Por qué no podía ser él quien ganara?... sus lagrimas amenazaban con salir pero el lucho contra sus instintos para mantenerse fuerte.

El profesor no le quitaba la mirada de encima y esto le ponía nervioso.

-Shinobu- fue lo que pronunciaron los labios de Miyagi.

El rubio no quería oír más, no quería sentir más debilidad. Estiro la carta frente al profesor y desvió la mirada.

Miyagi tomo el sobre rosa y miro confundido al pequeño.

-¿Qué es esto?- fue lo único que pudo preguntar.

-Mi hermana se lo envía- dijo Shinobu con frialdad.

Miyagi estaba confundido, ¿Qué tenía que ver la hermana de Shinobu en todo esto?... estaba tan confundido que supo que solo habiendo aquel sobre sabría la respuesta.

Saco la carta dentro del sobre y comenzó a leer… si hubiera sido posible su mandíbula hubiera caído hasta el suelo.

-Risako- fue lo único que pudo pronunciar del asombro.

Shinobu no pudo soportar la presión del momento y salió corriendo de la oficina dejando su corazón partido atrás. Miyagi lo quiso seguir pero seguía demasiado aturdido con el reciente descubrimiento como para actuar.

Así es, aquel joven que siempre le había profesado amor y quizás pueda estar esperando un hijo suyo era el famoso hermano menor de Risako su ex novia que al parecer estaba dispuesta a comenzar un nueva jugada con el hombre con el cual soñaba que sería su marido ideal.

 

Notas finales:

Pobre Shinobu las cosas para el van por mal camino...

Cada vez mas cerca de la verdad ¿Que pasara con estos lindos y sexys ukes??

Gracias por leer, espero lo haan disfrutado...

Un Abrazo y muchos besoss para los que siguen este fic, ustedes hacen realidad esta hitoria.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).