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Que paso ayer? por Caperusita Kiryuu

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Notas del capitulo:

Otra vez aqui yo actualizando...

Aqui hay una hermosa sorpresita para todas mis lectoras...

Capitulo 11: recopilando datos confusos.

 

Un silencio incomodo se había formado entre ambos. La mesera llego a la mesa y dejo la ordenes de ambos jóvenes. El silencio persistía.

-Yo era el policía de verdad o reto- fue lo que pronunciaron los labios de Yukina.

Kisa abrió grande los ojos del asombro y rápidamente llegaron a él las imágenes del juego.

-Al principio dude de si debíamos vernos, la verdad es que he oído muchas cosas de ti- Yukina agacho la mirada y comenzó a jugar con sus dedos.

-No soy alguien que pase desapercibido- dijo Kisa con tristeza, las cosas comenzaban a ponerse un poco tensa y no quería llegar al punto donde seria juzgado por sus acciones.

-Muchos comentan lo fácil que es llevarte a la cama y lo experimentado que eres- dijo Yukina con su voz cargada con ira, la cual trataba de contener.

Kisa sonrió con amargura.

-Quizás soy la persona más buscada a la hora del sexo, quizás he hecho que toda mi vida girara en torno a lo físico y superficial.

-Pero a pesar de todo quería oírlo de tus labios- dijo Yukina elevando su rostro mostrando un leve brillo de esperanza en sus pupilas.

La mirada de Kisa denotaba tristeza.

-Ya has oído toda mi verdad pero si hay algo que realmente te molesta no me lo digas, solo pídeme que me vaya y que nunca más me acerque a ti- suplico Kisa al borde del llanto.

-Jamás vuelvas…- aquella palabras salieron con seguridad de los labios de Yukina quien respiro hondo para recuperar el aliento de los nervios que sentía en ese momento.

Al oír esas palabras Kisa cerro los ojos tratando de contener ese extraño dolor en su pecho, luchaba contra sus instintos para no arrojarse a los pies de aquel príncipe para suplicar piedad.

-Jamás vuelvas evadirme, no me dejes… dame la oportunidad que nadie mas tuvo, permíteme ser parte de tu vida y ser el único que pueda tocar tu cuerpo- dijo Yukina con una dulce sonrisa mirando a Kisa.

El pelinegro elevo la cabeza abriendo de golpe los ojos.

-Yo… yo...- sus labios balbuceaban lo que parecía ser el intento de poder responder a aquella declaración tan directa.

Yukina poso su mano sobre la de Kisa.

-Quédate a mi lado- suplico.

Kisa exaltado quito su mano y se puso de pie con las claras intensiones de salir corriendo de aquel lugar. Pero apenas intento dar un paso su cuerpo comenzó a fallarle.

Sentía fuertes puntadas en la cabeza y comenzaba a ver borroso. Su cuerpo se tambaleada y el no podía retomar el control. Sintió que todo se volvía lejano y de a poco la luz se extinguía.

 

 

Entro a su departamento azotando la puerta, sentía el corazón hecho trisas. Corrió hacia el sillón y se recostó pansa arriba, no recordaba bien cuando había sido la última vez que sintió ganas de llorar.

-Deben ser mis hormonas- hablo para sí mismo intentado justificar el dolor en su pecho.

Tomo una almohada y la abrazo. Se sentía tan solo, no importaba cuan presenten estuvieran sus amigos jamás sería lo mismo sin un padre al lado de su pequeño.

-¿Yo seré la mama?- se pregunto a sí mismo en voz alta.

Una sonrisa se dibujo en sus labios, mientras con una mano sostenía la almohada con la otra acariciaba su plano vientre.

-¿Cuánto tardaras en hacerte visible?... Si te pareces a tu papi seguramente serás reservado y mi pansa será pequeña; pero si te pareces a mi serás un revoltoso- dijo en voz alta sin quitar su mano del vientre, sintiendo como las lagrimas comenzaban a acariciar su mejilla.

Cerró sus ojos y pudo ver en su interior el rostro de aquel hombre que lo cautivo.

-Él era el hombre de mis sueños… pero ahora tengo otras razones para seguir en pie. Quizás el no me ame pero ha dejado en mi una huella que no puede ser borrada, en mi vientre crece el fruto de mi amor por aquel que yo lo he dado todo pero que al final termino por rechazarme- Shinobu no pudo contenerse más y se dejo arrastrar por un mar de lagrimas amargas.

 

 

Miyagi no caía en cuenta de todo lo que había sucedido, nada encajaba o eso quería creer. El profesor esperaba en la mesa de siempre de aquel café maid a sus dos mejores amigos.

Cuando los vio entrar los saludos con la mano a lo que sus amigos correspondieron.

-¿Y para que querías verme de nuevo? ¿Es que acaso soy tan irresistible que no puedes vivir sin mi?- pregunto Usami con arrogancia mientras se acomodaba en una de las sillas al igual que Nowaki.

-Oh Nowaki hoy te ves esplendido, tal parece que tendrás una cita- dijo Miyagi con picardía ignorando a su otro amigo.

-Así es- dijo Nowaki con una encantadora sonrisa.

-Miyagi no me ignores y vamos al grano que soy un hombre muy ocupado- dijo Usami serio.

Ambos hombres que acompañaban al peliplata soltaron una risilla.

-Deberías ser un hombre ocupado pero como siempre supongo que dejaras tus manuscritos para el último momento- dijo Miyagi divertido.

Usami sonrió.

-Es cierto pero es porque yo hago lo que quiero- dijo el escritor con arrogancia.

-Bienvenidos y Buenos días amos, que desean ordenar- dijo la joven Misa con una encantadora sonrisa.

-Lo de siempre- dijeron Miyagi y Usami al unisón.

-Jaja parece que vienen muy seguido- dijo Nowaki divertido.

-Algo así- dijo Usami despreocupado.

-Yo pediré un batido de banana (plátano) y… ¿Qué me recomiendas?- pregunto Nowaki con gentileza.

De la nada apareció una enérgica y chismosa rubia.

-La especialidad de hoy es tarta de limón y frutilla o cheescake de chocolate blanco con maracuyá hechos a mano por nuestra linda Misa- dijo Serena.

-No sabía que cocinaras- dijo Miyagi sorprendido.

Misaki se sonrojo un poco ante tales comentarios.

-Yo pediré la tarta de limón y frutillas además de mi café- dijo Usami con una extraña aura negra rodeándolo.

-Si amo- dijo Misaki un poco incomodo.

-Entonces yo pediré mejor un té con una porción del cheescake- dijo Nowaki con alergia.

-En un momento le traeré su orden amos- dijo Misa haciendo una reverencia y luego retirándose.

-Te gusta- dijo Nowaki sorprendido.

-El es Misaki vestido de mujer- dijo Usami sacando un cigarrillo de su bolsillo.

-Ya me parecía raro que de la noche a la mañana cambiaras de gustos cuando siempre te sentiste atraído por hombres- dijo Nowaki.

-Pero no estamos aquí para hablar de nosotros- dijo Usami mirando al profesor.

Miyagi soltó un suspiro y despeino su negra cabellera.

-Shinobu es el hermano menor de Risako.

La cara que pusieron sus amigos no tenía precio, por primera vez el gran escritor Usami Akihiko mostraba una autentica cara de asombro ante los demás. La noticia les había tomado por sorpresa, ninguno se esperaba una bomba como esa tan pronto.

-¿Estás diciendo que Shinobu es tu ex cuñado?- pregunto Usami sin poder salir del asombro.

-Pero esto no acaba aquí, al parecer los padres de Risako no estaban al tanto de nuestra separación y ahora me ha invitado a una cena en su casa con su familia el domingo- dijo Miyagi con cierta desesperación en la voz.

-Parece que no te queda mucho tiempo- dijo Usami soltando el humo.

-¿Qué quieres decir con eso?- pregunto Miyagi confundido.

-Debes descubrir si eres el padre del bebe- dijo Nowaki serio.

-Pero si hiciera eso me aferraría a una persona solo por deber- dijo Miyagi.

-Y eso destruiría al pequeño Shinobu- dijo Nowaki preocupado.

-Entonces pon a prueba tus sentimientos- dijo Usami serio.

-¿A qué te refieras?- pregunto Nowaki con curiosidad.

-Lo que él quiere que haga es que compare mis sentimientos hacia Shinobu con mis sentimientos por Risako- dijo Miyagi con el ceño fruncido.

-Pero eso sería jugar a dos puntas- le reprocho Nowaki a su amigo el escritor.

-Eso no es cierto, podría medir sus sentimientos a través de los celos- dijo Usami despreocupadamente.

-Eso podría funcionar- dijo Nowaki.

Repentinamente apareció Misaki y entrego la orden a sus clientes.

-Si necesitan algo mas pídanmelo amos- dijo Misaki con su dulce voz.

-Yo necesito más de ti- dijo Usami sin pudor.

Misaki se sonrojo por completo y haciendo una reverencia se retiro.

-Tú sí que no tienes descaro- dijo Miyagi a su amigo con una sonrisa.

-Deberías aprender de mí… Las cosas no ocurren porque si, las casualidades no existen. Aquella noche conocí a Misaki y no tuve dudas de que era el indicado para mí, no necesito pensarlo simplemente dejarme llevar por mis instintos- dijo Usami llevando la tasa a sus labios para darle un sorbo a su café.

-Seguramente te refieres a tus instintos más primitivos- dijo Nowaki divertido.

-A mi me funciona, no soy un tipo fácil y solo me excita lo que verdaderamente amo- dijo Usami con una sonrisa.

-Todo un romántico, quizás si tuviera tu determinación no tendría que lidiar con la psicópata de Risako- dijo Miyagi masajeándose la sien.

-Miyagi yo puedo ser muchas cosas pero sabes que soy un hombre fiel a los escasos sentimientos que me permito vivir- dijo Usami llevándose un bocado de tarta a la boca.

-Quiero tener en claro lo que paso aquella noche antes de hacer cualquier jugada- dijo Miyagi serio.

-Todos sabemos lo que paso, sabes que aquel joven a rondado tu cabeza todo este tiempo… Aquella mujer era un fastidio aun así tu sonreías junto a ella y la consentías en todo, si ella eligió irse no es justo que ahora porque se le dio la gana pueda tenerte nuevamente- dijo Usami serio.

-Lo sé pero no puedo herirla…- trato de justificarse Miyagi pero fue interrumpido por uno de sus amigos.

-¿Si ella se fue por que debes ceder tu ante sus caprichos?... No puedes seguir dependiendo de los demás… le hablaste a Shinobu de responsabilidad y mírate a ti mismo ahora incapaz de pensar por tu cuenta. Es patético que un hombre de tu clase se deje dominar por la lastima- dijo Nowaki molesto.

-No es eso- dijo Miyagi de golpe llamando la atención de algunos clientes.

-¿Entonces que es aquello que te impide estar con él?- pregunto Nowaki un poco más relajado pero aun preocupado por su amigo.

El profesor soltó un suspiro y se aflojo la corbata.

-El es un niño, no quiero ser una carga para el… soy muy viejo y aburrido si él me dejara no sabría como actuar- dijo Miyagi con un leve temblor en la voz.

Usami y Nowaki miraron con una cálida sonrisa a su amigo.

-Cuando se ama no hace falta pensarlo tanto, se directo e instintivo que un sentimiento como este solo puede extinguirse si no s cuidado correctamente- dijo Nowaki.

-El amor es como una flor, si le das todo los cuidados necesarios esta crecerá fuerte y con el tiempo dará frutos. Cuida del corazón de aquel muchacho y te asegura que el fruto de aquel amor será tu mayor recompensa- dijo Usami.

Miyagi sonrió aliviado pero sabía que había que hacer algo más antes de darle el sí a aquel terrorista.

 

 

El estridente sonido llago a perforar su cerebro, se paro del sillón somnoliento. Shinobu se había quedado dormido después de tanto llorar.

Al abrir la puerta se encontró con el rostro más desagradable sobre la tierra. Su hermana estaba de pie frente a él de brazos cruzados y con el seño fruncido.

-Ayer no me llamaste- dijo la mujer molesta.

-¿Y para que querría el honor de llamarte?- pregunto Shinobu con sarcasmo.

-Para avisarme si le entregaste la carta a Miyagi y que respondió- dijo Risako.

El rubio sintió como dentro de él parecía querer derrumbarse.

-Estaba muy cansado como para llamarte- fue lo único que sus labios pudieron pronunciar.

-Qué más da, eres un inútil- dijo Risako haciendo a un lado a su hermano para pasar al departamento.

Shinobu miro molesto a su hermana que descaradamente se metía sin permiso al hogar de otro.

-¿A qué viniste realmente?- pregunto Shinobu molesto mientras cerraba la puerta.

-Mama dijo que saldremos los tres a cenar así que me pidió que viniera hasta aquí y luego pasara ella a buscarnos- dijo Risako mientras se sentaba en el sillón como dueña de casa.

Shinobu soltó un suspiro cansado. Su madre siempre fue la gran muralla que lo detuvo, ella siempre hacia lo que quería con los demás de lo contrario mostraba su verdadera cara. No tenia salida se fue hacia al baño a tomar una ducha para alistarse.

 

 

Se adentro a la pieza con un caminar sensual mientras se mordía el labio inferior. El policía no hacía más que dejarse llevar por aquel ser que desprendía sensualidad.

-Hazme el amor- pronunciaron los labios de Kisa mientras se dejaba caer sentado a los pies de la cama.

Yukina se acerco a él a paso seguro y se arrodillo a sus pies. Sus rostros estaban a escasos centímetros y por primera vez el pelinegro sintió como la sangre se acumulaba en sus mejillas.

Una de las grandes manos de Yukina se poso sobre el rostro de Kisa, con su pulgar delineo los finos labios del pelinegro.

-Déjame ser más que otro en tu cama- pidió Yukina acercándose peligrosamente a los labios de Kisa, sentía como sus respiraciones chocaban con la piel del otro.

Los ojos de Kisa miraban a Yukina de manera suplicante.

-Ámame, por favor- su voz era dulce.

Sus labios se unieron en un tierno beso. Kisa con timidez fuer rodeando el cuello de Yukina con sus brazos. Su respiración era agitada y por primera vez en su vida sus movimientos en la cama no parecían ser tan precisos.

Lentamente Yukina lo fue recostando sobre el colchón.

Se separaron y sus miradas se encontraron

-Te hare el amor por primera vez- susurro Yukina con dulzura.

Kisa se estremeció de pies a cabeza y sintió como la cálida boca de aquel príncipe se posaba sobre su cuello.

….

Abrió sus ojos repentinamente mientras de sus labios escaba un suave gemido.

Sus ojos se encontraron con lo de Yukina que lo miraba con preocupación.

-¿Estás bien? Me asuste mucho cuando te vi desmayarte- dijo Yukina.

Kisa no lo pensó, simplemente se dejo llevar. Sus brazos rodearon el cuello del castaño y unió sus labios en un beso lleno de necesidad.

Yukina no pudo resistirse al dulce sabor a chocolate de la boca de Kisa, pero sentía miedo.

La juguetona lengua de Kisa delineo los labios de su amante y este la abrió permitiéndole el paso al fogoso encuentro entre sus lenguas que se enredaban entre sí buscando saciar con ese contacto el ardiente deseo que quemaba sus excitados cuerpo.

Su respiración era agitada pero  sincronizada con la del otro. Aquella boca era deliciosa y Kisa no lo podía negar, no sentía aquel sabor a menta y licor esta boca sabia miel. Era una sensación dulce que sobrepasaba todos sus sentidos y rompía los límites de su cordura.

Tuvieron que separarse pues necesitaban oxigeno. Sus miradas se encontraron, una ansiosa y otra confundida.

-Prometiste ser diferente a los otros, me dijiste que solo tu podrias hacerme el amor- susurro Kisa mirando a Yukina con un sonrojo en sus mejillas.

Yukina se sorprendió ante aquellas palabras y luego sonrió.

-Kisa realmente me gustas y quiero conocer más de ti, no solo físicamente sino emocionalmente- susurro Yukina al oído de Kisa haciéndolo estremecer.

Sintió como los dientes de su príncipe rosaban con suavidad el lóbulo de su oreja haciéndolo soltar dulces suspiros que cautivaron al castaño.

Las delicadas manos de Kisa se elevaron y rodearon la ancha espalda de su acompañante uniéndolas en la nuca y enredando sus dedos en las castañas hebras.

Yukina lentamente comenzó a descender por el blanco cuello de su amante dejando marcas sobre su piel. Quería dejar en claro que aquel joven era solo suya y que ya nadie más podría tocarlo.

Kisa jalo suavemente de los cabellos de Yukina al sentir como aquel joven devoraba su cuello. Era la sensación más deliciosa y excitante. Se sentía totalmente en las nubes cuando aquellas caricias atravesaban su alma.

Yukina comenzó a descender por aquel pequeño y exquisito cuerpo, marcando un camino de besos hasta llegar a los pezones de su amante. Una suave lamida sobre el pezón derecho logro estremecer por completo.

-Ahhhh...- un dulce gemido se escapo de los labios de Kisa.

-Ese es el sonido más exquisito que escuche en mi vida- dijo Yukina con voz ronca, estaba totalmente extasiado con el momento.

Entonces su hambrienta boca comenzó a descender por el abdomen plano de su pequeño. Lentamente comenzó a bajar el cierre del pantalón y entonces sintió como el cuerpo de Kisa se ponía ansioso.

-Quiero llevarte al límite- dijo Yukina con una seductora sonrisa.

-Destrózame- suplico Kisa.

Bastaron esas palabras para que Yukina de un solo movimiento le quitara las prendas que les quedaban puestas a Kisa.

Yukina estaba a punto de comenzar a jugar con el apetitoso miembro pero en un rápido movimiento se encontró el recostado en la cama con una Kisa desnudo sentado sobre él.

Con movimientos sensuales el pelinegro comenzó a despojar de sus prendas a su amante. De manera lenta permitiendo que sus dedos acariciaran la piel caliente de aquel escultural cuerpo.

Ambos cuerpos estaban desnudos, los miembros se rozan de manera erótica. Como un gato comenzó a descender por el amplio pecho de su amante depositando sensuales besos.

Kisa llego hasta el enorme miembro de Yukina que se erguía imponente frente a él.

-Debo admitirlo es el mas gran que vi en mi vida, y eso que de esto se mucho- pensó Kisa divertido.

Su traviesa lengua comenzó a dibujar círculos en la punta del miembro, podía sentir como el cuerpo de Yukina se estremecía con sus caricias y eso lo complacía. Su lengua comenzó a trazar una línea húmeda en toda la extensión de aquel delicioso miembro hasta llegar a la base.

-Deliciosos- soltó con voz ronca Yukina.

La lengua del pelinegro se paseaba por todo aquel miembro impacientando a su acompañante. Pero su cuerpo está llegando a su límite y le exigía más.

Con sensualidad y pasión introdujo lentamente el pene de Yukina en su boca. Que sensación más placentera experimento su paladar al sentir como la punta de aquel miembro acariciaba el interior de su cavidad bucal.

Kisa permitió que un gemido muriera en su boca. Con su lengua comenzó a acariciar el miembro de su amante, su boca subía y baja desde la punta hasta la base.

Yukina se sentía en el cielo, estaba totalmente excitado con la imagen de su amado arrodillado frente a él haciéndole sexo oral exhibiendo su redondo y apetecible trasero. Pero sabía que pronto llegaría su límite y no quería llegar a un orgasmo, no todavía. Separo lentamente el rostro de Kisa de su miembro, podía ver como un hilo de saliva escurría por la comisura de sus labios. Sus ojos entre abiertos y sus mejillas sonrojadas lo hacían ver aun más delicioso.

Poso su mano en el mentón del pelinegro y lentamente lo fue atrayendo hacia él. Una de las grandes manos de Yukina se deslizo por la tersa piel de su amante hasta llegar a su entrada. Lentamente uno de sus traviesos dedos y se coló en aquel caliente orificio.

-Ahhh… ahhh… Yukina…- Kisa soltó un delicioso gemido sin pudor.

-Kisa realmente deseo estar dentro tuyo- dijo Yukina con voz ronca sintiendo como todo su auto control estaba a punto de arrojarse al vacío.

-Ahhh… ahhhh… Yukina… ahhh… entra en mi ahhhh… hazme el amor…- gimió con fuerza Kisa mientras sentía como aquel dedo se movía en círculos en su interior.

Yukina retiro su dedo y tomo a su pequeño amante de las caderas, lentamente lo posiciono sobre su miembro. De manera lenta se fue introduciendo.

-Ahhhh… ahhhhh… ahh… ahhhhh…- gemía Kisa totalmente excitado mientras sentía como lentamente aquel intruso se introducía lentamente de manera tortuosa.

Yukina entro totalmente en Kisa, pero el pelinegro estaba demasiado ansioso como para esperar. Las caderas del menor subían y bajan sobre el enrome miembro de su amante, estaba totalmente excitado. El castaño estaba llegando a la locura con la exquisita imagen de su acompañante penetrándose a sí mismo.

Pero Yukina no estaba decidido a dejar que aquel delicioso cuerpo tomara el control sobre él. Lentamente lo separo de su cuerpo y obligo a Kisa a ponerse en cuatro, el pelinegro recostó su pecho sobre el mullido colchón mientras dejaba a merced de su amante su entrada. Yukina entro de una sola estocada, sus embestidas eran salvajes. Entraba y salía de aquel delicioso y cálido interior que lo recibía ansioso.

-Yukina… Yukina…- gemía descontroladamente Kisa.

No había pudor en su voz, Kisa había perdido toda cordura. Sentía como aquellas envestidas rompían todo su cuerpo en una delicioso elixir de la pasión.

-Ahhhh…- un fuerte gemido se escapo de los labios de Kisa, Yukina había tocado aquel punto que hacia delirar al pelinegro.

Las embestidas eran brutales, deliciosamente salvajes.

Pero después de tanto deseo sabían que sus cuerpos estaban llegando a su límite.

Una fuerte corriente eléctrica recorrió su columna, hecho su cabeza hacia atrás.

-Yukinaaa…- Kisa había llegado al orgasmo.

-Ahh… Kisaaa…- Yukina también había llegado al orgasmo al mismo tiempo mientras sentía como paredes de aquel cálido canal abrazaban su miembro.

Lentamente el castaño salió del cálido interior de su amante.

Se desplomo junto a su pequeño amado.

-No me digas que ya llegaste a tu limite- dijo Kisa con voz juguetona.

Yukina sonrió complacido, sabía que su amado todavía no estaba satisfecho. Tomo de la cintura al pelinegro y lo recostó debajo suyo, Kisa rodeo con sus piernas las caderas del castaño. De una sola estocada estaba nuevamente en su interior dispuesto a ir por una segunda ronda y si se podía una tercera o mas.

 

 

Hiroki se sentía ansioso y no dejabas de darle vueltas al sillón como un idiota, se veía como un perro tratando de atrapar su propia cola solo que el trataba de atrapar la respuesta a aquel cosquilleo en su estomago. Ver así de nervioso a su primo le dio gracia a Misaki.

-¿Por qué tan nervioso?- pregunto Misaki haciéndose el tonto pues sabio para donde iba todo esto.

-¡¿Quién esta nervios?!- pregunto Hiroki a gritos.

-Desde que te alistaste no paras de darle vuelta al sillón, si sigues así tendremos que reparar la zanja que dejaras en el suelo- dijo Misaki divertido.

-No te burles- dijo Hiroki mientras observaba la hora en el reloj que tenia puesto en la muñeca derecha.

Aun con la mirada agachada siguió caminando y a causa de su distracción choco contra el brazo del sillón  y termino cayendo de cara sobre este.

Misaki soltó una risilla que no pudo contener por más tiempo.

-Cálmate todo saldrá bien- dijo Misaki con dulzura.

Hiroki estaba a punto de protestar cuando el timbre del portero sonó.

-Yo me voy- dijo Misaki que salió corriendo velozmente y se encerró en su habitación.

Hiroki se puso de pie y soltó un suspiro. Se miro en el espejo que tenia junto a la puerta principal y se acomodo su ropa para luego salir.

Allí en el portal del edificio lo esperaba Nowaki con una encantadora sonrisa. No puedo evitar que por su mente pasara la idea de  lo bien que se veía (Nowaki vestía un pantalón negro de vestir, unos zapatos negros y una camisa azul rey con los dos botones de arriba desprendidos).

-Hola- saludo Hiroki con timidez.

-Hola Hiro-san, te vez hermoso- dijo Nowaki con dulzura.

El castaño se sonrojo hasta la orejas y se volteo dándole la espalda a su acompañante. Esta acción le dio gracia a Nowaki era como un niño tratando de ocultar sus sentimientos.

Sin previo aviso el médico tomo de la mano a Hiroki y lo jalo hasta su auto. Una vez dentro puso en marcha el vehículo y se fueron hacia el restaurante.

 

 

Shinobu, su hermana y su madre ya habían ordenado su pedido y estaban esperando que el mesero les trajera la comida.

-¿Dime Shinobu como están los estudios?- pregunto su madre.

-De maravilla- dijo Shinobu sin quitar la expresión seria de su rostro.

-Eso es bueno- dijo la mujer dándole un sorbo a la copa de vino.

-Bebe un poco- ofreció Risako con una dulzura y sonrisa fingida, todo un teatro sobre la buena niña frente a su madre la única mujer capaz de darle todo el poder que deseaba.

-No gracias- rechazo Shinobu con educación pues sabía que con esto del embarazo no podía consumir alcohol.

-Shinobu sabes que jamás se debe rechazar una copa de vino- dijo su madre con severidad.

-Es que no quiero beber pues mañana debo asistir a clases- dijo Shinobu esperando que su mentira funcionara.

-Entonces solo por esta vez lo dejare pasar- dijo la mujer sin darle importancia.

Lo más gracioso de su infancia es que jamás olvido las lecciones que su madre le había enseñado. Lo había criado como a una mujerzuela fácil que debía ceder ante cualquier pedido de hombres o mujeres. Había sido criado como una oportunista, pero él sabía que no era esa clase de persona y sabia que frente a su madre fingía como todos lo hacían.

-Por la única razón que te hice llamar es para hablar sobre el casamiento de tu hermana- dijo la mujer con frialdad.

¿Cuántas veces más en ese día la suerte rompería su corazón?... se sentía frustrado y solo.

 

 

Llegaron al restaurante donde fueron guiados por uno de los mozos a la mesa que Nowaki había reservado. Después de hacer sus pedidos se quedaron mirándose fijamente.

-Estoy orgulloso de Shinobu- dijo el médico con una sonrisa.

El castaño correspondió a la sonrisa.

-Admiro su valor, pasara por momentos difíciles y deberá aprender a sobre llevar su realidad- dijo Hiroki con algo de preocupación.

Nowaki tomo la mano derecha del castaño que reposaba sobre la mesa entre las suyas.

-Ustedes no estarán solo, sabes que cuentan con mi apoyo- dijo Nowaki con dulzura.

El castaño asintió y soltó un suspiro.

-Lo que me preocupa realmente es el asunto del padre, a Shinobu le afecta mucho el tema- dijo Hiroki.

-¿El sospecha de que Miyagi es el padre?- pregunto Nowaki con confianza.

El castaño se exalto ante la pregunta que lo tomo por sorpresa.

-¿De dónde sacas eso?- pregunto Hiroki con el seño fruncido.

-Instinto- dijo Nowaki tomando un poco de cerveza.

-A mi no me vengas con ese cuanto, hay algo que me estas ocultando y seguramente se relaciona con aquella vez que fui a buscar a Shinobu al hospital y lo encontré peleando con Miyagi- dijo Hiroki.

-Yo estoy de acuerdo con Shinobu al pensar que Miyagi es el padre del bebe- dijo Nowaki con una sonrisa.

La cara de Hiroki denotaba sorpresa, aquellas palabras jamás se las hubiera esperado de uno de los amigos de aquel hombre que estaba causando estragos en la vida de su pequeño amigo.

-¿Estas confesando que él es el padre del bebe?- pregunto Hiroki sorprendido.

El médico negó con la cabeza sin que aquella sonrisa se borrara de sus labios.

-¿Y entonces?- pregunto Hiroki confundido y molesto.

-A pesar de que mis recuerdos no son muy precisos sobre aquella noche tengo el presentimiento de que Shinobu no se equivoca- dio Nowaki.

El mozo llego y sirvió la comida para luego retirarse.

Un silencio incomodo se había formado entre ambos.

-¿Estuviste en la fiesta?- se arriesgo a preguntar Hiroki.

-Claro Ijuuin y yo somos amigos desde que nos presento su primo- dijo Nowaki relajado.

-Entonces tú debes saber lo que paso en la fiesta- intuyo Hiroki.

-Algunas cosas- dijo Nowaki totalmente relajado.

-¿Cosas como que?- pregunto Hiroki con curiosidad.

-he visto a Kisa con Yukina muy juntitos, creo que paso algo entre ellos- dijo Nowaki.

-¿Dices Yukina el del grupo de Ijuuin?- pregunto Hiroki sorprendido.

-El mismo- dijo Nowaki asintiendo con la cabeza.

-¿Y no viste a Miyagi con Shinobu?- pregunto Hiroki con molestia, como era posible que recordara a Kisa y no a Shinobu que andaba con uno de los profesores de la universidad.

-En realidad recordé lo de Kisa porque accidentalmente chocamos y lo moje con una botella de vino- dijo Nowaki divertido.

-Permiso iré al baño- dijo Hiroki poniéndose de pie.

Nowaki le dio las instrucciones y el castaño se adentro por un pasillo hasta llegar al baño.

Hiroki se miraba al espejo con las manos apoyadas sobre el lavatorio.

-Esta es la peor de las coincidencias, el estuve en la fiesta donde viví la peor noche de mi vida y para empeorarlo nos reconoció- se decía a sí mismo el castaño.

-Quizás te miraba de esa manera porque tuvieron algo, hasta me jugaría el alma diciendo que perdiste la virginidad con el- la maldita voz de Kisa sonó en su cabeza pronunciando aquella frase que tanto disgusto le había causado.

Negó desesperado con la cabeza cuando la peor de las imágenes llego a su cabeza. La idea de haberse acostado con aquel hombre lo perturbaba, entonces llego una molesta pregunta  su casa.

-¿Y si realmente me acosté con Nowaki quiere decir que él me invito a esta cena solo para encontrar otra oportunidad?- pensó Hiroki totalmente aterrado.

El castaño sabía que no podía huir ya que el médico le había invitado “supuestamente” con la mejor de las intenciones. Soltó un suspiro  cansado y se masajeo la sien.

-Maldito Kisa por tu culpa ahora no podre mirar con seriedad a Nowaki- susurro Hiroki molesto.

 

 

Eran aproximadamente las 10 de la noche cuando Misaki se alistaba para dormir, cuando un persistente sonido llamo su atención.

-Mmm que raro que alguien busque a Shinobu a esta hora- pensó Misaki mientras terminaba de colocarse el pijama.

El timbre de al lado sonaba y sonaba la persona que parecía estar buscando al rubio era muy persistente.

La curiosidad termino por vencer a Misaki. Camino lentamente hasta la puerta y la abrió saco la cabeza y miro a su derecha. Que sorpresa se llevo al ver al profesor Miyagi de pie frente al departamento de Shinobu.

-¿Profesor?- las palabras se escaparon de los labios del castaño quien no salía de su asombro de ver a aquel hombre aquí.

Miyagi volteo su rostro y se encontró con la inocente y curiosa mirada de un castaño que él conocía bien.

-¿Misaki acaso vives en este edificio?- pregunto Miyagi sorprendido.

-Sí y en el departamento que está tocando usted el timbre es el de Shinobu- dijo Misaki haciéndose el tonto aunque tenía sus sospechas de que el profe estaba ahí por el rubio.

-Lo sé, vine a hablar con él- dijo Miyagi.

-El no está, salió a cenar con su madre y su hermana- dijo Misaki con cierta molestia.

El profesor soltó un suspiro y revolvió sus cabellos.

-Misaki hazme el favor y no le digas que estuve aquí- pidió Miyagi.

-Está bien- dijo Misaki.

-Nos vemos mañana- se despidió Miyagi resignado emprendiendo su viaje de ida.

-Hasta luego- dijo Misaki sin dejar de ver con asombro a aquel extraño hombre que causaba estragos en su amigo.

La cabeza de Misaki comenzaba a trabajar en las múltiples razones de que aquel hombre quisiera ver a Shinobu y por otro lado se debatía en sí debería contarle o no a su amigo acerca de que el profe le vino a buscar.

 

Notas finales:

Espero lo hayan disfrutado mucho porque a mi me encanto escribirlo...

El proximo capi traera cosas mas emocionantes, cada vez mas intensos...

Un abrazo super grande para Gemma, Misakii212, XxSweetmegu14xX, loretta mink y Julia Phantomehive...

Besossss, gracias por leer y seguimos en cada capi.


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