Capitulo 17: Mi secreto ahora está en tus manos.
El sol se colaba por la ventana iluminando los desnudos cuerpos que reposaban sobre la amplia cama.
Aquellos fuertes brazos rodeaban con delicadeza y protección aquel frágil cuerpo que se curvaba en el abdomen.
Toc… toc… toc…
El golpeteo en la puerta despertó al mayor de su tranquilo sueño.
Recorrió el lugar con su mirada y sonrió complacido al ver la ropa esparcida por el suelo. Sonrió embelesado con la silueta que se removía entre sus brazos en un intento por despertar.
Lentamente abrió sus enormes ojos de largas pestañas y después de refregarlos con sus delicadas manos observo aquel amplio y fuerte pecho sobre el cual reposaba su cabeza.
-¿Miyagi?- llamo Shinobu dudoso si todo aquel que había pasado anoche hubiera sido una ilusión.
-¿Quién mas podría ser?- pregunto Miyagi divertido mientras acariciaba esa rubia y sedosa cabellera.
Shinobu sonrió con alegría y sin pensarlo mucho beso los labios de su amado profesor.
-Estoy feliz de que estés conmigo- susurro Shinobu todo sonrojado.
Miyagi lo abrazo con más fuerza pero sin lastimarlo y se dejo embriagar por el aroma de su amado.
-Yo estoy aun más feliz de que no dejaras de amarme y de que ahora pueda estar a tu lado sintiendo como ese pequeño que crece en tu vientre como su padre- dijo Miyagi.
Fue inevitable que la felicidad los embriagara repartiéndose tiernas caricias y dulces besos.
Lentamente fue abriendo sus ojos… sus hermosos esmeraldas se encontraron con unos penetrantes violetas. Sintió como se sonrojaba hasta las orejas y se mordió el labio tratando de ocultar la pena.
Una fría pero a la vez cálida mano acaricio sus cabellos haciéndolo sentir relajado.
-Te vez muy lindo dormido- susurro Akihiko con voz ronca.
Misaki sintió que su rostro se sonrojaba aun más, apoyo su rostro sobre el fuerte y denudo pecho del escritor.
-No digas cosas tan vergonzosas.
Usami rio divertido al ver que a pesar de lo que había pasado la noche anterior el castaño aun sentía vergüenza ante su presencia.
-Y qué opinas de un baño antes de regresar a tu departamento- propuso Usami mientras con sus grandes manos acariciaba la espalda desnuda del castaño.
De golpe toda la información llego a su cabeza revelando un gran problema.
-Hiroki va a matarme cuando se entere de que pase la noche contigo- dijo Misaki exaltado.
Repentinamente el escritor se paró de la cama cargando entre sus brazos al castaño que lo miraba confundido.
-Entonces será mejor bañarnos y alistarnos para que te lleve con aquel demonio- dijo Usami mientras caminaba hasta el baño. Se acerco a la oreja del castaño y le susurro- pero para gastar menos tiempo y cuidar el planeta nos bañaremos juntos.
El escritor se adentro al baño con el castaño en brazos.
-¡¡Pervertido!!- grito Misaki al descubrir la intenciones del mayor, pero ya era tarde.
Despertaba inundado por cálidas caricias sobre su piel.
-Buenos días amor- susurro Kisa mientras se desperezaba.
-Pensé que dormirías un poco más- dijo Yukina mientras depositaba un casto beso en los labios del pelinegro.
Kisa rodeo el cuello de su novio con sus brazos y roso su nariz con la del otro.
-Debo regresar a casa antes de que le de un infarto a Hiroki.
Yukina en un excitante movimiento se posiciono entre las piernas de su novio.
-Y si me mimas un poquito más antes de partir al departamento- propuso Yukina con una carita de cachorrito.
Kisa dio un beso apasionado aquellos labios mientras sentía como lentamente su novio lo iba penetrando.
-Solo un poquito- susurro Kisa entre gemidos.
Un convertible rojo se estaciono frente al edificio donde vivían los ukes.
Misaki y Usami bajaron notando la presencia de dos autos muy cocidos para ellos.
Subieron por el elevador. Cuando las puertas se abrieron se toparon con dos parejas más frente a la puerta del departamento de los castaño con la clara intensión de entrar.
-¿Recién llegan?- pregunto Misaki mientras avanzaba hacia la puerta de su departamento.
-Te dije que no estaría adentro- dijo Kisa con picardía guiñándole el ojo a Shinobu provocando que el castaño se sonrojara de la vergüenza.
-Vinimos porque tenemos hambre- dijo Shinobu sobándose su barriga.
-¿Que se te antojo?- pregunto Misaki mientras abría la puerta de su apartamento.
Paso primero el castaño y todos lo siguieron por detrás.
-Quiero tus galletas de chispas de chocolate- pidió Shinobu.
Todos se fueron acomodando en el living del departamento... cuando repentinamente se abrió la puerta de la habitación de Hiroki. Los ukes se asustaron esperando lo peor, pero al verlo se llevaron una gran sorpresa…
Hiroki apareció adormilado frente a todos vistiendo únicamente la camisa de Nowaki. De pronto volteo y se topo con todas las miradas incrédulas sobre él. Bajo su mirada y tomo conciencia de su casi desnudez.
-¡¡DEGENERADOS, PERVERTIDOS!!- grito Hiroki totalmente alterado comenzando a arrojar todo lo que tuviera a mano.
Todos corrieron desesperados hacia el pasillo y cerraron la puerta en un intento de bloquear o ataques de ese demonio.
…20 minutos después la puerta fue abierta por un sonriente Nowaki.
-Por favor pasen, y disculpen el comportamiento de Hiro-san- dijo Nowaki mientras observaba como pasaban al departamento temerosos.
En uno de los sillones individuales estaba sentado Hiroki de piernas cruzadas con una palo de amasar gigante en las manos.
Los tres ukes lo miraron con una gotita en la cabeza estilo anime.
-Misaki ve a preparar el desayuno; y que te ayuden Shinobu, Kisa y Nowaki- ordeno Hiroki.
-Pero primo…- Misaki intento replicar cuando fue interrumpido por el castaño.
-¡¡ES UNA ORDEN!!- grito Hiroki.
Ninguno quiso replicar y corrieron a la cocina seguidos por Nowaki.
La tenebrosa mirada de Hiroki ahora se poso sobre los semes.
-Siéntense- les ordeno.
Miyagi, Usami y Yukina se sentaron en el sillón grande con una postura seria.
-¡¡SON UNOS MALDITOS DEGENERADOS, PEDOFILOS, ACOSADORES, PERVERTIDOS, EMBARAZADORES DE MENORES, QUITADORES DE INOCENCIA!!-grito Hiroki alterado agarrando con fuerza el palo de amasar.
-Lo de quitadores de inocencia seguramente no fue para ti Yukina- dijo Miyagi burlón.
PUM… el palo de amasar golpe la cabeza del pelinegro.
-Auch- se quejo Miyagi mientras se sobaba la cabeza.
-Eso te mereces por hablar mal del inocente de Kisa- dijo Hiroki.
Miyagi y Usami miraron a Yukina tratando de comprender el comportamiento excesivamente sobreprotector del castaño pero este solo negó con la cabeza dando a entender que no entendía lo que pasaba.
-QUIERO AHORA MISMO UN DETALLE DE LO QUE USTEDES MALDITOS VIOLADORES LES HICIERON A MIS PEQUEÑOS- ordeno Hiroki con el seño fruncido.
-¿Acaso quieres detalles de cómo se la me…- Usami trato de formular una pregunta, para lo que él consideraba normal, pero fue cayado por las manos de Miyagi sobre su boca.
-ESCUCHENMEN MUY BIEN TRIO DE PERVERTIDOS DEGENERADO DESVIRGINADORES DE INOCENTES, YO NO VOY A PERMITIR QUE LAS TIMEN A MIS PEQUEÑOS- dijo Hiroki haciendo que el palo de amasar chocara contra una de sus palmas.
-Te dije que este estaba loco- susurro Usami.
Pero entonces, por causa de su comentario, fue atacado por una pantufla de patito que minutos antes estuvo puesta en el pie derecho de Hiroki.
-NO PERMITIRE QUE NINGUN DEGENERADO ABUSE DE ESOS ANGELICALES CUERPOS- dijo Hiroki.
-Hiroki deja de torturarlos psicológicamente- pidió Shinobu.
-¡¡USTENDES FUERON DEBILES ANTE LA CARNE Y LA TENTACION DEL DEMONIO, LOS QUIERO CAYADO SI NO QUIEREN RECIBIR UN SEVERO CASTIGO!!- grito Hiroki furioso a los ukes.
-Habla el que cedió ante Nowaki- dijeron los tres semes a coro.
Repentinamente pequeños y grandes objetos comenzaron a ser usados de proyectil…
Varios golpes, insultos, comentarios burlones y objetos voladores después todos se encontraban compartiendo un “ameno almuerzo”.
Hiroki no paraba de dirigirles miradas asesinas a Usami, Miyagi y Yukina quienes simplemente le ignoraban.
-Parece que todo acabo bien- dijo Nowaki mirando todas las parejas oficiales que se habían formado.
-Shinobu y yo acordamos que desde ahora seremos una familia y comenzaremos los preparativos para vivir juntos y criar al bebe- dijo Miyagi mientras depositaba un beso en la mejilla de su pareja.
-Maldito pervertido me robo a mi pequeño ángel- susurro por lo bajo Hiroki con rabia.
-Parece que a Hiroki no le sentó muy bien esto de las parejas- comento Yukina con su habitual sonrisa.
-Bueno el es el mayor de todos y se siente en el deber de cuidarnos- comento Misaki quien era alimentado en la boca por su pareja, por un capricho del mayor.
-Entonces Miyagi ¿Estás dispuesto a encarar a la familia de Shinobu?- pregunto Hiroki con seriedad.
-Creo que esa será la experiencia más cercana a la muerte, pero no permitiré que lo alejen de mi lado- dijo Miyagi.
-Risako explotara de rabia cuando sepa la verdad- comento Kisa.
-Pero todavía no quiero decir nada- dijo Shinobu.
Todos quedaron sorprendidos ante la confesión del rubio.
-Pero Shinobu pensé que mantendrías el secreto solo porque necesitabas el dinero- dijo Kisa sorprendido.
-Ahora las cosas son diferentes, aun está presente el hecho de que Miyagi dejo a mi hermana y no creo que sea el momento indicado para dar a conocer mi relación y menos el embarazo- dijo Shinobu sintiendo como la ansiedad se acumulaba en su cuerpo.
Nadie dijo nada, todo comprendían la compleja situación por la que pasan Miyagi y Shinobu. Muchas cosas estaban en juego desde el trabajo del profesor hasta la misma relación de la pareja, o peor la existencia del bebe.
Ya todos se habían ido a su casa. Kisa se fue con su pareja para pasar la noche juntos mientras que Misaki después de una relajante ducha se fue a dormir agotado por todo el ajetreo del fin de semana.
Shinobu recién salía del baño vistiendo únicamente una inmensa remera que hacia resaltar su pequeña barriga.
-¡¿Pero qué demonios?!- una estridente voz inundo el lugar.
Shinobu sintió como la sangre se le congelaba, creía que en cualquier momento las piernas le fallarían y caería inconsciente. No está preparado para afrontar esta situación, un dolor le inundo el pecho. La toalla con la que se seco el cabello se le resbalo de las manos, se sentía incapaz de mantenerse cuerdo en ese instante.
Allí estaba ella de pie en medio de la sala mirando con asco la barriga de su hermano.
-¿Risako qué haces acá?- pregunto Shinobu tratan de mostrarse enojado.
Por unos instantes la habitación fue inundada por un incomodo silencio que hacía que Shinobu se sintiera aun mas impotente ante aquel inesperado momento.
-Digamos que venía a darte una sorpresa, pero al parecer la sorpresa me la lleve yo- dijo Risako quien miraba de pies a cabeza el cuerpo de su hermano.
Shinobu quiso en un estúpido intento ocultar su obvia barriga, se sentía intimidado con la idea de que su hermana supiera la verdad.
Risako primero lo miraba con asco, pero luego en sus labios se dibujo una sádica sonrisa y comenzó a reír descontroladamente.
-¿Quien fue el bastardo que se atrevió a tocar a alguien tan repulsivo?- pregunto Risako con burla tratando de herir a su hermano y así poder calmar un poco de su rabia.
En ese instante sintió deseos de gritarle que ese bebe que crecía en su vientre era hijo de Miyagi, aquel hombre que la dejo para estar con él. Pero sabía que su egoísta deseo de poder hacer sufrir a su odiosa hermana pondría en riesgo la vida de su bebe y el trabajo de su amado.
Shinobu agacho la mirada y apretó con fuerza sus puños.
-No lo sé- dijo en voz baja, casi un susurro.
Risako había alcanzado a oír esas satisfactorias palabras pero ella quería disfrutar aun más del sufrimiento de su hermano.
-No te oí bien, puedes decirlo más fuerte- dijo Risako en tono burlo.
Shinobu apretó con más fuerza sus puños y elevo su cara dejando expuesta su cristalina mirada, esos hermosos ojos grises llenos de rabia e impotencia.
-No lo sé, no sé quién es el padre- dijo Shinobu casi gritando sintiendo como su voz se quebraba.
-Ja, era de esperarse de alguien como tu- dijo Risako sintiéndose superior.
Como dueña de casa se paseo por la sala y se acomodo en el sillón más amplio pisando con sus tacones las almohadas.
Shinobu mantenía su mirada baja tratando de controlar sus emociones.
-¿Papa sabe de esto?- esta pregunta formulada por Risako no era más que otra burla, era obvio que algo como esto no podía ser comentado a la ligera.
Shinobu solo negó con la cabeza.
-¿Cuánto tiempo más creías que te iba a durar la mentirita?... sabes un hombre embarazado es una vergüenza para cualquier familia, pero como yo soy una persona generosa me apiadare de tu alma- dijo Risako con arrogancia.
-¿Generosa? Esa palabra no existe en el vocabulario de una ramera como tu- pensó Shinobu con deseo de expresar lo que sentía pero sintiéndose impotente al no poder hacerlo.
-Para que yo pueda ocultar tu enorme y aberrante problemas deberás devolvérmelo con favores- dijo Risako mientras se miraba el maquillaje en un espejo de mano que había sacado de su cartera.
Sabía que algo sucio tramaría, pensó Shinobu.
-¿Qué deseas?- pregunto Shinobu apretando los dientes.
-Necesito que convenzas a Miyagi de que regrese conmigo- ordeno Risako parándose repentinamente del sillón con una postura firme digna de una tirana.
Shinobu elevo la mirada con sus ojos cristalinos, quiso articular palabra alguna pero la repentina noticia lo había dejado mudo.
-Quiero que le hagas saber a ese profesor que soy la única mujer que lo puede complacer- dijo Risako acercándose a su hermano.
-¿Pero y si él se niega?- pregunto Shinobu tratando de escapar del peor de sus temores.
-¿Y si papa supiera de tu embarazo?... No estás en posiciones de obtener una negación como respuesta, tu deber será el obtener la atención de Miyagi dirigida únicamente a mí- dijo Risako.
-¿Por qué te obsesionas con él?- pregunto Shinobu sintiendo un fuerte dolor en su pecho.
El ardor en su mejilla le hizo retroceder un paso asustado, Risako le había dado una bofetada.
-Hay una cosa que debes entender… yo no me obsesiono con nadie, las personas se obsesionan conmigo. No está en mí que el regrese, está en ti el deber de esclarecer su mente y hacerle saber qué es lo mejor- dijo Risako.
-¿Si consigo que Miyagi recapacite y vuelva a ti, mantendrás mi secreto?- pregunto Shinobu sintiendo como las amargas lagrimas quemaban la piel de su mejilla.
Una sonora y burlona carcajada inundo el lugar.
-¿Crees que mantener el secreto de tu embarazo vale eso?... ten en cuenta que desde ahora hasta que tu metas la pata y se revele tu secreto me pertenecerás- dijo Risako con malicia.
Estaba atrapado, ya no tenía escapatoria. Debería renunciar a su amado para mantener a salvo a su pequeño hijo que venía en camino.