Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Que paso ayer? por Caperusita Kiryuu

[Reviews - 326]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaa aqui estoy yo actualizando a ultimo momento jaja...

Me creerian si les digo que estuve festejandole el cumpleaños a un perro?? para mi fue algo raro =P

En fin como yo cumplo mi palabra estoy actualizando...

Capitulo 20: la mentira tiene patas cortas, la verdad sale a la luz.

 

El nuevo día inicia y la ansiedad se sentía en el aire.

Shinobu y Miyagi iban de camino hacia la oficina del decano. Muchos de los alumnos que pasaban junto a ellos se le quedaban mirando pues ya era imposible ocultar la redonda barriga de Shinobu, lo cual provocaba murmullos por todo el lugar.

Miyagi notaba por el rabillo del ojo como el pequeño cuerpo de su amado temblaba por el miedo y la ansiedad. Sin pensarlo dos veces tomo una de esas delicadas manos entre las suyas entrelazando los dedos.

Shinobu se exalto al sentir el contacto de la mano ajena y volteo a ver a su amado el cual le sonreía con ternura.

Siguieron su camino hasta llegar a su destino. Tocaron tres veces la puerta y luego recibieron un pase.

Todo el lugar se quedo en silencio cuando la alegre mirada del decano se topo con la barriga de su hijo lo cual hizo que todos sus rasgos se endurecieran.

-Papa tengo que hablar contigo de algo muy serio- dijo Shinobu agachando la mirada y jugando con sus dedos.

Pero el decano se había quedado sin habla al ver que aquella barriga era la de una embarazada.

-¿Papa?- le llamo Shinobu algo temeroso.

-No me digas que tu…- dijo el señor Takatsuki llevándose la mano a la boca incapaz de pronunciar esa palabra.

Shinobu comenzó a temblar sintiéndose incomodo por la reacción de su padre.

-Señor- hablo Miyagi tratando de llamar la atención de decano.

El hombre de aparentemente unos 50 años lo miro aun con la mirada confundida al profesor.

-He venido aquí a dar la cara- fueron las profundas palabras de Miyagi.

El decano quedo en shock, sentía su corazón latir desbocado y como lentamente su mente unía las piezas de tan obvio rompecabezas.

-La ruptura con Risako… la distancia… la inexistente reconciliación… el malestar de mi hijo… el rechazo a la bebida alcohólica…- el señor Takatsuki pronuncian frases sueltas que poco a poco formaban la conclusión de esta gran ecuación sentimental.

-Señor, yo…- prenuncio Miyagi pero fue cayado por estruendoso sonido de las manos del decano golpeando el escritorio.

-¿Cuánto tiempo esperabas ocultarme esta verdad?- pregunto el señor Takatsuki agachando la mirada.

-Yo solo quería lo mejor para su hijo- pronuncio Miyagi sintiéndose impotente.

El sabía bien que todo esto era culpa suya por haberle dado tantas vueltas a sus sentimientos antes de enfrentar la realidad.

-No es culpa suya, yo elegí que esto fuera así- dijo Shinobu apretando con fuerza la mano de su amado.

El decano elevo su rostro exponiendo su cristalina mirada.

-¿Por qué?-pregunto el señor Takatsuki dolido.

Shinobu sintió que las fuerzas le faltaron al ver por primera vez aquella autentica mirada de tristeza dirigida por primera vez hacia él.

-Porque siempre la preferiste a ella- confeso Shinobu desviando la mirada.

El decano soltó un suspiro y masajeo su sien.

-¿Acaso esto es una venganza?- pregunto el señor Takatsuki dolido.

Shinobu se mordió el labio inferior, sentía de ser tratado de esta manera. Elevo su mirada y fijo su decidida mirada en la de su padre.

-¿Es así como me vez? ¿Crees que he dedicado mi vida a envidiar lo que me negaste?... No quiero venganza, tampoco guardo resentimientos. Estoy aquí frente a ti pidiéndote tu aceptación pues siempre te considere mi padre… Este es un momento importante en mi vida, estoy con el hombre que amo y un gran milagro me dio la bendición para poder engendrar un bello ser en mi vientre- pronuncio Shinobu con seguridad.

-Hijo…- pronuncio el señor Takatsuki sintiendo como todo su corazón daba un vuelco de emoción de oír aquella palabras.

-Yo me equivocado mucho en esta historia y he dudado de mis propias decisiones… pero Shinobu es mi única certeza, ya no quiero seguir caminando en la misma dirección y lo único que deseo hacer es amar a este pequeño terrorista- dijo Miyagi serio.

El decano se paro y se puso serio. Carraspeo su garganta y se acomodo el saco del traje café que llevaba puesto.

-Miyagi has causado muchos sucesos revolucionarios en mi familia… No te culpo de mi divorcio, quizás en ese punto has sido tú quien me hizo chocar con la pared de mis errados actos, pero has sido tú quien no fue capaz de encarar esta situación desde un principio- dijo el señor Takatsuki.

-¿Papa que estas queriendo decir?- pregunto Shinobu temeroso aferrándose al brazo del profesor que se mantenía sereno.

-Desde un principio supe que Risako tenía intenciones de convertirte en su esposo y llegue a creer que caerías en sus encantos, sin embargo terminaste embarazando a mi hijo… Reconozco que Risako se ha equivocado en todos sus actos pues mi ex esposa no fue el mejor ejemplo a seguir para mis hijos, pero tú has mantenido mucho tiempo en espera los sentimientos de mi hijo- dijo el decano.

-¿Cómo sabes eso?- pregunto Shinobu sorprendido.

-no es un secreto para los profesores de esta universidad que desde el primer instante en que entraste a la universidad has estado tras el profesor Miyagi- dijo el señor Takatsuki serio.

Shinobu se mordió el labio inferior temeroso de que su padre mal interpretara su relación.

-No puedo confiar en alguien que no fue capaz de jugársela por el amor de mi amado hijo- dijo el señor Takatsuki.

-Se equivoca… amo a Shinobu demasiado como para dejarlo ir. Es cierto que me he equivocado pero no fue fácil para mí asumir el amor de un niño al que le llevo muchos años de diferencias… temía ser un juego para él y temía que usted no nos aceptara, pero ya todo quedo atrás pues frente a mi tengo la prueba de que mi amor por el no es un juego, mi amor por él es toda mi realidad- dijo Miyagi serio mientras acariciaba el abultado vientre de su pareja.

El decano sonrió y camino hacia ellos.

-Entonces te pondré a prueba.

Miyagi afirmo con la cabeza asumiendo todas las condiciones que su suegro le impusiera.

-Estas despedido, y desde ahora deberás hacerte cargo de Shinobu- dijo el señor Takatsuki sin titubear.

Shinobu quedo sin aliento del asombro y Miyagi se mantuvo firme a pesar de lo impactante que había sido la noticia.

-Hijo hasta mañana tendrás para abandonar el departamento- dijo el decano.

 

 

En la amplia cama se encontraban dos cuerpos desnudos cubiertos por las calientes colchas para no sentir frio.

Yukina besaba apasionadamente los labios de su amado novio mientras este jugaba arañándole la espalda.

-Hoy has estado muy ardiente- comento Yukina juguetonamente mientras besaba el blanco cuello de su amado.

-Hoy estoy de buen humor- dijo Kisa dejándose hacer por su pareja.

Yukina se separo y lo observo a los ojos, esos ojos que reflejaban una profunda emoción.

Kisa se mordió el labio tratando de contenerse las ganas de gritar la reciente noticia de la cual había sido parte.

Yukina sonrió con malicia y sin pensarlo dos veces comenzó a hacerle cosquillas para que confesara.

-Jajajajajaja… Está bien jaja…Esta bien… jajajaja… hablare…- dijo Kisa entre risas.

Yukina se detuvo y nuevamente lo miro a los ojos ansioso por escuchar aquello que tenía tan feliz a su amado.

-¿Tú crees que yo podría quedar embarazado de ti?- pregunto Kisa ilusionado.

-¿Por qué lo preguntas?- pregunto Yukina con curiosidad.

-¿Acaso no te gusta la idea?- dijo Kisa asiendo un tierno puchero irresistible para su novio.

Yukina beso fugazmente los labios de su amado y le sonrió con dulzura.

-Al contrario me encantaría tener un mini Kisa pero lo que me sorprende es que recién ahora me lo preguntes.

-Lo que pasa es que hoy me entere que Misaki está embarazado de Usami- dijo Kisa emocionado.

Yukina se quedo unos segundos en silencio y luego sonrió.

-Eso es genial, tengo que felicitarlos.

-No lo hagas todavía porque Misaki no le pudo contar a Akihiko todavía y dijo que cuando lo hiciera me avisaría- dijo Kisa sonriendo con dulzura.

-Entonces mientras esperamos porque no hacemos un bebe nosotros- prepuso Yukina a con una sonrisa picara.

 

 

Misaki caminaba emocionado por las concurridas calles de Tokio. Su corazón latía emocionado, jamás creyó que algo tan maravilloso podría ocurrirle. Una sonrisa boba se había dibujado desde ayer en sus labios y no podía borrarla.

Había salido muy abrigado cuidando de su salud pues ahora no solo debía de preocuparse por él. No le había avisado de su visita a su novio pues quería sorprenderlo, y seguro lo haría con la noticia que debía contarle. En un bolso llevaba el sobre con el resultado de los análisis.

Al llegar al edificio el portero lo recibió con una sonrisa y lo dejo pasar. Subió al elevador y marco el último piso. Las puertas se abrieron y el bajo emocionado.

Comenzó a rebuscar en su bolso la llave cuando un dolor en su cabeza lo detuvo y  lo obligo a apoyarse en la pared para recuperar el aliento.

-----------------------------------------------------------Flash Back----------------------------------------------------------

Con paso poco preciso camino entre las personas y llego al baño. Entro y cerró la puerta con pasador. Toda la cabeza le daba vueltas. Poso sus manos sobre el lavatorio y agacho la cabeza tratando de recuperar el aliento.

Se miro en el espejo, todo se movía a su alrededor y no estaba muy seguro de que era lo que tenía enfrente.

-Creo que será mejor regresar a casa- pensó Misaki con la poca cordura que le quedaba.

Con las manos temblorosas y la vista borrosa salió del baño y volvió a meterse en la pista de baile. Trataba de saber por dónde iba pero entre tanta multitud se perdió.

Nuevamente sintió el cuerpo caliente y un fuerte cosquilleo en el estomago. Estaba tan concentrado en las sensaciones que experimentaba que no vio por donde iba qué término chocando con un hombre alto de cuerpo escultural.

El hombre se volteo a verlo y lo miro con una sonrisa.

-¿Bailamos?- le propuso Misaki con picardía.

El hombre asintió y lo tomo de la cintura.

Había sido cautivado por esos intensos y apasionados ojos violetas. Sin pensarlo dos rodeo con sus delgados brazos el cuello de su acompañante.

Comenzaron a bailar pegados, sintiendo como sus cuerpos chocaban con el del otro en un ardiente rose.

Misaki se separo de su acompañante y comenzó a bailarle de maneras muy insinuante frotando su trasero con la notable erección de su acompañante. Sentía como aquellas frías pero cálidas mano lo tomaban por la cintura rozando la piel desnuda del abdomen.

-Creo que has tomado demasiado- le susurro su acompañante con voz ronca que lo estremeció de pies a cabeza.

-Creo que sí, pero no recuerdo cuando fue la última vez que me sentí así- dijo Misaki con sensualidad.

-Deberías saber que estás jugando con fuego… Mi primo ha puesto los ojos en ti y no le hará mucha gracia verte tan desenvuelto con otros- susurro su acompañante.

-No sé quien sea tu primo pero te diré ahora mismo que yo no tengo dueño- dijo Misaki con voz infantil.

El hombre disfrazado de conejo le abrazo con fuerza y lo beso en la comisura del labio.

-Eres muy lindo.

Misaki se sonrojo, se sentía muy apenado.

-¿Cómo te llamas?- pregunto Misaki mientras seguía moviéndose sensualmente.

-Tú puedes decirme Usagi- dijo su acompañante con voz juguetona.

-¿Usagi?- pregunto Misaki divertido mientras volteaba a verlo a los ojos.

-Solo a ti podría darle ese privilegio- dijo Usagi robándole un beso de esos dulces labios.

Misaki se mordió el labio inferior, por alguna extraña razón un calor desconocido para él estaba quemando su cuerpo de solo ver a aquel hombre que lo hacía apenarse.

-Me dijiste algo sobre tu primo pero yo no lo conozco- dijo Misaki tratando de cambiar el tema para no dejarse llevar por aquella penetrante y seductora sonrisa.

-¿Enserio o lo sabes?- pregunto Usagi asombrado.

Misaki solo negó con la cabeza avergonzado pues aquel hombre hablaba de su primo como si fuera un conocido suyo de toda la vida.

-Mi primo es Ijuuin- dijo Usami como si nada.

Misaki se sonrojo aun mas si era posible, estaba frente al primo de dueño de casa quien al parecer estaba interesado en el.

-Jamás lo hubiera imaginado- confeso Misaki sin dejar de bailar.

-Eso es porque yo trato de que no se haga público nuestro parentesco- dijo Usagi.

-¿Entonces por qué me lo has contado?- pregunto Misaki confundido.

-Porque sé que puedo confiar en ti- susurro Usagi al oído del castaño mordiéndole suavemente el lóbulo de la oreja.

Misaki estaba tan apenado que solo pudo dejarse llevar por la sensual música insinuándole sin darse cuenta a su acompañante cosas pervertidas.

-¿Quieres ir por algo de beber?- propuso Usagi a lo que Misaki asintió con la cabeza.

Se tomaron de las manos y comenzaron a abrirse paso entre la multitud. Misaki sentía como traviesas manos se colaban entre sus prendas tocando sus partes intimas haciéndolo sentir incomodo.

Divisaron la barra y se acercaron. Misaki vio una figura muy conocida sentada en una de las banquetas que estaba acompañada de un hombre que vestía del zorro.

-Waaa hay mucha gente, esto esta que explota- esa era la inconfundible voz de su amigo Shinobu.

-Tienes toda la razón- dijo Misaki con la intención de llamar la atención de su amigo.

Shinobu giro en la banqueta y encontró sentado a su lado a Misaki que era acompañado de un hombre muy atractivo.

-Te encontré- dijo Shinobu casi gritando colgándose del cuello de su amigo.

Era más que obvio que tenían una cuantas copas de más. Sus movimientos eran un poco torpes.

-Me extrañaron- dijo una alegre voz tras ellos.

Todos voltearon a ver quién era el dueño de aquella voz.

-Kisa- dijo Shinobu emocionado.

-Si te emocionas así por mí no te imagino cuando veas quien está destrozando la pista- dijo Kisa señalando hacia la multitud.

Ahí entre el tumulto de personas podía reconocer la inconfundible figura de Hiroki moviéndose con sensualidad bailando con un chico muy apuesto que estaba disfrazado de indio.

-Waaaa, tiene buen gusto- dijo Shinobu sonriendo.

-Si- dijo Misaki mientras miraba de manera provocativa a su acompañante.

-¿Qué desean tomar?- pregunto el barman.

-Para mí una cerveza- dijo el zorro.

-Tres Cosmopolitan para nosotros- dijo Kisa señalándose a él y a sus amigos.

-Que sean dos whisky para nosotros- dijo Usagi señalándose a sí mismo y al acompañante de Kisa.

El barman repartió las bebidas.

-Esta fiesta está muy buena- dijo Misaki emocionado.

-Ya lo creo- dijo Shinobu.

-¿Y después de esto que haremos?- pregunto Misaki mientras sus manos viajaban por los fuertes brazos de sus acompañantes.

-Podemos pasar por mi casa- propuso el zorro.

-Más de dos ya son multitud, a menos que te gusten las orgias- dijo Usagi.

Shinobu soltó una sonora carcajada al ver el sonrojo de Misaki.

-Yo digo que cada uno se va por su lado y pasa una noche ardiente- dijo un enfiestado Kisa.

Después de terminar los tragos volvieron a la pista de baile.

Misaki  vio como Kisa se subía al pequeño escenario para bailar en el caño. También vio como Shinobu seducía con sus movimientos al zorro.

La música que sonaba en toda la pista de baile incitaba a los invitados a moverse de maneras provocativas y obscenas.

Misaki movía sus caderas sensual mente en la pista del baila atrayendo la mirada de todos los hombres que hambrientos de lujurio deseaban poseer ese pequeño cuerpo.

Usagi no quería que otros tocaran lo suyo y sin pensarlo se arrojo como perro guardián a Misaki.

Misaki al verlo frente a él comento a bailarle tocándolo sin pudor, masturbando sobre la ropa el enorme miembro de su acompañante.

-Me alegra que bailes- conmigo confeso Misaki casi ronroneando.

-Es porque quiero cuidarte de ti mismo y todos los lobos hambrientos- susurro Usami con voz ronca.

Misaki se sonrojo hasta las orejas sintiéndose vulnerable frente a aquel hombre.

Eran aproximadamente las 5:00 a.m. cuando Misaki, sus amigos y los acompañantes de esto decidieron abandonar la fiesta.

Todos caminaban tambaleándose pues estaban afectados por las copas de más. Cada uno iría en un vehículo diferente.

Sus pies caminaban con torpeza pues no tenia tanto control sobre su cuerpo, el cual desprendía sensualidad e inocencia.

De pronto tropezó, creyó que caería al suelo pero unos fuertes brazos lo tomaron por la cintura para luego cargarlo como princesa.

Misaki elevo su mirada con las mejillas sonrojadas y miro a aquel hombre que lo cargaba en sus fuertes brazos.

-¿Usagi?- pregunto nervioso.

El hombre lo miro con una encantadora sonrisa.

-No te preocupes Misaki, te dije que cuidaría de ti- dijo el hombre con voz sensual.

Misaki rodeo con sus brazos el cuello de aquel hombre y pego su cabeza a aquel fuerte pecho.

Miro al resto de sus amigos para alejar aquel extraño calor que sentía en su cuerpo. –shinobu iba muy acaramelado con aquel zorro. Hiroki era todo un chiste no podía mantenerse en pie y estaban tan caliente que se refregaba sin pudor contra el cuerpo de aquel hombre disfrazado de indio. Kisa iba de la mano con el policía sin sentir pena.

-Te amooo Nowaki- decía Hiroki con voz melosa mientras repartía besos por todo el rostro de su acompañante.

Shinobu desesperadamente palpo entre sus ropas hasta que encontró su móvil.

-Voy a filmar este momento tan épico- dijo el rubio emocionado mientras seguía cada acción de su amigo.

-Pásamelo después- dijo Kisa divertido.

-Yo creo que deberíamos llevar a Hiro-san a su casa realmente no creo que esté en condiciones de estar en pie- dijo Nowaki preocupado.

-Llévalo a tu casa y después pasamos por el… acá tenemos unos asuntos que atender- dijo Kisa despreocupadamente.

Después de una charla sobre la condición de Hiroki supieron que era la mejor opción dejarlo que se fuera al departamento de Nowaki donde el único destrozo que podría llegar a hacer seria en la cama. Aunque Misaki dudo un poco no pudo resistirse a las encantadoras palabras de su acompañante.

Siguieron caminado hasta el estacionamiento donde se detuvieron frente a un deportivo rojo.

-¿Ese auto es tuyo?- pregunto Misaki asombrado.

-Si- dijo Usagi con orgullo depositando un beso en los castaños cabellos de Misaki.

Como todo caballero le abrió la puerta a su acompañante y luego subió el.

-¿A dónde te llevo?- pregunto Usagi mientras encendía el auto.

-Llévame contigo- pidió Misaki apenado pero sin titubear.

El vehículo arranco y se encaminaron al único lugar donde tendía paz.

El viaje fue silencioso pero acogedor, se lanzaban discretas e insinuantes miradas que lo decían todo.

Llegaron a uno de los edificios más costosos de todo Tokio y subieron al último piso.

Una vez dentro Misaki su avasallado por la belleza del lugar, dejándose asombrar como si fuera un niño pequeño.

Usagi lo tomo de la cintura y lo guio hasta el sillón donde se sentaron en la oscuridad observando el bello cielo estrellado que el enorme ventanal de la sala les permitía observar.

-Me he divertido mucho- confeso Misaki con una dulce sonrisa en sus labios.

-Yo solo estoy agradecido de haberte conocido- dijo Usagi sin pudor.

Misaki se sonrojo, había sido cautivado por aquellas palabras. Sin pensarlo mucho y con timidez se sentó sobre el regazo e aquel hombre.

-Béseme Usagi. Por favor- suplico Misaki sonrojado.

Usagi miro con asombro al pequeño sobre sus piernas, rodeándolo con sus fuertes brazos su pequeña cintura. Estaba estático sin poder reaccionar, mirándolo con amor.

Misaki temeroso rodeo con sus brazos el cuello del conejo. Usagi no pudo soportar más el demandante deseo de su amor y unió sus labios con los del castaño en un suave y tierno beso, un simple rose de labios.

El sobrero de bruja cayó al suelo sin importarle a su dueño.

Los brazos de Usagi se aferraron con fuerza a la estrecha cintura de su amado y aspiro el delicioso aroma que el cuerpo de Misaki emanaba. Eran besos suaves, caricias delicadas sobre esos inocentes labios. Pero la necesidad y el deseo le exigían más, y podía sentir como el menor pedía más sin decir nada.

Usagi con su lengua delineo los deliciosos labios de Misaki. Un calor totalmente exquisito se acumulo en el pecho del castaño, abrió su pequeña boca permitiéndole el paso a la hambrienta lengua del escritor. Un beso dulce y fogoso, lleno de sentimientos desconocidos. Misaki sentía como su boca era explorada por esa hambrienta lengua que lo enloquecía al enredarse con la suya. Necesitaba más y lo sabía, no quería nada más que beber de ese delicioso elixir. Las manos de Misaki se enredaron en las plateadas hebras.

Las manos del conejo subieron delicadamente por el pecho de Misaki hasta llegar al inicio de la cinta que cerraba el pequeño y ajustado corcet. Lenta y tortuosamente fue desatando la cinta de  aquella prenda. Las frías yemas de su dedo rozaban la sensible piel de Misaki dejando escapar dulces suspiros que eran devorados por su boca.

Pero la falta de aire se hizo presente y tuvieron que separarse. Ambas miradas se encontraron llenas de pasión y amor.

La prenda cayó al suelo cuando fue desatada del todo.

Misaki se sentía totalmente apenado por la situación, agacho la mirada queriendo ocultar su sonrojo y esconder los deseos que se reflejaban en sus pupilas.

Una de las grandes manos del conejo se poso sobre el mentón del castaño y le obligo a elevar la mirada.

-Eres lo más hermoso que puede existir sobre esta tierra- susurro Usagi con voz ronca.

Misaki estaba totalmente indefenso ante tan abrumador sentimiento. Sentía que su corazón iba a explotar de alegría.

-Usagi- susurro Misaki.

El conejo en un delicado movimiento recostó el frágil cuerpo del castaño sobre el amplio sofá y se permitió por unos minutos contemplar ese delicioso cuerpo que se entregaba a el por voluntad propia.

-Misaki déjame amarte con todo mi cuerpo- pidió Usagi mirando aquellos ojos que lo volvían loco.

Necesitaba saber ahora si su pequeño amor estaba dispuesto a entregarse a él, si estaba consciente de lo que estaba a punto de hacer. Sabía que si avanzaba un poco más no podría detenerse después.

Una de las delicadas manos de Misaki se poso sobre la mejilla del conejo y le sonrió un poco apenado.

-Por favor Usagi se gentil- pidió Misaki con autentica inocencia que hizo estremecer el cuerpo del escritor.

Los labios del conejo se unieron en un apasionado beso con los del castaño.

Unidos en un apasionado beso Misaki pudo sentir esas frías y granes manos acariciar su piel desnuda con delicadeza. No podía contener los suspiros y jadeos que aquellas caricias provocaban en su cuerpo.

Los labios del conejo se separaron de los del castaño y marcaron un camino de besos desde la comisura de sus labios hasta el cuello. Sentía en su boca el dulce sabor de esa piel, el aroma a frutilla lo hacía enloquecer.

Con pequeñas mordidas fue marcando la tersa piel de porcelana y con su lengua dibujo círculos logrando robarle jadeos a su pequeño. Misaki se retorcía de placer, sentía como corriente eléctrica corría por su cuerpo. No podía tomar control de sus sentidos. La hambrienta boca de Usagi comenzó a descender por el cuello de Misaki hasta su clavícula la cual mordió levemente.

-Usagi- soltó Misaki entre suspiros.

-Misaki eres al único que deseo amar- susurro Usagi para luego continuar con sus besos hasta llegar a uno de los pezones.

Le dio una pequeña lamida al pezón  logrando estremecer de pies a cabeza al castaño.

-Usa… Usagi… po… por favor no… no ha… haga eso- dijo Misaki con la respiración agitada.

-Tu cuerpo no dice lo mismo- dijo Usagi para luego morder suavemente el pezón.

-Ahhhhhh Usagi…- gimió Misaki lleno de placer.

Se sintió tan avergonzado de oír su propia voz tan erótica que rápidamente oculto su rostro entre sus pequeñas manos.

-Por favor déjame oír más- pidió Usagi con voz seductora.

Con una de sus grandes manos quito las de Misaki. El castaño lo miraba con deseo y algo mas, ese algo que el también sentía palpitar en su pecho.

Simplemente se sentía a total merced de esos ojos suplicantes.

El cuerpo del pequeño castaño encajaba perfectamente con el suyo. Con un suave movimiento de caderas hizo que ambos miembros se rozaran de manera lenta y tortuosa.

-Ahhhh… ahhhh… mmmm… U… Usa… Usagi- gemía Misaki.

-Misaki pide lo que quieras y  yo te lo daré- susurro Usagi  con voz ronca.

La boca del conejo se deleitaba con el sabor de la piel de su pequeño, mordiendo con desesperación uno de sus pezones mientras al otro lo estimulaba con las yemas de sus dedos.

Misaki sentía que era otro, se sentía tan sensual. Su cuerpo estaba a merced de aquel hombre y no quería que fuera diferente.

La caliente boca del conejo encendía cada centímetro de su piel.

La mano que masajeaba uno de los pezones comenzó a descender por el plano abdomen del castaño, dibujando círculos sobre la piel.

Estaba totalmente poseído por los dulces gemidos del castaño. Deseaba encontrar algo más que una satisfacción física.

-Misaki, mi Misaki- susurro Usagi mientras besaba con amor el plano vientre de su pequeño.

Sus manos descendieron desde el ombligo hasta el botón del short, desprendió la prenda y bajo el cierre. Sin quitar su mirada de la de Misaki fue quitando la prenda lo más rápido que podía sin dejar que la magia del momento desapareciera.

Dejo en un bóxer negro al castaño, haciéndose visible su erección. Usagi deposito un beso en el miembro de Misaki sobre la tela del bóxer.

Misaki estiro sus pequeñas manos temblorosas y comenzó a desprender el chaleco del conejo. Usagi miraba sorprendido la manera tan inocente con la que lo provocaba.

-Quiero que Usagi también disfrute- dijo Misaki con una mescla de inocencia y timidez en la voz que lo hacía ver endemoniadamente sensual.

En un movimiento provocativo sentó a Usagi y Misaki se sentó sobre él con sus piernas a cada lado. Sus miradas se encontraron con intensidad. El castaño dejo caer al suelo el chaleco del escritor.

Misaki se bajo del regazo de Usagi y se arrodillo frente a él. Desprendió el botón del pantalón y luego bajo el cierre con algo de timidez quito las prendas que cubrían el erecto miembro de Usagi. Un fuerte sonrojo se pinto en las mejillas de castaño al notar el enorme pene de su amante.

Con su pequeña mano comenzó un movimiento de arriba abajo sobre aquel miembro. El conejo cerró los ojos al sentir aquella cálida mano abrazar su miembro.

Misaki se excitaba con solo ver lo mucho que disfrutaba el conejo de sus caricias.

La boca de Misaki deseaba mas, sentía como inconscientemente se relamía los labios de la excitación. Guiado por sus impulsos acerco su boca al miembro del conejo y con su lengua lo lamio desde la punta hasta la base.

-Ah Misaki- gruño Usagi totalmente excitado.

Misaki de manera lenta y tortuosa, fue introduciendo aquel enorme pene en su pequeña y caliente boca. Usagi soltó un gruñido de placer al sentir como aquel ángel devoraba con su pequeña e inocente boca su miembro por completo.

El conejo deseaba más de aquella dulce boca, pero no quería romper la magia del momento. Humedeció con su propia saliva dos de sus dedos.

Misaki se sentía tan caliente al devorar con su boca ese enorme miembro.

-Ahh- Misaki soltó un fuerte gemido de dolor, separando su boca de aquel pene.

Uno de los traviesos dedos del conejo se había colado en la entrada del castaño para comenzar a prepararlo.

-Misaki no pienses en el dolor, sigue disfrutando con tu boca que pronto todo se convertirá en placer- dijo Usagi con voz ronca.

Misaki asintió y volvió a introducir aquel miembro en su boca.

Usagi no sabía cuánto más podría mantener su auto control. Sentía como la entrada de su pequeño comenzaba a dilatarse con el primer dedo que se movía en círculos, supo que estaba listo para un segundo dedo. De la misma manera desprevenida como la vez anterior introdujo el segundo dedo, sintió como el cuerpo de Misaki se estremeció con el nuevo intruso pero luego de unos leves movimientos con los dedos en su entrada logro ver como el castaño se relajaba.

El conejo movía sus dedos de forma circula al mismo ritmo que la boca de Misaki devoraba su miembro. Sentía que si seguía así se iba a correr, y no era lo que deseaba. Supo que era el momento.

Con una de sus manos separo a Misaki de su miembro que lo miraba confundido, con la respiración agitada y con un hilo de saliva que corría por la comisura de su labio.

-quítate la ropa interior- pidió Usagi con voz sensual.

Misaki se puso de pie frente al escritor y con timidez llevo sus manos al bóxer y lo dejo caer al piso. Usagi se deleito con la imagen del cuerpo desnudo del castaño.

 

La mano del conejo acaricio los cabellos castaños del menor con dulzura.

-Misaki no quiero que te arrepientas de lo que hagamos… Fui flechado por tu dulzura a primera vista y no me arrepiento de nada de esto pero no quiero que tú sufras por mi egoísmo- dijo Usagi.

Misaki soltó una risilla y le dio un pequeño beso en los labios al conejo, estaba totalmente sonrojado pero no quería arrepentirse a estas alturas.

-Usagi toma todo de mí porque te ganaste mi corazón- dijo Misaki apenado.

-Di mi nombre- dijo Usagi mientras posaba sus manos en las caderas del castaño.

Misaki elevo sus manos al ritmo de aquellas frías manos y poso las suyas sobre los hombros del conejo. El erecto miembro de Usagi roso la caliente entrada de Misaki provocando que el menor soltara un jadeo deseoso.

Usagi lentamente introdujo la punta de su miembro.

-Ahhh… U… Usagi…- soltó un gemido de placer y dolor Misaki al sentir como el miembro comenzaba a introducirse en su interior.

Usagi se sintió tan excitado al oír su nombre en los gemidos de Misaki que no fue capaz de controlarse y de una sola estocada se introdujo por completo en el castaño.

-Ahh- soltó un gemido de dolor Misaki mientras clavaba sus uñas en los hombros del escritor.

-Lo siento Misaki- dijo Usagi con la respiración agitada.

Misaki trato de relajarse y abrazo la fuerte y ancha espalda del conejo para sentir tranquilidad.

Fue un silencio relajante, Misaki se dejo envolver completamente por el perfume de la piel de aquel conejo. Era inconsciente de sus acciones pero jamás sintió aquello que ahora lo envolvía con tanta calidez.

Sin darse cuenta Misaki lentamente comenzó a mover sus caderas buscando mas contacto.

 

-Ahhh… ahhhhh….- los delirantes gemidos de Misaki se hacían oír en todo el departamento.

-Misaki eres muy estrecho- soltó entre gruñidos de éxtasis el conejo.

Misaki se aferraba con fuerza a la espalda del conejo, dejando marcas con sus uñas, sintiendo aquel desenfrenado subir y bajar de aquel caliente pene que lo estaba haciendo delirar.

El sudor caía de manera sensual por el cuerpo de aquellos amantes.

-Ahhhh… mmmm… U… Usa… U… Usagi- gemía Misaki preso de un néctar que lo hacía caer en la dulce locura.

Las manos del conejo se aferraban con fuerzas a las pequeñas caderas de Misaki asiendo más profunda la penetración. Necesitaba más que un roce físico, necesitaba ser amado con locura por ese pequeño. Lo único que quería, lo único que necesitaba.

Una fuerte envestida toco aquel punto que lo hacía delirar.

-Ahhhhhhhhh… Ahí- gimió Misaki con fuerza.

Usagi de manera lenta y profunda envistió unas cuantas veces más ese punto que hacia delirar al pequeño. Misaki rasguñaba aquella fuerte espalda mientras sentía como la agitada respiración del conejo chocaba contra la piel de su cuerpo haciéndolo encenderse aun más.

-Massss… massss…- pedía Misaki ya sin ser consciente, cegado por el deseo.

En un rápido movimiento Usagi recostó el cuerpo de Misaki quedando sobre él. Continúo con sus apasionadas envestidas tocando aquel punto.

Las piernas de Misaki se enredaron en la cintura del conejo para aumentar el contacto.

-Sigue ahí… ahí… dame mass…- pedía Misaki lleno de éxtasis.

El cuerpo de Misaki se aferro con más fuerza al cuerpo del conejo y las paredes de su interior se contrajeron apresando de manera excitante el miembro de Usagi. Llegaron al clímax envueltos en el orgasmo más delicioso.

-Usagiii…- gimió Misaki con fuerza.

-Misaki te amo- gimió Usagi.

Los dos cayeron rendidos en el sillón. Usagi pudo notar como la agitada respiración del castaño se volvía lenta y relajada hasta caer dormido. Se paro y tomo entre sus brazos el cuerpo de Misaki.

-No sé si he hecho lo correcto al ser tu primera vez, pero yo te amo y quiero cuidar de ti a cualquier precio- susurro Usagi al oído del castaño.

-Yo también te amo Usagi- pronuncio Misaki con dulzura.

-------------------------------------------------Fin del Flash Back----------------------------------------------------------

 

Amargas lagrimas nacían en sus ojos para morir en su boca, su llanto era silencioso y el dolor en su pecho intenso.

Se sentía impotente, dolido y traicionado.

-Todo este tiempo él lo supo- susurro Misaki entre sollozos.

Entre sus manos tenía el sobre con los resultados, lo que antes le había dado felicidad ahora le producía rabia.

Se paro del piso con cuidado y rompió el sobre frente a la puerta del departamento de Usami, lo trozo en pedazos tan chicos que hicieran imposible que reconocieran el origen o el propósito de aquellos papeles.

Llevado por el dolor escupió en la puerta y salió corriendo del lugar dejando atrás su corazón y un regalo olvidado en su interior.

Corrió y corrió como si no hubiera nada, como si el mismo demonio lo siguiera.

No supo en qué momento entro al departamento que Kisa y Shinobu compartían.

Se derrumbo en el sillón de la sala sin poder detener su llanto.

-Kisa…Kisa… Kisa…- llamaba Misaki desesperadamente a su amigo.

La puerta de la habitación de su amigo se abrió y salieron de ahí la pareja que asustado corrió a ver al castaño que lloraba descontroladamente sobre el sillón.

-¿Misaki que paso?- pregunto Kisa desesperado al ver el estado de su amigo.

-El me mintió- pronuncio Misaki con dolor.

Kisa y Yukina se miraron comprendiendo que Misaki había descubierto toda la verdad.

 

 

Usami por fin era libre del demonio de su editora y la mejor forma de celebrarlo seria con su pequeño amado.

Al abrir la puerta principal del departamento encontró trocitos de papeles de entre los cuales reconoció un símbolo inconfundible. Los recogió con la mano y corrió a guardarlos en su despacho, después se tomaría el trabajo de averiguar de quien serian y porque razón estaban allí.

 

 

Misaki se había dormido en la cama de Kisa después de tanto llorar.

-Me siento culpable- dijo Yukina preocupado por el estado del castaño.

Kisa soltó un suspiro y se paró de la cama. Junto con su pareja abandonaron la habitación y fueron a la cocina para servirse un café.

El molesto ruido del timbre los interrumpió y tuvieron que abrir cuando escucharon la voz del escritor.

Kisa abrió la puerta y puso su mejor sonrisa para ocultar sus verdaderos sentimientos.

-Buenos días Usami que se le ofrece- dijo Kisa fingiendo ingenuidad.

-Busco a Misaki- dijo Usami observando el interior del departamento.

-El salió, posiblemente fue para su casa- dijo Kisa como si nada.

Usami soltó un suspiro resignado y luego de despedirse regreso a su departamento en la espera de su amado que nunca llego.

 

Notas finales:

Les gusto el capi???

Les gusto el lemon???

 

Pregunta:

¿Tiene algun amor platonico del anime?

¿Cual fue el anime que marco su infancia?

¿Cual fue la serie que mas disfrutaron de pequeños?

 

Mi amor platonico de anime es Zero Kiryuu de Vampire Knight (Por eso odio la pareja de Kaname y Zero) Lo amooooo!!!!! *¬* es que super lindo y me enloquese su personalidad fria...

El anime que marco mi infancia fue Digimon, siempre soñe con llegar al digimundo jajajaajajaajajaja =P

La serie que marco mi vida fue "Sabrina la bruja adolescente" ella se llamaba igual que yo y ambas teniamos un gato negro (pero el mio no hablaba =/)

La verdad que este capi viene medio rengo porque no pude controlarlo para poder actualizar a tiempo...

Espero que les haya gustado y muchisimas gracias a esas hermosas personitas que siempre dejan maravillosos reviews...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).