Capitulo 22: El amor no enseña a superar cualquier adversidad.
Kisa había despertado y ahora miraba por la ventana el hermoso día soleado. Ayer había desahogado todo su dolor entre lágrimas y desgarradores gritos.
Parecía que la mañana quería sonreírle y regalarle una nueva oportunidad para intentar nuevamente ser feliz.
Estaba solo en la habitación como le había pedido a la enfermera.
Había quedado embarazado de su novio pero había perdido el bebe, todas esas bellas ilusiones que en su corazón habían florecido ahora dejaban un sabor amargo en su boca de la forma más brusca y retorcida.
El útero que se formaba en su interior era muy frágil y quizás con aquella caída había perdido aquella oportunidad de poder dar a luz.
Sentía tristeza pero ya no le quedaban lágrimas… Se sentía impotente recostado en aquella cama sin querer volver a intentarlo.
Toc, toc…
Alguien llamaba a la puerta.
El no dijo nada y simplemente siguió observando el paisaje por la ventana.
Toc, toc, toc... nuevamente llamaron a la puerta, quien estaba del otro lado parecía no querer irse.
Kisa estaba en silencio y simplemente quería ignorar el mundo.
El rechinido de las bisagras de la puerta le anuncio el ingreso de una nueva persona en la blanca habitación. Pero el no reacciono y siguió contemplando el cielo azul y los pájaros volando.
-Kisa- Aquella mágica voz que tanto amaba pronuncio su nombre.
Miro por el reflejo del vidrio de la ventana y vio el traslucido reflejo de su novio.
Yukina estaba junto a la cama pero el pelinegro no volteaba a verlo.
-¿Cómo te sientes Kisa?- pregunto Yukina con la voz aterciopelada.
Pero solo hubo silencio.
-¿No dirás nada?- pregunto Yukina dolido.
Pero no hubo respuesta, el silencio fue lo único que obtuvo.
Elevo su mano con la intención de acariciar esa azulina cabellera pero cuando estuvo a solo unos centímetros se retracto y agacho la mirada.
-No eres el único que está sufriendo- dijo Yukina sintiendo como las lagrimas nuevamente se acumulaban en sus ojos.
El silencio seguía martirizándolo.
Kisa estaba allí fingiendo ver el paisaje, pero verdaderamente sus ojos estaban prendidos a la silueta de su novio que se reflejaba en la amplia ventana.
-Esto fue como una montaña rusa, tan rápido como llegamos a la cima caímos… No es fácil para mí si lo que más amo se marchita- pronuncio Yukina sintiendo que la voz quería quebrarse.
Kisa cerró sus ojos y delicadamente se abrazo a sí mismo.
-Se que estás oyendo lo que te digo y que te duele tanto como a mi… Pero…- dijo Yukina siendo inesperadamente interrumpido.
-¿Pero qué?... Yukina no podemos volver el tiempo atrás y remendar el dolor-susurro Kisa con voz dolida, algo áspera de tanto que había llorado.
-Eso es cierto… pero no podemos aferrarnos a lo que fue- dijo Yukina sintiendo sus cálidas lagrimas sobre su piel.
-No quiero borrar lo que pudo ser de mi cabeza, no quiero olvidar- dijo Kisa elevando un poco el tono de su voz.
-¿Me darás la espalda?- pregunto Yukina.
-Yukina te amo- pronuncio Kisa.
-Y aun así prefieres darme la espalda… Yo también estoy sufriendo, era mi hijo- pronuncio Yukina con enojo.
-¡¿Y crees que eso no lo sé?!- grito Kisa volteándose a verlo.
Yukina solo negó con la cabeza y metió su mano en la chaqueta negra que llevaba puesta.
-La vida no es un parque de juegos y nosotros no somos niños. El dolor que antes podía ser pasajero, ahora es el dolor de adultos porque entendemos la gravedad de la situación… Caemos en nuestros miedos y lo demás ¿Ya no importa?- dijo Yukina encerrando entre sus mano aquel objeto que guardaba en su bolsillo.
-Tengo miedo- dijo Kisa agachando la mirada.
-¿Miedo a que?- pregunto Yukina creyendo saber la respuesta.
-A que no podamos ser feliz- dijo Kisa posando su mano sobre las vendas de su vientre.
-Un hijo puede ser una bendición pero si tú de verdad me amas podría vivir una eternidad- dijo Yukina con dulzura regalándole una sonrisa.
-¿No te importa lo que perdimos?- pregunto Kisa dolido.
Yukina saco las manos de sus bolsillos y se acerco a Kisa para posar sus manos sobre el plano y vendado vientre.
-Ame la ilusión de un hijo pero se fue tan rápido como llego. Jamás creí que perdería un hijo al mismo instante que lo conocía… No quiero olvidarlo, pero tampoco quiero aferrarme a este dolor… Yo quiero amarte y darnos una nueva oportunidad de rehacer lo perdido- dijo Yukina con los ojos empapados en lágrimas.
-Yo no estoy listo para afrontar esta nueva realidad- dijo Kisa agachando la mirada.
Yukina poso una de sus manos en el mentón de su novio y le obligo a levantar la mirada.
-Yo tampoco lo he superado, pero necesito ser fuerte por ti… yo me convertiré en tu sostén para que tengas el valor para volverte a poner de pie- dijo Yukina mirándolo con dulzura.
-El dolor es tan intenso- dijo Kisa posando sus manos sobre su corazón.
Yukina poso sus manos más grandes sobre las pequeñas de su novio.
-Un dolor con el que yo cargare y que con mi amor sanare- susurro Yukina besando la frente de su novio.
Kisa cerró sus ojos y respiro hondo.
-Tengo miedo de no volver a tener una segunda oportunidad- susurro Kisa.
Yukina robo un casto beso de los labios de su amado y sonrió.
-Yo me encargare de convertir todos tus sueños en realidad- dijo Yukina tomando una de esas pequeñas manos y colocando una sortija en el dedo anular.
Kisa abrió los ojos al sentir el frio contacto del metal abrazar la piel de uno de sus dedos… sus ojos se abrieron del asombro al encontrar un anillo de compromiso.
-Yukina- pronuncio asombrado.
-Quiero que juntos encontremos la salida a este dolor- pidió Yukina rozando sus labios con los de su novio.
-Confió en ti- pronuncio Kisa para luego unir sus labios en un cálido beso.
En el pasillo la enfermera encargada de cuidar a Kisa sufría de un derrame nasal.
-Esto es mejor que ver un manga yaoi- se dijo a si misma mientras se limpiaba con un pañuelito descartable.
A pesar de los hechos recientemente ocurrido Misaki y Hiroki no podían darse el lujo de faltar.
Misaki estaba muy inquieto con toda la situación ahora que sabía que tenía a Sumi pisándole los talones.
Hiroki le había pedido al escritor que cuidara del castaño, el cual no se negó al descubrir las intenciones de Sumi aun sin ser informado sobre el embarazo de su pequeño. Pero Akihiko venia retrasado porque su editora lo había interceptado para que asista a una importante reunión de la editorial.
Misaki no sabía cuanta información tenia Sumi acerca de su relación con Usami y por eso temía por la vida de su hijo.
Había terminado su primera clase pero ni Hiroki ni Akihiko lo estaban esperando en la puerta. Lentamente se aventuro a caminar por los extensos pasillos algo temeroso.
Todo parecía tranquilo podía ver algunos alumnos alrededor.
Repentinamente sintió que su espalda choco contra una pared, el impacto no había sido fuerte pero se había asustado. Sus ojos esmeraldas se habían topado con aquellos ojos cafés llenos de odio y rencor.
-Sumi- susurro asustado Misaki.
-Parece que al fin entiendes como son las cosas- dijo Suma con malicia acariciando los mechones castaños que caían sobre la frente de su presa.
Misaki estaba paralizado del miedo, no podía reaccionar.
-¿Por qué de tantos bellos especímenes que hay en la universidad elegiste a mi hombre?- pregunto Sumi con rabia.
Pero Misaki no dijo nada, no tuvo el valor de responder a aquel hombre que había demostrado ser despiadado.
-Pequeño Misaki tú tienes a Ijuuin no necesitas a nadie más… Akihiko ya tiene quien lo cuide y tu solo estorbas- dijo Sumi con malicia exhibiendo una de sus mejores sonrisas de ganador.
Misaki sintió como saladas lágrimas recorrían su mejilla para morir en sus labios. Se sentía impotente, tenía miedo.
-¿Estas llorando? ¿Acaso creías que verdaderamente eras importante para él?- pregunto Sumi con malicia.
Misaki se mordió la lengua, no quería hablar de más. ¿Quien se creía ese tipo para hablar de los demás? El no sabía nada de su relación con Usagi.
-He oído por ahí que Ijuuin ya sabe todo lo que hizo su querido primo y ahora tendrá que hacer justicia por mano propia- dijo Sumi acariciándole la mejilla del menor.
Misaki se exalto de solo pensar en lo que pudiera pasa.
-¿Tienes miedo?, es obvio que si… pero hay una forma de arreglar todo- dio Sumi de manera maliciosamente juguetona.
-¿Cuál?- pregunto Misaki al borde de la cordura y el delirio.
-Ve y corre a los brazos de Ijuuin y proclama en público tu amor por él, di que todo había sido un juego para darle celos- ordeno Sumi serio.
Misaki cerró con fuerza sus ojos y se mordió el labio inferior… ¿Por qué debía ser el que renunciara? ¿Por qué debía echar a la basura todo el amor que sentía? ¿Si él hubiera aceptado las disculpas de Usami ayer todo sería diferente hoy?
Sumi estaba perdiendo la paciencia y la cordura, Ijuuin le había ordenado que no le tocara un pelo después de que había corrido el rumor de las escaleras.
-No quiero- susurro Misaki asustado con la voz quebrada.
Sumi frunció el ceño e hizo rechinar los dientes.
-No juegues conmigo porque te aseguro que te ira muy mal… sin rodeos ve y salva la vida de Usami, ¿O es que acaso te divierte verlo sufrir igual que ayer?- dijo con malicia.
Misaki abrió los ojos de golpe, estaba asustado y abrumado por el peso de realidad.
Repentinamente un puñetazo derribo a Sumi.
-Te encontré Misaki- dijo un orgulloso Takano que había llegado a su rescate.
El castaño volteo a verlo y sonrió con amargura, corrió a sus brazos buscando un refugio y consuelo.
Takano lo abrazo como si fuera un hermano pequeño y le acaricio los cabellos.
-Necesito que seas fuerte, las cosas están feas afuera- dijo Takano serio.
Misaki le miro con los ojos cristalinos temiendo a lo que estuviera pasando.
El deportivo rojo se había detenido frente a la entrada principal de la universidad.
El escritor bajo apurado, la clase de su amado ya había finalizado y el tenía que estar en ese mismo momento en la puerta del salón.
A paso veloz comenzó a atravesar la espaciosa entrada del edificio.
-Detente ahí Akihiko- ordeno una voz que él conocía bien.
Usami se detuvo y volteo a ver a su derecha donde estaba su primo.
-¿Qué quiere Ijuuin? ¿No ves que estoy ocupado?- pregunto Akihiko molesto.
-¿Vas a ver a Misaki?- pregunto como si fuera lo más obvio.
-Tu perrito faldero se ha pasado con la bromita que le intento hacer a Misaki- dijo Usami molesto.
-No creas que a mí me agrado lo que hizo, pero lo que verdaderamente me saco de mis casillas es saber que le doy de comer con mi mano al traidor… ¿Cuándo pensabas contarme que andabas detrás de Misaki? O mejor aun ¿Cuándo pensabas daré la noticia de que eran pareja?- dijo Ijuuin furioso.
-Eso no es de tu incumbencia- dijo Usami con superioridad.
Ijuuin camino hasta el hasta que dar a escasos centímetro.
-No sé que pudo ver Misaki en ti, un ser tan frio y egoísta- dijo su primo con desprecio.
Fue un golpe bajo, un balde de agua fría. Su egoísmo lo había llevado a donde estaba, por ocultar la verdad con el deseo egoísta de proteger sus sentimientos.
Un fuerte puñetazo en su mejilla lo hizo retroceder unos cuantos pasos hacia atrás.
Cuando fue capaz de reaccionar no pudo esquivar el segundo puñetazo pero lo había logrado bloquear con su brazo.
-Déjate de boberías el que ha elegido fue el- dijo Usami furioso.
-O quizás tú lo arrastraste hasta donde querías con tus falsas palabras- dijo Ijuuin con malicia.
Estaba vez fue el turno de Akihiko de atacar quien le había dado un golpe certero en el estomago a su rival.
Ijuuin retrocedió un poco cubriendo su estomago, sentía un dolor agudo.
-Maldito infeliz, tú que eres una basura que hace lo que quiere con la vida, con la personas y especialmente con Misaki- escupió Ijuuin con odio.
Una feroz pelea de titanes se había desatados entre golpes que iban y venían.
Los estudiantes se habían aglomera alrededor de aquellos dos hombres que se disputaban el amor del mismo joven.
Ritsu había oído de pasado un rumor sobre la pelea y sin pensarlo dos veces le aviso a su novio para que juntos buscaran al castaño.
Misaki y Takano llegaron corriendo al lugar de los hechos.
Usami había logrado derribar a su primo y ahora se disponía a dar el golpe final.
-¡¡No, Usagi dente por favor!!- el dulce grito de aquella melodiosa voz lo detuvo.
Misaki corrió hacia él y se arrojo a sus brazos.
-Por favor no lo lastimes mas, yo no quiero que te metas en problemas- suplico Misaki asustado aferrándose con fuerza al cuerpo de su amado.
-Misaki- susurro Usami relajando cada musculo de su cuerpo.
-Te amo Usami- pronuncio Misaki sintiendo como el embriagante aroma de su pareja le daba paz.
Akihiko sonrió complacido, no recordaba la última vez que había sido feliz.
-¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!- el estruendoso grito Sumi hizo que todos lo voltearan ver.
El corrió hacia la pareja mientras Ijuuin lentamente se ponía de pie.
-No puedes elegirlo a él- chillo Sumi desesperado.
Usami coloco atrás suyo a Misaki para protegerlo.
-Yo ya tome mi decisión y no pienso retractarme- dijo Usami seguro.
Misaki sonrió mientras lagrimas de emoción acariciaban la tersa piel de su mejilla.
-¿Qué te puede dar el que yo no tenga?- pregunto Sumi irritada.
Usami estaba a puno de responder cuando fue callado por la cálida mano de su amado posada sobre sus labios.
Tomo una de las manos del escritor y la poso sobre su plano vientre.
-Yo le daré un hijo- dijo Misaki sonrojado y una dulce sonrisa.
Usami abrió grande los ojos y la boca incapaz de poder reaccionar de la emoción que sentía.
-Kisa sabía que estaba esperando un hijo tuyo y al tratar de protegerme el salió lastimado- confeso Misaki con tristeza.
Usami lo abrazo con amor y deposito un casto beso en la frente de su novio.
-Ahora todo estará mejor, te lo prometo- dijo Usami para luego unir sus labios a los de su amado.
Shinobu estaba encama siendo acompañado por su pareja y futuro padre de su hijo.
-Están pasando situaciones que nos superan- dijo Shinobu en un suspiro.
-Son momentos difíciles pero tenemos que mostrarnos fuertes ante la adversidad- dijo Miyagi protegiendo el frágil cuerpo de su amado entre sus brazos.
-Soy feliz así contigo- confeso Shinobu sonrojándose.
-Yo soy aun más feliz porque me has dado lo que nadie más puede darme- dio Miyagi para luego besar los labios de su pareja con amor.
Una ambulancia llego y traslado a los dos heridos tras la pelea.
Nowaki se encargo de atender las heridas de todos.
Yukina acompañaba a Misaki en el pasillo de la enfermería esperando que apareciera el herido.
-Así que eso pasó- dijo Yukina en voz alta a lo que el castaño asintió.
-Me asuste mucho, pero ahora que le dije todo me siento mejor- dijo Misaki con una dulce sonrisa.
-Es bueno que las cosas se hayan aclarado- dijo Yukina revolviéndole los cabellos.
-Pero con todo lo que paso el me pidió la mudanza inmediata- dijo Misaki con una risilla traviesa.
-Bueno al parecer dieron varios pasos- dijo Yukina.
-Todo parece pintar mejor- dijo Misaki con alegría.
-Yo estoy feliz Nowaki acaba de confirmar que Kisa puede quedar embarazado de nuevo- dijo Yukina emocionado con la mirada cristalina.
Misaki se echo encima de la pareja de su amigo y lo abrazo emocionado.
-Me alegra mucho.
-Yo también estoy muy feliz, no puedo esperar por decirle todo a Kisa- dijo Yukina correspondiendo al abrazo.
Las puertas de la enfermería se abrieron y apareció un Usami con algunos vendajes.
-Misaki- llamo Akihiko a su pareja que de un brinco corrió a sus brazos.
Yukina se paro y se fue sin decir nada para no arruinar el momento.
Kisa estaba terminando de comer la sopa de verdura que la enfermera le había llevado cuando la puerta repentinamente se abrió.
El novio se adentro a la habitación y le hizo una seña a la enfermera para que se retirara. Se acerco a la camilla y se sentó junto a su pareja. Beso con delicadeza su frente y le regalo una de sus sonrisas más encantadoras.
-Te vez de muy buen humor- cometo Kisa.
-Hoy es un día de festejo- comento Yukina.
Kisa lo miro con curiosidad tratando de descifrar el misterio de su pareja.
Por unos instante un silencio incomodo entre la pareja.
-Nowaki dijo que puedes quedar embarazado nuevamente- comento Yukina emocionado.
-¡¡Ahhh!!- Kisa grito de emoción y se arrojo sobre su novio besándolo apasionadamente.
Por más difícil que se pueden tornar las situaciones no debemos bajar los brazos… mientras allá amor podremos sobrellevar cualquier situación.