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Que paso ayer? por Caperusita Kiryuu

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaaaa

Siii, regreseeeee y con un gran final (o eso espero)

Quiero perdir perdon por mi demora, estuve muy ocupada con mis estudios y no tuve tiempo de poder terminar el capi, pero por suerte lo conegui y hoy estoy aqui actualizando el gran capi de cierre que se viene con todo...

Espero no desilucionar a ninguno de los lectores con este ardiente capi ( si oyeron bien, dije ardiente)...

Algo importante Esposo para los ukes y marido para los semes...

Agradesco mucho a todos los que me siguieron en este fic, la verdad que me siento orgullosa de poder finalizar este fic y espero no sea el ultimo...

Sin mas les dejo leer y nos vemos en los comentarios finales...

Capitulo 27 (extra): Unas locas vacaciones con el excéntrico abuelo Fuyuhiko.

 

Vacaciones…  si te digo esa palabra ¿qué viene a tu mente?

La arena, el sol, palmeras, surf, vóley playero, trajes de baño, castillos de arena, olas, bloqueador y bronceador… luciendo tu cuerpo semi-desnudo tomando una rica caipiriña en las playas de Brasil. Hombres apuestos y musculosos luciendo sus perfectos cuerpos y tú ahí de espectadora principal.

Si hablamos de las noches nos llegara la menta de la buena música bailable, los tragos, quizás algunos alocados probaran sustancias peligrosos, conocerás un chico soñado y tendrás el mejor sexo de tu vida… Lo sé la idea hace que te emociones de pies a cabeza.

 

 

El aeropuerto de Tokio estaba muy concurrido aquella calurosa mañana.

Con los cuerpos sudados, el amontonamiento y todo el ajetreo necesario para el abordaje las personas andaban de malas.

-¡¡¡QUE DEJEN DE PELEAR MIERDA!!!- grito Hiroki colérico arrojándole un zapato a cada uno.

Con un fuerte dolor de cabeza y un enorme chichón (cortesía de la buena puntería del demonio) Hayato dejo de  golpear a su cuñadito Kai, a quien intentaba ahorcar por haber tomado la mano de su querido hermanito.

Por otro lado Kouji, Mika y Ryu se entretenían asiéndole jugar a la dulce Hana. Yamato se dedicaba a leer el nuevo libro que le regalo su padre mientras era observado por Takeru.

-Se están tardando- dijo Kisa quien intentaba identificar a su marido entre aquella masa de personas.

-Sera mejor que consigan un cambio de destino o que no vuelvan- dijo Shinobu molesto quien no había parado de fruncir el seño desde hace tres días.

-Nadie te dijo que era obligatorio venir- dijo Misaki molesto.

Shinobu soltó un suspiro molesto.

-Si no fuera por el obsequio Miyagi no habría aceptado venir de vacaciones.

-Créeme que yo tampoco estoy complacido con el destino- dijo Misaki haciendo un puchero.

-Menos mal que los más pequeños se quedaron en casa porque con todos los que vinimos hay chinche de sobra- dijo Hiroki molesto.

-El tío Hiroki habla como abuelito- dijo Ryu con burla.

Todos rieron excepto Yamato que aquel comentario le había caído pésimo.

-Ahí viene papa- dijo Hana emocionada.

Todos miraron a donde apuntaba la más pequeña.

Un grupo de apuestos hombres avanzaba entre la multitud con las caras pálidas y podría jurarse que tras esa apariencia tan imponen se podía percibir el temor.

-¿Y?- pregunto con rudeza Hiroki.

-Hay buenas y malas noticias- dijo Nowaki con su típica sonrisa.

Hiroki tomo con violencia la remera de su marido y comenzó a zamarrearlo con violencia.

-¡¡¡NO DIGAS ALGO COMO ESO CON TU BOBA SONRISA!!!

-¿Habla?- dijo Misaki mirando con severidad al escritor.

-La buena noticia es que los pasajes son para ir en el Jet privado de mi papa- dijo Usami con su deslumbrante sonrisa.

-¿Y la mala?- pregunto Shinobu histérico.

-Que no podemos cambiar el destino- dijo Nowaki sin dejar de sonreír.

-¡¡¡TU CALLADO!!!- ordeno Hiroki quien seguía zamarreándolo ante la mirada de miles de pasajeros que los veían.

-Supongo que no tenemos de otra- dijo Kisa resignado.

-¡¡¿¿Y LO DICES TAN TRANQUILO?!!- pregunto irritado kamijou.

-Pues si estas tan en contra del viaje paganos tu las vacaciones al Caribe- dijo Usami con malicia.

-Tu tranquilo- dijo Misaki jalándole de la oreja.

-Auch- se quejo Akihiko.

-Misaki para tener un suegro como el tuyo ni hace falta un enemigo- dijo Shinobu con sarcasmo.

-Pues la mama de Miyagi es todo lo opuesto a una suegra ideal, es más seguro que para cuando volvamos tu casa será el reflejo de lo que ella quiere- dijo Misaki enojado.

-Al menos no la tengo metida todo el tiempo en casa- dijo Shinobu.

-Por mi parte no tengo una suegra metiche que me diga cómo debo criar a mis hijos- dijo Misaki.

-Ahora si te mato- dijo Shinobu y agarro de los pelos al castaño.

Misaki no se quedo atrás y también contesto el ataque.

15 minutos después habían logrado separarlos. Misaki y Shinobu estaban todos despeinados, desalineados y arañados. Pero rápidamente pasó el disgusto y se perdonaron.

 

Era casi media noche y ya habían logrado abordar el avión sin más contratiempo. Con el disgusto de los ukes, el exceso de energía de los niños y las pervertidas ideas de los semes para estas vacaciones el avión despego.

 

 

 

09:00 a.m. por fin habían llegado a su helado destino… “bienvenidos a Bariloche”

Akihiko registro a todos en el hotel y luego subieron a las amplias suites que su padre había reservado para él y sus amigos.

 

Habitación 203

-Tu papa siempre hace las cosas demasiado excéntricas- se quejo Misaki mientras desempacaba las prendas de los gemelos y la pequeña Hana.

-A él le gustan las cosas a lo grande- dijo Akihiko mientras miraba a su esposo desde el marco de la puerta.

-Se nota que es tu padre, ustedes siempre exagerándolo todo- dijo  Misaki mientras colgaba los abrigos.

-De cualquier manera este ha sido un regalo maravilloso, ¿Acaso no eras tú el que quería que pasemos unas vacaciones todos juntos?- dijo Akihiko con una sonrisa arrogante en los labios.

-Cuando lo dije me imaginaba una hermosa playa con un mar cristalino y un mesero trayéndome una caipiriña mientras tomo sol- dijo Misaki volteándose a ver a su marido con el seño fruncido.

-Pero si la nieve es maravillosa- dijo Akihiko con una sonrisa.

-No es lo mío el frio, prefiero el calor del sol- dijo Misaki cruzándose de brazos.

Akihiko en un rápido movimiento se acerco a su esposo y lo tomo de la cintura.

-Lo que tú quieres es andar seduciendo a todos los hombres de la playa usando un ajustado traje de baño- se quejo Usami.

-Pues parece que solo haciendo eso me prestas atención- dijo Misaki haciendo un puchero.

Akihiko le beso los labios con dulzura y le sonrió.

-Lo que pasa es que me preocupo por mis hijos.

Misaki elevo sus brazos y rodeo el cuello de su marido.

-Eres un gran padre.

 

Habitación 201

-Tengo mucho frio- se quejaba Kisa quien estaba envuelto bajo dos enormes colchas mientras miraba como su marido acomodaba la ropa en su armario.

-Kisa ya verás que la pasaras genial- dijo Yukina tan radiante como siempre.

-Eso lo dices porque a ti te hacía mucha ilusión venir a conocer este país- dijo Kisa haciendo un puchero.

Yukina dejo de la valija de lado y se acerco a su esposo.

-Me hacía ilusión cumplir mi sueño junto a la persona más hermosa del mundo y con la maravillosa familia que me ha dado- dijo Yukina acariciándole el rostro.

-Con palabras lindas no me quitaras el enojo y el frio- dijo Kisa mirándolo a los ojos.

-¿Entonces que deseas que haga por ti?- pregunto Yukina quien había colado una de sus manos debajo de las colchas y acariciaba las piernas de su esposo.

Kisa se quito las colchas y se sentó en las piernas de su marido comenzando un movimiento de caderas haciendo que ambos miembros se frotaran.

-Juega un poco conmigo- pidió Kisa con voz seductora.

Yukina en un movimiento recostó el cuerpo de su esposo sobre la cama y comenzó a besarle el cuello  mientras lo oía suspirar.

 

Habitación 204

Shinobu se hallaba sentado en la punta de la cama de brazos cruzados y con el seño fruncido.

-Solo un poquito- suplicaba Miyagi mientras repartía besos en su cuello.

-No tengo ganas el frio congelo mi calentura- dijo Shinobu enojado.

-Se que no esperabas esto para tus vacaciones pero debes entender que esto era un obsequio del suegro de Misaki- dijo Miyagi con una voz infantil.

-Pues pídele al suegro de Misaki que te deje ponérsela en su culo- dijo Shinobu parándose de la cama y mirando con severidad a su marido.

-Te prometo que el próximo año te llevo al Caribe- dijo Miyagi suplicando por piedad de parte de su marido

-El año que viene tendrás que llevarme de viaje por toda Europa y luego finalizar en un crucero directo al Caribe- dijo Shinobu con seguridad.

Miyagi se paró de la cama y abrazo a su esposo.

-Solo si prometes que no huiras de mi lado en el camino- susurro Miyagi al oído de su amado rozando con sus diente el lóbulo de la oreja derecha.

Un suspiro escapo de sus rosados labios.

-Jamás- dijo Shinobu ferrándose a la amplia espalda de su marido.

 

Habitación 202

Hiroki lanzaba hacia todos lados cualquier objeto que hallara en su camino.

-Hiro-san yo creo que ya fue suficiente- dijo Nowaki quien intentaba calmar la ira de su esposo.

-Nada de eso, todo lo que se rompa va a parar a manos del padre de Akihiko así que le voy a hacer pagar el hecho de que haya elegido un destino tan helado- dijo Hiroki enojado.

-No fue su intención- dijo Nowaki queriendo detener al castaño.

-Ese viejo que siempre nos caga las salidas se las verá con mi ira- dijo Hiroki quien entro a su habitación cerrándolo de un portazo.

Nowaki se acerco a la puerta y vio la bisagra superior suelta.

-Creo que tendré que llamar a los encargados- pensó Nowaki.

 

 

 

-¡¡Siiiii, nieveeee!!- grito Hana mientras corría de la mano de Kouji y Mika.

Los chicos estaban emocionados con este viaje a otro continente, pero lamentablemente los más pequeños no habían podido viajar.

-Ryu no vayas a querer meterte en líos- le advertía Kai con una alegre sonrisa.

-Nada mejor que un extranjero- dijo Ryu haciendo oído sordo a las palabras de su hermano, se dio media vuelta y siguió el camino que le diera la gana.

Kai soltó un suspiro resignado.

-No hay nada que puedas hacer- dijo Takeru quien apoyaba a su amigo.

-Es difícil tener un hermano doncel- dijo Kai.

-Te entiendo perfectamente, pero al menos yo se que si tu le haces algo al pequeño Yuki sabré donde encontrarte- dijo Takeru posando su mano en el hombro de su amigo.

-Tú sabes que jamás dañaría a Yuki- dijo Kai mirándolo a los ojos.

-Lo sé pero es que como se dio el tema me pareció buena idea darte solo una advertencia- dijo Takeru con una sonrisa.

-Nunca esta demás cuidar a quienes amamos- dijo Kai.

-Muy cierto, ahora que te parece si vamos un rato a practicar snowboard- propuso Takeru.

-Algo así no puedo rechazar- dijo Kai.

 

Kouji, Hana y Mika armaban un muñeco de nieve. Cerca de ahí Takeru iniciaba una guerra de bolas de nieves con su novio, el había tenido la genial idea de robarle el libro que estaba leyendo su amado Yamato pero para su mala suerte el niño tiene la sangre del demonio Kamijou y se desato una batalla para obtener su preciado objeto.

Entra tantas bolas de nieves que iban y venían una de ellas perforo la cabeza del muñeco. Los ojitos de Hana se llenaron de lágrimas.

-Ya no llores, podemos repararlo- intento consolarla Mika mientras la abrazaba.

Pero el llanto de la nena no cesaba.

Kouji corrió tras Yamato con claras intenciones de lastimarlo y detrás de él venía Takeru queriéndolo detener.

 

 

Por otro lado los ukes hacían de las suyas, algunos aburridos y otros en un vano intento por aprender a esquiar.

Shinobu, quien estaba sentado en la nieve, no paraba de burlarse descaradamente de su amigo Misaki quien no podía mantenerse bien con los esquís.

-No me digas que tu marido te dejo solo con esto por ir a vigilar al travieso de Ryu- dijo Shinobu con burla.

-No es gracioso- dijo Misaki inflando sus cachetes.

-Al menos algo bueno hay en este viaje- dijo Shinobu.

-¿Qué cosa?- pregunto Misaki quien luchaba por mantenerse en pie.

-Lo ridículo que te vez queriendo aprender a esquiar- dijo Shinobu sin parar de reír.

Misaki no pudo más y termino por caerse de cara… pero no logro estrellarse contra la nieve, unos fuertes brazos lo sostenían de la cintura. Pero para mala suerte de Shinobu quien se había acercado a ayudar a su amigo había levantado un poco de nieve y todo había caído sobre él.

-¿Ahora quien es el ridículo?- se burlo Kisa de Shinobu.

-No es chistoso- dijo Shinobu mientras se quitaba la nieve de la cara.

Kisa rodo sus ojos y lo ignoro.

Misaki sonriente se volteo pensando que quien lo había salvado era su marido, pero para su sorpresa se había encontrado con un apuesto rubio de ojos café.

-Muchas gracias- dijo Misaki apenado, con las mejillas sonrojadas.

-Veo que tienes muchos problemas- dijo el hombre con una alegre sonrisa.

-Estoy intentando aprender a esquiar- dijo Misaki.

-Te echare una mano- dijo el hombre.

-No quiero molestarlo- dijo Misaki.

-No te preocupes, yo soy uno de los instructores de esquí- dijo el hombre.

-Un placer conocerlo, soy Misaki.

-Yo soy Pablo.

El hombre sin perder un segundo comenzó a darle las indicaciones al castaño, quien se jugaba la vida con la cercanía que tomaba del muchacho.

-Misaki- llamo con autoridad una imponente voz.

El castaño se volteo y miro como su marido observaba al instructor con una aterradora mirada.

-Regresaste- dijo Misaki enojado.

-¿Quién es este?- pregunto Usami con desprecio.

-Un instructor

-Ya no lo necesitas, me tienes a mí- dijo Akihiko de manera posesiva.

Misaki enojado arrojo los bastones a la nieve y se quito los esquís. Sin dudarlo ni un segundo salió corriendo.

-¡Misaki!- grito Usami pero su esposo lo ignoro.

Empujo con brutalidad al instructor y corrió tras su esposo.

 

Shinobu todo enojado se había parado para buscar a su marido. Le hacía frio y encima ese instructor de cuarta le había arrojado nieve en la cara, ahora solo quería amor para recurarse de su malestar.

Como se lo esperaba su querido esposo hacia de guarda bosques de los niños.

-Necesito amor- dijo Shinobu abrazando por la espalda al profesor.

-Ahora no, alguien tiene que cuidar a los niños- dijo Miyagi sin mirarlo a la cara.

-No me ignores- protesto Shinobu.

-Te prometo que a la noche tendrás toda mi atención- dijo Miyagi.

-Eres un viejo impotente- dijo Shinobu pegándole en la cabeza y saliendo de ahí lo más rápido que la nieve le permitía.

 

 

Kisa estaba aburrido, su esposo al parecer la pasaba bastante bien practicando snowboard y él había quedado a un lado haciendo bolas de nieve solo para no quedar como una estatua sentado en medio de la nieve.

La verdad que no había nada más aburrido para el que os climas fríos y los lugares donde nevaba. Pero al contrario de él que amaba los climas cálidos, la playa y el mar su marido se sentía fascinado por la nieve y los deportes que en este se podía practicar.

Las bolas de nieves comenzaban a acumularse a su lado… entonces recordó esas típicas películas norteamericanas donde una inocente guerra de nieve llevaba a la pareja a tener una apasionado y romántico encuentro.

Tomo la nieve entre sus manos y se la arrojo en la cara a su marido. Este se detuvo cuando la nieve cubrió su rostro, se limpio y miro a su pareja. Kisa nuevamente lo ataco, se paro y comenzó a correr de regreso al hotel. Yukina dejo la tabla atrás y comenzó a seguir a su amado.

 

 

Hiroki se había negado rotundamente a salir del cuarto, así que le había confiado a Misaki y Yukina sus hijos.

Odiaba el frio, la nieve le desagradaba… sencillamente nada de este viaje le parecía divertido o familiar. Hubiera preferido ir a la playa aunque la arena le disgustara.

Nowaki había quedad fuera del cuarto y aunque llamara mil veces a su esposo este no le respondía.

Toc, toc…

Alguien llamo a la puerta. El médico se paro para ver quién era. Frente a él esta una de las encargadas del hotel.

-Señor por favor manténgase adentro de su habitación, una tormenta se avecina y será peligrosa estar afuera- dijo la joven.

El temor le oprimió el corazón. Abrió la puerta del cuarto con brusquedad y sin importarle nada corrió desesperadamente en busca de sus hijos.

Nowaki al ver con la prisa que su pareja había salido tomo su abrió y corrió tras él.

 

 

El viento rugía con fuerza arrastrando la nieve, la gente corría de regreso al hotel.

Miyagi había juntado a todos los niños y les había atado las muñecas con un pañuelo lográndolos unir para que ninguno se perdiese en la multitud. Se le había difícil moverse pero gracias a la ayuda de una pareja joven había logrado conseguir más protección para los niños.

 

-¡¡¡Yamato, Kouji!!!- grito desesperado Hiroki pues entre tanta multitud corriendo que lo empujaba no lograba ver nada.

Tenía miedo, jamás la desesperación le había ganado. Sentía que el cuerpo le temblaba y no sabía definir si era por el miedo de perder a sus hijos o por el frio que estaba sintiendo.

-Hiroki- le llamo una voz conocida.

Volteo con la mirada cristalina a su derecha y allí estaba Miyagi junto a todos los pequeños.

Desarmado por el miedo que había sentido corrió a abrazar a sus hijos.

-Gracias a Dios están bien- dijo mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.

Una cálida tela roso su piel, volteo la mirada y vio como Nowaki lo abrigaba.

-No vuelvas a ser tan imprudente.

Levanto a su esposo en brazos y corrieron a refugiarse dentro del hotel.

 

 

La tormenta los alcanzo en medio del bosque nevado, se tomaron de las manos en silenció y se refugiaron en una cabaña que hallaron. Se quitaron los abrigos húmedos por tan nieve. Usami prendió la calefacción mientras Misaki simplemente se quedaba mirando la pared. El calor en la cabaña se elevo hasta obtener un ambiente agradable.

Akihiko se acomodo junto a su esposo después de haber encendido la chimenea, solo por si acaso llegaba a fallar la electricidad y en medio de la noche la calefacción se apagaba.

-Misaki- nombro algo temeroso a su esposo que simplemente lo ignoraba.

-A ti solo te importan tus sentimientos y te olvidas que yo tengo los míos- dijo Misaki quien había volteado a verlo con la mirada empañada en lagrimas.

Akihiko quedo sin habla al ver aquella expresión que le rompía el alma.

-Yo no quería herirte.

-Se que no es tu intención, pero siempre eres tan impulsivo…

Akihiko no pudo oír mas, abrazo con fuerza a su amado con el deseo de curar todas sus heridas.

-Perdóname por ser tan bruto- susurro con dolor.

Misaki correspondió el abrazo y se dejo llevar por su marido.

Los brazos de Usami se deslizaron por la espalda de su esposo se aferraron con fuerza a la estrecha cintura de su amado y aspiro el delicioso aroma que el cuerpo de Misaki emanaba. Eran besos suaves, caricias delicadas sobre esos labios. Pero la necesidad y el deseo le exigían más, y podía sentir como el castaño pedía más sin decir nada.

Usami con su lengua delineo los deliciosos labios de Misaki. Un calor totalmente exquisito se acumulo en el pecho del castaño, abrió su pequeña boca permitiéndole el paso a la hambrienta lengua del escritor. Un beso dulce y fogoso. Misaki sentía como su boca era explorada por esa hambrienta lengua que lo enloquecía al enredarse con la suya. Necesitaba más y lo sabía, no quería nada más que beber de ese delicioso elixir. Las manos de Misaki se enredaron en las plateadas hebras.

Las manos del escritor subieron delicadamente por el pecho de Misaki hasta llegar a la orilla del suéter que tenia puesto, se lo quito junto a la polera que llevaba debajo. Las frías yemas de su dedo rozaban la sensible piel de Misaki dejando escapar dulces suspiros que eran devorados por su boca.

Pero la falta de aire se hizo presente y tuvieron que separarse. Ambas miradas se encontraron llenas de pasión y amor.  Misaki se sentía totalmente apenado por la situación, agacho la mirada queriendo ocultar su sonrojo y esconder los deseos que se reflejaban en sus pupilas. Una de las grandes manos del escritor se poso sobre el mentón del castaño y le obligo a elevar la mirada.

-Eres lo más hermoso que puede existir sobre esta tierra- susurro Usami con voz ronca.

Misaki estaba totalmente indefenso ante tan abrumador sentimiento. Sentía que su corazón iba a explotar de alegría.

-Usami- susurro Misaki.

Ambos se pusieron de pie sin dejar de mirarse hasta chocar en el sillón y caer sentados sobre este. El escritor en un delicado movimiento recostó el frágil cuerpo del castaño sobre el amplio sofá y se permitió por unos minutos contemplar ese delicioso cuerpo que se entregaba a el por voluntad propia.

-Misaki déjame amarte con todo mi cuerpo- pidió Usami mirando aquellos ojos que lo volvían loco.

Una de las delicadas manos de Misaki se poso sobre la mejilla del escritor y le sonrió un poco apenado.

-Por favor Usami sea gentil- pidió Misaki con autentica inocencia que hizo estremecer el cuerpo del escritor.

Los labios del escritor se unieron en un apasionado beso con los del castaño. Unidos en un apasionado beso Misaki pudo sentir esas frías y granes manos acariciar su piel desnuda con delicadeza. No podía contener los suspiros y jadeos que aquellas caricias provocaban en su cuerpo.

Los labios del escritor se separaron de los del castaño y marcaron un camino de besos desde la comisura de sus labios hasta el cuello. Sentía en su boca el dulce sabor de esa piel. Con pequeñas mordidas fue marcando la tersa piel de porcelana y con su lengua dibujo círculos logrando robarle jadeos a su pequeño. Misaki se retorcía de placer, sentía como corriente eléctrica corría por su cuerpo. No podía tomar control de sus sentidos.

La hambrienta boca de Usami comenzó a descender por el cuello de Misaki hasta su clavícula la cual mordió levemente.

-Usami- soltó Misaki entre suspiros.

-Misaki eres al único que deseo amar- susurro Usami para luego continuar con sus besos hasta llegar a uno de los pezones.

Le dio una pequeña lamida al pezón  logrando estremecer de pies a cabeza al castaño.

-Usa… Usami… po… por favor no… no ha… haga eso- dijo Misaki con la respiración agitada.

-Tu cuerpo no dice lo mismo- dijo Usami para luego morder suavemente el pezón.

-Ahhhhhh Usami…- gimió Misaki lleno de placer.

Se sintió tan avergonzado de oír su propia voz tan erótica que rápidamente oculto su rostro entre sus pequeñas manos.

-Por favor déjame oír más- pidió Usami con voz seductora.

Con una de sus grandes manos quito las de Misaki. El castaño lo miraba con deseo.

El cuerpo del pequeño castaño encajaba perfectamente con el suyo. Con un suave movimiento de caderas hizo que ambos miembros se rozaran de manera lenta y tortuosa.

-Ahhhh… ahhhh… mmmm… U… Usa… Usami- gemía Misaki.

-Misaki pide lo que quieras y  yo te lo daré- susurro Akihiko con voz ronca.

La boca de Usami se deleitaba con el sabor de la piel de su pequeño, mordiendo con desesperación uno de sus pezones mientras al otro lo estimulaba con las yemas de sus dedos.

La caliente boca del escritor encendía cada centímetro de su piel, era la primera vez que su cuerpo respondía de manera sensual a cada caricia sin pena alguna.

La mano que masajeaba uno de los pezones comenzó a descender por el plano abdomen del castaño, dibujando círculos sobre la piel. Estaba totalmente poseído por los dulces gemidos del castaño. Deseaba encontrar algo más que una satisfacción física.

-Misaki, mi Misaki- susurro Usami mientras besaba con amor el plano vientre de su pequeño.

Sus manos descendieron desde el ombligo hasta el botón del pantalón, desprendió la prenda y bajo el cierre. Sin quitar su mirada de la de Misaki fue quitando la prenda lo más rápido que podía sin dejar que la magia del momento desapareciera.

Dejo en un bóxer rojo al castaño, haciéndose visible su erección. Usami deposito un beso en el miembro de Misaki sobre la tela del bóxer.

Misaki estiro sus pequeñas manos temblorosas y comenzó a quitarle la campera a su marido. Usami miraba sorprendido la manera tan inocente con la que lo provocaba.

-Quiero que también lo disfrute- dijo Misaki con una mescla de inocencia y timidez en la voz que lo hacía ver endemoniadamente sensual.

En un movimiento provocativo sentó a Usami y Misaki se sentó sobre él con sus piernas a cada lado. Sus miradas se encontraron con intensidad. El castaño dejo caer al suelo el abrió del escritor junto con la camiseta que tenia puesta.

Misaki se bajo del regazo de Usami y se arrodillo frente a él. Desprendió el botón del pantalón y luego bajo el cierre con algo de timidez quito las prendas que cubrían el erecto miembro de Usami. Un fuerte sonrojo se pinto en las mejillas. Con su pequeña mano comenzó un movimiento de arriba abajo sobre aquel miembro. Su marido cerró los ojos al sentir aquella cálida mano abrazar su miembro.

Misaki se excitaba con solo ver lo mucho que disfrutaba el escritor de sus caricias.La boca de Misaki deseaba mas, sentía como inconscientemente se relamía los labios de la excitación. Guiado por sus impulsos acerco su boca al miembro del escritor y con su lengua lo lamio desde la punta hasta la base.

-Ah Misaki- gruño Usami totalmente excitado.

Misaki sonrió complacido para sus adentro y, de manera lenta y tortuosa, fue introduciendo aquel enorme pene en su pequeña y caliente boca. Usami soltó un gruñido de placer al sentir como aquel ángel devoraba con su pequeña e inocente boca su miembro por completo.

Akihiko deseaba más de aquella dulce boca, pero no quería romper la magia del momento. Humedeció con su propia saliva dos de sus dedos.

Misaki se sentía tan caliente al devorar con su boca ese enorme miembro.

-Ahh- Misaki soltó un fuerte gemido de placer, separando su boca de aquel pene.

Uno de los traviesos dedos del escritor se había colado en la entrada del castaño para comenzar a prepararlo.

Misaki volvió a introducir aquel miembro en su boca.

Usami no sabía cuánto más podría mantener su auto control. Sentía como la entrada de su esposo comenzaba a dilatarse con el primer dedo que se movía en círculos, supo que estaba listo para un segundo dedo. De la misma manera desprevenida como la vez anterior introdujo el segundo dedo, sintió como el cuerpo de Misaki se estremeció con el nuevo intruso pero luego de unos leves movimientos con los dedos en su entrada logro ver como el castaño se relajaba.

El escritor movía sus dedos de forma circula al mismo ritmo que la boca de Misaki devoraba su miembro. Sentía que si seguía así se iba a correr, y no era lo que deseaba. Supo que era el momento. Con una de sus manos separo a Misaki de su miembro que lo miraba confundido, con la respiración agitada y con un hilo de saliva que corría por la comisura de su labio.

-quítate la ropa interior- pidió Usami con voz sensual.

Misaki se puso de pie frente al escritor y con timidez llevo sus manos al bóxer y lo dejo caer al piso. Usami se deleito con la imagen del cuerpo desnudo del castaño.

El escritor tiro del brazo de Misaki y lo sentó nuevamente en sus piernas, con sus frentes pegadas a centímetros de que sus labios se rozaran y sintiendo sus miembros apretados en medio de sus abdómenes.

La mano del escritor acaricio los cabellos castaños del menor con dulzura.

-Di mi nombre- dijo Usami mientras posaba sus manos en las caderas del castaño.

Misaki elevo sus manos al ritmo de aquellas frías manos y poso las suyas sobre los hombros del escritor. El erecto miembro de Usami roso la caliente entrada de Misaki provocando que el menor soltara un jadeo deseoso.

Usami lentamente introdujo la punta de su miembro.

-Ahhh… A… Akihiko…- soltó un gemido de placer Misaki al sentir como el miembro comenzaba a introducirse en su interior.

Usami se sintió tan excitado al oír su nombre en los gemidos de Misaki que no fue capaz de controlarse y de una sola estocada se introdujo por completo en el castaño.

-Ahh- soltó un gemido Misaki mientras clavaba sus uñas en los hombros del escritor.

Se abrazo la fuerte y ancha espalda de su marido. Lentamente comenzó a mover sus caderas buscando mas contacto.

Usami comprendió el deseo de Misaki y comenzó un lento movimiento. Misaki y Usami se movían de manera sincronizada, el escritor sentía como aquellas lentas y profundas envestidas ya no eran suficiente.

-Ahhh… ahhhhh….- los delirantes gemidos de Misaki se hacían oír en todo el departamento.

-Misaki eres muy estrecho- soltó entre gruñidos de éxtasis el escritor.

Misaki se aferraba con fuerza a la espalda del escritor, dejando marcas con sus uñas, sintiendo aquel desenfrenado subir y bajar de aquel caliente pene que lo estaba haciendo delirar.

-Ahhhh… mmmm… A… Aki… A… Akihiko- gemía Misaki preso de un néctar que lo hacía caer en la dulce locura.

Las manos del escritor se aferraban con fuerzas a las pequeñas caderas de Misaki asiendo más profunda la penetración. Una fuerte envestida toco aquel punto que lo hacía delirar.

-Ahhhhhhhhh… Ahí- gimió Misaki con fuerza.

Usami de manera lenta y profunda envistió unas cuantas veces más ese punto que hacia delirar al pequeño. Misaki rasguñaba aquella fuerte espalda mientras sentía como la agitada respiración del escritor chocaba contra la piel de su cuerpo haciéndolo encenderse aun más.

-Massss… massss…- pedía Misaki ya sin ser consciente, cegado por el deseo.

En un rápido movimiento Usami recostó el cuerpo de Misaki quedando sobre él. Continúo con sus apasionadas envestidas tocando aquel punto.

Las piernas de Misaki se enredaron en la cintura del escritor para aumentar el contacto.

-Sigue ahí… ahí… dame mass…- pedía Misaki lleno de éxtasis.

El cuerpo de Misaki se aferro con más fuerza al cuerpo del escritor y las paredes de su interior se contrajeron apresando de manera excitante el miembro de Usami. Llegaron al clímax envueltos en el orgasmo más delicioso.

-Akihikoooo- gimió Misaki con fuerza.

-Misaki- gimió Usami.

Los dos cayeron rendidos en el sillón. Usami se paro y tomo entre sus brazos el cuerpo de Misaki para poder encaminarse a su cuarto y poder recostar sobre su cama el cuerpo del menor.

-Te amo- susurro el escritor al oído del castaño.

-Yo también te amo Akihiko- dijo Misaki con un sonrojo en sus mejillas.

 

 

 

Habían entrado al hotel enloquecidos con tanto alboroto que armaban todos los que allí se hospedaban. Hiroki y Nowaki tomaron a los niños para llevarlos a la habitación mientras desesperadamente Miyagi buscaba a su esposo, con el horrible miedo en su pecho de que algo malo pudiera pasarle.

Enloquecido sin poder pensar ni por un segundo, entro en pánico… entonces lo vio allí acurrucado en un sillón abrazándose a sí mismo.

Corrió sin pensarlo empujando a algunos huéspedes.

-Shinobu- susurro con calma cuando al fin lo tuvo entre sus brazos.

-Eres un maldito viejo, me dejaste solo- susurro entre sollozos.

-Perdóname, mírame como te he descuidado- dijo mientras lo acurrucaba con cariño contra su pecho.

-Tenía miedo- susurro Shinobu.

-Te deje de lado y no te cuide como debía, ¿podrás perdonarme?- pregunto Miyagi mientras besaba la frente de su esposo.

-Solo si prometes quedarte a mi lado hasta que todo acabe- dijo Shinobu.

Miyagi separo un poco el cuerpo de su esposo y lo miro a los ojos mientras apoyaba su frente sobre la de su amado.

-Cometí una vez el error de dejarte ir, ahora no lo pienso cometer nunca más.

-Usami Akihiko, hay una llamada para Usami Akihiko en la oficina- grito una de las encargadas.

Miyagi elevo una de sus manos y la mujer se acerco.

-¿Usted es Usami?

-No, soy su amigo- dijo Miyagi.

-¿Y el señor Usami?

-Ahora que lo pienso ni él ni Misaki están por aquí- dijo Shinobu preocupado mirando a todos lados con la esperanza de encontrarlos.

-Es posible que se hayan quedado fuera, pero no se preocupen el hotel cuenta con cabañas seguras cada cinco metros a partir de las rampas para esquiar. Seguramente deben hallarse en una, ahora mismo llamare a la torre de control y pediré que active las cámaras y los busquen- dijo la encargada para calmar a la pareja.

-Sería un gran favor si hiciera eso, por otro lado yo atenderé la llamada- dijo Miyagi con su esposo a su lado.

-Por favor pase a mi oficina y tome la llamada.

Miyagi asintió y se dirigió a la oficina junto a su esposo.

Al parecer Fuyuhiko estaba al tanto de la tormenta de nieve y se había quedado preocupado por su nietos. Miyagi tuvo que calmarlo con una mentira para que el hombre no se preocupara y rezaba a todos los dioses que conocía para que Usami y Misaki estuvieran bien.

-No te preocupes yo se que ellos estarán bien- dijo Shinobu tratando de alentar a su pareja aunque él también se sintiera triste.

-No puedo evitar preocuparme y sé que tu también lo estas- dijo Miyagi.

-Dame seguridad, quiero sentir que todo va a estar bien- dijo Shinobu abrazando a su marido.

-Mi amor por ti debe ser la luz que te de seguridad- susurro Miyagi cerca de su oído.

-Demuéstramelo- suplico Shinobu con las mejillas sonrojadas.

Sus labios se posaron sobre los de Shinobu en un demandante beso lleno de aquel deseo contenido.

Los ansiosos mansos de Miyagi comenzaron a descender por la estrecha cintura del rubio. Sus largos brazos se enredaron en la cadera de su acompañante y lo atrajo más hacia él.

Shinobu sintió aquel fuerte pecho. La hábil lengua de rubio estaba ansiosa, delineo los labios de su marido  el cual abrió la boca y permitió el encuentro de ambas lenguas hambrientas. Las piernas de Shinobu tomaron voluntad propia y se fueron enredando en las caderas del mayor.

Miyagi sintió como lentamente su creciente erección chocaba con la de su esposo. Abrazo con fuerza la estrecha cintura y alzo al rubio sin romper tan excitante beso.

Shinobu se sentía totalmente embriagado de la rudeza y pasión de aquel momento mesclado con el cálido sentimiento que se acumulaban en su pecho.

Miyagi tomo a su esposo en sus fuertes brazos y lo cargo hasta el escritorio, apoyándolo en el borde de este. Comenzó con un suave movimiento de caderas frotando su miembro contra el del rubio. Shinobu no podía contener sus jadeos y los soltaba sin pudor alguno permitiéndoles morir en la boca de Miyagi que lo devoraba por completo en solo un beso.

Pero la maldita falta de aire se hizo presente y tuvieron que separarse. Shinobu estaba totalmente excitado y eso se podía ver en su rostro sonrojado y agitada respiración. Su mirada le pedía más a su marido.

-Destrózame- suplico el rubio ahogado en placer.

Miyagi con velocidad y una pisca de rudeza se deshizo de la campera y la camiseta del rubio. Shinobu se dejo caer hacia atrás con la clara intención de que su acompañante lo desnudara por completo. Miyagi se agacho un poco comprendido las suplicas del rubio y mordió sobre la ropa el excitado miembro.

-Ahhhhhhh- Shinobu soltó un gemido de placer al sentir esos dientes rozar su miembro.

Miyagi en un rápido movimiento desvistió al rubio dejando totalmente expuesto aquel delicado cuerpo. Sintió como su erección le pedía a gritos que entrara en ese ardiente cuerpo pero todavía no, él quería deleitarse un poco más con las lascivas expresiones de su esposo.

La boca del profesor se apodero de la fina piel del cuello del rubio y comenzó a marcarla. Las caricias que eran repartidas sobre su piel eran la perfecta combinación entre la rudeza y el deseo, sentía como su miembro dolía de solo sentir el calor de su marido.

-Miyagi… Miyagi… por favor no juegues- suplicaba Shinobu con una voz cargada de lujuria.

Miyagi se sentía totalmente deseoso de estar dentro de su amado esposo. Sus manos acariciaban el pecho del rubio dibujando círculos sobre su piel, esto hacia estremecer a Shinobu.

La boca de Miyagi comenzó a descender por esa exquisita piel de aquel sabor tan placentero. Descendió con su lengua dejando un rastro de saliva. Llego a la clavícula y con pequeñas mordidas sobre esta  lograba deleitarse con las expresiones en el rostro de Shinobu que suplicaba desesperadamente por más. Siguió descendiendo hasta llegar a los pezones y comenzó a jugar con esto.

Estaba ansioso de poder nuevamente sentir el cuerpo de su esposo.

-Miyagi… Miyagi… entra en mí… sin piedad…- suplico Shinobu entre jadeos mientras apretaba con fuerza los hombros del profesor.

 Con una de sus manos sostuvo con fuerza las caderas del rubio mientras con la otra bajaba la cremallera de sus pantalones. Su gran miembro fue despojado de la tela de la ropa interior. Lentamente comenzó a jugar. Rosaba la entrada del rubio con su dolorosa erección.

-Miyagi… Miyagi… Miyagi…- Shinobu gemía el nombre de aquel hombre dominado por la locura.

Su marido se relamió los labios deseoso de sentir aun más el calor de su amado. Tomo con firmezas esas caderas y de una embestida entro completamente en aquel ansiado y cálido lugar.

-Ahhhhhhh- soltó un fuerte gemido de placer al sentir la repentina y violenta intromisión en su interior.

Las paredes del interior de aquel sensual rubio lo recibieron estrujándolo con fuerza.

Poso sus manos en el rostro de su marido y lo miro fijamente. Esta sonrojado con la piel perlada por el sudor y sus ojos cristalinos.

-Te amo y te deseo- declaro Shinobu con la respiración agitada.

Miyagi comenzó con lentas y tortuosas envestidas que hacían delirar al rubio.

-Caliente… Estrecho… Te necesitaba…- dijo Miyagi con voz ronca sin romper la conexión entre sus ojos con los del rubio.

Shinobu deslizo sus brazos hasta el cuello del profesor y lo rodeo enredando sus dedos en aquella sedosa cabellera.

-Ahhh… ahhhh… ahhhh…- dulces gemidos de Shinobu.

Miyagi comenzó a besar la dulce piel del cuello del rubio. Tomo con firmeza el cuerpo de su esposo  y sin dejar las deliciosas envestidas lo recostó sobre el escritorio. Todo el cuerpo de Shinobu se  estremecía.

Las envestidas subían a un niel violento y delirante. Shinobu arañaban aquella fuerte espalda a la que se había aferrado.

-Ahhh… Miyagi… más, más, más…-gemía Shinobu descontroladamente.

Gruñidos y roncos gemidos brotaban de los finos labios de Miyagi.

Shinobu en un repentino movimiento se separo de su marido y lo empujo haciéndolo caer sentado en la silla del escritorio. Se paro con sensualidad y se sentó sobre su marido penetrándose el mismo, robando de ambos cuerpos un delicioso gemido.

-Te amo…- dijo Shinobu ente gemido mientras se penetraba.

Miyagi lo tomo de las caderas y lo ayudo a penetrarse con más fuerza. Toda su espalda tenía pequeñas heridas, marcas echar por las uñas de su esposo quien se aferraba a ese apetecible cuerpo con violencia haciéndole saber lo mucho que lo deseaba y necesitaba.

El miembro de Shinobu era friccionado entre ambos cuerpos.

Ambos cuerpos comenzaban a sentir como llegaban al clímax.

-Ahhh… Mi… Miyagi… ahhhh- Shinobu trataba de articular palabra alguna pero la adrenalina del momento no le permitía hablar.

-Lo sé… yo también…- dijo Miyagi agitado, sintiendo lo mismo que su esposo.

Una fuerte corriente eléctrica recorrió la espalda de Shinobu.

-Miyagi…- gimió con fuerza el nombre de aquel hombre, ensuciando ambos abdómenes.

Las paredes del interior de Shinobu se contrajeran apretando deliciosamente el miembro de Miyagi logrando que este se viniera dentro del rubio.

Ninguno de los dos quiso separarse, querían compartir el calor con el otro y recuperar la cordura.

-Te amo Miyagi- pronuncio Shinobu con dulzura escondiendo su rostro ruborizado.

 

 

 

Hiroki y Nowaki ya habían mandado a dormir a todos los niños, ahora estaban en su habitación intentando recuperarse de tanta adrenalina.

Se sentaron en el borde de la cama uno al lado del otro, en silencio se tomaron de las manos y observaron la pared.

-No vuelvas a ser tan imprudente, me preocupaste- dijo Nowaki serio.

-Es que tuve tanto miedo, jamás pensé que sentiría algo tan horrible en el pecho- susurro Hiroki.

Nowaki abrazo protectoramente a su esposo.

-Yo también sentí el pánico, más cuando te vi tan desprotegido en el frio. Tuve miedo de perderte- dijo Nowaki agachando la mirada.

Hiroki se volteo rápidamente y tomo entre sus manos el rostro de su marido.

-Pero tú me salvaste.

-Hiro-san.

-Te amo- susurro Hiroki apenado.

El médico lentamente fue acercando sus labios a los de Hiroki, quería sentir el dulce sabor de su boca. Hiroki se estremeció al comprender lo que su marido iba a hacer, su cuerpo solo pudo reaccionar cerrando los ojos en espera de ese contacto. Sus labios se unieron en un dulce beso, un simple rose de labios.

Nowaki, dominado por sus instintos, rodeo con ambos brazos la estrecha cintura de su esposo acercando aun más sus cuerpos.

-Mmm- Hiroki trato de contener un gemido al sentir la erección del mayor rozar con su muslo derecho.

Nowaki con su lengua delineo los frágiles labios del castaño que se presionaban para contener el gemido. Hiroki se sentía dominar por ese caliente y húmedo contacto, sin poder contenerse más cedió lentamente abriendo su boca con las mejillas de un rojo intenso. Nowaki introdujo su lengua de una manera lenta y tortuosa.

Exploraba lentamente la boca de su amado cautivado por su dulce sabor. Nowaki comenzó a enredar su juguetona lengua de su esposo, el cual con dificultad le seguía el ritmo.

Los brazos de Hiroki cobraron vida y lentamente subieron por el pecho de Nowaki hasta rodear su cuello. Sus dedos de enredaban con aquellas hebras oscuras, perdido en aquel suave rose.

El beso era a cada segundo más intenso, hasta llegar al punto de la locura. La excitación de sus cuerpos los dominaba. Nowaki pegaba sus cuerpos casi como queriendo poder traspasar aquella estorbosa ropa y poder sentirse piel a piel.

Pero la falta de aire se hizo presente y tuvieron que separar en contra de sus deseos. Sus miradas se encontraban prendidas una de otra. Nowaki deslizo sus manos por la cintura y subió por el pecho de su esposo hasta llegar a sus hombros, lentamente deslizo la campera que llevaba puesta.

-Nowaki- susurro Hiroki en un suspiro.

Cerró sus ojos dejando su cuerpo a merced de aquel hombre. Nowaki comenzó a hacer un camino de besos desde la comisura del labio del castaño hasta llegar al cuello, lentamente comenzó a morder aquella zona tan sensible haciéndolo estremecer.

En suaves suspiros pronunciaba el nombre de su marido.

El médico sintió que su excitación aumento al oír su nombre en los labios de su esposo. Mientras besaba aquel cuello dejando marcas comenzaba a quitarle la remera. Separo su boca del cuello para terminar de quitar la prenda mirando aquellos ojos cafés.

Arrojo la prenda al suelo y volvió a atacar el cuello de su esposo, descendiendo desde esta hasta la clavícula. Una de sus manos subió por el abdomen de su esposo deleitándose con su suave piel, hasta que sus dedos se encontraron con el pezón derecho. Lentamente comenzó a masajearlo.

-Ahhh… No… No… Nowaki- Hiroki soltó un gemido por el placer de ese contacto, su voz empezaba a entre cortarse.

El médico comenzó a descender con su boca hasta el otro pezón. Su peligrosa lengua delineo el pezón izquierdo.

-Ahhh… Nowaki, Nowaki… - gemía Hiroki dominado por su excitación con sus ojos cerrados.

Nowaki dejo su labor y busco la mirada de su amado.

Hiroki con sus manos temblorosas comenzó a quitarle el abrigo  su marido, luego quito la polera negra que tenia debajo. El castaño pudo deleitarse con el fuerte pecho y bien formado cuerpo del pediatra.

Nowaki tomo una de las manos de su esposo y la llevo hasta su excitado miembro. Hiroki se exalto al sentir aquel gran bulto caliente.

El médico aprovecho el momento y comenzó a desabrochar el pantalón del joven.

-Recuéstate y levanta las caderas- dijo Nowaki.

Hiroki dejo de tocar el miembro del mayor y le obedeció.  Cuando el castaño levanto las caderas y su marido termino de quitar a prenda dejándolo en bóxers.

Nowaki se acerco a su amado y comenzó a besar el miembro sobre la única prenda que le quedaba.

-Ahhh… ahhhh…- gemía Hiroki.

Nowaki comenzó a quitarse los pantalones dejándolos caer al piso. Hizo que Hiroki se volviera a sentar. Sus pieles estaban bañadas en sudor y sus respiraciones eran levemente agitadas. Comenzó a quitar el bóxer con un poco de dificultad.

Nuevamente comenzaron a besarse apasionadamente mientras sus miembros se friccionaban mutuamente por la cercanía de sus cuerpos.

Nowaki comenzó a hacer un sendero de besos haciendo que Hiroki se recostara nuevamente. Sus besos recorrieron desde la boca hasta el muslo derecho. Pero su lujuriosa lengua quería probar más. El médico llevo su lengua hasta la entrada, la cual acariciaba con movimientos circulares.

Hiroki se estremeció mucho mas, aquellas caricias eran aun más deliciosas que las anteriores. Sin previo aviso la lengua de Nowaki se introdujo en aquella entrada.

-Ahhhh… ahhh… Nowaki… Ahhh… -decía Hiroki completamente preso de la excitación del momento, sus gemidos lo dominaban.

Con su mano libre tomo el miembro de Hiroki y comenzó a masturbarlo de manera lenta.

-Ahh… ahhhh… ahhhh- gemía Hiroki mientras movía sus inexpertas caderas para hacer más contactos con esa húmeda lengua.

Nowaki saco su lengua de aquella entrada relamiéndose los labios recibiendo un gruñido por respuesta. Dejo caer su bóxer. Hiroki instintivamente llevo su mirada a aquel miembro, se estremeció del placer.

El médico se acerco al cuerpo de su esposo tomándolo de la cintura. La punta de su erecto pene roso la entrada del castaño.

-Mmm Nowaki- soltó Hiroki un suspiro.

De una sola estocada introdujo su miembro en la entrada de su amado.

-Ahhhh- Hiroki grito de placer con la brusca intromisión.

Sus manos recorrieron los fuerte brazos del médico hasta llegar a su rostro, tomo su cara entre sus manos y lo obligo a que lo mirara. Sus ojos café lo miraron con la pasión brillándole en las pupilas.

-Haz… Házmelo… te deseo…- suplico Hiroki.

Nowaki acerco su rostro al de su esposo y comenzó a besarlo apasionadamente. Sus lenguas se enredo en una danza que solo ellos dos compartirían.

-Mmmm… mmmmm…- Hiroki dejaba morir sus gemidos en la boca de su marido.

Nowaki recorrió con sus  manos el cuerpo de su amado deleitándose con la suavidad de su piel. Esos besos y caricias estaban llevando a Hiroki al límite… lentamente comenzó a mover sus caderas en busca de mas placer. El médico comenzó un lento movimiento penetrándolo de manera tortuosa. El castaño también movía sus caderas exigiendo más atención.

-Te amo Hiro-san - dijo Nowaki.

-Mmmm… Nowaki…- gimió Hiroki.

Nowaki tomo de las caderas de su esposo y saco del todo su miembro para volverlo a introducir.

-Ahhhhhhhhhhhhhh...- gimió Hiroki sin poder contenerse.

Lentamente Nowaki fue aumentando la intensidad de sus embestidas impidiendo que Hiroki controlara sus deseos.

-Ahhh… Ahhhh… mas…- pidió Hiroki entre gemidos.

Nowaki todo de la cintura a Hiroki y lo pego a su cuerpo. Comenzó a embestir con más fuerza y pasión, lo excitaba sentir como el cuerpo de Hiroki atrapaba su miembro. El miembro de castaño era apresado entre ambos abdómenes siendo masturbado.

-Sigue… Nowaki sigue- suplicaba Hiroki preso de su propia lujuria.

Nowaki no tenia limites y aumentaba la velocidad de sus embestidas tanto como se lo pidiera su amado.

-Ahhh… Ahí, ahí… más fuerte ahí…- dijo Hiroki -Ahhhh… sigue, sigue…. Quiero más

Envueltos en su apasionado mundo sus gemidos eran lo único que querían oír. Sus cuerpos perlados por el sudor. Ese vaivén de caderas los llevaba a la locura. Hiroki se aferro con fuerza a los hombros del médico.

-Nowaki… ya no puedo más…- dijo Hiroki con la voz agitada.

-Solo un poco más- decía Nowaki que lo envestía con fuerza.

Hiroki seguía gimiendo y Nowaki tampoco podía contener ese deceso.

-Nowaki… Nowaki…- gemía Hiroki.

Ya estaban llegando al clímax.

Las uñas de Hiroki se enterraron con fuerza en los hombros del médico.

Una envestida más…

-Ahhh… Te amo- Hiroki llego al orgasmo primero.

Todo su semen cayó entre ambos abdómenes.

Las paredes de aquel cálido interior se contrajeron apresando el miembro de Nowaki…

-Hiroki- Nowaki llego al orgasmo.

El médico acabo dentro del castaño.

 

 

 

Yukina y Kisa habían respirado tranquilos al ver aparecer a sus amigos con sus hijos. Para cuando se había enterado de la catástrofe climática a la que habían estado expuestos habían entrado en pánico por el temor de perder a sus hijos. Pero al verlos bien el alma les volvió a cuerpo.

Acurrucaron a sus pequeños en la cama hasta que se durmieron para luego ir a su habitación a tomar un baño relajante, primero Yukina y luego Kisa.

Salió del baño todo relajado envuelto en una bata con las gotas de agua rodando por su piel.

-Ahora me siento mucho mejor- dijo Kisa sentándose en las piernas de su marido.

Yukina movió un poco su pelvis y tomo de la cintura a su esposo.

-Te deseo- dijo Kisa con voz insinuante.

-Me encanta cuando te pones así- susurro con voz ronca al oído de su esposo haciendo que su cálido aliento rosara de manera excitante el lóbulo de la oreja.

-Mmm… dame eso que me gusta- suplico de manera provocativa Kisa.

Lentamente se acerco a la boca de su marido y rosaron sus labios.

-Te deseo… y mucho…- susurro Kisa con voz suave y provocativa.

Yukina tomo con posesividad la cintura de su esposo y unió sus labios en un dulce beso. La traviesa y apasionada lengua de su esposo delineo sus labios, abrió su boca permitiéndole el paso a aquella hambrienta necesidad de sentir el sabor de uno en el otro. Ambas lenguas se enredaban en un loco deseo por disfrutar más de lo que un beso les permitía.

Kisa deslizo sus suaves manos por el cuello de Yukina hasta enredar sus finos dedos en el cabello de su marido. Se besaron con lujuria.

Se separaron con la respiración agitada, unidas sus bocas por un hilo de saliva.

Yukina en un ágil movimiento recostó el cuerpo de su esposo en la cama, sus miradas se encontraron en un incontrolable deseo. Nuevamente sus bocas se encontraron en un erótico beso, los brazos de Kisa rodearon el cuello del mayo aprisionándolo para que no separaran sus bocas.  La pelvis de Yukina comenzó a moverse simulando profundas embestidas.

-Ahhhhhhh- un erótico gemido escapo de los labios de su esposo.

Ante tan satisfactorio rose Kisa hecho la cabeza hacia atrás dándole acceso completo a su marido a la zona sensible de su cuello. Yukina ataco el cuello de su esposo hambriento de pasión. Su hábil lengua dibujaba círculos sobre su piel mientras que sus fuertes manos acariciaban con delicadezas las perfectas caderas de su esposo.

-¡Yukina!, tu si sabes lo que me hace sentir muy bien- dijo Kisa con la voz más erótica que provocaba un intenso deseo en el cuerpo de su marido.

El libido de su cuerpo incremento ante tan sensuales palabras, mordió la fina piel del cuello dejando así la marca de sus dientes en su esposo.

-Ahhhh- gimió con fuerza Kisa sintiendo que sus uñas se enterraban en los hombros de su marido que gruño complacido.

Yukina con pasión ataco nuevamente con voracidad la boca de su esposo hasta robarle el aliento, nunca pudo resistirse al sabor de esos labios. Kisa se sentía morir en aquellas caricias desenfrenadas. Yukina marco un ardiente camino de besos por aquella tersa piel mientras sus manos rápidamente desataban el nudo de la bata dejando al descubierto el desnudo cuerpo de su esposo.

-Te amo- susurro con voz ronca Yukina.

Trazo una línea de besos hasta llegar a uno de los pezones, dibujo círculos sobre este y luego lo mordió con un poco de fuerza, a Kisa le encantaban los juegos sucios y peligrosos en la cama.

-Ahhhhhh- un gemido profundo que lo incito a buscar más de esos placenteros sonidos.

Yukina con su boca comenzó a descender por ese plano abdomen hasta llegar al ombligo. Tan traviesa su lengua jugaba con el ombligo de su esposo simulando envestidas.

-¿Quieres sentir esto es su cuerpo?- pregunto Yukina perdido en su excitación.

-Sí, si…- pronuncio Kisa entre gemidos mientras sus manos se aferraban con fuerza a los hombros de su marido.

Yukina siguió descendiendo hasta llegar a esa parte tan sensible y apetecible que deseaba sentir en su boca.

-Ohhh que rico… ohhhh… mmmm…- pronuncio Kisa con su voz más erótica al sentir la lengua de su acompañante  en la base de su miembro.

 Sintió el aliento de su marido rozando con la punta de su miembro. Yukina con su lengua traviesa delineo toda la extensión del delicioso miembro su esposo.

-Ahhh… ahhh…- gimió Kisa deseoso por más.

Yukina enredo su lengua en aquel sabroso miembro engulléndolo por completo. Kisa elevaba sus caderas buscando más de aquel húmedo y placentero contacto.

Yukina movía su cabeza de arriba hacia abajo metiendo y sacando por completo el miembro de su esposo jugando con este de maneras muy lascivas.

-Ohhhh… Ohhhh… Yukina…-un dulce y fuerte gemido.

Pero Kisa detuvo a su marido antes de poder llegar al clímax. Sus delicadas manos se deslizaron por aquel pecho y sus dedos delinearon cada abdominal.

-Tengo tantas ganas- pronuncio Kisa con voz erótica.

Yukina recostó bien el cuerpo de su esposo y se quito la bata. Se posiciono entre las piernas de su esposo y de una estocada se introdujo en el cálido interior de su amado.

-Ahhhhhh… Ahhhhh…- gimió Kisa de placer.

El calor de esas estrechas paredes que abrazaba su miembro era deliciosamente enloquecedor. Un acelerado y profundo vaivén había iniciado. Kisa se aferro con fuerza a la espalda de su marido, arañándole la piel con excitación. Las caderas se movían al ritmo de sus envestidas.

-Pídeme lo que quieras-  dijo Yukina con voz ronca.

-Más rápido, más profundo… Ahhhh, ahhhh…- pidió Kisa perdido en el placer de lo que sentía.

Sus envestidas eran más fuertes y profundas. La cama rechinaba con el acelerado movimiento de los cuerpos sobre esta.

-Ahhhhhhhhhh…. Si, si… Dame ahí… ahhhhhh…-gimió Kisa cuando su marido toco aquel punto que lo hacía enloquecer.

Pero Kisa no se quería quedar atrás, con todo el erotismo que poseía y sin dejar de sentir aquel grande y caliente miembro en su interior invirtió las posiciones, se sentó sobre su marido auto-penetrándose una y otra vez en aquel punto de placer que lo hacía delirar. Sus manos arañaban los pectorales de su marido robando de este deliciosos gruñidos.

-Ahhhhh… Ahhhhh…- sus gemidos eran un dulce afrodisiaco auditivo.

Nuevamente fue arrojado a la cama con una de sus piernas en el hombro de su marido.

Las embestidas eran desenfrenadas y precisas.

Una fuerte corriente eléctrica recorrió su columna y una cosquilleo en su parte baja le advirtió que llegaría al momento de éxtasis total.

-¡¡Ahhhhhhhhhhh!!- Kisa se corrió entre su abdomen y el de su esposo.

Todo su interior se contrajo aprisionando de manera deliciosa el miembro de su marido.

-Ahhhhhhhhhh- Yukina se corrió en el interior de su esposo.

Agotado cayó con delicadeza sobre el cuerpo de su esposo y lo abrazo.

-Te amo.

-Yo te amo mucho mas- dijo Kisa acariciando los cabellos miel de su marido.

 

 

 

A la mañana siguiente un grupo de rescatistas había logrado llevar a la cabaña donde Akihiko y Misaki habían pasado la noche…

Al parecer todo parece ir bien… ¿pero será este el final feliz que estas parejas han estado buscando?

No sé,  la vida nos pone miles de obstáculos que como pareja deben ser superado y quizás esta no sea la última vez que sepamos de estas parejas.

Pero por ahora han conseguido aquella felicidad que tanto anhelaban y espero el destino les otorgue la mayor de las felicidades.

 

Fin

 

P.D.:??????

 

Notas finales:

Que les parecio el cierre??

Lemon dedicado para todas mis seguidoreas pervertidas que se hayan quedado con ganas de otro lemon de estas encantadoras parejas...

Bariloche esta aqui en Argentina y me parecio entretenido poner algo de mi pais para darle un toque personal. Si lo se las estaciones no coinciden con el clima de la historia pero bueno esto es ficcion y lo acomode a mi conveniencia =P

Sera que habra una segunta temporada??? todavia no me decido pero me gustaria saber que opinan ustedes...

No se que mas decir, estoy emocionada...

Si les gusto este fic o como escribo las invito a pasarse por un fic que acabo de subir: tendra romance, risas, algunas parejas inesperadas e historias intensas; y obviamente el lemon que no puede faltar. El fic se llama "¿Aun hay tiempo de amarte?" si les interesan o confian en mi manera de escribar les invito a pasarse ademas de que apareceran parejas de otras series como Free y Kuroko no basket...

Este tiempo que estuve escribiendo este fic fue maravillos, disfrute mucho de sus comentarios y tambien me agrado mucho que participaran de las preguntas que dejaba al final de cada capi...

Sin mas que decir me despido de este fic con un beso enorme para todos los lectores que hicieron posible esta historia...

Gracias!!!!!


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