Capitulo 7: descubierto.
Eran aproximadamente las 6 de la tarde del sábado. Todas las empleadas del maid café de Someya se encontraban dando los últimos retoques para la gran fiesta de negocios de la familia Usami.
-Chicas acérquense todas- llamo Someya a sus 12 maid.
Las jóvenes se reunieron en medio del salón donde se realizaría la gran fiesta.
-El día de hoy tendremos uno de los trabajos más importantes... Recuerden que deben tratarlos a todos como amos y deben de mantener las distancias, no dejen que se propasen con ustedes y no deben de faltarse el respeto- dijo Someya con seriedad.
Todas las jovencitas asintieron.
-Ahora vayan a alistarse con sus uniformes, las quiero en 20 minutos aquí- dijo Someya.
Las jóvenes asintieron y fueron guiadas por Tanaka, el mayordomo de la mansión, hasta un cuarto donde estaban sus cosas para alistarse.
El uniforme era un vestido de mangas abombadas rosa, la parte del torso era blanca con una faja negra que se cerraba con un listón rojo trenzado, una falda rosa acampanada que les llegaba dos dedos debajo de la cola, un delantal blanco atado en la cintura, un moño negro atado en el cuello, un par de guantes blancos cortos, una medias de liga blancas y unos zapatos estiletos rosas. Misaki traía una peluca de larga cabellera castaña lacia de pelo natural atado en dos coletas.
-¿Cómo me veo?- pregunto Misaki avergonzado.
-Ahhhhh estas súper lindo- dijo Serena emocionada.
Resulta que el café maid en el que Misaki había sido contratado pertenecía a un travesti el cual había contratado a unas amigas fujoshis, al ser el único varón vestido de mujer se convirtió en el centro de atención de todas las mujeres que se dedicaban a mimarlo y fantasear con él en locas historias románticas boy love con los clientes del café.
El salón principal estaba repleto de hombres vestidos con costosos trajes.
-En total son 100 invitados, sin contar a los dueños de casa- susurro Kyoko una pelirroja de ojos azules que tenía unos enormes pechos.
-Tú siempre al tanto de todo- dijo serena sacándole la lengua.
-Vamos chicas debemos dar el mejor servicio- dijo Akane una chica de cabello corto azul y ojos grises de contextura delgada.
Misaki recibió una bandeja con diez Martini que era exclusivamente para el dueño de casa y sus más exclusivos invitados. Camino por el salón siguiendo a Tanaka quien lo conduzco con su jefe.
-Buenas noches amo, les he traído unos tragos- dijo Misaki haciendo una reverencia.
-Pero que mujer más hermosa- dijo la áspera voz de un hombre, el era Usami Fuyujiko.
Misaki solo atino a sonrojarse. Los hombres recibieron una copa cada uno.
-Una mujer muy hermosa y delicada- dijo una seductora voz que conocía de memoria.
Sonrojado hasta las orejas elevo un poco la mirada y se topo con aquellos amatistas que lo cautivaban día a día.
-Gr… gra… gracias- dijo Misaki totalmente apenado.
El hombre de hermosas hebras plateadas fingió leer el cartel con el nombre de la joven pues la verdad era que ellos se conocían muy bien, pero nadie debía saberlo.
-¿Misa podrias traer un coctel de camarones?- pregunto Akihiko con amabilidad.
-Si amo- dijo Misaki con su dulce voz.
El castaño hizo una reverencia y nuevamente se retiro para regresar a la cocina. Entro a la cocina con todo su cuerpo caliente y la cara más roja que un tomate.
-¿Misaki que paso?- pregunto Someya preocupada al ver a su maid toda sonrojada.
-Es que se encontró con su cliente preferido- dijo Kyoko en tono burlón.
-No me digas que no sabías que tu cliente preferido era Usami Akihiko, el menor de los herederos Usami- dijo Someya divertida.
-E… es que… que él me dijo que lo… lo… lo llame Usagi- dijo Misaki hecho un manojo de nervios.
-Misaki eres tan ingenuo- dijo Akane entre risas mientras abandonaba la cocina.
El castaño le pidió a la cocinera un coctel de camarones, pero su mente seguía perdida en las indirectas que no lograba comprender.
Salió nuevamente de la cocina con el coctel de camarones y se acerco al grupo de importantes empresario.
-Amos les he traído lo que desean- dijo Misaki con tanta inocencia que lo hacía ver violable.
-Gracias- dijo Akihiko.
La velada marchaba sobre ruedas. La música era bastante buena y las maid eran un gran atractivo para los hombres.
La comida y las bebidas eran lo más exquisito, se sirvieron los tragos más finos y fuertes.
Ya quedaban solo dos horas para que acabe la maravillosa velada.
Las maid ya entregaban los últimos tragos. Misaki entregaba otra ronda de bebidas a los dueños de casas y al grupo selectivo de amigos que los acompañaban.
Misaki había terminado con su ronda y regresaba a la cocina para limpiar todo el desorden que se había hecho.
Todo estaba tranquilo y silencioso, cada vez se hacían más lejanas las voces de los invitados.
-Gracias a Dios ya acabo todo para bien- dijo Misaki soltando un suspiro.
Estaba lavando la vajilla que se había usado. Era como un niño jugando a la casita, toda la espuma que se formaba con el detergente le sacaba sonrisas inocentes.
Repentinamente unos brazos lo tomaron por la cintura y lo jalaron hacia atrás. Todo había sido tan repentino que Misaki no tuvo tiempo de reaccionar. Para cuando el castaño fue consciente de todo lo que ocurría ya había sido acorralado contra una de las esquinas por un hombre de unos cincuenta años gordo y pelado que lo miraba con lujuria.
-Una mujer tan hermosa no puede desperdiciarse- dijo el hombre acariciando el muslo del castaño.
-Po… po… por… por favor… n… no me to… to… toque, onegai- suplico Misaki con la voz temblorosa mientras las primeras lagrimas amenazaban con salir.
El hombre se relamió los labios totalmente excitado con la imagen que tenía enfrente; Misaki tenía los cabellos revueltos, los ojos cristalinos reflejando total inocencia, la respiración agitada y todo el traje desalineado con la falda mostrando sus delicadas piernas.
-Dame mas- pidió el hombre tomando con una de sus manos el rostro de Misaki.
Sin previo aviso se apodero de los labios del castaño metiendo su lengua en la boca del menor. Misaki luchaba desesperadamente con todas sus fuerzas para alejar a ese hombre golpeándole el pecho con sus manos.
Todo era inútil, Misaki ya podía sentir como las manos de aquel hombre comenzaban a subir por su pierna. Sus peores miedos parecían querer hacerse realidad, si esto seguía así descubrirían que en realidad era hombre.
-¡Detente ahora mismo maldito pervertido!- grito una tenebrosa voz.
Misaki abrió los ojos al oír aquella voz.
Akihiko había tomado del saco a aquel viejo y le había proporcionado un fuerte puñetazo dejando a aquel hombre aturdido en el suelo.
Los de seguridad aparecieron y bajo las órdenes de Akihiko retiraron al hombre de la fiesta.
Misaki seguía en el suelo temblando por lo ocurrido, no podía reaccionar.
Sintió un inmenso calor recorrer su cuerpo, un calor que lo llenaba de paz. Su mirada se torno triste, sus frágiles brazos se aferraron a aquella fuerte espalda.
-Tuve tanto miedo- susurro Misaki asustado.
-Misa ya estas a salvo- dijo Akihiko aferrando con fuerza aquel pequeño cuerpo.
Lentamente se separaron, sus miradas se encontraron.
Entonces la mirada de Usami se transformo en una de asombro, Misaki sintió como la peluca se deslizaba por su espalda.
-No… no… no…- balbuceaba Misaki asustado.
Toda su mentira había sido descubierta.
-Misaki- pronuncio Usami totalmente sorprendido.
-No… no… Po… por… fa… favor… por favor, no digas nada- suplica Misaki desesperado.
Akihiko cambio su semblante de sorpresa a uno serio. Llevo sus manos a la peluca y la coloco sobre la cabeza del castaño.
-Bien termines con todo te estaré esperando, vendrás conmigo- dijo Usami serio mientras se ponía de pie.
Repentinamente apareció en el marco de la puerta Someya que corrió llena de preocupación hacia su pequeño castaño.
-¿Misa estas bien?- pregunto Someya mientras acurrucaba entre sus brazos al castaño.
-S… s… si…- dijo Misaki nervioso temblando entre los brazos del travesti.
La fiesta finalizo sin que los invitados supieran del incidente, las maid terminaron de limpiar todo el lugar.
Misaki entregaba su uniforme a Someya. Ahora el castaño vestía una falda negra con tablitas que le llegaba un poco más debajo de la cola, una remera blanca con el hombro caído con la frase “kiss me” en letras fucsias metalizadas, unos borsegos negros cortos y su pelo recogido en dos coletas bajas.
Todas las maid salieron juntas de la mansión.
-Misa yo te llevare a casa- dijo Akane emocionada mientras se subía en la mota negra.
El castaño está a punto de aceptar cuando…
-Misa vendrá conmigo- dijo Usami que apareció detrás del castaño.
Misaki se volteo hacia atrás y vio la fría expresión en el rostro de aquel hombre. El castaño hizo un gesto a sus amigas para que supieran que estaba todo bien.
-Nos veremos el lunes chicas, ahora me iré con Usami- dijo Misaki con timidez.
-Nos vemos Misa- se despidieron sus compañeras mientras el castaño y el peliplata se iban alejando.
Se detuvieron frente a un deportivo rojo. Akihiko se subió al auto y le abrió la puerta al castaño.
-Sube- ordeno Akihiko.
El castaño algo temeroso asintió y se subió. Las puertas se cerraron y el vehículo arranco.
Todo el interior era negro y sentía el frio del aire acondicionado, entonces llego a su nariz aquel aroma a tabaco mezclado con el perfume spirit de Antonio Banderas.
Cerró sus ojos dejándose inundar por aquel delicioso aroma mientras recostaba su cabeza en el asiento.
-----------------------------------------------------------FlashBack-----------------------------------------------------------
En el interior del vehiculó sonaba a todo volumen la canción gime more de Britney Spears. Misaki movía su cuerpo al ritmo de la música.
-¿Te gusta la canción?- pregunto el hombre que lo miraba con una encantadora sonrisa.
Misaki se sonrojo y se mordió el labio inferior.
-Sí, me dan ganas de seguir bailando- dijo Misaki con voz sensual.
Aquel hombre poso su mano derecha en el muslo izquierdo de Misaki y lo acaricio lentamente.
-Sabes esta es la primera vez que subo en un auto fabuloso- dijo Misaki que miraba emocionado todo el vehiculó.
-Pues te puedo llevar las veces que quieras en mi auto a los lugares más románticos- dijo el hombre que sonreía de manera seductora.
Misaki sonrió todo sonrojado y agacho la mirada apenado.
-Es muy halagador, pero no creo que sea algo que deba decirle a un chico como yo- dijo Misaki con timidez mientras acomodaba un mechón de pelo tras su oreja.
-Eres el más hermoso de todos- dijo el hombre mientras frenaba frente a un lujoso edificio.
Misaki de manera provocativa rodeo con sus brazos el cuello de aquel hombre y unieron sus labios en un apasionado beso.
--------------------------------------------------Fin del Flash Back---------------------------------------------------------
Misaki abrió los ojos y vio las oscuras calles iluminadas por las estrellas por las cuales iba el vehiculó.
-¿A dónde vamos?- pregunto Misaki al recordar que iba en el auto de Usami.
-A mi departamento- dijo Usami con seriedad mientras manejaba.
El auto siguió recorriendo las calles hasta meterse en el garaje de un lujoso edificio. Se estaciono, Usami descendió primero y Misaki lo siguió.
Se adentraron en el elevador y el peliplata marco el último piso. Las puertas del elevador se abrieron y ambos bajaron. Usami abrió la puerta del único departamento.
Al adentrarse las luces se encendieron. Se adentraron en la sala, Usami camino hasta el sillón y saco una caja de cigarrillos.
-Ven aquí- dijo Akihiko mientras golpeaba al lado de donde él estaba sentado.
Algo temeroso se acerco Misaki. Cuando el castaño estaba a punto de aquel hombre lo jalo del bazo y lo sentó sobre su regazo.
El cuerpo de Misaki se tenso por completo y sintió el calor en sus mejillas, estaba sonrojado.
-He comprobado que eres un gran actor- dijo Akihiko mientras fumaba.
Misaki no entendía lo que estaba pasando pero quedarse callado no era una opción.
-¿A… a… qu… que… que te… re… refieres?- pregunto Misaki nervioso.
-Misa o Misaki ¿Cómo prefieres que te llame?... al principio, cuando te vi por primera vez, pensé que solo era una coincidencia. Creí que todo el parecido que tenias con el chico que conocí en la fiesta de mi primo era solo producto de mi imaginación pues deseaba con todo mi corazón reencontrarlo… pero termine por descubrir que eran las mismas personas- dijo Usami con cierta molestia en su voz.
Misaki tenía miedo, no comprendía lo que estaba pasando.
-¿Cómo sabe mi nombre?- pregunto Misaki asustado.
El castaño tuvo la intención de levantarse pero Akihiko rodeo aquella pequeña cintura con sus fuertes brazos.
-¿No me recuerdas?- pregunto Usami confundido.
Akihiko sitio como húmedas gotas caían sobre su mano y antebrazo.
-¿Misaki?- lo llamo Akihiko preocupado.
-No sé quién es usted y no sé qué es lo que quiere de mi- dijo Misaki con voz temblorosa.
Usami apoyo su cabeza en la espalda del castaño, estaba resignado.
-Yo soy Usami Akihiko un escritor famoso de novelas románticas. Soy un cliente habitual en el maid café donde soy atendido por la hermosa Misa… Me he enamorado de una persona maravilla y me he decidido a conquistarla- susurro Usami con dulzura.
Misaki sintió como poco a poco una calidez lo inundaba.
-Perdón- susurro Misaki apenado.
-Fue mi culpa- dijo Usami depositando un cálido beso sobre la castaña cabellera de Misaki.
Misaki sintió como se sonrojaba y su llanto se detenía.
Se quedaron por un momento así, abrazados y en silencios. Compartieron su calor con el otro y se dejaron inundar por el dulce aroma del otro.
-Misaki quisiera pedirte un favor- dijo Usami con dulzura.
-¿Qué cosa Usami?- pregunto Misaki con timidez.
-Dime Akihiko- dijo Usami con sensualidad.
-A… Aki… A… Akihiko que desea pedirme- pronuncio Misaki nervioso.
-Necesito que finjas ser mi novio- dijo Akihiko.
-¿Qué? ¿Pero si soy un hombre?- pregunto Misaki exaltado.
-Y también eres la linda Misa- dijo Usami divertido.
-¿A qué quieres llegar con todo esto?- pregunto Misaki totalmente abochornado.
-Soy gay- confeso Usami sin ninguna pena.
Misaki sintió como su cuerpo se tensaba.
-¿Dijiste gay?- pregunto Misaki totalmente aturdido.
-Así es, pero a mi familia eso les cayó mal y desde entonces hacen hasta lo imposible para fastidiarme buscándome una futura esposa- dijo Usami.
-¿Y qué tengo que ver en todo este enredo?- pregunto Misaki aun sin entender a donde quería llegar el escritor.
-Quiero que Misaki finja ser mi novio-dijo Usami.
Misaki se puso de pie exaltado.
-Estás loco, ¿Acaso pretendes que engañe a tu familia?- pregunto Misaki totalmente alterado por la situación.
Una fría mano tomo la pequeña y cálida de Misaki, el castaño se volteo a ver aquello profundos ojos violetas que lo desnudaban.
-Primero escucha mi propuesta y luego me dices- dijo Usami con una seductora sonrisa que hizo a Misaki sonrojarse.
¿Qué pasara con Misaki?...
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