Todo comienza en un castillo en Inglaterra, como todos saben este país es conocido por clima húmedo, casi siempre lloviendo, nublado, en las temporadas de invierno nunca falta una gran nevada y muy poco sol…
En aquel castillo se contaban cosas extrañas, fuera de lo “normal” la gente de la aldea que vivía cerca de ahí, sabía muy bien lo que pasaba, ya que por generaciones de la generaciones habían vivido ahí. Aquel castillo no era cualquiera, en ese castillo se le daba educación a todo tipo de monstruo, como vampiros, hombres lobo, sirenas, hadas, brujas, mago, hechiceros, trols, fantasmas, metaformos, banshee, ghomos, nahuales, científicos locos, demonios no muy peligrosos, criaturas mitológicas, entre otros.
En esta escuela a estas criaturas se les enseñaba a defenderse, cultura de su raza, como utilizar sus poderes, como “cazar” en caso necesario de hacerlo, como curarse en caso que lo necesitaran, modales, “autocontrol” dependiendo de su clase, algunos deportes, transformaciones, etc. Lo curioso de esta escuela, los alumnos podrían escoger su “Presa” o un “sustituto” para poder alimentarse, tenerlo de compañía, jugar con ellos o inclusive si les gustaba o llegaban a tener sentimientos hacia su “presa” o “sustituto” podrían llevárselo a su mundo o transformarlo, dependiendo de lo que fueras. Otros simplemente iban a distraerse y volver a tener “alimento”.
Estas “presas” o “sustitutos” eran seres humanos normales, pero ellos sabían muy bien lo que hacían ahí, así que no les tenían miedo a ese tipo de criaturas, más bien, algunos tenían curiosidad, otros admiración, otros ganas de ser como ellos, a otros no les había quedado opción de estar ahí, ya que la mayoría de los humanos que había ahí no tenían familia, conocidos, sabían muy que si entraban a ese castillo ya no saldrían y si salían saldrían siendo un ser sobre natural. No era tan malo, ya que asistían a la escuela, tenían casa y comida, también aprendían a como ser presa o sustituto, incluso sabían la historia y como se habían creado los monstruos y aprendían a curar a estos mismos. Había una regla muy importante para entrar aquel castillo tenías que tener la edad mínima de 17 años y edad máxima de 45 años. Claro está siempre llegaban más jóvenes y jóvenes adultos que adultos de la edad ya dicha.
Así empezó la llegada de las presas y sustitutos aquel castillo, que tenía un camino algo lúgubre camino hacia él, ya que lo único que divida la aldea de aquel castillo era un espeso y gran bosque que en este había un camino de piedra que llevaba aquel castillo, los chicos y chicas llegaban una semana antes de que las criaturas sobrenaturales llegaran, para que no hubiera problemas y poder mostrarles el castillo sin problemas y decirles los límites para los seres humanos y en qué parte del castillo podrían estar.
Entre los jóvenes que subían al castillo estaban los huérfanos Uzumaki, algo que los distinguía es que eran rubios, piel canela clara y algo que sorprendía al verlos eran unos hermosos ojos azules. Los dos menores tenían marcas en las mejillas, 3 marcas como bigotes en cada mejilla, parecían pequeños kitzunes cuando los veías a la cara.
El mayor de los Uzumakis, tenía el cabello largo, y los ojos azules, un azul cielo, tan bello que parecía que habían puesto al mismo cielo en esos ojos, tenían cara de ángel, por lo mismo muchos lo confundían con una chica, tenía el carácter muy amable como sus hermanos, una belleza única, él tenía 20 años de edad. Su nombre Deidara Uzumaki.
El siguiente, era Uzumaki Naruto, su carácter alegre y algo desafiante, tenía una sonrisa hermosa, cuerpo hermosamente atractivo, delgado, entre otras cosas, era protector tanto como su hermano Deidara y su hermana Naruko, Naruto tenía 18 años de edad. Sus ojos azules tan bellos e hipnotizarte como zafiros en medio de la oscuridad.
La última de los Uzumakis, era Naruko, su cabellera rubia era sujetada por dos coletas formando unas largas trenzas, tenía como sus hermanos, un hermoso cuerpo, carácter amable y gentil, pero ella era algo penosa, y sus ojos azules estaban cubiertos por un par de lentes. Naruko era algo enfermiza, pero eso nunca evito que hiciera travesuras con sus hermanos, le encantaba estar con ellos.
Ellos habían decidido ir aquel castillo porque aparte de la muerte de sus amados padres, que habían sido asesinados por vándalos en su pueblo, el pueblo donde ellos Vivian los rechazaban y maltrataban porque ellos podían ver a los seres sobrenaturales e inclusive podrían tocarlos sin ningún problema, su pueblo los tomo como personas locas y quemaron su casa y les obligaron irse de ahí, después de cometer aquella atrocidad.
Los 3 iban camino al castillo, Naruko tomando el brazo de su hermano Naruto con fuerza, porque sentía que les iba a pasar algo, y observaba a su hermano Deidara que iba delante de ellos con lámpara que tenía una vela, que les alumbraba por aquel frio camino en el bosque.
(D: Deidara, N; Naruto, Na: Naruko.)
Na: Dei-san. ¿Estás seguro que vamos bien? –Decía Naruko temblando un poco tanto de miedo como de frio, ya que estaba muy fría la noche-
D: Si one-chan, todo está bien, ya casi llegamos. –La volteo a ver con una sonrisa cálida y tranquila-
N: No te preocupes Naruko, No somos los únicos en el camino –señalando a las demás personas que iban en el mismo camino-
Na: Hermanos… ¿Seguros que vamos hacer esto? –miraba hacia abajo viendo el camino-
N; Si…Lo estamos, ya no podemos volver, además nos sentiremos mejor aquí –con una gran sonrisa-
D: Deja de preocuparte, además ¿no crees que es emocionante convivir con esas criaturas? –viéndolos curioso-
N: ¡YO SI!, Me encantaría ver una hada de cerca…Aunque no sé si haya ñ.ñU *Viendo hacia Naruko* ¿Y tú one-chan?
Na: *Sonriendo* Claro, me encantaría ver alguna criatura mitología o un trol o algo así.
De la nada una voz muy gentil salía de la oscuridad interrumpiéndolo...