Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El cuarto de Geminis por Whitekaat

[Reviews - 52]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno dije que lo subiria el miercoles, creo que solo me pase por cuatr horas, es sòlo un detalle ¿no?, quiero darle muchisimas gracias a todos los que comentaron, realmente no esparaba tener ningun review xdd pero al ver como personas se interesaron mi pecho se lleno de alegria realmente, gracias por ser amables   pido disculpas por cualquer falta que no logrè ver al corregirlo, tal vez este fic vaa un poco lento pero prometo argumentar bien cada porquè, no crean que no pienso en como hacerlo cada dia se me ocurren mas cosas las cuales son perfectas para unir la historia, como dije anteriormente muchisimas gracias a lili, Rou, amorosa, gcnovas y anonimo, no suelo nombrar a los que me escriben reviews pero realmente lograron sacarme un sonrisa, sin mas preambulos les dejo el fic y espero disfruten.

Josh Glass

CAPÌTULO II

BIENVENIDA

Saga caminaba detrás Kanon su mirada se posaba en los adornos dorados de la armadura de Géminis era algo irónico de ver había perdido tanto tiempo, había perdido tanta cordura, se había perdido a si mismo sólo por poseer esa armadura la cual había conseguido casi sin esfuerzo, sus ojos azules no se apartaban de la nuca de Kanon algo se sentía diferente en él, su caminar, su postura, la forma en que separaba sus hombros y la seguridad que emanaba este nuevo Kanon era totalmente diferente al Kanon que haba encerrado una vez en Cabo Sounion, quizás era la misma armadura la culpable de todo, casi estaba seguro que era el dorado resplandor el que le daba este nuevo aire, ese aire que antes le pertenecía solamente a él.

 

Suspiro resignado frente a sus pensamientos si quería adaptarse a las nuevas circunstancias y conseguir esa paz que idealizaba debía resignarse y aceptar lo que le deparaba el destino, debía dejar su orgullo y altivez de lado, era un largo camino que recorrer y se encontraba obligado seguirlo porque después de todo estaba confinado a  pasar el resto de sus días dentro de los terrenos sagrados del santuario.

 

Kanon no miró en ningún momento hacia atrás ni emitió ningún sonido en todo el trayecto, al igual que su hermano sentía aquella incomodidad, ese silencio casi material que se posaba entre ellos Saga no se lo imaginaba de otra manera, después de todo muchas cosas habían sucedido entre ellos como para dejarlas pasar. Observaba cada detalle del templo que se encontraba en el mismo estado que antes pero rebosaba en soledad y  amargura, era como si el templo de Géminis estuviese pudriéndose desde del interior pero tal vez él mismo fue el detonante para lograr que ese hermoso lugar que se le había dado pereciera espiritualmente de tal manera.

 

Los pasos de Kanon lo guiaban hasta  casi el final del templo habían pasado todas las habitaciones de huéspedes, el gemelo lo estaba guiando directamente a  esa polvorienta bodega creadora de claustrofobia que el ex caballero había olvidado por completo. Kanon paró en seco frente a la vieja puerta raída y ya estropeada la antigüedad se notaba hasta en el rechinar de la puerta lo acompañaba el olor ha guardado, a polillas, a hongos y humedad que no tardaron en llenar la fosa nasales de Saga dejándolo atónito y para nada contento.

 

—Bienvenido a tu nuevo cuarto, hermanito— Otra sonrisa de oreja a oreja junto con un abrazo y un palmeo de la espalda, el gemelo se estaba divirtiendo como nunca, la cara que le proporcionaba su copia le producía hasta cierto grado de placer culpable. Desde ese momento probablemente llamaría al templo de Géminis la casa de la risa de Kanon.

 

Saga lo miraba totalmente enojado, su entrecejo estaba totalmente fruncido, su mandíbula apretada casi al punto de rechinar sus dientes, por otro lado su nuca y puños tensos aguantando las ganas de comenzar una pelea, Kanon al parecer tenia bastante rencor contra él y no es que pudiese culparlo por eso, pero no podía aceptar algo tan bajo de su hermano, este seria el primer round por la supremacía, Saga no tenia nada a su favor, realmente no tenia nada era como un recién nacido en un mundo nuevo pero no se dejaría ganar fácilmente, quizás saldría lastimado en esta pelea pero no tenia nada que perder.

 

—No me quedaré aquí — Tras un suspiro y recobrar su compostura con el sonido neutral de su voz se dirigió al que se encontraba frente a él, Kanon borraba su sonrisa burlona y tomaba la misma expresión de molestia que tenia su hermano como si intentara imitarlo, “mala imitación” pensó.

 

Saga se mantenía estoico y sereno frente al rechinar de dientes de Kanon, el gemelo de cabellos añiles concluyó que tal vez la armadura de Géminis era responsable de cualquier desequilibrio emocional del portador, era cosa de ver a su hermano parado frente a si con una mueca de odio profundo hacia su persona.

Sintió  el estruendoso golpe pasar desde su oído hasta lo mas profundo de su tímpano, las ondas que provoca el golpe del puño de Kanon contra la dura pared de mármol retumbaba hasta en sus dientes, no estaba asustado, no temía de Kanon pero le fastidiaba el echo de pensar que una vez quizá él se comporto  de esa manera, de aquella manera arrogante y déspota, demostrando esa sed de poder y alardeando un poco de superioridad, algo le parecía nauseabundo y no sabia realmente si esa sensación de asco provenía desde su interior o aquel olor a sudor que emanaba Kanon.

 

— Deja de comportante como un niño y aléjate de mi, hueles asqueroso— Ya estaba cansado de todo aquello, estaba cansado literalmente, había sido revivido y castigado, un mocoso lo había enfrentado y ahora un pestilente hermano tratado de crear un alboroto sólo para hacer alarde de su nueva posición, si era necesario dormir dentro de aquella polvorienta y obscura habitación lo haría, ya había tenido suficiente por un día.

 

— ¿Que fue lo que dijiste? — Kanon cada vez parecía más enojado, alzó su voz con un intento fallido de demostrar su fuerza y superioridad para así intimidar a su gemelo pero contario a esto el semblante de Saga que aprecia neutro sin ninguna emoción en realidad.

 

No dijo absolutamente nada, sólo volteado y se sumergió dentro de la abandonada habitación y cerró la puerta tras de sí  y escucho los pesados pasos del gemelo alejarse de la habitación, realmente su regreso había sido un tanto tormentoso, ya no sabia si quería salir de aquella habitación  conocer las supuestas maravillas que el entregaba el mundo.

 

Comenzó a palpar las paredes en busca de luz hasta dar con ella, una pequeña ampolleta entregaba un poco de luminosidad, era un amarillo tan opaco, tan tenue que hasta se podía comparar con el brillo de una vela,  era peor de lo que creía, no había una cama, ni si quiera un sofá en el cual recostarse  unas cortinas viejas raídas y polvorosas cubrían las dos pequeñas ventanas de la habitación, el lugar estaba repleto de cajas, papeles, objetos tapados con mantas los cuales no sabía si era correcto destapar o no y al fondo yacía un librero atiborrado de libros de tapas gastadas los cuales probablemente no se habían leído hace mas de tres guerras, “Todo un hotel de lujo” pensó para si mismo el ex caballero de Géminis.

 

Quizás tardaría horas, días y en el peor de los casos semanas en ordenar cada rincón del cuarto pero en ese momento, justo en ese preciso momento no quería  nada, absolutamente nada, se sentó en el piso y apoyó su espalda contra la fría pared, no podía ser mas incomodo, el triunfal regreso de Saga de Géminis se encontraba en una bodega abandonada al final del templo  mientras era odiado  atosigado por los demás caballeros. Poco a poco su cuerpo comenzó a ceder frente al cansancio y al sueño, su cuerpo ignoraba realmente el incomodo lugar hasta que calló dormido.

 

***º***

 

Esa tarde tuvo un sueño, un sueño de un lugar que no conocía, un lugar que se le hacia familiar, era como un recuerdo que no le pertenecía, era el recuerdo de alguien mas, era él no siendo él completamente, en sus sueños volvía a sentir ese flujo cósmico fluyendo por sus venas pero era completamente diferente, mas poderoso como si la energía se desprendiera de si mismo sin poder controlarlo.

 

Por dentro el exorbitante poder transitaba libremente pero tras su piel era completamente diferente a lo que sentía al proyectar su cosmos, sus poderes creaban energía  pero lo que emanaba a través de cada poro de su piel no se parecía a nada que haya sentido anteriormente. Un vacío lo rodeaba, una asfixiante nada lo cubría, sus ojos permanecía cerrados en todo momento, sin la intención de abrirse mas bien sin la fuerza para lograrlo temía de lo que sentía, ya que no podía detenerlo, a lo lejos casi imperceptible se pronunciaba un nombre que realmente no lograba oír, era su nombre pero las ondas de sonido se distorsionaban antes de llegar a él, era su nombre lo sabia mas por intuición que por el murmullo, pero en ese momento se pregunto a sí mismo quien era él.

 

Abrió sus ojos para ver la completa obscuridad que emanaba aquella bodega a la cual se le había obligado vivir, sus fosas nasales ya se habían acostumbrado por completo al olor del cuarto, por mas que inhalara sentía que el olor a hongos, madera y polvo habían desparecido, su pecho parecía agitado, ese sueño le había jugado una muy mala pasada, al tratar de moverse se dio cuenta de lo horrible que era dormir contra el piso, sus piernas estaban entumecidas, sentía su cuerpo congelado y el proceso de levantarse del suelo se le estaba haciendo mas dificultoso de lo normal.

 

Aun era de día lo podía notar por los pequeños rayos de luz que se colaban por las raídas cortinas de la habitación, tenia hambre, tenia frío, empezaba a sentir los primeros síntomas de frustración, incomodidad y hasta miedo de seguir en una habitación como aquella, pero desde un principio supo que no la tendría fácil, la mirada de la Diosa le dio el preludio de su vida, estaría confinado a permanecer como un fantasma en ese lugar los papeles se había invertido esta vez y para su desgracia Kanon se veía mas maquiavélico de lo normal, debía empezar a moverse y a avanzar,  ordenar, ventilar, reacomodar y casi hacer de nuevo aquella maltratada habitación para después ver si es que podría comer algo.

 

***º***

 

Todo avanzaba conforme a su plan de limpieza, papel con papel, acomodar los muebles que estaban cubiertos por sabanas  mantas, partes para la suerte de saga en esta pseudo recamara había de todo lo que pudiese imaginar y hasta más, tanto muebles como una cama desarmada y colchón que parecían estar en perfecto estado, adornos, frazadas, sabanas, almohadas y hasta un poco de ropa para cambiarse, cada caja que abría encontraba cosas que necesitaba como cosas que realmente que no por que se encontraban ahí, las arañas insectos y bichos que no reconocía se posaba por cada rincón obscuro y el gemelo con cuidado y con asco mataba a cada a cada inquilino no deseado.

 

A base de su ingenio logro reorganizar cada la cosa en un respectivo lugar, armó la cama dejándola casi como nueva, aquella bodega  había quedado atrás, el riguroso aseo de Saga cambio por completo la obscura habitación, las paredes seguían llenas de polvo, faltaba sacudir, algunas cajas seguían sin abrirse pero debido al cansancio y las múltiples partículas de polvo que había entrado en sus pulmones se encontraba mas cansado y algo obstruido. Saga apagó la ampolleta  se lanzó a la cama recién echa, el polvo no acababa, al tirarse sobre a cama levanto aun mas polvo de lo que ya había en el ambiente pero a Saga no le importaba, estaba lo suficientemente cansado, hambriento como para importarle algo tan secundario como eso.

 

El sol  ya se había obscurecido por completo, probablemente ya era muy tarde tenia conocimiento de esto porque a través de la ventana lograba ver las estrellas, esa noche no había luna, esa noche era mas obscura que cualquier noche que el recordara.

 

El gemelo pensaba que le depararía el futuro, como  lograría retribuir en algo, se sentía un tanto inútil, ya no servia ni para proteger  a la Diosa Atenea, tenia la fuerza y agilidad de un humano cualquiera y eso era lo que lo frustraba de cierto modo. Era como si todo hubiese sido ayer porque para Saga había sido sólo ayer cuando aun conservaba su cosmos, sólo ayer había lanzado una explosión de galaxia contra sus compañeros, sólo ayer había destruido el muro de los lamentos, la muerte nunca pudo sentirla, era como un letargo continuo, no se estaba conciente, no era como dormir, era como si realmente no existieras  y al recordar esto un escalofrío lo recorrió, esa noche era demasiado obscura y fría pensó.

 

Saga giro su rostro hacia el estante frente a él aun con los ojos cerrados, escuchaba un ruido, pero no eran pasos, ahora que lo pensaba en ningún momento había escuchado a Kanon, su hermano probablemente no se encontraba en el templo a lo cual le resto importancia, ese zumbido le robaba sus pensamientos y le hacia abrir sus ojos para mirar el librero, todo se veía a casi normal a diferencia de cierto libro, a pesar de estar todo sumido en la obscuridad uno de los libros se veía peculiarmente mas obscuro que el resto, mas negro, como si en ese lugar hubiese un agujero.

 

Se le quedo mirando por varios minutos recordando una sensación que no le pertenecía totalmente, se levanto de su cama lentamente y se dirigió al librero aun dudoso de sus mismas acciones pero su curiosidad lograba superar a su duda, con su dedo toco el borde del libro y corroboró que si existía y que no era sólo una jugarreta de su mente y la poca luz, lo tomó, lo examinó por fuera y se dio cuenta de que no tenia un titulo ni adornos de portada, la cubierta era áspera y parecía ser delicada, lo abrió finalmente para ver si podría leerlo a pesar de la obscuridad que lo rodeaba.

 

“La Nada”.

 

Diferente a su lomo sus hojas eran totalmente blancas y las letras poseían el mismo inusual color de la portada, en la primera hoja yacía estas palabras, dudoso de seguir Saga se detuvo a reflexionar estas palabras, este libro era un misterio para él, este pequeño objeto hacia que su corazón latiera fuertemente. Tanto por fuera como en su interior  el libro albergaba algún misterio y el gemelo estaba dispuesto a descubrirlo, hojeó las primeras diez hojas y aparentemente había descubierto el porqué de las primeras palabras del libro, no había nada escrito absolutamente nada.

Saga se sentía tanto frustrado como decepcionado, se sentía engañado por una broma de muy mal gusto y cuando estaba a punto de cerrar el libro cuando en una de las páginas divisó los primeros signos de una caligrafía.

 

El día de ayer Pólux me hizo una confesión, una confesión que removió todo mi ser, ese secreto produjo un sentimiento el cual nunca había sentido, por primera vez el sentimiento de codicia se había impregnado en todo mi ser para quizás nunca más dejarme.

 

Sus palabras habían sido mas que claras y para mi beneficio sólo yo, Pólux y el afectado sabíamos de este secreto, me relato el como se había enterado de esta suculenta noticia, algo que los mismos dioses ignoraban completamente, la existencia de algo de mas poderoso que ellos mismo, por un momento sentí pavor, sentí miedo de que alguien se apoderara de aquello, pero luego pensé que no tendría miedo si ese alguien fuese yo.

 

Pólux  yace dormido en este momento, mañana emprenderé mi viaje hacia Delfos, un largo viaje sin lugar a dudas, pero este viaje será la llave para  acabar de  una vez por todas la época de los dioses, ya no le temeré a la sombra de mi hermano, ya no tendré miedo de la oscuridad nunca mas..

 

Bajo el primer escrito estaba la firma del autor las cuales permanecían borrosas, Saga se encontraba un tanto consternado y escéptico frente a las palabras que había leído, se preguntaba de quien era el libro, cual era ese poder, si de verdad existía y al igual que la persona que escribió el libro sentía esa extraña necesidad de saber si él mismo podría apoderarse de algo como aquello, tras sus pensamientos se recrimino mentalmente, no era posible que no llevara ni si quiera un día nuevamente en a tierra de los vivos y se dejara engañar por cuentos que le devolvían sus antiguos deseos de poder absoluto.

 

Ofuscado y furioso con si mismo el ex caballero de Géminis pensó en romper en mil pedazos ese cuento de niños  y así procedió pero al sólo rasgar una pequeña parte de la hoja cayó rendido en su cama inconciente aun con el extraño diario negro entre sus manos.

Notas finales:

Tengo una pequeña fascinacion por los mitos griegos, asì que jugare un poco con ellos, prometo sorprender.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).