Sangre Vongola
10.- Aclarando lo sucedido
- Ne ne. Tsuna - fue Lambo el niño de once años quien me hablaba desde su lugar, con mucha emoción
- ¿Qué pasa Lambo? - Le pregunté extrañado de su emoción
- Tengamos un bebé - se levantó de su asiento y se acercó a mí, importándole poco los dos que tenía a mi lado y que ahora tenían un tipo de aura escalofriante.
- ¡¿Qué?! - lo mire aterrado, una culpa escalofriante se apodero de mí, será que.. ¿Sabía de mi condición de doncel?
Me miro con un brillo peculiar en sus ojos y me sonrió con ternura.
- Reborn dijo que quien tuviera un bebe contigo tendría sus respetos – mire a Reborn con furia, el cual no apartaba su vista del periódico frente a él – Tsuna, tengamos un bebe – me tomo de la mano y la jalo consigo para llevarme a no sé dónde.
- Kufufu me indigna saber que no te niegues a tener un hijo con ese tipo – lo mire confundido ¿lo trataba como un rival al decirle “tipo”? después lo mire aterrado, si se enteraba de mi condición, sería realmente vergonzoso
La mano de Lambo que me sujetaba con fuerza mientras me jalaba para caminar
- Mukuro- me miro divertido y luego mire a Hibari-san quien se mantenía serio y sin darle una mirada siquiera a mi situación
- espera Lambo – me solté de su amarre y me agache a su altura para explicarle la situación –ni siquiera sabes cómo tener un bebe ¿verdad? – miro el suelo con tristeza y movió la cabeza en señal de que en verdad no lo sabia
- ya veo –suspire aliviado, estaba hablado con un niño después de todo
- no sé cómo hacerlos pero… - levanto la mirada para mirarme decidido – me han dicho que si meto mi… en tu… podríamos crear uno
Lo mire avergonzado y escandalizado por sus palabras. Poco a poco tan pronto como decía las palabras mi boca se abría, estaba sorprendido de ese vocabulario tan poco peculiar en un niño de once años, mis mejillas me comenzaron a hervir. Sus ojos brillaban de emoción, ni siquiera sabía lo que estaba diciendo.
- niño – los brazos de Hibari-san me atraparon y me apegaron a su pecho con evidente posesión – será mejor que te vayas antes de que te mate – lo amenazo con su tonfa y con una voz tan fría que a mí mismo me aterro
- me pregunto si los buitres querrían comer algo como esto – dijo Mukuro acercándose a mí y mirando a Lambo con molestia apuntándolo con su tridente.
- Tsuna – sus lágrimas comenzaban a emerger y me solté de los brazos de Hibari-san para tranquilizarlo
- no llores Lambo – mire a ambos quienes tenía un aura negra a su alrededor -¿Quién fue el que te dijo eso? – le dije realzando la palabra “eso”
- Reborn – me dijo con la voz chillona.
Lo mire furioso, la inocencia de Lambo estaba a punto de desaparecer por su culpa
- Reborn! ¿Cómo pudiste?- me levante y camine frente a él con las piernas temblándome ya que a ese tipo no le gustaba que lo retara – Lambo es un niño y ..
- tenía que saberlo tarde o temprano – dio un sorbo a su taza de café sin verme – además – bajo su periódico y me miró fijamente poniéndome nervioso – es el único que te ha pedido tener un hijo – sonrió pícaro – ni siquiera esos dos – dijo refiriéndose a Mukuro y a Hibari-san
- cállate –grite avergonzado, no quería que ellos descubrieran mi secreto
- Dame-Tsuna –movió la cabeza de un lado a otro con lastima – todos aquí sabemos que eres un doncel – dijo serio, dejándome boquiabierto
Mire a todos lados, mire a Gokudera-kun quien bajo la mirada al sentir la mía, Yamamoto y Ryohei me miraban serios pero a la vez avergonzados, ¿mis guardianes me habían estado escondiendo todo? Me sentí avergonzado, vulnerable a recibir críticas de ellos y baje la mirada sumisamente, pero entonces rceorde...
- entonces… - voltee mi mirada a Mukuro y a Hibari-san quienes me miraban sin interés, como si ya lo supieran todo. -¿ustedes también lo sabían?
- lo hice una competencia entre los guardianes – confeso Reborn con los codos recargados en la mesa y con las maños juntas enlazando sus dedos.
- ¿Competencia? – mire a mis amados rogando que ellos no me hubieran cortejado por algo como eso. – el premio era mis respetos
Sintieron mi mirada suplicante y se acercaron a mí rápidamente, me tomaron de las manos y salimos corriendo a mi habitación.
- Gracias arcobaleno – dijo Mukuro molesto, antes de salir de comedor
Entramos y me lanzaron a un asiento, para ser más específicos a uno de los sofás de mi habitación. Los mire a la espera de una explicación de todo y hablaron
- Tu mirada – Mukuro se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla que intente rechazar – si crees que te he mentido estas equivocado
- la confesión de nuestro amor fue mucho antes de que me enterara de que eras un doncel – dijo Hibari-san mientras besaba mi cabello
- ¿pero participaron en la competencia? – mi corazón se sentía frágil, ojala no se hubieran prestado a ello
- no – contestaron al mismo tiempo
- ¿enserio? – mis lágrimas querían salir, pero las contuve.
- si – de nuevo sonaron al unísono
Mis lágrimas fluyeron de felicidad, ¡Dios! No hubiera soportado que hubieran sido parte de algo como eso, ¿Qué era yo? ¿Un medio para llegar al premio?
Me sentí un poco decepcionado de mis guardianes, ahora entendía la actitud de Onii-chan, de Gokudera-kun, Yamamoto e incluso Lambo hace unos momentos.
- te amo Tsunayoshi –las grandes manos de Hibari-san aprisionaron mis mejillas y me dio un beso lleno de pasión y salvajismo
- te amo – me dijo Mukuro a la oreja mientras el otro me seguía besando
La lengua de Hibari-san era de otro mundo, me besaba con una espléndida experiencia y amor. Me sentía en las nubes cuando lo hacía, cuando me tocaba, cuando me miraba.
Nos separamos un poco en busca de un poco de aire y nuestros ojos se conectaron. Esos grises y penetrantes ojos grises me dejaban sin aliento, su mirada me hacía sentir deseado y lleno de amor, como si estuviera siendo tomado por él, recordé mi sueño erótico de la otra vez y me sentí vulnerable, si ahora lo quisieran yo mismo podría hacer lo que quisieran.
Me incline un poco a con él y le di un beso en los labios sin querer llegar a más. Ahora, con esto, todo dependía de ellos
- Tsunayoshi-kun – sentí la fría mano de Mukuro tomarme de la barbilla y levantar mi rostro. Ahora eran sus labios los que me acorralaban y me hacían sentir perdido como si estuviera en medio de una niebla espesa. Levante mis manos y hundí mis dedos en su cabello con la intensión de que se apegara más a mí. Mientras tanto lengua de Hibari-san se paseaba por mi cuello, provocándome un pequeño cosquilleo y a la vez un sentimiento de deseo. Los lugares por los que pasaba parecían arder.
Baje mi mano para tomarlo del cabello. Su lengua se movía por toda mi piel, de vez en cuando me daba besitos y después chupaba con demencia.
- ¡ahh! – me separe de Mukuro e intente bajar mi cabeza pero con Hibari-san en mi cuello apenas y podía ver hacia el frente.
- sabes - me habló Mukuro en la oreja – deberías resistirte o de lo contrario te poseeremos al mismo tiempo, ahora mismo – trague saliva al escucharlo casi ronronear y me relaje.
Abrí mis ojos y lo miré, esperaba demostrarle con esa mirada que lo que quería era precisamente eso. Quería que me tocaran, que me lamieran y que me embistieran. ¡Dios ni yo mismo puedo creer que estoy pidiendo esto! pero mi cabeza ya no está funcionando, es lo que quiero de verdad y que mi corazón pide a gritos.
- entonces hazlo - acepte resignado con los ojos llenos de decisión o al menos eso era lo que quería aparentar.
CONTINUARA…