Sangre Vongola
18.- Good News
Narrado por Tsuna
Mi corazón comenzó a latir frenéticamente, tenía confusión y un poco de temor de lo que acababa de ocurrir. Su mirada me evito, volteándose al frente.
- ¿Re… Reborn? – bajó la mirada y luego se volteó a su ventanilla - ¿Reborn?
- ¡Olvídalo! esto nunca sucedió – abrí mis ojos al notar que su mirada había perdido la fuerza que siempre mostraba y ahora sus ojos eran tristes y sombríos
- ¿Qué..? – me quede callado, era lo mejor, hacer lo que dijo, olvidar lo que paso aquí
M voltee y me encogí de hombros, me pase el dorso de la mano por la boca para quitarme un poco de ese beso que debo olvidar. Aunque era cierto que la curiosidad me mataba, no podía averiguar más ya que todo esto me suena a problemas en mi relación con mis amados.
- Aquí – me dio un short y una camisa barata – supuse que aunque no podrías bañarte, quisieras cambiarte – dijo sin vida
Asentí y pase a la parte trasera del coche. Cuidando que no volteara, me vestí rápidamente y me quede ahí.
El silencio era incómodo y muy triste para mi gusto, mi tutor nunca se había mantenido tan serio y con una mirada – aunque no se notaba, yo lo podía saber por mi híper intuición – dolida.
Vi hacia el frente y vi como mis novios se acercaban lentamente al coche con una sonrisa de satisfacción.
Bajé del auto y me acerque a ellos rápidamente, con una gran sonrisa en mi cara que demostrara lo muy feliz que estaba de verlos y también lo muy aliviado de haber sido rescatado. Di un salto y capture a ambos de la nuca en un solo abrazo. Mis lágrimas caían, aunque no sabía lo que sentí ya, estaba tan confundido, no solo por lo del beso que debo olvidar, sino también de lo que acababa de pasar y lo que vi en la mansión.
- ¿estás bien? – las manos de Mukuro atraparon mi cabeza mientras Hibari-san me abrazaba por la cintura.
- Hai – asentí
- Menos mal – dijeron ambos y al mismo tiempo me sonrieron brillantemente.
Aprecié sus sonrisas perfectas que contenían felicidad y alivio en ellas, incluso creo haber visto como el cielo se iluminaba después de haber sido una tarde nublada. Ahora el sol nos iluminaba con todo su esplendor.
Sus manos acariciaron mis mejillas, una cada uno. Me di cuenta que limpiaban mis lágrimas, aunque estas se mojaban de todos modos ya que no podía para de llorar de felicidad.
Fue primero el más salvaje de los dos, Hibari-san, el que me dio un beso lleno de dulzura y amor, llore de nuevo, quería besarlo hasta que me quedara sin un poco de aliento, por lo que me colgué de su cuello.
Lo solté pero con disconformidad, quería besarlo más, pero había alguien as que se veía sombrío al que también quería colgarme en él.
Mukuro me dio un beso lleno de pasión, su cuerpo me empujo hasta quedar curveado, una de sus manos me sostenía la cabeza y la otra mi cintura. Nos soltamos después de compartir uno de los mejores besos que he tenido.
- ¿Regresamos?
- Hai – los tome de la mano y caminamos hacia el coche de Mukuro que estaba estacionado cerca del coche de Reborn.
Miré a Reborn quien no solo miraba hacia la nada, sino que no dijo ni hizo nada al ver mi intento de ir con ellos. Bajé mi mirada con un poco de tristeza, sé que no debo seguir indagando en ello, pero es realmente difícil.
- ¡Olvídalo! – Escuche la voz fuerte de Mukuro
- Es tu coche – dijo tan tranquilo como siempre mi nube
- Tsunayoshi no ira contigo – se miraron son esas miradas que asesinan.
- Iré en el copi…. – traté de resolver la situación
- ¡No iras con este ilusionista pervertido! – de nuevo se miraron furiosos.
- Pero… - suspire cansado – Supongo que mi hijo tendrá unos padres muy ruidosos – dije sin pensar.
Los dos me miraron de una manera inexplicable, no sabía si estaban aterrados o muy sorprendidos. Había dicho algo que se suponía debía decirles después. Me tape la boca como un niño que acababa de decir algo incómodo y me sonroje.
- ¿Qué es lo que acabas de decir? – volteé mi rostro y traté de formular alguna suave manera de decírselos.
- Yo… estoy… amm… - mordí mis labios
- ¿Estas embarazado? – me preguntaron al mismo tiempo con un expresión seria
- Yo… - tape mi boca con un dedo y asentí mientras entre cruzaba las piernas con una gran sonrojo que me quemaba.
- Hmp… - sonrieron de lado al mismo tiempo
- Debe ser mi hijo – dijo un confiado Hibari-san que me mostraba una sonrisa y se acercaba a mí para acariciar mi cabeza a forma de haber hecho un buen trabajo
- Kufufufu… ¿Quién te crees ave-kun? – quito su mano de mi cabeza y a cambio la puso él. – Ese hijo es mío - acarició también mi estómago.
Comenzaron a pelear entre ellos, seguían cansados por el resiente rescate y aun así tienen una fuerza de resguardo para pelear entre ellos. Me subí al coche y cerré mis puertas.
- ¡Es mi hijo! – decía Hibari-san con clara emoción en su cara
- Kufufu… Te equivocas ave-kun, es mío – los mire fijamente y sonreí un poco ¿peleando por una paternidad? ¿Cuándo se ha visto eso?
Acaricie mi estómago que aún era tan plano como siempre. Me sentí un poco más lleno pero eso tal vez sea a causa de mi imaginación. Lo acaricie con amor.
- Sea de quien seas, tendrás un padre excelente – la pelea continuaba afuera, Reborn seguía en su coche sin hacer nada y yo estaba tan ocupado pensando lo que tenia que hacer una vez que llegara a casa. ¿Ropa para bebe? ¿Cuna? ¿Biberones? ¿Pañales? Todo eso y mas tenia que comprar y tenía que redecorar una de las habitaciones de la mansión. Estaba realmente emocionado por lo que seguiría.
Mukuro nos llevó hasta la mansión de nuevo, Reborn que se había mantenido atrás de nuestro coche, dio vuelta en un camino y aunque tratamos de llamarlo, al parecer, había apagado su celular. Me sentí preocupado, pero sé que estará bien.
El coche freno y cuando trate de bajar, las manos de mis amados se ofrecieron a ayudarme a bajar.
- ¿Eh? – los mire confundidos, no es que nunca lo hubieran hecho, pero era un poco extraña sus caras.
- Ahora que llevas mi hijo, debes tener mayor cuidado – me dijo Mukuro con una sonrisa apacible en su rostro.
- Te morderé hasta la muerte, el hijo de Tsunayoshi es mío – Hibari-san de nuevo se veía tan temible como siempre.
Para evitar una nueva disputa, tome ambas manos y salí del coche con una sonrisa que no pude esconder.
- Vamos – les sonreí y ellos solo caminaron al lado mío sin decir nada, pero con una sonrisa probablemente más pequeña que la mía, pero quizás más felices.
Caminamos hasta la entrada principal, de donde salía un Gokudera lloroso.
- Decimo – se acercó a mí y me abrazo con euforia
- Gokudera-kun – recordé lo que había pasado cuando me llevaron - ¿estás bien?
- No.. no importa lo que me pase a mí, usted es más importante que yo – me dijo entre lagrimas
- Kufufu… en efecto
- ¡Mukuro! – lo regañé – Claro que importa, lo siento mucho, no pude hacer nada esa vez – me dirigí a mi mano derecha.
- me alegro que este a salvo – suspiro y luego cayó al suelo desmayado
- Goku…
- ¡GOKUDERA! – salió de la casa Yamamoto que se sorprendió un poco de verme, pero luego atendió a su amado que yacía en el suelo.
- Yamamoto ¿Qué pasa? – le pregunte preocupado
- Esta reposando de una herida reciente, estará bien ya que está casi cerrada, pero al parecer no pudo sostenerse mucho tiempo ya que ha estado inmóvil – lo cargo entre brazos y de inmediato lo llevo a su habitación
Entre al mismo lugar junto con mis amados, Shamal se encontraba durmiendo en uno de los sofás de la habitación.
- ¿Shamal? – dije sorprendido
- Por primera vez en su vida está cuidando de un hombre – dijo Yamamoto aliviado – aunque no noto que Gokudera desapareció
- Es bueno un poco de ejercicio en el para que no pierda el ritmo – se levantó el llamado doctor
- ¿Estabas despierto? – bostezó.
- Solo un poco – estiró sus brazos
- Buenas tardes Trident Mosquito – hablo Mukuro, necesito pedirte un favor ¿me acompañas?
- ¿Eh? – salieron los dos junto a Hibari-san
Los mire confundidos mientras salían y luego voltee hacia mi guardián herido. No pude evitar avergonzarme un poco al ver la escena frente a mis ojos, Yamamoto tomaba su mano y la besaba mientras cerraba los ojos, Gokudera-kun quien permanecía dormido de pronto sonrió levemente.
Me voltee incomodo de ver una escena tan bella entre esos dos, era imposible no sentirme feliz por esos dos.
- ¿Tsuna? - lo mire – lamento no haber dicho nada antes, pero me alegro que estés bien - sacudió mis cabellos.
- Gracias – lo mire fijamente - ¿Qué paso con Gokudera?
- Lazzo lo acuchillo en un descuido y luego escapo – conto con tristeza – si pudiera me gustaría matarlo – sus ojos tenían odio
- Esta muerto – se vio sorprendido – Reborn lo mato
- Ya veo – se acercó de nuevo a su novio – Ojala se queme en el infierno – sus ojos se veían como todas esas veces en las que ha matado a alguien, esa mirada que no me gusta que tengan mis guardianes.
- Doncel – la voz de Shamal me espanto – Me alegro que estés embarazado – tomo mis manos y asintió serio – yo seré tu doctor – dijo dejándome congelado.
CONTINUARA…