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Sangre Vongola por sukichoco

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Notas del capitulo:

Holas!!!

¡NO! !!!Por favor, con la hacha no!!!

si sabemos que merecemos la muerte, pero bueno mas vale tarde que nunca jajajaja

Sukichoco: no tenemos como explicar el retraso de mas de un mes pero bueno son vacaciones, playa, vacaciones... XD

Lorepollo: mentirosa, estuvimos trabajando como obreros todos los dias u.u

Sukichoc: ¡dejame soñar!

jajaja en fin... 

aqui esta el nuevo capitulo... seguramente ya saben de que va por el titulo, pero se llevaran una sorpresa.

cabe mencinar que este es el penultimo capitulo del fic. o quizas el antepenultimo si se nos da la gana dar como un Omake pffff no 

jajaja da igual...

¡¡DISFRUTEN!!

Sangre Vongola

 

19.- Embarazo.

 

Mansión Vongola.   

 

Eran las diez de la mañana y el castaño apenas se levantaba de la cama.

Con ayuda de sus amados, el menor era el doncel más consentido del mundo ya que cada mañana el desayuno estaba preparado y listo para ser comido para cuando el despertara; cada día era llevado a la tina y lavado por alguno de los caballeros; le daban masajes constantes en todo su cuerpo ya que gracias a lo hinchado que en ocasiones estaba, los necesitaba urgentemente y; finalmente el apetito sexual se había incrementado a estándares altísimos era tratado de inmediato.

- Mukuro… – se retorcía en el sofá mientras trataba de taparse la boca con su el dorso de su mano aunque era imposible.

- Kufufu… Delicioso

Cada que decía eso, el castaño podía sentir como su cuerpo se estremecía más y más. La boca de su amante le estaba dando el placer más inmenso de todos. Trataba de controlar esos pequeños y fastidiosos temblores que azotaban su cuerpo, pero cada vez que lo intentaba lloraba de frustración.

- ¡Mukuro…! ¡Ya! ¡ah! bas… ¡ah! ¡…ta! – el mayor se deleitaba con uno de los mejores manjares del mundo acompañado de una melodía única, los gemidos de su castaño.

- ¿No te gusta? – le preguntaba con una sonrisa de lado mientras frotaba con su mano el pequeño miembro de su amado Tsunayoshi.

- No es eso ¡ahh! – su sonrojo le parecía encantador, tanto que podría comerse al conejito que estaba a su disposición – yo… ¡Ah! ¡ahh! te lo ¡hm! ruego…. – bajaba sus manos hasta las de Mukuro y tomaba una para subirla hasta su pecho – ¡ahh! aquí – señalaba uno de los pezones mojados por la saliva del propio Mukuro que hace un rato estaba disfrutando de ellos.

- Ya veo – sonrió y de inmediato atendió a la petición de su adorable castaño que emitía los más hermosos gemidos y gritos de placer del mundo.

Era insaciable, de un tiempo para acá, aproximadamente desde los cuatro meses su apetito sexual se había incrementado. No era algo que preocupara a nadie ya que según Shamal era normal, en ocasiones podría estar hasta las nubes y en ocasiones ver el canal de pesca sería algo más divertido que meterse entre las sabanas.

Lo cierto es que Hibari y Mukuro no podrían estar más a gusto con los deseos de su adorable castaño. Un simple roce, era algo que ponía loco a su amado.

- ¡Mukuro! ¡Ahh! ¡Ahh!  - la sensibilidad en su miembro y pezones se había incrementado, un pequeño toque era doloroso pero grato.

- ¡Córrete! – le ordeno entretenido.

- ¡No…! ¡Bast… ¡AH! ¡MUKURO! – dio un grito agudo que parecía gatuno y se corrió en la mano de su guardián que lo veía embobado a la cara con una sonrisa pícara.

El menor trataba de respirar con normalidad mientras Mukuro limpiaba el sudor de su frente, le encantaba ver a su amado con el libido alto.

- Estoy cansado… - decía somnoliento mientras se giraba en el sofá.

- No te duermas aún, debemos limpiar el desastre de tu entrepierna… - el castaño se había quedado dormido – Kufufu… eres un niño caprichoso… - se acerca a la angelical cara durmiente de su castaño y le da un beso en la frente luego lo limpia con algunos pañuelos.

Mira la entrada de su amante y se lamenta el hecho de no poderla violar. Estaba cerca de los nueve meses de embarazo, su estómago parecía una pelota enorme gracias a que se había atrevido a gestar a dos pequeños seres que estaban en su estómago.

Ya se sabía quién era el padre de esos dos pequeños gracias a un estudio de DNA aplicada cuando estaba en el quinto mes.

Mukuro se sentía feliz, tan feliz como el mismo Hibari quienes lograron fecundar a su amado al mismo tiempo. Según lo explicado por Shamal es que a diferencia de una mujer que puede embazarse de dos hombres si logran fecundar a un ovario cada uno, en el doncel solo podría suceder si es que dos espermatozoides logran fecundarlo al mismo tiempo.

- Fuu… nunca imagine lo grandioso que podrías ser Tsunayoshi – lo levanto entre sus brazos y con cuidado lo llevo hasta su habitación, donde lo acomodo entre las sabanas y lo dejo solo para que durmiera un rato.

 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

En un centro comercial.

No podía reprimirse la sonrisa. El tan afamado y querido Noveno estaba irremediablemente feliz, su nieto por fin le había dado la mejor de las noticias, aunque claro que se escandalizo después de saber quién era el padre, ahora estaba más que feliz y ansioso por que aquellos pequeñuelos llegaran a la vida de todos.

- Noveno, su cara esta rara – decía con tono indiferente Coyote

- Bueno es normal estar emocionado por la llegada de tus nietos – decía con una cara llena de felicidad.

- Noveno ¿no cree que ya ha comprado lo suficiente? – el mencionado lo miro entrecerrando los ojos – no creo que el décimo quiera aceptar tanto

- ¿Eh? Esto no es para él, es para mis nietos – decía mientras observaba un tren eléctrico

- Debería comprarle solo cosas para bebes, no para niños – el anciano negó con la cabeza mientras ordenaba a una de las empleadas envolver el juguete. – Solo hará que el corazón amable de sus nietos se llenen de materialismo y capricho – el anciano lo miro y bajo la cabeza

- Pero son mis primeros nietos – decía con un puchero

- Parece que será más infantil que ellos – suspiro

- ¿Qué dices Coyote? – preguntó enojado – quiero ser un buen abuelito

- Si usted quiere ser un buen abuelo, no debería comprar todo esto – señalaba la inmensa cantidad de bolsas que algunos de la familia cargaban – creo que lo único que debería de darles es amor. Los bebes no viene con ambición en su sangre, lo aprenden, si usted le da toda esa montaña de juguetes lo único que ocasionara es que su corazón se llenen de los valores equivocados, debería saber eso.

- Pero… - la empleada le entrega una caja y el anciano la paga – este será el último, lo prometo.

Su guardián sonrió y de inmediato lo ayudo con la caja.

- Sigue siendo el mismo caprichoso de hace años

- ¡Cállate!

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Iban de camino a la mansión Vongola en el mercedes negro que siempre llamaba la atención de todos ya que tenía una figurita de los vongola al frente.

- Por cierto Noveno ¿Qué ha pasado con Reborn? – el anciano sonrió un poco y bajo la mirada - Después de informarnos los motivos de los sujetos que secuestraron a Tsunayoshi-kun ha desaparecido.

- No lo sé – dijo suavemente – seguramente estará en su antiguo trabajo como Hitman, después de todo era su naturaleza.

- Ya veo. ¿no pudo aguantar estar al lado del décimo?

- No creo que se haya ido por un motivo tan infantil – dijo analizador  - Estoy seguro que un día volverá a estar al lado del Décimo.

-  ¿Volverá? – pregunto sorprendido

- Seguramente.

El coche se estaciono, habían llegado al destino.

- ¡Buenas tardes Noveno! – saludo el autollamado mano derecha del décimo.

- Buenas tardes Gokudera-kun – le sonrió amable – te mejoraste por completo como puedo ver

- Hai – asintió con respeto

- Por cierto, la cena de tu boda fue maravillosa – el ojiverde asintió totalmente sonrojado

- Gracias por ir Noveno – se inclinó con agradecimiento – fue un honor para nosotros que estuviera ahí

- Para mí fue un honor presenciar un amor tan fuerte como el tuyo y Yamamoto-kun

- Gracias – contesto sonrojado hasta las orejas

- ojala no se quiebre como seguramente lo hará el de Tsunayoshi-kun – el peli plata lo miro sorprendido – una relación de tres nunca funciona

- Con todo respeto – se atrevió a interrumpir – yo creo que siendo el décimo lo podrá lograr, Mukuro y Hibari  nunca se habían llevado tan bien como ahora – el anciano lo miro y sonrió con alivio

- Supongo que si alguien que odia a esos dos tanto como tu dice algo como eso, podría confiar en sus palabras – Gokudera abrió los ojos y luego sonrió

- Ahora ¿podrías llevarme con tu jefe? – el peliplata asintió.

Caminaron por la estancia y llegaron al inicio de las escaleras cuando alguien baja a toda prisa.

- ¡¡Itte!! – los visitantes miraban la escena con atención hasta que lo graron distigir la voz de la voluptuosa figura que era cargada entre los brazos de Hibari.

- ¡Decimo!

- Esta en labor de parto, necesito llevarlo con el enfermero de Nami-chuu. – decía el guardián de la nube que era perseguido por Mukuro.

 

CONTINUARA...

Notas finales:

Gracias por leer y esperamos que les haya gustado el capitulo.

si fue un poco rapido que hasta parecio cortado pero.... 

no teniamos ni la mas remota idea de lo que seguir. 

sobre Reborn y los bebes y todo eso... ya lo sabran la proxima vez XD

nos leemos pronto

Byeee~

PD: ya tiene un tiempo pero subimos un fic como compensación.

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=127134 

subimos un segundo capitulo asi que esperamos que les guste... en un rato mas subiermos Mi adorable angel. 


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