Sangre Vongola
2.- Confesión
Una semana antes de la orden
- Hibari-san. Es... Escuché que me estaba buscando - Tsuna entraba a la oficina de Hibari temerosamente, la llamada de su guardian lo tenía temblando de miedo
- ... - Hibari lo miro unos segundos fijamente poniendo al castaño rígido y más nervioso, luego ordenó a Kusatabe que se retirará
Tsuna se sentía al borde, su guardián tenía el carácter de mil demonios así que cualquier falla frente a él sabía que sería fatal.
- Siéntate - ordenó sereno
- Gracias - Tsuna obedeció y se sentó cuidadosamente
La oficina se llenó de un silencio incómodo y abrumador, el leve sonido del reloj de piso se podía escuchar con claridad
- Hi... Hibari-san?
- Escucha con atención herbívoro - Hibari se levantó de su asiento y camino por atrás del menor
Tsuna pensó que quizás la última travesura de Lambo lo había metido en problemas
- te conozco desde hace tiempo y lo único que has hecho bien, es molestar todo tipo de paz ajena - comentó serio
- Lo.. Lo siento - decía un Tsuna que se rascaba la cabeza un poco avergonzado pero a la vez ofendido.
- todo aquel que interrumpe mi paz debería ser destruido - Tsuna se quedó inmóvil, esperando algún ataque de su guardián pero no pasó nada
- ¿¿Enserio?? - Pregunto nervioso
- tu eres el principal culpable de perturbar mi mente Sawada Tsunayoshi - dijo un poco enojado.
Tsuna sintió la mirada penetrante de Hibari en su espalda pero no volteo con el riesgo de que estuviera muy enojado y lo golpeara
- Te amo
.....
Un silencio abrumador atacó el lugar, la mirada de Tsuna que estaba fija en un sólo lugar se mantenía quieta, con completa confusión comenzó a parpadear y lentamente volteo su silla para ver directamente a su guardián.
Hibari permanecía serio y en silencio, su mirada era sincera y fija. Recargado en la pared con los brazos cruzados y esa mirada lo hacían ver como si estuviera esperando algo, la respuesta de Tsuna
- Eso que dijo... No pude escuchar...- Tsuna bajo la mirada sumisamente un poco sonrojado
- Tsk - bosquejo un molesto Hibari - te amo – repitió
- Yo... - Tsuna levantó la mirada para buscar en el rostro del otro alguna señal de que todo eso era una broma pesada
- Si estás buscando alguna señal de broma en mi cara, no lo encontrarás - Tsuna bajo de nuevo la mirada, “es astuto” pensó - estoy siendo sincero
Con el corazón a mil, Tsuna apenas podía pensar. La impresión de esta repentina confesión lo tenía aturdido.
Recordó lo mucho que ese guardián lo molestaba y lo golpeaba desde que lo había conocido pero también su mente se llenó de los muchos momentos en los que lo ayudó; contra los varía; contra millefiore en el futuro; contra los Shimon en la isla, todas las imágenes dulces de la presencia de Hibari aparecían en su mente en menos de un segundo
- No necesitas responder ahora - Hablo Hibari al ver la reacción tan llana de su amor
- Esto... Yo.. Nnn...
- No digas más y piensa sólo unos días en esto - decía el guardián mientras se sentaba en su sitio y continuaba leyendo sus papeles - te daré una semana
- Ehh?
- Puedes retirarte
Tsuna quedó sorprendido, Hibari Kyoya, su guardián más fuerte y también el más aterrador estaba con una sonrisa en su escritorio, tan tranquilo, incluso después de una confesión de amor.
- Co... Con permiso - Tsuna salió corriendo del lugar evidentemente sonrojado.
- Herbívoro, tu mirada me da un rayo de esperanza - dijo en voz baja - Hmp - sonrió de lado
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Con apresuró llegó a su oficina, para su suerte nadie estaba ahí.
Cerró la puerta tras sí y se fue deslizando sobre la misma hasta caer al suelo, miro la alfombra fijamente aunque no la estaba viendo y luego se tapó la cara. Quizás sentía vergüenza o quizás sorpresa como sea se había metido en un problema, mayor al que hubiera causado su guardián del rayo.
- Kufufufu - una risa sonó en el lugar
Tsuna sintió un frío intenso en sus huesos lo que decía que Mukuro estaba cerca
- Mukuro - grito sorprendido al ver como su guardián aparecía con una niebla espesa.
- Estás sonrojado Tsunayoshi-kun- decía divertido
- Yo no.... - de inmediato sus mejillas se encendieron aunque anteriormente no lo estaban y volteo la mirada avergonzado hacia un lado.
- Kufufufu seguro te pasó algo bueno ¿no? - Mukuro sonreía divertido
- No...
- Puedes contarme si lo deseas - el guardián se sentó en una de la silla de Tsuna, y este lo miró inseguro, luego se levantó para sentarse en una de las sillas frente a su escritorio
- aunque últimamente no nos has traicionado ¿qué me puede asegurar que no lo harás ahora?
- Kufufu nunca diría un secreto del décimo Vongola mucho menos un secreto de entre nosotros dos - Tsuna miro extrañado y confundido a su guardián ¿qué quería decir con eso?
- ¿Puedes jurarme que no lo dirás?
- kufufu Yo no hago promesas ni juramentos con la Mafia, pero esta vez haré una excepción
“¿Que dices? Si ahora que Chrome se casó con Ken te volviste en mi guardián oficial de tiempo completo.” Pensó para si el castaño
- Gracias
- ¿Que ha pasado Vongola? - Preguntó serio, más o menos ya sabía de lo que se trataba
- yo... Bueno.... Hoy.... Hibari-san... – se mordió los labios con vergüenza
- Dilo - ordenó un poco molesto
- Hibari-san... Me dijo que me amaba - Mukuro se incorporó un poco molesto de su silla - no sé qué hacer... Es decir él es mi guardián y aparte es Hibari-san
- ¿Así que no respondiste?
- Me dio una semana para hacerlo – contó sonrojado
- Kufufu pequeño bastardo
-¿Ehhh? - grito Tsuna creyendo que el insulto era para el
- Bien, supongo que mis planes sólo se están adelantando - sonrió divertido pero sus ojos decían que estaba absolutamente molesto
- ¿qué dices Mukuro?
- Te daré el mismo tiempo Tsunayoshi-kun - lo miró fijamente
- ¿mismo tiempo? ¿Para qué?
- kufufu para una respuesta. Yo también te amo - confesó serio y viéndolo directamente a los ojos
- ¿Es una broma tuya? – “Seguro lo es” pensó - ahora que sabes lo de Hibari-san te estas burlando de ...
Tsuna fue interrumpido, sus labios no podían hablar, un beso robado de Mukuro, no lo dejo hacerlo. Era un beso que dejó sorprendido y en shock al castaño.
Al parecer Mukuro no quería profundizar el beso, así que lo soltó con tan sólo haber tocado sus labios.
- ¿Ahora me crees? - Preguntó con una pequeña sonrisa
El castaño lo miraba con los ojos bien abiertos, quien a su vez ante la mirada sorprendida y llena de inocencia de su amor llenaba a Mukuro de esperanza. Después de todo no tenía asco en su mirada.
Poco a poco Tsuna se puso rojo y se alejó de Mukuro quien lo veía divertido y sereno
- te amo Tsunayoshi-kun - sonrió sincero - te daré el mismo tiempo para que me des una respuesta
- Mu... Mukuro - decía el castaño al ver que la niebla anterior lo tragaba y luego desaparecía
¿Qué voy a hacer? Mukuro... Hibari-san...
CONTINUARA…