Te amo en lenguaje sordomudo
Wu Yi Fan o Kris como le gustaba ser llamado, tenía un novio al que conoció cuando eran niños; aquel muchacho se llamaba Huang Zi Tao, al principio Yi Fan pensaba que aquel niño no le hablaba porque le tenía miedo o simplemente porque no quería ser su amigo. Recordó el día en el cual lo confrontó para saber por qué motivos el menor no le dirigía ni una sola palabra cuando él sólo era amable y también recordó lo idiota que era en aquel entonces.
-ZiTao, no seas tan borde –exclamó mientras lo seguía.
-‘¿Por qué no deja de seguirme?’ –pensó el más pequeño soltando un suspiro.
-ZiTao no me ignores ¿acaso eres sordo? –volvió a gritar y Tao pensó que hubiese sido bueno el haber nacido sordo en vez de mudo por una vez en su vida- ZiTao responde, no seas tan necio, sabes que te perseguiré hasta que me hables.
-“Entonces para mi mala suerte me perseguirás durante toda mi vida” –escribió sobre una de las páginas del cuaderno que acababa de sacar de su mochila- “Si no lo sabías, soy mudo, por eso no te hablo genio” –escribió en otra remarcando la palabra ‘genio’.
-¿Me estás tomando el pelo? –interrogó el mayor entrecerrando los ojos y el otro los rodó.
-“Mi madre no me crió como para engañar a la gente diciendo que soy mudo Wu” –volvió a escribir mientras lo miraba ya algo cabreado- “Que tú seas un idiota y nunca te hayas dado cuenta es otra cosa”
-Oye más respeto soy tu gege ¿de acuerdo? Además no es mi culpa no notarlo, eres demasiado normal como para darme cuenta de que eras mudo por si no lo sabías uno no va por la vida preguntándole a los demás si acaso es mudo o algo –objetó cruzándose de brazos mientras miraba al más bajito.
-“Aún así sostengo lo de que eres un tonto” –escribió.
-Aish, después se quejan cuando uno deja de tratarlos bien –murmuró entre dientes.
En aquel tiempo él tenía apenas once años y ZiTao sólo nueve, a pesar de haber logrado unas ‘palabras’ con él Tao se negaba rotundamente a ser su amigo y pensó en tirar la toalla pero luego se dijo a sí mismo que no lo haría, aquel pequeño sería su amigo cueste lo que cueste; fue entonces como se acercó cada vez más y más a él y el menor no hizo más que sucumbir ante su insistencia ‘si no puedes con él, entonces únetele’ pensaba ZiTao diariamente. Poco a poco ambos se habían vuelto muy cercanos y aquello los hacía felices, Tao le enseñaba diariamente a Kris el cómo hablar con sordomudos y Yi Fan parecía aprender muy rápido.
Entonces Kris recordó cuando él se graduó de la preparatoria, lo mucho que su madre había llorado y lo orgulloso que se había sentido su padre, aquello había sido maravilloso y ni hablar del sentimiento que le dio al ver a Tao ahí también. En su adolescencia salió con muchas chicas de su escuela, chicas a las que ZiTao no soportaba y él no entendía por qué, pero para él siempre hubo una persona y aquella era Huang Zi Tao.
Nunca se atrevió a confesárselo, se había preparado mentalmente para besarlo en frente de dos mil estudiantes y sus familiares en el término de su ceremonia de graduación pero se volvió cobarde y no lo hizo.
-“Estoy muy orgulloso de ti gege” –reconoció Tao mientras sonreía.
-“Gracias panda, me alegra mucho de que hayas podido venir” –contestó.
-“Tiene mucha suerte de que mi maestra me ame tanto y me haya permitido venir hoy” –argumentó autosuficiente y Kris soltó un bufido.
-“Esa tipa debe tener cuidado, es una roba cunas y tú no deberías abusar tanto, quien quite que un día de estos esa loca que tienes como maestra quiera cobrarse todos los favores y termine por violarte” –decía un poco molesto –celoso a decir verdad-, la maestra de Tao era una mujer joven de unos 23 años y estaba perdidamente enamorada de su amigo, debía reconocer que aquella tipa era muy bonita demasiado para su gusto y no quería que se le metiera a ZiTao por los ojos.
-“Pues no me desagradaría la idea ¿acaso la has visto? Esa mujer es un sueño” –respondió con ojos soñadores- “No me importaría ser violado por ella, es el sueño de cualquier estudiante”.
-“Eres un estúpido”.
Después de ese día, Yi Fan pensó en mandar al caño todos sus esfuerzos por contarle a Tao sobre sus sentimientos; con aquel comentario había dejado en claro en que no estaba interesado en los de su mismo equipo y mucho menos en él así que prefirió alejarse con cuidado procurando no lastimarse más de lo debido.
Con el tiempo Yi Fan se fue convirtiendo en otra persona muy desconocida para Tao, no hablaban ni bromeaban como antes y mucho menos pasaba tiempo con él; ZiTao estaba alterado y malhumorado desde entonces y no hacía más que berrinches que su madre ya casi no soportaba. Un día en el que descubrió a Kris solo en la acera, se escabulló de su casa con cuidado de que su madre no lo notara pues con el reciente berrinche que había armado ella lo había castigado semanas atrás; saltó con cuidado de su habitación y corrió hasta su encuentro con Wu Yi Fan.
-“¿Por qué carajos me has estado ignorando los últimos meses?” –Comenzó a articular con las manos cuando estuvo frente a él-“Y no me digas que porque has entrado a la universidad porque no te creo”
-“Cree lo que quieras Huang” –aquello había sido como un golpe al espinazo, jamás en todos sus años juntos le había visto llamarle Huang, ni una sola vez ni una- “Después de todo ¿a ti qué?
-“¿Qué demonios te pasa Wu? Un día todo está perfecto y al otro ¡boom! Te alejas y actúas como si no me conocieras” –lo confrontó al ver que el más alto hacía amago de entrar a su casa- “Ah no, no, no Wu Yi Fan no me vas a dejar solo hablando aquí afuera si tengo que romper una ventana y colarme en tu casa lo haré”
-¿Quieres la verdad? Bien te daré la verdad, estoy enamorado de ti ¿comprendes? Pero obviamente a ti te gustan las mujeres mayores que tú con un exuberante cuerpo y con nariz operada, está claro que jamás te darías cuenta de lo que siento por ti porque eres tan idiota como para tomarte un tiempo y pensar –el otro estaba tan molesto que no se dio cuenta en el momento en el que había dejado de hablar en señas y comenzó a utilizar su voz- Sólo me alejé porque sería un estúpido si me quedaba sufriendo.
-“Maldita sea Wu Fan, eres un imbécil” –gesticuló y luego le propinó un golpe en el hombro- “¿Sabes lo mucho que lloré y lo mucho que maldije pensando que te habías olvidado de mí porque en la universidad habías conseguido amigos normales y yo ya no formaba parte importante en tu vida? Casi rompo el retrato de nosotros que está en mi cuarto joder, mi mamá me ha castigado por quinta vez en el mes ¿y tú me sales con esto? ¿Por qué cojones no lo habías dicho desde un principio estúpido?”
-“Porque soy un maldito cobarde ¿de acuerdo? Jamás había estado enamorado de verdad y justamente me enamoré de ti mocoso malagradecido”
-“No me llames malagradecido, si lo hubieses dicho desde el principio como debiste haberlo hecho no estaríamos en esta situación, ambos estaríamos felices teniendo sexo en alguna de nuestras casas” –soltó mirándolo con rabia y Kris casi se ahoga con su propia saliva al leer lo que decían sus manos.
-“¿Qué me estás queriendo decir ZiTao?” –preguntó con el ceño aún fruncido.
-“Que también me gustas retrasado” –confesó mirando a otro lado con un rubor adornando sus mejillas.
Justo después ambos habían iniciado una gran relación, una muy duradera hasta el día de hoy en el cual celebraban su séptimo aniversario de noviazgo, los padres de ambos estaban contentos con ellos dos como pareja y los apoyaban en todo. Aquel día sería uno muy especial, no por el hecho de que cumplían siete años siendo novios sino porque Kris tenía pensado proponerle matrimonio a Tao en aquel mismísimo día; con la ayuda de las madres de ambos organizó una velada perfecta en su departamento, compró la comida preferida de Tao y también decoró con flores. Él nunca había sido demasiado romántico pero aquello lo valía.
En la noche Tao llegó exhausto de su trabajo, trabajaba en una institución especial dando clases y casi siempre llegaba tarde porque también hacía horas extras en una oficina por lo tanto debía quedarse y arreglar el papeleo. Al llegar al apartamento donde él y Kris vivían vio las luces apagadas y se extrañó.
-‘¿Se habrá ido la luz?’ –pensó.
-Bienvenido a casa panda –saludó Kris entre la penumbra mientras Tao tanteaba la pared en busca del interruptor- Tranquilo, no se fue la luz. Sígueme te llevaré a la mesa.
Tao siguió a Kris como le dijo y al acercarse más al comedor pudo notar el ambiente romántico que rodeaba el pequeño espacio, sonrió enternecido y se giró para darle un beso apasionado a su pareja. Al separarse Kris lo invitó a sentarse y él gustoso aceptó.
-“¿Cómo has preparado todo esto?” –preguntó.
-“Nuestras madres hicieron un poco de magia para ayudarme” –contestó y Tao rió.
-“Lo sabía” –declaró- “Me alegra que hayas hecho esto, es uno de los mejores aniversarios de todos”
-“Y aún no termina” –anunció y Tao lo miró interrogante.
Después de cenar y unas cuantas caricias y besos, Kris se atrevió a dar el último paso, se levantó de su asiento y puso una canción de fondo. Regresó hasta donde estaba él y le tomó de las manos, lo abrazó por la cintura y susurró un ‘bailemos panda’ en su oído, se dejaron llevar por el sonido suave de la música y bailaron hasta que ésta terminó.
Al finalizar la melodía se quedaron quietos aún abrazados y Kris comenzó a hablar en voz baja para que sólo el menor escuchara, algo tonto debería decir porque eran los únicos en casa y él hablaba como si tratara de contarle un chisme acerca de alguien más presente.
Hablaba de los días en los que se conocieron, el cómo Tao le había enseñado lenguaje de señas y de sus días en la preparatoria cuando se dio cuenta de que estaba enamorado del menor. Recordó el primer día en el que discutieron, cuando se hicieron novios y su primera vez juntos.
-“¿Por qué hablas de todas estas cosas?” –preguntó una vez estuvieron cara a cara.
-“Porque hoy quiero que terminemos Tao” –respondió y el menor lo miró con ojos desorbitados- “Quiero que terminemos para que comencemos de otro modo”
-“¿Qué carajos estás diciendo?” –exigió saber.
-“ZiTao, quiero que hoy me digas si tú aceptarías casarte conmigo” –al terminar de decir aquello sacó de la chaqueta una cajita negra de terciopelo y la abrió mostrando el anillo que contenía mientras se arrodillaba frente a un sorprendido ZiTao- “¿Me aceptas Tao?”
-“Por supuesto que sí idiota” –contestó mientras se lanzaba sobre él.
La ceremonia fue la más hermosa de todas y ambos se sentían en su pequeño pedazo de universo; habían asistido los familiares y amigos de ambos para celebrar con ellos y darles todas las felicitaciones. En la fiesta de celebración ambos se encontraban sentados viendo como la gente se divertía, Kris tenía a Tao sobre sus piernas y besaba su mejilla repetidamente mientras el pelinegro reía y se sonrojaba.
-“¿Alguna vez te dije que tenía una seña favorita?” –Preguntó y el otro negó- “Mi seña favorita es cuando dices te amo en lenguaje sordomudo”