Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kommátia Protoú por HokutoSexy

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

II. EXTRAÑA (Tauro)

 

SIDE A

Then you begin to make it better
And any time you feel the pain
Hey Jude, refrain
Don't carry the world upon your shoulders
For well you know that it's a fool
Who plays it cool
By making his world a little colder
Hey Jude
Don't let me down

Hey Jude, Beatles.

 

 

Selinsa era una chica extraña, como extraños eran todos los que moraban el templo del Gran Toro Sagrado, como extraña era su aprehensión por uno de ellos: Teneo.

 

Desde que eran unos críos le gustaba estarlo fastidiando, Teneo era paciente con ella, pero había momentos en los cuales su infinita paciencia se agotaba y acababa farfullando, imposibilitado para contestarle a golpes, como lo hubiese hecho si se tratara de un varón, acababa aceptando que aquella chica flacucha, como un espagueti, un día sería su compañera de armas, por ende… hacía de tripas corazón y la aguantaba cuando se la llegaba a encontrar.

 

Teneo nunca se consideró a sí mismo lo suficientemente sabio, ni lo suficientemente audaz… es más, tampoco se consideraba poderoso, habilidoso sí, para correr, para saltar, para pillar desprevenidos a los demás, pero no le llegaba a los talones a Aldebarán, a Hasgardo.

 

—¿Por qué dudas? —a voz de cuello gritó Hasgardo en medio del entrenamiento.

 

El joven se llevó la mano a la cabeza, acariciando su propio cabello lacio, atado en una coleta, era lo que hacía cuando se sentía pillado por sorpresa: recorrer un camino de suavidad entre sus cabellos.

 

—Lo siento.

 

—No me sirven las disculpas, me sirve que te concentres y que no dudes…

 

—Lo… intentaré…

 

—¡Bah! Tampoco me sirven los intentos —comentó Hasgardo haciendo un gesto con la mano, por supuesto Selinsa rio a carcajadas ante ese comentario, para humillación de Teneo—. Un descanso y continuaremos, y espero que esta vez… dejes de dudar…

 

—De acuerdo —contestó más animado el joven.

 

Unos días después, cuando le habían dado la noticia de que su compañera partía a una misión entre sus compañeras kòres, Teneo pulía el yelmo de Tauro, con cuidado, con mimo casi.

 

—Oye, vas a hacer un agujero en la capa de oro si sigues sobando eso… —bromeó la chica.

 

—¿Qué? ¡Ah! —Bajó la vista un tanto distraído hacia la pieza de oro entre sus brazos—, por supuesto que no.

 

—Ya te desharás de mí, por un rato… —comentó a través de la máscara de Artemisa.

 

—Nunca me ha interesado deshacerme de ti.

 

—Más te vale.

 

Ambos acabaron riendo de esa pequeña broma, antes de que ella diera la vuelta, se volvió un breve instante hacia su compañero.

 

—Oye… desearía que no alcanzaras nunca a Aldebarán —le soltó de golpe.

 

—¿Otra de tus bromas? —el joven arqueó una ceja.

 

—No… lo desearía porque… los que toman ese nombre parecen no correr con buena suerte… desaparecen—susurró, no le dio tiempo de contestar nada más, se fue dejándole con mil interrogantes dibujadas en el rostro.

 

Seis años habían pasado desde que la Guerra Santa les había pasado por encima, con su muerte infranqueable, con su negrura, con todo aquel dolor que pesaba sobre ellos, que los marcaba y que sin duda se apoderaba de lo que les quedaba de esperanza para volverla contra ellos… cuando miraban atrás y contemplaban la devastación… por supuesto que maldecían los designios de las Moiras, tantos rostros que ahora ya no estaban… y aunque se encontraba esperanzado y se concentraba en ayudar a Shion a levantar de nuevo el Santuario, no podía evitar dudar un poco y sentirse nervioso…

 

Se incorporó en la cama, estiró los dedos para tocar la caja de la armadura de Tauro, ahora de su propiedad, a veces lo hacía porque sentía que Hasgardo, o una parte de él, habitaba aún en ella… y se sentía acompañado.

 

—Despertaste muy temprano —musitó una voz somnolienta, después, el brazo femenino le rodeó por el pecho, se acurrucó a su lado cómodamente—, ¿sueños raros otra vez?

 

—No, sólo… me desperté…

 

—A veces desearía que no alcanzaras a Aldebarán… porque desaparecerás… —dijo Selinsa, con los ojos cerrados, adherida al cuerpo atlético de aquel hombre, en simbiosis—, un día desaparecerás primero de mi cama… y luego de este mundo… siempre quise evitarlo… pero creo que no lo logré, de todos modos vas a abrazar tu destino…

 

Teneo sonrió, con un dejo de tristeza, no le dijo nada, se conformó con abrazarse a ella, apretarse, refugiarse, buscando en sus brazos, en su cuerpo, la tibieza y la pertenencia… esa niña, ahora mujer, siempre había tenido una forma muy extraña de llamar su atención…

 

SIDE B

Mirrors on the ceilling, the pink champaign on ice
And she said we are all just prisoners here of our own device
In the masters chambers they're gathered for the feast
They stab it with their steely knifes but they just can't kill the beast

Last thing I remember, I was runnin' for the door
I had to find the passage back to the place I was before

Hotel California, The Eagles.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).