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HARD LIFE por Blanwhide2

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Notas del capitulo:

Y por aqui con el capitulo 4 :3... 

 

Gacias a por los review uwu... se agradece ~



Le cuento sobre la decisión de los jueces y se muestra asombrado, - así que serán cuatro días pero dos los pasarás en mi casa – me mira incrédulo y alza una ceja, - ¿cómo es que lo tomas con tanta naturalidad? -, - ¿de qué hablas? - , - acabas de conocerme y permitirás que me quede en tu hogar y con tu familia dos días, ¿así nada más? -, - bueno… - poniéndolo desde ese punto de vista si suena como algo absurdo, - tu harás lo mismo… además mi madre adora que lleve a mis amigos a casa, porque somos amigos, Will y los amigos se tienen confianza – no dice nada por un rato y luego murmura algo pero solo logro oír las palabras ¨confiar¨ y  ¨plenitud¨, - y nos iremos mañana mismo en la mañana – agrego.

 

¡Atención! El centro de rehabilitación cerrará sus puertas en cinco minutos, hacer el favor familiares y voluntarios de retirarse por las puertas principales, gracias.

 

-Volveré mañana, Will – me despido, él asiente, - nos vemos mañana – me dice y sonríe; ahí está otra vez la sensación de que no es una sonrisa de verdad, - ¿pasa algo? – le pregunto, - no, para nada. Ten cuidado al volver a casa – me aconseja, yo asiento, - hasta mañana – recalco y me dirijo a la salida, donde Murata ya me está esperando.     

 

 

 

















En la noche

Me doy por vencido luego de una media hora dando vueltas en la cama y no es que sea incómoda, todo lo contrario, es sumamente agradable y la habitación es espaciosa. Ya estoy acostumbrado al insomnio crónico que padezco; sin embargo de algún modo había logrado controlarlo a cierto grado (especialmente durante los periodos de exámenes). No me sorprende demasiado el que no pueda dormir, después de todo el lugar en el que estoy es totalmente nuevo. Sonrío, no, esa no es la razón, no está ni cerca de serla. Quiera o no continuo pensando en las palabras de Yuuri. Yuuri… es un bonito nombre, sin duda la forma de ser que tiene va a traerle muchos problemas en el futuro. Parece ser una buena persona. Pero qué pienso… ¡él es una buena persona!, y contrariamente a lo que me dijo no actúa nada mal… me abrazo de forma muy cálida mientras actuábamos. Me siento y luego me levanto de la cama, me acerco a la ventana y abro las cortinas, para seguidamente hacer lo mismo con el seguro que mantenía las ventanas cerradas, permitiendo que un suave viento me golpee tanto el rostro como el cuello, los hombros y parte del pecho; todo eso gracias al camisón rosa que estoy usando de pijama, me mantiene fresco y me llega solo un poco más abajo de las rodillas. Vengo usando ropas como esta para dormitar desde que tengo memoria, el único problema que le veo, es el color. Entorno mis brazos a mi alrededor, auto-abrazándome ya que el viento ha empezado a soplar con más energía, levanto el rostro hacía el cielo estrellado, la luna está en su fase de cuarto creciente y nuevamente las palabras de ese pelinegro se me vienen a la mente, - puede que nos hagamos amigos… – digo en voz alta, - pero no puedo confiar en ti, al menos no como tú quizás llegues a hacerlo conmigo – fijo la mirada en la estrella más pequeña y suspiro, mis palabras me han sonado amargas pero no es otra cosa más que la verdad. Parpadeo un par de veces y retorno a la cama, dejando abiertas las ventanas y cerrando las cortinas sin molestarme en amarrarlas, su bamboleo arrítmico y rítmico, junto con las contorsiones violentas que el viento le obliga a hacer, si bien no me dan ni una pizca de sueño, logran relajarme. Gateo hasta quedar en medio del mullido colchón con sabanas encima, tomo una almohada cuya funda está bastante arrugada, planchándola con las palmas de mis manos luego de acomodar mis piernas junto con el resto de mi cuerpo; mientras que empiezo a recordar la canción que mis hermanos (y de vez en cuando mi madre) me cantaban durante mi infancia, niñez y parte de mi adolescencia, llegando incluso a cantarla en voz alta hasta, sin darme cuenta, quedarme dormido.

 

 


















 

A la mañana siguiente.     

 

De camino al centro clínico regaño a Murata por haber hecho exactamente lo que le había prohibido: contarle a mi madre sobre la visita. Se puso como loca, bueno…

 

FLASH BACK

 

Hace 15 minutos aproximadamente.

Estaba terminando de beber un vaso con agua cuando tocaron la puerta y mi madre se apresuró a abrirla.

-¡Oh! Ken – chan, ¿de visita tan temprano? – le oí exclamar desde la sala, para verlos entrar en la misma casi de inmediato, - perdone la molestia, Jennifer-san, pero Shibuya y yo tenemos que ir a la clínica – le respondió, - mo… pero yo pensé que los miércoles tenían el día libre – comentó, - y está usted en lo cierto, es solo que… - , - Mu - Murata, ¡que se hace tarde! – interrumpí, colocando el vaso en la mesa y arrastrando a mi amigo a la salida, - espera, Yuu – chan, Ken – chan estaba diciendo algo -, - que Shibuya irá por su compañero y me pidió que lo acompañara – completó, recibiendo una mirada fea de mi parte, - ¿va a hacerle compañía? – preguntó mi progenitora, - para nada – contestó mi amigo, - ¿no le mencionó que lo traería hoy hasta mañana? – agregó, preguntando, - ¡Yuu – chan, como no me constaste sobre eso! – me recriminó, - ahora tendré que esforzarme mucha más en los preparativos de recibimiento – juntó sus manos, - pero me alegra que mi pequeño hijo sea tan caritativo con otros jóvenes- añadió en un tono dulce, - madre, no es necesario que prepares nada exagerado – aseguré, - ¿Cómo no? No traes a ningún amigo a casa sin contar a Ken – chan, ¡merece un gran recibimiento! – me refutó, - y es mamá, Yuu – chan – agregó haciendo un puchero, suspiré, no era necesario que sacara el tema a relucir, - ¡ya sé que puedo decirle cuando llegue! Tendré que arreglar el antiguo cuarto de tu hermano para que tenga donde dormir – suspiró, - estoy ansiosa por conocerlo y ver como es… - ya era un caso perdido cuando empezaba a fantasear y  a hablar consigo misma, así que sigilosamente abrí la puerta del exterior, sacando primero a Murata.

 

Fin Flash Back.

 

-Shibuya, te importaría… -, - no estoy de humor- corto su intento de iniciar una conversación, - pero esto… -, - haz lo que quieras – vuelvo a cortar. Aunque está unos pasos tras de mí sé que está sonriendo y eso no puede ser bueno, sea como sea mi enojo aún latente me impide ser yo quien inicie la charla. No decimos nada hasta llegar a nuestro destino y ni aún ahí. Solo al estar frente a la puerta de la ´sala de actividades´ es que vuelve a abrir la boca, - nos veremos en la salida – indica, acepto el término con un asentimiento de cabeza y él abre la puerta, entrando primero.  Hoy hay mucho más ajetreo que el día de ayer a pesar de la hora, no son ni las 9 en punto. Desde la puerta lo busco con la mirada y para mi gran sorpresa lo veo platicando con Günter en una de las esquinas del lugar y luego noto como cuatro chicas de casi nuestra edad le están mirando; desconozco la razón pero me molesta, sobre todo porque dos de ellas parecen estar desvistiéndolo con la mirada. Camino decidido en la dirección en que se encuentra él, el primero en notarlo es el peli lila, dándole, inconscientemente pie a que el rubio también lo haga al quedarse callado. Ambos se muestran felices al verme y debería ser incómodo pero no lo es, al menos, no con Will… diablos, aunque suene mejor el nombre sigue sin quedarle, tal vez pueda convencerlo para que me diga el verdadero. Pensando en eso apenas y me percato de que Günter se ha ido y que además las mismas muchachas que vi hace poco están viniendo en dirección a nosotros. Solo cuando lo siento ocultarse detrás de mí es que vuelvo en mí completamente, lo siento nervioso y en cierto modo me produce ternura, - posiblemente van a pedirte un autógrafo – me susurra al oído; su aliento es cálido contra mi oreja y huele a menta; ellas llegan hasta nuestra ubicación y me rodean, tal y como hizo un grupo ayer con Will,… ¿serán las mismas?  Tal y como dijo el ojiesmeralda me piden un autógrafo, extendiéndome cada quién un bolígrafo de diferente color, en orden son: rosa, amarillo, celeste y morado, pintan todos del mismo color: negro. Y sí, sí son las mismas de ayer, lo confirmo cuando, al preguntarle a una de ellas en donde quiere que firme me indica su hombro izquierdo y noto que ya hay una firma en él, lo que leo son las letras W, V y B siendo la ultima seguida por otras en minúscula y con una caligrafía impecable. Apunto de firma la chica cambia de opinión y termino firmando en el otro hombro, lo mismo me sucede con el resto a excepción de la chica con el autógrafo entre el cuello y pecho, ella solo pide que firme al costado y comparando, la firma de Will es por mucho superior a la mía. En cuanto termino con ella todas agradecen pero antes de irse le mandan varios guiños a mi compañero, quien desde su lugar, recostado ligeramente en la pared les sonríe muy incómodo para, me supongo, no ofenderlas mientras que al mismo tiempo se pega más a la pared, como si haciendo eso pudiera volverse invisible o algo parecido. En cuando ellas se van me le acerco y le sonrío; no como burla, sino más bien como muestra de apoyo. Miro mi reloj, ya es hora de irnos.

      



















 

Aquel grupo de chicas había demorado más de lo necesario en pedir y recibir unos simples autógrafos, aunque me hizo sentir tranquilo ya que llegué a especular que tal vez Yuuri les interesaba más que yo pero mi suposición se desvaneció cuando me lanzaron sus guiños. Claro que sonreí en respuesta, no iba a darme el lujo de ofender a unas jóvenes ilusionadas pese a que no tengo ni el más remoto interés en ninguna de ellas. Pegué mi cuerpo a la pared porque el frio de la misma fue una gran ayuda para evitar mandar una indirecta como: ´tu presencia me resulta incómoda, hazme el favor de retirarte´ o algo parecido. Afortunadamente finalmente se despidieron y alejaron. Yuuri se acerca a mí esbozando una sonrisa agradable, entonces mira su reloj y su rostro muestra sorpresa, - ya es hora de irnos – declara, yo solo sonrío, - ¿preocupado, Shibuya? – pregunto a manera de juego, - un poco – su respuesta es sincera, - puedo no ir se hay algún inconveniente – ofrezco; niega con la cabeza y me toma de la muñeca, llevándome hacía la salida, mientras me explica el por qué de su respuesta. – Estoy… algo preocupado por como va a recibirte mi madre – comenta mientras recorremos el pasillo final, ya puedo ver la recepción, - ¿le molestó que tomaras la decisión de que me quede en su casa sin consultarle primero? – pregunto preocupado, no quiero causarle problemas a nadie, - no es eso, de hecho ella… se enteró de eso hoy – frunzo el ceño y el ríe nervioso, estamos por llegar a la recepción y me detengo en seco, arrebatando mi muñeca de su agarre, voltea a verme, claramente no se esperaba que hiciera eso; - si ese es el caso me quedaré aquí, no quiero fastidiar a tu madre – me doy la vuelta, caminando de regreso cuando siento nuevamente el agarre en mi muñeca, esta vez con más fuerza y un recuerdo fugaz pasa por mi mente, haciéndome voltear casi con violencia hacía el pelinegro, - ayer te dejé en claro que a ella le encantan las visitas – camina hacia adelante sin soltarme y solo me dejo guiar, - así que no tienes que preocuparte – dice mientras le pido al recepcionista mi mochila y  maleta, en cuanto me las entrega me pongo la mochila al hombro derecho y tomo la manija de la maleta con la mano izquierda, equilibrando el peso. Salimos por la puerta del medio y le doy un vistazo a la fachada exterior del edificio, mirando el cielo claro y despejado al terminar. – Buenos días, William Von Bielefeld – encaro al dueño de la voz, - Buenos días, Murata Ken – respondo, esbozando una sonrisa que me es devuelta de inmediato, - es mejor que vayamos avanzando – opina Yuuri, me parece buena idea y él comienza a caminar junto con Murata, les sigo de cerca, mirando nuevamente el cielo. A los pocos minutos el pelinegro de gafas retarda el paso por lo que lo encuentro a mi lado al bajar la vista, - ¿quieres ayuda? – me pregunta, niego con la cabeza, sonriendo, - puedo solo – indico, - como gustes – sonríe, - por cierto, debo decir que tienes un gran talento para la actuación -, - la practica hace al maestro – es mi respuesta, - ¿eso quiere decir que has estudiado en alguna academia? – pregunta Yuuri, uniéndose a la conversación, - no en realidad -, noto una mirada sospechosa en el rostro de Murata, sonrío, sin duda ese chico tiene habilidad para la deducción rápida, tengo que cuidar que digo enfrente suyo.








Continuara...

Notas finales:

Espero les haya gustado uwu...


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