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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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CAPÍTULO XVIII  Negociación

 

La bruma rodeaba todo a su alrededor y lo único que podía vislumbrar a cada tanto eran los doseles color vino rodeando su cama que se  movían al vaivén de sus embestidas.

Se sentía sofocado y a todo su cuerpo envuelto en llamas, pero no podía detenerse. 

El calor que emanaba del cuerpo de Zero era cálido, su aroma de cierta forma embriagador y aquellos hermosos ojos amatista brillando gracias a la luz de la luna que se filtraba por las ventanas, lo hacía estremecer y darse cuenta nuevamente que el joven era su todo.

-  Te amo… te amo Zero… – repetía cual mantra con voz jadeante una y otra vez, mientras se inclinaba y lo besaba casi con devoción y continuaba con la danza sexual.

El placer de estar dentro del joven aumentaba con cada embestida llevándolo al gozo mismo, arrastrándolo a un éxtasis supremo. Y se sentía tan dichoso, tan pleno; pero irónicamente tan necesitado a la vez; necesitado de Zero, tanto que quería todo de él y ser todo para el joven; ser su esclavo, ser su amo, ser su siervo, ser su dios; lo que fuera con tal de poder fundirse, fusionarse una y otra vez con el joven de esta manera.

Se incorporó atrayéndolo consigo. Ahora él estaba arrodillado y Zero sobre su regazo.

-   Kaname… ahh…

El joven lo abrazó fuertemente y él pudo sentir como el cuerpo sobre él se tensaba, ante esto aumentó la fuerza de las embestidas. Quería hacer gritar a Zero, que el joven dijera una y otra vez su nombre, que dijera que lo amaba también.

-  Hugh… Ahhh… aaahhh… Ka… Kaname…

-  Ahh… Zero, te… te amo…

Kaname lo miró. Zero tenía la cabeza hacia atrás y a través de sus labios entreabiertos se dejaban entrever la punta de sus afilados colmillos; y en su hermoso cuello tenso casi podía ver aquellos ríos de vida latiendo a toda velocidad a través de la piel.

Completamente atraído se acercó a ese cuello, casi no podía respirar a causa del placer que estaba sintiendo. Quería morderlo, atravesar esa hermosa piel y beber aquel elixir; pero no se atrevía; así que para reprimir ese deseo, en respuesta comenzó a besarlo y a abrazar más a Zero. El joven respondió aferrándose con fuerza a él y entonces su deseo fue concedido.

-  Muérdeme… - La voz de Zero sonó imperante y necesitada. Mientras movía sus caderas con más erotismo al vaivén de sus embestidas – muérdeme Kaname.

El sangre pura no pudo contenerse y deslizó suavemente su lengua por aquel blanco cuello. Al sentirlo, Zero se inclinó hacia él y también comenzó a besarlo en el cuello y a acariciar su espalda.

- Te amo Kaname… hazme… hazme completamente tuyo… - le susurró al oído con la voz casi sofocada.

Kaname sin más dejó extender sus colmillos y los incrustó con fuerza. En ese momento Zero contuvo un grito clavando sus uñas en su piel; y él pudo sentir como su miembro era estrujado en el interior del joven. Con una última embestida se dejó venir intensamente dentro del cazador, mientras sentía la humedad de éste en su abdomen. Zero también había llegado al orgasmo.

Sin embargo, aunque ahora Kaname sentía su cuerpo flotar; no era suficiente, no para él, por lo que continúo bebiendo más y más. La sangre del joven era simplemente adictiva y terriblemente exquisita. Bebió un poco más, no supo por cuánto tiempo, pero al terminar se alejó un poco.

-   Te amo. Te amo demasiado – le susurró cadenciosa y suavemente. Zero tenía apoyada la cabeza en su hombro y no respondió. - ¿Zero? – lo llamó, pero éste continuó sin responder.

Desconcertado separó un poco al joven y éste se desvaneció hacia su pecho. Entonces sin más, Kaname dejó de abrazarlo, levantó sus manos y las miró; estaban completamente manchadas de sangre, sangre que por alguna razón sabía que no era suya, sino la de Zero.

Horrorizado miró al joven. Éste estaba completamente pálido, y no respiraba, tenía todo el cuello manchado de sangre y no había más calidez emanando de él.

Temblando terriblemente, con temor intentó tocarlo nuevamente, pero apenas posó sus dedos sobre los hombros del joven, éste se convirtió en una lluvia de cristales y cenizas.

-   Ze… Zero.

.

.

.

 

-   Zero!!!!

Se incorporó completamente sobresaltado y con la respiración agitada. Con una mirada de terror observó a su alrededor; se encontraba solo y en su despacho.

-   Fue… fue una pesadilla – dijo en un susurro, en un tono que delataba su necesidad de reafirmar que eso es lo que había sido, una pesadilla.

Se cubrió con una mano el rostro e intentó tranquilizarse; sin embargo, a su mente volvió la imagen de Zero entre sus brazos, frágil, inmóvil y luego…

-  No… no …

Kaname agitó la cabeza y apretó los puños con fuerza, su corazón latía rápidamente y estaba temblando. ¿Cómo pudo un sueño maravilloso convertirse en algo tan escalofriante?

La sensación de ansiedad no parecía querer dejarlo. Así que lanzando un profundo y  entrecortado suspiro, se incorporó con dificultad del chaise longue  y se dirigió hacia la ventana. Aún se sentía mareado a causa de ese terrible sueño que incluso sus piernas parecían no poder sostenerlo.

Suspirando nuevamente miró a través de los cristales. El día estaba completamente nublado pese a estar en verano.

Yo… le hice eso a Zero en mi sueño… yo… lo herí… yo… ¿podría ser que yo, si bebo nuevamente de él, en algún momento no me pueda detener y termine…

 

TOC TOC TOC.

 

Sobresaltado se giró y miró la puerta. Podía sentir la presencia de Takuma.

-  ¿Kaname? – la voz cálida del noble se escuchó del otro lado.

Respiró profundamente y entonces su semblante y postura se transformaron y así volvió a proyectar su imagen inmutable y regia de sangre pura.

-   Pasa Ichijou – ante la autorización el noble abrió lentamente la puerta y  le dedicó una sonrisa - ¿Qué sucede?

-   Ha llegado esto para ti, lo envió el director Cross – dijo entrando y extendiéndole una carpeta - Son las cartas de admisión de Eyre Liam y de Okami Shion.

Kaname tomó la carpeta y se dirigió hacia su escritorio. Al abrirla lo primero que vio fue la fotografía del sangre pura en el extremo superior derecho y en la parte inferior la firma del Kaien Cross.

-   Ya veo – dijo con tranquilidad, luego se inclinó sobre su escritorio y tomando su bolígrafo se dispuso a firmarlas.

-   ¡Espera Kaname!... – dijo Ichijou alarmado. Kaname se detuvo y lo miró – eh… yo… sé que no debería cuestionarte, pero ¿estás seguro de que es buena idea dejarlo ingresar a la academia?... es un sangre pura igual que tú. Si ingresa los nobles se desconcertarán y la tensión se desatará; eso podría afectar la armonía del lugar.

-   No creo que suceda algo así; sin embargo, si es eso lo que te inquieta, no hay de qué preocuparse. Por lo pronto dejaré a los nobles en tus manos, sé que podrás tranquilizarlos. Además, él solo se quedará por un corto tiempo.

-  Aún así Kaname, es muy riesgoso. Sé que en toda la información que tenemos de él aparentemente no existe nada turbio, pero yo tengo un extraño presentimiento.

El sangre pura continúo mirando tranquilamente al noble. Comprendía muy bien el sentir de Ichijou, sin embargo él tenía sus propios motivos para aceptar.

 

<<<<<<<<< Flashback >>>>>>>>

 

El sol de la mañana a cada momento se hacía más intenso, pero ellos continuaron allí parados aun cuando Liam y su guardaespaldas ya se habían marchado.

-   Siempre creí que eras un sujeto completamente capaz de controlar cualquier situación a la que te enfrentabas. - Fue Zero quien habló primero sin mirarlo – Desde que te conocí me pareciste alguien con demasiado temple, por no decir  frio y calculador; no alguien que se deja llevar por sus impulsos.

El tono de voz del cazador era severo y ante eso Kaname sonrió, sin embargo tampoco se atrevió a mirarlo.

-   No todos son lo que parecen Kiryuu-kun, tú debes saberlo mejor que nadie.

-   Supongo que tienes razón. Pero también creí que estabas en este lugar por el mismo objetivo que yo; trabajar para que el deseo de Yuuki se convierta en realidad. Pero en cambio vengo y sin más encuentro que te enfrentabas con uno de mis invitados y peor aún, con otro sangre pura, y en la academia.

-   No puedo negar que me deje llevar. Lo siento.

-   Hmmp… sí, claro… - Zero lo miró un momento y a su parecer, aunque se encontraba de perfil, Kaname se veía algo cansado. No pudo contener un suspiro y volvió a mirar al frente - ¿Qué se supone que hubiese sucedido si él respondía?

-   No se lo hubiese permitido – dijo el vampiro con tranquilidad. Zero frunció ligeramente el ceño.

-   Como si eso hubiese sido posible. ¿Crees que no sé que en éste momento él es más fuerte que tú?

Kaname no pudo evitar sorprenderse y lo miró, ¿Cómo sabia Zero eso?, no había forma; no a menos que Liam le hubiese dicho algo. Pero si era así, entonces lo que el joven había hecho hacía un momento, ¿lo había hecho para protegerlo?, aun cuando sabía que su poder no superaba siquiera el suyo ¿aún así lo había protegido?. Un cálido sentimiento de alegría lo invadió.

-   Como sea – continuó Zero - él quiere ingresar a la academia y además la investigación que está realizado es valiosa. 

Esta vez fue  Kaname quien frunció el ceño.

-   No considero que sea prudente dejarlo ingresar.

-   ¿Por qué?, He recibido información sobre él y según ésta no existe ningún motivo que lo impida.

-   Él no es confiable.

-   ¿Eso es según tú o existe un motivo valido en particular?

Kaname guardo silencio y desvió su vista del joven. Zero tenía razón, actualmente no existía un motivo lo suficientemente convincente como para impedir su ingreso a la academia. Desde hace siglos Liam parecía estarse comportando prudentemente y muchas de sus acciones eran en beneficio de la sociedad de vampiros, ni siquiera podría decirse que atacara a humanos, al menos no abiertamente. ¿Zero aceptaría como un motivo valido algo sucedido hace miles de años?. Definitivamente era algo riesgoso; ya que si se lo decía, eso también implicaría que tuviera que explicarle otras cosas.

-   Sólo… no confíes en él Kiryuu-kun… - dijo tranquilamente.

-   No sé desde hace cuánto tiempo se conocen, ni los problemas que existan entre ustedes; y quizá tengas razón y no deba confiar en él, pero creí que tú eras de la idea de que a los aliados hay que tenerlos cerca, pero a los enemigos más… - el sangre pura nuevamente abrió los ojos con sorpresa - … Espero que no se vuelva a repetir lo que sucedió hoy. De ser posible sigue siendo el mismo Kuran Kaname de siempre, quien es mi aliado y el rey de los vampiros.

Ante esas palabras Kaname se estremeció y miró intensamente al joven con los labios entreabiertos y con el corazón comenzando a latir más rápido. Zero sin verlo de nuevo, se dio la vuelta y se alejó por el sendero rumbo a su residencia.

Kaname entonces cayó en cuenta de algo.

-  Espera Kiryuu-kun, ¿eso quiere decir que aceptaras que él…

Zero se detuvo y lo miró por encima del hombro. No dijo nada, simplemente sonrió enigmáticamente y luego se marchó.

Kaname se lo quedo viendo entre sorprendido y admirado. Cuanto había crecido Zero; aunque aún parecía un joven de veinte años, ya no era un niño y era más inteligente; y por sobre todo, estaba actuando más prudentemente que él. Una sonrisa volvió a instalarse en sus labios.

 

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-   ¿Me estas escuchando Kaname?

El sangrepura al reaccionar, sonrió y miró de nuevo las hojas de la carpeta.

“De ser posible sigue siendo el mismo Kuran Kaname de siempre, quien es mi aliado y el rey de los vampiros”

-   Si, te escucho. Sin embargo Kiryuu-kun  ya lo ha autorizado y Cross-san sólo ha cumplido con el tramite – dijo sonriendo.

-   Pero tú podrías negarte.

-   No tengo un motivo valido para hacerlo. Además… confió en Kiryuu-kun.

-   ¿Confi… Hmmp… No cabe duda de que lo amas Kaname, es la primera vez que te escucho decir que confías en alguien.

-   Si, lo amo – Ichijou se sorprendió por el hecho de que Kaname dijera eso tan abiertamente y más aun con una cálida sonrisa en los labios – amo a Zero y por eso haría cualquier cosa que él me pidiera y lo que sea necesario para protegerlo.

-   Aun así, ese sangre pura… Hace días, durante la fiesta ofrecida por los Aidou, cuando lo vi lo supe, tiene una presencia demasiado intensa Kaname; incluso podría decir que aterradora, casi igual a la tuya. Nada comparada a la de Shizuka, Sara o Rido.

-  Eso es porque él es casi tan antiguo como yo… es normal que sientas eso…- Ichijou lo miró sorprendido, pero Kaname, como si aquello no tuviese importancia, volvió a inclinarse – Con esto se concluye el trámite, ¿Podrías enviarlas de regreso? – dijo una vez que hubo terminado de firmar.

Ichijou tomó de regreso la carpeta y volvió a observar a Kaname con algo de inquietud, pero el sangre pura no dijo nada, así que sin más, se retiró del despacho.

Una vez que se hubo quedado solo, Kaname regresó a la ventana y se recargó sobre el marco mirando los jardines. Hacía ya un mes que Liam había pisado la Academia y desde entonces sabía que no había vuelto a encontrarse con Zero, simplemente había enviado su solicitud de admisión y nada más. En cuanto a eso, Zero se demoró un par de días en responder y él por alguna razón sabía que se debía a que en el fondo el joven cavilaba sobre su decisión y esperaba no equivocarse en ella.

Por su parte hubiera preferido que Liam no ingresara a la academia, pero Zero tenía razón, la mejor manera de averiguar que pretendía, era tenerlo cerca. Además si se negaba a aceptarlo, Liam de todos modos buscaría la forma de acercarse a Zero. Con las múltiples ocupaciones del joven, él no podría tenerlo protegido siempre y por completo, así que la academia era el lugar idóneo para eso y donde podría tener a Liam vigilado y controlado con las normas de la escuela.

Sin embargo, dejando eso de lado, había algo más que lo inquietaba. Ese día el pelinegro no había dudado en mostrarle que estaba interesado en Zero y la provocación la había hecho porque estaba seguro que el cazador actuaría de cierta manera, afortunadamente al parecer Zero no hizo lo que él esperaba. Aun así, él mejor que nadie sabía que cuando un sangre pura pretende algo, no muestra tan evidentemente  sus intenciones; si Liam lo había hecho era porque sabía que tenía ventaja sobre él.

Giró su rostro y con el ceño ligeramente fruncido miró su tablero de ajedrez, especialmente al rey negro. Al instante la pieza se fracturó.

-   Bien Liam, jugaremos un poco más tu juego.

 

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El sol se encontraba cerca del horizonte y sus rayos adornaban el cielo con tonalidades azules, carmesí y violetas. Así mismo bañaban su piel cálidamente; pero él no se inmutaba por ello, como tampoco miraba esa hermosa puesta. Su mente se encontraba en otro lado. 

Sentado en el alfeizar de la ventana, con una pierna sobre éste y con el brazo derecho apoyando sobre ésta otra; sostenía entre sus dedos una hoja de papel.

Desde su última visita a la academia Cross, no había vuelto a ver a Zero más que de lejos cuando iba a la asociación de cazadores; y justamente hoy se cumplía una semana desde que había recibido la aceptación de ingreso a la clase nocturna. Justamente la que traía en sus manos.

No podía negar que aquella vez, después de su intencional provocación hacia Kaname, había temido por un momento que su plan se viniera abajo. No es que no tuviera otros en mente, es sólo que ese era el más sencillo y menos complicado, ya que la finalidad era que el joven confiara y acudiera a él por voluntad propia. Sin embargo Zero había actuado como no lo esperaba y le mostró otra de sus tantas virtudes, su sentido del deber. Una virtud absurda e inútil a su punto de vista, pero al joven parecía regirlo; pues, ¿de qué otra forma podría comprenderse que hubiese casi defendido a Kaname, el ser que había sido el causante de que perdiera todo?, no, no la había.

Por otro lado, esa mañana también había corroborado algo que había estado intuyendo desde hacía tiempo con respecto a Kaname, y era que a su majestad, el cazador ex humano le interesaba más de lo que aparentaba. 

No cabía duda que Kaname era patético, ni siquiera merecía ser el rey de los vampiros. Obviamente no podía negar que Zero era hermoso, una bella criatura para poseer e incluso para compartir una existencia con él, cada uno en sus respectivas posiciones por supuesto. Sin embargo, Kaname parecía haberse enamorado del joven a tal punto que sería capaz de doblegarse y arrodillarse  ante él si es que éste se lo pedía, o para ser más precisos, si se lo ordenaba.

Así que en pocas palabras, lo que vio esa mañana en la academia Cross le hizo darse cuenta que finalmente, después de casi diez mil años, por primera vez Kaname tenía un verdadero punto débil.

Sonrió y miró la hoja que tenía sostenida entre sus dedos. Si, sin duda eliminarlo sería más fácil de lo que había pensado; y más cuando las cosas se sucedían mejor que planeadas y los peones llegaban por si solos.

 

<<<<<<<<<< flashback >>>>>>>>>>

 

- ¿Así que están aquí? – dijo en un tono grave después de haber bebido un trago de su copa y dejar ésta  sobre la mesa.

La estancia se encontraba iluminada tenuemente debido al fuego en la chimenea y un ligero viento se filtraba por la ventana que daba a la terraza, desde donde una hermosa joven de porte elegante interpretaba una sonata en un violín; imprimiéndole un sentimiento de melancolía que la hacia sonar perfecta.

-   ¿Desea que los despida, Eyre-sama?

Shion se encontraba cerca de la puerta, con su habitual impasibilidad, aguardando la respuesta de su amo.

-   No – dijo Liam sonriendo con cierta malicia - ¿Dónde has dejado tus modales Shion?... Hmmp… Si los perros del senado han venido hasta aquí, lo menos que podemos hacer es recibirlos. Condúcelos  al despacho y ponlos cómodos. En un momento estoy con ellos.

-   Como ordene - El joven vampiro desapareció al instante.

Liam bebió nuevamente de su copa mientras disfrutaba las últimas notas de la pieza musical. Cuando ésta hubo concluido se incorporó del chaise  y se acercó a la joven en la terraza.

-   Hermosa interpretación querida, no me equivoqué contigo la primera vez que te escuché. Pero por ahora no te necesitaré más, retírate a tu habitación.

-   Si, Eyre-sama. – dijo ella suavemente mientras lo miraba con un brillo opaco en los ojos.

Liam depositó un suave beso en sus labios y después la joven se marchó por la puerta que conectaba su habitación con una contigua.

Él sonrió de nuevo, se acomodó la camisa y salió rumbo a su despacho. Una vez estuvo cerca pudo identificar el número de presencias; cinco en total; nobles todos ellos.

¿Qué querrán?, pensó mientras abría la puerta y se paraba frente a ellos.

-   Buenas noches señores.

-   Eyre-sama - fue el saludo al unísono que recibió. Ellos ya lo aguardaban de pie e hicieron una pronunciada reverencia al verlo entrar.

-   Tomen asiento por favor – les dijo amablemente y les indicó sus asientos con un elegante movimiento de la mano - Espero hayan sido atendidos adecuadamente.

-   Por supuesto Eyre-sama, muchas gracias.

Liam tomó asiento frente a ellos.

-   Bien, pues ¿a qué debo su visita?

-   Lamentamos haber venido sin avisar y  agradecemos profundamente que pese a ello haya aceptado recibirnos.

El que habló era un vampiro de mediana edad, con el pelo castaño rojizo y ojos azul lavanda. Si no se equivocaba, se trataba de Shiki Akira, secretario del senado.

-   ¿Y bien?

-   Se trata de Kuran Kaname-sama, nuestro actual rey.

-   ¿Qué sucede con él?

-   Estamos realmente preocupados por la situación que se ha estado suscitando con él desde hace tiempo.  Sus acciones están desestabilizando poco a poco a nuestra sociedad. Sabemos muy bien que no somos nadie para cuestionarlo ni para enfrentarnos a él siendo un sangre pura poderoso. Al ser alguien superior a nosotros, uno de nuestros líderes; no podemos oponernos a su voluntad, no tenemos la fuerza para hacerlo. Sin embargo eso no impide que cada día temamos más por nuestra raza.

-   Explícate mejor.

El noble miró a sus acompañantes y estos asintieron, por lo que continuó.

-   Como usted sabe… – el vampiro se removió en su asiento. Liam supo de inmediato que estaba nervioso -  …Por estirpe a Kaname-sama le correspondía heredar el título que han estado ostentando los Kuran desde hace mucho tiempo. Con ese mismo fin, cuando sus padres murieron, quedó bajo la tutela de quien fuera el líder del consejo en ese entonces, Ichijou Asato. Sin embargo Ichijou-sama murió cobardemente asesinado y hay fuertes sospechas de que fue Kuran-sama quien planeó el asesinato para que el nieto, un aliado suyo, como único heredero asumiera el control de la acaudalada e influyente familia Ichijou.

    >… Pero eso no es lo más grave. Desde que sucedió aquello, Kaname-sama asumió su papel como nuestro líder; algo que hasta entonces había estado rehuyendo. Sin embargo pareciera que en vez de preocuparse por su raza, lo hace más por los humanos. Primero apoyó ese absurdo ideal de coexistencia impulsado por Kaien Cross, antes y ahora de nuevo. Nosotros nos preguntamos. ¿Cómo puede haber coexistencia cuando los humanos no saben de nuestra existencia como para aceptarnos? Es ilógico, no es más que una farsa lo que se lleva a cabo en esa Academia, sin embargo él lo apoya personalmente.

-   Eso es un buen punto – Dijo tranquilamente Liam, mientras sonreía sutilmente como disfrutando de la frustración de sus visitas.

-   Por donde lo analicemos, su forma de actuar es sospechosa, tal pareciera que odia a los vampiros, aun siendo uno.

  > ... Hace treinta años, usando su poder indiscriminadamente, eliminó al antiguo consejo donde uno de los integrantes era mi hermano, y posteriormente, también intentó eliminar a todos los sangre pura,  aún lo hace  y el consejo no ha podido hacer nada para detenerlo, por temor y debilidad.

    >… Asi mismo, en ese entonces ese abominable metal que poseen los cazadores también estuvo a punto de desaparecer finalmente, pero él no lo quiso permitir y estuvo dispuesto incluso a sacrificarse a sí mismo para crear uno nuevo. No lo logró, pero en cambio su prometida lo hizo en su lugar. Ahora tenemos un nuevo metal tan letal como el anterior.

    >… Y finalmente, por si no todo ya fuera malo con nuestro rey; está ese exhumano que ostenta el título de presidente de la asociación de cazadores. Ese muchacho estuvo al cuidado de él y de su hermana; y ambos hicieron de él un terrible enemigo.

-   Un vampiro exhumano que estuvo a punto de caer al nivel E; la clase más vergonzosa y baja de nuestra escala jerárquica. - Esto lo dijo otro de los nobles. Un vampiro anciano que a simple vista parecía alguien incluso más débil que el resto. Liam lo miró con cierto desprecio, pero el noble no se dio por aludido o al menos disimuló percatarse y continuó hablando - Sobre él pesó más de una orden de ejecución por  parte del senado. Sin embargo a Kuran-sama no le importó y lo protegió.  Ahora ese niño ha escapado de su destino y se ha convertido en un traidor a la raza y en un monstruo capaz de eliminarnos el solo si se lo propone.

-   La última vez que varios sangre pura enfrentaron a Kuran-sama, fue en la academia Cross. – volvió a tomar la palabra Akira –  Ahí buscaron detenerlo y ese lugar casi quedo destruido por la batalla; y quizá hubiese sido una victoria para los vampiros, de no ser por ese mismo cazador que fue quien eliminó al ejercito de vampiros. No comprendo cómo alguien como él puede tener tanto poder, pero lo hizo.

-   Ahora vivimos en incertidumbre – intervino otro de los nobles - A Kaname sama parece no importarle su propia raza, incluso permite que vampiros se enfrenten con vampiros y se ha aliado con Kiryuu Zero. A este paso, con un rey como él, lo único que sucederá después de la represión que vivimos será nuestra propia extinción. Asi que sin duda, tanto él como Kiryuu Zero son una amenaza. Por eso es que estamos aquí implorando su ayuda.

-   Hmmp… ya veo – Liam suspiró y luego les dedicó una sonrisa mordaz - En pocas palabras lo que intentan decir es que traicionaran a su majestad y quieren que yo les ayude a deshacerse de él y no sólo de él, sino también del presidente de la asociación de cazadores.

-   Eyre-sama, no lo diga de esa forma por favor.

-  ¡Ja ja ja!… - esta vez Liam rió abiertamente. Los nobles se tensaron un poco - ¿Qué no lo diga de esa forma? – la voz del sangrepura tenía ahora un matiz de ironia - ¿De qué otra forma podría decir algo que es tan evidente?... han venido hasta aquí cuidándose las espaldas y me han propuesto algo que bien podría costarles la cabeza... mira que querer eliminar a su majestad cuando se supone que para ustedes es un tabú siquiera pensar en ponerle una mano encima a un sangre pura. Y no sólo eso, también pretenden violar así sin más un pacto de miles de años con los cazadores, lo cual fácilmente podría llevar a una guerra.

Los vampiros se miraron de soslayo.

-   Lo sabemos mi señor, si nos atrevimos a venir y solicitar su ayuda es porque usted es nuestra última esperanza. Usted es muy poderoso, lo sabemos, usted es uno de los vampiros de sangre pura más antiguos que existen, es el único que podría hacerle frente a Kaname-sama y a Kiryuu Zero. Con su ayuda ellos dejarían de ser una amenaza para todos los vampiros.

-    Bien, como sea. – dijo Liam volviendo a su actitud serena - Todo lo que me han dicho no me es desconocido. De hecho,  hace algunos años otros acudieron a mi solicitando mi ayuda, pero no me interesaban sus problemas así que no me involucré. Sin embargo, ahora ustedes están aquí, implorando mi ayuda y… hmmp… realmente parecen estar desesperados. Así que, si lo hago ahora, si me involucro, mi pregunta es ¿Qué obtengo yo?

-   Usted seria nuestro nuevo rey. Le juraríamos lealtad. – dijeron todos de inmediato; como si hubiesen estado esperando esa pregunta. Liam sonrió.

-   ¿Lealtad dices?, eso suena gracioso viniendo de alguien que esta traicionado a su actual rey.

-   Pídanos lo que desee entonces…

 

<<<<<<<<< . >>>>>>>>>

 

TOC TOC TOC

 

El sonido de la puerta trajo a Liam de nuevo  a la realidad. El sol ya se había ocultado, y ahora una tonalidad violeta y azulmarino cubría el cielo y las primeras estrellas comenzaban a refulgir.

-   Adelante – indicó.

-   Liam-sama, el equipaje ya está listo y el auto espera.

El sangrepura levantó el rostro y miró por unos segundos de forma impasible a Shion. El joven estaba parado en el umbral de la puerta vestido con un traje negro, y como siempre, lo miraba con esos fríos ojos dorados.

-   Bien, ¿Qué hay sobre lo otro?

-   También están empacadas y selladas, no podrán detectarlas y  Axel ya  tiene instrucciones.

-   Muy bien, entonces ha llegado el momento de realizar mi siguiente movimiento. Vamos, La academia Cross espera.

Se incorporó del alfeizar dejando caer al piso la hoja de papel que hasta entonces había estado sosteniendo entre sus dedos;  y poniéndose su gabardina se dirigió hacia la salida.

 

 

Notas finales:

Holaa!!

Nuevamente por acá con un nuevo capítulo. Me tarde un poquito, pero aquí está. Disfrutenlo mucho y como siempre, gracias.


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